Una madurita muy sumisa (2)

Continuación...

UNA MADURA MUY SUMISA

CAPITULO II

Desnuda como estaba, y con su cuerpo a mi disposición, las cosas que pasaban por mi cabeza, y que le podía hacer, se me agolpaban, pero decidí ir poco a poco para evitar que Julia se asustara y decidiera terminar con todo.

Tienes un cuerpo precioso, puta.

Gracias Señor, esta a su disposición.

Claro que esta a mi disposición, tu cuerpo, tu mente, toda tu me perteneces en este mismo momento

Sí mi Amo.

Cuando dijo estas palabras, mi rabo se empezó a poner duro, pero no la podía consentir que me desobedeciera y le dije

Como me has llamado.

Lo siento Señor, fue un descuido

Sabes que no puedes tener estos descuidos.

Si Señor, merezco que me castigue. Realmente asumía plenamente su papel de sumisa.

¿Cómo prefieres que te castigue?

Le pregunte esto, para saber hasta que punto estaba dispuesta a llegar.

Con unos azotes, Señor.

Bien, Bien. ¿Cuántos crees que mereces?

Los que Ud., crea, que le parecen diez.

Diez, Mm, me quede pensando, no, mejor veinte.

Sí Señor, mejor veinte.

La cogí del pelo fuerte, y tire de ella hasta el borde de la cama, empujando su cuerpo la deje con sus pechos tocando la cama y con los pies en el suelo, de esta manera su culo quedaba ofrecido para recibir los veinte azotes. Separe un poco sus piernas.

Realmente la imagen que ofrecía, era para grabar una película de lo más morbosa, cogí un matamoscas de plástico, ya que yo no llevaba látigos ni nada parecido, (todo el material que usaría era casero, o comprado con muy poco dinero) Empece a acariciarle el culo con él, en esto estaba cuando se me ocurrió que podía saber un poco mas de su vida privada. Le pregunte.

¿Estas casada?

Separada Señor.

Le pegue el primer azote, no muy fuerte, pero realmente no se lo esperaba, la impresión fue muy fuerte.

¿Tienes hijos?

Una hija Señor.

Le pegué el segundo, su culo se empezaba a poner colorado, se lo acaricie con la mano y se estremeció, llegué con un dedo a la entrada de su coño, y lo tenia ya muy húmedo, llegué a tocar su clítoris, y pego un saltito, como dándole una descarga eléctrica.

Te gusta puta, tienes el coño empapado.

Sí Señor.

La hice la tercera pregunta.

¿Vives sola con tu hija?.

No Señor, vivo con mi madre

¿Cuántos años tienen?

Mi hija 19 y mi madre 65

Zas. Le solté otro golpe.

Se te ha olvidado algo, zorra.

Si Señor, lo siento Señor.

Unas lagrimas empezaban a asomar por sus ojos.

¿Te duele?, le dije sobando su culo

Si Señor, pero me gusta.

¿Sabe tu familia lo puta que eres?

No Señor, no lo creo.

Bueno, ya lo sabría.

Al oír esto, se quedo como petrificada, mirándome como no entendiendo lo que quería decir.

Seguí con la tanda de azotes, hasta los 20 prometidos, su culo estaba rojo como un pimiento, la hice incorporarse y le limpie las lagrimas que caían por sus mejillas, a la vez que la sobaba sus tetas, sin olvidarme de sus pezones que los tenia duros como piedras.

La sobe un poco el coño, que lo tenia chorreando, cogí la cuerda de las bolas chinas y empece a sacárselas poco a poco, cuando estaba a punto de salir la primera, se la volvía a introducir, sus gemidos eran de verdadera puta salida a punto de correrse.

¿Estas a punto de correrte, verdad?

Si Señor, no sé cuanto voy a aguantar

No se te ocurra o te arrepentirás.

Mientras la decía esto, de golpe la saque las bolas de un tirón, sonando un plof, como cuando una piedra cae en el agua. Realmente estaban chorreando.

Se las pase por sus labios, ordenándola que las chupase, se introdujo la primera en la boca, chupándola como si de un caramelo se tratara. Las dejo las dos superlimpias.

Cogí de encima de la cama, un collar de perro y dos collares de los que utilizan los gatos, el primero se lo puse en el cuello, con la argolla hacia la nuca, y los otros dos uno a cada muñeca.

Sube los brazos hasta la nuca, la ordene.

Obedeciendo fue levantando sus brazos, hasta poner sus muñecas a la altura de la nuca, sujete las muñecas a la argolla del collar de perro. De esta manera tenia sus tetas y su estomago a mi disposición, era la hora de castigar un poco su parte delantera.

Pero esto forma parte de otro capitulo.

CONTINUARA