Una madre atrapando a su hijo
Mi hijo el culpable de entrar al mundo del incesto
Me presento, me llamo Alejandra, soy una mujer madura de 45, con buenas tetas, grandes, un buen culo, con algo de estrías pero lo normal, trato de mantener mi cuerpo en forma.
Bien, soy madre soltera, hace mucho me divorcie de mi ex marido Ramón y me quedé con mis hijos, mi hija Ana de 19, delgada, tetas medianas al igual que su trasero y mis hijos Oscar de 20 y Daniel de 18, jóvenes y fornidos. Bueno la vida de madre soltera es muy tranquila, casa y trabajo, digamos que normal, éramos una familia normal.
Les voy a contar como me fui metiendo al mundo del incesto y más que eso, como mi vida cambió para estar comprometida con el deseo que no había sentido antes ni cuando era joven.
Bien, esto comenzó la noche de un miércoles, llegaba del trabajo y preparaba la cena, mi hijo Oscar estaba en la sala viendo la televisión y mi hija en su habitación, Daniel estaba en la suya durmiendo un rato debido a que llegaba del gimnasio cansado.
Mientras yo preparaba la cena me daba cuenta que Oscar pasaba por la puerta y miraba de reojo, me preguntaba por qué, entonces le pregunté que qué quería y me decía que nada que qué estaba haciendo de comer, y yo le decía que pasara para que viera, se acercó y se puso detrás de mi el muy cabron, y en ese momento pude sentir una buena erección, no sabía por qué, si era al ver una chica en la televisión.
Yo estaba vestida con una camisa blanca pegada y mis tetas podían verse bastante, poniendo algo de presión en los botones y una falda arriba de las rodillas con unas medias en mis piernas, tal vez me viera sexy, pero no me pasaba por la cabeza que mi hijo se excitara viéndome. Le dije a mi hijo que pusiera la mesa para que apartara su miembro de mi, hace bastante tiempo que no tengo un pene cerca y me puso nerviosa el de mi hijo, aunque obvio no soy para nada una santa y tenía mis propios juguetes, si no tenía un macho tenía 1000 dildos.
En fin, la comida estaba lista, llamé a los niños para cenar y seguía viendo un bulto de buen tamaño en el pantalón de Oscar, cenamos tranquilos, charlando sobre la escuela y el trabajo, levantamos la mesa y pude ver como Oscar miraba mi culo, no sabía si sentirme halagada o no se, sólo les dije que se fueran a dormir y yo lavaría los trastes.
Me sentía rara, sólo tenía en la cabeza su bulto pegado en mi culo, sabía que estaba en esa edad de la curiosidad sexual, pero me preguntaba por qué conmigo, no sabía si tenía novia o si ya había cogido, había muchas preguntas pero para relajar mi mente, decidí tomar mi baño para dormir tranquila.
Me estaba duchando tranquilamente cuando tuve la sensación de que alguien entraba al baño, no veía nada por la cortina pero escuchaba una especie de pasos que duraron poco, yo seguí bañándome y cuando salí, vi que mi tanga sucia no estaba, pensé que la había dejado en el cesto de la ropa sucia pero no, simplemente desapareció, y pensé, bueno, luego aparece así que me fui a dormir.
A la mañana siguiente al pasar por los cuartos de mis hijos que ya se habían ido a la escuela, entre a checar que tendieran su cama o recoger algo que faltara, mi sorpresa fue muy grande al entrar al cuarto de Oscar y ver que en un cajón que se asomaba en su ropero encontraría mi tanga sucia, tiesa con manchas de semen, pero eso no era todo, en su cajón tenía revistas pornográficas, no las conté todas pero supongo que eran más de 20, y al sacarlas todas vi que hasta abajo fotos mías, fotos en bikini de cuando fuimos de vacaciones ese año, bañadas en el semen de mi hijo, me quedé en shock, estaba entre enojada y me quería reír, era un sentimiento raro y obviamente eso no se iba a quedar así, en mi mente decía “que chingon me salió este chamaco, pero aquí la que manda soy yo y me va a oír”.
Esa noche, se repitió el proceso, pero está vez iba a atrapar a ese mocoso, antes de meterme a bañar tomé mi tanga y me la metí en la vagina, a tal modo de perfumarla mejor, a ver si ese chamaco lo disfrutaba, total, me metí a bañar, y después de un rato escuché a mi hijo entrar y salir, más rápido que ayer porque le deje la tanga más cerca de la puerta, me duche rápido, me puse una bata y salí rumbo al cuarto de mi hijo, aún dudaba por lo que iba a hacer, pero me arme de valor y abrí la puerta rápidamente y entonces lo vi, vi a mi hijo masturbándose mientras olía mi tanga y veía mis fotos a un lado, “¡qué chingados estas haciendo Oscar!” le dije, el se quedó congelado al verme cachándolo en esa posición y lo único que pudo fue taparse un poco, pero su pene era de buen tamaño y sobre salía bastante.
Me dirigí al armario y le dije que si creía que no me iba a dar cuenta, saqué el cajón de las revistas porno que tenía para decirle que qué significaba esto, el cabron se quedó mudo, entonces me calme un poco pero seguía en mi postura de querer saber que carajo estaba pasando, así que lo agarré de la oreja y lo saqué de la cama, trataba de cubrirse el pito pero era casi imposible, seguía erecto, tal vez por verme en la bata con las tetas casi afuera y con una tanga de encaje.
Le dije que se callara y que me respondiera porque se masturba con mi tanga y mis fotos además de tener varias revistas para adultos, entonces me dijo que era porque le parecía algo sexy y porque nunca ha tenido sexo, era virgen, mi niño era virgen, cosa rara con tremendo animal que se cargaba ahí, cualquier niña quisiera tener esos 20 cm adentro, eso pasaba por mi cabeza, decía que las chicas de la revista se parecían a las prostis que vio una vez en el centro y le dije que si entonces yo parecía prostituta para que también se masturbara viéndome, el balbuceaba que no.
No se por qué lo hice y que me sucedió en ese momento que mientras le veía su hinchada verga, me abrí la bata y me quite la tanga mientras le decía “¿parezco una prostituta entonces? ¿te gustan las prostitutas no? entonces vamos a ver lo que está prostituta puede hacer” en el momento en el que dije eso, tome su cabeza y la puse entre mis tetas mientras le decía que las chupara al cabron, lo hizo con tantas ganas que me calentó de inmediato y lo tumbe en la cama para ponerme de rodillas, tomar su pene que ya estaba en erupción y empezar a darle una mamada tan grande que sus gemidos eran fuertes, así que le ordene que se callara o nos escucharían sus hermanos, no podía así que con mi otra mano le cerré la boca mientras seguía mamándole ese troncote.
No quería que se viniera aún así que le dije “todo ese semen que embarras por ahí me lo vas a dar a mi, escuincle” así que me puse encima de él para empezar a cabalgar la que sería mi primer verga en mucho tiempo y que mejor que la del pendejo virgen de mi hijo, no me lo creía, yo a su edad ya había pasado por media prepa y el ni una mamada había recibido.
Estuve dando unos buenos sentones y el cabroncito no se callaba y tenía que seguir tapándole la boca, así que para ahorrarme el trabajo con mis manos, le puse la tanga sucia con la que se estaba masturbando en la boca, el empezó a moverse más, ya no me dejaba todo el trabajo a mi, agarrándome el culo o apretando mis pezones, yo le decía “tranquilo mi amor, no querrás venirte tan pronto” pero desgraciadamente era su primera vez y no pasaron más de 15 minutos cuando ya se había venido dentro de mi, conmigo no había problema, me opere después de tener a Ana, así que podrían hacerlo las veces que quisieran, me aparte de el y veía su semen bastante espeso salir aún de mi vagina y con residuos de semen en su pene termine haciéndole otra mamada para limpiarlo.
Le quite mi tanga de la boca mientras le decía que descansara porque tenía escuela al otro día, seguido de un rico y apasionado beso mezclando saliva y su semen, salí de su habitación y me metí a dar una ducha rápida para después ir a dormir.
Así empezó todo esto, mi primera de muchas veces con mi hijo mayor, y el primero de mis hijos porque los otros también fueron mis víctimas, me sentía bien, siempre tuve el pensamiento de que disfrutar de tu sexualidad es hermoso, así que, no soy de esas santurronas que se asustan con cualquier cosa, me siento bien al poder ayudar a mis hijos en el ámbito sexual y mejor aún, ser un objeto sexual. Pueden escribirme si desean saber métodos para hacer algo similar a lo que yo hice o para ser buenos amiguitos, les contaré más relatos para que puedan disfrutar un poco de lo que yo disfruté.