Una mañana con mi Tío
Me puse una minifalda muy corta de color negra y tapé ligeramente las tetas con la blusita que era transparente. Al no ponerme el sujetador, se podían ver con claridad absoluta mis pezones tiesos y calientes
Una mañana con mi tío
Me llamo Laura, tengo 18 años y vivo en Formosa, Argentina, me gustan mucho los relatos eróticos, aunque es la primera vez que me animo a escribir uno.
Soy una chica liberal en cuanto al sexo y me gusta disfrutar mucho de él y estoy en una edad donde la excitación se hace presente en varias horas del día y me encanta provocar a los hombres vistiéndome con ropa muy sexi
Aquella mañana estaba mas caliente que de costumbre, en realidad, no podía tenerme de la calentura, me sentía con ganas hacer el amor.
Mis padres se habían ido de viaje y tenia la casa para mi sola por el fin de semana. Me metí en internet, entré en una pagina porno de maduros con jovencitas, las fotos me pusieron a mil, estaba que me salía, saqué mis tetas no sin antes abrirme la pequeña blusita blanca de algodón que llevaba puesta, las saqué por encima del sujetador, aquello me ponía mas cachonda aún. Desde aquella perspectiva se veían imponentes.
Seguí mirando aquellas fotos, eran realmente excitantes, también había un video: se trataba de un hombre maduro de cómo 60 años, que penetraba a una jovencita, que se corría como una desesperada. imaginaba que era yo la que recibía las embestidas de ese pene maduro entrando y saliendo de mi ardiente vagina.
Aquel pensamiento me mojó la tanga aún más, si cabe, mientras mi culo se frotaba en la silla como el de una gata en celo, una gata que daba brincos por ser penetrada de cualquier manera por aquel viejo vicioso del video
Quería sentirme como aquellas pequeñas jovencitas, penetrada por un macho maduro una nena muy viciosa, que se iba a dejar hacer de todo, porque me vuelven loca los hombres bien entrados en años (50 para arriba). Me encanta mirarlos a los ojos cuando les hago sexo oral y ver su expresión cuando me trago su esperma.
También me excitan mucho los relatos de incesto en especial los de tío sobrina y muchas veces había fantaseado tener sexo con mi tío Alberto, un hombre de unos 55 años, que en las reuniones familiares, veo que me mira de una forma que parece desvestirme con la mirada, y varias veces como al descuido rozó su cuerpo con el mío.
Lo que no imagine era que ese día iba a poder cumplir todas mis fantasías con él
Me quité la tanga y el corpiño, olí la tanga, olían a perra viciosa, olían a vagina de puta, mojada, una vagina que pedía a gritos un pene que se hundiera en su interior. Me puse una minifalda muy corta de color negra y tapé ligeramente las tetas con la blusita que era transparente. Al no ponerme el sujetador, se podían ver con claridad absoluta mis pezones tiesos y calientes.
Rápidamente me calcé unas botas de tacón bien alto y con esa pinta descarada, a las 11 de la mañana, me dispuse a salir de casa rápidamente a calmar mis deseos de zorra
Al abrir la puerta me encontré con mi tío Alberto, justo en el momento que iba a tocar el timbre, me pregunto si iba a salir, mientras me miraba de arriba a abajo
Me quede un momento observando como me devoraba con los ojos, me gusto como me miraba, me excitaba. Le pedí que pasara
Supuse que sabiendo que mis padres no estaban había venido con intenciones lujuriosas
Camine hacia el living, sabiendo que el me seguía sin perder de vista mi intencionalmente contoneante trasero.
Me preocupó por un momento, la impresión que podía darle, quizás el podría comentarlo con mis padres, o pensaría que soy una provocadora, esto ultimo me excito
Mi excitación me pedía que jugara con mi tío, quería verlo deseándome, me estremecía al pensar que estaba sola en la casa, con un hombre maduro de una edad cercana al del hombre del video, y que fuera mi tío, me excitaba aun más.
Instintivamente mi cola se paro, mis hombros se fueron hacia atrás y mi caminar se volvió exquisitamente sexy, pero casual a la vez. Cuando llegamos al living, me incline en ángulo recto sobre el sillón, me demore retirando unas carpetas del colegio que había sobre él.
Casi me volví loca al pensar que me había visto el trasero desnudo, bajo la minifalda. Mire su pantalón y me di cuenta de su erección, él se dio cuenta que le miraba el bulto pero no dijo nada, así como yo no dije nada al sorprenderlo mirando bajo mi falda. Estaba como loca, estaba muy nerviosa, pero no nerviosa de forma común y corriente sino de esa forma que solo la excitación extrema puede provocar.
Sus ojos estaban a la altura de mi cuello, lo tenia a treinta centímetros de mí y miraba descaradamente mis pechos casi desnudos, su excitación...no, no puedo llamar lo que vi excitación, era calentura; ese hombre me comía los senos con los ojos y yo lo sabia y me excitaba, y más aun, me excitaba que yo se los estaba mostrando, era una putita calentando a un vejete verde.
Me senté en el sillón y mi tío se sentó a mi lado y me susurro al oído te has puesto tan linda y has crecido tanto!"-me dijo mientras sus dedos se deslizaban sobre uno de mis pezones
Sonreí, esto pareció darle vía libre a sus instintos de macho en celo.
Mi tío, tocó mi rodilla, me tensé, se me erizó el pelo, aquella mano sudorosa subía por mi pierna, me abrí de par en par, para que me manipulara cómodamente. No se hizo esperar, me puso su mano en mi caliente vagina.
Ahora se, que aquella excitación que yo sentía era pura lujuria pero en aquellos momentos lo único que deseaba era que me penetrase.
Me estaba empezando a mojar y era difícil esconder mi excitación. Puse mi mano en su bragueta y noté que había sacado su pene, cuando se la toqué, me dí cuenta que tenía una miembro grande y grueso, me incline y se la empezé a mamar, que placer, tener esa pene en la boca, me tenía tan pero tan caliente, paré y le pedí que me la metiera toda
Me dijo, me olvide de traer condón, no importa le digo, yo tomo pastillas anticonceptivas y tu tienes aspecto de ser muy sano
La respuesta lo dejo fascinado. Nos desnudamos
Se recostó sobre mi. Deliciosamente, acomodó su pene en el umbral de mi huequito. Tomó mis piernas y las puso al hombro y me penetró, mi vagina explotaba de humedad y lujuria quería tenerlo dentro, muy dentro por siempre y para siempre.
Se movía rítmicamente y con fuerza como si tratase de hacerme sentir su miembro poderoso y duro, empezó a moverse arriba y abajo, yo notaba que su pene duro y caliente entraba y salía de mi sexo, una y otra vez, penetraba más profundamente y volvía a salir
Me gustaba sentir su pene dentro de mi vagina, era muy agradable notar el calor de su miembro sin condón lubricarme con su liquido pre seminal. Lo besaba y seguía lloriqueando de placer y jadeando, completamente enardecida mientras mis muslos abrazaban con gran fuerza su cadera.
Nunca me había sentido tan encendida y estimulada como ese dia, sintiendo la verga de mi tío revolverse dentro de mí, frotándose contra las paredes de mi vagina, entrando y saliendo una y mil veces. Mi tío jadeaba, me miraba, cerraba los ojos, me bañaba con su sudor
De golpe, Mi tío dejó ir un gemido más alto, como si algo explotase dentro de él Se quedó quieto un momento, su cuerpo se puso rígido, y luego empezó a estremecerse encima de mí, muy acelerado, sin aliento, su pene entraba y salía de mi sexo a gran velocidad, cada vez que él me embestía, clavándome su verga hasta el límite, un líquido muy caliente entraba a borbotones
Estaba eyaculando dentro de mi, había llegado al orgasmo más salvaje de su vida, según me confesó después, y yo, no puedo casi ni explicarlo, clavé mis uñas en su espalda y también exploté, gemí, me quejé, me puse a jadear sin oxígeno en los pulmones, me agité con tanta agonía como él
Noté como su verga, ahora más pequeña y blanda salía de mi sexo, y vi como su semen espeso salía de mi caliente vagina.
Mi tío había sabido aplacar toda la excitación contenida que traía y quería que no fuese la ultima vez