Una llamada a las 23 horas de la noche

Esa noche me encontraba cocinando en mi casa tranquilamente y relajado pensando en el fin de semana que tenía ante mí, había decidido quedarme en casa sin salir de fiesta pues estaba cansado y quería dormir.

Una llamada a las 23 horas de la noche.

Esa noche me encontraba cocinando en mi casa tranquilamente y relajado pensando en el fin de semana que tenía ante mí, había decidido quedarme en casa sin salir de fiesta pues estaba cansado y quería dormir bastante pues me encontraba bastante cansado, terminé de hacer mi cena y me dispuse a cenar, en ese momento sonó mi móvil y conteste extrañado mirando el display el nombre de quien me llamaba.

Sorprendido pregunte "dime?", conocía esa voz desde hacía mucho tiempo ya que tenía una relación especial con esa mujer, pero no esperaba que a esas horas me llamara, no era habitual.

Esa mujer estaba casada y teníamos relaciones esporádicas de vez en cuando, nunca sabia cuando podíamos vernos por sus obligaciones conyugales, ella estaba enamorada de mi y me añoraba porque su marido no la trataba con el cariño y el romanticismo que le procesaba yo cuando estábamos juntos.

Sus palabras al preguntarle, "dime?, fueron, que haces?, le dije que comenzando a cenar, y entonces me propuso que como su marido estaba fuera un par de días, que si quería podíamos vernos en su casa.

Incrédulo de mi por esa proposición, le pregunté si estaba segura, a lo que me respondió que si y que no tardará mucho pues acababa de salir de la ducha y estaba desnuda esperando que llegara.

Naturalmente le dije que me acercaría inmediatamente que tardaría 10 minutos en llegar y que me esperase desnuda en la puerta al entrar; yo estaba en chándal y sin ropa interior como tengo costumbre al estar en casa, tal como estaba y dejando la cena salí aprisa de mi casa cogiendo el coche dirigiéndome hacia su casa.

Por el camino iba pensando en todos los momentos que habíamos pasado juntos y me excitaba la idea de estar en su casa, era el morbo de ver su entorno y poder amarla en esa casa que compartía con su marido.

Por el camino me estaba excitando tanto que se me puso algo dura, nada mas aparcar junto a su casa me fumé un cigarrillo para tranquilizar los nervios y esperar a que rebajara la excitación.

Llame al timbre del patio y me contestó, "sube es la puerta 3, primer piso, no encienda la luz", siguiendo sus instrucciones así lo hice, cuando llegué a la puerta que estaba entornada la empuje ligeramente y entonces se abrió, encontrándome delante de ella que desnuda se apresuró a cerrar rápidamente.

Me quedé mirándola a los ojos y a continuación observé su desnudez delante de mi, la abracé con delicadeza y la bese en la boca notando que estaba dispuesta a todo, mientras la besaba le acaricié el culo apretando suavemente y acercándola hacia mí.

Me separó y acogiéndome de la mano me dirigió hacia el salón donde se escuchaba el sonido de la televisión, nos sentamos en el sofá y comenzamos besarnos sin mediar palabra, no recuerdo el tiempo que pasó hasta que después de un rato de tocar sus pechos duros y pequeños con unos pezones erectos, me di cuenta que encima de la mesita central había una funda metálica de puro que me recordaba a un consolador, separándome de ella cogí aquella funda y noté en mi mano que estaba húmeda en su extremidad, vaya, le dije, no estabas tan sola, que estabas haciendo?, le pregunté.

Ella cogió esa funda y mirándome a los ojos me dijo, pensaba en ti y esto es lo que encontré para calmar mi calentón, pero como no era suficiente te llamé por si podías venir a calmar mi calentura.

De pie frente a ella me quité toda la ropa dejando mi pene junto a su boca, me la cogió con suavidad desde la base y se la metió en su boca lamiendo con ternura y llenándome de saliva toda la polla, me acariciaba los testículos con su mano, mientras con la otra mano me acariciaba el culo, mirándola desde arriba veía su pelo, su cara, su boca como chupaba con esmero mi pene y contemplaba su cuerpo desnudo que se mostraba delante de mi.

Después de unos minutos y notando que de seguir un poco mas podía correrme, me separé de ella sentándome a su lado en el sofá, le cogí las piernas separándolas dejándome ver su hermoso coño velludo sin depilar y con sus labios menores carnosos que sobresalían hacia fuera expuestos ante mí.

Separé los labios para poder introducir mi lengua dentro de su coño húmedo notando un respingo al tocarlo con mi lengua, estaba tan mojada que pude saborear sus flujos en mi boca mezclándose con mi saliva, suavemente lamí su clítoris y al mismo tiempo introduje un dedo en su vagina que penetró sin ningún esfuerzo, el olor de su chocho me embriagaba de tal forma que mi nariz se llenaba de su flujo vaginal, era tal la cantidad que emanaba de su vagina que mi cara estaba totalmente mojada, enseguida empecé a notar sus convulsiones y sus gritos de placer culminaron sus orgasmo.

Separándome de ella pude contemplar como salía de su chocho un líquido espeso parecido al semen, lo toqué intrigado pues no había visto algo semejante, ella al verme mirando ese acontecimiento me dijo que eyaculaba cada vez que se corría, no sabía si eso era normal pues no se lo había contado a nadie.

Yo había leído artículos sobre este tema pero nunca tuve la experiencia de vivirlo, le dije que era normal y que no se preocupara ya que solía suceder en algunas mujeres, mirándome a los ojos me cogió de la nuca y me acerco dándome un beso en la boca saboreando sus propios flujos que mojaban mi boca, después de besarnos largamente me dijo que no sabía tan mal y en mi boca era mas excitante.

Cogimos un cigarrillo para fumarlo entre los dos y mientras conversábamos le pregunté que me gustaría verla haciéndose una paja, ella me dijo que si yo también lo hacia estaría dispuesta, así que una vez consumido el cigarro comenzamos la acción.

Ella tumbada en el sofá abierta de piernas y reclinada sobre el respaldo con los pies sobre la mesilla y yo delante de ella de pie, comenzamos a tocarnos mirándonos a los ojos y observando como subía la excitación poco a poco, ella se tocaba con una mano su clítoris y con la otra mano se introducía dos dedos al mismo tiempo, yo me la tocaba con una mano bajando la piel y con la otra tocaba el capullo que se ponía duro al tiempo que la observaba como gemía de placer, sabía tocarse muy bien ya que no tardó en correrse de nuevo, al quitar sus manos de su chocho pude ver como salía un liquido blanco espero de su interior, me llamaba la atención poderosamente esa vista, pasé mi mano sobre su vagina mojada recogiendo una muestra entre mis dedos, era menos espeso que el esperma y sabía bien.

En ese momento que lamía su contenido de mi mano, ella se acercó sus manos hacia mi pene acariciándolo delicadamente de arriba abajo, acto seguido se la introdujo en la boca lamiéndola con pasión y mordisqueando de vez en cuando, mi excitación iba en aumento pues estaba pronto a eyacular en su boca, me separé de ella para no acabar de ese modo, entonces le dije que tumbara el respaldo del sofá y con los pies en la mesita, me arrodillé en el suelo y guiando mi capullo hacia su vagina comencé a pasarlo sobre su clítoris dando golpecitos sobre él, no quise demorar mas tiempo la penetración y la penetré despacio hasta que la tuve bien metida, ella suspiraba profundamente y me pedía que la follara bien.

Cogiéndola por la cintura me la acercaba y la retiraba despacito al principio con ritmo continuo, cada empuje que le propinaba ella gemía de placer, eso me excitaba mucho mas a mi, y mis ganas de soltar todo mi semen dentro de ella era mayor, en ese momento que mi mente intentaba controlar mi eyaculación fue cuando ella me dijo que estaba a punto de correrse y que lo hiciéramos al mismo tiempo.

No hizo falta una segunda petición y cogiéndola del culo fuertemente comencé a acelerar el ritmo con embestidas cada vez mas violentas y escuchando ese ruido tan peculiar que sale del chocar ambos cuerpos y sus respectivos fluidos, llegó el momento de la explosión entre suspiros y gemidos de ambos corriéndonos simultáneamente, me tumbé sobre ella mojándola con el semen que quedaba en mi pene y me abracé fuertemente a su cuerpo mientras ella acariciaba mi cabeza, nos besamos apasionadamente y a continuación nos quedaos relajados sobre el sofá.

Vamos a lavarnos, me dijo, y siguiéndola a través del pasillo miraba su desnudez son ese culo que parecía pedir que necesitaba mas, entramos el baño y nos metimos en la bañera, nos duchamos al mismo tiempo frotándonos mutuamente cada parte de nuestros cuerpos, nos secamos con la misma toalla y nos dirigimos de nuevo al salón sentándonos en el sofá y cogiendo un cigarrillo ambos comenzamos a hablar de nosotros.El tema de la conversación fue sobre lo bien que lo habíamos pasado y lo mucho que disfrutaba ella haciéndolo conmigo, me comentó que con su marido lo hacía poco ya que el buscaba su orgasmo y la mayoría de veces se quedaba sin llegar a correrse, luego su marido se quedaba dormido y ella se iba al baño a lavarse y en otras ocasiones esperaba a que se durmiera para masturbarse y calmar su excitación.

Mientras me contaba todo eso, yo no paraba de mirar su entrepierna que al estar sentada con las piernas entrelazadas dejaba ver sus labios vaginales que sobresalían de su chocho, entonces me miró fijamente y me dijo que se me estaba poniendo dura, aun tienes ganas?, me dijo, le dije que debía ser por ver su chocho delante de mi, probamos otra vez?, me dijo, bien, le contesté.Asi que sin mediar palabra se agacho sobre mi pene y se lo introdujo en su boca sintiendo su calida lengua jugueteando con mi capullo.

En unos segundos me la puso dura otra vez, entonces le pedí que me gustaría darle por el culo, me dijo que no lo había hecho nunca porque le dolía y a su marido le dio asco cuando la sacó manchada de heces, pero que si me apetecía a mi que no tenía inconveniente, le pregunté que si a ella le daba asco si me manchaba el pene cuando la sacara, me comento que no pero que sabia como evitar eso, ven conmigo, me dijo, y metiéndonos en el baño cogió de un armario una lavativa, la lleno de agua caliente y sentándose en inodoro se la introdujo en el culo metiéndose el agua en él, cuando soltó el agua de su culo se secó y nos fuimos al salón.

Esa imagen de ella metiéndose eso por culo con tanta naturalidad me intrigó y le pregunté como era que tenia esa lavativa a mano, dirigiéndose a mi como molesta me dijo que tenía problemas intestinales, vamos que solía estar estreñida a menudo, entendí perfectamente la respuesta y me callé siguiéndola al salón.

Una vez allí nos sentamos en el sofá uno al lado del otro esperando a que uno de los dos iniciara la acción, yo me quede un poco contrariado por la contestación y avergonzado al mismo tiempo por ser tan poco delicado en la pregunta, dirigiéndome a ella le dije que me había quedado frió y que me apetecía me la chupara para ponérmela dura y poder metérsela por el culo, se giró hacia mi y mirándome a los ojos me dijo, mira esto haber si se te pone dura, se puso de espalda a mi con el culo en pompa abriéndose la nalgas con las manos enseñándome su hermoso trasero sonrosado y su vagina ante mis ojos, me puse de rodillas sobre el sofá y dirigí mi boca a su trasero metiendo mi lengua en su chocho lamiendo al mismo tiempo su ano que aun salía de él agua del enjuague que le había propinado.

En breves momentos estábamos los dos excitados y mi pene comenzaba a ponerse erguido ante la imagen que podía contemplar y el olor que me llegaba de su vagina, ella comenzaba a suspirar cada vez mas fuerte y sus movimientos eran mas rápidos, entonces dirigiendo mi pene hacia su vagina la introduje en ella lentamente y con movimientos suaves para que se me fuera poniendo mas dura al tiempo que miraba su ano deseando penetrarla, ya una vez dura le introduje mi dedo en su culo moviéndolo despacio con acompasados movimientos, notaba como empujaba hacia atrás su trasero y gemía con mas fuerza.

Al cabo de unos segundos cuando noté que ya la tenía bien dura, la saque rápidamente y cambié de sitio mi pene, metí mi capullo en su culo despacito esperando su reacción pues no quería hacerle daño y que me rechazara por ello, noté que aceptaba la penetración pues acercó su trasero hacia mi y me dijo que se la metiera toda, así lo hice y se la metí hasta el fondo, comencé a moverme cogiéndola de las caderas y con fuertes movimientos la follé hasta que ya no pude mas, soltando mi esperma dentro de ella.

En ese momento que ya me había corrido fue cuando ella comenzó a gemir fuertemente y tocándose el chocho comenzó a correrse convulsionándose enérgicamente mientras me decía, "que polla tienes cabrón, me follas a rabiar", quitando mi pene de su culo miré como salía de su chocho su liquido que se juntaba con mi semen que brotaba de su ano, esa imagen la recuerdo a menudo y me masturbo pensando en ese momento.

Desfallecidos quedamos los dos tumbados en el sofá, yo estaba encima de su espalda con mi pene sobre su culo soltando mis últimas gotas de semen, ella sudorosa y jadeando moviéndose aún suspirando profundamente moviendo su trasero como si necesitara mas, se dio la vuelta tumbándose frente a mi con las piernas abiertas y con los brazos extendidos hacia mi indicándome que la abrazara, así lo hice recostándome sobre ella y dándole un beso en la boca nos quedamos unos minutos descansando.

Eran las 3 de la mañana y al día siguiente teníamos que madrugar, me vestí mientras ella seguía tumbada en el sofá mirándome fijamente, yo también la miraba mientras tanto, contemplaba su cuerpo desnudo totalmente extenuado y relajado, una vez vestido le dije si me acompañaba a la puerta, se levantó y cogiéndome de la mano nos dirigimos a la salida, antes de irme nos besamos largamente con mucho cariño, antes de salir la miré de arriba abajo para llevarme esa imagen de su cuerpo precioso para el camino de vuelta.

Hemos tenido mas encuentros después de este y aun seguimos unidos, no se lo que durará, pero mientras tanto lo pasamos muy bien juntos.

Hasta pronto.