Una mañana agitada

Un día como cualquier otro yendo al colegio.

-Maldito despertador!- -Buf!- Otro día más. Me levanto de la cama, miro la hora... -Caxins!- Otra vez tarde, y esta maldita amiguita mia otra vez dandome la lata debajo de los calzoncillos. -Mmmm- No creo k me de tiempo para una paja Me visto a toda prisa, cojo las cosas del colegio y salgo disparado por la puerta. Subo al autobus. Que lata, está lleno a reventar. Y la cosita molestando, y más con estas preciosidades pegaditas a mi con estos vestidos tan escotados y ajustados. Bajo del autobus. Qué calor! Sorteo el trafico dirigiendome a un atajo que conozco para ganar tiempo, pero... Qué hace ese grupito de chicas en el callejón?¿ No importa, llego tarde. Pero a ellas no les importa que yo llegue tarde. Me miran con curiosidad, hablan entre ellas y se plantan en medio del callejón, cerrandome el paso. Detengo mi trote para buscar un agujero para escabullirme. -Qué timido soy, si solo son unas chicas- Pero ellas tienen otros planes para mi. -Tú, acercate!- Obediente como un corderito me acerco, y aun sigo empalmado, qué rabia! -Qué prisas son éstas?¿- -Llego tarde a clase- -Pero que chico tan aplicado! Deberíamos darle un premio, no creeis chicas?¿- -Pozi!- -Pero que mono es! Cuantos años tienes?¿- -17- -Y aun eres virgen?¿ Jijiji- -Que rojo se ha puesto!! Eso creo que es un SÍ!!- Se acercan a mi y eso pone más tenso mi aparatito. -Pero que te pasaaaa?¿ Que te ponemos nervioso?¿- Me planta una mano sobre la entrepierna -Pues sí, le ponemos nervioso, jijijiji- -Y no se queda corto el niño no- Me sonrie -Debería irme a clase, por favor- -Clarooo, clarooo. No te gustaria una clase extra?¿- -Pero hago tarde!- -Por supuesto! Estas tardando en tumbarte al suelo!- Me quitan la mochila de los hombros y me tumban boca arriba en el suelo. -Que pretendeis?¿- -No te lo imaginas?¿- Se pone encima mio, dejandome ver sus bragas por debajo de su falda. -Ahora, quitame las bragas, despacio- Yo obedezco, sumiso. Ella baja poco a poco, poniendome su conchita a 10 cm de mi nariz. -Huele el coño de una mujer, hombrecito- Al ver que no lo hacia me propinan un puntapié en el costado. Me duele pero no me muevo, aspiro profundamente, para que lo oigan. Curiosamente ese olor me pone más caliente. -Uy! Pero si le gusta al hombrecito- Se agacha un poco más. -Ahora, lameme!- Acto seguido saco mi lengua con nerviosismo y le doy un suve lametazo a sus labios exteriores. Me clavan una rodilla en el estomago. -O usas las manos y te aplicas un poco más o te cortamos las pelotas- Abro sus labios y su clitoris se alza ante mi palpitante, esperando mis atenciones. Yo chupo y lamo, primero un poco asqueado, luego con ansías. Ella gime levemente, y sus fluidos me llenan la boca, y me resbalan por las mejillas. -Vaya, si parece que el hombrecito sabe hacer las cosas bien, verdad?¿- Solo se oye un gemido como respuesta. Oigo como me bajan la cremallera, noto mi miembro palpitar nervioso bajo los calzoncillos. Rapidamente lo noto al aire. Paro de mi sesión bucal para protestar pero un pellizco en el prepucio me indica que siga con lo mío. Obediente empiezo a jugar con los dedos, introduciendolos y sacandolos mientras juego con mi lengua. Una lengua empieza a jugar con mi capullo y me estremezco de placer. -Pero si parece que le gustaaa!!- -Seguid chicas, que vamos a disfrutar!- -Como te corras verás- -No, no- digo como puedo Una patada en las costillas me indica que estoy mejor calladito. Noto algo humedo y viscoso en la punta de mi miembro e interpreto que es un condón. -Esque no pasa nadie más por este callejón?¿- Una sensación de calor envuelve mi cosita nerviosa. Una de las chicas me está montando como si fuera un consolador! La siento encima mio, botando, y yo que sigo lamiendo. Cada cinco minutos se van cambiando y yo, seducido y hambriento de sexo, obedezco a cada nuevo cambio. -Meteme dos dedos- -Mueve los dedos dentro de mi coñito hombrecito- -Hazme correr- Pasado un largo rato mis pobres huevos están ya tan cargados de amor que tengo que parar para decir que me correré en breve. Ellas me miran rudamente, pero una de ellas se acerca a mi entrepierna, saca el condon y empieza a chupar con fuerza. Yo suspiro placenteramente mientras me dedican esas buenas atenciones. Y, salvajemente, mi miembro se agita mientras chorros de esperma salen disparados a la boca de esa experta chica. -Muy bien chavalote, ahora ya eres todo un hombre- Me cierran la cremallera con suavidad, casi con dulzura. Me levantan, me limpian la cara con un pañuelo. -Quedatelo y lavalo- -Mañana traelo contigo limpio o sufriras las consecuencias- -Y como no vengas otra vez, más temprano si te parece, te buscaremos para cortarte esas preciosas pelotas para tenerlas de recuerdo- -Corre a clase ahora muchachito- -Hasta mañana- -Jijijijijiji- Y me dirijo a toda velocidad hacia el instituto, donde ya los estudiantes están el la hora del recreo.