Una inversion riesgosa de amor XXIV

Ya en casa, Lynn abrió la puerta, y lo siguiente que supo es que había sido atrapada contra el cuerpo de Chris y la pared. Chris tiró de sus labios para robarle un beso ardiente.

Capítulo 24

Lynn se despertó al sol entrando en la habitación. Volteándose, miró hacia el patio y sonrió, viendo la bebida que había sido preparada para ella todavía en la repisa. Entonces se dio cuenta de que estaba sola. Se pasó los dedos por el cabello y luego por la cara, se detuvo, olfateando aún el aroma de Chris en sus manos.

Cerró los ojos y se dijo a sí misma que sabía que anoche fue demasiado bueno para ser verdad. La decepción le inundó las venas. Bueno, si este había sido el único retorno de su inversión, supuso que había valido la pena de todas formas.

De repente, ella se sobresaltó ante un ruido. Abrió los ojos y vio a Chris en la

puerta.

  • Traté de encontrar café... - Chris comenzó a explicar. Lynn sonrió, tratando de ocultar las lágrimas de felicidad en sus ojos.

  • Usualmente solo llamo al servicio de habitación. - Chris se apoyó contra la puerta vestida sólo con la túnica de seda negra de Lynn, e inspeccionó el cuerpo desnudo delante de ella.

  • Espero que no te importe, he tomado prestada tu bata -dijo Chris. Luego en sus labios se formó una sonrisa traviesa, se acercó a la cama y continuó.

  • Pero, si quieres me la puedo quitar... - Lynn asintió y alargó la mano para desatar la bata. Chris se deslizó sobre la cama y dejó la bata caer de sus hombros. Lynn la acercó y susurró:

  • Tenía miedo de que te hubieras ido. – Chris sonrió y se encogió de hombros.

  • No podía irme, el taxi salió hace diez minutos. - Lynn miró el reloj. Diez después de las nueve. Luego volviendo, ella atrajo los labios de Chris a los suyos. De repente, su beso fue interrumpido por el timbre del teléfono.

Lynn cogió el auricular, pero fue detenida por la mano de Chris.

  • ¿Tienes que contestar? - Lynn sonrió y explicó:

  • Las únicas llamadas que me pasan son de Matt. – Chris soltó la mano y apoyó la cabeza en el pecho de Lynn, corriendo los dedos sobre sus endurecidos pezones.

  • ¡Espero que sea para algo bueno! -replicó Lynn sarcásticamente al teléfono-. Matt rio al otro lado.

  • Supongo que ambos tuvimos suerte anoche, ¿eh? - Lynn sonrió y respondió:

  • Aun así, Matt, si sabes a qué me refiero. - Matt se disculpó.

  • Oh, lo siento, te dejaré en paz... –

  • Matt, ¿había alguna razón para que llamaras? –

  • Sí, mis padres querían asegurarse de que supieras que eres bienvenida al brunch hoy. Puede ser bastante interesante, voy a traer a Paul. -Lynn río entre dientes, puso su mano sobre la boquilla y preguntó a Chris:

  • Matt llevara a Paul a almorzar hoy con sus padres. ¿Quieres ir? - Chris sonrió y respondió:

  • ¡No me lo perdería por nada del mundo! – Lynn acepto en que se reunirían con el grupo a las once.

  • Entonces, ¿cuánto tiempo tenemos? - Dijo Chris mientras continuaba con su pulgar sobre el pezón de Lynn. Lentamente, bajando la boca, empezó a darle vueltas con su lengua. Lynn se recostó en su almohada y gimió de placer:

  • ¡Tenemos tiempo de sobra! – Chris dejó que su lengua se deslizara entre las piernas de Lynn.

Lentamente jugaba mientras chupaba, luego daba vueltas con su lengua, tomándose su tiempo, trayendo a Lynn a la cima de una montaña rusa.

  • ¡Oh, dios, por favor, Chris! - gemía Lynn. Finalmente, Chris la llevo al límite.

Lynn se puso rígida, luego relajada, abrumada por la sensación. Chris la miró a los ojos y susurró:

  • Eres increíble. - Lynn tocó la humedad de Chris tan pronto como estaba a su alcance. Ella sabía por instinto que Chris estaba necesitada. Pensando en lo que Chris acababa de decir, Lynn se retiró justo cuando Chris comenzó a subir.

  • Oh, claro, hoy soy increíble. ¡Anoche era una "perra fría"! - Chris abrió los ojos con frustración.

  • ¡Seguro vas a serlo si me haces esperar! - Lynn sonrió y continuó lo que había comenzado, trayendo a Chris al éxtasis una vez más.


Matt se detuvo en el estacionamiento justo detrás de Lynn y Chris. Salió de su coche y abrió la puerta de Chris y hundió la cabeza en su interior. Él le sonrió.

  • Supongo que ella te dio una respuesta positiva anoche, ¿eh? - Chris se inclinó hacia delante y cogió los cigarrillos del tablero de Lynn. Colocándolas en el asiento trasero, ella sonrió y respondió.

  • Creo que ella no los necesitara más. –

Paul caminó para unirse al grupo mientras caminaban hacia el restaurante. Chris puso su brazo sobre el suyo para acercarlo.

  • Parece que funcionó para nosotros dos. - dijo con una sonrisa.

  • Por cierto, gracias por el consejo. - Paul la miró como si no tuviera ni idea de lo que estaba hablando.

  • Por favor, Paul. ¿Realmente pensaste que te había creído? - Chris rio.

La cara de Paul estalló en una sonrisa, luego puso su mano sobre la suya.

  • No dije algo que no fuera verdad. - Los cuatro entraron y buscaron a Charles y a Marie. Mientras se acercaban a la mesa, Marie parecía confundida.

  • Ok, estoy confundida. ¿Quién está con quién? - Preguntó frustrada. Chris se rio, sin darse cuenta de que todavía tenía el brazo enganchado a el de Paul.

Ella soltó su brazo y agarró la mano de Lynn para indicar que ella estaba realmente con Lynn. Charles rio entre dientes.

  • Bueno, supongo que se dio el veredicto anoche, ¿eh Lynn? - Lynn se sonrojó y sonrió.

  • ¡Créeme, juez McKinley, tuvo una declaración muy convincente! - Charles se acercó al compañero de su hijo y le ofreció la mano.

  • Tu debes ser Paul. - Marie, menos formal que su marido, abrazó al hombre y le guiñó un ojo a Matt.

  • ¡Estoy tan contenta de conocer a la verdadera pareja de Matt! –

  • ¿Alguien gusta algo de beber? - El camarero ofreció a las tres de parejas. Casi al unísono, los seis murmuraron:

  • ¡Sí! - Las dos mujeres se despidieron de Charles y Marie y accedieron a encontrarse con los chicos más tarde para la cena.

  • Solo voy a pasar por el lugar de Sam y Beth y luego nos iremos a casa, ¿de acuerdo? - Lynn dijo mientras se deslizaba en el asiento del conductor.

  • No sé si pueda esperar tanto. - Chris sonrió maliciosamente.

  • ¿Esperar qué? -preguntó Lynn al encender el coche.

Chris se inclinó, agarró la nuca de Lynn con la mano y, hambrienta la besó. Alejándose del beso, Chris se recostó en su asiento y miro la respuesta de Lynn.

  • ¡Haremos que sea una parada rápida! -exclamó Lynn, casi ahogando las palabras. Chris asintió de acuerdo.

  • Entonces, ¿por qué las vamos a ver? - Lynn sacó el coche del aparcamiento y se metió en la carretera.

  • Encontré otra forma de financiar su hipoteca. - Chris miró con recelo.

  • ¿Otra forma? -

  • Sí. - contestó Lynn, deliberadamente sin mirar a los ojos de Chris.

  • Encontré otra empresa que lo financiaría. - Chris seguía sospechando.

  • Entonces, ¿me estás diciendo que buscaste por meses y meses una financiación, y de repente en dos días encontraste a alguien? - Lynn guardó silencio.

Ella estaba tratando desesperadamente de encontrar otra manera de alargar la verdad sin mentir realmente.

  • Sabes, si vamos a continuar en esta relación, debes de dejar de decirme verdades a medias. - Chris cruzó los brazos y miró por la ventana.

  • Mira, nadie quiere financiar a una artista y su amante gay dueña de un bar. – Lynn termino por decir.

  • ¿Y? - inquirió Chris para obtener más información. Lynn suspiró y reveló la verdad a regañadientes.

  • Entonces, transferí la propiedad de una de mis compañías. -

  • ¿Y esto va a ayudar a qué? - preguntó Chris. Lynn miró a Chris y trató de explicarlo.

  • Les haré firmar nuevos papeles. Pensarán que ya no sostendré su hipoteca y eso les hará sentir mejor. - Pasando sus dedos por su cabello, Lynn hizo una pausa, luego miró hacia adelante y continuó.

  • Sabes, no creo que alguien haya estado tan avergonzada como yo aquel miércoles por la noche. Supongo que hacer que se sientan mejor me ayudará a sentirme mejor. Yo sólo espero que no haya arruinado nuestra amistad. –

Chris asintió con la cabeza comprendiendo, luego se burló.

  • Así que supongo que soy tu cómplice ahora, ¿Eh? - Agradecida de que comprendiera, Lynn sonrió.

  • ¿Cómplices? - Chris soltó una risita mientras buscaba la mano de Lynn.

  • Entre otras cosas. - Lynn marcó el número de teléfono de la pareja cuando se acercaron a su vecindario.

  • ¿Hola? - Respondió Sam al segundo timbrazo.

  • Oye, estoy a cinco minutos de tu casa. -respondió Lynn.

  • ¿Entonces me vas a decir para que vienes? -preguntó Sam.

  • Es una sorpresa. - respondió Lynn, luego añadió.

  • Oh, y espero que no te importe, traigo a alguien conmigo. –

  • ¿Alguien contigo? - Preguntó Sam con irritación en su voz.

  • ¡Sácame del maldito altavoz! - Lynn cogió el auricular y sonrió a Chris, que podía oír la voz en el otro extremo. Chris hizo un gesto a Lynn para que le diera el teléfono, pero Lynn sacudió su cabeza y mantuvo el auricular en su oído.

Finalmente, Lynn dijo:

  • Sam, estamos entrando al complejo ahora. Nos vemos en un minuto. -Lynn colgó el teléfono y aparcó el coche. Caminando hacia la puerta, se volvió hacia Chris.

  • Dios, ¿acaso acabo de escuchar toda una cantaleta sobre que seguro no me importas? - Al llegar a la puerta, Chris llamó al timbre de la puerta y atrajo los brazos de Lynn a su alrededor.

  • Muéstrame lo mucho que te importo. - Lynn acercó sus labios a los de Chris justo cuando se abría la puerta. Ninguna de las dos se dio cuenta de que la pareja estaba de pie en la puerta.

Sam se aclaró la garganta una vez, luego otra vez. Finalmente, las dos rompieron su abrazo y sonrieron a sus amigas.

  • ¿Cuándo sucedió esto? -exclamó Beth con una sonrisa.

  • ¡Bueno, ya era hora! - agregó Sam mientras conducía a las dos por la puerta.

  • ¡Y me dejaste tratarte de idiota todo ese rato en el teléfono! - Lynn se echó a reír.

  • ¡Como si me hubieras dejado decir algo! - Beth miró a los ojos de Chris.

  • Así que dime, ¿qué pasó? - Chris sonrió.

  • Sabes, simplemente no puedes evitar de quién te enamoras. –

  • ¡Así que esta es una buena sorpresa! - Dijo Beth mientras los cuatro se sentaban en la sala bebiendo té helado.

  • Oh, esta no es la sorpresa. - dijo Lynn a la pareja. De pie, se acercó, agarró su maletín y lo abrió en la mesa.

  • Esta es la sorpresa. - dijo mientras entregaba un paquete a Sam.

  • ¿Qué es esto? -preguntó Sam.

  • Esperemos que sea una ofrenda de paz. - dijo Lynn, luego continuó con la explicación:

  • Yo me sentí muy mal por lo de la otra noche. Después de algunas búsquedas, pude encontrar financiamiento para su hipoteca. - Sam miró a Beth y luego examinó el papeleo. Beth habló primero.

  • Lynn, nosotros sabemos que estabas molesta la otra noche y sabemos que en el fondo sólo tratabas de ayudarnos. - Lynn escuchó a Beth y luego se volvió hacia Sam.

  • Sé que te sentirás mejor de esta manera. Es a la misma tasa de interés y el mismo término. Todo lo que tienes que hacer es firmar donde he indicado. –

  • ¿Has revisado esto ya? - Preguntó Sam. Lynn asintió y entregó a Sam una pluma. Sam le dio la pluma a Beth, quien firmó primero, luego firmó ella y devolvió el papeleo.

  • Gracias -dijo Sam, acercándose a mirar suavemente a los ojos de Lynn.

  • ¿Amigas? -preguntó Lynn a Sam. Sam sonrió y asintió.

  • Amigas. - Lynn guardó los documentos en su maletín y sonrió a Chris.

  • Ahora, si a ustedes dos no les importa, nos gustaría ir a casa. -

  • ¿Estás segura de que no quieres quedarte y ver una película o algo así? -Sam

preguntó. Chris tomó la mano de Lynn.

  • No, tenemos otros planes. - Lynn se sonrojó y capturó los ojos de Beth. Beth río entre dientes.

  • Por dios, Lynn, ¿por qué te sonrojas? - Ambas parejas se pusieron de pie y caminaron hacia la puerta.

  • Si ustedes están libres esta noche, nos veremos con Matt y Paul para cenar a las siete. Nos encantaría que pudieran unirse a nosotros -dijo Lynn al abrir la puerta-.

  • Eso suena divertido. - Beth respondió, luego añadió con una sonrisa,

  • ¿Estás segura? Ustedes puedan dejar de... ustedes saben. - Lynn le devolvió la sonrisa.

  • Lo intentaremos. ¡Chao! –

Ya en casa, Lynn abrió la puerta, y lo siguiente que supo es que había sido atrapada contra el cuerpo de Chris y la pared. Chris tiró de sus labios para robarle un beso ardiente.

Alejándose, Chris miró a los ojos de Lynn.

  • Tómame. - Lynn miró a Chris algo divertida.

  • Has elegido una palabra interesante. -

  • Simplemente usé esa palabra para dejarte saber mi urgencia. - dijo Chris. Lynn sonrió burlonamente.

  • ¿Entonces, aquí mismo, ahora mismo? –

  • ¡Al menos espera hasta que estemos dentro! –

  • Creo que he creado un monstruo. - dijo Lynn, sonriendo.

  • Me alegro de que te diviertas con esto. - Chris agarró el cuello de la camisa de Lynn y juntaron sus rostros.

  • Te deseo tanto ahora que estoy a punto de explotar. –

  • Bueno, vamos a ver qué puedo hacer al respecto. - Lynn besó a Chris hambrienta mientras dejaba que sus manos recorrieran el cuello de Chris, sus pechos, sus caderas. La atrajo con su mano, rozó la entrepierna de Chris con las yemas de los dedos. Chris gimió con deseo. Lynn levantó las manos y luego las dejó correr lentamente hacia bajo de su cuerpo, esta vez siguiendo con su aliento caliente llegó a la cintura de los pantalones.

Desabrochó su sujetador con un solo movimiento, sus pantalones y su ropa interior, dejando su respiración caliente sobre el grueso vello que estaba entre sus piernas.

De rodillas, Lynn llevó su lengua a la fuente de la humedad. Chris abrió sus piernas más para ella. Lynn sintió los dedos de Chris enredados en su pelo, forzando su lengua a empujar más y más fuerte hasta que el cuerpo al lado de ella soltó su frustración reprimida. Lynn se levantó, apoyó a Chris contra la pared y empujó sus dedos contra ella. Chris gritó de placer al sentir el empuje.

Ella quería... no, ella necesitaba tocar a Lynn, también. Con un movimiento, abrió los botones de los pantalones de Lynn y deslizó su mano dentro. La humedad que encontró facilitó la entrada de Chris. Las dos presionadas contra la pared, moviéndose juntas, disfrutando lentamente de la presencia de la otra. Entonces, el movimiento se aceleró y cada una gritó del placer que sentían dentro.

Lentamente, ambas cayeron al suelo y continuaron con sus movimientos.


Las tres parejas se sentaron alrededor de una mesa libre de alcohol riendo y burlándose de la manera en que la farsa de Matt había terminado.

Sam se sintió particularmente divertida por la forma en que Marie había capturado a las dos mujeres en el baño. Parecía desencadenar otro recuerdo.

  • ¿Recuerdas el tiempo que tú...? – La expresión en el rostro de Lynn la detuvo en medio de la frase. Chris se dio cuenta enseguida y se volvió hacia su nuevo amante.

  • ¡No puedes detenerla de contarme todas tus historias, Lynn! –

  • No, pero no quiero que escuches sobre todas las mujeres con las que he estado, como yo ¡no quiero oír hablar de todos los hombres con los que has estado! - Dijo Lynn mientras miraba a los ojos a Chris.

Tenía que concentrarse en sus ojos, porque cada vez que lo hacia terminaba admirando el resto de su cuerpo perdiendo todo control. Chris, a petición de Lynn llevaba el corto vestido negro que había enloquecido a Lynn muchas noches antes.

Perdiendo la concentración por un momento, Lynn dejó que sus ojos se perdieran en ella y se encontró en su mente dibujando una fantasía de hace un par de semanas.

Lynn metió la mano debajo de la mesa y la colocó sobre la rodilla desnuda de Chris. Alzando la mano por el muslo de Chris, ella rozo bajo el material negro.

Llevando la mano hacia adentro, sus dedos alcanzaron la seda que cubría el área que había probado hace apenas unas horas.

  • Lynn. -Sam interrumpió el movimiento de Lynn. Lynn la miró inocentemente.

Sam continuó:

  • Si tuvieras la amabilidad de dejar tus dos manos por encima de la

mesa. Tu novia está a punto de tener un ataque al corazón. –

Lynn actuó como si hubiera sido atrapada con las manos en la masa, lo que efectivamente era cierto.

Miró a Chris, cuyo rostro estaba muy rojo. Lentamente ella puso su mano encima de la mesa, la colocó sobre Chris y le dio un apretón.

  • Bueno, Beth, ¿cómo vives con esta vieja? -preguntó Lynn, asintiendo con la cabeza en la dirección de Sam. Beth sonrió y también apretó la mano de su amante.

  • No tengo ninguna queja, Lynn. - Sam sonrió con orgullo, sabiendo que había ganado la pelea de nuevo.

  • No creo que haya nadie en la mesa con quejas. - comentó Paul.

  • ¡Es cierto! -dijo Chris. Luego, levantando su copa de agua para brindar, ella le guiñó un ojo a Matt.

  • ¡Por romper tu regla de ligar con hombres en bares! - Matt sonrió y alzó la copa a Lynn.

  • Y por romper tu regla de nunca coquetearle a una mujer hetero! - Su brindis también fue acompañado por un guiño.

Por último, Lynn alzo su vaso con un último brindis, un brindis que ella sabía que sólo Matt entendería perfectamente.

  • Y por la paciencia que se necesita para hacer inversiones riesgosas, ya que a menudo te traen grandes resultados. – Matt río y sonrió a su mejor amiga. Entonces todos ellos chocaron sus copas en celebración de sus futuros juntos.

HOLA ESPERO QUE LES GUSTARA MI RELATO. TALVEZ NO TUVO EL EROTISMO QUE MUCH@S ESPERABAN DE PRINCIPIO A FIN, PERO SE INTENTÓ. ESPERO ANSIOSA SUS OPINIONES.

ESPERO NOS VEAMOS EN PRÓXIMOS RELATOS.

SALUDOS!! :)