Una larga noche

Parece que las estrellas han salido para ver lo que te voy a hacer, asi que les daremos todo un espectaculo.

Otra vez estás ante mi putita, totalmente decidida a que haga contigo lo que quiera. Solo de pensar en todo lo que te voy a hacer noto como crece el bulto de mi pantalón. Estas de rodillas, totalmente desnuda. Tu pelo largo cae gracilmente por tus hombros y tu cara. Tu cabeza inclinada, como muestra de respeto y sumisión hacia tu amo. Tus manos, con las palmas hacia arriba, están apoyadas en tus muslos. Tu pecho sube y baja mas deprisa de lo normal, y eso, a pesar de que lo intentas disimular, delata tu nerviosismo y excitación. Siempre te ha puesto nerviosa el que te mirase sin tocarte, y aun más si no eres capaz de verme, y por eso te he vendado los ojos con una de mis corbatas.

Ahora mismo suena un disco de música clásica. Me acerco a ti, y al escucharme alzas levemente la cabeza mientras te humedeces los labios, pero paso de largo rodeando tu cuerpo, brindándote apenas una leve caricia con el dorso de la mano. Me aproximo a la ventana y la abro, el viento golpea mi cara, no hace mucho frío para el mes en el que estamos, aun se esta cómodo con apenas un jersey puesto. Miro el cielo y me quedo observando el precioso cielo estrellado que hoy nos brinda la noche. Sin mirarte se que tu cuerpo desnudo siente frío, y que tu piel se ha comenzado a erizar. Me doy la vuelta y mirándote comienzo a hablar.

¿Te has fijado en lo estrellada que esta la noche putita?- Al escuchar mi voz te has sobresaltado.

Si Amo, me fije en ella mientras venia en tu encuentro-

Parece que todas las estrellas quieran ver lo que te voy a hacer.- mi voz se vuelve un susurro en tus oidos- Y no vamos a defraudares, les daremos un buen espectáculo.

Se te ha quitado el frío de golpe, y tu respiración se ha detenido solo un segundo. En mi voz has percibido ese tono perverso que tan nerviosa te pone, has comprobado muchas veces que cuando tengo ese tono es todo posible estando a mi lado.

Me acerco a una bolsa grande y abro la cremallera despacio, quiero que escuches lo que estoy haciendo, y lo sabes de sobra, cuando has entrado la has visto, y no has apartado la mirada de ella hasta que te he vendado los ojos. Era la primera vez que la veías, por norma general suelo tener encima de una mesa lo que voy a usar contigo, pero esta vez todo va a ser diferente. Esta vez no sabrás que esperar. Se que lo que más te a preocupado es que la bolsa era demasiado grande para las pocas cosas que he usado contigo, y eso te pone muy nerviosa, lo se.

Escuchas como busco algo y cuando dejo de hacer ruido detienes tu respiración apenas unos instantes. Me acerco a ti y tomándote las manos suavemente las coloco unos grilletes por detrás de tu espalda, consiguiendo que tus pechos se alcen dejándomelos mas a la vista. Vuelvo a separarme de ti y comienzo otra vez a buscar en la bolsa, saco varios objetos y los dejo encima de una mesa. Se que por el ruido que hacen al tocar la madera intentas adivinar que pueden ser. Sin embargo las dos toallas que he puesto sobre la mesa te impide escuchar el mas leve ruido. Cuando saco la fusta doy un potente golpe con ella sobre mi muslo, aprieto los dientes y no emito el mas leve ruido. Me he golpeado con mas fuerza de la que jamas he usado contigo, estoy seguro de que dentro de media hora tendré un buen moretón en el muslo, pero he conseguido mi propósito. Al escuchar el ruido del cuero sobre la carne has dado un pequeño salto, jamás habías escuchado un golpe así, y si he usado esa potencia conmigo puede que tambien la use contigo. Veo tu cuerpo es recorrido por un escalofrío, y justo cuando terminas de sentirlo sientes un golpe que abarca tus dos pechos, tenías los pulmones sin aire y no has emitido ruido alguno, sin embargo tu boca se ha abierto de golpe y te has doblado de dolor.

Ponte derecha putita.- otra vez apenas a sido un murmullo en tu oído.

Te enderezas como puedes, tus pechos están enrojecidos. Te acaricio con la punta de la fusta los pezones, has tenido suerte, por un centímetro no te he dado en ellos, y ellos eran mi objetivo. Separo la fusta de golpe haciendo que esta haga ruido al cortar el aire, te pones tensa esperando recibir otro golpe, pero no llega. Sin embargo alzas aun más el pecho para dejarme un buen ángulo por si quiero volver a golpearte, y eso hace que en mis labios surja una sonrisa.

Cojo una cuerda y atando un extremo a los grilletes tiro de ella hasta atar el otro extremo a una argolla que hay en el techo. Sigues de rodillas, pero con el cuerpo inclinado hacia delante. Tus rodillas tocan el suelo, pero solo alzando tus brazos al máximo. Y eso hace que tu culo se quede totalmente expuesto. Te acaricio el pelo y hago que caiga sobre tu rostro, pero no antes de darte un beso en los labios. Me alejo de ti y colocando la cámara de vídeo sobre un trípode comienzo a grabar. Pero eso tu no lo sabes, sin embargo escuchas como te saco algunas fotos, 6 para ser exactos.

Me quito la ropa y me acerco a ti, y arrodillándome coloco la punta de mi verga en tus labios. Abres la boca y empiezas a introducirla en ella, por lo que te llevas una sonora palmada en las nalgas. No te he dado permiso y lo sabes. Te quedas quieta mientras paso la punta por el contorno de tus labios, los cuales están ligeramente abiertos. Comienzo a meterla dentro de tu boca despacio, a lo que tu abres un poco mas la boca para que tus dientes no lastimen la punta al descubierto. Me muevo despacio saliendo y entrando de tu boca, se que te cuesta no mover la lengua, incluso noto que en ciertos momentos no puedes evitar hacerlo, y se que cada vez que lo haces rezas para que no lo haya sentido o al menos que no te castigue por ello. Te sujeto por la nuca y la meto hasta el fondo de tu garganta y en ese momento mi mano se vuelve a descargar sobre tus nalgas. Se que teniendo mi verga dentro de tu poca no la cerrarás por el golpe, y efectivamente en vez de cerrar la abres aun más, a lo que yo aprovecho para empujar tu cabeza aun mas abajo. Cuando la saco tu garganta emite un leve ruido de atragantamiento.

Me coloco detrás de ti y cogiendo la fusta comienzo a golpear tus nalgas, cada golpe lo cuentas como haces siempre en cada sesión. Veinte golpes son los que cuentas, y cuando termino tus nalgas están completamente rojas. Las acaricio con la palma de mi mano muy despacio. Haciendo que sueltes un suspiro al sentir que tengo mi mano embadurnada con una crema fría, sin embargo a los pocos segundos empiezas a sentir alivio. Coloco mas crema en mi mano y te acaricio con ella la entrepierna y la entrada del ano. Cuando termino sientes como voy metiendo en tu coño un objeto mas grande de lo que jamás has sentido entre tus piernas, al principio te entra un poco forzado pero con un poco mas de crema consigo que entre entero.

Se que te debes sentir completamente llena por dentro, y supongo que crees que no te cabría algo mas gordo. Comienzo a sacarlo y meterlo mientras mis dedos juegan con tu clítoris, haciendo que empieces a mojarte. A estas alturas ya deberías tener los muslos empapados, y eso te extraña, sin embargo al sentir como el objeto crece en tu interior lo entiendes. No sabes de que material es, sientes que es muy suave, de un tacto agradable, pero tambien sientes que al entrar en contacto con tus flujos los absorbe y aumenta en grosor. Coloco otro objeto en la entrada de tu culo y empiezo a introducirlo, y gracias a la preparación que te he obligado a mantener entra con relativa facilidad.

Cuando esta dentro escuchas como presiono lo que debe ser una bomba de aire, ya que a cada ruido el objeto de tu culo aumenta de grosor. No es nuevo para ti, ya lo hemos usado alguna vez, pero nunca con algo tan grande metido en tu coño. Se que ya sientes como se rozan el uno con el otro, y que esa sensación te encanta. Cuando creo que tiene el tamaño adecuado me alejo de ti y arrastro algo hasta colocarlo justo detrás tuya. Me escuchas manejar algo, como unos cierres o algo parecido, pero no llegas a saber que es. Solo cuando te hago inclinarte un poco hacia delante descubres que estaba haciendo, ya que aunque tu te has movido los consoladores se mantienen fijos saliendo un poco de ti, y volviendo a entrar al volver a colocarte en tu posición inicial. Tus nalgas chocan contra algo de madera por lo que deduces que los he sujetado a algún mueble pequeño.

Me coloco delante tuya y colocándote la punta de la verga en la boca te digo.

Chupa-

Te inclinas hacia delante para poder metertela en la boca, y sientes como al alejarte del mueble los consoladores salen de ti, sin embargo cuando la tienes metida del todo aun tienes sus puntas metidas en tus agujeros. Te sujeto la cabeza y te muevo adelante y atrás a un ritmo suave, para ir aumentándolo progresivamente. A los pocos minutos cada vez que te empujo atrás sueltas un leve gemido, que dan paso a otros mucho mas sonoros. Te vas mojando mas por momentos y cuando tienes el primer orgasmo solo consigues que el objeto de tu coño aumente un poco mas de tamaño. Por la expresión de tu cara se que crees que te va a romper, pero no es asi.

Sigo moviendo tu cuerpo mas violentamente, cada vez mas deprisa. Tu lengua se esfuerza por conseguir que me venga en ella, no sabes si tu coño aguantara que ese objeto se haga mucho mas grande. Te quito la corbata de los ojos y sigo moviéndote. En tu siguiente orgasmo el consolador apenas crece dentro de ti, sin embargo hace mucha mas presión sobre tus paredes dilatadas al máximo. Se que ahora sientes aun mas el roce de los dos objetos, y que aunque esta siendo una pequeña tortura para ti, tambien te esta dando uno de los mayores placeres que has sentido. En tu tercer orgasmo consigues que me venga dentro de tu boca, justo cuando la tienes metida en la garganta, te mantengo apretada contra mi hasta que sale la última gota. He sentido perfectamente que a cada chorro la punta golpeaba contra la parte de arriba de tu garganta, y me ha encantado.

Cuando me separo de ti respiras aliviada, debes pensar que se a terminado por ahora, ingenua. Solo acabamos de empezar, esta va a ser la sesión mas larga de toda tu vida. Retiro el mueble de detrás tuya y escucho como sueltas un suspiro de alivio, con lo que te ganas otro azote en las nalgas. Te quedas callada. Suelto la cuerda y vuelves a tu posición inicial, pero con los brazos aun esposados tras la espalda.

Descansa unos minutos puta, en 15 minutos seguiremos jugando-

Te doy un tierno beso en la boca y salgo de la habitación.