Una madre inocente (2)

O una madre ya no tan inocente (podría llamarse, averigua por qué) sigue relatando los pensamientos eróticos que han despertado en ella y las acciones que toma con su hijo.

(Antes que nada INFORMAR de que este relato está escrito desde la versión femenina, si no te gusta así te ofrezco a que leas mis 2 primeros relatos, de igual modo recomiendo ser más tolerante y disfrutad el relato igual, poniéndote en situación del hijo aunque no esté relatado por él, en un futuro muchos más relatos contados desde la perspectiva masculina vendrán, dicho esto gracias y disfrutad de este segundo capítulo!)

Primer relato/capítulo: https://www.todorelatos.com/relato/158354/

Otros relatos filiales: https://www.todorelatos.com/relato/157816/ - https://www.todorelatos.com/relato/157938/

Última escena del primer capítulo:

No me creo nada, pero está bien, ¿verdad? -ríe.-

- ¿Tu pichilla? -río y le doy un beso en la mejilla, salgo de la habitación.-

- ¡Que te den mamá! -ríe a carcajadas.-

- ¡A ti Don Pichilla! -digo a voces ya en la lejanía y riéndome.

Continuación de Una madre inocente:

Una madre inocente (2)

Me dirijo a la lavadora para dejar los calzoncillos, prefiero no comprobar de qué están húmedos porque es obvio.

  • ¡Marcos ven un momento!

Al momento llega.

  • Dime, ¿qué pasa?

  • Toma, ¿a qué huele?

  • Eh... mamá... no voy a hacer eso.

  • Asqueroso ¿verdad?, pues deja de limpiarte con ellos hombre, limpiate con papel o pañuelos.

  • Si es que a veces pues lo que uno primero pilla...

  • ¿Qué te cuesta echarlo en el papel?

  • A veces se me olvida y ya luego pues da toda la pereza. -ríe.-

  • Vago de mierda, y como encima es poca...

  • ¿Qué?

  • Están enteros sucios, parecen 3 corridas juntas. -ríe.-

  • Ah, qué va mamá eso era una solo.

  • Pues es muchísimo semen.

  • Ya, ¿qué esperabas de mí? -sonríe.-

  • Vaya machote tengo en casa con la tontería eh.

  • Está claro. -ríe.- Oye, ¿no tendrás una cinta métrica?

  • Sí creo que sí. ¿Para qué la quieres?

  • Para una cosa, es que el metro no me sirve, ni la regla.

  • Ah... pues sí tengo una de costura. Espera que la busque.

Pensando está claro para qué la quiere, para medirse la polla tal y como buscó en internet.

  • Toma, aquí la tienes.

  • Gracias mamá.

  • ¿Pero exactamente para qué la quieres?, ¿Por qué no te vale un metro cualquiera o una regla?

  • Qué más da mamá. -se toca el paquete.-

  • No te toques ahí delante mío te dije ya guarro...

  • No me doy cuenta de que lo hago joder. -ríe.-

  • ¿Y qué vas a hacer esta noche?

  • Me iré a mi habitación un rato.

  • Yo estaré viendo la película que dejé sin terminar.

  • Perfecto, por cierto llama a la puerta si vas a mi habitación. -mira para otro lado tímidamente.-

  • Vale, disfruta. -río, le doy la cinta métrica.-

Yo me voy al salón y él a su habitación,

pongo la película que estaba viendo y empiezo a pensar en lo raro que ha sido este día: le he visto la polla a mi hijo y a él le ha dado como igual mostrarmela... Y lo peor no es eso... no paro de pensar en lo bien dotado que está, lo gorda que la tiene y eso no está bien...

A la media hora o así oigo la puerta de su habitación abrirse, miro hacia el pasillo: con la poca luz tenue que sale de su habitación casi no puedo verlo, hasta que enciende la luz del baño antes de entrar lo que me deja una visión de él y su polla totalmente dura, ladeada hacia un lado, sobresaliendo el capullo por encima del elástico de los boxers. Ha debido olvidar el papel higiénico...

Entra y al poco sale del baño, veo que  efectivamente ido a por papel higiénico, por un momento mira hacia al salón y me mira, se agarra el paquete y sonríe, sin saber muy bien qué hacer le devuelvo la sonrisa. Por un momento siento que esta situación me está superando, mi coño se ha humedecido y no puedo aceptarlo, me entra como un pequeño ataque de ansiedad que intento controlar llevando un dedo a mi coño, esto no está bien pero no puedo más, mi marido trabaja en los camiones y lo echo mucho en falta, necesito una polla urgentemente.

Una hora de la película, por fin ha terminado porque ha decir verdad se me estaba haciendo eterna, no podía concentrarme en ella pensando en otra cosa...

Me levanto para irme a dormir y justo cuando estoy pasando por la puerta de la habitación de mi hijo se abre.

  • ¿Te vas a dormir ya mamá?

  • Eh sí. -lo miro, sus boxers muestran un bulto prominente pero sin ser exagerado, seguramente esté medio empalmado, percibo un olor a marihuana que sale de su habitación.-

  • Ah bueno, buenas noches. -se acerca y me da dos besos, por un instante noto como algo medio duro roza mi muslo. Siento escalofríos.

  • Bu, buenas noches. ¿A dónde vas tú a estas horas?

  • Al baño, ya sabes por lo que me dijiste, te estoy haciendo caso. -ríe.-

  • Sí, ¿pero no habías cogido ya antes?

  • Claro, pero necesito más. -ríe rascándose la barba.-

  • Qué guarro. -río.- Anda que otra paja cuando hace nada te hiciste una...

  • Qué raro se me hace oírte decir esa palabra. -ríe.- Y yo que sé mamá, necesidades.

  • Más bien vicio... Bueno, disfruta de nuevo.

  • Adiós mamá. -sonríe y se dirige al baño.

Entro a mi habitación y cierro.

Ahora para colmo me pongo a hablar con él de las pajas que se hace o no...

Intento dormir pero llevo como 20 minutos de reloj intentándolo y no puedo, pienso una y otra vez en lo que está haciendo al otro lado de la pared mi hijo, casi nace de mí una necesidad de verlo muy extraña pero sería una locura.

Recuerdo que le di mi cinta métrica de costura y creo que la utilizaré como excusa para entrar a su habitación. Decidido, lo voy a hacer.

Salgo de mi habitación en silencio, voy a su puerta, toco rápidamente 2 veces pero abro inmediatamente:

Lo que veo no me decepciona, está con los auriculares puestos, escuchando música supongo, con un porro en la mano y con la otra masturbándose con bastante tranquilidad y lentitud mientras mantiene los ojos cerrados. Sin duda se está pegando la paja de su vida.

Me acerco a él, por unos segundos observo cómo se masturba, disfruta, respira y se estremece, mi coño literalmente hace aguas. Nerviosa decido llamar su atención dándole un golpecito a su brazo izquierdo que sujeta el porro.

  • Hey...-me dice con voz ronca, dejando de masturbarse pero sin taparse.- ¿Qué quieres? -sonríe con los ojos achinados y rojos.-

  • Vengo a por la cinta que te di. -intento no hacer contacto visual con su polla.-

  • ¿Y tiene que ser ahora, no podías haber esperado a mañana? -da una colada al porro y para casi desmayo se agarra la polla, continuando la paja que se estaba haciendo.-

-No quiero que se pierda. -miro hacia la pared para no verlo.- Así que dámela.

  • Joder mamá podías haber esperado un poco fuera, sabías lo que estaba haciendo. -escupe en la mano con la que se masturba y sigue haciendolo.-

  • Pensé que ya habías terminado...

  • No soy un picha floja precoz. -ríe.- me las hago muy largas. -oigo el vaivén de su mano con la saliva recorriendo su polla.-

  • ¿Puedes parar un momento? -intento imponer seriedad.-

  • Estás en mi habitación invadiendo mi privacidad... Y en mi momento de intimidad.

  • Pero soy tu madre y estoy delante tuya, ten un poco de respeto, anda dame la cinta y me voy. -le robo el porro y doy 2 caladas seguidas que me dejan algo mareada.-

  • ¿Y estas confianzas de robarme el porro? Y la necesito aún, mañana te la doy tú tranquila que no la pierdo.

  • Pues las mismas que tú...¿ y para qué la quieres? -pregunto haciéndome la tonta.-

  • Qué pesada mamá...

  • Dímelo y me voy.

  • Para medirme la polla. ¿Contenta? -ríe.-

  • Ay Marcos. -río.- ¿Y por qué no utilizas una regla normal?

  • Para medirmela de grosor mamá...

  • Ah...¿y eso cómo es?

  • Pues te enroscas la cinta en la polla y mides. -ríe.-

  • Vaya vaya, ¿entonces de longitud ya te la has medido?

  • Claro. -ríe.- ¿por qué?

  • No por nada... -río.-

  • ¡Dame el porro ladrona, que te lo estás fumando!

  • Ah no no no. -río divertida.- Este me lo quedo yo.

  • ¡Ni de coña!, que no me queda más!

  • Pues te aguantas, mucho es que te estoy dejando fumar en casa que ni lo sabía hasta hoy.

  • Mamá dámelo en serio...

  • Que se pone serio...-doy una calada lo más grande que puedo, casi ahogándome.-

  • ¡Sueltalo! -se levanta de golpe de la cama yendo a por mí intentando quitarme el porro, su polla totalmente dura queda amenazante.-

  • ¡Marcos aléjate, aléjate por Dios! -río.-

  • ¡No, me vas a dar el puto porro! -tiende su mano hacia a mí, casi con mismo ímpetu que su polla me señala.-

  • Toma toma, pero no te acerques con eso así a mí. -le doy el porro.-

  • Te lo has fumado casi entero joder...-me mira serio pero le mantengo la mirada, no puede evitar reírse.- Me jodes el porro -zarandea su polla de lado a lado.- y la paja. ¿Te parece gracioso?

  • Ay Marcos -río mirando su polla, algo descarada por el efecto de la marihuana me atrevo a decir:- ¿Pero en qué momento se te puso así de...? -río sonrojándome.-

  • ¿Así cómo, qué quieres decir? -con cara de sorpresa.-

  • ¡Así de grande joder! -río ahora algo nerviosa.-

Su polla da unos pequeños rebotes, le ha gustado lo que ha oído.

  • Vaya pregunta mamá... hace ya un tiempo pero va a más y a más. -ríe.- ¿tan grande la ves? -se la mira haciéndose el modesto, me mira y se pone de perfil.-

  • Siéndote sincera ahora... Sí.

  • ¿No decías que no te impresionaba?. -ríe.-

  • Y no me impresiona pero si soy sincera es que un pollón no es...

  • ¿Ah no?

  • Más bien un señor pollón gordo y venoso. -río.-

Observo su polla de nuevo, nuevos espasmos que le producen una gran gota preseminal en el capullo, al poco cae hacia al suelo formando un hilo de preseminal.

  • Te ha sentado mal el porro -ríe.- ¿Así que te parece gorda también?

  • Sólo hay que verla... pero bueno que yo ya me iba.

  • Me halaga mucho, ya tengo que tenerla grande para que lo digas hasta tú...Pero oye antes de irte déjame la cinta que mañana te la doy de verdad.

  • No...-sonrío, ya lo hago por molestar.-

  • Si me la dejas te digo el resultado, además, ¿no te parece ya suficiente que no te haya echado de la habitación?

  • ¿Y por qué me ibas a echar?

  • Porque estás mirándome a la polla en vez de a la cara, ¿algo raro no? -ríe.-

  • Serás malo, si hoy me la enseñaste en la cocina descarado... Y ahora mismo te la machacabas estando yo delante tuyo

  • Estaba empalmado, ¿qué querías que hiciera esconderme? Y ahora...

  • Esconderte no, ¿pero girarte un momento hacia otro lado?, y ahora no hay excusa que valga, querías que yo te la viera pillín. -río.-

  • Me daba y me da igual...

  • Venga dilo querías que mamá viera la polla tan grande que tienes...-río más y más.-

  • No fumes más de esto en serio, te sienta fatal. -ríe.-

Pongo cara triste para ver si consigo que lo admita. Me mira y algo avergonzado termina diciendo:

  • Joder mamá, SÍ. Quería que me la vieras para callarte la boca, pero solo eso... esto ya me está incomodando.

  • Ella no dice lo mismo... vaya goteo. -sonrío.-

  • Serás...-ríe.- En serio ya vale eh. -se limpia el capullo con la mano.-

  • Va va, toma la puta cinta guarro descarado. -se la tiro.-

  • ¡Tendrás morro!

Ando hacia la puerta.

  • Buenas noches. -le mando un beso a lo lejos.-

  • Buenas noches y una mierda...-lo oigo murmurar.-

Salgo de la habitación cerrando su puerta. Me voy a mi cama nuevamente.

Me siento un poco mal por él, pero lo que tengo en mi retina es la visión que he tenido de su polla en todo su esplendor, ese momento de masturbarse delante de mí...estoy algo conmocionada realmente y sigo cachonda.

Plácidamente llevo un dedo a mi coño, me sigo sintiendo mal por esto, pero tampoco me voy a hostigar... ¿no? Tampoco es que se le vea tan incómodo como dice.

Continuará