Una linda pareja y yo
Una idea que me da vueltas en la cabeza hace mucho tiempo.
Cuando recibí su mail no pude evitar contemplar a la pareja desnuda en una foto adjunta, jóvenes, no tenían más de 27 años. Se podía ver en los ojos que disfrutaban del sexo y lo disfrutaban sin tapujos ni ataduras, exceptuando aquellas noches en las que alguno era atado mientras se dejaba hacer, a ciegas quizás u observando cada detalle.
Intentando ver cada detalle de sus cuerpos, continué deseando tener cerca a esa bella pareja. Ella me pareció que estaba excitada en la foto, él lo estaba seguramente.
En el mail también había unas palabras...
"Esperamos que la foto te guste, también esperamos que podamos compartir una cena. Besos"
Mi primera reacción surgió directamente de mi ego, me sentía alabado. Poco después estaba muy nervioso, me sentí por un instante dentro de aquella casa.
Sin más me dispuse a responder el mail. Les comenté que me habían dado mucha felicidad al responderme pero que para mi era muy difícil tomar una decisión, más que comentado está que muchos sufrimos por la estructura que no podemos romper.
También les preguntaba en el mail cómo eran, qué cosas les gustaban del sexo, qué opinión tenían sobre cómo romper aquella estructura y algunas cosas más.
En el siguiente mail, otra vez de mi parte les dije que sí, que iría a su casa a cenar.
No paré de pensar y de tener miedo, además mi novia me asesinaría si lo supiera, pero también es verdad que es lo que siento, lo que me excita de hace mucho tiempo.
Cuando toqué el timbre y me abrieron la puerta sentí que el miedo me invadía y al mismo tiempo esa explosión de deseo.
Estábamos todos vestidos como normalmente lo hacemos, solo que se notaba alguna que otra preparación. Ella tenía una falda no muy larga pero mostraba un poco sus piernas, yo deseaba que el piso soplara un fuerte viento. El estaba normal, la verdad que no me fijé mucho en aquel momento, me interesaban pero no captaba la belleza estética de los hombres.
Nos sentamos en unos sillones, había una mesita con bebidas en la mesa y mientras tomábamos conversábamos sobre los mails y estábamos los tres mirándonos unos a otros, como descubriéndonos, bueno en realidad ellos me descubrían a mi y yo a ellos. Las conversaciones estaban siendo muy divertidas y entonces me preguntaron si quería un pitillo de maría, ¡seguro! Les dije, yo también traje un poquito para que hagamos una mezcla de los tres... jajajajaja se reían juntos y entendí mientras reía también lo que había dicho.
Mi pene ya estaba empezando a reír también, dando esas sensaciones raras que dan los impactos de placer.
Mis miradas empezaron a cambiar de destino y sin darme cuenta miraba una vez a la entrepierna de ella y luego a el, sutilmente cada uno iban separando sus piernas invitándome a verles, yo con un poco menos de miedo cada segundo disfrutaba más.
Con una más de todos las bromas que alguno hacía ella me besó fugazmente y con mucha gracia, luego me besó el de la misma manera, ella marcaba el ritmo en que me besaban, cada vez, duraban más y eran más profundos. Todas mis capacidades sensoriales estaban más activas que siempre. Luego empezaron a mover sus manos y a los besos se unían comentarios o insinuaciones que me estaban poniendo cada vez más.
Mis manos ya estaban recorriendo sus cuerpos, las risas se fueron transformando en agitadas respiraciones, los comentarios eran ya palabras sueltas.
Ella se separó casi dando un salto y dijo: ¡esperen! Les propongo jugar un juego. Cada uno tenía un turno para pedir lo que quisiera y ella era la que tenía derecho a cumplir el primer deseo. Nos pidió que nos besáramos y al mismo tiempo nos tacáramos los bultos que ya eran notorios en nuestros pantalones. Él tomó la iniciativa y empezamos a besarnos y su mano subía y bajaba por mi polla, luego con nervios también tocaba yo su erguida polla.
Pasados unos minutos nos dijo que el tiempo había acabado, yo sin poder volver aún a la realidad era el que tenía el turno. Excitado respondí: quiero que me chupen la polla entre los dos. Fue increíble, fueron bajando despacio mientras sus manos tocaba mi torso aún con ropa. Llegaron a lo botón del pantalón y tras un pequeña caricia por encima me bajaron el pantalón hasta las rodillas. Muy despacio con sus lenguas recorrían mi polla, por los costados, desde la punta hasta los huevos, sin dejar pasar mucho ella se metió la polla en la boca, me la chupaba con mucho placer y de vez en vez me miraba a los ojos con una lujuria que me estaba matando. El tanto que bajó por mis huevos que ya estaba cerca de mi ano, dándome tanto gusto que se producían contracciones involuntarias en todo mi cuerpo. Tampoco pasó mucho tiempo, para mi desgracia, y él dijo: ahora es mi turno... cuando me miró pensé que era de esperarse.
Mientras yo le chupaba la polla ella tenía la misma tarea con su ano.
Quizás por mi cara cuando tenía la polla cerca de mi boca fue que ella me dijo: vas a ver que te va a gustar, al mismo tiempo que se sacaba un dedo de la boca y exploraba el ano de su pareja. Empecé a disfrutar de los gemidos que yo mismo le estaba produciendo y chupaba cada vez con más ganas, como yo pensaba que me la chupaban a mí. Además de ser una sensación muy extraña para mi, pero también muy excitante.
Mi turno! Dijo ella y al abrir los ojos me observé como le sacaba dos dedos del ano a su pareja.
Quiero que entre los dos me chupen a mi, uno el coño y el otro el ano. Rápidamente me acomodé cerca de su ano ya que nunca había practicado el sexo anal. Pude ver por primera vez como se dilataba lentamente el ano, chupaba y metía los dedos muy suavemente, cuando ella empujó hacia atrás su culo. Mi dedo entraba y salía ya con más velocidad, de a poco entraban dos dedos. Su pareja, embriagado ya por los jugos de su coño dijo: ahora es el turno de él, dirigiéndose a mi. Ni locos, dijo ella, ahora quiero que me penetren por los dos lados, me gustaría de verdad, concluyó.
Con mucha excitación nos incorporamos y dispuestos a disfrutar entre todos, nos dirigimos a la cama los tres. Mientras nos acercábamos sembrábamos el camino con lo poco que nos quedaba puesto.
Acostados nuestras manos pasaron por cada centímetro de los restantes, los noté que los dos notaron varias de mis zonas más erógenas, deteniéndose durante momentos más largos en cada una de ellas.
Sus tetas eran muy bellas, coronadas unos pezones muy excitados.
Nuestros penes parecían explotar.
Él se acostó con su polla hacia arriba y atrajo a su pareja para montarla por el coño. Yo acariciaba su espalda y la besaba, bajando poco a poco hasta llegar a su ano. Tambien tocaba las pelotas hinchadas de él. No resistí la tentación de chuparlos, después chupaba el ano de ella. Me incorporé y con un dedo en el culo de ella, acerqué mi polla. Quité el dedo para poder posar mi polla sobre su ano. Lentamente empujé, muy lentamente. Ella hizo ese movimiento hacia atrás y la cabeza de mi pene se perdió dentro de su ano provocándole un gemido más fuerte y agudo que los demás. Nos mirábamos todo el tiempo, yo como podía le tocaba los huevo a él. Estábamos al borde del orgasmos, casi al unísono disminuíamos el ritmo. Cambiamos la posición y esta vez no solo ella era penetrada, sino que su pareja estaba metiendo sus dedos en mi ano para luego intercambiarlo por su polla.... que decir a esto... indescriptible. El que quiera saber que lo haga.
De esa manera llegamos al orgasmo los tres al mismo tiempo...
Este texto intenta describir mis pensamientos y mis motivaciones para más de una masturbación.