Una lavativa para mi prima
Como tuve que ayudar a mi tia a dar una lavativa a mi prima.
UNA LAVATIVA PARA MI PRIMA
Tenía 16 años cuando pasaba unos días de verano en una casa de campo de unos tíos, tenían dos hijas una de 20 Julia y otra de 22 años Ana. En la casa habían dos cuartos de baño uno pequeño en la planta superior y otro grande en la planta baja, en el cual siempre recuerdo ver una pera de goma roja, y una lavativa de porcelana blanca de 2 litros con su larga manguera roja, y acabada con una cánula negra con su pequeño grifo. Era habitual que mis primas, aunque ya mayores, recibieran alguna lavativa de vez en cuando, ya que por las conversaciones que yo escuchaba padecían de estreñimiento, recurriendo a los supositorios de glicerina o lavativa con pera de goma en primer lugar y si esto no hacia efecto entonces ya recibían la lavativa grande, a la cual no había estreñimiento que se resistiera.
Una tarde después de comer, mi prima Ana le dijo a su madre que hacia tres días que no iba al baño, mi tía le sugirió un supo de glicerina, ella le dijo que ya lo había intentado, que no había hecho efecto y que lo mejor seria que le preparara una lavativa de las grandes. Mi tía le contesto "tu hermana no vendrá hasta la noche para ayudarme y es mucho mas cómodo que te la demos entre las dos, siempre dices que te vas a dejar pero al final siempre acabo dándotela a la fuerza", a mi no me importa que te ayude Juan, es como un hermano y me ha visto desnuda muchas veces.
Ana marcho a su habitación, dejo la puerta entreabierta y la pude observar tumbada en la cama encima de una toalla. Yo estaba muy nervioso y a la vez excitado, sabía que le iban a dar una lavativa a mi prima, y posiblemente ayudaría a mi tía. Mi tía estaba en la cocina cuando me llamo "estoy hirviendo agua para una lavativa que vamos a dar a Ana y me deberías ayudar, a ella no le importa que estés presente, solo tendrás que aguantar la jarra".
Cuando entramos en la habitación mi tía portaba la lavativa, la dejo encima de la mesilla, y dijo "venga Ana ya ha llegado la hora", aunque había dicho que no le importaba, mi presencia hizo que se ruborizara, no era lo mismo haberla visto desnuda en algún despiste que presenciar un momento tan íntimo como recibir una lavativa . Mi tía le levanto la camiseta quedando mi prima con el culo al aire.
Abre las piernas que te pueda ver el ojete y ponte floja.
Mi prima seguía apretando las nalgas con toda su fuerza.
Si no dejas de apretar, te voy a hacer daño y no habrá manera de introducirte la cánula, ponte floja y colabora.
Sin previo aviso le propino un par de palmadas en el trasero desnudo, respondiendo mi prima con un quejido.
Dile a Juan que no mire mientras me introduces la cánula.
Me hicieron darme la vuelta sosteniendo el depósito de la lavativa, de reojo pude ver todo, mi prima estaba acostada boca abajo y mi tía ya tenía bastante trabajo en introducir la cánula. Al abrir mi prima las piernas pude observar una gran mata de pelo negro en sus partes íntimas. Lubricó con aceite la cánula y separándole con una mano las nalgas con la otra la insertó en su ojete, mi prima al ser penetrada dio un pequeño suspiro.
Cuando estés preparada podemos empezar.
Estoy lista
Juan levanta la lavativa y abro el grifo
Al llegarle el agua dio como un suspiro e hizo un brusco movimiento de caderas, mi tía aguantaba la cánula con la mano metida en medio de sus piernas.
Baja un poco la lavativa para que vaya despacio.
¿falta mucho?
Acabamos de empezar, aun no llevas ni la mitad.
Parecía que el nivel del depósito no descendía, mi prima comenzaba a impacientarse, ya no le importaba que yo estuviera allí, lo que le preocupaba era acabar cuanto antes.
Voy a tener que sacar la cánula a ver si se ha taponado, aguanta que no se te escape.
Al sacarla, efectivamente estaba taponada.
Abre las piernas que te la vuelvo a meter.
Al abrir las piernas pude ver sus partes intimas en todo su esplendor, por el ojete se le escapó un chorrito de agua al introducirle la cánula.
Abro el grifo y continuamos, levanta bien alta la lavativa.
Date prisa que no puedo aguantar más.
Si no te la doy entera no te hará efecto y tendremos que repetir.
¡Estoy llena, no puedo más!
No paraba de moverse, ahora me daba cuenta de porque habían recurrido a mi, mi tía la sujetaba con fuerza para que no se le saliera la cánula, estaba siendo interminable para mi prima, se volvía a taponar la cánula y tuvimos que repetir la operación, volví a verla totalmente abierta de piernas, ya no me ocultaba nada, solo le importaba que dejáramos de darle la lavativa.
Ya vale, para por favor, voy a reventar.
Estamos acabando.
Pero no puedo más, por favor no me deis más.
Los dos litros se le habían hecho eternos, llevábamos 20 minutos de lavativa, mi prima estaba completamente sudada, por fin aviamos terminado.
Voy a sacar la cánula aguanta que no se te escape, estas preparada.
¡Si, sácala ya de una vez!
Tendrás que esperar 10 minutos para que te sea efectiva, de lo contrario tendríamos que repetirla.
Se quedo tumbada en la cama cogiéndose las nalgas con las manos, aún no habían transcurrido 5 minutos salio corriendo al cuarto de baño, por el efecto de la lavativa parecía que estuviera embarazada.
Ese verano mi prima recibió dos lavativas más estando yo en la casa de campo, aunque yo no fui quien ayudara a su madre, pero si estuve pendiente mientras se las daban escuchando detrás de la puerta como se quejaba y protestaba, eso si las dos veces la pude ver cuando salía corriendo de su habitación al baño con la prisa de expulsar la lavativa. Han pasado varios años y mi prima sigue recibiendo de vez en cuando alguna lavativa, ya que ahora la tiene colgada en el baño de su casa, supongo que será su marido quien se la dé.