Una mamá de 40
Pese a que mi amiga se daba cuenta de lo que provocaba en mi, a pesar de sus 40 años de edad, no fue hasta aquel día en que me invito a su departamento.
Una mamá de 40
Pese a que mi amiga se daba cuenta de lo que provocaba en mi, a pesar de sus 40 años de edad, no fue hasta aquel día, en el que la escena tal y como la describo pasó
Ella, en un día poco usual, luego de volver de su trabajo y de invitarme a su departamento, se acerca más a mi de lo normal, me pongo nervioso, pero mis nervios se corta por completo cuando de la nada, se acerca hacia mi con una mirada que buscaba algo, se acerca y pone la palma de su mano sobre mi pantalón, justamente encima de mi verga y comienza a moverla en círculos.
Yo me sobresalto y la miro, pero apenas puedo aguantar su mirada firme, no dice nada, sigue, mirándome con malicia y sonriendo, siendo totalmente la dueña de la situación.
Yo no podía más, estaba muy caliente, pero al mismo tiempo, la situación me aterrorizaba, era la madre de uno de los pibes que entrenaba en el club, y para colmo yo nunca había estado con una de esa edad.
Ella comenzó a sacarme la remera y continuaba con su mano en mi entrepierna, yo volví en mí y pensé en salir de aquel sofá, pero enseguida se subió la falda y se sentó sobre mí, contoneando sus caderas y frotando su húmedo sexo a través de las pantaletas sobre mí.
Eso me hizo perder la razón, lo de tenerla encima mío y comencé a buscar sus tetas de forma apresurada, el deseo no controlaba mis impulsos, besándolas incluso dentro de la blusa, forzando con mi boca el que saltaran de ahí, para mordisquear sus pezones.
Ella seguía contoneándose, yo no podía parar de gemir, quería que mi verga se liberase de la ropa, pero al mismo tiempo, me encantaba como se frotaba sobre mi.
Tanto frotamiento me iba a hacer venir encima, ella se dio cuenta por mis gemidos de placer y se detuvo, acercándose y susurrándome al oído:
-Aún no papi...
Se levantó e inconscientemente mi mano desabrocho mi pantalón, buscando liberar mi verga y sacudírmela, pero ella me lo impidió, tomo mi mano y se la paso por su conchita húmeda, restregándose.
Ella, viendo mi pija al aire, se arrodilló y comenzó a chuparmela, lentamente, una sola vez y apartándose, mirándome a los ojos, viendo como con mi mirada le pedía que no parase. Ella lo sabía y continuaba, dándole lamiditas suave a la punta, sonreía malévolamente.
Ella me miraba, sin hacer nada, para entonces, ella comenzó a masturbarse, a frotar las yemas de sus dedos contra sus labios, buscando su clítoris, hasta que comenzó a gemir más fuerte, supuse que le vendría un orgasmo. En realidad hasta aquel momento nunca había estado con una mujer de esa edad.
Ella se iba a venir y en ese momento se vino sobre mi y metió mi pija en su boca, lamiéndola, comiéndosela ferozmente, mientras se corría, sentía mi verga en su boca, tocando las paredes de esta, sintiendo como su lengua golpeaba y lamía mi glande.
Yo no podía más y me corrí, antes que ella incluso, tragándose toda la leche que pudo, y recogiendo con su lengua toda la que sobraba, yo no podía más del place que me estaba haciendo sentir.
Ella me miró, y sonreía al tiempo que un resto de mi leche se la caía de los labios, la cuál relamió con su lengua, para saborearla:
-Que rica leche tienes papi, pero esto no ha quedado así, ahora me vas a llenar de leche de nuevo.
Se quitó su falda, su tanga y a horcajadas se sentó sobre mí, yo parecía su muñeco, no me había movido de esa posición y ella lo hacía todo, pero yo estaba en la gloria.
Con su mano derecha masajeo mi verga, la cuál volvía a estar muy dura con sus lenguetazos, y dirigió la punta a la entrada de su concha, entonces me miro, yo la miré y se dejó caer, haciéndome soltar un leve gemido de placer y dolor. Entonces comenzó a cabalgarme violentamente, tan violentamente, que a veces mi pija se salía, teniendo que volver a meterla.
-Cogeme bebe!!!! Clávamela hijo de puta!!! Me estoy cogiendo a un hijo de puta, clávamela hasta la garganta, bebe, así, así!!!! Sigue!!!!!!
Me gritaba y gemía, yo casi no podía aguantar más, me di cuenta que era una madre mas que iba a acompañar a su hijo, se estaba cogiendo a su entrenador, no sé si por lujuria, pero a mi me daba igual, podría hacer conmigo lo que quiera, porque yo ya sentía las ganas de estallar dentro de ella y así lo hice, corriéndome una vez más.
Ella no había terminado e hizo caso omiso a mis expulsiones de leche,, ella siguió cabalgándome y sacudiéndose de adelante a atrás, sin importarle, hasta que llegó su orgasmo.!!!!!
Yo casi inmóvil, de la reacción, apenas pude besarla, fue ella la que introdujo su lengua en mi boca, al tiempo que se salía de mi, susurrándome, que descansase, porque mañana haría estallar mi verga en su culo...
Si quieren las chicas pueden agregarme al msn asi compartimos otras historias ch72msn@hotmail.com