Una jefa perversa (7 y Final)

Raquel trama un plan para que erick posea a su hijita de 18 años. para ello contrata a unos matones que la ayuden… pero las cosas se tuercen y los matones deciden follársela también a ella.

Una Jefa Perversa VII y Final

Raquel trama un plan para que Erick posea a su hijita de 18 años. Para ello contrata a unos matones que la ayuden… pero las cosas se tuercen y los matones deciden follársela también a ella.

Raquel estaba satisfecha. Había conseguido que un matrimonio modélico cayera en los más bajos instintos que proporciona el placer. Ahora lo único que le quedaba era conseguir que ese hombre que en tiempos fuera tan buen padre, follara salvajemente a su tierna niñita de 18 años. Para eso había contratado a 4 negros que la ayudarían en sus propósitos.

Aquel día Paloma se había ido de viaje a otra ciudad por motivos de trabajo. Estaría fuera una semana y Erick tenía que encargarse de las tareas del hogar, una de las cuales era recoger a su hija del colegio.

Patricia era una verdadera preciosidad. Se parecía mucho a su madre pero más joven. Los mismos pechos, enormes para su edad, el mismo culito respingón... Erick había pedido a su jefa que le acompañara a recoger a su hija. Iban en el coche de Raquel. Cuando los tres estaban en el coche de camino a casa, el motor empezó a hacer un extraño ruido y a los pocos metros el coche se paró. Estaban en medio de una carretera muy poco transitada y al probar los móviles se dieron cuenta que no tenían cobertura. Estaban en un buen apuro. Sin embargo parecía que la suerte les sonreía ya que una furgoneta se aproximaba a ellos.

Bajaron cuatro negros que muy amablemente le miraron el motor al coche y al ver que la avería era grave les ofrecieron llevarles a su casa para que llamaran por teléfono a la grúa. Los siete se metieron en la furgoneta y al poco tiempo llegaron a la casa de los negros. Nada más entrar en ella, uno le dio un tremendo golpe en la cabeza a Erick que lo dejó inconsciente, mientras los otros tres se encargaban de sujetar a las dos chicas. Ese no era el plan que Raquel había preparado. Los matones habían decidido pensar por ellos mismos y gozar de aquella situación que les habían puesto en bandeja

Los llevaron a todos al taller. Ataron a Erick a un radiador, le pusieron un trapo en la boca y lo reanimaron para que fuera testigo mudo y directo de lo que iba a pasar. Raquel fue amordazada. Le colocaron unas cuerdas anilladas a las muñecas y a los tobillos, que fueron enganchadas en una arandela y cada arandela a un elevador de cargas independiente, gobernado por telemando. Una arandela sujetaba sus piernas, la otra sus brazos. Fue elevada de manera que su torso, colgado de brazos y piernas, quedaba a unos 80 centímetros del suelo. Raquel estaba asustada pero en esa posición no podía hacer nada. El más joven fue a por Patricia. La trajeron y la amarraron a una silla de sus tobillos y sus muñecas.

–Niñita, como puedes ver, tu madre no está en una posición cómoda, pero al igual que tú tampoco ha sufrido daño alguno.

Esos cabrones pensaban que los tres formaban una feliz familia y que Raquel era la madre de Patricia

-Ahora jugaremos un poco con tu madre. Tú puedes presenciar los juegos. Mira, ¿sabes lo que es esto?.

Le mostró un consolador en forma de polla de unas medidas normales. Patricia se ruborizó. –Ven niñita te sentaremos en primera línea, para que no te pierdas detalle.

Entre tres levantaron la silla de Patricia y la ubicaron junto a las piernas de Raquel a quién, le bajaron las bragas, dejando libre una vulva escasamente cubierta que destacaba dos líneas gruesas, de un color rosa pálido enmarcando su entrada vaginal. Raquel se movía tratando de ofrecer una resistencia que le era imposible de aplicar, pero que al mover sus piernas, abría y cerraba su coño haciendo apetecible la entrada a su vagina.

El consolador comenzó a pasar por entre esos labios ante los ojos ansiosos y asombrados de Patricia. Pronto estaba humedecido por los jugos que comenzaba a desprender Raquel. El mayor de los cuatro hombres, que manejaba el consolador le dejó penetrar la punta, volviéndoselo a quitar para darle un par de viajes a lo largo de la raja, y vuelta a meter la punta. El más joven se arrodilló junto a Raquel para acariciar sus tetas, lamer, chupar y morder sus pezones. Raquel cerró los ojos. El consolador la penetró al tiempo que un par de dedos se entretenían en la cima de su monte. Su respiración se hizo agitada. La de Patricia también a la vez que sus mejillas se enrojecían. Raquel comenzó a mover su cabeza. El hombre mayor, sacó el consolador del interior de Raquel, se arrodilló junto a Patricia oliendo y lamiendo el juguete que acababa de retirar totalmente humedecido. Lo fue girando poco a poco, delante de las narices de Patricia, mientras lo lamía.

–Raquel si me prometes no gritar o hacer tonterías te quito la mordaza y a ti también Patricia.

Ambas asintieron con la cabeza.

–Así está mejor, dijo el mayor de los hombres plantándole un beso en la boca de Raquel.

Raquel quiso escupir pero se contuvo para no exaltar los ánimos. El más joven comenzó a acariciar los senos de Raquel hasta que los pezones adquirieron la rigidez para chuparlos y morderlos. El otro sacó a relucir dos consoladores que depositó primeramente sobre una mesa. Dos de sus dedos comenzaron a correr por los labios vaginales de Raquel, de arriba hacia abajo y de abajo hacia arria. Un tercero se unió a los otros corriendo algo introducido y que al llegar a la parte superior de la vulva jugaba con todas las partes sensibles de Raquel. Ella cerró los ojos y comenzó a despedir jugos. El hombre echó rodilla en tierra y sustituyó sus dedos por la lengua. Su lengua se movía dando latigazos a lo largo de la entrada vaginal de Raquel que gemía de placer. Patricia presenciaba todo ansiosa. La calentura interior se reflejaba en sus mejillas. El hombre recogió uno de los consoladores y luego de humedecerlo con los jugos expedidos por Raquel comenzó a pasarlo a lo largo de la raja pero penetrándola en cada pasada lo suficiente para que Raquel sintiera la cabeza del pene que le entraba pero que no la penetraba.

Comenzó a respirar con ansiedad cuando el vibrador la penetró a tiempo que el segundo consolador se le introducía en el culo. El hombre se acercó a la boca de Raquel y la besó. Esta vez Raquel correspondió el beso mientras las manos del joven aferraban sus senos. Y de pronto nada más. Le quitó los consoladores dejando de acariciarla.

Raquel se revolcó en sus ataduras: - Noooo,

-¿No, qué cosa Raquel?

-Sigue no pares ahora.

-Quieres que te folle Raquel,

-Por favor, sigue.

-¿Me estás pidiendo que te folle, Raquel?

-Siiiiii, por favor.

Patricia miró atónita como el hombre se quitaba los pantalones, mostrando una polla tiesa, gorda y larga que se perdió en el interior de la vagina de esa mujer mientras un consolador se le ponía en movimiento dentro del culo. Raquel por su parte gemía y se retorcía viviendo un orgasmo como nunca lo había tenido. Se sintió penetrar por otra polla, quizás no tan larga pero lo suficientemente gruesa como para hacerle correr saliva de su boca, especialmente porque ahora el consolador lo tenía en la vagina vibrando, mientras que la polla se perdía en el interior de su ano.

Estuvieron en esa posición bastante tiempo, hasta que el jefe decidió soltar a Raquel. Uno de los negros se tumbó en el suelo y obligó a Raquel a que se clavara su polla en el coño, casi sin tiempo otro se la metió en la boca obligándola a que se la mamase, y por fin otro, aprovechando la posición se la metió de una estocada en su culito...después de un rato empezó a eyacular el segundo, la sacó de su boca en ese justo momento y le llenó los senos de semen, después siguió el de la vagina, llenándole el abdomen de lefa, y por último el que se encontraba dentro de su ano, justo sobre todo su coño.

En eso, se dieron la vuelta hacia Patricia, se dirigió uno de ellos hacia la pobre niñita y la desató, la llevó al lado de Raquel que respiraba jadeante, sobre la alfombra con todo el cuerpo lleno de semen, y le indicó que la limpiara con la lengua.

Patricia lloraba a mares, pero por miedo obedeció. Empezó a limpiarle el semen de los senos comiéndose todo lo que encontraba a su paso, después que estuvieron totalmente limpios, bajó a su abdomen repitiendo la misma operación, y hasta que llegó y le lamió la vagina a Raquel, la cual se encontraba llena de semen y se lo comió todo. En eso uno de ellos la tomó del cuello, la subió y le dijo que la besara en la boca. Patricia empezó a besarla de una manera suave, pero el negro le dijo que quería ver su lengua jugando con la de la rubia. Y así lo hicieron, sus lenguas se enroscaban una con otra hasta que las separaron.

Raquel estaba extenuada. La ataron a otro radiador y aprovecharon para quitarle el trapo de la boca a Erick. Era el momento de gozar de su hijita y querían ver como reaccionaba un padre modélico. Mientras, aprovechando que Raquel estaba semi desmayada por el agotamiento, dos negros se dirigieron a ella con la intención de volver a rellenar sus agujeros, mientras los otros dos se aproximaban a Patricia.

-"Malditos cabrones, soltadme si sois hombre y veréis quien soy"- les gritaba histérico Erick.

-"Tranquilo, que la putita de tu hijita va a comprobar que somos todo unos hombres"- le dijeron mientras que se sacaron cada uno una enorme polla, que empezaron a meter a empellones en la boca de Patricia

-"SOCOGGGGGGOOOO PAPPGGGGGGGPPPAA SOCCGGGG...." intentaba gritar ella mientras que uno después del otro le metían aquellos pollones en su boquita, apenas daba abasto, le cogía uno del pelo y le follaba la boca, para al momento soltarla y cogerla el otro, las sentía a cual más dentro de su garganta, tenía tanto asco que quería vomitar, pero pensaba que aquello les enojaría más y sería peor, así que intentaba tragar aquellas inmensas masas de carne, que cada vez aumentaban más y más de tamaño.

"Joder como la chupa la muy puta, veamos si es igual de buena follando"- dijo uno. Otro parecía medio loco follándole la boca, haciendo caso omiso de las palabras de su compañero, así que Patricia seguía siendo forzada por la boca por aquel cabrón, mientras que la esposaban a una barra en el techo, ahora quedaba sentada, pero muy tirante, el negro se sentó, entonces el otro pareció reaccionar, "tío ayúdame a empalar a esta putita" le dijo, así que la levantaron un poco encima del gigantesco palo de bandera del enorme negro.

"Por favor, no , no, no quiero, nooooooooooooo AGGGGGGGHHHHHH" gritó Patricia cuando la empujaron en aquel enorme mástil, le desgarraron todo el coño para introducirse en sus entrañas, lo sintió tan dentro que pensaba que se le iba a salir por la boca "GAAAAAAGGGGGGGGGGG" seguía gritando, pero enseguida ya no podía, la polla de otro negro le llenaba completamente la boca. Así que empezaron a follarla a dúo, el tío que se la metía por el coño le arrancó la blusa y el sostén, ahora sus tetazas duras y tiesas se movían arriba y abajo a cada movimiento de su polla.

Erick, sin poder hacer nada, veía como las lágrimas recorrían sus mejillas, como estaba colorada de tanto sufrir, pero aquellos maníacos parecían no tener compasión, y lo peor es que toda aquello le había excitado como nunca lo había estado en su vida. Su polla estaba tomando un tamaño increíble teniendo en cuenta la situación en la que se encontraba y lo que estaba viendo hacer a su hijita. Y aquello parecía prolongarse una eternidad. Erick nunca pensó que sus pechos fueran tan preciosos, le apetecía apretarlos, chupar esos pezoncitos rosados, pero sólo veía las manazas del guardia magrearlos mientras que su polla penetraba en el delicioso coñito de Patricia, su hija. Entonces los dos, casi al unísono, empezaron a temblar, Erick sabía lo que aquello significaba, el tío sentado, se estaba corriendo el muy cabrón se estaba corriendo dentro de su pobre hijita, pero al momento vio que el otro hacia lo mismo dentro de su boca, veía como el semen se derramaba por las comisuras de sus labios, incapaces se almacenar tanta carne y semen a la vez. Cuando se la sacó ella intentó escupir el semen que le quedaba en la boca y dio un grito apagado y sordo de auxilio mientras que el otro derramaba las últimas gotas en su coño.

-"Vaya putón que es tu hijita"- le dijo uno de ellos, mientras que se fijaba en la erección que no podía disimular debajo de sus pantalones

-"Mira el papaito, se ha puesto cachondo, así que también te gusta la putita, se me ocurre una idea" dijo hablando con su compañero, todavía en un quinto cielo después del polvo que te había echado.

La desesposaron del techo, le arrancaron la falda, y la poca ropa que le quedaba puesta, estaba completamente desnuda y preciosa, La pusieron de rodillas, esposada al banco, uno de los tíos se acercó a su culo, lo abrió y escupió en su ano.

-"Este culito, es precioso, verdad?"- le dijo a Erick "Bien, a cualquiera de los dos nos encantaría metérsela por ahí ahora, pero hemos hablado y nos pondría más cachondos que su propio papaito se la metiera, así que ya sabes, encula a tu hijita"

Aquello dejo alucinado a Erick, les llamó de todo, dijo que nunca haría aquello, pero su polla le delataba, estaba deseando hacerlo.

-"Bueno tío, o le das por el culo a tu niñita, o le pegamos un tiro a ella, luego a la puta de tu mujer y luego a ti, elige" dijo uno de ellos cogiendo un arma. Aquellos cabrones seguían pensando que Raquel era la mujer de Erick. Aquello fue la excusa perfecta, le quitaron las esposas, mientras que uno le apuntaba, pero en aquel momento le daba igual, la iba a sodomizar le apuntaran o no.

-"Pero nada de hacerlo como un papaito, queremos que le rompas en culo, que te la folles por ahí como una bestia, queremos pasárnoslo bien, si no ya sabes lo que pasara". le dijeron, mientras que le bajaban los pantalones.

-"Papá, no por favor, no lo hagas, no lo hagas papá, por lo que más quieras no lo hagas" lloriqueaba Patricia, pero verla así esposada y de rodillas hacía que la bestia lujuriosa que llevaba dentro saliera a flote, así que la cogió de las nalgas, abrió su culo y puso la polla a la entrada. Evidentemente aquel culito no daba de si para el tamaño de aquel enorme pene.

-"Venga cabrón, métesela por el culo, es tu hijita, y lo estás deseando, métesela hasta que reviente" le animaban los dos mientras los otros seguían follando a Raquel que con el cuerpo lleno de semen no paraba de suplicar que la dejaran.

Erick separó lo más que pudo las nalgas de su hijita y empezó a metérsela "Más fuerte, o le pegamos un tiro", no hubiese hecho falta, la bestia que llevaba dentro surgió de golpe, así que empezó a empujarla con toda la fuerza que tenía, la polla luchaba por entrar en ese culito tan estrecho, lo hacia centímetro a centímetro a cada brutal embestida que le daba.

"GGGGGGGGGGGGG GGGGGUUUUUUU UUUUAAAAAAAA AAAAAAAAAAGGGGGG GGGGGGGGGGGGGG" gritaba la pobre niña al sentir destrozado su culito, entonces Erick perdió toda la razón "Vamos puta, abre este maldito culo, ábrete putaaaa" gritaba mientras que empujaba con todas sus fuerzas y su polla penetraba hasta el fondo en el esfínter de Patricia.

"AAAAAAHHHHHHHHHHH PPAAAAAAPPPP PPPPPPPPAAAAAA" dio un increíble grito, pero todo aquello era ajeno a él, sólo sabía que estaba dando por culo a una hembra increíble, y quería hacerlo como los animales, así que empezó a empujarla contra el banco, ella resistía a duras penas sus embestidas, mientras gritaba al sentir ese hierro candente en un lugar tan apretado. Los negros se pajeaban como enloquecidos al ver a una niña tan hermosa siendo sodomizada por su padre. Patricia se sentía tan sucia, humillada y vejada, no sabía si era peor el ser follada por su padre, o el que aquello se produjera delante de aquellos dos tíos, pero sentía algo increíble dentro de ella que crecía y le hacia sentir algo que no había sentido nunca. Dentro de poco sabría que eso era la bestia lujuriosa que ella también llevabas dentro, pero de momento le tocaba sufrir y resistirse a dejar salir ese demonio del sexo.

Erick seguía follándola, estaba tan excitado después de todo lo que había visto y de follarla así que empezó a correrse en su, hasta entonces, virginal culito, el semen se desbordaba por su ano y caía a borbotones. "Mira el cabrón, como lo está pasando, ahora nos toca a nosotros" dijeron, mientras le sacaban del culito de su hija cuando mejor lo estaba pasando. Ella casi había perdido el conocimiento. Volvieron a esposarle a Erick a la espalda y las piernas al banco, le soltaron a Patricia y le esposaron las manos a la espalda y los tobillos, estaba así tiraba en el suelo, lo sentía frío y eso aliviaba el increíble calor que sentía, no sólo era el insoportable calor del taller, era un calor que salía dentro de ella.

Ahora uno de los negros se tumbó en el suelo, debajo de ella, la cogieron, le abrieron las piernas y la empalaron en la polla del tío que se había corrido en su cara anteriormente. Patricia no podía moverse, así empalada, tirada encima de ese hombre, con las piernas abiertas pero sujetas por los tobillos. Así el otro se puso detrás de la indefensa niña, la cogió con una mano del pelo, mientras que con la otra le abría las nalgas. Ella sabía lo que era aquello, dio el último y quizás más estremecedor grito al sentir aquellas dos enormes pollazas perforarle sus agujeritos.

"AGGGGGG GGGGGGGGGGG GGGGGGGGGGGGGGGGG GGGGGGGGGGGGGGGGG" gritó al sentir las dos pollas dentro, le tiraban del pelo mientras que le magreaban los pechos, sentía como si fuera a romperse por fuera y por dentro, pero aquello le hacia sentir más calor, fuera y dentro Entonces el tío que la sodomizaba le obligo a chupársela a su padre. Ya era la orgía total, todos sus agujeros repletos, y Erick no pudo por menos que empezar a excitarse de nuevo, mientras que el tío metía y sacaba la boca de su hija en su polla, además sentía como ella empezaba a chuparla, aquello era algo más que verse obligada. Ahora ya no tenían la primera excitación, así que aquel triángulo se prolongó una eternidad, hasta que al final, la pobre niña sintió como uno tras otro empezaban a correrse dentro de ella, primero lo hacía el negro de su chochito, luego sentía llenar su ano, y al final Erick derramaba el semen que le quedaba en su boca, en su cara...

Cuando Erick termino de correrse en el rostro de su hijita, giró la cabeza y pudo ver el cuerpo de Raquel, todavía atado, casi inconsciente, lleno de semen por todas partes, a la vez que oía como obligaban a su hija a limpiarla con la lengua...

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Erick-66@hotmail.com

En los siguientes relatos podré introducir las variantes que me indiquéis.