Una joven actriz en manos de un adolescente. (1)

Laura es una modelo y actris de 24 años vino a Barcelona a visitar a sus padres y salir con sus amigas. En su primera noche, un extraño joven de 16 años se le acerca en un boliche y logra someterla durante toda su estadía. #Fantasy #NoConcentido #Dominación #ControlMental

Intro

Con solo 24 años, Laura era la envidia de todas sus amigas. Modelo desde los 17 años, había iniciado su carrera de actuación a los 20 y ya había trabajado en algunas series norteamericanas relativamente exitosas y parecía que su éxito profesional recién estaba comenzando.

Aunque vivía en Nueva York, todos los veranos pasaba dos semanas en la casa de sus padres en Barcelona, su ciudad natal. Esa noche se juntó con sus amigas en un prestigioso boliche de la ciudad concurrido generalmente por de la farándula y al que no dejaban ingresar menores.

Laura estaba de novia con un productor de nueva york con quien convivía desde hacía unos años, y detestaba que se le acerquen hombres con segundas intenciones, a los que trataba con bastante frialdad dentro de sus posibilidades. Laura era realmente muy sensual, su mirada y su forma de hablar hacían pensar siempre que la que tenía segundas intenciones era ella. Pero lo cierto es que era fiel a su pareja.

Esta noche inicia este relato fantástico, un extraño joven de 16 años logra someterla durante toda su estadía en Barcelona, usando sus extraños poderes para someter la voluntad de la gente.

Uno

-Lau, mirá ese chico- me dijo mi amiga Sandra, compañera del secundario. -No deja de mirarte! Me di vuelta para mirarlo y lo reconocí. Era el hermanito de un compañero del secundario. Algo crecido ya pero con la misma cara de tonto de siempre.

-Qué está haciendo acá? -No debe tener más de 16 años, no deberían haberlo dejado entrar! - No lo mires que va a venir para acá y no lo quiero saludar, es un pesado y no creo que haya cambiado mucho.

Sin embargo me di cuenta de que ya estaba viniendo hacia acá. Me dedico una mirada lasciva que me revolvió el estómago. Atravesó toda la pista de baile hasta la barra si dejar de mirarme. Sin darme cuenta yo tampoco pude apartar la mirada, me recorrió un escalofrío. Se acercó y saludó con confianza a mis amigas como si las conociera. Me sorprendió como todas le devolvieron el saludo, solían tratar bastante mal a los hombres que se nos acercaban, oficiando de guardianas de su amiga famosa, un poco celosas también porque aunque eran todas muy atractivas, los hombres siempre se acercaban a probar suerte conmigo.

Cuando termino con mis amigas mi dirigió una mirada penetrante y sin saludarme me aferró la cintura con sus dos manos y me dijo sin dejar de clavarme la mirada y con una sonriendo como si nada -Pero que pedazo de mujer! llevo casi 4 años soñando con echarte terrible polvazo!.

-Pero qué te pasa imbecil! -aparte sus manos con fuerza propinándole un buen cachetazo...  Eso fue lo que intenté hacer. Eso fué lo que hubiera hecho siempre en cualquier situación similar, pero mis manos no me respondieron. Lo que vieron todos los presentes fue que me quede quieta, apoyada contra la barra, mis manos quietas a un costado de mi cuerpo y solo me salió un tímido. -Qué desubicado… -Casi en voz baja y bajando la vista.

Sus manos seguían en mi cintura. Miré a mis amigas en busca de apoyo, pero todas apartaban tímidamente la vista. Parecíamos colegialas timidas frente a un chico que podía ser nuestro hermano menor. Se habían invertido los roles! ¿Que estaba pasando?

Finalmente me beso en la mejilla con fuerza y miró a mis amigas. Chicas, por favor, me gustaría estar un rato a solas con Laura, estoy enamorado de esta chica desde que tengo memoria. En la otra barra estan mis amigos que se mueren por bailar con ustedes pero no se animan a acercarse. -Vayan a bailar un rato! Dijo riendose y en tono imperativo.

Lo que menos me imaginé es que mis tres amigas se empezarían a alejar tímidamente en la dirección ordenada por el joven cuyo nombre ni siquiera recordaba. Me quise alejar con ellas pero sus manos seguían aferrando mi cintura y mi cuerpo seguía sin responderme, parecía una pesadilla. Me dio vuelta y se colocó detrás mío, mirando ambos hacia la barra, sus manos se aferraron esta vez a mi abdomen y su cuerpo se apretó contra el mío. Era un poco más petiso que yo. Traté de zafarme: -Que estas haciendo, quien te crees que sos, soltame - Logré decir, pero quería gritar y solo salían susurros de mi boca. El ignoraba completamente mis reacciones.

Sentí sus manos acariciando mi panza y me recorrireron escalofríos en todo el cuerpo. No entendía lo que estaba pasando. Comenzó a hablarme al oido: -Paso tanto tiempo desde que te vi por última vez en vivo, pero no me perdí ninguna de tus series. No sabes como me calento esa escena de la terraza, lo pienso y se me prende fuego la polla…

Cuando dijo eso me atrajo de golpe contra si, apoyando en efecto su miembro que realmente estaba aumentando de tamaño y podía sentirlo contra mi ajustada calza. Sulte un gemido y los escalofríos aumentaron. Era una pesadilla, la gente me estaba mirando, traté de gritar y solo una risita tonta salió de mis labios hasta que empeze a llorar. -Basta, déjame, por favor - Implore.

El mozo se acercó a ver que estaba pasando y mi compañero forzado le dijo: -Mi amiga esta un poco triste, tráeme dos vodkas por favor que a esta la quiero bailando toda la noche.  -sobre mi polla, me susurró al oído. Me sentía drogada, quería gritar, llorar, correr, pero mi cuerpo obedecía lo que este pendejo maleducado decía. Me trataba como si fuera su novia. Empezó a besarme el cuello y a frotarse contra mi culo descaradamente delante de todos, pero la gente no parecía prestarnos atención. Sus manos acariciaban mi entrepierna provocando sensaciones comodisimas.  Sentía como mi pulso se acelera y mis piernas transpiraban debajo de la calza.

Llegaron los vodkas. -Los dos son para vos. -ordeno, y aunque proteste un poco, terminé tomándome las dos bebidas sumisamente, mientras él se frotaba contra mi cuerpo como si estuviera follandome con la ropa puesta.

-No aguanto más -me dijo. -Necesito follar ya mismo, te quiero gritando como una yegua, te haría mía delante de todas esta gente. Dios, como amo a esta mujer!! -Grito provocando que varias personas se dieran vuelta.

-Vamos a bailar! La noche recién empieza para nosotros. Me arrastro hacia la pista de baile. Me sentía mareada, pero mi cuerpo obedeció, aunque yo seguía tratando de forcejear para que me soltara, mis caderas comenzaron a moverse al ritmo de una música que no me gustaba y Julián -Su nombre vino a mi mente de pronto, recorría mi cuerpo con sus manos y pasaba cada vez que podía por mi entrepierna haciéndome estremecer.

No se cuento tiempo bailamos. Mis amigas nunca volvieron. Mientras bailábamos yo no dejaba de sollozar y de pedirle que me dejara, aunque mi cuerpo se movía con la música y con la voluntad de Julián. Todo era perfecto, menos mi mente que se esforzaba por mantener la cordura. Mientras bailabamos Julián no dejaba de repetirme las cosas que me haría. Guarangadas mezcladas con declaraciones de amor en un momento dijo -Basta, ya no aguanto más de verdad. -y acto seguido, me empujo contra una columna y comenzó a besarme delante de todos.

Su lengua recorría todo el interior de mi boca y sus manos comenzaron a acariciar mi entrepierna sin ningún tipo de pudor. Apenas podía respirar, su boca no me soltaba sus ojos estaban cerrados y su cara era de placer absoluto. Sus manos sobre mi sexo me quemaban, y pronto comencé a estremecerme. Mientras las lágrimas corrían sobre mis ojos, mis gemidos se perdían dentro de su boca y mi ropa interior se humedecía. Estaba a punto de correrme cuando me liberó.

Empecé a respirar con la boca abierta, agotada y mareada. Volvió a besarme esta vez más delicadamente y luego me arrastró hacia la salida.

Hora de acompañarte a tu casa, no estás en condiciones de irte sola. Además quiero que me presentes a tu familia -Me dijo.

-No por favor, a mi casa no, dije desesperada. Son las dos de la mañana! Mis padres duermen.

Continuará.