Una lujosa tarde de verano

Hay que ver!, la de kilos que perdí ese día, gracias a la ayuda de mi novia y su amiga.

Os voy a contar una historia que me ha pasado un día de verano, con mi novia y su amiga, bueno, mas bien era amiga de su madre. Seguro que a más de una le haya pasado lo mismo, pero como me gusta compartir mis historias con los demás, voy a detallar lo sucedido.

Como dije anteriormente, era una calurosa tarde de agosto, yo me dirigía a casa de mi novia Vanesa como casi siempre era habitual, y tras subir las escaleras, toqué el timbre para que me abriesen la puerta, y poder entrar en el piso. Una vez abierta la puerta me llevé la grata sorpresa, que tras ella se hallaba María, una cuarentona buenísima que mi novia había conocido en el gimnasio, a través de su madre.

Con el tiempo, la relación entre ellas era buenísima, quedaban para tomar café juntas e incluso iban de compras, una amistad rarísima ya que María tenía 40 y pico años y Vanesa 30, pero bueno, cosas peores se vieron ¿no?.

Ese día habíamos quedado los 3 para cenar juntos, para después salir a tomar unas copas, con la intención de animar a su amiga, después de su reciente separación con su marido, un gilipollas engreído que siempre fardaba de lo que no tenía.

Y Vanesa?, le pregunté.

Fue al super a comprar unas cosas que le hacían falta para la cena, pero no tardará mucho en volver, eso creo. Respondió.

No crees que es un poco temprano?, la verdad no te hacía tan pronto aquí, mejor así tengo con quien charlar.

Estaba un poco aburrida en casa, y decidí pasar aquí la tarde, y de paso quedar para la cena.Respondió.

Joder!, que calor hacía, me levanté y fui hasta la cocina a coger un birra, y le pregunté si le apetecía beber algo, ella me respondió que con un vaso de agua con hielo era mas que suficiente, me acerqué con el agua y la cerveza hasta la sala y me senté en el sillón más grande que había, cerca del ventilador.

Te importa que quite la camisa que llevo puesta?, con tanto calor me voy a pringar la ropa de sudor, y me siento incómodo.

Ella se rió y me dijo si estaba de coña, respondió que podía quitarme la ropa que quisiera, que para eso era la casa de mi novia.

María miró para mí, echándome una ligera sonrisa, se abanicaba con su mano, mientras clavaba sus ojos en mi gran pecho musculado.

Creo que tienes razón, hace demasiado calor, te importa si me quito el top?, dijo ella mientras bebía un trago de agua fría.

Yo contesté que no me importaba en absoluto, y que a Vanesa, tampoco le importaría demasiado.

María empezó a quitarse la parte de arriba, quedando con un precioso sujetador blanco y transparente, que cubría sus diminutas tetitas, a mí me hizo un poco de gracia, porque en ese momento pensé de lo bien dotada que estaba mi novia, con sus enormes tetas de la talla 100.

Qué es lo que te hace tanta gracia?, me preguntó.

Yo respondí que eran cosas mías, pero después de tanto insistirme, tuve que decirle que mis pectorales eran mucho más grandes que los de ella, eso le jodió un montón.

Me respondió que quien me diera tener su par de tetitas en mi boca.

Yo le dije que no era para tanto, y que no tenía lo que había que tener para enseñármelas.

María con un velocidad endiablada, se llevó las manos a la espalda y se sacó el bonito sujetador que llevaba puesto, yo quedé pálido por un instante al ver aquel par de tetitas bien firmes, y con dos pezones que parecían las balas de un magnun 44, mis manos empezaban a descontrolarse, sólo pensar que Vanesa podía llegar por la puerta, hacía que mis dedos no agarrasen con fuerza, aquellas 2 aceitunitas negras y erguidas.

María con un ligero meneo de caderas, con aquel hermoso cuerpazo maduro que tenía, se acercó a mí y me hizo meter sus tetitas en mi boca, yo empecé a chuparlas con total frenesí, nunca pensé que podía ser tan divertido chupar unas tetas tan pequeñas, ya que cabían con facilidad en mi boca, y sólo estaba acostumbrado a comer tetas enormes que eran como siempre me habían gustado.

Después de recorrer con mi lengua, la parte superior de su cuerpo, le dije que me gustaría hacerle una cosa, y le supliqué que me dejara, ya que nunca lo había hecho antes. Se trataba de meterle un hielo en el interior de su chochito.

Ella respondió, que estaba loco, que Vanesa podía llegar de un momento a otro, y que una cosa era chupar tetas, y otra ser follada.

Yo insistí constantemente, hasta que al fin lo conseguí, me dijo que sólo dejaba hacérselo por un poco tiempo, así que con toda rapidez, ella se quitó la minifalda negra que llevaba, y yo le quité la tanguita blanca transparente, que tapaba su depilado coñito negro.

( A mí me vuelve loco la ropa interior femenino que deja ver todo el cuerpo con esplendor, no bragas de piolín, ni ostias! ).

Cogí un hielo del agua que había traído anteriormente, y con mis dedos se lo introduje en el interior de su conejito experto.

Ella comenzó a gemir, todo aquello le producía un placer inmenso, pidiéndome que por favor, la penetrase.

Yo estaba calentísimo, bajé mis pantalones y le di mi polla para que jugase con ella. María comenzó a comérmela con total lujuria, era una tragona que flipé, comía como si fuese la última cena de su vida, me dio una afilada y chupada de huevos, que ya no me importaba que nadie me viese en tal situación, sólo pensaba en penetrarla, hasta que se me acabase el paquete de leche.

Comenzamos a follar, María movía el culo como si fuese un perra en celo, lo que más me gustaba, es que sabía lo que estaba haciendo, era toda una experta, pensaba que se iba a agotar demasiado pronto, pero después de 2 orgasmos que tuvo, aún pedía más, la muy viciosa. Yo quedaba asombrado tan madura y guarrísima. Mi novia con 2 así ya me pediría papas, estoy seguro.

María pedía más y quería que me corriese en su boca, ya que lo estaba esperando desde hacía tiempo con paciencia, pero yo lo estaba pasando de puta madre!, y controlaba mis corridas, para no estropear, el delicioso pastel que tenía ante mí.

Qué hacéis hijos de puta?!, se oyó la voz de Vanesa que había llegado a casa, sin oírla entrar con tanto jadeo. Eres un cabrón y tú una puta de mierda!, mira que venir a mi casa y joder con mi "ex_novio", gritó enojada, fuera de mi casa los 2, hijos de puta!, seguía blasfemando.

Me levanté en pelota picada, y fui tras Vanesa, que se había ido a su habitación, traté de convencerla que el calor había hecho que hiciésemos esa guarrada, pero que no volvería a suceder.

Ella me abrazó, y se dirigió de nuevo a la sala, donde estaba María, poniéndose las braguitas, y pidiéndole disculpas a Vanesa.

Mi novia nos dijo, que si queríamos ser perdonados, teníamos que hacer todo lo que ella ordenase, y nosotros accedimos.

Hizo que cogiese el cinto de mi pantalón y le golpeara en el culito maduro de María. De mala ostia que cogió, pasó a las risas, obligándonos a follar de miles de maneras, yo aguantaba todo lo que podía, pero a la guarra de María, le parecía que tal situación le resultaba divertida, y todo.

Le ofrecimos a mi novia que se animase a participar, pero ella se negó rotundamente, decía que hacía mucho calor para hacerlo con 2 hijos de puta de mierda, y se levantó un rato saliendo de la sala de estar.

Yo estaba agotado, y parecía que María, había llevado su ración de batido de leche en su boquita tragona, pareciendo quedar exhausta.

Al cabo de 5 min., regresó Vanesa desnuda, gritando: Qué hacéis cabrones?!, porqué paráis, acaso os he ordenado eso?.

Yo le contesté que estaba hecho polvo, y dándole la idea de que follase con María, pero ella, me contestó que las tías no le iban, y que ahora le tocaba a ella llevarse la ración guarra, nos cogió a los 2 de la mano y nos llevó al cuarto de baño, allí nos esperaba la bañera llena de agua con un poco de espuma, era buena idea para no pasar calor, joder que bien lo pasó la zorra!.

A ver a qué estás esperando?, fóllanos a las 2 mil hombres!, dijo Vanesa.

Yo para hacer tiempo, e intentando que se izara de nuevo la vela, le dije que iba a tomar un zumo frío a la cocina (para ver si recuperaba la energía perdida), cuando llegué de nuevo al cuato de baño, vi a las 2 bañándose, pero sin hacer nada, eso me jodió un montón, porque quería ver a Vanesa, hacer cochinadas con María.

Que te pasa, no piensas follar conmigo, cariño?, dijo Vanesa.

Sí!, pero antes me gustaría verte hacer un cosa, porque no haces la tijera con María?

A ella no le hizo mucha gracia, pero al final las 2 se abrieron de piernas, y se rozaban los coños, al intentar coger el máximo gusto posible.

Esta mierda es lo que te gusta ver?, mamón!, ella cogió la cabeza de María, e hizo que le comiese el conejito, Vanesa empezó a gemir como una loca, y dijo que eso sí era placer y nada de tijeras.

Yo empecé a calentarme, al ver el placer que se daban mutuamente con sus lenguas, aprovechaba para meter mis dedos en sus deliciosos coñitos depilados, y en sus culitos, para hacerles luego sitio a mi hermoso nabo erecto. Me metí en la bañera con las 2, no había mucho sitio, la verdad, pero yo me las arreglé como pude, para follármelas, por el culito, y echarles mi cálida leche en sus lenguas enrolladas, hasta quedarme seco de todo.

Era comprensible, que Vanesa pidiese más caña, pero lo de María era espectacular, aún se corrieron más veces las 2.

Joder, vaya follada!, yo no tuve huevos a salir luego de marcha, y ellas tampoco.