Una historia interesante 6

Un saludo a los que esperan este capitulo. Solo espero que lean y disfruten y ademas de comentar claro esta.

- Te estoy esperando –leyó en su celular

- Ya esto llegando –respondió

- Cuanto más tardes, más nervioso me pongo. No es fácil irme y dejar a mis papas. Mi mama aun esta en negación –se notaba mucho el tono de impaciencia.

- Llego en cinco minutos Víctor. Me da la impresión que olvidas como es el tráfico en esta ciudad. Debes avisarle al vigilante que me deje entrar para estacionar

- Ya hable con el bicho ese. Ese hijo de perra

-Mal hablado. Aun no entiendo como tienes novia.

-Ella no conoce esa faceta mía. Solo se la muestro a mi mejor amigo.

-¿Y quién es ese cabrón?

-Un tipo homosexual que me está haciendo esperar más de lo debido

-Eso es tu culpa. Se suponía que tú, idiota, me buscarías en la tarde. ¿Pero que me encuentro al despertar? Un mensaje tuyo diciéndome “Raba, cambio de planes, ven a buscarme a casa hoy”. Además, me retrase porque a mi profesora se le ocurrió hacer una pequeña reunión para hablar con el grupo de la actividad extramural, al final de la clase.

-Vieja de mierda. Avísame cuando llegues. ¡¡¡Apúrate!!!

Llegó unos diez minutos después. Guardó el carro y esperó por Víctor un rato. Físicamente, no estaba nada mal. Blanco, delgado, alto y bien proporcionado, su cabello, que formaba una cresta natural en su coronilla cuando estaba corto, era tan negro como sus ojos. Siempre se vestía de manera formal, pero relajada. Angel se llevó una sorpresa al encontrarlo en la entrada del edificio con maletas en maño

-Quería saludar a tus padres –se quejo, luego de chocar los puños

-Hola Raba ¿todo bien? –preguntó en ese tono juvenil que tanto le caracterizaba y sonriendo de forma dulce y juguetona. Se apoyó en la ventana del carro

-Hola Vito . Todo bien. Quería saludar a tus padres- repitió

-No Raba. Salieron hacer diligencias. Es por eso que te dije que me vinieras a buscar. A ellos les voy a dejar mi carro. Se los regalo.

-¿Es por eso que estabas apurado en que llegara? -Preguntó Angel cuando entraron al ascensor.

-Exacto. Ya me quiero ir–se fue a la parte trasera y metió las dos enormes maletas que traia.

-Haces parecer que es mi culpa –rezongó Angel

-Lo es Raba, lo es. Todo es tu culpa –respondió Víctor. Su tono no era de reproche, más bien estaba divirtiéndose mucho. Se subió de copiloto- ¿Hablaste con Andrés?

-Ya te lo dije; él no tiene problema con eso. Hoy te dice porque no quiso ese cuarto, ayer me lo prometió. No sé porque te preocupas tanto. Los tres somos dueños de esa casa.

-Esa casa es tuya Raba… -respondió Víctor.- ¿nos vamos?

-¿Solo dos maletas? –pregunto Angel sin entender- Se supone que tienes más ropa

-Equipaje ligero –respondió Víctor.- Aquí están todos los libros –señalo una de las maletas –y aquí esta parte de mi ropa –señalo la otra.- Pretendo visitarlos de vez en cuando y me fastidiaría mucho tener que traer y llevar mi ropa, así que dejo la mitad aquí –explico sonriendo.

-¿Solo con la mitad de tu ropa piensas pasar la vida?

-No, para nada. Aquí está mi plan: nos vamos de compras. Y tú me vas a acompañar

-Tenía pensado llegar temprano a casa y relajarme en la tina al menos una hora –dijo Angel ceñudo

-Lo haces después que lleguemos –dijo Víctor.- Escucha mi plan: llegamos a un bonito centro comercial, compro ropa nueva, almorzamos en un bonito restaurante y luego nos vamos a casa. ¿No te parece un buen plan?

-Desayune a las seis de la mañana y no comí nada mas después de eso. Es –miró su reloj- la una de la tarde. ¿Cómo pretendes que te acompañe a comprar ropa y después almorzar? ¡Tengo hambre!

-Almorzamos primero y después compramos, listo –dijo Víctor cuando Angel tomaba la vía que los llevaría al centro comercial. No necesito que Víctor le dijera cual, Angel lo sabía de sobra. El trayecto fue de media hora y durante ese tiempo ambos estaban callados. Al llegar y entrar al estacionamiento subterráneo, ambos buscaron un sitio para estacionar

-¡Ahí! –Grito Víctor señalando un sitio.- Apúrate, detrás de nosotros viene alguien más

Primero almorzaron en un restaurante un poco formal y luego pasaron el resto de la tarde de tienda en tienda buscando ropa para Víctor, incluso Angel se compró un par de zapatos deportivos nuevos, una sudadera, un par de camisas y ropa interior nueva. Víctor, en cambio, parecía que quería llevarse todas las tiendas. Entraba y se probaba todo lo que le gustaba, siguiendo la opinión de Angel de cómo le quedaba todo lo que se probaba.

Cuando llegaron a casa, ya casi estaba anocheciendo y ambos estaban un poco cansados y cargados con las maletas de Víctor y las cosas recién compradas.

-Compras como una mujer –se quejó Angel, abriendo la puerta como podía, cargando cuanta bolsa le permitían sus manos.- Ni siquiera yo, que me acerco más a una, compro de esta manera.

-Deja de quejarte Raba –respondió Víctor cargando sus dos maletas. –Esto es algo que no hacemos todos los días. Contara como una salida para pasar el rato. Igual mañana no tengo clases.

-Tú, idiota, yo mañana si tengo que ir a clases –respondió Angel subiendo las escaleras. Cuando llego al cuarto de Víctor, le tiro todo de golpe en la cama.- Suerte arreglando todo esto. Espera –dijo viendo una bolsa -esto es mío.

-Sabanas nuevas. Están muy perfumadas –comento Víctor aspirando con preocupación.- ¿Le diste la lista a tu tía? –Angel asintió.- ¿Andrés está ahí?

-Debería –respondió Angel antes de salir del cuarto. Se detuvo en la puerta y le dijo:- deja ya la angustia coño, él no te va a quitar este cuarto. Ya es tuyo. Deja le aviso que llegamos para cenar y que él te cuente porque cambio el cuarto, créeme, es la razón más absurda y estúpida del mundo, pero él actúa según sus gustos y yo se los respeto.

-Como debe ser –dijo Víctor haciendo gestos pomposos. Angel solo soltó una carcajada y salió del cuarto. Cuando llego a la primera puerta la abrió unos cinco centímetros y grito:

-¿Estas despierto?

-Si no fuera así, ese grito me hubiera despertado de seguro –respondió una voz desde dentro. Angel termino de abrir la puerta y vio a Andrés, como siempre, jugando en la PC.

-¿Cenas con nosotros?

-Dame un momento. Note que compraron algunas cosas –comentó Andrés.- ¿Me compraste algo?

-Realmente no –respondió Angel.

-Que tacaño eres –dijo Andrés levantándose.- A cenar. Tu tía nos hizo unos milanesas de pollo. Las de mañana debemos hacerla nosotros antes de ir a clases. Ya están en la nevera listas para cocerlas.

-¿Con hacerla “nosotros” te refieres a que “yo” las haga verdad? –preguntó Angel cuando bajaron las escaleras

-Exacto –respondió Andrés con total normalidad

-Me siento como un esclavo –dijo Angel negando con la cabeza y entraron en la cocina.- Le voy a mandar un mensaje a Víctor, esta casa es muy grande para subir y bajar a cada rato –y entre ambos, sacaron los tres platos de la nevera y lo metieron en el microondas uno por uno

-Hace tiempo que no lo veo –dijo Andrés cuando se sentaron.- No lo veo desde aquella reunión con Orlando.

-Ahí viene –dijo Angel en el preciso momento en que Víctor entraba en la cocina

-Hola Andrés, cuánto tiempo -saludo

-Hola –respondió este

-Escuche el nombre del viejo Orlando… ¿Qué pasa con él? –preguntó Víctor con curiosidad sentándose para comer.

-Andrés me comento que la última vez que estuvimos los tres juntos fue en aquella reunión con el señor Orlando –explicó Angel.

-Ah… cierto –dijo Víctor masticando.- ¿No fue hace seis meses cuando nos regalo el tanque ese que está estacionado afuera? –exageró Víctor refiriéndose al carro grande

-Si Víctor, no empiecen con eso otra vez –añadió Angel viéndolos.

-Claro que… sería más grande si Angel no se hubiera negado –dijo Andrés.- ¿Recuerdas la pataleta que le dio Víctor? –preguntó mirándolo con complicidad.

-Eso no fue… -intento defenderse Angel

-Sí, que feo –interrumpió Víctor.- “Por favor señor Orlando denos una más pequeña, esa es muy llamativa. Nos la intentaran robar al primer momento” –dijo Víctor imitando la voz de Angel perfectamente.

-¿Recuerdas cuando nos iba a dar la segunda? –Pregunto Andrés antes que Angel se defendiera.- “Señor Orlando esa tampoco, no debería darnos nada, ya nos ha ayudado lo suficiente. O al menos denos una menos llamativa” –Andrés también imito la voz de Angel perfectamente.- Angel, nosotros le salvamos la vida. Lo menos que podía hacer era agradecerlo ¿no?

-Como debe ser –dijo Víctor imitando una voz burocrática

-Si no los conociera diría que ambos planearon esto –dijo Angel con mala cara. Se levantó y puso sus trastes en el fregador.- Diría que sacaste el tema apropósito para fastidiarme –dijo mirando a Andrés.- Y tu –señalo a Víctor- como estas llegando hoy, te toca lavar la cena

-Mala suerte Víctor –susurro Andrés.

-Váyanse los dos a la mierda –dijo Angel como un niño malcriado. Andrés y Víctor solo se rieron de él –me voy dormir –y salió de la cocina dejándolos a ellos riendo.

-Qué fácil es hacer que pierda los papeles –dijo Andrés aun comiendo.- Odia que se burlen de él, le trae malos recuerdos. Aun no ha entendido que debe ser frio y sereno con las burlas. Eso no es correcto. Hace unos días le dije que suprime bien sus sentimientos, pero a veces su defensa falla estrepitosamente.

-¡Raba… no te molestes coño! –grito Víctor aun riendo.- Oye Andrés, él me comento que tú me explicarías hoy porque decidiste no utilizar ese cuarto tan bonito que ahora yo poseo

-Fácil: a la hora de una emergencia, mi puerta está más cerca de la escalera y podré salir primero de aquí sin que ninguno de ustedes me estorbe.

-¿Eso es todo? Por eso él me dijo que era una razón muy estúpida. Que paranoico eres, incluso más que él.

Y ambos siguieron hablando un rato mas hasta que terminaron la cena y cada uno se fue hacer lo suyo. Andrés a su cuarto a seguir jugando en línea y Víctor limpio los restos de la cena.

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Javier aun estaba encadenado a la jaula y tratando de agarrar el dildo que se le salió del culo hacia más de mediodía. La jaula estaba tan pequeña que, después de llorar por horas y sentirse como una basura, cuando recordó que tenia eso puesto ahí y pensó en quitárselo un rato y ponérselo cuando llegara ese maniaco pujo un poco y el dildo salió con tanta fuerza que se fue fuera de los barrotes de la jaula y no lo podía alcanzar. Si ese loco entraba y veía que no tenía nada puesto… ¡Debía ponérselo de nuevo!

Estaba tratando de agarrarlo cuando se abrió la puerta y su desesperación aumento exponencialmente. ¡Lo castigaría sin piedad por eso! Aun estaba tratando de agárralo cuando el tipo, después de cerrar la puerta le hablo:

-Ni siquiera intentes ponértelo de nuevo –le dijo con una voz cargada de ira, más de lo normal.- Se exactamente que hace doce horas que se te salió. Todo lo que ocurre en esta sala está grabado y yo reviso los videos antes de entrar aquí, solo para ver que hacen mis victimas mientras no estoy. Es divertido verles las caras de esperanza cuando se abre la puerta y piensan que vienen a salvarlos para luego ver el miedo reflejado cuando me ven a mí

Agarro el dildo y lo coloco en una mesa, luego abrió la jaula.

-Te advertí que no te lo sacaras –le dijo tomándolo de una pierna y arrastrándolo hacia unas cadenas que colgaban del techo –pero no hiciste caso. Es hora de un escarmiento para que veas que hablo en serio.- lo tomó por las muñecas y lo colocó en las cadenas. Apretó un botón que estaba en un tablero y Javier se elevo en el aire quedando a unos diez centímetros del suelo.- Javier, ¿recuerdas cuando eras niño y tus padres te mandaban a contar ovejas para dormir? Bueno, esta vez contaras los latigazos que te daré de esta manera: “un latigazo”, “dos latigazos”, “tres latigazos”, etc. ¿de acuerdo? –Javier no dijo nada.- No intentes dártelas de mudo porque sé que vas a gritar mucho esta noche.-le explicó mientras se ponía en posición. Dio el primer latigazo con muchísima fuerza y Javier soltó un grito desde el fondo de su garganta. Espero un momento y solo vio como Javier temblaba y sollozaba por el dolor.- Recuerda, tienes que contarlos –Javier no dijo nada

Dio un segundo latigazo aun con más fuerza y le rompió la piel dejando un rastro de sangre. Javier soltó un grito aun más fuerte que el primero

-Si no lo cuentas tú, los cuento yo entonces –y le dio el tercer latigazo- “tres latigazos”

Otro latigazo

-Cuatro latigazos

Otro latigazo

-Cinco latigazos

Otro latigazo

-Seis latigazos

Otro latigazo

-Siete latigazos

Otro latigazo

-Ocho latigazos

Otro latigazo

-Nueve latigazos

Javier recibió al menos unos cincuenta antes de que el encapuchado se aburriera de hacerlo. En la habitación solo se escuchaban los quejidos de dolor de Javier. El encapuchado se dio cuenta que algunas lágrimas se le salieron y se burló de eso de la manera más desagradable posible. Cada uno de los latigazos tenía la misma fuerza, aunque algunos aumentaron en intensidad de vez en cuando, pero ninguno fue más leve que el primero. Al final, la sangre de Javier escurría por todos lados

-Bueno, es todo por hoy. Voy a curarte esa heridas para que no mueras ni desangrado ni de una infección. No quiero tener que deshacerme de ti tan rápido. Estas a punto de desmayarte

Lo soltó de las cadenas y Javier cayó pesadamente al suelo, el dolor no lo dejaba moverse. Sintió como lo sujetaban y lo cambiaban de posición, luego sintió como lo encadenaban de nuevo, pero en los tobillos y muñecas al mismo tiempo. A pesar de estar semi inconsciente, le pareció que lo colocó sobre un tubo y lo encadenó de nuevo

-Te voy a curar las heridas y te voy a dejar amarrado en el potro hasta la próxima vez que llegue.

Durante la siguiente media hora, el encapuchado le limpio la sangre, le colocó alcohol directamente, lo cual le ardió mucho y soltó otro grito de dolor y luego le puso gasas con una crema fría que hizo que no le doliera tanto. Luego, para terminar, le puso unos vendajes

-Eso es todo por hoy, ya nos veremos después Javier –fue lo último que escucho antes de desmayarse, sintiendo una calma que hacía mucho tiempo no podía sentir. Daba mucha lástima verlo así, pero el encapuchado no sintió remordimiento por lo que acababa de hacer

Salió y cerró la puerta dejando todo tan oscuro como antes.

Bueno, hasta aquí este capítulo. Ahora que ya está el tercer personaje principal en escena, quiero que me den una opinión de Angel, Andrés y Víctor para saber si la historia tiene el camino que debería.

Otra cosa, ahora que ya publique toda una semana en la vida de estos chicos, los periodos de tiempo entre un capitulo y otro serán más largos dependiendo de los acontecimientos.

Un saludo

Adriangel22

P.D.: ya que este capítulo debió ser publicado la semana pasada y debido a que no lo hice por unas evaluaciones que fueron lunes y miércoles, obviamente no pude hacerlo. Eso quiere decir que aun me faltaría publicar otro esta semana, o al menos antes de que termine esta.