Una historia interesante 17

Simples conversaciones. Nada sexual por ahora, pero recomiendo leerlo para enteder algunas eventos del pasado y del futuro...

-¡Pero que día tan largo y pesado! –exclamó Víctor –y bastante absurdo la verdad… -añadió antes de tomar un bocado de su atún.

La cena siempre era algo común entre ellos. Representaba uno de los pocos momentos en los que estaban juntos y comentaban y compartían sus vivencias y experiencias. Afortunadamente, Víctor pudo ir a la hora de la cena y ahí estaban los tres, disfrutando de una abundante cena y hablando a diestra y siniestra.

-Y aun no termina Vito –le respondió Ángel, dio un trago de jugo, trago y continúo:- luego de que esos policías se fueran, estaba yo tranquilamente estudiando en mi cuarto y de pronto… -dio un bocado.

-Ay por favor… continua idiota –se quejó Andrés.

-Oye… ¡que tengo hambre! –se defendió Ángel.

-Hace no menos de dos horas te comiste medio pastel… –le recordó Andrés.

-¿Y? eso no significa nada –replicó Ángel.- Bueno, estaba yo tranquilamente cuando llega mi tía y me dice que alguien me busca. Yo veo en mi computadora la cámara de la puerta y veo a los mocosos de mierda de esta mañana y decido ir a ver qué demonios querían.

-¿Tenían el perrito? –le pregunto Andrés.- Mira que… tú aun sientes algo de temor con los perros…

-No. Solo eran ellos, en apariencia –explico Ángel.- Cuando fui a verlos empezaron a insultarme de nuevo con algunas groserías que dos niños no deberían tener en su vocabulario –su tono era de descontento.- Yo, sin embargo solo los ignoré hasta que vi que venía un tipo alto. ¿A que no adivinan quien resulto ser el hermano mayor de uno de ellos?

-No me interesa –respondió Andrés con voz de aburrido.

-¿Quien? -Víctor si mostro algo de curiosidad.

-Vito… ¿recuerdas que hace unos meses yo estaba en tu habitación y estaba viendo una notificación de amistad de Facebook?

-Ni idea Raba –respondió Víctor. A Ángel no le sorprendió nada eso.

-Recuerdo que me dijiste “ese tipo me parece conocido” –insistió Ángel.- ¿No lo recuerdas? –Víctor negó con la cabeza.- ¿Nada? No me extraña… -Ángel negaba con la cabeza cargado de paciencia.- Pues resulta que mi compañero Arturo es mi vecino y yo no tenía idea… que desgracia.

-¿De verdad? ¿Tu amigo es el nieto de la vieja de mierda esa? –preguntó Víctor bastante sorprendido. Ángel les mostro una foto en su móvil.

-Es él –lo señalo ya que era una foto de los compañeros de clase de Ángel.

-Ah… ya recuerdo… si, lo he visto por aquí cuando ando trotando en los alrededores, pero no tenía idea de que estaba emparentado con la vieja esa –añadió Víctor con desagrado.

-El caso es… que casi se realizaba una pelea. Por un lado yo mismo quería dar algunos golpes –soltó una risita.- Pero él… él estaba furioso y también venía a dar unos golpes. Su hermano y su primo le dijeron que yo casi los atropello esta mañana ¡dijeron que los amenace de muerte! A quien amenace fue al perro… -añadió solo para que quedara claro.

-Te creemos… serias incapaz de matar a ningún niño –dijo Andrés.

-¿Y entonces, hablaron y que más…? –Víctor mostraba mucha curiosidad.

-Aclaramos todo, yo le dije que arrojaron piedras a la casa y ellos obviamente lo negaron –explico Ángel,- pero yo le mostré cierta grabación que tenía solamente para que estuviera seguro. Él se dio cuenta que mentían y regaño a ambos, me pidió disculpas, los envió a casa de malas maneras y nos quedamos hablando un rato comentando de lo raro que resulto todo al final. Primero lo del puesto de estacionamiento y ahora con lo de su familia.

-Ángel… -dijo Andrés de pronto- tú te has quejado de esa mujer con tus amigos, incluido él. Creo recordar que usaste palabras fuertes contra ella.

-Lo recuerdo… y él también… lo recordaba -Ángel hizo el mismo gesto de quien se dio cuenta que la cago fuerte.- Eso también lo aclaramos y… él mismo admitió que su abuela es algo insufrible y fastidiosa muchas veces. Pero quedamos de acuerdo en que no hablaríamos más de eso –Andrés lo miro sonriendo.- ¿Qué?

-Te gusta… -no era una pregunta.

-Claro… como amigo –Ángel se encogió de hombros.- Lo que pasa es que Arturo me atrae por su masculinidad, pero no pretendo tener nada sexual con él.

-Además Andrés… recuerda que le queda su Alejandrito –recordó Víctor con un tono infantil.

-Cierto… su Alejandrito… -Andrés uso un tono bastante burlón.

-Ustedes me bullean mucho… -dijo Ángel resignado.

-Pero aun así nos quieres –Víctor sonreía y los otros dos también comenzaron a reír.

Rieron por un rato más, comiendo y disfrutando, pero a decir verdad algunas risas mueren más rápido de lo debido. Ángel suspiro profundamente…

-Yo… estoy en riesgo de morir… -lo dijo con una voz susurrante y llena de preocupación. Los tres se quedaron callados un largo rato entendiendo lo que implicaba esa frase.

-Todo saldrá bien Ángel -dijo Andrés con mucha seriedad.- Seguramente encontraran a quien está secuestrando a tus antiguos compañeros de clases. Pero ten en cuenta que si estas en riesgo con un posible asesino, también estas en riesgo con la policía. No me extrañaría nada que estés bajo investigación.

-Exacto Raba. Es lógico pensar que deben tener un expediente tuyo –dijo Víctor con mucha seguridad en la voz.

-Eso también pensé yo –admitió Ángel.- Ustedes ya vieron lo que hablaban de mi cuando estaban esperando el agua. Soy uno de sus sospechosos y mi actitud no ayudó mucho. Pero no iba a fingir dolor ni tristeza por esa gente. Esos idiotas deben encontrar a quien sea que este secuestrando gente.

-Y cuando lo hagan verás que todo saldrá bien Raba –le animó Víctor.- Además, sabes defenderte muy bien y si vienen a secuestrarte, cuentas con nosotros para ayudarte –Víctor sonreía de oreja a oreja.

-Gracias chicos… muchas gracias… -dijo Ángel con algo de preocupación en su voz.- Hoy fue una día raro… esperemos que todo se solucione. Pero bueno… ¿y ustedes? ¿Qué tal ustedes?

-Pues, lo mismo. Cucarachas a mí alrededor. Nada nuevo.

-¿De verdad? ¿Solo eso?

-Si Ángel. A ver… llegue a mis clases, al medio día me encontré con Manuel, almorzamos y fuimos a la clase de la tarde que tenemos juntos. Al finalizar la clase me vine a casa tranquilamente. Lo único nuevo es que no fui a buscarte y me vine directamente acá. Eso fue todo.

-¿Y tu zorra enamorada? –pregunto Ángel antes de tomar un largo trago.

-Bien… supongo, la verdad no me interesa. Ya no se me acerca por nada del mundo. Incluso me mira con el miedo en sus facciones.

-¿Y tú? –Ángel miro a Víctor.

-Fue normal. Llegué, vi a mi novia, me encontré con mis amigos, fui a mis clases. Solo eso… -conto Víctor sin mucho entusiasmo.- Raba… yo soy muy poco hablador y mi vida no es nada interesante. Si tengo algo que contar no espero a que preguntes. Yo mismo te lo digo y listo. Además –añadió- es mejor escuchar.

-Eso es muy cierto… yo tampoco hablo mucho –agregó Andrés.

-Deberían hacerlo más a menudo… -comento Ángel.

-No vale la pena hablar de nada a mí alrededor –respondió Andrés,- solo tengo cucarachas y no creo que nadie esté interesado en ese tema –su semblante era de alguien lúgubre.

-Eres la alegría de la casa ¿lo sabes verdad? –bromeó Víctor.

-Tú no te quedas atrás –replicó Andrés.

-Yo sí sonrío, tú en cambio… eres más lúgubre –le dijo Víctor.- De hecho… tienes la personalidad que yo debería tener –concluyó mirando su tenedor con mucho interés.- Después de todo, se supone que los genios de computadoras deben ser antipáticos, callados, solitarios, asociales y un largo etcétera… -con agilidad, giro su tenedor y lo clavo en el atún que estaban comiendo tomando un trozo, lo subió a su boca y dio un enorme bocado.

-Algo así… o eso se piensa –Andrés escuchaba divertido lo que decía Víctor.- Pero supongo que no todos son así ¿verdad? Tú eres un ejemplo de ello…

-Exacto –respondió Víctor tranquilamente aun masticando. Miró a Ángel y comentó:- y él es otro ejemplo de que algunas cosas no son como se esperan.

-Sí, sí, sí, eso mismo… -Ángel replicó antes de que dijeran algo sobre él.- No somos estereotipos…

-Claro… ¿Cuándo nace un pasivo dominante? Eso es algo improbable –dijo Andrés.- Se supone que sean sumisos y serviles –y comenzó a reír.

-Qué manera de fastidiar… estaban tan tranquilos ahí los dos, hablando… pero no… tienen que meterme a mí –los miró con fastidio y se levantó.- Si me disculpan, me retiro. Debo ir a tener una conversación medio importante con mis compañeros.

-Que te diviertas –respondió Andrés sin mirarlo.- Entonces dime una cosa… tus padres, ¿donde están?

-Pues, ellos… -respondió Víctor pero Ángel no escuchó la respuesta pues salía de la cocina.

Tampoco le interesaba mucho escuchar eso pues sabía la respuesta. Los padres de Víctor estaban viajando por algún país de Europa. Subió la escaleras y camino el pasillo hasta su habitación.

-Este pasillo es largo –murmuró quejoso

- No tienes nada de qué quejarte, mucha gente quisiera una casa como esta – le replicó una voz en su cabeza.

- Que se jodan los demás – respondió una segunda voz.

Ángel resopló con cansancio al escuchar esas frases dentro de él. Su conciencia a veces era un fastidio, pero necesaria para la toma de decisiones importantes, muchas de las cuales eran trascendentales en su vida.

- Claro que tomas buenas decisiones, después de todo, nosotros te guiamos idiota – le respondió la segunda voz.

Ángel ignoró ese comentario.

Entró a su cuarto, se sentó en la cama y tomó su celular de la mesita de noche y miró la hora en él. Aun faltaba media hora para lo que se suponía era seria una conversación algo importante en el grupo.

El Grupo, como así se llamaban, fue hecho por Carlos ya que sería una forma rápida de comunicación entre ellos para no dejar nada pendiente. Constantemente se transmitían informaciones sobre cambios de horarios, los temas de los resúmenes que les tocara, y si alguno escuchaba algo importante dentro de la facultad, concerniente a cambios de lugares de las clases, se escribía en el grupo para que los otros lo supiesen. Muchas otras veces, era como tener una conversación en persona, pues hablaban sobre otros temas como el hecho de que Eduardo siempre llegaba tarde a alguna conversación, que Carlos no tenía mucho tiempo de estar hablando ahí o que Alejandro se quejara de ser delegado y deseaba el día en que ya se quitaría esa responsabilidad.

El Grupo era otra reunión normal entre ellos, aunque últimamente casi no hablaran (claro, eso para con muchos grupos de whatsapp, a veces se olvidan de hablar en él) ya que las responsabilidades se multiplicaban con el pasar de los días. Ángel se decidió a escribir saludando.

- El que este en el grupo diga “hola” :D –escribió y esperó a que alguno respondiera. Cinco minutos después Alejandro respondió

- Hola amiguito ¿no se supone que tenemos una especie de reunión? – escribió Alejandro

- Se supone que sí, pero estos imbéciles son muy impuntuales – le respondió Ángel sabiendo que eso traería a algunos.

- ¡Oye! Que yo estoy ocupado – se defendió Carlos.

- ¡Imbécil tu papá Ángel! Jajajajajaja… - escribió Aníbal.

- Lo sé… ese es bastante imbécil… ¿Cómo lo descubriste? XD – respondió  Ángel

- Ay que rata eres Ángel… jajajajajajajajaja…. –comentó Alejandro

-Aun faltan Eduardo y Dani –observó Carlos.

-No me digas… - respondió Aníbal y se noto la ironía.

-Deja la puta ironía Aníbal – le ordenó Alejandro

-¡Pero si solo estoy jugando coño! –se defendió él

-Pues… estos últimos días andas medio de mal humor :( :( - escribió Carlos

-La verdad es que si… andas como si te habrían dado la peor noticia del mundo – Ángel lanzó la carnada a ver si Aníbal picaba algo.

-No es eso… ¿saben? Las cosas están difíciles pues y nosotros no somos de piedra, tenemos sentimientos – se notaba el abatimiento en las palabras de Aníbal.

- Aymuchachos por favor… cálmese… no queremos una tonta discusión –Daniela entró a la conversación de pronto y sin aviso.

- No seas mal educada y saluda –escribió Alejandro

- No tienes modales… -le escribió a su vez Carlos

-¡SALUDA COÑO! –le escribió Ángel

- ¡No me traten mal! ;(

- Y…. hola idiotas…

- Ese “idiota esta de mas”

-¿Ángel para que nos llamaste? –quiso saber Alejandro

- ¿Carlos no te ha dicho nada? Carlos… -_- -escribió Ángel en respuesta

- La verdad no… Alejandro… se nos ocurrió que deberíamos incluir a Andrea y a Arturo a ambos grupos –explicó Carlos

- Y también añadirlos a las divisiones de los temas para resumir –le recordó Aníbal

- Yo no veo ningún problema en eso… -escribió Alejandro.

- Pero Carlos sí –le respondió Ángel.

- O.o ¿Por qué? –Alejandro no entendía.

- Que te lo explique él –le escribió Aníbal.

Y esperando la explicación de Carlos, les llego una notificación “Eduardo ha cambiado el icono de este grupo”.

- Este tarado estas aquí y no dice nada :/ - escribió Daniela.

- Te explico… sabemos que ellos son amigos y eso, pero no sabemos qué tan responsables son. Andrea puede que sí, pero fíjense, Arturo ha repetido varias veces y eso no es una muy buena impresión suya ¿no? No quiero parecer hipócrita ni nada, pero la verdad es la verdad –escribió Carlos

» Y si lo digo por acá es porque ya que ellos se añadieron al grupo, y pues siempre están cerca –se defendió Carlos.

-¡Hipócrita! Jajajajajajajaja –le escribió Eduardo bromeando

-¡No lo soy! ;(

-¿Llego tarde para la despellejada? –bromeó Eduardo

- Aquí nadie esta despellejando a nadie Eduardo D: -le escribió Daniela.

- Pues… Carlos sí… -le replico Eduardo.

- Bueno, dejando de lado a Eduardo, Carlos tiene algo de razón –admitió Alejandro

- Gracias

-¿Cómo podemos saber si serán responsables? –preguntó Alejandro

- Yo diría que podríamos darle la oportunidad –respondió Ángel .-“Imbéciles… no tienen verdadera confianza en la gente…” –pensó algo molesto

- Muy cierto… hablemos con ellos y listo. Mañana podría ser un buen día ¿no creen? –escribió Daniela.- Aquí hace falta otra chica.

- Por mi está bien –escribió Carlos.- Si me disculpan, me retiro. Tengo cosas que hacer

- Pero si recién llego… no pueden irse ;( ;( ;( ;( -replicó Eduardo.

- Jódete… eso te pasa por llegar tarde –le respondió Aníbal

- No pues… miren al súper puntual…

- Ay por favor… no sean niños –les regañó Daniela

- ¡Pero ni siquiera nos diste tiempo a discutir! –se quejó Eduardo.

-¿Para qué? Si luego no terminan y no dejan dormir a nadie

- ¿Función de vibración te recuerda algo Alejandro?

- Yo… a diferencia de ti debo trabajar y no puedo colocar el teléfono en vibración porque muchas veces me llaman… imbécil –le respondió Alejandro.

- Cuanto amor tenemos aquí… a veces somos bastante disfuncionales la verdad –comentó Ángel

- Mucho –afirmó Daniela

- Demasiado –escribió Aníbal

- Pero aun así nos queremos :) –respondió Eduardo y coloco una serie de corazones a su respuesta

- Gay –le respondieron Aníbal, Carlos, Alejandro y Daniela.

- jajajajajajajajajajajaja él tipo hablando de amor y todos le dicen gay –escribió Ángel riendo de verdad.

- Pero de que eso fue bastante homosexual, lo fue… XD -escribió Alejandro.

Eduardo colocó caritas tristes, caritas llorando y algunos corazones rotos.

-¡¡¡¡¡¡Ahómbrate!!!!!! –le escribió Alejandro

- Bueno, ya que dejaron de hablar, me voy. Tengo muchas cosas que hacer. Adiós –se despidió Aníbal

- Yo también. Adiós –se despidió Ángel y salió de la aplicación.

Durante la siguiente media hora, su celular vibraba cada vez que alguno escribía algo dentro del grupo (al parecer, algunos si se quedaron hablando) hasta que empezó a vibrar por una llamada entrante. Miró y vio quien era: su madre

-A que es para saber del auto –murmuró atendiendo.- Hola –la saludo.

- Hijo mío… que Dios te bendiga mi amor

-Dios no existe madre… es solo una invención de hace años para controlar a la gente

- No hables así… algún día entenderás que estas equivocado Ángel

-O tú lo harás –le replicó riendo con fuerza. Su madre también rio un poco.

- Ay no seas malo… yo quiero saludarte… aquí está Alfonso que me quita el móvil para hablar contigo, te lo voy a pasar…

- ¡PAPA! ¡PAPA! ¡PAPA! ¡PAPA! ¡PAPA! ¡PAPA! ¡PAPA! ¡PAPA! ¡PAPA! ¡PAPA! ¡PAPA! –escuchó al otro lado de la línea la inconfundible voz de su hermanito.

-¡Hola mi pequeño! –le saludo con muchísimo ánimos. Solo fue escucharlo y hasta su semblante le cambio. Una alegría creciente se apoderaba de su cuerpo. ¡¿Cómo estas bebe lindo?!

- ¡BIEN PAPA! ¡¿CUÁNDO NOS VEMOS?! ¡TE EXTRAÑO!

- Alfonso por Dios… no grites… él te escucha – escuchó que lo regañaba su mamá.

-¡NO ME IMPORTA MAMÁ…! ¡PAPA ESTA AHÍ…! ¡ESTA AHÍ!

-“Creo que debería llamarlo más a menudo” –pensó Ángel.- Dime lo que me quieres decir pequeño –le dijo con cariño en la voz.

-¡NO SE PAPA…!¡TE QUIERO…! ¡TE QUIERO MUCHO PAPA! ¡ESO TE QUERIA DECIR! –la voz sonaba tímida a pesar de lo alto que hablaba.

-Yo también mi pequeño –le respondió Ángel y un sentimiento de desasosiego lo invadió por un segundo. Al mudarse, la cosa mas difícil fue separarse de Alfonso.

-¡Te quiero papa! –bajo su tono pero aun así se notaba que hablaba alto.- ¡llévame un día anda!

-Claro bebe… un día de estos te llevo al cine…

-¡SIIIIIIIIIIIIIIIIIII! –Ángel tuvo que alejar el móvil de su oído. El entusiasmo de Alfonso era notorio para todos los que estaban ahí en la sala.

Escucho lo que parecían risas alrededor. Distinguió unas ocho voces en casa: eso era mucha gente para su gusto. Seguramente estaban los arrimados de los primos (dos), su hermano y su hermana (otros dos), su mamá y el hermanito (dos mas). Un total de seis voces… ¿Quiénes podrían ser las otras dos voces? Se quito la duda enseguida…

-Dejando de lado la inmensa cantidad de gente que vive ahí, ¿quién mas está contigo? –le preguntó a su mamá dos segundos antes de reconocer una de las voces: su tía, hermana de su madre.

- Bueno, tu tía esta aquí junto con la mujer de Miguel

-¿Y qué les causo tanta gracia? –preguntó imaginando la respuesta y ocasionándole cierta molestia.

- Alfonso… cuando le dijiste lo del cine soltó el teléfono de la alegría y salió corriendo del entusiasmo y ahí está… corriendo cual caballo desbocado. Aquí hay mucho ruido… iré a mi cuarto para hablar mejor contigo

Escucho (o más bien sintió) los pasos de su mamá por el pasillo hasta su cuarto.

- Bien… puedo hablar tranquila…

-Mentirosa… -bromeo Ángel.- Quieres decirme algo y no quieres que te escuchen y por eso aprovechaste la oportunidad… -Ángel reía por lo bajo.

-Que bien me conoces –hizo una pausa antes de hablar.- Quería saber la razón de porque aun el auto no ha regresado

-Bueno… las reparaciones son largas y complicadas mamá –respondió Ángel.

- No soy una idiota. Sospecho que ese auto esta reparado desde hace mucho tiempo pero tú no has dicho nada… ¿algo así como una especie de castigo?

-Demonios… -exclamo Ángel sorprendió. Esa era la verdad. Mateo le informó de la reparación del auto cuatro días después del choque. También le dijo que el otro auto también estaba completamente reparado.

- Hijo… mientras tú vas ya yo he venido ¿de dónde te crees que sacaste esa enorme inteligencia que tienes? ¿Del idiota de tu padre…? ¡Si claro!

-Lo sé… pero recuerda que es mitad y mitad…

- Por desgracia… lamentablemente tienes algunas características de tu padre, pero afortunadamente son pocas…

-Aunque hay un par de atributos del indeseable número 1 que la verdad me gustaría tener… -observo Ángel sabiendo la reacción de su mamá.

- Si… si, lo sé… quisieras tener los ojos verdes de él… pero no, tienes mis ojos cafés… te jodes hijo mío

-Si no hay más remedio Miriam…

-¡No me llames así! En fin… el auto…

Ángel respiro profundo antes de responderle.

-Bien, te lo voy a regresar. Pero con una condición

-Soy tu madre y no debes ponerme condiciones

-¿Quieres el auto de regreso o no?

-Bueno, bueno, a ver que quiere el señorito…

-No soy señorito y lo sabes…

-¿Me dirás tu condición o estaremos aquí con en una tonta discusión sobre tu castidad?

-Prohibido terminantemente que David lo use –le dijo Ángel con suficiente seriedad en la voz como para que su no dudara en que hablara en serio.

-Llegas tarde… ya le dije eso…

-Me imagino. El problema es que tus órdenes no se cumplen ya que las cambias a la velocidad del rayo –le replicó Ángel,- e incluso creo que el rayo es más lento que tu cambio de actitud… -añadió.

- Bueno, eso dices tú Ángel.

-Ya te lo dije. Si veo o me entero que David usa el auto, te lo quitaré permanentemente y no me va a importar si te molestas conmigo por años. Si no son capaces de cuidar lo que se les da, entonces no merecen nada

-¿Acaso yo sé conducir?

-Eres culpable indirectamente por no tener el carácter suficiente con ese idiota

-¿Tienes algo más que decir? –el tono de su voz sonaba dolido.

-Yo le enseñé a mi hermana a conducir. Que lo haga ella en lugar de David

- Claro general.

-No entiendo como no tienes carácter con él o con tus sobrinos

-¡Yo no soy tú! Entiéndelo de una vez Ángel… tus métodos son tuyos y los míos…

-Son fracasos mamá… ¡por Dios! Siempre dices ser una mujer fuerte, pero cuando se trata de tu familia eres bastante blanda y sabes que es verdad

- La misma discusión de siempre… no pienso perder mi tiempo en eso. ¿Cuándo quieres que tu hermana busque el auto?

-Mañana. Que vaya a la hora que pueda y se lo darán. En un rato llamo a mi amigo para informarle.

- Gracias… -el tono de su mamá era formal aunque no carente de cariño.

-Solo tengo una duda más… -Ángel vio la oportunidad y no quiso desaprovecharla.- ¿Tienes problemas con el dinero?

-¿Por qué piensas eso? –su mamá se puso a la defensiva

-Bueno… el hecho de que me llamaras el día de accidente para pagar una fianza que fácilmente tú pudiste pagar… por ejemplo.

Escucho claramente como ella respiraba profundamente.

- No Ángel. No fue por eso… a veces una se cansa de siempre ayudar a la familia y no recibir ni las gracias. Es… decepcionante que siempre cuenten contigo pero que nunca se pueda contar con ellos –se notaba la tristeza en su tono y las palabras.- Puedo decir que la vida de todos nosotros cambio cuando tu recibiste ese dinero, pero a veces el cambio no es para bien…

-Si te refieres a que se acercan por el dinero que podrían pesar que tienes (y que están en lo correcto ya que tu a veces dices mas detalles de los debido), bueno, eso es tu culpa Miriam

- No voy a discutir eso…

Como siempre, evadiendo algo –pensó Ángel

-…pero si te diré que tienes algo de razón…

-Joder, comenzaré a creer en Dios… me has dado la razón en algo

- Muchas veces la tienes, pero tu forma de hacer y decir las cosas no siempre son las correctas… y, solo para que sepas, yo fui yo quien te llamo. Mi hermana me insistió tanto en llamarte que al final me toco ceder. Para cuando quise decirte lo que quería hacer, ya era tarde

-Es curioso que digas eso… cuando yo llegué estaban ustedes dos metidas en una enorme discusión con un policía.

- Bueno, él nos insulto a nosotras, pero claro, eso no lo sabes ya que no preguntaste… asumiste otra cosa y con eso te bastó.

-Entonces… -le insistió Ángel para que continuara.

- No quise pagar nada… la verdad verme en una situación como esa era bastante vergonzosa y me hacía sentir mucha tristeza. Mi hijo un irresponsable que casi mata a una familia… aun sabiendo las razones, no fue fácil justificarlo. Él no tenía permiso de sacar el auto y mucho menos irse de fiesta.

-Entiendo –de nuevo estaba sorprendido. Era como si al fin su mamá estaba viendo lo que debía ver y no lo que su corazón de madre le hacía ver.

- No diré nada más… no quiero hablar de ese incidente Ángel. Por favor… -esa última suplica le hiso pensar en que era mejor no decir nada así que cambio de tema.

-Entonces… mañana a cualquier hora… yo aviso para que la esperen

- Gracias hijo –el tono algo lastimero le decía a Ángel que, probablemente, su mamá estaría llorando un poco.

-Por ti… lo que sea madre –le dijo Ángel tiernamente.

- Alfonso esta como loco tocando la puerta, quiere hablar de nuevo contigo

Hubo un momento de silencio roto solo por la estridente voz del niño

-¡PAPA! ¡YA SE LO QUE QUIERO VER…! ¿IREMOS AL CINE VERDAD? –le gritó el niño por el artefacto.

-Claro mi pequeño… claro que si

- BUENO… ENTONCES TE DIRE… QUIERO VER TODAS LAS PELICULAS JAJAJAJAJAJAJAJA ¡TODAS! ¿SI SE PUEDE VERDAD? –preguntó con voz inocente.

-Ya veremos pequeño, ya veremos –Ángel no podía evitar reírse.

-¡ENTONCES ADIOS PAPA! ¡TE QUIERO MUCHO! ¡MUCHO!

- Entonces… ¿Cuándo lo vienes a buscar? –le preguntó Miriam

-Pues, esta semana estoy algo ocupado –le respondió Ángel.- Yo diría que podría buscarlo el jueves de la próxima semana ¿te parece?

- Por mí no hay ningún problema. Será una larga semana… -se lamentó Miriam.- Bueno hijo, supongo que estarás muy ocupado. Me despido. Feliz noche. Te quiero. Salúdame a ese par de locos amigos tuyos.

-Adiós mamá. Saluda a Laura de mi parte. Los quiero –se despido a su vez Ángel.

-¿Solo a Laura? Ángel por favor… no puedes estar molesto con David toda la vida: es tu hermano –le recriminó Miriam

- Lo sé… pero por ahora quiero evitarlo lo más que pueda, al menos por ahora –se defendió Ángel.

Su mamá soltó lo que pudo percibir como un bufido.

- Tienes cuatro hermanos y no te hablas con la mitad de ellos. Eso es grave.

-No realmente –replico Ángel.- Además, mis hermanos de sangre son tus hijos. Solo los tuyos… -añadió haciendo mucho énfasis.

- Deberías tratar de hablar con él –le aconsejo su mamá. Ángel sabía que no se refería a David.- No importa lo que su madre le haya dicho de ti: ustedes son hermanos. Tienen un mismo padre.

-No discutiré esto –replico Ángel tajante.- Ese tipo, así como su padre, y su abuelo, dejaron de tener importancia para mí. Cuando yo era niño, muchas veces trate de acercarme y solo recibí desprecio y humillación. Tú lo sabes: lo viste con tus propios ojos

- Los tiempos cambian… la gente cambia hijo –le dijo su mamá.

-La gente no cambia mamá… no te engañes. Solo tus hijos son mis hermanos de sangre y a quienes quiero mucho. A pesar de lo que hagan y lo mal que se comporten…

- Hace dos años… -empezó a decir su mamá

-Hace dos años el indeseable número 1 se acerco a mi solo para pedirme un favor… tú lo sabes y yo lo sé.

- No puedo negar que tienes razón –suspiró profundamente.- Entonces, ya le diré a Laura que vaya mañana a buscar el auto. Adiós hijo, te amo.

-Yo también a ti mamá.

Y ambos colgaron la llamada.

Miriam dejo su móvil en la cama y reflexionó un poco acerca de lo que acababa de hablar.

¡Vaya que Ángel era terco como una mula! Esa manera de guardar rencor no era nada bueno para él. Siempre recordando… siempre despreciando a quienes le hicieron el más mínimo daño en el pasado. Miriam podía sentirse a salvo de su rencor (ya que era consciente de que ella misma había cometido algunos errores que afectaban directamente a Ángel) gracias a que él sentía mucho cariño hacia ella. Algo dicho por el mismo.

Salió de su habitación y se dirigió a la sala.

-Ya termine de hablar con él –les informo a todos ahí presente.

-¿Y dijo? –preguntó David sin despegar la mirada del computador.

-Que mañana estarán esperando a… -intento decir Miriam.

-¡Genial! Ya era hora de tenerlo de nuevo –comentó David interrumpiendo a su mamá.

-David… tienes terminantemente prohibido usar el auto bajo ninguna circunstancia –le recordó Miriam. El quitó la vista de la pantalla y la observó a ella.

-Me imagino que te dijo eso ¿verdad? –preguntó molesto.

-Yo ya te lo había dicho –le recordó Miriam. En la sala solo hablaban ellos dos. Los demás los observaban en absoluto silencio.

-¡Pero pensé que eso solo era porque estabas molesta! –gruñó David.- ¿Por qué aun estás molesta? ¡No fue para tanto! –Miriam lo miró incrédula.

-No seas cínico… sabes muy bien que ambos cometieron un gran error ese día –le dijo Miriam visiblemente molesta.- La decisión está tomada. Tú tienes prohibido si quiera tocar el auto. Laura lo irá a buscar y ella será quien me lleve al trabajo y me traiga a casa. Punto –añadió con autoridad y frialdad.

-¡Laura no sabe conducir!

-Claro que sé hacerlo –se defendió ella ofendida.

-¿Ah sí? ¿y cómo aprendiste? ¿Mirando videos? –le preguntó Miguel medio burlón. Ella lo miro con ganas de matarlo, pero solo respondió:

-Ángel me enseñó a conducir hace dos años.

-Bueno… está bien… lo que diga ese tipo –refunfuñó David. Pero mentía y Miriam lo sabía.

-Pues, espero que te lo tomes en serio. Ángel te manda a decir que si te ve o se entera que usas su auto, simplemente se lo lleva –le explicó Miriam.- Tú decides. Y te advierto; si Ángel me quita el auto por tu culpa, te voy a dar la paliza de tu vida –no era una advertencia, era una amenaza en toda regla.

Su voz sonaba lo bastante seria como para que nadie dudara de esa amenaza. Hasta el mismo David se asustó.

-Y otra cosa: mañana traes la factura de reparación de ambos autos –le dijo a Laura

-¿Para qué? –preguntó Miguel.

-¿No es obvio?: para que ustedes dos paguen por todo eso –le respondió Miriam. Las replicas y quejas no se hicieron esperar.

-Pero tía… -trató de decir Miguel

-¡Mamá! –gritó David

Ella los calló a ambos con un gesto de su mano.

-Ustedes van a pagar todo eso. No me interesa como lo hagan. Tu parte David, la pagaré yo, ya que tu eres un vago que no quiere hacer nada con su vida –le dijo en voz bien alta y bastante molesta.- Tú Miguel, ya que trabajas y tienes pocos gastos, fijaremos una cuota mensual que sea cómoda para ti.

-Es increíble que tu hijo sea tan tacaño hermana –rezongó Camila, su hermana.- Mira que cobrarte ese dinero. ¿Qué le cuesta ayudar a su familia?

-En primera, eso no tiene nada que ver –le respondió ella mirándola duramente.- Estos dos cometieron un error y no me parece justo que Ángel tenga que pagarlo solo por tener mucho dinero. En segunda, Ángel no me está cobrando. Yo misma lo estoy haciendo porque es lo correcto. Y en tercera, si bien David es su hermano y lo quiere, Ángel no considera a Miguel parte de su familia. Lo odia y todos lo sabemos. Si pago la fianza y la reparación fue más un favor hacia mí que otra cosa –los miró a todos desde su posición.

-Tu hijo es un desconsiderado Miriam… Miguel tiene muchos gastos con…

-Su mujer y su futuro hijo –atajo Miriam.- Solo eso. Aquí no paga alquiler, ni ninguno de los servicios básicos que tanto disfruta –le recordó Miriam. Miguel se movió en su asiento incómodamente. –Y si tanto te molesta hermana, podrías pagarlo por él ¿no? –añadió mirándola fijamente.

-Bueno… este… tú sabes… la situación esta difícil… -respondió nerviosamente Camila.

-Eso pensé –dijo Miriam sin que le extrañara esa reacción.- No pienso discutir más esto. Se le pagará hasta el último centavo y punto –y se fue a la cocina a terminar la cena. Nadie más refuto una palabra de Miriam en toda la noche. Cuando ella hablaba en serio, hablaba en serio…

A unos cuantos kilómetros de distancia, Ángel hablaba de nuevo por teléfono, pero esta vez con Mateo.

-…si, así mismo; mi hermana ira a buscarlo mañana.

- Bien… por mí no hay problema. Yo la estaré esperando.

-Ah y otra cosa, prepara el papeleo de rigor, ya sabes; presupuesto, facturas y esas cosas. Tengo la ligera impresión de que vas a necesitarlo.

-¿Para qué? No entiendo…

-Tu obedece Mateo –le dijo Ángel medio riendo.- Avísame mañana si mi hermana te pidió esos papeles.

- Bien. Todo arreglado. ¿Algo más?

-Más nada por ahora. Descansa –dijo Ángel amablemente.

-Tú también Angelito –se despidió Mateo con mucho cariño en la voz.

Colgó la llamada y observo la hora: 8:51 PM. Si bien no era muy temprano y tampoco muy tarde, pensó en que sería bueno dormir un rato para despertar bien en la madrugada y hacer los repasos para sus exámenes. Su plan de estudiar toda la tarde no resultó del todo bien debido a los sucesos ocurridos. Primero los policías, luego el incidente con Arturo, más tarde la llamada de su madre… joder… que tarde tan pesada. Mientras se apagaba su computador, fue a la cocina con su ropa de dormir, por un vaso de agua antes de dormir. Al llegar, vio que solo estaba encendida una pequeña luz de noche que se usaba a veces para iluminar el sitio. Víctor y Andrés ya habían terminado de cenar y dejar todo limpio y ordenado (incluso lo suyo). Sonrió por el gesto y fue a la encimera por un vaso limpio. Tomó agua de la llave del fregadero; no le gustaba mucho el agua fría. Un par de minutos después (y con una galleta en su boca) estaba en su habitación acostado a punto de dormir.

Bueno, hasta este capitulo. Espero lo hayan disfrutado.

Un saludo,

Adriangel22