Una inversión riesgosa de amor

Aquí les va ahora si el primer capitulo de esta historia. Saludos!

Capítulo I

Un año después…

Lynn se subió a su camioneta Chevy año 57. Se desabrocho los botones de su camisa para prepararse para manejar a casa. La camioneta no tenía aire acondicionado y solo una radio en AM, pero por alguna razón se sentía más cómoda en ella que en su BMW.

Luego de dejar su antigua casa, decidió comprar la camioneta y guardo su BMW en un garaje de Los ángeles. Puso la camioneta en reversa y encendió la radio.

Las primeras semanas luego de dejar la ciudad fueron una confusión. Lynn manejo por toda la costa de California, deteniéndose en cada bar de ambiente que se encontraba en el camino. Estaba en una profunda depresión.

No estaba segura de con cuantas mujeres había dormido, solo de levantarse todas las mañanas en lugares diferentes. El resto del día normalmente lo pasaba escapando mentalmente y físicamente de la situación.

Lynn miro a través de su retrovisor y pasó sus manos por su cabello ahora más corto. Paso sus manos por su oreja tocando la línea de pendientes que misteriosamente aparecieron una oscura y confusa mañana. Esa misma mañana se dio cuenta de la falta de control que había en su vida.

El dolor se convirtió en enojo. Lynn no podía creer que había dejado que la situación se apoderara de ella. Ella siempre había sido una mujer fuerte e independiente.

Negándose a vivir en el dolor más, canalizo sus emociones fuera del alcohol a algo más positivo. Lynn siempre mantuvo un vigoroso régimen de ejercicio pero durante las siguientes semanas le encontró un nuevo significado a la frase “sangre, sudor y lágrimas”. El levantamiento de peso, correr y la máquina de remo no solo la ayudo a salir del dolor y enojo sino que le trajo de vuelta su tonificado cuerpo que había desaparecido en los últimos años.

Lynn medito mucho durante ese tiempo. Fue en esas horas que se dio cuenta de que se había enfocado tanto en su carrera que no había tomado el tiempo para disfrutar de la vida o de las relaciones. Estaba cansada de ser presionada por mantener un estándar de excelencia que era no solo exigido por la gente a su alrededor sino también por ella misma. Lo que realmente necesitaba era simplificar su vida.

Girando en la calle principal, miro hacia atrás y sonrió al ver el restaurante que estaba justo a un lado de la carretera. Un lugar que había aprendido a amar. El pequeño restaurante solo abría durante las horas del desayuno y las horas del almuerzo, lo que significaba que los días de trabajo de Lynn empezaban a las 5:30 am y terminaban a las 2:00 pm.

Trabajaba como mesera junto a otros siete empleados más. Nadie se dio cuenta de que en realidad el restaurante Blue Moon era suyo, lo mantuvo en secreto para evitar los problemas del día a día de poseer un negocio. Hizo todas las transacciones para obtenerlo a través de un amigo contador suyo.

Lynn no necesitaba el dinero pero trabajaba básicamente para supervisar el lugar y mantenerse ocupada. El manager le contrato haciéndola pasar como una amiga del dueño.

Lynn giro por el camino que llevaba a la playa y a su casa. A pesar de que no se comparaba a su antigua casa, sentía que este lugar era su hogar. Esta tenía dos cuartos, dos baños y estaba justo en la playa, y a ella le encantaba la idea de vivir cerca del mar. Compartía la casa con Matt, su amigo a quien había conocido hace un tiempo.

Lynn recordó como sus caminos se cruzaron. Lynn se bajó de la camioneta que remolcaba su BMW y se adentró en la oficina del taller mecánico de Matt. Justo cuando cruzaba la puerta lo escucho hablando por teléfono.

No queriendo espiar a Matt, aclaro su garganta haciéndole saber que estaba allí. El la ignoro.

“Solo así. ¿Después de todo este tiempo me quieres dejar?” Matt gritaba. “Peter, ¿podemos al menos hablar? ¡Pensé que te importaba!” Girándose con la cara roja de enojo, miro a Lynn parada allí. Con su dedo índice levantado le pidió que esperara un segundo y se alejó un poco.

Más calmado, Matt pregunto “Ok. Ok. No entiendo, ¿hay alguien más? ¿Es Stan? ¿Es el por quien me dejas?” “Como que no importa? ¡A mi si me importa! Subió el tono de su voz entrando en pánico.

“No me cuelgues, no, no cuelgues.” “¿Puedo ir a recoger un cambio de ropa? Ok. Pasare luego de cerrar el taller. Está bien, no tienes que estar ahí. Adiós”

Matt suspiro. “Perdón. No soy tan idiota, Obviamente escuchaste mi conversación. Sabes lo que pasa. Solo dame un minuto.” Levanto el capo del coche de Lynn y empezó a tirar y apretar varias mangueras y tuercas, miro el radiador, chequeo el aceite y examino la batería. “Ok, trata de encenderlo”.

Lynn se puso tras el volante y giro la llave tratando de encenderlo pero no pasó nada. Matt le recomendó esperar en el café de al lado mientras él seguía revisando el coche.

Lynn le ofreció a Matt comprarle el almuerzo luego de reparar el coche. Escucho su triste historia y se sintió conectada a el de cierta manera y le conto sobre Susan. Hablaron por horas de horas, y justo cuando salían del lugar vio el rótulo que decía “En venta”. Decidiendo que talvez el destino la trajo hasta allí, hizo unas cuantas llamadas y en solo días ya tenía un nuevo negocio, una nueva casa – y como Matt necesitaba desesperadamente un lugar donde quedarse- un nuevo compañero de piso.

Desde aquel día, los dos se compadecieron el uno del otro, pelearon, rieron, lloraron y celebraron juntos, convirtiéndose en más que amigos en hermanos.

Él fue quien la trajo a ella de vuelta a la realidad. Ella fue quien le ayudo a que apuntara más alto en la vida. Él fue quien la hizo ser más humilde. Ella quien le enseño a tener más seguridad. Él era quien la reprendía de vez en cuando por ser tan promiscua y ella a él por nunca salir a divertirse. Él fue quien la motivo la noche en que tomo demás a que audicionara para la banda de su bar favorito. Ella fue quien se lo echo en cara cuando lo consiguió.

Lynn no había trabajado los fines de semana desde que había aceptado la posición como cantante principal de la banda. Ahora tocaba todas las noches de los jueves hasta el sábado y ensayaban todos los martes. Su horario chocaba solamente con tener que cantar los jueves en la noche y trabajar los viernes en la mañana. Solo llegaba a dormir 3 horas al día y necesitaba llegar a casa para hacerlo hoy.

Lynn entrando  a la casa miro a Matt que estaba en la terraza apoyado a la baranda con las manos en su cabeza.

“¿Hey estas bien?” Ella le pregunto.

Matt se giró con una mirada de alivio. “Que bueno que estas en casa. Necesito ayuda. Mis padres vienen a visitarme la otra semana” “¡Genial! ¿Cuando?” Lynn respondió emocionada. Ella y los padres de Matt se llevaban muy bien.

Matt continúo. “Creen que tengo novia” hizo una pausa y admitió. “Ok, talvez les hice creer eso. De hecho creen que tengo una prometida”.

“¡¿Que?!” Lynn exclamo. Ella sabía que Matt no le había hablado a sus padres de su orientación sexual, algo con lo que ella no estaba de acuerdo.

“Lynn se lo que estás pensando, pero ellos siguen molestándome con lo de no tener una novia” Matt remedo a sus padres. “Siempre me dicen” “¿Estas saliendo con alguien en especial?” “¿Has encontrado a alguien con quien sentar cabeza?”.

Lynn negó con su cabeza. “Y cómo se supone que te vas a salir de esta?” Matt acerco una silla y se sentó. “Por eso es que necesito tu ayuda” Hizo una pausa por un momento para organizar sus ideas y continuo. “Pienso que podría encontrar a alguna chica que quisiera hacerse pasar por mi prometida, ya sabes, por la semana en que ellos estén aquí y luego de un par de semanas cuando ya se hayan ido les digo que no funciono y listo.

“¡¡Matt, esto suena a un mal episodio de “Tres son compañía o algo parecido!!” “¿Qué vas a hacer?” “¿Contratar a una prostituta o algo así?” Lynn pregunto irritada.

“No exactamente” ”Creo que ya encontré a alguien. Una chica llego hoy al taller a reparar su coche. No tenía mucho dinero, así que le conté mi idea y le pregunte que pensaba de intercambiar mis servicios por los suyos”.

“¿Ahora resulta que solo te encontraste a una chica cualquiera que está de acuerdo con hacer esto?” Pregunto Lynn. “¿Desde cuándo has estado pensando en esto?” “¿Cuándo te enteraste de que tus padres vendrían?”

Matt bajo la mirada. “Me entere hace unos días. He tratado de encontrar una manera de salir de esto, y esta chica simplemente apareció en el momento perfecto”.

“Si seguro. ¿Quién es ella?” Pregunto Lynn.

“Se llama Chris Newman. Es una universitaria. Almorzamos juntos. Parece una buena chica. No le agrada tanto la idea, pero creo que si los dos la tratamos de convencer quizás acepte”.

“¿Qué es eso de nosotros ?” Dijo Lynn

“Por favor Lynn. Te lo voy a deber en grande. Tu siempre dices que harías cualquier cosa por mi…”

Lynn sabía que eso era cierto. Haría cualquier cosa por él. ¿Pero esto? Era demasiado. Lentamente camino hacia la puerta. “¿Déjame pensarlo un poco si?” Matt asintió y la vio entrar a la casa.

Lynn camino por el pasillo a su cuarto. Vio en la pantalla de su portátil que tenía un correo. Lo abrió y leyó el mensaje que decía: Fondos enviados al Hospital Mercy por un monto de $5000 solares de acuerdo a sus instrucciones.

Este mensaje le saco una sonrisa. Sabía que esos fondos disminuirían la falta de dinero de un hombre y su pareja. Cerró la portátil y se metió a su cama para descansar.

Lynn sentía una profunda felicidad. Aprendió que durante el último año su mayor felicidad provenia de compartir su fortuna con aquellos que lo necesitaban, y mantenerse en el anonimato era importante para ella.

Varias horas después, luego de una siesta y una ducha Lynn volvió a aparecer en la sala. Apoyándose detrás del sofá para mirar a Matt a los ojos, accedió a su nueva trastada. “¿Cuando la voy a conocer?”.

Matt le respondió con una sonrisa. “Mañana a la 4”. Lynn asintió, tomo sus llaves y salió por la puerta hacia el bar. Llego mucho antes de lo esperado al bar y decidió sentarse a esperar en la barra a mirar el lugar.

“¿En busca de tu nueva conquista?” Lynn se giró para encontrarse con Sam, la dueña del bar, quien era también su buena amiga. “¿Alguien interesante?” pregunto Lynn.

“¿Desde cuándo te importa lo interesante?” Sam bromeo. “¿No estás buscando precisamente una buena conversación o sí?” Lynn sonrió. “Ya me conoces, siempre y cuando pueda pronunciar mi nombre…” Sam negó con su cabeza y se apoyó en la barra.

“¿Cuándo vas a sentar cabeza?” La cara de Lynn cambio. “Ya lo intente ¿recuerdas?” Terminando de mirar el lugar, tomo su cerveza y se levantó diciendo. “En fin. Necesito dormir. Tengo que trabajar temprano”.

Sam alcanzo a tocar el brazo de Lynn antes de que se fuera. “¿Porque te haces esto?” “Podrías tener una vida mucho más sencilla”. Lynn se voltio a mirar a Sam. “Sam recuerda eres mi amiga, no mi madre”.

“¡Claro lo recuerdo! Además soy muy joven y guapa para ser tu madre”. Lynn sonrió mientras se dirigía al escenario y dijo. “Tendré que estar de acuerdo en eso contigo”.