Una madura y nueve pollas

Marta una divorciada de 40 años responde a un anuncio de internet para ser la protagonista de un gangbang con 9 jóvenes

Como todos mis relatos se puede leer solo pero está dentro de los personajes de Raúl y Marc. Concretamente rescata a Marta, la divorciada de 40 años. Cuesta mucho escribir los relatos con cuidado, así que se agradece feedback en forma de comentarios o emails.

Marta tuvo un orgasmo mediano. Dejó a un lado los dos consoladores con los que había estado jugando. Era satisfactorio pero no podía alcanzar las sensaciones que habían destrozado su cuerpo la noche que cuatro jóvenes se la habían follado a la vez. Marta se había divorciado hacía poco tiempo con 40 años. Hasta entonces solo había tenido sexo con su marido. Después de separarse sus ansias sexuales se mantenían más altas que nunca. Una amiga casada la había puesto en contacto con uno de sus amantes de 20 años y, junto con tres amigos, habían expandido sus agujeros y su fronteras sexuales.

Sin embargo, Marc no tenía tiempo para ella. Marta suponía que tenía otras mujeres y la llamaría cuando la interesara. Pero ella estaba constantemente cachonda. Había intentado salir a ligar pero estaba fuera de lugar en las discotecas actuales, y los jóvenes que la interesaban se asustaban ante la idea de sexo en grupo. Las aplicaciones para ligar, que le funcionaban a su amiga, le habían conseguido algún polvo pero ninguno había estado a las expectativas.

Sus consoladores eran sustitutos pero nada como la vida real. Marta se conectó al ordenador y empezó a navegar por internet. En un momento dado entró en una página de anuncios sexuales. La mayoría era de prostitutas ofreciéndose para hacer de todo. Sin embargo uno le llamó la atención.

Grupo de nueve jóvenes busca mujer liberal para gangbang. Limpios, atléticos y bien dotados. Ponemos el sitio. Mínimo 3 horas. Por nosotros sin límite. Compensamos con 1.000 euros. Aceptamos maduras”

Marta sintió un cosquilleo en su entrepierna. ¿Nueve jóvenes para ella? ¿Y dispuestos a pagarle 1.000 euros por tres horas? Técnicamente era prostitución pero pedían voluntarios. Tras dudarlo un momento decidió que no perdía nada por contactar. Nada era irreversible hasta que quedaran.


Tres días después Marta entraba en una cafetería. Había quedado con Fidel uno de los chicos que querían practicar el gangbang. Tras su primer contacto por email, Fidel le había respondido y habían hablado por whatsapp. Era muy educado y algunos de los miedos se le pasaron enseguida. Finalmente habían decidido quedar en una cafetería para conocerse en persona y concretar los detalles si finalmente se decidía. Marta identificó a Ramón por la camiseta de Superman que él le había dicho que llevaría. Mientras se acercaba a la mesa se estremeció. La camiseta se le ajustaba a los pectorales e insinuaba un cuerpo musculoso. No era muy guapo pero tampoco feo. Una barba espesa cubría sus rostro. Pero lo que a ella le interesaba no estaba a la vista. Tras un par de saludos incómodos, pronto adoptaron una conversación fácil, él era muy simpático y la hizo reír un par de veces. Al cabo de media hora, como si fuera lo más natural del mundo, empezaron a hablar del tema. Marta quería saber cómo habían empezado.

  • Bueno, no sé ya sabes. En realidad todo empezó con tres de nosotros. Mis amigos César, Carlos y yo nos acostamos una noche con la novia de Carlos.- A Marta le encantaba que no usara términos soeces en la conversación pero esperaba que sí lo hicieran si llegaban a consumar la cita.- A ella le excitaba ver a varios tíos masturbándose así que Carlos nos propuso darle un show y una cosa llevó a la otra. Poco después el grupo fue ampliándose. Unos eran conocidos nuestros, compañeros de gimnasio, otros amantes de la novia de Carlos. Al final éramos unos 9. La novia de Carlos le dejó.- Fidel dio un sorbo a la cerveza.- Pero bueno, no sé… Hablamos y a todos nos encantaba compartir una chica. Supongo que alguno lo verá como gay pero tenemos pocas inhibiciones.- Se rió.- O tal vez hemos visto demasiado porno en nuestra vida.

  • ¿Y todos son de tu edad?

  • Bueno, Kevin tiene 27 y es el mayor. César es el menor con 21. Pero todos tenemos mucha experiencia. Y bueno, nos cuidamos, no hay ningún gordo y todos… ya sabes.. no estamos mal de tamaño. Incluso te puedes llevar una sorpresa. Ahhh y… bueno… Dylan es.. ya sabes… negro… Por si tienes un problema con eso, que entonces dejamos de hablar.

Marta pensó en si sería verdad lo que decían lo de los hombres de color. Y definitivamente no le importaba. Miró hacia las otras mesas. Menos mal que estaban lo suficiente lejos como para que nadie les oyera

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  • No, ningún problema. Curiosidad más que nada.

  • Jjajaja, bueno, no te va a decepcionar.

  • Y ¿decidisteis pagar por mujeres?

  • Bueno, verás. No es que apoyemos la prostitución y tampoco nos fiamos mucho de las profesionales. Pero no es fácil encontrar a una mujer que quiera hacerlo con tantos tíos a la vez. Y, bueno, la oferta económica ayuda. Pero si solo quieres hacerlo, no estamos tan interesados. Queremos que disfrutes.

  • ¿Y preferís una vieja como yo?

Fidel miró a Marta. Joder, si todas la viejas eran como ella, firmaba. La camiseta y los vaqueros que había escogido prometían un cuerpo para disfrutar.

  • Bueno vamos cambiando de edad, Pero las mujeres mayo… bueno con experiencia, aunque no lo creas, suelen estar más abiertas.

  • ¿Abiertas a qué exactamente?

  • Joder, no queremos que hagas nada que no quieras hacer. Si dices que no pararemos. Pero nos gusta traspasar un poco los límites. No sé, doble penetración, lenguaje sucio, corrernos encima tuyo… Ya sabes.

Marta ya había decidido decir que sí. Fidel transmitía confianza y ella tenía sus bragas completamente mojadas

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  • Me apunto. ¿Y ahora?

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  • Genial.- Fidel sonreía como un niño pequeño.- Lo que hacemos normalmente es quedar dentro de un par de semanas. No te lo he dicho pero preferimos hacerlo al natural. Necesitamos que nos mandes unos análisis para ver que, ya sabes todo está correcto. Y nosotros te mandaremos los nuestros. También higiene personal, sobre todo en tu culo. Nosotros cumpliremos. Ah y claro, no sé si tomas la píldora pero algún tipo de medida anticonceptiva. A algunos les gusta correrse dentro.

  • Ningún problema.

Los dos se despidieron poco después. Fidel le dio la dirección donde sería todo y quedaron en mandarse los análisis para que todo estuviera bien. Marta no podía esperar.


Marta se bajó del taxi. Miró el reloj, las nueve de la noche, puntual. Habían quedado en un piso turístico que los chicos habían alquilado para la noche. Llamó al telefonillo y la dejaron subir. En el ascensor comprobó su maquillaje en el espejo. A su edad sabía que era atractiva. Se había recogido su melena negra en una larga coleta. Una larga gabardina ocultaba la sorpresa que se había puesto para los chicos. Sus enormes tetas, solo un poco caídas a su edad, en forma de gota y separadas estaban enclaustradas en un top de animadora. Su culo rebosaba en una minifalda a juego. Lo había comprado por internet, quizás una talla demasiado pequeña. Su conjunto rojo de lencería preferida y unos largos tacones le daban aspecto de actriz porno o de prostituta, que técnicamente era por aquellas noche.

Fidel le abrió la puerta del piso y le dijo lo guapa que estaba. Marta declinó quitarse la gabardina por el momento así que era más un cumplido que otra cosa. En la mesa al lado de la puerta había 9 móviles apagados y un sobre abultado.

  • Tienes que dejar el móvil aquí. Así nos aseguramos que nadie graba nada. Y en el sobre está el dinero. Puedes llevártelo al final, por si tienes dudas.

Fidel la acompañó a un amplio salón, incluso con columnas decorativas, donde habían despejado el centro de muebles para dejar espacio. Los otros ocho jóvenes sonrieron nada verla entrar. No podían ver mucho de su cuerpo pero ya prometía. Su cabeza giró con las presentaciones. Llevaban vaqueros y camisetas o camisa. Algunos eran muy atractivos, más o menos guapos, o más o menos musculosos, pero todos en buena forma. Sus ojos volaron a Dylan, el norteamericano de color del que Fidel le había advertido. Era muy guapo, de casi dos metros y un cuerpo inflado de músculos. Se preguntó si todo sería tan grande pero el bulto que se adivinaba en sus pantalones lo insinuaba.

Kevin, Carlos, César, Paco, Julen, Eneko y Jesús completaban el grupo. Le sirvieron una copa y fueron alabando lo atractiva que era. Pero se quejaron de que llevaba demasiada ropa. Marta dejó su copa, estaba nerviosa, pero les dijo sensualmente si querían ya empezar la fiesta. Los nueve gritaron que sí. Una cadena de música lanzaba canciones en el ambiente. Los nueve amigos se sentaron en el sofá, sillones y sillas de la mesa del comedor que habían dejado mirando al espacio vacío.

Marta seguía un poco intranquila. Necesitaba un minuto para calmarse. Se quitó la gabardina tímidamente, pero los chicos fueron pacientes. Cuando el disfraz de animadora quedó a la vista, el grupo estalló con alabanzas y aprobación. Los gritos reafirmaron a Marta, y con esa confianza, una lujuriosa sonrisa estalló en su cara, y se acercó a una de las columnas al lado del escenario improvisado frente a los asientos.

Los chicos gritaron cada vez más alto mientras ella empezaba a moverse al ritmo de la música. Sin ninguna duda, se sacó la camiseta, lanzándola hacia atrás y revelando el sujetador con encaje que aprisionaba y levantaba sus enormes pechos. Los jóvenes seguían expresando su lujuria con gritos y silbidos, cada vez más excitados según se desarrollaba el striptease.

  • ¡El sujetador, el sujetador!- gritó Carlos.

Marta sonrió pero negó con la cabeza. En lugar de eso, alargó las manos por debajo de la cortísima minifalda que había dejado ver a los chicos flashes de su tanga. Empujó las braguitas de hilo dental por sus torneadas piernas de runner.

  • Eso también vale.- Dijo César, dando codazos a Carlos

Marta bajó el tanga, de modo provocativo hasta sus rodillas, allí simplemente dejó que cayera hasta sus tobillos. Estaba totalmente confiada ya. Iba a exprimir aquellas nueve pollas hasta que no pudieran más. Sacó sus pies del tanga en el suelo y de una patada lo lanzó lejos entre los constantes gritos de sus espectadores.

  • ¿Me quitó la falda?.- Preguntó de una forma coqueta.

  • Nooooo.- Gritaron al unísono

Marta se extrañó, al parecer el grupo tenía fetiches. Decidió ver hasta dónde.

  • ¿Los tacones?

  • ¡Tampoco!

  • ¿Sujetador?

  • Síiiiiii

Marta se rió y alcanzó con sus manos por detrás de su espalda, desabrochó la prenda y se lo lanzó a Dylan entre los gritos de los demás. Los aullidos aumentaron cuando los enormes pechos en forma de gotas se desparramaron sobre su torso. Estaba completamente expuesta excepto por su tacones y una falda que más parecía un cinturón. Levantó sus pechos con sus manos un momento y entonces levantó la falda, dando una visión completa de su coño depilado. Arrancó otra ruidosa reacción de su audiencia. Cuando supo que los tenía enganchados, y con su coleta moviéndose en su espalda, se giró y se apoyó en la columna poniendo su culo en pompa.

  • ¿Quién quiere ser el primero?

  • Un momento, no tan rápido.- Fidel parecía ser el líder e hizo gestos a Kevin y Paco.

Mirando por encima del hombro, Marta sonrió, no muy segura de lo que Fidel quería, hasta que juguetonamente le dio la vuelta y la empujó para que se pusiera de rodillas. Fidel, Kevin y Paco se bajaron los pantalones y se sacaron las pollas, duras y preparadas. Los tres iban depilados, pronto Marta comprobaría que todos lo estaban, y tenían unos hermosos miembros, no grandes pero definitivamente tampoco pequeños. Para cuando tenían los pantalones en los tobillos, los otros seis habían empezado a desvestirse.

En sus rodillas, Marta agarró el miembro de Paco con su mano derecha, el de Kevin con la izquierda y a Fidel con su linda boca. Fidel echó la cabeza hacia atrás disfrutando las sensaciones de esa auténtica milf cubriendo su rabo de saliva. Sus otros amigos les rodearon y durante 15 minutos más o menos, Marta hizo una ronda por los nueve hombres. Cada 30 segundos aproximadamente tenía un rabo diferente en su boca y una en cada mano, meneándolas como una experta mientras se las comía maravillosamente.

Aunque sus pollas no estuvieran en la mano o en la cara de Marta, los nueve amigos disfrutaban viendo como esa madura rotaba y les daba placer. Sus preciosos ojos brillaban mirando directamente a la cara de quien estuviera entre sus labios y su cabeza iba alante y atrás con su coleta moviéndose al mismo ritmo. Él que estuviera dentro de ella  no paraba de gemir y Marta imitaba los sonidos de disfrute al comerselo como había visto en las películas porno. El resto seguía alabándola cuando mostraba su habilidad para satisfacer varias pollas. Pronto empezaron a llamarla guarra o puta y otras obscenidades que la humedecieron aún más.

Cuando todos habían pasado al menos una vez por su boca y otra por sus manos, la ayudaron a ponerse de pie y la hicieron apoyar sus manos en la columna con su culo en pompa de nuevo. Fidel, de nuevo como el líder, fue el escogido para la primera follada. Los otros ocho dieron un paso atrás y le animaron. Marta le miró por encima del hombro, dejándole ver solo una parte de una traviesa sonrisa mientras se acercaba a ese impresionante culo.

Fidel colocó una mano en la cintura de Marta y con la otra guió su inflado pene dentro de su coño. La punta fue aceptada en el fantástico húmedo interior y no tuvo problemas para entrar. Cuando la punta estaba en su interior puso ambas manos en la cintura, manteniéndola en el sitio y se introdujo completamente. Los dos gimieron a la vez, los otros gritando que se la clavara más, mientras Fidel la hundía cada vez más hasta que sus huevos golpearon su clítoris. Marta lanzó un grito de placer cuando él movió las caderas removiendola por dentro. Ante la mirada del resto, empezó a entrar y salir de ella, despacio al principio y con su polla saliendo brillante por sus jugos. Marta miró al frente , sus dedos apoyados firmemente en la piedra de la columna, gimiendo constantemente y aceptando los constantes empellones en su cuerpo.

Incrementó el ritmo, empujando más fuerte y más rápido, sus pelvis lanzando ese obsceno sonido de piel con piel. Después de unos minutos follándosela, Fidel se retiró y sus amigos comenzaron a metersela por turnos. ‘Run a train’ como dice en el porno. Uno a uno, los nueve poseyeron a Marta en la misma postura, jodiéndola de forma constante desde atrás. Algunos se la tiraban despacio, otros fuerte y duro. Algunos la sujetaban por la cintura, otros por su culo o sus tetas, e incluso un par le tiraron de la coleta. Marta miraba alrededor y se ponía más cachonda viendo a los restantes ocho pajeándose. No importaba quién estuviera dentro de ella, se retorcía y gemía como una perra en celo. Dylan consiguió que alcanzara un inmenso orgasmo que había estado incrementandose en cada turno. No era extraño. El norteamericano hacía honor a la fama de los hombres de color. Su polla era la más grande del grupo y ninguno de los otros era pequeña. Su polla de ebano golpeaba su cerviz cada vez que entraba y le dejaba una sensación de vacío cuando salía.

Con su corrida, Dylan fue el último del tren. Después de que ella dejara de retorcerse y gritar, con los ojos vueltos hacia arriba, se retiró y dejó que Marta se incorporara. Era el momento de decidir cómo seguir. Todos miraron de nuevo a Fidel, que pidió un voluntario. César era el más cercano así que se unió a Fidel. Marta no sabía muy bien que esperarse pero permitió a los dos chicos que la levantaran en vilo, Fidel delante y César detrás. El grupo gritó su excitación cuando Marta abrió las piernas y rodeó a cada uno de los dos con un brazo, el derecho sobre el hombro izquierdo de Fidel y el izquierdo sobre el hombro derecho de César. Con Marta suspendida en el aire, los dos chicos se dedicaron a encajar a la madura en sus miembros.

Marta suspiró cuando la polla de Fidel se deslizó sin problemas en el su coño y exclamó cuando sintió la punta de César en la entrada de su culo. Marta ya había experimentado la doble penetración y había preparado su ano antes de acudir a la cita. Una vez que César había conseguido meter la punta, los dos la bajaron poco a poco hasta que estaban envainados hasta los huevos.

Una vez adaptada a los dos trozos de carne en su interior, sus pies colgando por encima del suelo, Fídel y César afianzaron su agarre y la levantaron para volver a bajarla, empalandola en sus miembros, uno en su culo y otro en su culo. Pronto la movían cada vez más rápido, haciendo que sus tetas se bombearan de arriba abajo mientras los acogía muy dentro en ambos de sus agujeros. La situación la llevó de nuevo a un orgasmo mientras sus piernas se movían libres en el aire. Los dos chicos no podían aguantar mucho ese esfuerzo así que la bajaron un poco para que pudiera apoyar uno de los zapatos con tacones en el suelo y Fidel levantó la otra pierna con su brazo. Marta les sonrió, quieta ahora, y Fídel y César se turnaron para destrozar uno su coño y el otro su culo. Marta disfrutó de la doble penetración, de la sensación que le lanzaba su interior relleno por ambos extremos cuando las dos pollas se encontraban en sus tripas solo separadas por una fina membrana.

Los tres estaban sudando profusamente cuando César y Fidel decidieron pasarla al siguiente grupo. Kevin y Eneko tomaron el relevo y le dieron otra doble penetración con ella de pie permitiendo que tuviera un pie apoyado en el suelo mientras entraban y salían por turnos para que siempre tuviera una polla dentro.

Julen y Jesús fueron los siguientes pero optaron por un split-roast más que usar sus dos agujeros. Julen se colocó detrás e hizo que se inclinara hacia delante para que Jesús pudiera meterle su rabo en la boca. Julen lo hizo en su coñito, y los dos comenzaron sus embestidas desde ambos extremos. Los gritos de Marta salían ahogados por la carne que ya llegaba a su garganta, pero los gemidos de Julen y Jesús se oían claramente mientras la utilizaban como una muñeca hinchable. Después de unos minutos, ambos se quedaron quietos e hicieron que fuera Marta la que se moviera ensartada en sus miembros. Los gritos de los otros ya habían perdido fuerza, inmersos como estaban en el espectáculo de las enormes tetas colgando y botando con el movimiento. Todos podían oír el húmedo sonido de la caderas de Julen golpeando la entrepierna de Marta. Marta se apoyó en la cintura de Jesús mientras este se follaba su cara y ella se abandonaba a la pura lujuria, con dos sementales destrozando sus labios superiores e inferiores.

Llegó el turno de Dylan, Paco y Carlos, un trío ahora ya que los chicos eran impares. Dylan cogió a Marta de la mano y la llevó hasta el suelo. Él se tumbó boca arriba y colocó a Marta a horcajadas sobre él, de frente y los dos se acomodaron hasta que la polla enorme de Dylan estaba dentro con Marta cabalgandole. Suspiraron de placer cuando Marta se sentó para metersela entera, justo a tiempo para que Carlos se arrodillara por detrás y entrara por el culo. Carlos gruñó un poco porque la polla de Dylan hacia mucho más estrecho su interior. Su polla fue entrando cada vez más hasta que estaba totalmente repleta de nuevo esa noche. Mientras Paco esperaba para disfrutar del único agujero que quedaba libre.

Paco y Dylan cogieron el ritmo y Marta empezaba a olvidarse del ligero dolor de sus orificios cuando Carlos dio un paso adelante e invadió su boca. Herméticamente cerrada, airtight gritó uno de los espectadores y todos se rieron con ganas.

Durante la próxima hora, Marta no tuvo nunca menos de tres pollas dentro de ella en ese pecaminosos gangbang. Sus orgamos le hacían perder la cabeza y los diez participantes estaban brillantes de sudor. Los chicos paraban si se notaban cerca y dejaban que otro más descansado tomara su lugar. Si alguno se dejaba llevar y apretaba el ritmo, Fidel les advertía y cambiaban. A los nueve les encantaba el edging, acercarse lo más posible a correrse para parar y poder seguir. Sabían que así sus corridas serían espectaculares.

Durante una de las posiciones, Kevin se tumbó en el suelo mientras Marta se echaba, tambaleante a un lado. Su maquillajes se había echado a perder y lágrimas negras de placer manchaban su cara, su pelo había perdido su coleta y estaba hecho un desastre y cuerpo relucía con el sudor mezclado de los participantes en la orgía. Fidel la ayudó a sentarse sobre la polla de Kevin con sus cara y tetas hacia el techo y la polla de Kevin en su culo ya dado de sí. Marta casi ni protestó y descansó su espalda en el pecho de Kevin. Levantó y extendió sus piernas para Fidel, que se hubiera empalmado totalmente por esa visión si no fuera porque ya estaba duro como una piedra. Se apresuró entre las piernas y hundió su polla en su coño que seguía totalmente mojado. Se echó encima de ella consumando el sandwich. Los dos no perdieron el tiempo y enseguida salían y entraban en sus agujeros.

César se arrodilló enfrente de la cara de Marta y está lanzó su boca para engullir su polla. Los empujones de los otros dos marcaban un ritmo incómodo y César la agarró de la cabeza para empujar con sus caderas y follarle la cara. Cuando llevaban unos minutos, César anunció que iba a correrse pero no iba a parar. Kevin con su cara justo debajo de la cabeza de Marta se encontró en una situación comprometida.

  • Coño, siempre igual. Correte en su boca, no me salpiques.

César paró su movimiento y sostuvo quieta la cabeza de Marta mientras su polla palpitaba entre sus labios. Descargó directamente en su garganta mientras él gritaba joder y ella se tragaba la enorme cantidad como podía. Kevin y Fidel siguieron unos minutos más y se retiraron para desagrado de Marta que estaba al borde de otro orgasmo.

El último trío de amigos de la noche, Eneko, Julen y Jesús se adelantaron y se prepararon en una postura diferente. Marta se tumbó sobre su lado derecho y la hicieron levantar su pierna izquierda de manera que su tacón apuntara al techo. Jesús se tumbó paralelo a él por detrás, en la posición de la cucharita, y se introdujo en su culo. Inmediatamente Eneko se arrodilló enfrente, deslizándose bajo la pierna extendida y entrando desde una posición perpendicular con Jesús ya follandole el culo. Julen se arrodilló frente a la cara de Marta,que obediente le pajeó antes de empezar a chuparle.

La postura era nueva para Marta y no muy cómoda con su pierna extendida en el aire. Pero los chicos solo tenían consciencia del vibrante conjunto de carne y siguieron destrozándola. Justo antes de correrse se retiraron una vez más. Sabían que debían guardar fuerzas para un último asalto. Los nueve amigos cogieron bebidas y botellas de agua para hidratarse mientras respiraban agotados y dejaban que sus pollas perdieran parte de la excitación para quedarse semirígidas. César, el único de ellos que había eyaculado, se había recuperado ya.

Fidel le acercó una botella de agua a Marta que yacía derrumbada en el suelo. El sudor chorreaba por su cuerpo, le daba una pátina de brillo y empapaba el desastre en que se había convertido su pelo. Sus tetas subían y bajaban en su pecho mientras trataba de recuperar el aliento. Parecía exhausta y Fidel le preguntó si quería seguir. Ella dio un sorbo de agua y le miró seductora.

  • ¿Acaso he pedido que pararais panda de maricas?, ¿ahí quietos con vuestras pollitas blandas?-. Juguetona medio se incorporó y apoyó su cabeza en mano y el brazo de esta en el suelo, mientras les miraba y vertía el resto de la botella de agua sobre su pecho.

Los nueve se rieron.

.- Oooohh, tú las ha querido.- Fidel se rió.- Vamos a ver con cuantas pollas puede esta puta a la vez.

Sin amilanarse, Marta se sentó y les miró, con ojos brillantes, y con una sonrisa seductora y confiada en su cara. En su anterior gangbang, ya había experimentado con dos pollas en su vágina y ansiaba repetir la experiencia. Fidel se acercó y se tumbó en el suelo, acercando a Marta para que se encajase en su polla. Entró sin problema y el placer los rodeó a los dos desde sus entrepiernas. Marta sonrió hacia abajo mientras bajaba su trasero, sin perder el contacto visual y empezó a mover las caderas y a montarle una vez que su coño rozó sus pelotas. Marcó rápidamente un buen ritmo en pocos segundos pero no pasó mucho tiempo antes de que Kevin apretara su miembro contra su abusado culo.

Julen la agarró de la barbilla y tiró de su cabeza hacia su polla para que le devorara. Enseguida Paco y Jesús se colocaron a ambos de ella y, cogiendo cada uno una muñeca, llevaron las manos de Marta a sus miembros que empezó a bombear mientras sus tres agujeros corporales eran invadidos por enésima vez. En unos minutos, Fidel, Kevin y Julen habían conseguido marca un ritmo constante en sus embestidas y Marta se había acomodado a menear a ese paso a Paco y Jesús, como la diosa del sexo en que se había convertido.

  • Joder, cinco a la vez. -exclamó Eneko mientras él, César, Carlos y Dylan miraban.- Desde luego, es la mejor invitada que hemos tenido. Quizás bata el récord.

  • Vamos a verlo.- afirmó César colocándose al lado de Julen y enfrente de la cara de Marta.- Esa boca parece lo suficientemente grande para dos.

  • Joder, yo no me quedo fuera.- dijo Carlos y se puso detrás de Marta donde ya la estaban penetrando Fidel en el coño y Kevin en el culo.

Marta empezó a sentirse sobrepasada. Es verdad que en la orgía con los amigos de Marc había tenido dos pollas en la boca y dos en el coño, pero no se imaginaba lo que pretendía Carlos con dos trozos de carne ya en sus bajos. Los chicos nunca habían conseguido llevar a cabo una triple penetración excepto con una de sus parejas anteriores y la chica no lo disfrutó mucho. Pero tanto ella como ellos estaban dispuestos a intentarlo.

  • ¡Joder!.- Gritó Marta cuando Julen dejó libre momentáneamente su boca para hacer sitio a César.- ¡Hostia puta!

  • Vamos, guarra, tú lo has pedido.-Dijo César- Tú puedes con esto.

César y Julen juntaron sus miembros y empujaron hasta que la mitad de cada uno estaba entre sus labios. Con las mejillas distendidas, gruesas lágrimas resbalando por sus mejillas y mirándoles a la cara, Marta movió la lengua como pudo mientras se admiraba de la confianza de los amigos, a los que no parecía importarles que sus pollas se rozasen. Parecían disfrutarlo de hecho.

Mientras tanto, Kevin se había incorporado sobre sus piernas y seguía follandosela por el culo pero ahora inclinado sobre la espalda de Marta, con las rodillas medio dobladas.  Carlos aprovechó el espacio, se puso de rodillas a horcajadas de las piernas de Fidel y empujó la punta de su rabo contra la base del de Fidel, que seguía empujando en el coño de Marta. Fidel paró y se retiró un poco, sin llegar a salir, para que Carlos pudiera entrar. Los gemidos de Marta, que se escapaban a duras penas entre la carne metida en su boca, no se distinguían si eran de placer o dolor pero ellos estaban más allá. En realidad estaba rota del gusto.Sentía que su paredes vaginales iban a reventar pero se corrió una vez más y estas se contrajeron apretando a Carlos y Fidel. Los gemidos ahogados se hicieron más fuertes según Carlos empujaba más fuerte y forzaba más dentro las dos pollas. Con el pecho apretado contra el de Fidel, este sintió como Marta se estremecía completamente.

Kevin incluso salió hasta que solo su punta estaba en su culo para que Carlos y Fidel pudieran ajustar sus rabos bien dentro de ese coño apretado. Marta se calmó y los chicos se tomaron un momento para que todos se adaptasen a las condiciones extremas. Pronto  Marta empezó a menear de nuevo los miembros de Paco y Jesús. Kevin, Carlos y Fidel encontraron un compás obligatoriamente suave y volvieron a mover sus pollas dentro de ella como una máquina bien engrasada. César y Julen básicamente se alternaban en joderle la cara y a veces coincidían los dos en su boca.

Marta se retorcía y gemía tanto como era capaz con cinco hombres follando su sexy cuerpo mientras daba placer con las manos a otros dos. Perdió la noción de la realidad en esa masa caliente de carne entrelazada, sudor y olor a sexo. Eneko y Dylan que permanecían de espectadores conminaron a los otros a dejarles algo. A excepción de Fidel y Carlos atrapados en su coño, los otros 8 se fueron turnando en la boca, manos y culo con dos siempre mirando. Por lo menos Dylan no intentó follarle el culo, pensó Marta, no creía que fuese posible. César sustituyó a Carlos en un momento dado en compartir el coño de Marta con Fidel, quien ponía todo su esfuerzo en disfrutar pero en correrse todavía. Pero fueron necesarios tantos ajustes que el resto decidieron seguir con las otras opciones. La mente de Marta estaba en blanco y solo quería que siguieran usándola como un juguete sexual toda la noche. Volvió a sus sentidos cuando uno de ellos propuso dos pollas en su culo. Marta liberó su boca un momento y les gritó que no. Aquello era demasiado, al menos quería poder andar cuando terminaran.

Los chicos gruñeron defraudados, pero la orgía había llegado a un punto donde ya casi no podían aguantar más por muchos descansos que tomaran. Se fueron retirando a la espera del gran final hasta que solo Fidel bajo su cuerpo estaba dentro. Marta se derrumbó sobre su pecho mientras se corría por última vez aquella noche. Con las manos en los hombros de Fidel enterró la cara en su cuello. Este le susurró si quería que parase pero ella embarcada en las última delicias de su climax, le pidió que se la follara hasta correrse dentro de ella.

La espalda de Fidel le dolía después de haber soportado la parte final de la debacle sexual. Así que agarró a Marta de la cintura, y sin salir de ella, la giró hasta que era ella la que estaba tumbada en el suelo boca arriba y él encima. El cuerpo de Fidel la aplastó totalmente y él poseído empezó a empujar lo más rápido y fuerte que pudo. Marta había dejado de gemir para solo poder dejar escapar unas risitas tontas. En uno de los momentos en que estaba totalmente dentro, Fidel se detuvo y se vino dentro de ella. Marta suspiró al notar su líquido caliente dentro de ella. Fidel salió y se quedó tirado a su lado. Totalmente exhausto.

Marta no tuvo respiro. Dylan era el único que durante la última fase no había llenado ni su coño ni si culo. Se puso de rodillas y se sentó sobre sus pantorrillas. Cogió las piernas de Marta y tiró de ella hasta que su culo estaba en sus muslos y su gigantesca polla entró en su coño. La corrida de Fidel empezó a salir por el poco espacio que quedaba entre sus labios vaginales con las embestidas cada vez más rápidas de Dylan. Sus tetas caídas hacia su cara por la postura en diagonal de su cuerpo, con la cabeza apoyada en el suelo, se movían frenéticas. Marta levantó la cabeza para mirar a Dylan, que sonreía diabólicamente.

  • Fuck!- dijo en su inglés natal.- I love sloppy seconds.

O sea que no solo no le importaba follarse un coño repleto de leche sino que le ponía. Tardó aún un par de minutos en correrse también dentro. Marta miró a los otros siete totalmente empalmados aún. Estaba segura de que sus tripas no podrían con más aquellas noche.

  • Correos en mi cara.- Dijo poniéndose de rodillas.

Julen se acercó primero, disparando casi al momento y pintando de blanco su frente y su pelo.Julen se echó hacia atrás y César y Kevin se colocaron uno al lado del otro y casi a la vez lanzaron gruesos goterones de semén por toda la cara de Marta. Esta se reía y sus hombros subían y bajaban mientras el líquido espeso entraba en su boca y goteaba sobre sus hermosas tetas. Parte cayó en su ojo izquierdo que quedó cerrado durante el resto del bukkake.

Eneko, Carlos, Paco y Jesús no podían más así que la rodearon y pajeándose furiosamente descargaron sobre ella. Eneko y Carlos apuntaron su cara pero Paco y Jesús se derramaron sobre sus tetas. Marta estaba totalmente cubierta por los fluidos de siete de ellos y los de los otros dos rezumaban de su coño hasta el suelo. Tenía parte en la boca e incluso hizo burbujas y gárgaras con él antes de tragárselo.

Marta se levantó un poco tambaleante y Eneko se apresuró a sostenerla. El resto aplaudió y vitoreó por una actuación increíble.  Eneko la acompañó al cuarto de baño para que se duchara y se aseara. Cuando salió los chicos seguían desnudos y comentaban la noche increíble. Marta pensó que definitivamente no le bastaría a partir de entonces con una sola polla. Se vistió como pudo, la falda que había tenido puesta todo el tiempo estaba inservible pero la gabardina la tapaba entera. Le dolían los pies, aparte del resto del cuerpo, por no haberse quitado los tacones. Decidió irse descalza. Los chicos l a despidieron y le pidieron que volviera a llamarles. Ella se lo prometió. Antes de irse cogió el sobre y comprobó que había diez billetes de 100. Había dudado de si eso la convertía en una prostituta, pero definitivamente se los había ganado.