Una historia real

Esta es mi historia, de como sufrí todo tipo de humillaciones de la persona que mas quiero. Tambien podreís conocerme un poco?

Ante todo me gustaría empezar por sincerarme con vosotros y contaros las verdaderas razones que me han impulsado a ordenar mis recuerdos y escribir esta, mí historia.

Tengo que reconocer que mi primera motivación es totalmente egoísta, ya que decidí escribir este relato para compartir con alguien toda la mierda que llevo dentro. Y quizás en segundo lugar, aun tengo la esperanza de recibir algún consejo que me ayude a salir de esta situación.

Me llamo Inmaculada R.C. tengo 39 años y desde hace 12 años estoy casada con Javier, el hombre de mi vida. Nuestros primeros años como pareja fueron fantásticos, pero lo bueno no suele durar y supongo que la monotonía o nuestras diferencias a la hora de abordar el sexo, crearon una barrera entre nosotros.

No intento decir ni mucho menos que toda la responsabilidad de nuestro fracaso sea exclusivamente de Javier, por mi parte tengo que reconocer que seguramente debido a la educación que he recibido en mi infancia, o quizás debido a mi mentalidad conservadora, el sexo siempre a representado para mi una obligación mas que una forma de placer.

Todo empezó hace unos seis meses cuando estaba buscando una información en Internet en el ordenador que tenemos en casa, en ese instante entró un mail; supongo que Javier no cerro su correo antes de irse a trabajar.

Os prometo que normalmente no suelo cotillear las cosas de mi marido, pero casi inconscientemente pulsé abrir, el mensaje era de un tal Hugo y decía lo siguiente:

De:http://f012.mail.lycos.es/app/msg/mail/compose/mail="s"

Para: xxxxxxxxxxx@lycos.es

Asunto: hola¡¡fotos para ud

que tal viendo las fotos de tu esposa Inmaculada no me aguante y tuve que

masturbarme como un loco¡¡solo de imaginarme chupando esas tetas y sobando esas nalgasmmm que gans me dieron de abrirle los cahetes del culo y lamerle el ano y sentir como lo cierra al sentir mi lengua

mientras te chupa el pene a ti yo estarla penetrandola desde atras

bombeandola rebotando mis huevos contra sus nalgas y escuchandola gemir

pidiendo mas mmmque pedazo de mujer tienes felicidades, por favor enviame una foto de ella completa donde se ve asu cara para poder correrme sobre el monitor en su cara ....saludos¡¡¡

Hugo

Me quede totalmente horrorizada y humillada con lo que estaba leyendo, no conseguí reaccionar hasta pasado un buen rato, no podía ser verdad. Pero si, si era verdad.

Seguí abriendo mails y su correo estaba repleto de cientos de mensajes de hombres que le contaban todo tipo de guarradas a mi marido sobre lo que habían hecho al contemplar fotos mías, e incluso le enviaban fotos masturbándose y corriéndose sobre mis desnudos.

Estuve toda la tarde llorando totalmente indignada y muerta de rabia, ¡Pero como podía ser tan Hijo de Puta!.

Hasta que a eso de la 7 de la tarde Javier entraba en casa.

Javier: Hola cielo ya estoy en casa.

Al verme tirada en el sillón llorando desconsoladamente Javier se alarmó.

Javier: Pero cielo que ha pasado.

Yo: Cabrón eres un Cornudo Cabrón.

Javier: Pero estas loca, ¿Qué dices?.

Yo: Hijo de puta he recibido un mail de tu amiguito Hugo.

Javier: Pero que coño dices, que te pasa, quien es ese Hugo.

La bronca fue terrible y estuvimos discutiendo y lanzando reproches varias horas hasta que finalmente

Javier: Lo siento Inma, siento de verdad lo que he hecho, es imperdonable, pero no aguanto mas eres la mujer mas fría que he visto en mi vida y no puedo soportar seguir así.

Quiero que nos separemos. Lo siento abandono.

Yo: ¡Que!, pero yo te

Javier: A la mierda todo, yo me largo.

En ese momento ya no estaba enfadada o indignada solo sentía pánico. Miedo a perderle a quedarme sola y en ese instante comprendí que estaba a punto de perder lo mas importante de mi vida.

Suplique, pedí perdón, prometí hacer todo lo que quisiera pero

Yo: Javier te lo juro voy a cambiar, te lo ruego no me dejes, haré todo lo que tú quieras.

Javier: Es imposible Inma, siempre va a ser igual, ¡no puedo mas!

Yo: Te prometo que si, lo que tu quieras de verdad, lo que tu quieras.

Javier: Lo que yo quiera, pues despelótate.

Yo: ¡que!, perdón, lo que tú quieras.

Era absurdo, no sabia lo que quería pero empecé a desnudarme como me había ordenado.

Javier: ven conmigo, vamos a ver cuanto dura tu sinceridad.

Javier estuvo chateando un rato hasta que localizó al famoso Hugo.

Tras una breve charla que ni siquiera quise mirar

Javier: Te lo juro, me ha pedido experiencias nuevas y aquí está totalmente desnuda a mi lado y a tu entera disposición.

Hugo: ¡Joder! , vaya zorrón de mujercita que tienes.

Javier: Creo que te quiere dedicarte una foto, le han encantado tus comentarios, ¿Qué te apetece?

Hugo: ¡El coño! Quiero ver su coñito.

Javier: bueno Inma, vamos a ver hasta donde estas dispuesta, Hugo está esperando.

No podía entenderlo, mi propio marido me pedía que le enviase fotos obscenas a ese tipejo; pero tenia una cosa clara, no estaba dispuesta a perder a mi marido por unas fotos y sin dudarlo cogí la cámara digital y como pude hice la foto que quería su amigote.

Click,

(Esta es la foto que le envié por mail)

Javier: Joder Inma me estas poniendo a cien, no hagas esperar a Hugo.

Yo: ¿Quieres que se la mande yo?

Javier: Claro tu eres la protagonista, ¿no?.

Yo: Hola Hugo soy Inma, te mando un regalito, espero que te guste.

Hugo: ¡Coño! Vaya guarrilla que polvazo que tienes.

Javier: venga Inma contesta, que disfrute nuestro amigo.

Yo: Hugo ¿te a gustado?.

Hugo: ya te digo guarra, me estoy corriendo una buena paja con tu coño.

Miré a Javier pidiéndole ayuda, pero la expresión de su cara era más que suficiente para saber lo que esperaba de mí.

Yo: Si Hugo ¡si!, soy una puta, tú puta y solo quiero acariciar tu polla, masajear tus huevos mientras introduces tus dedos en mi húmedo coñito.

Hugo: Sigue putaaaaaa.

Yo: Quiero poner la punta de tu rabo en mi rajita, y restregar tu capullo en mi coñito, meterlo y sacarlo mientras te pajeo como una guarra.

Javier: ¡SIIIIIIIIIIII!

Miré a Javier, estaba con su pene en la mano y una enorme corrida que impregnaba sus pantalones. Nunca en mi vida había visto la cara de satisfacción que tenia Javier, parecía otra persona, casi no le conocía.

Yo: Córrete en mi coño, llena de leche mis pelillos.

Hugo: Yaaaaaaa, toma leche zorra.

Estaba abochornada, mientras que Javier todavía con el pene rezumante de semen entre sus manos, despedía a Hugo hasta una próxima sesión. Al tiempo que dirigiéndose a mí casi sin mirarme a la cara, me dijo:

Javier: y ahora mi princesa, que tal si te vistes como una verdadera puta.

Yo: No se que quieres, yo no tengo nada de

Javier: Tranquila, algo encontraremos.

Me pinté exageradamente, y me vestí con la ropa que el mismo eligió para la ocasión; una blusa totalmente transparente, una minúscula tanguita y unos pantalones ajustadísimos que marcaban cada una de las curvas de mi cuerpo.

Javier: estas bárbara, ahora vamos a corrernos una buena juerga y a poner cachondo a algún desgraciado.

Estaba muerta de vergüenza todo el mundo me miraba como a una buscona, por fin Javier paró un taxi y nos subimos en el; nos dirigimos a un famoso Pub del centro de la ciudad.

El taxista se recreaba mirando mis pechos a través del retrovisor, con esa maltita blusa parecía que no llevase nada, intentaba tapar mis pechos con mis brazos pero Javier insistía constantemente en retirarlos dejando mis pezones a la vista del conductor.

Javier: Que disfrutando.

Taxista: Perdón, que dice.

Javier: venga coño, no te hagas el tonto seguro que estas mas empalmado que un burro con las tetas de mi mujer.

El taxista, un señor mayor de unos 55 años, era bastante grueso y canoso. No salía de su asombro ante los comentarios de Javier, y claramente nervioso trataba de parar el vehiculo al tiempo que babuceaba:

Taxista: Amigo se está equivocando, yo no quiero líos, así que será mejor que se bajen y cojan otro taxi.

Javier: Tranquilo hombre, tranquilo que no pasa nada, a esta zorra le encanta que le miren las tetas.

Taxista: no se a que coño juega pero

Javier: Dime una cosa, ¿Cuánto cuesta el trayecto?

Taxista: ¿Qué?

Javier: Si hombre el trayecto que le hemos pedido.

Taxista: Unos 25 €

Javier: Que tal si hacemos un tratillo, usted baja la bandera y a cambio mira el resto de la mercancía.

Taxista: joder la gente cada día esta más loca, ¿ella esta dispuesta?

Los dos me miraron esperando mi respuesta, la verdad es que no sabia que decir ni que hacer, el mundo se me vino encima, sabia lo que me estaba jugando pero aquello, ese hombre tan mayor, mi propio marido

Yo: Si, lo que quiera mi marido.

Javier: bueno parece que tenemos un trato ¿no? , que tal si busca un sitio un poco mas tranquilo.

El taxista se dirigió a la casa de campo y paró en una zona apartada y solitaria.

Javier: Solo una cosita, se mira pero no se toca.

Taxista: usted manda.

En ese momento Javier se bajo los pantalones, estaba totalmente empalmado y empezó a masajearse su miembro.

Javier: bueno amigo a que espera, vamos Inma desnúdate despacito que disfrutemos con la espera.

El taxista se quito la camisa, tenia una barriga enorme y bastante peluda, se incorporó entre ambos asientos quedando prácticamente frente a mi. Era una situación insólita yo estaba casi paralizada, en ese momento el hombre se bajo los pantalones y dejo al descubierto su miembro, estaba totalmente erecto pero era muy pequeño de apenas unos 11 cm aunque bastante grueso.

Yo no podía reaccionar y tan solo observaba sus movimientos, empezó a pajearse lentamente mientras me observaba babeante, recuerdo sobre todo aquel minúsculo pene que se perdía entre sus manos rodeado de unos enormes y caídos testículos.

Javier: A que esperas cielo, estamos esperando.

Entonces casi como una autómata empecé a quitarme la blusa dejando a la vista de ambos mis pechos.

Taxista: Joder con la niña, vaya pezoncitos mas sonrosados.

Tanto Javier como el taxista no paraban de frotarse el pene mientras me comían con los ojos, me quite el resto de la ropa y me recosté contra el respaldo del asiento.

Taxista: Coño con la guarra esta, vaya coñazo bien peludo, esta de muerte, me estas poniendo como un toro.

Taxista: Y por lo que puedo ver tienes un culazo inmenso, que putón.

Javier: Cielo deja ver tu culito al señor, que disfrute lo que ha pagado.

Me di la vuelta colocándome de rodillas sobre el asiento, ofreciéndole al anciano una inmejorable visión de mi trasero.

Taxista: Me cago en la hostia, tiene el mejor culazo que he visto en mi vida ¡que nalgotas! Os doy lo que queráis, por rompérselo a pollazos.

Javier: tranqui amigo, ya sabe se mira pero no se toca.

En ese momento pensé que al menos Javier no había perdido la cabeza del todo, Javier seguía masturbándose mirando como aquel viejo se masturbaba con su mujer.

Javier: Que tal cariño si le das un buen morreo a nuestro amigo.

Le mire desconcertada pero sus gestos fueron rotundos, así que me di nuevamente la vuelta y acercándome al taxista empezamos a besarnos, el hombre se pajeaba mientras llenaba de babas toda mi boca, mordiéndome los labios o metiéndome la lengua casi hasta la garganta.

Recuerdo su sudorosa barriga contra mi cuerpo rozando mi vientre mientras su polla ya empapada impactaba contra mis muslos.

El viejo estaba excitadísimo, y con movimientos brusquísimos estrellaba su polla contra mis muslos al tiempo que con ambas manos sobaba mis nalgas apretándolas entre sus manazas y pasando sus dedos por la raja de mi culo.

Javier: ¡Eh amigo! , te gustaría que te pajeara ella, o prefieres una buena mamada.

Taxista: ¡Siii!

Javier: y que me ofreces.

Taxista: ¡LO QUE QUIERAS CORNUDO DE LOS COJONES!.

Javier: Bueno pues este es el nuevo trato, ella te hace a ti, lo que tú me hagas a mí.

Me quede estupefacta mirando a Javier, mientras el hombre también paralizado miraba con una mueca de asco a mi marido.

Taxista: ¡Hijo de puta te voy a romper el alma a hostias!

Javier: Yo de ti me lo pensaba, ¿Cuántas tías como esta te quedan en tu vida viejo?

Taxista: Así que el cornudo además es una mariconaza.

Javier: Lo que tu quieras pero ese es el trato, a mi me da igual hay mil cabrones dispuestos a poner su culo en pompa por un polvazo como este.

El hombre parecía indeciso mientras recorría mi cuerpo con su mirada sin decir ni una palabra. Yo esperaba con angustia la reacción de aquel anciano, finalmente y sin decir más paso como pudo a la parte trasera del vehiculo sentándose entre Javier y yo.

Sin mas, agarro la polla erecta de Javier y se la metió en la boca mientras le pajeaba.

Yo no salía de mi asombro era como una pesadilla ver como aquel viejo barrigón estaba lamiendo el rabo de mi marido como un desesperado, mientras como podía con su mano libre me sobaba las tetas, el coño y cada parte de mi cuerpo que quedaba a su alcance.

Taxista: Venga putilla que no quiero ser el único con una polla en la boca.

Como pude puse mi cabeza entre su barriga y sus muslos y empecé a lamerle los testículos lentamente, recorriendo con mi lengua sus huevos y llenándolos de mi saliva, en ese momento Javier empezó a gritar como un desesperado

Javier: ¡Ya ya me corrooooo!

Levante la mirada y allí esta ese anciano, con todo el semen de Javier resbalando por la comisura de sus labios mirándome fijamente como mi lengua recorría su miembro.

Taxista: Venga guarra haz que merezca la pena chupársela a este maricón.

Con mi mano cogí su rabo y empecé a masturbarle al tiempo que restregaba su capullo contra mis labios, su polla estaba llena de un liquidillo blanco con un sabor fuerte y agrio.

Lentamente introduje su capullo en mi boca mordisqueándoselo con mis labios y lamiéndolo con mi lengua.

Apreté con fuerza sus huevos al tiempo que introducía y lamía totalmente su miembro hasta clavar sus testículos en mis labios.

Note como el muy cabrón aprovecho la ocasión para sobarme el culo, masajeando mis nalgas y deslizando uno de sus dedos hasta introducirlo dentro de mi.

En ese momento el hombre tuvo como un espasmo, descargando un chorro de semen dentro de mi boca mientras gritaba

Taxista: Toma leche Puta, traga como un zorra.

El hombre seguía follándome la boca, mientras escupía su esperma caliente dentro de mí, casi no podía respirar y empecé a tragarme todo el semen que no resbalaba por mis labios, recuerdo que levante la vista y para mi vergüenza Javier me observaba mientras nuevamente se masturbaba viendo como chupaba aquella polla y el semen de aquel cerdo resbalaba por mis labios.

Cuando ya creía que aquella asquerosa locura había terminado mi marido sujeto el flácido y pringoso miembro del vejestorio al tiempo que me pidió que acercara mi coño a su polla.

Sin mas y como si estuviera pajeandole contra mi vulva empezó a restregar aquella pollita por mi raja, introduciendo aquel viejo capullo entre los labios de mi coñito.

Javier: Eres una Guarra, he visto como disfrutabas mamando como una cerda y ahora vas ha tener lo que te mereces.

Javier seguía restregándome aquella polla ajena mientras el vejete ya totalmente desatado no paraba de sobarme y magrearme como a una verdadera puta, lamiendo mis pezones y mordiéndomelos hasta hacerme daño.

Después me agarro ambas nalgas abriendo mi ano todo lo que podía, para después sin más introducirme dos de sus dedos hasta los nudillos moviéndolos bruscamente en movimientos circúlales.

Para entonces el taxista tenia su pene nuevamente en plena forma y mi marido a la vez que se lo pajeaba iba poco a poco metiéndome aquel rabo en mi coño hasta que soltándole la polla y empujándole bruscamente aquel cerdo me clavo su rabo hasta los mismísimos cojones.

Javier: Venga zorra demuéstranos lo puton que eres, folla guarra folla.

Yo ya no podía mas, las lágrimas resbalaban por mis mejillas mientras aquella inmensa mole me follaba convulsamente penetrándome salvajemente como si quisiera partirme por la mitad, agarrándome las nalgas y presionándome a cada nueva andanada.

Gemía como un animal mientras sus babas resbalando por la comisura de sus labios caían sobre mi cara mi cuerpo.

Taxista: Mira cabrón como disfruta tu mujercita de un hombre, se nota que necesitaba una buena follada. Venga mi niña mueve ese culito.

Noté como mi marido se incorporaba apuntándome a la cara con su polla, pensé que quería una nueva mamada pero

Javier: Eres una puta salida y no quiero volver a verte cerda.

Y sin decir una nueva palabra mi marido con la cara desencajada empezó a mearme lanzándome un chorro directamente a la cara.

Javier: Bebe mi mierda puta es todo lo que vas a tener de mi.

Taxista: Maricona deja de hacer el cerdo y sujeta a esta guarra que voy a romperle el culo.

Yo: No por favor Javi nooo.

Me sacarón a rastras del coche y colocando mi culo en pompa recostada contra el capo del coche al tiempo que Javier sujetaba mis brazos, el vejete empezó a atizarme en las nalgas hasta dejarlas rojas como un tomate.

Y sin mas preámbulos y con una embestida brutal, note como me desgarraba salvajemente el ano.

Taxista: Venga puta mueve ese culo hasta que me corra o te meto un bate por el culo.

Empecé a mover el culo en movimientos circulares y lo más lento que podía para que me doliera lo menos posible, notaba como aquella polla presionaba contra las paredes de mi ano a cada movimiento de mi cadera.

Taxista: Yaaaa, traga leche culazo, traga leche.

El muy cabrón estallo en mi culo una enorme corrida, empalándome nuevamente y nuevamente, lanzando todo su peso sobre mis nalgas, noté como un líquido caliente me llenaba y se desbordaba por mis muslos mientras su rabo latía convulsamente contra mi ano.

Taxista: Esta puta es una mina, podrías sacar una fortuna con ella.

Javier: Ya te digo.

Desde entonces cada día es un tormento, y he perdido mi dignidad y a mi marido.