Una historia interesante 8

Humanidad... todos la tienen pero pocos la usan y unos pocos menos se la merecen. Aqui otro capitulo. Espero lo disfruten y comenten

Después de salir del taller, se dio cuenta de la hora: 3:36 PM

-Que rápido pasa el tiempo cuando uno se divierte –pensó mientras manejaba.- Aunque no estoy tan lejos de la casa de mi querida madre –hizo una mueca al pronunciar esa frase.

Manejo alrededor de quince minutos, hasta llegar a la entrada de un barrio. Entro por una calle en subida y estaciono frente a un edificio. Saco sus llaves, que aun tenía, y abrió la reja principal del edificio. Entro hacia un pasillo y al llegar al final cruzo a la derecha por otro pasillo más pequeño y en donde estaban los ascensores. Uso su llame magnético para llamar uno de ellos y espero. La pantalla del tablero se ilumino, puso un número 24 en ella.

-¿No podía estar más arriba esta mierda? –preguntó con profundo fastidio negando con la cabeza. El departamento en donde vivió uno seis años, estaba en el piso doce.- Se tardara siglos bajando…

El ascensor llego durante todo el tiempo que duro Citizen Erased en su iPod.

Cuando llego el ascensor, escucho a lo lejos como se abría la reja principal del edificio y apuro el paso dentro, marcando el piso doce. No le apetecía nada esperar a nadie. Después de todo, estaba apurado. El ascensor hizo el recorrido de planta baja al piso doce en el tiempo correcto, 45 segundos (sabia cuanto tiempo tardaba de planta baja al piso doce, directamente, porque una vez, aburrido, tomo el tiempo), y salió cuando se abrieron las puertas. La decoración no había cambiado nada, cuatro paredes pintadas de un color melón bastante pálido, una puerta en cada esquina del pasillo y las escaleras en frente de los ascensores con rejas de seguridad pintadas del mismo color melón pálido.

Abrió una reja blanca que dividía el pasillo, dio tres pasos y abrió la reja izquierda al final del pasillo. Antes de abrir la puerta, apagó su iPod y al instante escuchó un fragmento de una canción de género que más detestaba con cada fibra de su ser: reggaetón.

-A ver qué mierda está escuchando David ahora –pensó y abrió la segunda puerta.

Al entrar, lo primero que sintió era como el sol le quemaba los ojos así que, lagrimeando ligeramente, los cerro rápidamente, segundos antes de escuchar como un niño de casi tres años gritaba “¡papa! ”. Y sintió como un par de pequeños bracitos le apretaban las piernas y casi hacían que perdiera el equilibrio.

- ¡papa! ¡papa! ¡papa! ¡papa! ¡papa! ¡papa! – Grito el niño.- ¡cargue papa! ¡Cargue! – y le abrió los brazos como si quisiera volar

Tomo al niño en brazos y este lo abrazo muy fuerte, como si tuviera miedo que se fuera de nuevo. Cuando miro detenidamente, vio a cinco personas observándolo. Su hermano David, sentado en un escritorio escuchando música (si a eso se le puede llamar música), una niña de catorce años recién cumplidos: su hermana Laura, que estaba haciendo tareas en un cuaderno sobre la mesa, un tipo gordo sentado en un mueble con un celular en la mano, un tipo, más delgado apoyado en la entrada de un pasillo y una mujer, Miriam su mamá, de unos cuarenta años con el cabello castaño y una mirada entre sorprendida y feliz sentada en la mesa con un montón de papeles.

Su hermano regreso la vista a la computadora rápidamente, su hermana se levanto y corrió hacia él abrazándolo aun más fuerte que el bebe. Su mama se levantó y le dio un beso en la mejilla.

-Dios te bendiga hijo –le dijo

- No… quite… quite – les dijo el bebe a las dos mujeres empujándolas con todas su fuerzas.- Es mío… es mío… - y lo abrazo más fuerte que antes

-Llego el nerd… que bueno –murmuro el tipo delgado.

-Llego el hijo prodigo –dijo el tipo gordo

-Si les molesta mi presencia –dijo Angel sin mirarlos–se pueden ir bien lejos a la mierda. Pero bueno… unas sanguijuelas como ustedes no pueden hacer algo como eso.

El tipo gordo (Alí) ignoro el comentario y siguió leyendo en su celular. El tipo delgado (Miguel) cruzo la sala y entro a una puerta a la izquierda de la entrada (la cocina) y no dijo nada. La alegría que sintió al cargar a su hermanito, casi se vio opacada por los comentarios de esos dos, pero no pensaba dejar que le molestaran.

Angel, que aun no se movía de la entrada, decidió que no tenía tiempo que perder en esos dos y decidió sentarse en la mesa para hablar con su mama. La mujer fue también a la cocina y salió con una jarra llena de café y una taza que le lleno y se la dio.

-¿Y como estas? – le pregunto su mama al sentarse.- Hace tiempo que no te veo hijo –lo miro de arriba abajo,- estas mas grande.- Pero Angel no le respondió, mira a su hermano que aun no lo saludaba.

-Hola David –le dijo con mucha formalidad

-Hola –respondió David sin quitar la vista de la computadora

Angel sabía la razón del recelo de su hermano. Cada vez que los visitaba lo trataba de esa manera y a Angel le divertía mucho esa actitud. La razón de ese trato era que su hermano le rogó que se lo llevara, pero Angel no quisó y lo dejo.

-¿Y tu como estas? –le pregunto su mama de nuevo

-Bien, todo normal. Un poco estresado por la universidad, pero bueno, tú sabes eso mejor que nadie ¿no? – tenía al bebe tan firmemente abrazado que parecía que quisieran fundirse

-Eso es muy normal. Lo que tienes que hacer es no descuidarte. Muchos estudiantes se descuidan y terminan repitiendo el semestre o el año. Pero tú eres muy inteligente Angel.

-Bueno, algo bueno saque de ti ¿no? –y ambos hicieron una tímida sonrisa

-Angel, ¿te quedas hoy? –le pregunto su hermana

-No, Víctor sale a las siete y le prometí que lo buscaría.

-Tienes que atender a tu novio ¿verdad? –pregunto Miguel desde la cocina.

-Cuando quiera escuchar alguna de tus idioteces, Miguel, te las pediré. Pero si no te lo piden, no abras tu sucia boca imbécil-le dijo Angel con desprecio.

-No empiecen a pelear o los saco al pasillo –les amenazo Miriam.

-Por mi está bien –le dijo Angel encogiéndose de hombros.- Aun no entiendo qué coño hace él aquí, pero bueno… ¿Cómo es que dices tú? –Miro a Miriam- “esta es mi casa y no tengo por qué darte explicaciones de quien entra”.

-Ya empezó este con su quejadera –dijo Alí desde el mueble.- ¿Visite a buscar pelea o –añadió con una vocecita digna de alguien que está a punto de contar un secreto ajeno- acaso ese novio tuyo te botó de la casa y regresas aquí?

-Lo que haga o no en casa de mi madre no debe importarte mucho –respondió Angel con frialdad.- Ocúpate mas bien en curarte esa hepatitis que te contagiaron por andar de promiscuo y acostarte con cualquier tipo que encuentras en la calle. Además –añadió,- ustedes dos son tan cliché… el estereotipo de la envidia personificado…

-No te permito… -salto Alí furioso.

-¡Cállate! –le grito Angel. El bebe pego un bote en su hombro asustado.- Esta es la casa de mi mama y digo lo que me venga en gana. Si no te gusta, sabes dónde está la salida.

-¡Angel! –le dijo su mama.- ¿Solamente viniste a buscar problema?

-No. Quiero hablar algo contigo, a solas, y a buscar algo del baúl que está en mi cuarto.

-Vamos a mi cuarto entonces –ambos se levantaron y caminaron por un pequeño pasillo, al llegar a la ultima puerta, entraron y Angel cerró la puerta tras de sí.

-Sigo sin entender porque están aquí todavía-le dijo a su mamá mientras se sentaron en la cama

-Porque eres joven y no entiendes algunas cosas. Alfonzo se durmió en tus brazos, todas las noches te llama ¿sabías?

-Me lo imagino. Antes de mudarme casi siempre dormía conmigo

-Entiendo que no quieras o no puedas regresar, pero me gustaría que me visitaras mas a menudo –su mama estaba casi llorando

-Una vez que pruebas la independencia no puedes volver atrás –dijo riendo un poco.- Pero la verdad, la única razón por la cual no te visito es por esos dos que tienes viviendo aquí. ¿Acaso tú serás su alcahuete toda la vida? Alí tiene treinta años y se cree con derechos de hijo en esta casa y Miguel ya tiene una mujer embarazada y ni siquiera sabe en donde dará a luz

-Bueno, con respecto a eso, yo estoy ayudandolos…

-¡AH! ¡CLARO! La tía Miriam siempre al rescate ¿Verdad? ¿Cuándo vas a entender que esos solo están contigo cuando te necesitan?

-¿Tú crees que yo no quiero que se vayan? –le pregunto su mamá.- Ya estoy harta de que estén aquí. Hace unos días Miguel saco a Alfonzo de tu cuarto gritándolo, solo porque el niño abrió la puerta sin tocar. Le dije muy claramente que no lo hiciera más o teníamos problemas.

-¿Aun lo hace? –pregunto Angel mirando al bebe. Cuando Angel vivía con ellos, el bebe entraba y salía de su cuarto sin ningún problema, cosa que molestaba un poco a Angel, porque no le gustaba que su puerta estuviera abierta, pero como era el bebe quien lo hacía, no le importaba mucho y siempre lo recibía con los brazos abiertos. –Voy a matar a Miguel si le grita a mi bebe otra vez

-Claro que aun lo hace. Te extraña mucho

-Y si quieres que se vayan, ¿por qué no se los dices? –preguntó Angel confirmando la razón de que su madre estaba sufriendo. Por un lado quería que se fueran, pero por otro no quería hacer algo que afectara a sus sobrinos. Desde niña le habían enseñado que la familia es primera.

-Sabes lo que pienso al respecto de eso

-Recuerda lo que te dije: si de verdad crees que Dios castiga a una mujer por hacerle daño a sus sobrinos, ¿Qué crees que le hará a alguien que hace cosas que afectan a sus hijos? Yo pienso que eso es mucho peor

-No me digas eso. Ya les di un plazo para que cada uno busque casa.

-Eso está bien. Oye –preguntó Angel más calmado y en tono de secretismo.- ¿Aun no les dices de donde saque el dinero con el que vivo?

-No. Para nada –respondió su mama adoptando el mismo tono.- Alí me lo pregunta a cada rato, siempre saca el tema “sin querer” como para que yo se lo diga. No es problema de nadie de donde sacaste ese dinero, me conformo con saber que es legal y gracias a las enseñanzas de tu abuela y mía

-Es divertido ver como hacen conjeturas –dijo Angel con tono burlón.-Y, bueno, el dinero vino en un buen momento. Si no me hubiera mudado, nosotros nos habríamos matado unos a otros

-Sí. Pero todavía me molesta que no me hayas llevado a tu casa. Me ofende que no confíes en mí

-Algún día te llevo, pero quiero llevarte solo a ti. No quiero que ninguno de mis hermanos vaya.

-Que desgraciado eres –bromeo su mama soltando una risita y cruzándose de brazos

-¿Qué? –Pregunto Angel haciéndose el inocente.- Tú me conoces. Mira, voy a mi cuarto a buscar algo.

-No entres hay. Vas a morir cuando lo veas –le advirtió Miriam.

-Me imagino- dijo Angel poniéndose de pie rápidamente y saliendo del cuarto más rápido aun

Cuando abrió la puerta de su antiguo cuarto, un olor desagradable le dio en la nariz y cuando prendió la luz, casi se echa para atrás y no entra.

Lo que él recordaba con un lugar limpio, ordenado y perfumado, era ahora un lugar sucio, desordenado y hediondo. Ropa, de toda clase, desperdigada por todos lados, su cama, antes perfectamente tendida, tenia ropa encima y la colcha estaba sin sabanas, se veía sucia y gastada, como si la hubieran usado sin tender. El piso estaba lleno de paquetes de cigarrillos, zapatos y medias, desordenadamente, por todos lados.

-¿Cómo permitiste que pasara esto? –preguntó Angel a su mama que estaba detrás de él

-De eso precisamente hablábamos antes de que llegaras. Le decía a Miguel que limpiara esta pocilga antes que llegaras porque si no lo ibas a matar

-Estoy usando toda mi fuerza de voluntad para no hacerlo. ¿Cómo demonios voy a abrir el baúl si me da asco entrar en mi cuarto?

-Yo te ayudo…

-No. Voy solo. No quiero que nadie vea esto.

Entró durante cinco minutos y salió tosiendo por el olor a cigarros que estaba en cada rincón del cuarto.

-Listo. Oye, madre, me voy. Casi son las siete y Víctor esta a punto de salir de clases.

-Antes de irte, ¿me dices como esta Andrés? Su mama me lo pregunta algunas veces. Cree que yo hablo contigo todos los días. Andrés si en desagradecido, al menos tu me llamas y me visitas, muy de vez en cuando, pero lo haces. Él, sin embargo, ni una palabra a Marta.

-Dile a Marta que Andrés está bien –le dijo Angel mientras iban a la sala.- Tan vago en la casa, antisocial, desnutrido, desagradable, fastidioso, manipulador y malasangre como siempre. Normal pues.

-Mañana se lo digo. Chao Angel –se despidió su mama mirándolo apesadumbrada.- Ya nos llamaremos luego –y lo abrazo muy fuerte.

Duro un par de minutos despidiéndose de su hermana y mama. Su hermano lo ignoro todo el rato y sus primos no le dirigieron la palabra aunque si lo miraban de vez en cuando. Antes de irse, se fue al cuarto de mama, vio dormido profundamente al bebe y le dio un beso en la frente, susurrándole “Te amo, sigue siendo tan terrible e inquieto como siempre y así sabré que estas bien. Siempre estaré vigilándote” y se fue definitivamente. Faltaban un cuarto de hora para que Víctor saliera y no quería llegar tarde.

Dos semanas desde que visito a su mama Angel estaba menos estresado. Por una parte, sus dos parciales los presentó sin ningún problema. Ese lunes siguiente a la visita, estudio con sus compañeros durante dos horas antes de que todos fueran llamados para presentar el examen teórico en el auditorio y después de una hora y medio el examen práctico y dos días después de ese, presentaron otro parcial sobre todas las clases de tejidos en el cuerpo y también repasaron dos horas antes hasta que llego la hora de presentar. También ayudo mucho que se comprara el otro carro para más comodidad. Andrés y Víctor se turnaban para llevarlo a la facultad y ninguno se quejaba (casi) de que Angel no quisiera irse el solo a clases.

-El próximo año escolar pido puesto de estacionamiento –les decía cada vez que se lo mencionaban.- Solo los dan una vez al año y es cuando comienzan las clases. Además –añadía- disfruto la compañía de gente agradable mientras recorremos los caminos llenos de huecos, otros conductores que no saben manejar, motorizados hijos de puta que salen Dios sabe de dónde y transportistas que quieren tomar todas las vías de transito en busca de pasajeros –hizo una mueca de desagrado.

-Lo que digas… deja de pedir tantas disculpas. No me molesta, en serio –le respondía Andrés con profundo fastidio cuando era su turno de llevarlo.

-Yo también disfruto de tu compañía Raba –respondía Víctor cuando era él quien lo llevaba.

El caso era que, pasado un tiempo, Angel se dio cuenta que sus sesiones de sexo se estaban limitando a una cada mucho tiempo y eso lo estaba volviendo loco. Además, sus avances con Alejandro no progresaban a la velocidad que debía. Se estaba planteando muy en serio tomar medidas en ese punto, pero como siempre debía planear bien sus movimientos.

-Eso te pasa por no hacer que terminaras con la zorra de su novia cuando tenias la oportunidad –le dijo Andrés cuando se lo menciono, mientras estaban acostados en la cama de este viendo un capitulo de Accel Word .- Te pasa por caprichoso

-Tú también vas a salir ganando –le dijo Angel mirándolo

-Yo no te he pedido nada Angel –le respondió Andrés sin dejar de mirar la pantalla encogiéndose de hombros.- ¿Por qué no le pides ayuda a Víctor con eso?

-Víctor tiene novia y le es sumamente fiel, tú sabes eso –le dijo Angel.- Oye, sigo sin entender esa mierda. ¿Cuál es el mundo real y cual el digital? –pregunto viendo la pantalla un segundo y luego viéndolo a él otra vez

-Deja de preguntarme cosas y concéntrate. No pienses en el llorón y ve la pantalla, idiota –dijo Andrés puso su mano sobre la cabeza de Angel y volteo su cara hacia el monitor.- ¡Ah! por cierto, te quiero contar algo insólito: ayer me invitaron a una fiesta y…

-Pendejos. Pierden su tiempo en eso. Pero que te inviten no es insólito, no es la primera vez que lo hacen y siempre dices que no.

-Lo insólito es que tengo pensado ir –Angel creyó que había escuchado mal

-¿QUIÉN ERES Y QUE HICISTE CON ANDRES? –grito señalándolo y moviéndose bruscamente en la cama hasta llegar a una esquina

-Vaya… esa es la reacción mas espontanea que veo en mi vida ¿la tenias preparada desde antes?–pregunto Andrés tocándose las orejas.-Y, por favor, no grites. Si te pones así de exagerado por algo tan trivial como que yo decida ir a una fiesta, no quiero ni imaginarte cuando te diga que…

-No hablemos de eso –le interrumpió Angel. Toda su atención estaba en Andrés. Escuchaba los diálogos en japonés del anime y lo prestaba ninguna atención- Eso no tiene importancia en este momento. Lo único que me interesa saber es porque no me contaste antes, eso de la fiesta.

-Lo acabo de recordar –se defendió Andrés con fastidio poniendo pause al capítulo. Angel era su mejor amigo y siempre compartían todo, pero había ciertas actitudes de niño malcriado que lo irritaban un poco y en este momento solo veía al niño malcriado de rodillas en su cama. Respiro profundo y continuo- Fíjate que no es tan importante. Planeo ir solo para verificar algo.

-¿Qué?

-Creo que le gusto a alguien, pero tú sabes que yo no noto mucho esas cosas. Si no fuera por lo que me explicaste hace mucho tiempo sobre algunos métodos de los homosexuales para conquistar, yo aun ignoraría que tenía a uno detrás de mí.

-Al grano –dijo Angel impaciente. El 99% de las veces, era él, el que contaba cosas de la universidad y Andrés siempre lo escuchaba. Esta vez era Andrés el centro de atención y eso no podía perdérselo por nada del mundo.- Cuenta… cuenta…

-Es una compañera que me ha tratado bien los últimos dos meses, pero como ya te dije, yo no diferencio el trato normal a el trato de alguien que le guste otra persona. Solo lo sospecho porque un compañero me lo dijo, sabes, el muchacho con quien me la paso en la universidad

-¿El que era drogadicto? Si, ya lo recuerdo. Sigue

-Un momento coño, yo no soy como tú. Yo hablo lento y pausado. Bueno, si, él. Me lo dijo hace como dos semanas, pero yo pensé que estaba de broma, pero después de eso, empecé a percibir que el trato de esa muchacha era muy apegado hacia mí. Siempre me pregunta como estoy, si entendí algo que explico el profesor. Solo compartimos la clase de lingüística, pero siempre se sienta cerca de mí o me guarda un puesto si llego tarde…

-Es oficial: le gustas a esa zorra

-… y bueno, ayer me invito a una fiesta con un grupo de amigos. Yo le dije que sí. Pero quiero evitarme algunas cosas, como ser el chofer de un montón de personas que no tolero y que me parecen muy inmaduros, así que le dije que mi compañero de casa me llevaría a la fiesta y me traería de vuelta. Yo creo que ella quiere que pase algo en esa fiesta.

-Pero si vas, solo confirmaras sus deseos. Bueno, tratándose de ti, eso es difícil, la verdad. ¿Cuándo es la fiesta? Lo pregunto para saber cuándo voy a ser de chofer.

-En unos días. Yo te aviso luego. Ahora por favor, ¿podemos seguir viendo Accel Word ?

-Sí, aunque no entiendo una mierda. Debería ver el primer capítulo.

-Después, yo quiero ver este.

-Entonces me voy a dormir y después veo aquel capitulo. De nada me vale ver este si no estoy entendiendo nada.

-Te advertí que no vieras este, pero como eres obsesivamente caprichoso, no me hiciste caso –se quejo Andrés negando con la cabeza.- Buenas noches

-Buenas noches –respondió Angel y cerró la puerta. Camino el pasillo y antes de entrar en su cuarto, abrió la puerta del cuarto de Víctor.- ¿Despierto? –pregunto en voz baja

-Si. Atareado con un puto proyecto ¿Qué pasa Raba?

-Solo quería saber si estaba despierto –dijo Angel abriendo la puerta pero sin entrar en la habitación.- Ya que vi que estás vivo, te deseo buenas noches. Me voy a dormir.

-¿Va a despertarse en la madrugada caballero? –pregunto Víctor.

-Siempre Vito

-Entonces hablamos cuando se despierte. ¿Hacemos un madrugonazo hoy Raba?

-Vale –respondió Angel bostezando y cerró la puerta.

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Cuando se abrió la puerta, Javier pensó, como siempre, que era alguien para rescatarlo, pero cuando entro el encapuchado, ese pensamiento se esfumo de su mente. Estaba, como de costumbre, encadenado por el tobillo y metido en la jaula. Aun le dolían un poco los latigazos de la última vez aunque ya estaban casi curados, sentía la molestia de las cicatrices en su espalda. Después de darle los latigazos, el encapucha no había hecho nada mas, lo cual era un alivio. Pero Javier sabía muy bien que eso no duraría mucho y el encapuchado se lo confirmo cuando hablo.

-Como ya estas totalmente curado, creo que es hora de recordarte que no estás de vacaciones en un lindo spa de algún hotel lujoso del mundo -le dijo con una voz sumamente calmada.- No, nada de eso, tu estas en una habitación oscura y llena de instrumentos de tortura que serán usados en tu cuerpo. –abrió la jaula y le dio la bandeja con una pedazo de pan y un vaso de agua.- Que no te engañe el hecho de cuidarte las heridas de tu espalda. Solo lo hice para que no murieras tan rápido. Aun no encuentro otro juguete para divertirme.

-Aun no me dices quien eres –le dijo Javier comiendo rápido y tomando toda el agua de golpe. Siempre estaba sediento y solo le daban un vaso con agua al día – ni la razón de porque estoy aquí.

-Claro que si –el encapuchado hablaba muy clamado, como si esa conversación fuera con un gran amigo y hablaran sobre el clima.- El primer día que estuviste aquí te lo dije: estas aquí por un ajustes de cuentas. Esto es una pequeña venganza que llevo planeando más de diez años. Pero todavía no te puedo decir quién soy. Como te lo dije aquella vez, te diré mi identidad el día que decida matarte. ¡Vamos levántate! No tengo todo el día.

Lo llevo a empujones a la hamaca y lo amarro a ella en la misma posición de siempre. Luego, busco en su armario y decidió que hacer. Tomo un dildo de mucho grosor, pero de un diámetro pequeño con una ligera desviación para estimular la próstata, y lo embadurno de lubricante. Se acerco y se lo metió de golpe.

Javier solo cerró los ojos fuertemente y respiro profundo. Ya se esperaba algo así. Sentía su ano abierto y por más que pujaba el dildo no salía, pero también sentía un ligero cosquilleo en su interior. Cuando el encapuchado encendió el dilo y empezó a vibrar dentro de él, Javier dio un bote y empezó a moverse incomodo en la hamaca. Ese ligero cosquilleo se hacía más fuerte y no pudo evitar soltar un gemido.

-Te presento el punto G masculino: la próstata –le explico el encapuchado. Javier apenas escuchaba. Ya lo que sentía era placer y se avergonzaba mucho de eso.- No importa si eres el más macho del mundo, si te estimulan ese punto, gimes y sollozas como una perra. Mira, tengo razón

Y entonces Javier se dio cuenta: tenía una erección de campeonato

-¿Cu… cuan… cuando p.. passsso e… eso? –el placer no lo dejaba hablar bien

-Desde el momento en que tu próstata empezó a ser estimulada –respondió el encapuchado.- Tu cuerpo está reaccionando al estimulo. Pero eso no es todo lo que pienso hacer –le puso una pinzas en lo pezones.- Hoy andarás entre la vadera del dolor y placer -y encendió el aparato al mínimo. Javier dio un salto como consecuencia del dolor y soltó un grito

-¡No por favor! ¡No hagas esto! ¡NO QUIERO SUFRIR MAS!

-Deja de gritar como una niña Javier… según recuerdo solo hacías eso para burlarte de las personas y definir sus defectos. Nunca pensé que un macho como tu gritara de esa manera –y encendió otro nivel para la electricidad

-¡NO! ¡PARA! ¡PARA POR FAVOR! –gritó con todas sus fuerzas.- ¡AYUDA! ¡AYUDENME!

-¿Aun pides ayuda? Eso me ofende y me ofende mucho –y encendió otro nivel.-¿tienes mucho tiempo aquí y aun tienes la esperanza de que te encuentren? –preguntó. Pero Javier no lo escuchaba, estaba gritando de dolor. Ya no sentía placer, solo sentía como era electrocutado.- Me hace pensar que no he hecho un buen trabajo contigo –dijo lamentándose.- Pero eso se puede solucionar –y encendió otro nivel

Esta vez, Javier sentía que estaba a punto de morir si el encapuchado no lo hubiera apagado.

-Tú eres un hijo de puta –le dijo con un hilo de voz. Aun tenía el dildo vibrándole en el culo

-Lo sé –respondió el otro tranquilamente. Le dio una patada en las bolas con muchísima fuerza y Javier grito incluso más que cuando lo electrocutaron. Se agitaba desesperado sostenido solo por las correas de la hamaca. En encapuchado rodeo a Javier y situándose en su cara, la tomo y le dijo: -si tienes otra vez un arrebato de rebeldía, te voy a cortar una de tus bolas –Javier estaba muy adolorido para asentir.- ¿Me entendiste? –pregunto sosteniendo su cabeza. Javier asintió asustado.- Esta patada solo fue una advertencia Javier, como castigo, te voy a dejar toda la noche en esta posición y con ese dildo vibrando dentro de ti-Javier lo miro horrorizado

-No… no… por favor… no… no lo hagas

-Claro que sí. Chao Javier. Que pases una excelente noche

Lo último que escucho el encapuchado antes de salir fue un grito de piedad por parte de Javier, pero… ¿Cómo podía darle piedad él a alguien que nunca la había tenido con él?

Hasta aquí este capítulo. Los invito, como siempre, a comentar y dar su opinión.

Feliz Fin de Año y Prospero Año Nuevo para todos.

Un saludo

Adriangel22