Una inversion riesgosa de amor XXII

Lynn lentamente abrió la puerta del dormitorio para ver cómo el cuerpo, acurrucado debajo de las sábanas dormía. Un millón de pensamientos corrían por su mente: recuerdos de la semana pasada, la risa de Chris, sus sonrisas, sus lágrimas.

Capítulo 22

Lynn lentamente abrió la puerta del dormitorio para ver cómo el cuerpo, acurrucado debajo de las sábanas dormía. Un millón de pensamientos corrían por su mente: recuerdos de la semana pasada, la risa de Chris, sus sonrisas, sus lágrimas.

Se preguntaba si alguna vez sería ella de nuevo.

Matt se acercó y se puso detrás de ella, poniendo sus brazos alrededor.

  • Un centavo por tus pensamientos - dijo Matt suavemente.

Lynn sacudió la cabeza y siguió mirando fijamente la lenta elevación y caída del pecho bajo las sábanas.

Matt la dejó a sus pensamientos. Después de unos minutos, Lynn caminó por el pasillo, levantó las llaves y dijo a Matt:

  • Llámame cuando se vaya. - Matt asintió y se dirigió a la cocina para hacer su “levanta muertos” especial.

Agitó vigorosamente los ingredientes y luego apoyó el líquido en el mostrador.

No podía dejar de sentirse decepcionado por el resultado de la situación.

No estaba decepcionado de Lynn. Sabía que no podía forzar a Chris a sucumbir a sus sentimientos. Y Chris tampoco era culpable de esto.

Admitir que se está enamorado de alguien del mismo sexo no es una cosa fácil de hacer.

Él pensó que ella sólo necesitaba un empujón, pero ya la había empujado lo suficiente.

Lynn se deslizó sobre el asiento de cuero de su BMW. Su día no iba a tener ninguna mejoría.

Después de cambiarse en su ropa de trabajo, se dirigió a una reunión a la que no quería ir. La inversión por la que Charles había estado tan entusiasmado, resultó ser nada por lo cual debía estarlo.

Girando la llave en la ignición, repaso varios escenarios en su mente. Suspiró mientras entraba en la autopista. Simplemente no había manera fácil de decirle.

Tal vez debería decirle que su inversión más reciente tampoco había tenido éxito.


Matt se sentó en el borde de la cama y acarició ligeramente el brazo de Chris.

  • Hey, dormilona. - dijo suavemente.

Chris, teniendo problemas para abrir los ojos, rodó y se recostó sobre su espalda.

  • ¿Qué hora es? -

  • Es hora de que te levantes. - respondió Matt.

  • ¿Cómo está tu cabeza? - Chris hizo un intento de sentarse, luego cayó sobre su almohada adolorida.

  • Ohhh. – ella gimió

  • Eso es lo que pensé. - Recogió el vaso de su elixir especial para la resaca de la mesa de la cama y se lo dio a Chris.

  • Toma, esto debería ayudar. - Chris miró la mezcla roja y dio otro gemido.

  • ¿Qué es eso? –

  • No te preocupes por eso. Esta pequeña mezcla te hará sentir mejor en poco tiempo. - respondió Matt.

Chris se levantó sobre un codo y tomó un sorbo del líquido.

  • No está mal. –

  • Tengo que ir a trabajar, pero vamos a reunirnos con mis padres a las cinco. - dijo Matt mientras se dirigía a la puerta del dormitorio.

  • ¿Matt? - hablo Chris, haciendo que Matt se girara.

  • ¿Fue sólo mi imaginación, o Lynn estuvo justo allí hace un rato? - Matt asintió con la cabeza.

  • No es tu imaginación, ella estaba aquí. Sólo quería asegurarse de que estuvieras bien. –

  • ¿Pero se ha ido otra vez? - preguntó vacilante Chris. Matt la miró, asintió y suspiró.

  • Si, ya se ha ido. –

Chris entro en la ducha después de beber todo el vaso de la mezcla de Matt.

Entró y dejó que el agua fría cayera sobre su rostro, esperando que la aliviara del golpeteo en su cabeza. Se volvió de espaldas al agua, cruzó los brazos e inclinó la cabeza contra la pared de la ducha.

Mañana su vida podría volver a la normalidad. Ella podría ir de vuelta a su apartamento, sus estudios, su libertad. Era curioso que en realidad todo eso no sonara atractivo para ella.

Apartándose, miró alrededor de la habitación. Esto se había convertido en su hogar. Solo en poco más de una semana su vida había dado un giro. Y ahora, ella no estaba en absoluto segura de que quería que cambiara de nuevo. Ella se sentó en la cama masajeando sus sienes. Ella deseaba que Lynn estuviera allí ahora para borrar la tensión. Deseaba que Lynn estuviera allí, punto.


Charles se levantó de la mesa cuando Lynn se acercó.

  • ¡Mírate como toda una ejecutiva! -exclamó Charles mientras sacaba una silla para que tomara asiento.

No era frecuente que la viera con algo que no fuera su vestimenta casual. Ahora estaba de pie frente a él en un traje de negocios y tacones.

  • Hay una razón para eso, me temo. - respondió Lynn. No estando segura de cómo hablar del tema Lynn colocó los codos sobre la mesa, dobló las manos y miró a Charles directamente a los ojos.

  • Charles, todavía no has entregado fondos para esta inversión ¿cierto? -preguntó Lynn con delicadeza. Charles sacudió la cabeza y sonrió.

  • Bueno, había un pequeño depósito que tenía que hacer sólo para mantener mi posición abierta. Pero nunca entregue el dinero grande hasta que sea revisado por mi muy experta asesora de inversiones. –

  • ¿De cuánto es el depósito?

  • Mil dólares, ¿por qué? - ​​Preguntó con curiosidad.

-Me temo que has sido víctima de fraude. -respondió Lynn suavemente. Ella vio como la sangre se escurría de su cara.

  • ¿Qué? Pero los hombres parecían tan profesionales. Tu viste el folleto, todos los

folletos... - tartamudeó Charles.

  • Sí, todo parecía bueno en el papel, pero una vez que comencé a revisar... – Lynn comenzó a explicar. Charles interrumpió, todavía con incredulidad.

  • ¿Y estás segura de esto? –

  • Si. - Lynn asintió.

  • Charles, espero que no te importe, pero llamé a un amigo mío que esta en la división de fraude del FBI. Se unirá a nosotros en unos minutos para discutir el asunto. - Charles bajó los ojos y comenzó a inquietarse.

  • No, por supuesto que no importa. - Luego levantando sus ojos para mirarla, explicó su nerviosismo.

  • Sé que son solo mil dólares perdidos, pero tengo amigos... digamos que no serán tan afortunados. - Lynn suspiró.

  • Odio decirlo, pero este tipo de cosas suceden todo el tiempo. Sólo me alegro de que hayas venido a mí. –

  • Tú y yo. - Charles sonrió sin entusiasmo. Estaba dolido por sus amigos que podrían enfrentar la ruina financiera.

  • Buenas tardes. - dijo el hombre que se había acercado a la mesa durante su conversación. Lynn alzó la vista y se levantó.

  • Bill, gracias por venir. - Luego volviéndose, ella hizo las respectivas presentaciones.

  • Bill Woods, Charles McKinley. - Los hombres se dieron la mano y todos se sentaron.

Lynn informó a Bill que ella ya había explicado la situación a Charles. Los dos hombres hablaron de cuánto dinero estaba involucrado. Bill abrió su maletín y sacó una carpeta. Abriendo la carpeta, lo pasó por encima de la mesa delante de Charles.

  • ¿Son estos los hombres? – Charles recogió varias fotografías y asintió con la cabeza.

  • Seguro que parecen legítimos, ¿no? quiero decir, habiendo estado en el banquillo y todo, como juez, podrían pensar que me hubiera dado por enterado, ¿cierto? - Bill tomo la carpeta, la metió en su maletín y sacudió la cabeza.

  • Por favor, no sea duro consigo mismo. Estos hombres son profesionales. Han andado con esta estafa por todo el mundo. -

  • Bueno, ¿hay algo que pueda hacer para ayudarle a meter a estos tipos por las rejas? -preguntó Charles. Bill asintió.

  • Lynn me proporcionó todo el material que le dio. La dirección de la oficina figura en el folleto. Empezaremos allí. Cualquier otra cosa que puedas decirnos nosotros lo apreciaremos. –

Charles pasó la siguiente hora contando a Bill sobre cómo él y sus amigos terminaron en este fraude y todos los detalles que siguieron. Bill interrumpió ocasionalmente con preguntas y notas mientras la plática continuó.

Justo cuando concluían, sonó un teléfono celular. Bill revisó su teléfono, luego se volvió hacia Lynn.

  • No es el mío, debe ser el tuyo. - Lynn cogió su teléfono y se excusó de la mesa para atender la llamada. Bill se inclinó hacia Charles.

  • Lynn dijo que usted era el padre de un amigo. ¿Sería su novio? - preguntó con una sonrisa.

  • He estado tratando de conseguir una cita con ella desde que la conocí. Ella solo sigue diciendo que le gusta mantener su vida personal separada de su vida empresarial. - Charles sonrió, sin saber exactamente cómo responder.

Lynn debía tener sus razones para no querer decirle nada. Si Bill estaba verdaderamente interesado, estaba seguro de que alguien en el FBI podría haber averiguado sobre el estilo de vida de Lynn. Decidió decir la simple y llana verdad.

  • Lynn vive con mi hijo. - Bill asintió y se levantó cuando Lynn volvió a reunirse con ellos.

  • Bueno, creo que ya lo tengo todo. – Metió su mano en su bolsillo y sacó una tarjeta y se la dio a Charles.

  • Estaré en contacto con usted para una lista de los inversores involucrados. Saludando de mano a Charles y luego a Lynn, dijo:

  • Me alegro de haberlo conocido Charles, y Lynn, siempre un placer. -

Cuando Bill se fue, Charles se concentró en la tarjeta todavía en su mano.

  • Lynn, mira te debo otra. - Lynn colocó su mano sobre la mano de Charles.

  • Sabes que haría cualquier cosa por ti y Marie. Y por supuesto por Matt. - Ella sintió una punzada de dolor por lo de la farsa al recordarlo.

Charles sonrió ante la mención del nombre de Matt.

  • A propósito, pude haber llevado a Bill a creer que tienes algo con mi hijo. - Lynn se echó a reír.

  • Deje la mesa por un minuto. ¿Cómo surgió la idea? –

  • Me preguntó si era el padre de tu novio. Simplemente dije que tú y el vivían juntos. No fue una mentira. ¿Hay alguna razón por la que él no sepa acerca de

¿tu estilo de vida? Pensé que eras bastante abierta sobre todo eso. -

  • A veces sólo te das cuenta quien está de acuerdo con esto y quién no. Solo siento que el suyo no es el caso. -

  • Tal vez él no sería tan cooperativo conmigo si supiera. – Lynn explico.

  • Los rumores corren. Estoy seguro de que finalmente descubrirá la verdad. - Sonriendo, agregó.

  • Así que si recibes una llamada en medio de la noche que he estado falsamente encarcelada por algo, sabrás lo que pasó y quien pudo haber sido. - Charles río entre dientes y miró su reloj.

  • Son las cuatro en punto. Matt y Chris se reunirán con nosotros aquí para cenar alrededor de las cinco. Te quedarás a cenar con nosotros, ¿no? - Lynn sacudió la cabeza.

  • No. Tengo que irme. - Ella no había esperado que esto tomara tanto tiempo. Intentó desesperadamente pensar en una excusa.

  • No te hemos visto en más de una semana. Marie piensa que hay algo mal. - dijo Charles.

  • Oh, ya sabes, he estado ocupada. - dijo Lynn mientras buscaba su maletín.

  • Ya sabes lo que dicen de la vida de solo negocios y nada de juego, Lynn. -dijo Charles riendo-.

  • ¡Pensé que era eso de lo que habías estado tratando de escapar! - Entonces su rostro cambio.

  • Realmente, Lynn, esta es nuestra última noche aquí, seguramente puedes sacar tiempo para cenar con nosotros. - Lynn suspiró. No podía decirles la verdad. Ella no podía decirles que ella se había enamorado de la prometida de su hijo y que sólo le dolía mucho verla. Pero tampoco quería herir sus sentimientos. A regañadientes, ella estuvo de acuerdo.

  • Bueno. Tengo un cambio de ropa en el coche. ¿Te importa si uso tu habitación para cambiarme? - Charles sonrió ampliamente.

  • De ningún modo. Marie se alegrará de ver que estás bien. Gracias por reconsiderar. –

Lynn se acercó a su coche y agarró su cambio de ropa. Ella deseó haber programado su reunión antes. Estaba enojada consigo misma por aceptar esto. No sólo tenía miedo del dolor y la ira que todavía sentía, sino también de la reacción de Chris.

Chris había hecho su elección. No había recibido una llamada telefónica.

Se acercó a la habitación de Charles y Marie. Llamó a la puerta y recibió una cálida bienvenida.

  • Lynn, ¡estoy tan contenta de que estés aquí! ¡Tenía miedo de que nos fuéramos sin verte de nuevo! - Dijo Marie mientras la abrazaba. Lynn se sintió bien por dentro. A veces esta pareja la hacía sentirse más parte de su familia que la suya propia.

  • Te dejaremos sola para que te cambies. Nos vemos en el restaurante, ¿de acuerdo? - Charles sonrió mientras guiaba a su esposa por la puerta.

Lynn asintió y cerró la puerta con llave. Ella estaba ansiosa por cambiarse de ropa. Ya no le quedaban bien. El tamaño estaba bien. El personaje que aparentaba no lo estaba. Ella se puso sus jeans y botas negras y se metió la camisa. Colocó cada pendiente en su agujero y despeinó su cabello. Mirándose en el espejo, sonrió.

  • Bienvenida de vuelta. -le dijo a su reflejo.

  • ¿Cómo te sientes? - Matt sonrió mientras colocaba su camisa dentro sus pantalones azules.

Chris sonrió mientras ponía los toques finales a su maquillaje.

  • Mucho mejor gracias a ti. -

  • ¿Qué es exactamente ese “levanta muertos” especial? - Matt hizo un gesto como si cerrara los labios.

  • Nunca lo diré. –

  • Bueno, de todas formas, gracias. -dijo Chris, mientras se rociaba perfume detrás de las orejas

  • Eso hizo que mi cabeza dejara de dolerme. - Luego, colocando la tapa de nuevo en la botella de perfume, ella se apoyó en el mostrador y miró a Matt.

  • ¿Tienes algo para detener el dolor en mi corazón? - Matt vio el dolor en los ojos de Chris y sintió que su propio corazón se retorcía.

  • Lo siento eso es algo que sólo tú puedes curar. –


  • ¡Está es la Lynn Gregory que conocemos y amamos! -dijo Charles mientras se acercaba la mesa. Marie sonrió.

  • Los chicos deberían estar aquí pronto. Será bueno tener a la familia unida aquí para nuestra cena de despedida. - Lynn sonrió y respondió al instante cuando un camarero se acercó y le preguntó si podía tomar su orden de bebidas.

  • Definitivamente necesito un trago. - respondió Lynn.

  • Whisky en las rocas, que sea doble. -