Una historia interesante 9

Una discusion, una explicacion y sexo... no precisamente en ese orden

Los tres estaban desayunando en la cocina cuando Andrés se levantó de pronto y dijo que se iba o si no llegaba tarde. Angel y Víctor solo se despidieron y continuaron hablando tranquilamente hasta que Víctor, viendo que Andrés ya se había ido, dijo:

-Raba una pregunta ¿el cumpleaños de Andrés es en una semana verdad?

-Sí. Exactamente en una semana –respondió Angel masticando su pan con nutella

-Aun no se que regalarle –comento Víctor.- No sé muy bien que le guste. Sé que le gusta el futbol y pero casi nada mas.

-Hablemos de eso en el carro. Mira la hora Vito –dijo Angel levantándose y poniendo los trastes del desayuno en el fregador. Víctor hizo lo mismo y ambos tomaron sus bolsos y salieron de la cocina. Cuando entraron al carro, Angel prosiguió.- Yo tengo su regalo hace meses, pero está en mi cuarto. Lo que debes saber de Andrés es que no le gustan muchas cosas y eso complica mucho si se le quiere regalar algo. Puedo decir, sin miedo a equivocarme, que soy la única persona que lo conoce a profundidad y por eso se más o menos que regalarle –se quedo pensativo un rato antes de hablar otra vez.- Hagamos algo: en la noche cuando llegues te muestro lo que le vas a regalar.

-Me parece bien. Lo puedo comprar mañana y lo guardo hasta el día de…

-No me estas entendiendo Vito –interrumpió Angel.- Te voy a dar lo que yo le voy a regalar para que tu se lo des.

-No Raba ¿Cómo crees? –dijo Víctor.- ¿Qué le vas a regalar entonces? No puedo aceptarlo, en serio.

-Es mejor así Vito. No te ofendas por lo que te voy a decir, pero tú jamás llegaras a conocer a Andrés completamente y puedo decir que él jamás podrá conocerte a ti tampoco. Aunque supongo que son amigos, ya que han pasado tiempo juntos, no creo que hablen mucho.

-Bueno, eso es cierto –admitió Víctor.- Aunque vivimos en la misma casa, solo hablamos lo estrictamente necesario.

-Exacto. Si no hubiese pasado eso el día que los presente, probablemente nunca más se hubiesen visto o a lo mejor si, pero muy poco.

-Es verdad. Ese día fue muy bueno. Pasaron cosas interesantes –y dibujo una sonrisa cómplice en su rostro.- Bueno Raba, ya llegamos. Hablamos en casa –y chocaron los puños antes que Angel saliera.- ¿A qué hora vengo por ti?

-Hoy es martes –le recordó Angel ya fuera del vehículo.

-Ah cierto. Entonces nos vemos en casa cuando yo llegue –cerró la ventana y se fue

Como en todas las materias que veía Angel, Ladilla Publica estaba dividida por unidades y en ese momento estaban en la tercera unidad (metodología de la investigación) y esta estaba dividida en dos partes: la actividad extramural y una parte teórica.

La actividad extramural estaba dividida, a su vez, en dos partes: actividad en un ambulatorio y seminario en una escuela cerca de este. Las primeras cinco semanas serian en el ambulatorio y las otras cinco harían los seminarios en la escuela a niños de diferentes grados.

En este momento se encontraban a mitad de los seminarios en la escuelita y casualmente, esta quedaba a cinco cuadras de la escuela de medicina. Estaba pensando en el tema de exposición que debía darles hoy a los niños de 6to grado (Infecciones de Transmisión Sexual o ITS), cuando se fijo en dos personas que se acercaban a él.

-Hola Angel –le saludo un chico muy alto estrechando su mano

-Hola Arturo –le respondió Angel

-Hola Angelito –saludo una muchacha regordeta y bajita dándole un beso en la mejilla. Tenía un montón de laminas enrolladas en una mano.- Aquí tengo nuestra expo –dijo alegremente

-Hola Andrea –le saludo Angel ayudándola con el montón de láminas.- Gracias de verdad por esto. Admito que no soy muy bueno dibujando

-Yo tampoco –dijo Arturo.- Angel ¿no has visto a Amanda?

-Llegue hace un par de minutos –respondió Angel sin mirarlo. La verdad, es que Arturo le gustaba mucho. Era bastante alto, tenía unos ojos azules muy intensos y su voz era muy masculina, sumamente masculina, pero atrayente. La primera vez que lo escucho, Angel tuvo una erección nada mas de imaginárselo desnudo y en su cama y la verdad Arturo tenía unos brazos musculosos. “definitivamente soy una zorra sin remedio” –pensó Angel

-Ahí viene –dijo Andrea señalando a una joven delgada que se bajaba de un autobús. Cuando los miro a los tres se dirigió a ellos y los saludo a todos con besos en las mejillas.

-Hay muchachos de verdad disculpen. El tráfico es horrible y me quede media hora metida en un embotellamiento muy feo.

-No te preocupes –le dijo Angel.- Yo mismo que vengo en carro particular, llegue hace unos cinco minutos. La verdad el tráfico en esta ciudad es horrible. Bueno, ya que estamos aquí, deberíamos irnos ¿no? La profesora debe estar esperando.

Y los cuatro empezaron a caminar hacia la escuela que quedaba no muy lejos de ahí. En el camino repasaban en voz alta todo lo que tenían que explicar. Su exposición se basaba en cómo prevenir infecciones sexuales, explicando cada una de las enfermedades y su método de contagio. Llegaron al colegio y se encontraron a otro grupo que estaba encargado del ambulatorio, pero como todos eran compañeros desconocidos, solo intercambiaron saludos. La profesora salió de la escuela y los miro con reproche antes de mandarlos a cada uno a sus respectivas funciones.

Cuando Angel estuvo en el ambulatorio se divirtió mucho ayudando a los médicos de los departamentos a suministrar tratamientos a los pacientes. Su día favorito fue cuando le toco la planta de pediatría y ayudo a suministrar vacunas a toda clase de bebes, desde recién nacidos hasta niños de tres años. La doctora que estaba ahí se reía con él cuando imitaba la voz de un bebe al momento de suministrar vacunas, para calmarlos y si el niño lloraba, Angel lo cargaba con mucho cuidado y lo ponía en su pecho hasta que se calmara. Le gusto tanto, que a la semana siguiente convenció a su profesora de dejarlo de nuevo ahí.

Angel tenía una debilidad por los niños. Le gustaba muchos ver en ellos esa mirada de inocencia y dulzura de la que carecían los adultos y escuchar esa vocecita balbuceando palabras que nadie entendía era suficiente para calmar su mal humor. Cuando veía a un niño, siempre recordaba a su hermanito y sonreía tontamente durante un buen rato.

Recordaba todo esto, mientras le exponía a un montón de pre-adolescentes como deberían cuidar sus vidas, y sabia que ninguno de ellos les haría el menor caso. Diariamente, veía en las noticias a niñas de trece, catorce y quince años, embarazadas por no cuidarse, además también veía a jóvenes que se dedicaban a la mala vida y terminaban muertos antes de llegar a los veinte años.

Cuando termino todo, y luego de despedirse de sus compañeros, Ángel tomo un taxi para ir a su casa. Cuando llego, llamo a una amiga muy especial.

-Hola Denise, amor, ¿Cómo estás? –saludo cuando le respondieron del otro lado.

-Hola Angelito –le respondió una voz sumamente femenina,- hace tiempo que no se de ti.

-Eso es porque he estado muy ocupado amor. Pero hoy necesitare de tu ayuda. ¿Crees que puedas estar en mi casa a eso de las tres de la tarde?

-Por supuesto Angelito –respondió la voz.- Hoy no tengo ningún cliente así que puedo ir. ¿Qué vas a querer para hoy?

-El paquete completo. Estoy muy tenso y necesitare que te enfoques en relajarme. Te espero a las tres. Adiós amor –y colgó.- ¡Tía! –grito muy duro

-¿Qué pasa? –le respondieron desde la cocina.- ¡Estoy viendo mi novela Angel! Ven aquí y dime qué quieres –Angel se dirigió allá y la encontró comiendo sentada en la mesa y viendo una de esas novelas mexicanas que tanto le gustaba.

-¿Y mi almuerzo? Me muero de hambre –pregunto. Su tía se limito a señalar a la nevera

-El envase azul cuadrado. Ese que tiene una tapa. Apúrate y ven a comer conmigo. ¿Por qué llegaste tan tarde?

-Me tomo más tiempo terminar con las exposiciones de hoy –explicó Angel metiendo su almuerzo en el microondas.- Es increíble lo bruto que pueden ser algunos estudiantes. ¡Teníamos que repetirle las cosas dos o tres veces! ¿Qué coño aprenden en los colegios?

-En mis tiempos la gente si aprendía de verdad –comentó su tía sin dejar de mirar su novela.- No como ahora que ninguno aprende nada, ni siquiera a respetar a los adultos. Hace unos días, cuando estaba de compras, vi como un niño de no más de diez años le gritaba a su mama y le decía unas groserías que ni siquiera sabían que existían

-Bueno, eso ya es… -se interrumpió por el ruido del microondas y saco su comida-… ya es culpa de los padres tía. No estoy de acuerdo con el maltrato infantil, pero si pienso que de vez en cuando es bueno darles un par de nalgadas –se sentó al lado de su tía y empezó a comer

-Exacto. Es bueno darles unos buenos escarmientos para que aprendan –concedió su tía. Angel solo se encogió de hombros, pues tenía la boca llena y no podía hablar. –Tal vez por eso mis hijos son de esa manera. Todos unos irresponsables –susurro negando con la cabeza

-Eso no es culpa suya tía –la animó Angel- usted los crió lo mejor que pudo, si ellos son así, no es su culpa. –terminó de comer y llevó al fregador su plato para lavarlo e irse a tomar un baño

-¿No estarás pensando en bañarte verdad? –le preguntó su tía sin dejar de mirar su novela. Angel solo hizo una mueca muy discreta. Era increíble como esta mujer le conocía alguna de sus mañas.

-“Gracias abuelita por informarle de todas mi mañas” –pensó para sus adentros Angel.

-Es un baño rápido –dijo Angel en voz baja.- Después dormiré un par de horitas. ¿Podría hacerme unos brownies antes de irse? –Su tía asintió distraídamente- Ah… tía, Denise viene como a las tres, si por casualidad estoy dormido cuando llegue, despiérteme –y se fue de la cocina

Entró a su cuarto, puso su bolso en el escritorio, se sentó en la cama y empezó a desnudarse. Doblo toda su ropa usada y la puso en el cesto de ropa sucia para que su tía la lavara el viernes, luego, se paseo desnudo por su cuarto y se fue al baño. La ducha fue rápida y reparadora. Se acostó en su cama aun mojado y se entregó al sueño que siempre le venía a esa hora.

Sintió que alguien lo zarandeaba delicadamente unos segundos después de acostarse. Su tía lo despertaba llamando en voz muy alta.

-Despierta coño –lo llamaba su tía.- Aun no aprendes ¿verdad? ¿Cuántas veces te he dicho que no debes dormir con la toalla puesta después de bañarte? Un días de estos te enfermaras Angel –lo regañó.- Ya me lo decía mi hermana “Angel tienes mañas raras y nunca he podido corregirlo”

-Dormir con la tolla puesta no es… -se dio cuenta de algo: ¡estaba desnudo! La toalla se movió y el estaba estirado con las piernas abiertas y desarropado en su cama ¡y su tía lo veía completamente desnudo! A tiendas busco la toalla pero se dio cuenta que su tía la tomo y la puso en la percha de la puerta del baño. Se puso rojo de la vergüenza.

-No me digas que te da pena mostrarme tu piripicho Angel –comentó su tía divertida buscándole un short en el armario. Angel se sentó en la cama y se tapo con las manos.

-Sabe que siempre he sido muy pudoroso –respondió aun rojo de la vergüenza. Su tía le trajo el short y él se lo puso rápido.

-Al menos no lo tenias parado –dijo su tía riendo.- Eso si sería muy incomodo –y empezó a reírse bastante fuerte

-¡Tía! –Exclamó Angel aun mas rojo.- ¡No diga eso vale! ¡Me da vergüenza!

-Es muy normal que a los hombres se les alborote el piripicho mientras duermen Angel –dijo su tía muy divertida.- Además, que no te de pena. Según recuerdo, hace unos años cuando te dio la peritonitis yo fui una de las encargadas de bañarte en la clínica ¿recuerdas?

-Eso fue por pura necesidad tía –respondió Angel en voz baja más incomodo aun.

-No sé porque te da pena –dijo su tía riendo.- Cuando tenias dos años, recuerdo bien un día cuando estabas corriendo por la casa de tu mama y no querías que te cambiaran el pañal. Ernestina y yo no podíamos parar de reírnos –su tía metía el dedo en la llaga.- Aunque debo admitir que creció bastante desde aquel día eh –y siguió riendo. Angel la veía con mala cara

-¿Ya llego Denise? –preguntó Angel cortante mientras su tía aun se  reía con ganas

-Sí. Llego hace una hora, pero me dijo que primero acomodaría su equipo en el baño grande y cuando termino, le invite a una taza de café y le dije que si podía hacerme un masaje de hombros. Fue delicioso, me siento muy relajada. Ah, y le dije que te lo cobrara a ti, que no te importaría.

-Abusiva –le dijo Angel. Pero no era un reproche, se lo dijo en un tono de complicidad.- ¿Me hizo los brownies como le pedí?

-Sí, hace como diez minutos que están listos. Aun deben estar tibios, me voy a llevar dos ¿no te molesta verdad? –Angel negó con la cabeza.-Recuerda esperar a que estén bien fríos para meterlos en la nevera. Yo ya me voy. Nos vemos mañana sobrino. Dios te bendiga –y salió del cuarto. Angel la siguió.

-¿Alguno de los muchachos llegó ya? –preguntó Angel mientras llegaban a las escaleras

-No. Víctor llamó para preguntar si habías llegado y cuando le dije que estabas dormido me pidió que te dijera que llegaba tarde porque salía con su novia hoy a comer por ahí y Andrés debería estar llegando dentro de una media hora más o menos.

-¿Víctor me dejo un mensaje y a usted se le olvido decirme? –le reprochó Angel mientras bajaban las escaleras

-Estaba muy ocupada burlándome de ti –su tía se encogió de nombres.- Además, lo anoté en la nevera para que lo vieras luego –le sonó su celular.- Ya Vicente esta fuera esperándome. Chao sobrino –y salió de la cocina rumbo a la sala. –Hasta luego Denise, linda. A ver cuando vienes de nuevo para que me des ese rico masaje de nuevo –escuchó Angel que decía.

-Un placer señora Margarita

Dos segundos después una joven entraba a la cocina. Alta, esbelta, rubia, con un cuerpo de quinceañera y unas lindas tetas de tamaño medio, Denise era el deseo de muchos hombres, pero la realidad de pocos. Cuando llegó a donde estaba Angel, le dio un beso en la boca que este respondió con total entrega. Sus labios sabían a fresa.

-¿Fresas? Que rico –dijo Angel separándose un segundo y besándola de nuevo. Era un beso lleno de pasión y solo se lo daba a Denise, por ser una chica muy especial y sumamente cariñosa con él.

-Ay Angelito… eres tan lindo y tierno como todo homosexual debe ser, pero al mismo tiempo eres tan masculino que una no puede resistirse a ti –le dijo Denise con su vocecita femenina cuando se separaron acariciándole la cara

-Y tu eres tan… encantadora Denise -le respondió Angel tomándola de las manos.- Tal vez deberíamos ir arriba para que me vuelvas loco con esos masajes que das tan ricos –y la jaló para salir de la cocina e ir al baño grande.

Subieron las escaleras rápidamente y caminaron por el pasillo aun más rápido.

Cuando llegaron, Angel se fijo que estaba la camilla plegable donde Denise daba masajes a domicilio. En una mesita, también plegable, estaban todos los aceites que Denise usaba para dar un masaje más placentero. Tenia de todo, desde olorosas fragancias hasta cremas para reafirmar la piel. A Angel le encantaba un gel que olía a fresas que era un excelente lubricante para cuando Denise le hacia un masaje en su ano.

Angel se quito el short, se acostó boca abajo y espero a que Denise empezara. Ella siempre colocaba música relajante para poner un ambiente más erótico.

Empezó acariciando toda la espalda de Angel con su mano hasta llegar al inicio de sus nalgas, para después subir y llegar de nuevo a su cuello en donde vio algunos pequeños nudos. Angel solo dio un quejido.

-Veo que alguien necesita una dulce caricia en esta zona –le dijo Denis al oído. Angel sentía sus tetas en su espalda, parecían dos suaves balones.

-Es por eso que llame a mi masajista preferida. Para que me de dulces caricias en algunas zonas –respondió Angel.

Por toda respuesta, Denise le aplicó una generosa cantidad de ese gel sabor a fresas en la espalda y dio suaves movimientos en la zona de los nudos hasta que sintió como se relajaban los músculos. Angel solo sentía placer y más placer. Después de unos diez minutos, Denise movió sus manos por toda la espalda aplicando más gel y acariciándolo hasta el inicio de sus nalgas y de regreso a su cuello. Luego de un rato, decidió ir por su brazo derecho que era el que tenía más cerca hasta llegar a la palma de su mano, en donde se entretuvo un buen rato hasta que se fue al otro brazo.

Angel sentía como si su cuerpo flotara y solo estaba empezando. Definitivamente, esta chica era experta en su trabajo.

Paso a su brazo izquierdo en donde repitió la operación hasta llegar a su mano, después se dirigió a su pie izquierdo y empezó a masajear la planta del pie y los dedos tocando puntos de placer para que Angel gimiera. Siempre le gustaba hacerles eso a sus clientes especiales.

-Uf… que rico todo eso oh, mierda… -gemía Angel

-Disfrútalo cariño

-Me estas provocando y después te va a tocar calmar lo que tengo entre las piernas –la amenazó Angel. La chica solo una risotada

Siguió masajeando los pies de Angel antes de empezar con sus piernas y los muslos hasta llegar, de nuevo a sus nalgas. Ahí, busco más gel y se lo aplico en las nalgas para empezar a masajearlas y separarlas para ver su ano rosado y meter un dedo lleno de gel hasta el fondo. Angel sintió un escalofrió por todo el cuerpo cuando la chica toco su próstata.

Metía y sacaba el dedo lentamente mientras sentía como este era apretado por Angel, luego de un rato metió dos dedos y empezó a girarlos y separarlos dentro cuando los metía todo. Mientras, con la otra mano acariciaba la planta de sus pies para darle más placer. Angel solo cerraba los ojos por el placer que estaba sintiendo.

Duro unos minutos así hasta que Angel movió su mano izquierda para meterla en el mono que llevaba Denise y encontrarse con una verga de 18 cm y 5 cm de grosor en total erección.

-Parece ser que yo no soy el único que está caliente aquí ¿eh? -comentó Angel haciéndole un suave paja.- Desnúdate amor, anda.

La chica le saco los dedos y empezó a desnudarse. Su piel era blanca, lisa y muy suave. Sus tetas eran de buen tamaño sin exagerar y su cintura podía ser la envidia de cualquier jovencita en la calle. Pero a Angel solo le interesaba lo que aun tenia a agarrado con su mano y no soltaba por nada del mundo. Una verga blanca como su dueña y muy gruesa.

Angel se colocó boca arriba y dejo ver su erección para que Denise empezara a trabajarle todo el frente de su cuerpo.

Denise empezó con su cuello, luego con su pecho, uno por uno, con ese gel que tanto lo gustaba a Angel, mientras este le hacia una suave paja. Ambos estaban bastante excitados. Cuando Denise llegó a su verga, empezó una paja para después metérsela en la boca hasta el fondo. Angel separó un poco sus piernas y Denise entendió el mensaje: le metió dos dedos hasta el fondo mientras le propinaba una honda mamada. Angel la soltó y empezó a gemir con fuerza moviendo su pelvis de arriba abajo para metérsela en la boca y al mismo tiempo sentir los dedos entrar y salir de su culo.

-Cariño… siéntate por favor –pidió Angel con esa voz dulce y excitada que tanto le gustaba a muchos. Sintió un olor particular y ya conocido y su rostro dibujo una sonrisa cómplice.

Denise se sacó la verga de la boca y le sacó los dedos del culo para sentarse en él. Se montó en la camilla y coloco sus piernas a los costados de Angel, puso su culo a la altura de su verga y se clavo lentamente gasta el fondo. Cuando la tenía toda dentro, dio un suspiro de gozo y empezó a subir y bajar lentamente con los ojos cerrados.

-¿Se divierten? –preguntó Andrés en voz alta desde la puerta. Denise del susto cayó pesadamente y se clavó toda la verga de Angel. Angel solo soltó una carcajada, la tomó por las caderas para que no se levantara y miró hacia la puerta

-No tienes idea de cuánto –le respondió Angel. Denise se puso roja de la vergüenza.

-¿Desde cuándo estas ahí? –pregunto muy asustada y sorprendida

-Está ahí desde que te dije que te sentaras cariño –respondió Angel.- Puede que haya tenido los ojos cerrados, pero su olor es sutil y muy conocido por mí –añadió con una sonrisa cómplice.- Calma Denise, ¡él no te hará daño mujer! Además, no entiendo cómo es que no lo viste. Es increíble lo ciegas que se ponen las personas cuando el placer los embriaga

-Venia a bañarme pero veo que este sitio está ocupado, me voy a tu baño -respondió Andrés entrando al baño tranquilamente y tomando su jabón y shampoo de una repisa.

-A mi no me molesta que te bañes aquí. Sería muy divertido tenerte de espectador mientras ella me da por el culo –bromeó Angel.

-Estoy cansado y solo quiero cenar y jugar en línea un rato –respondió Andrés mirándole las tetas a Denise.-Cuando este aburrido, lo veo en video. ¿Puedo? –pregunto Andrés a Denise señalando sus tetas, pero antes de que ella le respondiera, acaricio una suavemente e hizo una mueca de satisfacción.- Normalmente me gustan un poco más pequeñas, como las de las japonesas –dijo pensativo,- pero estas no están tan mal. Yo diría que son del estilo de Víctor –Denise solo estaba un poco asustada por todo eso. Ella en el pasado había hecho tríos, pero el amigo de Angel la ponía muy nerviosa. La miraba con malicia y eso no le gustaba. Al fin la soltó y comentó:- bueno me voy, continúen ustedes con esto. Me doy un baño y ceno, me muero de hambre –y salió del baño.

-¡No te comas todos mis brownies Andrés! –Le gritó Angel antes de que cerrara la puerta.- Cariño, ¿en donde estábamos? Ah sí en esto -y empezó a mover su pelvis de arriba abajo

-Te dejaré los suficientes como para que no te molestes –respondió Andrés

-Angel… ay… oh… con calma… mira que tú tienes algo muy grueso –se quejaba Denise en cada embestida

-Bájate, te toca darme lo que me gusta –dijo Angel alzándola con facilidad y sacándole toda su verga. Se puso boca debajo de nuevo y le hizo una seña a Denise para que se acostara sobre él. Angel sentía sus tetas en su espalda mientras ella lo penetraba lentamente.- Vamos mujer, más duro –la reprendió Angel poniendo su culo en pompa para clavarse él mismo los 18 cm de Denise.

Ambos dieron un chillido y se quedaron juntos un rato hasta que Denise empezó a embestir a Angel con todas sus fuerzas. Para Angel era delicioso sentir el cuerpo de Denise sobre el suyo propio, entrelazaron sus manos y sus pies estaban uno sobre el otro mientras Denise, que ya se recuperaba del susto, embestía hasta el fondo y con todas sus fuerzas.

-¿Sabes que te digo? Para ser una linda mujercita, tienes la fuerza de un gran hombretón querida –le dijo Angel

-Tú me pones así de caliente amor –le dijo Denise en su oreja.- Tienes un culo muy apretado y calentito.

-Y este momento es todo tuyo. Disfrútalo querida, quiero que me hagas acabar, tu sabes cómo –le dijo Angel en tono lascivo

-Como quieras lindo –respondió Denise y empezó hacer movimientos circulares cada vez que se lo metía todo

Duro unos diez minutos hasta que ninguno de los dos pudo aguantar más y ambos se corrieron Angel en la camilla y Denise en su culo clavándolo a fondo. Se quedaron unos minutos respirando agitadamente hasta que Angel hablo.

-¿Te apetece un baño? Estoy muy sudado y tu también. Bañémonos juntitos como muchas otras veces. Pero solo a bañarnos, no seas tan pervertida –bromeó Angel y ambos se levantaron y fueron a la ducha.

El baño fue rápido. Ambos tenían cosas que hacer y no podían distraerse de nuevo. Luego de bañarse, Angel se puso su short y Denise se vistió, recogió sus cosas salieron al pasillo. Entraron en el cuarto de Angel para que este buscara el dinero de Denise. Una vez que la pago la chica se fue dándole un beso en la boca de nuevo y Angel la acompaño a la puerta para que buscara un taxi. Después que se montó en uno Angel cerró y se fue a la cocina. Encontró a Andrés comiendo y se sentó a su lado.

-¿Te divertiste? –pregunto Andrés

-Mucho. Esa chica es una preciosidad, de verdad –respondió Angel tomando un brownie.

-Me cae bien, aunque es un poco asustadiza –comentó Andrés divertido

-No es ella. Eres tú. Esa mirada inexpresiva y fría que siempre cargas, junto con esa sonrisa maligna, asusta a muchos. Estoy seguro que hasta Alejandro te teme.

-No me interesa lo mas mínimo lo que el llorón piense. Por mi se puede ir a la mierda

-Oye, mira que él será mi novio. Debes respetarlo –le reprochó Angel. Un segundo después ambos estallaban en carcajadas por ese último comentario. Cuando se calmó, Andrés, pregunto:

-¿Para cuándo será eso?

-Pronto Andrés, muy pronto. Pero por ahora me voy a dormir

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Javier escucho a lo lejos como se abría la puerta y miro aliviado y horrorizado a partes iguales como entraba el encapuchado y bajaba las escaleras electrificadas que una vez lo lastimaron tanto. Sentía que había pasado mucho tiempo desde eso y cada vez se deprimía más. Diariamente perdía la esperanza de que lo encontraran.

-¿Decepcionado porque soy yo Javier? –se burló el encapuchado al ver su expresión

-Por… fa… vor… saca… me esssto ya –rogó Javier y vio para su alivio como el encapuchado apagaba el vibrador y se lo sacaba

-Cuando uno pide un favor y se lo hacen la respuesta es “gracias” –le dijo en encapuchado metiendo el vibrador bajo una llave de agua para lavarlo y luego ponerlo en el armario.- Veo que la zorra de tu mama no te enseño modales. Que desgracia.

-No te metas con mi mama –gruñó Javier

-“No te metas con mi mama” –se burló el encapuchado con voz infantil.- Creo que ya va siendo hora de que me deshaga de ti. Hace tiempo me aburriste Javier. Pero es mejor hacerlo en un par de días, hasta que pueda traer a tu reemplazo aquí – se acercó a él y lo desato de la hamaca, lo tomó de las manos y le puso unas esposas. Luego lo llevo a una silla que tenía un dildo más grande y grueso que el que tenia puesto y Javier entendió.

-¡NO! ¡POR FAVOR NO MÁS! ¡BASTA DE ESO! –empezó a moverse con fuerza tratando de escapar

-Cállate –grito el encapuchado dándole un golpe en el estomago y dejándolo sin aire por unos momentos. Aprovecho para sentarlo de golpe en ese dildo y esposarle los pies y las manos a la silla.- Esta vez tu vas a tragar leche de hombre -Javier solo se agitaba con fuerza para escapar pero le era imposible. El encapuchado se bajo la cremallera de su pantalón y le acerco la verga a la boca de Javier metiéndosela de golpe aprovechando que este dio un grito de dolor- Cuidado y la muerdes o te juro que te saco los dientes uno a uno sin la menor de las contemplaciones Javier.

Javier solo se agitaba con más fuerza. Sufría un poco con ese dildo en lo profundo de su culo. Trataba de levantar su pelvis, pero la mano en su pecho y las esposas no lo dejaban. El encapuchado le metía la verga hasta el fondo y eso le daba arcadas. Casi no podía respirar.

Pasaron unos treinta minutos de sufrimiento para Javier hasta que el encapuchado dio muestras de que estaba a punto de acabar y lo hizo en el fondo de su garganta para que no le diera tiempo de escupir nada. Se la metió por última vez hasta el fondo y la dejo ahí hasta que se puso flácida de nuevo y se la saco. Javier estaba a punto de vomitar pero el encapuchado le cerró la boca con un tapón redondeado que saco rápidamente del armario. Tenía una correa que paso por toda la cabeza de Javier y lo apretó para que no pudiera escupir la bola.

-Si te atreves a vomitar pueden pasar dos cosas: uno te tragaras tú vomito de nuevo. Dos; respiraras al mismo tiempo de vomitar y el vomito se irá a tus pulmones y te ahogaras con tu vomito y morirás. Es tu decisión así que de ti depende. –Javier lo miraba desesperado. Apago el dildo, le quito las esposas de los pies y la de las manos se las quito por un segundo para ponérselas en la espalda –así evitare que te quites el tapón de la boca antes que yo venga mañana y te lo quite. ¡Vamos coño, a la jaula!

Lo metió agachado en la jaula y cerro con el candado. Luego se fue dejando a Javier llorando con eso metido en la boca. Le lastimaba la mandíbula pero no podía ni escupirlo y quitárselo. Debía esperar a que ese loco llegara y aun estaba preocupado por lo que le dijo “pronto me desharé de ti”, esas palabras resonaban en su mente a cada segundo.

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2:00 AM

Se levantó dando un gran bostezo, fue al baño y se cepillo los dientes. Luego, salió del cuarto en pijamas y descalzo y fue a la puerta del frente, la abrió cinco centímetros y pregunto en voz muy baja:

-¿Dormido o despierto?

-Entre ambos. Buenos días Raba –le respondió Víctor

-Técnicamente, aun es de madrugada Vito –respondió Angel entrando al cuarto. La luz y el computador estaban encendidos.- Así que deberías decir “buenas madrugadas Raba”

-Caballero, uste si que le gusta corregir a las personas –respondió Víctor sin dejar de mirar su computador. Angel salió del cuarto y fue al suyo a buscar su silla con ruedas, la rodo por todo el camino hasta que la puso al lado de Víctor. -¿Qué pasa coño?

-Nada. Solo quiero hablar contigo y prefiero estar cerca tuyo y como no te da la gana de tener otra silla con ruedas aquí, tengo que traer la mía si tu usas la tuya –explico Angel.- Sabes bien que odio estar de pie y como no te gusta que se sienten en tu cama…

-Eso era antes Raba. Mi otra cama no es como esta. Aquí si puedes sentarte –dijo Víctor exasperado.- Y luego dices que el mañoso soy yo…

-Claro que eres mañoso… y terco. Muy terco. Cuando algo se te mete en esa mente tuya no hay manera de hacerte cambiar de opinión –comentó Angel mirando distraídamente la habitación.- Lo he vivido en carne propia –añadió.

-Qué risa me das cuando te quejas Raba –respondió Víctor riendo

-¿En dónde está el afiche que te regalé del Manchester United? –pregunto Angel

-Aun no leo el reportaje así que no le puedo quitar el afiche a la revista.

Unos días atrás, de camino a la panadería, Angel paso por un kiosco para comprar un chocolate antes de comprar el pan y vio un periódico deportivo que no le gustaba nada, lo que llamo su atención fue la revista que venía en esa edición. En la portada ponía que tenían un reportaje del Real Madrid y del Manchester United y que dentro venia un poster del Madrid. Angel compró dos ejemplares, uno para cada uno de sus amigos. Casualmente, Víctor además de apoyar al Real Madrid, también apoyaba al Manchester United así que Angel sabía que, al menos Víctor, se alegraría mucho si se la llevaba (no tenía ni idea si Andrés se emocionaba pero igual se lo llevaría). Cuando se los dio, se dio cuenta que no se equivoco, ambos se alegraron y empezaron a hablar de fútbol y a criticar al Barcelona, al Atlético de Madrid y al Manchester City. Angel solo fingía que los escuchaba mientras desayunaba.

Mientras ojeaba la revista, Víctor encontró un reportaje de la historia de los diablos rojos (Manchester United), que al parecer explicaba sus inicios. Al verlo Víctor se alegro muchísimo, o al menos eso creyó Angel, porque cuando Víctor vio el afiche con el escudo del Manchester casi llora de la alegría.

-Me sorprende que aun no lo hayas puesto -comentó Angel,- según recuerdo, casi te meas de la emoción aquel día

-No exageres Rangel –le dijo Víctor para molestarlo

-No me digas así. Suena horrible –dijo Angel con los dientes apretados

- Rangel Rángel –dijo Víctor y empezó a reírse con ganas.- Suena muy formal ese nombre, todo un caballero eh…

-Sabes que no me gusta que me digas así. Te permito Raba porque me parece que suena mejor y además eres mi mejor amigo.

-Solo dilo. Dilo y no te digo más Rangel Rángel –le retó Víctor. Angel puso los ojos en blanco. Sabía muy bien a qué se refería Víctor, respiro profundo y le grito:

-¡ALCOHOLICO! ¡BORRACHO! –si antes Víctor se estaba riendo, ahora estaba realmente a punto de mearse de la risa. Soltaba carcajada tras carcajada sin ningún tipo de control. Estaba apoyado en el espaldar de su silla mirando al techo y no paraba de reír. Angel lo miraba entre avergonzado y divertido.- Aun no entiendo porque esas tres palabras te causan tanta risa

-Yo tampoco, pero cuando las dices me da muchísima risa. Creo que puede ser el modo en que las dices, así con profundo fastidio, solo para complacerme…

-Cuando te las digo por MSN también te ríes –comentó Angel entrecerrando los ojos

-… aunque te falto una, Raba, pero no importa. Igual me estoy riendo mucho –Víctor estaba muy rojo de tanto reír, incluso se le marcaba una pequeña vena en la frente.

-Cuando termines de reír –dijo Angel empujando a Víctor del computador –te diré la razón por la que estoy aquí.- Entonces abrió un Facebook. Se fijo que alguien le mando una solicitud de amistad.- ¿Arturo Labrador? ¿Quién coño es ese? A ver los amigos en común… -vio que tenían más de veinte y se dio cuenta que todos eran de la facultad.- Un momento… ¿será ese Arturo? –y buscó una foto de perfil en donde se viera su cara y se dio cuenta que si era su compañero de clases.

-¿Y quién es ese hijo de la gran perra? –Preguntó Víctor mirando por encima de su hombro.- No me digas que estas pendiendo con él Raba.

-Bueno –dijo Angel aceptando la solicitud,- no voy a negar que me gusta, pero no tengo planeado nada con él. Lo conocí hace unas semanas, cuando empezamos la actividad extramural. Me cae bien, tiene pinta de ser buena gente. ¡Hey! ¿Tú qué haces preguntándome sobre mi vida privada? Si mal no recuerdo, una vez me dijiste que no te contara nada de eso porque no lo tolerarías –y lo miró a la cara

-¿No puedo tener curiosidad Raba? Ese tipo me parece conocido, creo que ya lo he visto antes –comento Víctor pensativo.- Bueno, ya lo recordaré luego –se encogió de hombros y empujo la silla de Angel. Cerró su Facebook y pregunto:-¿No se supone que me ibas a enseñar el regalo de Andrés?

-Ah sí, cierto. Pensaba hacerlo ayer pero como te fuiste con tu novia, me acosté a dormir. Estaba muy cansado.

-Antes podías durar días sin dormir, te estás desgastando –comentó Víctor.- ¿Qué dirá Sarutoshi cuando se entere?

-Seguramente me regañara y me castigara con ejercicios, pero como se encuentra muy lejos de aquí, estoy a salvo –dijo Angel sonriendo.- En fin… ¿cómo estuvo tu salida de ayer?

-Bien. Después de clases salimos a comer a un bonito restaurante, luego caminamos por el centro comercial a ver las tiendas y después la lleve a su casa. Eso es todo.

–Vamos a mi cuarto, quiero darte lo que le darás a Andrés. -dijo Angel moviendo su silla con la cintura para salir de cuarto.

Víctor se levantó y lo siguió, pero al ver lo lento que iban, tomo la silla por el espaldar y empujo a Angel todo el camino. Angel solo levantó los pies y grito “Yupi, yupi, me siento como un niño pequeño. ¡Más rápido!”

-Y es en estos momentos en que me doy cuenta lo inmaduro que eres –comentó Víctor moviendo su silla y dejándolo en frente de su escritorio

-¿Inmaduro yo? –Pregunto Angel levantándose y yendo a su armario.- ¿Quién de nosotros dos se siente mas niño?

-Yo –respondió Víctor sentándose en la cama- y tú también Raba.

-No. Yo no. Yo solo te sigo la corriente Vito –se defendió Angel mientras sacaba una caja de cuero del tamaño de una caja de zapato, de una gaveta. Fue hasta su cama, se puso de rodillas y la abrió. –El caso es, que tú me dices inmaduro a mí y has hecho cosas como esas en tu juventud

-En aquel momento me parecían divertidas –respondió Víctor viendo dentro de la caja.- En ese entonces era todo un niño –Angel entrecerró los ojos, le lanzo una mirada significativa y le dijo:

-Tenías 18 años

-Todo un niño pequeño –dijo Víctor.- Me gusta –dijo viendo dentro de la caja.- ¿Cómo se te ocurrió?

-A él le gustan este tipo de cosas –respondió Angel cerrando la caja y dándosela a Víctor

-¿Cuánto te debo? –pregunto Víctor tomando la caja y levantándose

-Dame un abrazo y estamos a mano –dijo Angel con una sonrisa

-¿Cuánto te debo? –repitió Víctor

-Solo será uno pequeñito, pequeñito

-Jodéte Raba. Me voy a estudiar un rato y supongo que tu harás lo mismo ¿no?- Angel asintió- ¿hablamos por MSN entonces?-Angel asintió de nuevo.- Bien –y salió del cuarto con la caja en la mano. Vere por internet el precio y te hago un deposito

-Que eso no es necesario Vito

-No confundas la amistad con los negocios

Ambos estuvieron estudiando y hablando por chat has las cinco y media cuando decidieron irse a bañar para ir a sus respectivas facultades. Como hoy le tocaba a Andrés llevarlo, Angel se acercó, ya completamente vestido, a su cuarto para despertarlo

-¡DESPIERTA! –gritó abriendo un poco la puerta

-Un día de estos te voy a golpear idiota. ¿No tienes otra manera de despertarme que no sea gritándome? –escucho que le dijo una voz somnolienta y muy malhumorada

-Bueno… podría despertarte con un beso en la frente y un abrazo. Lo haría con todo el gusto del mundo

-Vete a la mierda

-Que lenguaje tan bonito ese. Mueve el culo coño, que te toca llevarme hoy

-Vete en un taxi y déjame en paz. Antes te ibas en taxi casi todos los días

-Tenemos tres carros ¿y tú me dices que me vaya en taxi? Me voy a arruinar si me voy todos los días en taxi

-Como si no tuvieses suficiente dinero como para ir hasta el día de tu ¡puta muerte! en un ¡puto taxi! ¡las putas veinticuatro horas del día!

-Que Víctor y tú sean despilfarradores, no quiere decir que yo también lo sea

-Yo no despilfarro

-Claro que sí. El sushi que te quisieras comer todos los días es caro

-Eso no es despilfarrar. A eso se le llama alimentarse

-¿Entonces para que compramos comida en el supermercado todos los meses? ¿Para que se pierda?

-No. Tu tía nunca dejara que eso pase. Siempre cocina en la medida justa para los cuatro

-En fin… si seguimos discutiendo se me hará tarde. Hoy es miércoles, tengo clases a las siete y media. Levanta el culo y apúrate Andrés. Te veo en la cocina. Me muero de hambre

Cerró la puerta y bajo las escaleras rumbo a la cocina. Al llegar, tomó pan de molde, una jarra de jugo de melón y otra con limonada y queso y jamón de la nevera y abrió una repisa y saco su nutella. En cinco minutos tenía un montón de emparedados listos para comer sobre la mesa. Encendió el televisor y vio un capitulo repetido de una serie que le gustaba mucho.

Cuando se estaba comiendo el tercer emparedado de nutella, llego Víctor. Angel solo le señalo lo que estaba en la mesa y este se sentó a comer con él.

-¿Tienen mayonesa?-pregunto Víctor

-No. Si quieres le pones, pero no a todos. A Andrés no le gusta la mayonesa y como no sé cuantos te vas a comer preferí que tú mismo se la colocaras –Angel ya tenía el cuarto emparedado a la mitad.

-No entiendo cómo puedes comer tanta nutella sin que te salga acné –dijo Víctor levantándose y tomando la mayonesa de una repisa. Angel solo se encogió de hombros

Tenían unos diez minutos comiendo cuando llego Andrés y se sentó a comer con ellos

-Las personas decentes y educadas saludan al llegar a un sitio –dijo Angel masticando su decimo emparedado. Andrés solo lo miro y le mostro el dedo medio

-Yo no soy educado y mucho menos decente. Aunque puedo hacer una excepción con Víctor –y lo miro.- Buenos días Víctor

-Buenos días Andrés –le respondió el otro

-Si fueras mujer diría que tienes el periodo –comentó Angel masticando

-En esta casa la única mujer eres tú –respondió Andrés de malas maneras

-Andrés… -dijo Angel en ese tono peligroso que siempre empleaba cuando se molestaba.- Tú mejor que nadie sabe que odio que me digan mujer y sabes muy bien la razón

-Oh mierda –dijo Víctor en voz baja sacando su teléfono y fingiendo que no escuchaba nada- Otra vez no por favor. La ultima vez terminaron en el hospital.

-Mujer, mujer, mujer –dijo Andrés en un tono burlón.- ¡Tú! eres una mujercita Angel ¿o debo llamarte Angélica o Ángela o Angelita o putica o putita? ¿Cuál prefieres nenita? –y lo miro de forma burlona

Angel tenía su emparedado a mitad de camino entre su boca y la mesa. De verdad que no podía creer que Andrés le dijera esas cosas. Miraba a Andrés de una forma bastante peligrosa. Hasta el hombre más grande se hubiera asustado al ver la cara de asesino de Angel.

-Cállate ¡cállate maldito imbécil! –le gritó

-Nunca. Nunca más en tu puta y miserable vida me mandes a callar –dijo Andrés levantándose y poniéndose frente a Angel. Angel le hizo frente y se levanto.-Nunca… me… mandes… a… callar –repitió lentamente

Durante los próximos segundos, que a los tres les parecieron eternos, nadie hablo y el ambiente se puso muy pesado. Estaban a cinco centímetros el uno del otro. Ambos podían ver las venas de ira que se formaban en la frente del otro. Víctor solo miraba su celular totalmente ausente de esa extraña discusión.

-¿Me entendiste? –pregunto Andrés luego de un rato

-No me da la gana –le respondió Angel

-Mujercita –dijo Andrés

-Hasta aquí podíamos llegar –respondió Angel y le lanzo un golpe con su mano derecha directo a la boca. Andrés lo bloqueo con su mano izquierda al tiempo que le respondía con un golpe de su mano derecha y que Angel bloqueó con su mano izquierda.

Ambos chicos aplicaban fuerza pero ningún puño se movía un milímetro.

-¿Por qué coño me dices mujer? –preguntó Angel

-Hace unos meses me despertaste gritándome ¿recuerdas? El día que Víctor te despertó a las cuatro de la mañana y tú no ibas a la universidad

-Eso paso hace tiempo ya –dijo Angel.- Pensé que te vengarías, pero como no lo hiciste lo olvidé

-Pues tú sabes que yo nunca olvido. Hoy me despertaste gritándome de nuevo y lo haces cada vez que te sale de las bolas –Andrés hablaba muy calmadamente, pero los tres sabían que estaba furioso.- No pienso tolerar más ese tipo de actitud. La próxima vez que me despiertes gritándome te voy a dar una lección Angel –lo amenazó

-¿Te molesta una estupidez como esa? –preguntó Angel mirándolo a los ojos con furia

-Sí. Te he tenido mucha paciencia esperando a que dejes de hacerlo, pero como veo que no sirve de nada esperar a que cambies algo de tu comportamiento, me veo en la necesidad de corregirlo personalmente –Andrés también lo miraba a los ojos con furia. Daba la impresión de que ambos querían matarse en esa cocina llena de cuchillos

-Bien. Solo te despierto porque se lo perezoso y vago que eres –se justificó Angel.- Fácilmente podrías quedarte dormido y no ir a clases

-Ese no es tu problema. Si me da la gana no voy a la universidad los días de clases y solo voy los días de evaluaciones. ¿Por qué coño quieres controlar mi vida? Yo no soy uno de esos idiotas que te deben favores y por eso te cogen como a una puta.

-Andrés… -empezó Víctor sin dejar de mirar su celular

-Déjalo Vito. Deja que hable –dijo Angel.- Yo no quiero controlarte tu vida. Solo lo hago para ayudarte

-Yo nunca he pedido tu ayuda Angel y tampoco la necesito. Siempre he sido bastante independiente.

-¿A qué viene eso? ¿Acaso regreso el Andrés solitario y autosuficiente? Yo no quiero controlar tu vida, ni mucho menos. De hecho pienso que tú eres la persona más independiente que conozco y mira que te conozco desde los tres años

-Lo único que te digo es que no me despiertes mas gritándome o de lo contrario te voy a castigar

-¿Y acaso crees que yo voy a dejarme? Y deja de decir estupideces, ambos sabemos que no tienes la voluntad para…

-Sigue fastidiándome así y veras como tengo la voluntad para hacerlo –interrumpió Andrés.- Te lo advierto Angel –aflojo la fuerza de su puño y de su mano y Angel hizo lo mismo.- Agradece que te lo estoy advirtiendo por tratarse de ti

-Ohhhhhh… hablo el todopoderoso Andrés –dijo Angel irónicamente.- Me largo de aquí –tomo su bolso y los miro a ambos.- Gracias a este estúpido retraso ahora llegare tarde -y pateó la papelera de la cocina

-Supéralo. Seguramente tu novio Alejandro te esta guardando un puesto a su lado –Andrés se sentó y siguió comiendo tranquilamente.- Recoge esa basura Angel

-¡Vete a la mierda Andrés! –Angel sentía una ira devastadora. Quería destruir a Andrés a golpes, deseaba verlo sufrir y quitar esa expresión de su cara. Respiraba agitadamente y su pulso estaba por los cielos. Extrañamente, Andrés estaba muy tranquilo, tan frío como siempre y eso molestaba más a Angel

Salió de la cocina y se dirigió al garaje en donde se monto en el carro grande y arranco a toda velocidad. No pensaba ir a clases. Estaba demasiado furioso como para tener que sentarse y escuchar a un montón de idiotas hablando de sandeces… no, no iría a clases. Ya sabía a dónde iba. Cuando llego a la entrada de Santa Mónica, tomo un camino diferente al habitual y se fue. Mientras manejaba, marco un número de celular y espero.

-¿Por qué coño tardas tanto en responder? –preguntó a modo de saludo

-…

-No me interesa. Voy en camino a tu casa. Estoy furioso y quiero desahogarme. Prepara todo

-…

-No me interesa que te estés levantando. Te quiero listo en media hora que es lo que voy a tardar en llegar.

-…

-Cállate Alberto. ¡Cállate! –Chillo de la ira que sentía.- Te quiero listo en media hora –y colgó. Cuando tenía dos minutos de colgar, recibió un mensaje.

- Hola Angel. Te estamos esperando. ¿Por dónde vienes? –era un mensaje de Alejandro

-¡Maldito llorón hijo de puta! –Le gritó al celular como si este lo escuchara.- ¡Ya verás que cuando te viole me desquitaré todos los meses que no te puede tener maldito imbécil!

- Hoyno voy a clases. Me surgió una emergencia y no puedo ir –respondió, los dedos le temblaban mientras escribía. Menos mal que espero una luz roja del semáforo para responder el mensaje. Luego apago su celular para evitar que le llegaran más mensajes o alguna llamada y siguió manejando para llegar a donde quería ir.

Cada cierto tiempo, Andrés amanecía con una furia bastante peligrosa y suficiente veneno en su modo de hablar como para joder lo suficiente. Por un acuerdo de ante mano, Andrés tenia la facilidad de desahogarse con Angel del modo que quisiera, y luego Angel se desahogaría del mejor modo que conoce: sexo. Contando esta, Angel tenía memoria de unas quince veces que Andrés se desahogaba con él. Angel haría lo que fuera por sus amigos, incluso si eso conllevaba a salir herido. Mientras conducía, recordaba como fue la primera vez: muchas lágrimas derramadas y un moretón en el ojo fue el resultado… dulce pasado.

Bien… hasta aquí este capítulo. Espero que haya sido de su agrado. Muchos sacaran conclusiones basadas en este capítulo y solo puedo decir que unas serán verdad y otras solo serán meras especulaciones y fantasías (jejejejejeje). Los animo, como siempre, a comentar y dar sus opiniones.

Un saludo

Adriangel22

PD: como pudieron notar, explique la razón de esa discusión. Anteriormente no lo había hecho y nadie entendía el por qué de eso y luego muchos me lo preguntaron sin entender nada.