Una historia interesante 3

Disculpen el retraso. En mi defensa, me toco hacer tramites burcraticos todo el fin de semana. Pero aqui esta el tercer capitulo re-enviado. Esperon lo disfruten

-6:00 AM ¡Despierta! –gritó Angel tocando la puerta

-Ya estoy despierto coño –dijo Andrés abriendo la puerta y mirándolo con mala cara.- ¿Qué tienes tu en contra del sueño ajeno? –preguntó.- Además tengo clases de 10 a 12, dos de mis profesores no van hoy.

-No te quejes tanto. Yo estoy despierto desde las 12 y no me quejo.

-Porque te da la gana. No entiendo por qué haces eso

-Para que me rinda el tiempo. ¿De 10 a 12 dices?-pregunto Angel-parece que hoy me toca manejar. ¿Quieres el grande o el pequeño?

-El pequeño. Tú necesitas el grande hoy.

-Ya hablaré con el guardia del estacionamiento de la escuela –dijo Angel.- Si le regalo un poquito de plata, tal vez me deje estacionar hoy –comentó pensativo.- Nos vemos después.

-Aja –respondió Andrés cerrando la puerta

Cuando subió en el carro, Angel se decidió a darle un buen regalo de cumpleaños a Andrés a ver si mejoraba su humor. Últimamente estaba un poco malhumorado y Angel sabía muy bien que lo animaría.

-Y si no mejora con eso, ni puta idea que puede mejorarlo –pensó Angel, un poco preocupado, tomando el camino de bajada de la residencia.

Después de un viaje lleno de insultos a los demás conductores por su forma de manejar, Angel llegó a su facultad media hora después. Al llegar a la entrada, llamó al guardia con la mano.

-Hola. Buen día. –Saludo- ¿Por casualidad podría guardar el carro aquí hoy? Debido a algunos sucesos, no me pudieron traer y me toco traer a mí el vehículo –explico utilizando un tono tímido que no sentía de nada.

-El problema es que los puestos están ocupados joven –le dijo el guardia.

-Mire, solo será hasta el medio día –explicó Angel fingiendo desesperación.-Solo eso

-¿Usted no es el que pasa siempre por aquí y nos da los buenos días? –preguntó el guardia de pronto

-Bueno, no siempre pasó por aquí, pero si doy los buenos días al que vea de turno –dijo Angel.- “Bingo” –pensó

-Bueno, creo que hay algunos puestos que no se usaran hoy –dijo el guardia revisando una libreta.- Podría usar uno de esos si solo es hasta el medio día

-Excelente. Mil gracias de verdad –dijo Angel

-No se preocupe joven –respondió el guardia.- Usted parece alguien muy confiable. Su sitio será el H-6. Está en el segundo piso.

-Dios bendiga los buenos modales –dijo Angel cuando se dirigía a su puesto –con esos consigues lo que sea. A ver –dijo mirando su reloj- son las 7:00. Aún es temprano. Hoy será un jueves muy divertido.

Los jueves en la mañana, la mitad de los alumnos de primer año debían asistir a un seminario en donde discutían los temas de una materia específica. Constaba de una evaluación escrita de treinta minutos de duración y una evaluación oral de cuatro horas de duración. Eso era, en la opinión de muchos, bastante agotador.

En la tarde, debían ver una de las materias más fastidiosas y pesadas de todas: Salud Publica o como Angel le llamaba: Ladilla Publica (*Aclaratoria del autor: en Venezuela,

ladilla

tiene el mismo significado que

fastidio

). Era una materia muy fastidiosa por todo su contenido teórico y además, sus profesores no ayudaban en que fuera más pasable, muchos eran personas que debían jubilarse por sus años. Todos los estudiantes estaban de acuerdo en que esa materia era una total pérdida de tiempo.

Pero, este jueves en particular solo entrarían al seminario. Al medio día Angel y Alejandro se iban a ir para deshacer esa relación.

Permaneció tanto tiempo pensando en cómo sería su día que, cuando se dio cuenta eran las 7:45. Rápidamente salió el carro y se dirigió al tercer piso de la escuela nueva para entrar en clase.

Al llegar, se encontró con otros estudiantes que hacían repasos de última hora sobre el tema que iban a evaluar ese día.

-¡Angel! –Escuchó la voz de Dani - Ayúdame con esto por favor –dijo mostrándole un párrafo de un libro.

-Buenos días Daniela –respondió Angel dándole un abrazo.-

-Cállate y ayúdame –susurro Daniela.- Y… buenos días Angel –ambos se soltaron- No entiendo esto de aquí. Ayúdame

-A ver entonces… -dijo Angel.- “Una molécula de sal biliar esa formada por un ácido biliar, como el ácido cólico y un catión asociado. Los ácidos biliares proceden del colesterol. La molécula de sal biliar tiene superficies hidrófobas e hidrófilas. Este carácter antipático permite a las sales biliares orientarse en una interface aceite-agua” ¿Cuál es tu duda?

-¿Cuándo están reaccionando con el agua, como se llama la estructura que forman? –Pregunto Daniela preocupada.- te juro que no recuerdo

-Micelas –respondió Angel.-Esa estructura la forman todas las moléculas antipáticas. Recuerda que es una esfera. La pared de afuera reacciona con el agua y así la de adentro está protegida.

-Micelas… ¡claro! –Exclamo golpeándose la frente.- Te juro que lo olvide.

-Tranquila, eso puede pasar mucho. Los nervios traicionan. Cambiando el tema drásticamente… ¿Has visto a los muchachos? –preguntó Angel mirando alrededor

-Sí. Carlos, Eduardo y Alejandro fueron a desayunar y Aníbal aun no llega. Se quedo dormido esta mañana y me dijo que no lo esperara, que se venía solo. Pero deben apurarse. Dentro de dos minutos empiezan a llamar –comentó Daniela mirando su reloj

-Hay vienen. Desde aquí escucho a Eduardo –comentó Angel empezando a reírse y miro hacia las escaleras

-… eso es mentira –se oyó decir

-Claro que no –dijo Carlos asomando su cabeza.- Yo mismo lo vi

-Ya por favor –dijo Alejandro que venía detrás de Carlos.- Concéntrense en lo que tenemos hoy.

-¿Acaso estos dos siempre estarán discutiendo? –Preguntó Daniela en voz baja.- Siempre es lo mismo

-Y es por esos que son buenos amigos –respondió Angel.- Ya nos van a llamar. Mira, se abrió la puerta

-A entrar bachilleres. Es hora. –habló un profesor moreno, con el cabello blanco

Todos los que estaban ahí se levantaron de repente para entrar por la reja e ir a sus salones respectivos.

-¿Crees que nos toque este en el seminario? –Pregunto Daniela sentándose en su puesto de siempre.- Yo siempre le he caído bien –saco lápiz y borrador y puso su bolso en sitio

-Ojalá que no –respondió respondió Angel haciendo lo mismo

-Este tipo siempre fastidia en los seminarios –comentó Alejandro

-Es todo un personaje. Me cae bastante mal –dijo Eduardo

-No se quejen tanto –dijo Carlos sentándose detrás de Angel.- Lo prefiero a él, que a la otra profesora.

-¿A cuál? ¿A la china? –Pregunto Eduardo.- Si lo pones así, yo también prefiero a este

-Yo también –dijeron a coro Angel, Daniela y Alejandro

-Danny ¿tu novio ya llego? –pregunto Eduardo con una sonrisa picara.- Yo no lo he visto hoy

-Aníbal no es mi novio –dijo Daniela.- Viene en camino. Al parecer se encontró con tráfico y por eso se retraso

-Él siempre se retrasa cuando no lo traes tu Dani –dijo Alejandro negando con la cabeza.- ¿Recuerdan lo tarde que llegó al parcial la semana pasada? Ya habían pasado 45 minutos y él llego como si nada. Debo preguntarle como respondió tan rápido.

-Bueno bachilleres es hora –dijo el profesor entrando al aula.- recojan todo, solo tenga a mano lápiz y borrador –empezó a repartir las hojas entre todos.- Recuerden que… -lo interrumpió un alumno que estaba detrás de la puerta tocando.

-¿Puedo pasar? ¿Aún hay tiempo? –pregunto Aníbal hiperventilando

-Bachiller Aníbal usted está llegando justo de tiempo –dijo el profesor de mala gana.- Tome asiento por favor.

-Gracias… gracias –y se apresuro a buscar puesto. Solo quedaba uno, al final de una fila.

-Bien… recuerden que solo tienen media hora para responder –explico mientras repartía los exámenes,- después se les retirara el examen. Si terminan antes de la hora, podrán salir un momento mientras sus compañeros terminan –le dio el último examen a Aníbal mirándolo con mala cara.- Ya pueden comenzar

-“A continuación se les presentan una serie de premisas. Responda, según su criterio si es verdadero o faso. De ser verdadero se marcara con la letra V, de ser falso se marcara con la letra F.” –leyó Angel en voz baja.- Esto será fácil -pensó

Después de media hora, y luego que todos estaban afuera, Daniela y Eduardo comentaban lo fácil que estuvo ese examen, Aníbal y Carlos hablaban de la razón del retraso de este y Angel y Alejandro hablaban en voz baja sobre lo que tenían pensado hacer en la tarde.

Cuando los llamaron a todos para comenzar la segunda parte del seminario, los chicos se lamentaban de tener que presentar el seminario oral con ese profesor.

-El profesor Guillermo es un verdadero fastidio –dijo Eduardo en voz baja cuando estaban entrando.- A ese tipo le encanta reprobar a todo el mundo. ¿Por qué coño no se va a joder a otro lado? ¿Acaso no tiene una esposa?

-Lo dudo. A ese tipo nadie debe soportarlo –dijo Alejandro sentándose

-Debe ser un viejo solo y amargado –dijo Aníbal y se sentó detrás de Daniela.- Lo más seguro es que nadie lo quiere y por eso se desquita con nosotros.

-Él está divorciado. Lo escuche por ahí por un alumno de cuarto –explico Carlos

-Tú siempre sabes de todo –dijo Eduardo mirando sorprendido.- Eres algo así como la “ Carlospedia

-A mi no me extraña nada que este divorciado –dijo Aníbal.- De seguro no lo soportaban

-Ya chicos. Eso es irrespetuoso –dijo Daniela mirando a los chicos con cara de asombro. Todos la miraron.- Aunque tal vez este solo, no debemos burlarnos de eso.

-Igual… ese tipo nos fastidia bastante –dijo Angel.- Yo solo espero que hoy sea diferente. No pienso soportar los comentarios que hace hacia nosotros.

-Bachilleres –dijo el profesor.- Primero que nada, quiero que escuchen lo que les voy a decir. Hoy quiero que sea un seminario diferente. Yo me voy a sentar aquí -señalo su escritorio- y ustedes me van a explicar todo lo que debemos hablar –los miro a todos.- Quiero traten de convencerme y para eso, lo que me expliquen debe tener lógica. Yo no estoy nada de acuerdo en el tipo de examen que hicieron hoy. Eso no motiva a los estudiantes a aprender. Lo único que hacen es responder con un 50% de probabilidades de acertar. Hasta un bebé puede responder un examen de ese tipo y aprobarlo.

-Hijo de puta –susurraron Alejandro, Eduardo y Aníbal al mismo tiempo

-¡Cállense! –dijo Daniela alarmada en voz baja.

-Idiotas –susurro Angel.- ¡Los pueden escuchar!

-Bien… empecemos con esto –dijo el profesor.- ¿Quién quiere empezar?

Varias manos se levantaron al mismo tiempo, incluida la de los muchachos. Durante las próximas 4 horas, el profesor Guillermo les hizo hablar de todo el tema en particular. Aníbal y Eduardo se equivocaron un par de veces, Daniela, Carlos y Angel contestaban lo mejor posible y Alejandro estaba tan desconcentrado que le llamaron la atención un par de veces. Al terminar, todos salieron hambrientos y malhumorados.

-Tengo hambre –dijo Eduardo.- Ese profesor está loco ¿Quién almuerza conmigo?

-Yo –dijeron Carlos, Daniela y Aníbal

-¿Y ustedes? –pregunto Eduardo viendo a Angel y Alejandro

-Tenemos algo que hacer y es posible que nos lleve toda la tarde –explicó Angel

-¿No van a entrar a Ladilla Publica? –Preguntó Eduardo alegre.- ¿Puedo ir con ustedes y faltar también?

-No. Es algo entre mi esposo y yo -dijo Alejandro pasando su brazo  derecho por los hombros de Angel.

Desde el día de la fiesta, ambos se hicieron tan amigos que, alguien que no los conociera, pensaría que eran pareja. Andaban juntos para todos lados, tratándose como novios. Incluso, un día una compañera de clases les pregunto si eran homosexuales y Alejandro, para seguir el juego y ante el asombro de todos los que escucharon, dijo que sí, que ellos eran esposos. La cara de sus compañeros era de asombro, susto, incomprensión y sorpresa total, hasta que Carlos, rojo como un tomate, por aguantar la risa, dijo que eso era mentira, que Alejandro solo estaban bromeando. Después de eso, Angel y Alejandro quedaron como esposos entre sus amigos y constantemente bromeaban con eso. Angel planeaba hacer eso realidad.

-Usen condón. No vaya ser que alguien quede embarazado aquí –dijo Carlos y todos empezaron a reír.-Aunque, tengo una duda –dijo fingiendo reflexionar.- ¿Quién es el hombre?-pregunto mirándolos y todos ahogaron una carcajada.

-Yo se los diré algún día –respondió Alejandro viendo que Angel estaba ahogado de tanto reír y no podía responder.

-Espero que les vaya bien chicos –dijo Daniela roja de tanto reír.- Nosotros entraremos a Pública y los ponemos en la lista, pero por ahora voy a comer. Me muero de hambre

-Nos vemos mañana chicos –dijo Angel un poco calmado, abrazando a Daniela.-Gracias, es por eso que me caes bien –le susurró en el oído. Daniela sintió un escalofrió

-Angel, Alejandro te está esperando –dijo Daniela ruborizada.-Tienes un olor penetrante y sexy –murmuro.

-Nah, no es eso. Lo que pasa es que tu estas enamorada de mi y por eso te parezco sexy –respondió Angel en voz baja mientras la dejaba libre.

-Bobo. Tú sabes que tengo novio –dijo Daniela

-Angel, respóndeme algo –dijo Aníbal de pronto.- ¿Tu estás enamorado de Alejandro o de Daniela?

-Esa es una pregunta muy personal. Pero no te preocupes, yo le soy fiel a mi esposo –respondió Angel.- Tú tienes el campo libre con Daniela –añadió

-¡Angel! –dijo Daniela.- Aníbal y yo solo somos amigos. Lo que pasa es que tenemos más confianza porque nos conocemos mucho antes-Aníbal estaba rojo, daba la impresión que él si sentía algo por Daniela.

-Solo fue un comentario –se disculpó Angel, dio un gran suspiro.-Bueno creo que tu –miró a Alejandro- y yo debemos irnos ya. Hasta luego muchachos –y les tendió la mano a cada uno. Alejandro hizo lo mismo antes que ambos bajaran al estacionamiento.

-¿Si sabes que Aníbal si le gusta Daniela verdad? –pregunto Alejandro cuando llegaron al carro.

-Uff… pero claro que sí. El tipo babea por ella, pero ella no se da cuenta de nada. Típica mujer.

-No sabía que tuvieras puesto de estacionamiento –comentó Alejandro mirando con extrañeza.

-Eso es porque no tengo-respondió Angel.- El tipo de la puerta me dejo estacionar hoy solo hasta el medio día y dentro de diez minutos es medio día.

-Tú me dijiste que odiabas manejar

-No lo odio. Es solo que en una ciudad como esta, me fastidia mucho hacerlo –respondió Angel prendiendo el motor.- Pero como Andrés está ocupado hoy y tú y tu novia vienen conmigo, no me quedo más opción que traer el carro. ¿A qué hora llega por cierto?-preguntó mirando su reloj

-Me mando un mensaje hace diez minutos diciendo que dentro de poco. Deja y la llamo –dijo marcando el numero. Espero unos segundos.- Hola Fanny, ¿Dónde vienes?

-…

-Pero me dijiste que venías cerca

-…

-Apúrate por favor. Te estamos esperando.

-Pon el altavoz-dijo Angel

-… no deberías gritarme –se escuchó una voz al otro lado del teléfono.

-No estoy gritando –dijo Alejandro molesto.- Pero debes entender que estamos esperándote y no llegas.

-Yo no te pedí que me esperaras. Ni siquiera sé por qué quieres ir a la casa de ese amigo tuyo. Además, sabes lo mal que me cae –Alejandro cerro fuertemente los ojos y le pidió perdón a Angel sin hacer ruido. Angel le hizo una seña como diciendo “no le pares bolas”.

-Ya te lo dije: pasamos a su casa a buscar algo que necesito para estudiar y después nos vamos –dijo Alejandro perdiendo la paciencia.

-¿Y donde vive él? Porque yo no pienso ir a un sitio desagradable –pregunto Estefanía con voz chillona. Angel solo miraba distraído por la ventana, como si esa conversación no le interesase.

-No debes preocuparte por eso –dijo Alejandro.- Él vive en una zona bonita. Por favor apúrate. Cuando llegues a la entrada del estacionamiento me mandas un mensaje –y colgó.

-Muy linda tu novia eh –comento Angel riendo.

-Te pido disculpas, de verdad, por lo que dijo –dijo Alejandro muy apenado.- Debes entender que cuando la conocí, ella era otro tipo de persona. Pero algo la hizo cambiar.

-Tú no debes pedirme nada. Fue ella la que dijo esas cosas –dijo Angel.- Aunque no me dijiste que yo le caigo mal –levantó una ceja

-Eso no vale la pena ni decirlo. Me lo dijo el día que los presente

-Pero ella me trata con tanto cariño. Ahora veo lo hipócrita que es –se lamentó Angel. Mientras estaba pensando “zorra de mierda”.

-Te repito: ella no era así cuando empezamos a salir –dijo Alejandro.- Desde hace un año es que se comporta así. No tengo ni idea que la hizo cambiar.

-Lo importante ahora es que debemos liberarte de esa mujer –dijo Angel- Esperemos a que llegue…

Durante la próxima media hora, ambos estuvieron hablando sobre las materias y como se preparaban para afrontar los próximos exámenes parciales. Cuando ya Angel comentaba que estaba tomando tiempo prestado del estacionamiento y decidieron salir para esperarla afuera, Alejandro recibió un mensaje de Estefanía diciendo que estaba en la entrada.

-¡Al fin! –Dijo Angel irónico prendiendo el carro.- ¿Por qué las mujeres siempre se hacen esperar?

-Todas están locas –comentó Alejandro,- pero aun así no podemos vivir sin ellas. ¡No me mires así! –Angel lo miraba como si hubiera soltado una muy mala palabra.

Cuando salieron de la escuela y despedirse del vigilante, cruzaron en una esquina y vieron a Estefanía en la entrada principal de la escuela. Angel bajo los seguros del carro y Estefanía abrió la puerta trasera.

-Hola amor –dijo besando a su novio.- Hola –saludo a Angel con cara de fastidio

-Hola Fanny –dijo Alejandro

-Hola –dijo Angel en tono cortante.

-Que carro tan bonito Angel –comento Estefanía- ¿Es tuyo?

-Lo comparto con un amigo –respondió Angel.- Es de ambos.

-¿Pero como puedes tener un carro así a tan corta edad? ¿Cuántos años tienes?

-Fanny… deja de preguntar tanto. Eso no le gusta a Angel –dijo Alejandro

-No importa Alejandro. Este carro fue una compra compartida así que fue menos caro y tengo 22 años.

-¡Aparentas menos! Yo diría que tienes unos 20 –dijo Estefanía con una voz chillona. A cada segundo, Angel quería ahorcarla

-Eso me han dicho –dijo Angel en tono seco.

-Fanny, déjalo manejar tranquilo –dijo Alejandro

-No seas fastidioso Ale –dijo Estefanía.- Angel puede manejar y hablar al mismo tiempo ¿verdad? –pregunto en tono meloso

-Sí, tranquilo “Ale” –dijo Angel. “Creo que alguien está tratando de buscar un nuevo novio. Zorra” pensó.

El camino a casa estuvo lleno de un interrogatorio exhaustivo sobre la vida de Angel, que este respondía con evasivas o con pocas palabras. Alejandro no entendía nada ese repentino interés de Estefanía sobre Angel. Cuando llegaron a casa, Estefanía hizo un gesto de asombro bastante exagerado.

-¿Ésta es tu casa Angel? –Dijo abriendo mucho los ojos.- Debe ser muy lindo vivir aquí. ¿Y vives solo? ¿Tú tienes novia? –preguntó fingiendo desinterés, como si la pregunta fuera hecha al azar. Alejandro hizo una mueca de total vergüenza.

-Vivo con un amigo, la casa es de ambos –respondió Angel estacionando el carro. Se dio cuenta que Andrés aún no llegaba- Y no, aún no tengo novia. No tengo tiempo para eso. Prefiero enfocarme en mis estudios.

-Ah… eso es muy bueno –respondió Estefanía mientras se bajaban,- digo, en lo de enfocarte en tus estudios

-Fanny, por dios, deja ya de preguntar tanto –susurro Alejandro para que Angel no escuchara.- A él no le gusta que le hagan tantas preguntas. No seas tan chismosa coño.

-Es solo curiosidad Ale –respondió Estefanía.- Antes me caía mal, pero ya me cae mejor –estaba mirando directamente a Angel- parece un buen chico

-¿Y de donde salió ese cambio de opinión?-pregunto Alejandro

-Todos podemos equivocarnos

-¿Entramos? -pregunto Angel, abriendo la puerta, que estaba disfrutando de toda esa situación.- ¿Quieren algo para beber? Hace mucho sol y supongo que están sedientos.

-Sí, gracias –respondió Estefanía mirando todo.- Bonita tu casa

-Si, por favor –respondió Alejandro sentándose en un mueble. Estefanía se sentó a su lado. Angel se fue a la cocina.

-¿Cómo es que tiene una casa así? –Pregunto Estefanía.- ¿Tú sabes? Después de todo, él es tu amigo.

-No sé y nunca me lo he preguntado –respondió Alejandro pensativo.

Mentía. Desde el primer día que piso esa casa, se hizo esa misma pregunta. Pero como estaba tan dolido por lo que le pasaba, no le prestó mucha atención hasta que Estefanía se lo recordó. ¿Cómo era posible que Angel fuera dueño de todo eso? Bien, compartía todo con Andrés, pero aun así no se explicaba como esos dos podían tener todo eso. A ninguno les conocía padres para deducir que fueron ellos quienes le compraron eso. No tenían ninguna foto de en la sala y nunca hablaban de sus vidas personales. Incluso con Andrés intercambio un par de palabras y casi siempre eran saludos por cortesía. Sentía que Andrés era aun más misterioso que Angel y la verdad se preguntaba como esos dos eran tan amigos si no se parecían en nada. Mientras Angel era sociable y amigable, Andrés era un poco asocial y medio malhumorado siempre, era poco hablador y las únicas veces que lo vio fue manejando el carro, ni siquiera aquel fin de semana lo vio mucho, siempre estaba en su cuarto y no hablaba con nadie, además, se llevó un buen susto la primera vez que lo vio. Estaba luchando con el dolor de cabeza por la resaca en la cocina, cuando lo vio entrar y lo saludo con un “buenos días” y una sonrisa un poco rara.

Mientras Alejandro pensaba en todo eso, Estefanía se preguntaba cómo podría tener todos esos lujos que poseía Angel, se estaba planteando muy seriamente terminar con Alejandro y luego seducir a su amigo. Pero primero debía probar si Angel le correspondería en sus sentimientos.

-Oye Ale, Angel tarda mucho ¿no? –preguntó levantándose.- Voy a ver porque se tarda

-Fanny, quédate aquí-respondió Alejandro, pero ella ya estaba camino a la cocina.

-Solo será un momento. Quédate aquí

-No puedo creer que seas tan indiscreta. Si te dice algo será tu problema, a mi no me digas nada después

-Él no me dirá nada, solo voy ayudarlo.

Mientras esto ocurría en la sala, en la cocina, Angel preparaba bebidas para los tres y pensaba en que tal vez deba cambiar los planes con Alejandro. Estefanía preguntaba mucho y ese interés no era nada normal, si pasaba lo que Angel se imaginaba, las cosas podrían cambiar de rumbo y eso debía aprovecharlo. De pronto sonó su celular. Tenía un WhatsApp de Andrés.

-Aún no llego ¿tu ya llegaste?

-Sí. Ambos están en la sala. ¿Cuánto te falta por llegar?

-No mucho. Ya estoy en camino. Llego tarde por una mierda que me retraso, luego te cuento

-Bueno, parece que para ambos las cosas cambiaron

-¿Cómo es eso?

-Creo que la zorrita esa quedo encantada con todo lo que tengo y estoy 90% seguro que intentara seducirme o al menos tratar de hacerlo

-¿Y qué piensas hacer si eso acurre?

-Por ahora solo cambiar mis planes. Hablare con Alejandro para que no termine con ella hoy. Ya me inventaré algo para convencerlo

-Tú eres gay Angel ¿Qué interés tienes en tener una posible relación con ella?

-Diversión. Tú sabes lo mucho que me gusta divertirme. Además, así podre probar lo que te comente aquella vez ¿Recuerdas?

-Tener una experiencia con una mujer… claro que recuerdo. ¿Pero elegirla a ella no es peligroso? Digo, ¿no afecta lo que quieres con el llorón?

-No si planeo bien las cosas. Siempre me podría quedar con él y tú con ella…

-Ni lo sueñes. Solo la usaría un mes antes de aburrirme.

-Por eso lo digo. Bueno, aun no hablemos de eso. Si lo que siento es verdad podremos hacer algunas cosas con esos dos. ¿Cuánto te falta para llegar?

-Una hora más o menos

-Tiempo suficiente para que esos dos se larguen.

Cuando terminaba de escribir el mensaje, Angel se dio cuenta que alguien venia hacia la cocina y, no se equivoco al pensar que era Estefanía.

-Vine a ver si necesitas ayuda –dijo acercándose mucho a Angel y hablando en un tono bajo

-Disculpa que me tarde, estaba hablando con alguien por mensaje y no me di cuenta que han pasado unos minutos –se disculpó Angel

-No importa. Después de todo esta es tu casa –dijo Estefanía mirándolo a los ojos. “Son negros, pero lindos” pensó “este será fácil”

-Tengo algo en los ojos -pregunto Angel fingiendo incomodidad y ruborizándose apropósito

-No, nada –dijo Estefanía con voz cantarina. “Se ruborizo, que lindo”

-Bueno… eh… vayamos a la sala que tu novio debe estar esperándonos –dijo Angel tomando una bandeja con una jarra de agua y tres vasos y saliendo de la cocina.

-Si… mi novio –susurro Estefanía siguiéndolo. “Esa relación está muy cerca de terminar” pensó.

-Disculpa mi tardanza Alejandro, me distraje mandando mensajes –se disculpo Angel y depositó la bandeja en una mesa.- Aquí tienen.

-Gracias. Angel, ¿Qué es eso que querías darme? –preguntó Alejandro para quedarse solo con Estefanía.

-Ahorita voy y lo busco –respondió, Alejandro lo miro con sorpresa.- pero primero me gustaría saber cómo se conocieron ustedes dos –dijo sentándose en frente de los dos.

Durante la siguiente media hora, Angel escucho, muy atentamente la historia de esos dos, hasta que Estefanía pidió permiso para ir al baño.

-El pasillo que lleva a la cocina, la primera puerta a la derecha –explico Angel. Cuando Estefanía entro al baño, Alejandro pregunto:

-¿Qué pasó Angel? Se supone que deberías dejarnos solos

-No termines con ella hoy –se apresuro a decir Angel.- Mientras estábamos en la cocina, me comento que sentía que tú estabas muy distante y que lamentaba mucho que eso ocurriese. –hablaba muy rápido- Sabía que era su culpa, aunque no me dijo la razón, supongo que no sabe que yo estoy enterado de lo que paso en octubre ¿verdad? –Alejandro negó con la cabeza.-Incluso me pregunto si yo sabía algo que te pudiera estar pasando. Te pregunto: ¿Estás seguro que te engañara de nuevo?

-No se… yo siento que sí, pero no consigo ninguna prueba

-Incluso me comento que tal vez debía terminar contigo solo para ver si tú aun la querías. Creo que tiene la intención de hacerte creer que terminara contigo a ver que le respondes. Te aconsejo que no termines con ella, al menos no aún.

-¿Seguro?

-Muy seguro. Dale un tiempo a ver qué pasa. Te aseguro que no te arrepentirás

-Bueno, si tú lo dices. Sabes que confió en ti. Entonces no vale la pena que estemos aquí. Cuando salga le diré que ya me diste lo que vine a buscar y nos vamos. ¿Nos puedes llevar a la estación de metro?

-Por supuesto –dijo Angel sonriendo

-¿En serio se creyó ese montón de sandeces? –Pregunto Andrés.- Que idiota -y empezó a reírse.- Además de llorón es idiota ¿Qué coño le vez a ese Angel?

Estaban ambos viendo anime, cuando Angel le contó lo que paso en la tarde y Andrés no pudo evitar reírse. Hacia dos horas que Alejandro y Estefanía se fueron. Cuando regreso, Angel se dio cuenta que Andrés ya estaba en casa.

-El caso es, que esa zorra se fijo en mí y puedo sacar partido de eso

-¿Qué tan seguro estas?

-Mucho. Se acerco así –puso la palma de su mano a centímetros de su rostro –de mí y me habló en un tonito bastante significativo.- Momento –dijo fijándose en la computadora,- ¿quiere decir que su hermana gemela también murió por la maldición? Eso explica un par de cosas.

-Más adelante, eso tendrá un significado, paciencia. Aun no has visto todas la muertes –explico Andrés.- Cambiando el tema, ¿compraste la cena? Tú dijiste que la comprarías cuando regresaras

-Sí, están en la cocina. Pero como el niño llego y se encerró en su cuarto y decide salir solo a comer, cagar y mear no se le ocurre que toda esta listo. Son la seis de la tarde, es muy temprano para comer. Cenemos a las ocho

-Pero tengo hambre –rezongo Andrés

-Bien, vemos este capítulo y cenamos –suspiró Angel.- ¿podríamos cenar en tu cuarto mientras vemos los capítulos que quedan? –aunque sabía muy bien esa respuesta.

-No. Nada de comer en mi cuarto

-Bien. Que delicadito eres. A veces te pasas, la verdad –se quejo Angel

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La habitación esta oscura. Encadenado al piso, estaba Javier Magallanes. Hacia unas horas que lo secuestraron y nadie le decía nada. Fue la cosa más extraña. Estaba saliendo de su trabajo cuando un tipo se le acerco y le puso un trapo en la nariz. Después de eso, solo recuerda que despertó en esa habitación, desnudo y encadenado.

Al fondo, una puerta se abrió y de ella emergió un tipo vestido de negro, con guantes y encapuchado.

-¿Quién eres tú? –Pregunto Javier -¿Por qué estoy aquí? ¿Qué quieres? ¿Mi familia sabe que me secuestraron? ¿Cuánto quieres?

-Esas son muchas preguntas –respondió el encapuchado bajando las escaleras.-En ese orden: no te interesa quien soy, al menos no por ahora. Estas aquí porque vas a morir, eventualmente. Quiero torturarte y divertirme contigo. Tu familia no sabe nada de tu secuestro. No quiero dinero, solo jugar contigo. Tú eres mi nuevo juguete. ¿Satisfecho con las respuestas? –preguntó

-¿Ma… matarme? –pregunto Javier. El miedo se le veía en los ojos- ¿Cómo que matarme? ¿Por qué?

-Por venganza, justicia, ajuste de cuentas, rencor, etc., etc.…-respondió el encapuchado.- Tu dirás las razones. Piensa lo que quieras. –mientras decía todo eso, se acercaba a Javier con una llave- Te voy a soltar, pero si intentas algo será peor para ti, así que mantente quietecito si no quieres sufrir por adelantado. –le advirtió

Mientras el encapuchado le quitaba la cadena, Javier se dio cuenta de algo: ¡dejo la puerta abierta! Si tan solo pudiera golpearlo y salir corriendo sería libre.

Cuando el encapuchado se agacho para quitarle el candado, Javier vio su oportunidad. Al quitar el candado y dejar el pie libre, Javier le dio un codazo en la espalda y salió corriendo. ¡Sería libre! Pero sus esperanzas no duraron mucho.

Al poner un pie en el primer escalón y tocar  el apoyo de las escaleras, Javier sintió como varios voltios entraron en su cuerpo al mismo tiempo. Se desplomo en el piso aullando de dolor.

-Te dije que si intentabas algo sentirías mucho dolor -dijo el encapuchado riendo-  ¿Por qué la gente nunca entiende instrucciones? –preguntó viéndolo a la cara- Golpeas como niña, creo que alguien tiene esos músculos de adorno –susurro en el odio de Javier.- ¿No pensarías que sería muy fácil o sí? ¡Por favor! –Pregunto levantándolo del suelo – ¿Cuánto pesas? ¿70-75 kilos?- lo depositó en una hamaca-Te voy a explicar que fue lo que paso: la escalera se electrifica cuando la puerta está abierta y como tú estas desnudo y un poco húmedo, eso fue una mala combinación para ti –lo miró a los ojos y le dijo- Entiende que tú nunca saldrás de aquí vivo. Saldrás cuando a mí me dé la gana o cuando encuentre otro juguete: lo que ocurra primero.

Debido a la corriente, Javier estaba inmovilizado momentáneamente y no pudo hacer nada cuando el encapuchado lo amarro de pies y manos al techo. Lo único que podía hacer era ver, horrorizado, como el otro buscaba cosas en un armario.

-Tu condición no es permanente. Eventualmente podrás moverte. –le dijo desde el armario como si estuviera leyendo su mente.- No estoy leyendo tu mente. –Javier se sorprendió.- La conducta humana es muy predecible; en estos momentos debes estar pensando que soy una clase de psíquico. Nada más lejos de la realidad –seguía buscando dentro del armario.- ¿Sabes que muchas personas tienen los mismos pensamientos en situaciones similares? Si una personas es violada piensa “que se detenga por favor” “ya no más” “no acabes a dentro”, si es secuestrada piensa “¿Quién es? ¿Por qué yo? ¿Qué quiere?”, si está siendo asesinada empieza con eso de “si hubiera hecho esto, si hubiera hecho aquello” “debo decirle al vecino que yo mate a su perro, no puedo morir” -empezó a reírse- Nah, esa última la inventé yo –seguía buscando en el armario mientras explicaba todo esto.- en fin… todo eso es patético, realmente patético: nadie es original. El caso es que, por eso, se en que estas pensando. –empezó a rascarse la cabeza como pensando.- No se qué hacerte, se me ocurren unas mil formas de torturarte, pero debo preparar bien cómo hacerlo; no queremos que te mueras rápido ¿no?

Cuando se decidió que hacerle, el encapuchado se acerco con pinzas que puso en los pezones de Javier y una serie artefactos muy llamativos que coloco en el piso.

-Bien… empecemos –y encendió un aparato que descargo electricidad en el cuerpo de Javier que no pudo soportar un grito de agonía. –Veo que ya recuperaste el habla. Bien, tus gritos de dolor son buenos incentivos para mí.

Aquella fue una noche muy larga para Javier quien no podía creer que eso le estaba sucediendo. Tenía la esperanza de que lo encontraran en poco tiempo.

Hasta aquí este capítulo.

Lo sé, lo sé, muy largo y sin contenido sexual. En mi defensa puedo decir que fue un dolor de bolas escribirlo, pero era necesario hacerlo porque hay cosas en un futuro no muy lejano que dependen de los acontecimientos de este capítulo.

Los animo a comentar y dar su opinión.