Una madurita increíble

Las mujeres mayores han generado en mí un interés especial.

Es cierto  que las chicas de mi edad también me gustaban e incluso algo menores y todo dependía de la persona, su personalidad y madurez y no solo de la edad en sí, pero las mujeres mayores que yo, siempre han tenido un valor extra para mi y han generado en mi más interés y admiración. La madurez, experiencia, sabiduría es más que un grado y así me lo ha demostrado la vida.

La historia que voy a contar sucedió hace 6 años, cuando tenía la edad de 30 conocí a Carmen, una mujer de 48 años. Nos conocimos a través de un chat, al principio ella era reticente pues le parecía que había mucha diferencia de edad, pero poco a poco me fue diciendo que se había sorprendido a sí misma, que estaba cómoda hablando conmigo, le parecía educado e interesante y lo estaba pasando muy bien.

Poco a poco fuimos hablando más días, Carmen era una mujer casada que por lo que me contó estaba poco atendida por su marido que pasaba poco tiempo en casa, si no era por trabajo era por otra cosa. Ese día hablamos del plano sexual y la cosa se fue calentando, jugamos y nos contamos nuestras preferencias sexuales y llegamos a decirnos lo que pasaría en un hipotética situación en la que llegásemos a quedar. Yo le dije a Carmen todo lo que le haría y le gustó tanto que me dijo que le gustaría sentirlo en persona, a lo que yo le respondí que traduciría cada palabra en hechos.

Nos intercambiamos nuestros correos y quedamos en volver a hablar, al día siguiente recibí un email de Carmen diciendo que la había dejado muy excitada y que se había levantado igual que se había acostado, empapada pensando en mi y que le gustaría que nos viésemos por Skype. Esa misma tarde en un momento en el que estábamos solos nos vimos y nos gustamos, me contó que estaría sola todo el Jueves y Viernes ya que su marido tenía un viaje de negocios y que le gustaría saber si iba en serio y quería quedar. Yo le dije que tal y como le había dicho traduciría en hechos cada palabra, ella se rió, quedamos el mismo Jueves, ella vivía a 50 km de distancia y le sugerí quedar a primera hora de la tarde puesto que todo lo que tenía pensado que podíamos hacer nos iba a llevar tiempo… pareció gustarle la idea. Me dijo que el mismo Jueves me daría su dirección y un código de acceso para poder entrar en una especie de urbanización, luego me dio el número de bloque al que debería picar y me dijo que me dejaría la puerta entreabierta. Yo le hice la petición de que me gustaría que me recibiese en medias y liguero con tacones, a lo que dijo que le gustaba la idea.

Llegó el Jueves y recibí su dirección completa y el código de acceso, la cosa iba en serio. A las 16:00 llegué a la urbanización, me dirigí a su portal y piqué a su timbre, me saludó y me abrió el portal, Subí por las escaleras era un segundo y la puerta estaba entreabierta como me había dicho.

Carmen me esperaba al final del pasillo y tal y como le había pedido con medias  negras de blonda ancha, liguero, tanguita y sujetador de encaje , por supuesto negro, era una mujer elegante, calzaba zapatos de tacón y encima se había puesto un vestido corto de color granate. Me esperaba al final del pasillo, cerré la puerta y fui a su encuentro, estaba espectacular, nos fundimos en un beso apasionado y ella suspiraba, me miraba, sonreía y me volvía a besar, yo agarraba sus nalgas mientras nos besábamos, primero a través de su vestido pero pronto se subió y ahora se las agarraba piel con piel y se las estrujaba mientras nos besábamos, lo que parecía gustarle por sus suspiros, baje una mano, aparté su tanguita hacia un lado y acaricié su chochito que estaba empapado. Empotré a Carmen contra la pared y besé su nuca, su cuello, podía sentir el bulto de mi pantalón contra su culo, la volví a dar la vuelta y nos besamos, mientras acariciaba su cuerpo le quité el vestido y seguí besándola. Carmen estaba algo rellenita pero bien proporcionada, llevaba un sujetador negro de encaje con efecto pushup que me presentaba de forma inmejorable unos pechos talla 110 copa C. Con un movimiento de mis dedos índice y corazón de mi mano derecha desabroche su sujetador que cayó al suelo, afloraron sus pechos con pezón grande, oscuritos y una aureola grande también. Los masajee, chupé sus pezones, los pellizqué y mordí suavemente y los volví a chupar poniéndose duros en mi boca. Ahora la dirigí al sofá y le pedí que se pusiera a 4 patas, tenía un buen culo y el tanguita le quedaba muy bien, me acerqué y se lo aparte un poco y comencé a comerle el chochito, su alrededor, su interior, su clítoris, tenía un clítoris mediano tirando a grande y estaba completamente depilada. A continuación la tumbe en el sofá boca arriba, terminé de quitarle el tanguita y seguí comiéndole el coño dedicándome en cuerpo y alma a su clítoris, ella me sujetaba la cabeza y me apretaba un poco contra ella, levantaba la pelvis y gemía, estaba muy muy cachonda y me decía que no parase, al cabo de unos minutos se corrió en mi boca.

Nos besamos y me dio las gracias diciendo que ahora le tocaba a ella, me bajó los pantalones, mi polla estaba dura como el acero y apareció como un resorte, recta, dura, 17cm, buen grosor depilada, la agarró con una mano y empezó a chuparla con entrega, le dio un repaso a mis huevos y volvió a chuparla, se la metió entera y la chupó como un chupa chups, estaba siendo una de las mejores mamadas de mi vida, le advertí que me estaba gustando mucho y que si seguía así me iba a correr pronto y al oir eso apretó un poco más mi polla y siguió sin compasión, entregándose si cabe un poco más y al cabo de unos minutos le avisé que me iba a correr pero en lugar de apartarse me cogió por el culo y me apretó más hacia ella y siguió chupándola, descargué en su boca unos 6 chorros que fué tragando según chupaba, cosa que me encantó, la limpió bien, me cogió de la mano y me llevó a la cocina ofreciéndome algo de beber, había comprado una botellita de rioja crianza, otra de albariño, cervecitas frescas y refrescos, todo un detalle,  le dije que más tarde me gustaría beber con ella una copita de vino, pero que en ese momento le agradecía un buen vaso de agua fresquita.

Bebimos el agua y nos dirigimos a su dormitorio y puso música.

Nos acostamos en su cama y comenzamos a besarnos, mi polla ya estaba volviendose a poner dura, mientras la besaba acariciaba su chochito, le metí un dedito y luego 2, que hacían un movimiento como diciendo ven, ven, a ratos acompañaba con mi lengua y lamia su clítoris mientras mis dedos trabajaban frotando su punto G, ella no lo sabía pero en ese momento iba a experimentar una situación nueva, yo frotaba bien su chochito y su punto g con mis dedos, mientras me subía y la besaba, suspiraba y gemía cada vez con más fuerza, parecía no saber lo que le estaba pasando y lo estaba disfrutando al máximo, tras unos cuantos minutos así, contrajo su abdomen, parecía como si quería parar algo pero se dejó llevar y soltó un chorró de squirt a toda presión, se estaba corriendo de esta forma antes desconocida para ella y volvió a soltar otro chorro más potente aún y otros chorros menos potentes, había dejado la cama y el suelo totalmente empapada. Ella estaba exhausta y desconcertada, no sabía si se había meado o que había pasado para tener ese tipo de orgasmo tan increíble, yo la tranquilicé y le expliqué que no se había meado, que había tenido un orgasmo con una eyaculación diferente que provenía de las glándulas de Skene. Recogío toda la ropa de cama, que estaba empapada y la puso en un montón para lavar y me al salón, allí me preguntó que si quería tomar algo a lo que le dije que un poco de vino no estaría mal. Trajo un par de copitas y abrió una botella de vino blanco que tenía en la nevera, la verdad que estaba muy rico, comenzó a sonreir a acariciarme y cuando me quise dar cuenta ya nos estábamos besando y no tardó en subirse sobre mi como si fuese una adolescente frotándose contra mi polla que ya estaba dura como el acero y ella seguía empapada por lo que no tardó en metersela y comenzó a cabalgarme, lo hacía con muchas ganas y la dejé trabajar, me estaba encantado, al cabo de un rato tomé el relevo y estrujando bien su culo comencé ahora yo a bombearla, en esa posición me encantaba comerle las tetas y ella no dejaba de gemir, sus pezones estaban duritos, que delicia, retomó ella el mando y movió su culo como nunca a la vez que intensificaba sus movimientos haciéndolos más profundos y con un compás más marcado como queriendo que mi polla llegase a cada rincón de su chochito, empezó a gemir más fuertes y a frotarse más , se estaba corriendo y me lo hizo saber. Sin perder tiempo la coloqué a 4 patas en el sofá, sus piernas aun temblaban, preparé mi polla en la entrada de su chochito y se la metí despacio hasta el fondo, la pudo sentir aún más dentro y la empecé a follar cada vez más rápido, cada vez más fuerte, cada vez más duro, más y más, estrujaba sus nalgas y le di un cachete en una , otro en la otra nalga y seguí follándola sin descanso, mis huevos y pelvis golpeaban su culo que se sonrojaba, le cogía los pechos desde atrás sin disminuir el ritmo y le cogí del pelo mientras la follaba, le encantaba, volví a estrujar su culo y en ese momento me pidió más y que no parase, se estaba volviendo a correr. A mi ya me quedaba poco y se lo hice saber, preguntándole que donde le gustaría que me corriese, a lo que me respondío si me gustaría follarle el culito y puso cara de pilla, le dije que me encantaría, le metí un dedito en su culo que entró sin dificultad y después dos, sin problema, su culo estaba lubricado por sus fluidos vaginales, estaba totalmente empapada, coloqué mi polla a la entrada de su culito y se la metí poco a poco , tenía un culito tragón y se la metí hasta el fondo y comencé a follarla, le gustaba y a mi también, tanto que en un par de minutos descargue una buena cantidad de leche dentro de su culito, se giró, me miró sonriente y me besó.

Nos fuimos juntos a la ducha donde me hizo una buena mamada de despedida ya que se había hecho tarde, habían pasado casi 3 horas, nos besamos y nos despedimos quedando en repetir.

Espero que les guste y poder recibir sus comentarios, pueden escribirme. Un saludo.