Una historia interesante 14

No es bueno provocar a quien no conoces...

-¿Entonces... a qué hora vengo a buscarte? -me preguntó Angel mientras conducía el auto

-Cuando te haga una llamada, ese será el aviso para que vengas a buscarme

-Eso quiere decir que si me duermo, me despertaras -replicó él.

-Tú lo haces todas las mañanas conmigo y no me quejo.

-Claro que si, idiota -dijo Angel.- Además, la diferencia está en que yo lo hago porque debes ir a clases. Tú en cambio quieres que yo esté disponible para ti y no podre dormir -puso una cara de tristeza que habría conmovido al peor de los criminales, pero a mí no me conmovía.

-Pensé que tú odiabas dormir. Bueno, te estoy ayudando a que no duermas tanto. No te quejes -y le sonreí con sinceridad

-Ay... qué lindo... el tipo este me ayuda -me miro con los ojos entornados.- Ya la universidad me ayuda con eso. Gracias -añadió con ironía

-Técnicamente, me lo debes -dije haciéndome el interesante.

-¿Por qué?- preguntó apartando la mirada del camino para verme a la cara.

-Los ojos en el camino -le regañe. Él regreso la mirada.- La última vez que dormimos juntos (mierda, eso suena mal diga como lo diga), -él solo soltó una risita- me abrazaste estando dormido. Fue después de que te despertaste sonámbulo.

-Eso no me lo dijiste, que te abrace.

-Te lo quería reprochar cuando fuera necesario y necesitara un favor tuyo -le dije riendo.

-Si alguien te escucha, diría que tienes que recurrir a cosas como esas para que yo te haga un favor. ¿Si entiendes que te aprecio mucho y que haría cualquier cosa por ti, verdad?

-Lo sé. El "sentimiento" es recíproco. Sin embargo, debía sacarte en cara esa falta de respeto de tu parte -le dije aparentando estar levemente molesto. Él solo suspiró profundamente

-Te pido disculpas. Como comprenderás, yo estaba dormido -hizo énfasis en la última palabra- así que actué sin premeditación ni alevosía.

-Lo sé. Y es por eso que no te desperté de mala manera. Logré zafarme y listo. Aunque si tengo que decirte algo Angel...

-¿Qué?

-Es increíble lo caliente que estas mientras duermes. En serio... por un momento se me ocurrió la posibilidad de que tenías fiebre.

-Eso es algo de familia. Me viene por el lado materno. Cuando era niño y dormía con Miriam y mi abuela en la misma cama, eso era, pues un hervidero. Con mis hermanos también sucede. Cuando duermo con Alfonzo y él me abraza, yo, con todo el dolor de mi alma, lo aparto un poco. Ese niño es una pequeña hoguera en carne viva. David y Laura también se ponen calientes cuando duermen.

-¿No consideras que eso debería verlo un medico? -pregunté

-La verdad, no -se encogió de hombros.- Al dormir el cuerpo está realizando procesos metabólicos muy importantes y complejos. Supongo que de ahí viene la temperatura. No todos somos fríos como tú, recuérdalo. Aunque ahora que lo pienso, tal vez por eso te abrace. Tu frio muy cerca de mi... irresistible -y empezó a reír. Yo solo puse los ojos en blanco

-Entonces si fue con premeditación y alevosía –razoné

-No. Yo estaba dormido -respondió él muy tranquilo. Respiró profundo y preguntó:-¿Te conté algún secreto mientras estaba sonámbulo?

-Ya me extrañaba que no me preguntaras -dije.- No. Solo decías "quiero volar" -dije yo sabiendo lo que despertaría esa respuesta. Él abrió los ojos como platos.

-No puedo creerlo... -balbuceo.- En serio... no puedo creerlo. ¿Tan estresado estaba por lo del fin de semana que ni siquiera una sesión de sexo logro calmarme de todo?

-La relación con tu familia es complicada. No me extraña para nada que hayas caído en eso -el torció los labios.-Pero cálmate, no paso nada. Además, yo me sé todos tus secretos y viceversa. ¿Cuál es nuestro acuerdo?

-"Uno soporta la ira del otro y el contrario escucha los secretos dichos de forma inconsciente"- recitamos al mismo tiempo, como un juramento inquebrantable.

-A ese convenio le hace falta un saludo -dijo Angel sonriendo.

-¿Usamos el saludo Nazi? Sería divertido –pregunté

-No gracias. Yo no me llevo bien con el ideal de los Nazis. Hitler fue uno de los peores genocidas del mundo –dijo Angel con mala cara

-Tenía un ideal –respondí simplemente- y el poder para lograrlo: la purificación de la raza

-¡Mató a más de diecisiete millones de personas!

-¿Y? –me encogí de hombros. A ver a donde me lleva esta pequeña discusión…

-Mató… a mas… de… diecisiete… millones… de… personas –repitió Angel lentamente.- Solo por un tonto deseo de “purificación” de la raza. Una supuesta limpieza que diezmo poblaciones enteras Andrés, y solo lo hizo por ser un idiota. Un puto megalómano frustrado, eso es lo que es para mí tu querido Hitler.

-No. Te equivocas. Adolf Hitler era un visionario y simplemente llevó a cabo todo lo que se propuso. O casi todo…

-El tipo ese era un asesino –utilizó un tono de voz de alguien que trata de convencer a otro.- Eso no lo puedes negar. Genocida, diría yo…

-¿Y? –Pregunte de nuevo.- Hitler no fue el único. Hay peores que él, o mejores, depende del punto de vista. Solo en el siglo XX han existido unos cuantos y no hablemos a lo largo de la historia de la humanidad. A ver… -empecé a contar con los dedos:- Joseph Stalin, Mao Zedong, Hideki Tojo…

-Ése no mató a tanta gente… -murmuró

-Solo estuvo activo tres años, si hubiese estado más tiempo, te aseguro que mata al triple. Bien, continuando… Hideki Tojo, Leopoldo II…

-El nació en el siglo XIX –me interrumpió

-Pero murió en el XX –repliqué yo.- Bueno, Leopoldo II no fue tan malo.

-Claro… porque invadir países y matar a sus pobladores, no lo hace tan malo –dijo con ironía.

-Invadió el Congo y mató a un montón de negros. Eso no lo hace tan malo a mis ojos

-Racista –murmuró

-Gracias…

-Nazi… –murmuró poniendo los ojos en blanco

-Gracias… en fin, eso es solo por nombrar algunos. Si te digo todos los que se me, no terminamos hoy y se supone que voy a una fiesta

-Da igual. El matar a alguien no debería ser algo que se celebre. Yo justifico la muerte de dos formas: piedad o justicia. No me parece bien que vayan por ahí matando gente solo por placer y locura.

-Que la gente muera no es tan malo –él me miró significativamente.- Te explico: es una cuestión de espacio. ¿Te imaginas que seria del planeta ahora si la gente jamás muriera? La vida misma, eventualmente, seria insostenible. Los recursos se terminarían rápidamente. Las enfermedades azotarían a diestra y siniestra. La contaminación sería peor de lo que ya está ahora mismo. Además, a partir de la muerte, salen muchas cosas buenas.

-¿Cómo cuales? Y no me digas que el…

-El renacimiento –dije riendo

-Siempre usas ese ejemplo… a ver si cambias el repertorio eh…

-No. Ese es el mejor ejemplo. Luego de la Peste Negra en Europa, una mortandad bastante significativa en una enorme población, nació una época gloriosa para el arte… El Renacimiento

-Si quieres lloras –replicó riendo.- Además, estamos hablando de genocidios, no de una enfermedad causada por las ratas

-¿Y quién te dice que esa “enfermedad” no la causo el ser humano?

-Ahí viene el fatalista otra vez… está bien, digamos que la Peste Negra la causo alguien, eso me daría más la razón: mataron por poder, o bueno, por lo que sea. No tengo muchos conocimientos sobre esa época en particular –admitió profundamente avergonzado. Angel odiaba la ignorancia. -Y ya que se supone que seré médico en un futuro no muy lejano, eso es algo asi como un fallo ¿Verdad?

-Está bien que no lo sepas todo –dije para animarlo, pues, su semblante se ensombreció mucho.- Pero regresando al tema, hay algo que te quiero decir…

-¿Qué? –preguntó lacónico

-Somos animales Angel. Que el ser humano lo olvide no quiere decir que no sea cierto. Tienen una venda en los ojos que oculta esa verdad que nadie quiere admitir y que incluso algunos ven con horror: somos animales y nos comportamos como tal siguiendo eso de “la supervivencia del más fuerte”.

-En eso tienes toda la razón, sin embargo, no quiere decir que esté de acuerdo contigo. Algún día la humanidad se entenderá… creo

-No me hagas reír –y lo miré con una profunda lástima.- La humanidad se destruirá a sí misma. Ya lo veras…

-Yo soy realista, pero tú eres fatalista y eso es peor. No puedes andar esperando siempre lo peor.

-Lo dice el tipo que planea hasta su mínimo movimiento

-Yo hago eso para estar preparado…

-Lo haces porque esperas lo peor y te preparas para evitarlo –le interrumpí

-También eso. Pero me gusta esperar lo mejor, no se… es algo que tengo desde niño

-Ya no eres un niño…

-Me gustaría ser un niño de nuevo. Se tiene menos responsabilidades y eso es lo mejor. Crecer es solo la adición de responsabilidades a tu vida

-Y de mierda, mucha mierda…

-Eso también -suspiró profundamente-. Creo que hemos llegado -observé por la ventana del coche.

El sitio de la fiesta era un club ampliamente iluminado por fuera. Desde mi posición, podia escuchar la música amortiguada de adentro. La idea de un lugar con mucho ruido no me gusto nada.

-¿Este es el sitio? -pregunté algo molesto.-Esto no fue lo que me dijeron. Se suponía que era un lugar más tranquilo. No un club de mierda que coloca música estridente.

-Sabes... este lugar yo lo conozco -comentó Angel mirando el lugar detenidamente.-¡Este lugar le pertenece al hermano de Dani! -añadió sorprendido

-Que curiosa casualidad esa...

-Supongo que, ya que este sitio es muy juvenil, tendrá muchos universitarios como clientes -razonó mirando a su alrededor

-Posiblemente. Pero igual me molesta que sea tan llamativo -me queje algo irritado.- Manu me mintió -murmuré muy bajo

-¿Eh? ¿Que dijiste? No escuche eso ultimo

-Que mi "amigo" me dijo otra cosa -dije alto para que escuchara

-¿Hablas del drogadicto?

-Si. Bueno, lo llamaré y le diré que no podre venir -comenté sacando mi móvil del bolsillo.- No me gusta que me mientan y ese imbécil lo hizo

-Solo te dijo que era un sitio tranquilo...

-¿Eso te parece tranquilo? -pregunté señalando el lugar al mismo tiempo que Manu salia del mismo.- Oh mierda, ahí viene el carbón -"debi decirle a Angel que arrancara el coche en cuanto llegamos" -pensé mientras lo veía acercarse al auto. A mi lado escuché un gemido ahogado.- Así que te causa gracia eh...

-¡Muchísima! -y se le escapó una carcajada apoyando la frente al volante- Pero claro, cuando te des cuenta de todo, yo estaré meandome de la risa Andrés -y continuó riendo. Su cara estaba enrojecida y sus ojos fuertemente cerrados

-¿Que demonios quieres decir? -pero antes de que me respondiera, Manu llegaba a la ventanilla y me saludaba.

-¿Que hay? -dijo amistoso y mostrándome el puño.

-Todo bien -dije en un tono notoriamente forzado (Angel ahogó otra carcajada, pero no dejó de estar apoyado al volante con los ojos cerrados) y mirando a Manu. -Oye, este sitio no es muy tranquilo que digamos. Diría que es bien llamativo

-Es que al parecer hay una graduación y la celebración es grande. Pero te juro que es la primera vez que veo que esta tan lleno, la verdad... -se interrumpió al escuchar un gemido-hipido-tos que vino de mi lado.- Eh... ¿Se encuentra bien tu amigo? -pregunto señalándolo y mirándolo con extrañeza.

-Si tranquilo. Solo esta medio ahogado por reír mucho -dije mientras que quitaba el cinturón y entonces le dije: -voy en dos segundo Manu

-Te espero en la puerta. Debo decirle al tipo que vigila que tu vienes conmigo -y se fue a la entrada

-Bueno -dijo Angel quien ya no reía pero seguía aun muy rojo -supongo que debo despedirme. Estaré esperando tu llamada en casa -y estiró su mano para estrecharla con la mia.

-Te llamo entonces. Posiblemente más temprano de lo que creemos -estreche su mano y baje del coche. Mientras me acercaba a la puerta pude escuchar como se iba.

Normalmente y por instinto las personas siempre ven sobre su hombro al momento de despedirse, como un acto de confirmación solo para traer seguridad. Sin embargo, yo no miro atrás. Simplemente no me gusta.

Llegué a la entrada y un gorila de mas de dos metros de alto y al menos 100 kilos de músculos estaba de portero. ¿Por qué siempre hay ese tipo de personas en las entradas de discotecas? Si yo quisiera darle una paliza, estoy seguro de que sus músculos no le ayudarían en nada. Se puso a un lado para darme paso y yo seguí adelante sin saludarlo siquiera. Ni por ser mal educado, mas bien por ser perezoso.

Caminé por un pasillo corto algo iluminado con luces fluorescentes azules. "típico de las discotecas" pensé al llegar a una segunda puerta al final del pasillo. Ahí me encontré con otro gorila que según vi estaba hablando por una radio portátil, probablemente comunicándose con el gorila de la entrada.

-Un momento por favor -me dijo al acercarme.- Levanta los brazos -me ordenó en un tono muy autoritario

-¿Hay algún problema?- pregunté con frialdad, pero obedeciendo su orden

-Ninguno -respondió mientras palpaba sobre mi chaqueta de cuero.- Es que en este local no se permiten armas y a los que vienen aquí se les revisa antes de entrar -explicó mientras palpaba por mis pantalones.- Bien. Todo en orden. Ya puede entrar. Disculpe si lo incomodé. Solo sigo ordenes -dijo en un tono tan automático que yo estaba seguro de que eso debía decirlo siempre luego de palpar a la gente

-No se preocupe. Reglas son reglas -le dije en tono condescendiente- "reglas son reglas y tu eres un pobre empleado de mierda que debe seguirlas. Cabrón. Con lo que odio que me toquen."

Al entrar al recinto lo primero que noté fue lo evidente: la música estaba a un nivel estridente. Mierda. Definitivamente, Manu me engaño. Infeliz...

Una mano toco por encima de mi hombro y estuve a punto de golpear al dueño debido a la sorpresa, pero me di cuenta que era Manu. Aunque, la verdad quería golpearlo por mentirme, no me pareció prudente hacerlo en ese momento. Solo le dije:

-¿En donde están los demás? -la música no dejo que ni yo mismo escuchará mis palabras

-¡¿QUE?! –gritó él. Pero no lo escuche. Supe lo que dijo ya que le leí los labios. Las música no dejaba escuchar nada.

-El grupo. ¿Donde están los demás? -grité algo molesto. Como vi que no me entendía, empece a gesticular señalando los alrededores. No se si el me entendió o se imaginó lo que le estaba preguntando, pero el caso es que me hizo una seña para que lo siguiera.

Empezamos a caminar, siempre paralelos a la pared para no perdernos entre el gentío hasta llegar a unas escaleras al fondo. Ascendimos unos tramos y noté como el sonido se amortiguó un poco. Al llegar a una enorme sala circular la música ya no se escuchaba.

El lugar era bastante curioso. Una cúpula central de vidrio permitía ver como la gente bailaba abajo mientras que, al rededor, un montón de mesitas estaban rodeando la cúpula y hacia las paredes, muebles mullidos en donde estaban personas sentadas tomando lo que obviamente era toda clase de licor.

-Sígueme - me dijo Manu mientras caminaba por un espacio moderado entre mas mesas y los muebles.- Como veras, aquí estaremos mas privados y si queremos bailar, simplemente bajamos y listo -sacó una cajetilla de cigarros y me ofreció.- ¿Fumas? -yo negué con la cabeza -una lástima -dijo riendo

-¿Sabes que eso es dañino verdad? -le pregunté caminando detrás suyo. Él solo se encogió de hombros -responde algo ¿Esta zona es de fumadores? Porque la verdad me desagradaría tener que fumar obligado por otro

-Tranquilo Andrés - dijo riendo - este es solo uno que me provocó de pronto. Que no soy un viciado con el cigarrillo eh...

-¿Quién más vino?

-Bueno, un montón de gente -respondió contando con los dedos-. Yo invité a casi toda la clase de nosotros y algunos de mi clase de Alemán II, pero no se a ciencia cierta cuantos vienen. Ya sabes que todos dicen que van a venir y al final, pues, terminan cambiando de opinión -se encogió de hombros.

-Te entiendo. Pero bueno, ellos se lo pierden

-Exacto. Ah, pero tu tranquilo. Tu enamorada ya esta aquí. Llegó hace más de una hora y ha preguntado por ti un par de veces -dijo con sonra

-No entiendo que quiere esa niña conmigo la verdad... -le dije. "todas las mujeres son unas zorras" pensé.

-Por lo que se, muchas mujeres buscan en los hombres seguridad. De muchos tipos creo –respondió Manuel.- En tu caso, podría ser seguridad financiera

-Entonces dices que me quiere por interés

-No. Ella no parece de esas. Al contrario

-¿Entonces qué me quieres decir? –pregunté algo curioso

-Solo digo que ella podría ver en ti algo más que el dinero. Pero quiero que entiendas que otras si podrían ver solo el dinero, la ropa y el flamante auto que llevas –comentó Manuel y no pude evitar notar cierto tono de envidia. Pero muy pequeño.

-No me digas que hay otras mujeres que me pretenden- “ genial, la posibilidad de tener otras zorras detrás de mi no me agrada nada

-No… que yo sepa –respondió Manuel

-¿Seguro? –pregunté con una marcada desconfianza. Pero él no respondió, solo se limitó a caminar hacia la mesa. Yo fui detrás de él

Efectivamente, al llegar vi a unos cuantos perdedores que, si bien conocía de vista, nunca había hablado con alguno en mi vida (tampoco es que me lamentara de eso). Entre ellos estaba ella. Solo la miré por unos segundos antes de poner mi atención (o fingía ponerla) en la mesa en donde estaban todos. Me senté en la silla y Manu empezó a presentármelos. La verdad, no tenía la mínima intención de aprenderme sus nombres, pero para no parecer tan maleducado, decidí hacer un truco que me mostros Angel cuando no quería conocer nombres: reconocerlos por alguna característica visible. Así, entonces conocí al señor Anillo En El Dedo, a la señora Olor a Puta, al Tipo Medio Borracho y así… un montón de imbéciles cuya compañía nunca pedí, pero que debía soportar por unas horas… o quizá no. Quizá en un rato llame a Angel para que me venga a buscar.

Pasado un rato, se acercó un camarero para preguntar si queríamos algo. Personalmente, no soy de beber licor sin saber de su procedencia, pero por esta vez, haría una excepción. Pedí un Ron y espere mientras hablaba con la zorra

-Muy animado todo ¿verdad? –comentó amablemente

-Bastante –respondí algo (muy) seco

-Bueno… si… animado… -balbuceaba como una idiota. Podría seguir observando esa patética y lamentable actuación, pero decidí hacer otra cosa. Solo para fastidiar…

-¿Te gustaría bailar? –le pregunté mirándola suavemente y suficientemente algo como para que me escucharan los que estaban a nuestro alrededor. Ella solo me miró sorprendida, como dudando que escucho bien.

-¿Có… cómo dijiste? –genial… además de idiota, sorda…

-¿Te gustaría bailar? –repetí acercándome a su odio y hablándole solo a ella, pero antes de que me hiciera otra pregunta idiota, la tome de su muñeca, con suficiente fuerza como para levantarla, pero no tanta para dañarla, y la levante de la silla. Camine rápido por el espacio entre las mesas y el domo hasta llegar a las escaleras y bajar por ellas.

Al llegar al piso inferior, lo primero que noté y me desagradó, fue el escuchar la música tan alto. Afortunadamente, era un estilo de música decente y bailable. No tendría que hacer pasos de tan sexuales, solo música normal. De esa que tomas a tu pareja de la cintura y la mueves de un lado a otro.

Llegamos a un espacio algo despejado, pero muy caluroso y, mirándola directamente a los ojos, la tomé con firmeza de la cintura. La música era lenta y llevadera y esta idiota era bastante buena bailando, un poco torpe, pero eso debía ser por los nervios.

-Bailas muy bien –me dijo. “ claro, halágame zorra

-Tú no lo haces nada mal querida –le dije acercándome al su oído

-Pues… pues… gracias –“ genial, de nuevo el gagueo. Tal vez deba hacer lo que vine hacer con ella

-Me enseño una persona muy especial – le dije mirándola bien, no quería perderme su cara cuando se lo dijera… “ vamos… pregunta quién fue

-¿ah sí? ¿Quién? –preguntó con curiosidad

-Mi novia –respondí lentamente y haciendo énfasis en el “mi” solo para que lo escuchara bien, pero en un tono de despreocupación, casi ausente, como el que se usa cuando das un comentario normal y no una noticia impactante, su reacción no se hizo esperar

-¿no-no-no-novia? –respondió con lagrimas agolpándose en sus ojos. Yo no deje de soltarla simulando que bailábamos. No quería que se fuera

-Sí, mi novia. Ahorita está en otro país, pero la amo mucho, no la dejaría por nada ni nadie . –listo, estoy seguro que ya está sufriendo y su corazón está roto. He logrado mi objetivo. Fue fácil… y aburrido

-Pero… yo pensé que… tú… y yo…-apenas y podía hablar

-¿Qué tu y yo qué? ¿Algo entre nosotros? No lo creo –le dije en un muy llamativo todo de condescendencia y lastima.- Nunca dejaré a mi novia por una niña llorona y fastidiosa como tu –sus lágrimas cayeron por sus mejillas – así que te pido por favor que dejes de acosarme, nunca existirá algo entre nosotros, así que te pido, déjame en paz –y la solté dejándola sola en medio de otras parejas bailando mientras ella lloraba. Subí rápidamente al piso superior y busque la mesa en donde estaba Manuel, tome la bebida que pedí y deje un billete en la mesa.

-¿Dónde está…? –me preguntó Manu

-Abajo, llorando un poco. Deberías ir a verla ya que tú si eres su amigo –di media vuelta y me encamine de nuevo a las escaleras. Necesitaba irme lo antes posible. Ya estaba aburrido y abrumado. Llegué a la puerta donde estaba el tipo que revisaba todo -¿de salida también revisas? –le pregunté irónico mientras salía hacia el pasillo entre las puertas.

Al casi llegar a la puerta, vi como el gorila de la entrada corría en dirección contraria a la mía. Seguramente paso algo. “Apresúrate… se desmayó en la pista de baile…” alcance a escuchar, cuando paso corriendo a mi lado, de la radio que llevaba en la mano. Cuando terminé de salir por la puerta, solo vi el banquillo donde el gorila debía estar sentado antes de entrar. Más nada se veía alrededor excepto unos contenedores de basura en la entrada de un callejón oscuro. Saque mi móvil y solo apreté una tecla. Dios bendiga el marcado rápido, muy útil para personas perezosas. Espere un momento mientras me atendía…

-Dime… –respondió Angel al otro lado de la línea

-Ven a buscarme por favor –fue lo único que le dije

-Diez minutos y estoy allá –me respondió antes de colgar

Solo pasaron dos minutos y la puerta se abrió con un gran estruendo. Pensé que era el gorila, pero no, era Manu

-¡Andrés! –Me gritó.- ¿Qué le hiciste? ¡Se desmayo en plena pista!

-Nada –me encogí de hombros- solo le dije que tenía novia y que no la dejaría por nada ni nadie. Esa es la verdad: tengo novia

-Nunca has hablado de ella –me recriminó el visiblemente molesto.- ¿Mientes verdad?

-No. Es solo que no tengo por qué hablar de mi vida privada a cualquier persona Manuel –mi respuesta le sorprendió mucho

-¿No preguntarás como está ella?

-No me interesa saberlo. Tengo cosas más importantes en mente ahora

-¡Eres un desgraciado! –gritó Manuel bastante molesto.

-Lo sé… respondí simplemente

-En un principio pensé que sería divertido ser tu amigo. “El chico apartado de todos y que no necesitaba de nadie”. Así te vimos muchos de nosotros, pero yo pensé que no eras así. Eres peor que eso…

-¿Y te sorprende eso? –le pregunté. El solo suspiró profundamente

-No tanto como debería –admitió Manuel.- Aun sabiendo esto, no siento que deba alejarme de ti.

-Esa será tu decisión. Por ahora solo me interesa esperar a quien me viene a buscar

-Está bien… yo entraré a ver que tal sigue ella –entró por la puerta y me fijé que buscaba algo en su bolsillo, tal vez su móvil…

Los minutos pasaban y Angel no llegaba, pero lo que me pareció una eternidad solo fueron cinco minutos. Estaba esperando cuando de pronto escuche un ruido que venía del callejón. Pensando que podría ser algún animal callejero, no le di más importancia hasta que vi a un tipo vestido muy normal para ser un indigente. Se acerco rápidamente a mí con la atención de hacerme un placaje y posiblemente tumbarme al piso. Pobre imbécil. Lo esquive con suma facilidad dando un paso hacia atrás. Lo tome del brazo izquierdo y lo estampe contra la pared. El solo dio un grito de dolor. Posiblemente le rompí la nariz, pero eso no me importaba. Este idiota seguramente trataba de robarme. Di un paso a mi derecha y le retorcí el brazo hacia la espalda, manteniéndolo pegado a la pared.

-¿Dame una razón para no matarte aquí mismo? –le pregunté muy bajito en su oído.

-Yo…

-Tú nada –le interrumpí.- Solo dime porque no debo matarte. Espera… -se me ocurrió una idea

Lo lleve hacia el callejón con fuerza y rapidez. No quería que viera lo que quería hacer. El callejón media unos cinco metros que calcule a pesar de la oscuridad. Lo lleve al fondo.

-Explícate… -le dije

-Yo… solo… solo quiero tu dinero

-Lo normal con basuras como tú, pero te equivocaste de persona…

-Por favor… -pidió él

-Nada de por favor… conmigo te equivocaste cabrón –le dije al tiempo que lo soltaba.- Veamos si te ganas mi dinero –di tres paso y lo observé

Efectivamente, su nariz estaba rota, pero el solo me observaba con ira. Adiós al ruego. Este tipo quería joderme, sus ojos me lo decían. Se abalanzo sobre mí de nuevo pero, de la nada, una navaja apareció en su mano. “Cobarde”, pensé mientras lo esquivaba de nuevo, pero esta vez, le di con el codo en la espalda. Cayó al suelo y se lleno de basura. Le di una patada en las costillas y el solo se puso boca arriba. Lo tome del cuello de su camisa y lo levante en el aire. La navaja ya no estaba en su mano

-Eres débil –le recriminé.- No mereces mi dinero –caminé un par de pasos y lo estampé de nuevo contra un muro.- Lo único que mereces es mi ira, pero yo no tengo algo como eso, no en este momento, para tu fortuna. Pero si puedo hacerte algo

-¡no! ¡espe…!

-¡silencio! –Interrumpí.- Mejor, me aseguraré de que te calles –lo tomé de su frente y lo apreté contra el muro. Eso expusó su cuello. Con mi mano izquierda lo sostenía mientras que con mi mano derecha me acercaba a su laringe.- Esto no te va a doler, mucho –con el índice y el dedo medio, toque dos puntos en su cuello con mucha fuerza. –Ahora si habrá silencio.

-… -trato de decir algo. Me miro horrorizado

-No te preocupes, el efecto no es permanente. Solo quiero que me escuches. La única razón de no matarte es que no voy a manchar mis manos con tu asquerosa e inmunda sangre. Pero aprende algo, siempre estudia a quien quieras joder, no quisieras una sorpresa tan desagradable como esta.

Lo solté y cayó al suelo tratando de hablar. Podría decirle que hablaría en un par de horas, pero era más gratificante hacerlo sufrir. Mi móvil empezó a vibrar. ¡A buena hora llegaba Angel!

-¿Qué demonios hacías ahí? –me preguntó cuando subí al coche

-Casi matando a un tipo –le respondí sin más

-¿Activaste tu Modo Genocidio ? –preguntó calmado

-¿Mi que…?

-Modo Genocidio –repitió el.- Es la nueva forma de llamar a “eso” que te da a ti. Ya que simpatizas tanto con genocidas del pasado, esa es la mejor forma de llamarlo –y empezó a reír

-Me gusta cómo suena… -admití

-¿lo mataste?

-No. Pero le di una lección

-Bien… excelente. Cuando lleguemos a casa me iré a dormir. Estoy cansado

-¿Cómo es que llegaste tan rápido? –le pregunté mientras conducía

-Estaba cerca. Un restaurante vendía una rica torta de chocolate y decidí comer bastante de eso mientras te esperaba

-¿pretendías quedarte hasta la madrugada?

-No. Sabía que no estarías mucho tiempo ahí

-Entiendo… -dije al tiempo que le daba un puñetazo en la mejilla. Él ni siquiera trato de esquivarlo. Solo empezó a reír

-Así que lo notaste…

-Tu sabias que me traerían a un sitio ruidoso y no me advertiste cabrón

-Quería ver tu cara de sorprendido. Ese sitio le pertenece al hermano de Daniela y he venido un par de veces –explico sin parar de reír.- Ahora si me disculpas, conduciré rápido porque quiero llegar a dormir –y aceleró la velocidad

------------------o------------------

La habitación estaba ampliamente iluminada. Unos cuantos monitores de vigilancia mostraban lo que ocurría fuera. En uno de ellos se observaba una casa un poco lejana, los únicos vecinos en mucha distancia, en los otros se observaba mucha vegetación cercana. Ya que hacía poco él había sacado a Fabiana de ahí, no tenía sentido que todo estuviera oscuro. En uno de los monitores se observó, de pronto, una enorme Van negra y, al estacionarla, un hombre salió de ella.

Pasado un par de minutos, este hombre entraba por la puerta del fondo.  Vestía completamente de negro, su cabello era castaño y sus ojos verdes. Miraba al otro con cierto enfado.

-¿La dejaste en el sitio acordado? -le preguntó sin mirarlo, pues, en el monitor que tenía enfrente se proyectaban los últimos días de Fabiana en ese lugar

-Si -respondió el otro en un tono bastante molesto.- Que mierda. La teníamos y tú la dejaste ir

-Era necesario para nuestro plan. Pero tranquilo, Raúl, eventualmente, ella morirá.

-Yo quería matarla con mis propias manos -respondió el tipo llamado Raúl.

-¿Así como hiciste con Gaby? Debiste violarla unas... ¿Qué... veinte veces?

-Lo de Gaby fue un accidente -defendió Raúl.-Tú mismo viste que estaba muy débil luego de jugar con ella de ese modo. Los cigarrillos en sus pezones fueron muy fuertes para ella

-¿Y el hecho de que la empalarás en dos dildos no tuvo nada que ver, verdad? -le preguntó el otro mirándolo con ironía.- Da igual -añadió sin esperar respuesta,- nuestro trato es que tú te encargas de las mujeres y yo de los hombres.

-El problema es que has traído solo a dos mujeres -le reclamo Raúl.- En cambio tú te has divertido bastante eh... - y empezó a contar con los dedos:- Ricardo, Jesús, Javier y pronto tendrás a Mauricio. Ah... y no olvidemos a nuestro primer invitado…

-¡Basta! -interrumpió el otro claramente molesto.- Tú y yo hicimos un arreglo: las mujeres para ti y los hombres para mí. Además, no te quejes. Después de todo te quedarás con el premio mayor. El ultimo de todos...

-Sobre eso... ¿Estás seguro?

-Por supuesto. El plan ya está puesto en marcha y si todo sale como lo planee, en uno o dos años, pasaran cosas interesantes -dijo sonriendo- y tú te encargaras de que eso pase. Solo tú puedes hacerlo. Y no puedes dudar en ningún momento Raúl

-Si es lo que deseas... -dijo Raúl suspirando.

-No es lo que yo desee. Se trata más bien de lo que se debe hacer -dijo el otro con convicción. Su mirada no mostraba ni una pizca de duda. Se levantó de la silla y se puso la capucha.- Tienes dos meses para traerme a Mauricio. Debo tratar asuntos importantes en otro lado del mundo.

-Eres bastante mandón... - se quejo Raúl.

-Sí, lo que digas. Ahora sácame de aquí. Debo tomar un vuelo en cinco horas al sur -respondió el otro mientras se acostaba en una camilla en la cual estaba una bolsa para llevar cadáveres.

-Espero disfrutes mucho por allá... jefe – dijo Raúl. Se acercó y cerró la cremallera, mientras lo miraba sonriendo un poco malignamente.

Levantó el bulto y lo llevó a la Van que estaba estacionada fuera de la casa, pero oculta por la vegetación que los rodeaba.

Miles de disculpas a los que llevan casi un año esperando. La verdad este ultimo año ha sido bastante movido (para quienes han visto las noticias de lo que ocurre en mi país, sabrán que las cosas no han estado nada fáciles). Espero ser perdonado por la espera. Los invito, como siempre a comentar y dar su opinión.

Un Saludo

Adriangel22