Una historia interesante 11

Lo digo una vez mas: la percepcion de la realidad puede ser muy ambigual. No todos captamos el mismo acontecimiendo de igual forma... aqui les traigo, la mente de Andres, o al menos parte de ella

Me desperté sintiendo un cuerpo caliente encima de mí. Maldito Angel… sabe perfectamente que odio que me toquen, pero este idiota nunca me hace caso… tendré que darle un escarmiento, otra vez.

No podía moverme, sus manos y piernas me rodeaban con fuerza incluso sobre la cobija. Lo mire a los ojos con odio y vi esa sonrisa idiota que cargaba cada vez que hacia una travesura. A veces parecía tan niño… que irritante

-¡Feliz cumpleaños Andrés! –me dijo poniendo su cabeza en mi hombro directamente en mi oído. Me di cuenta que aspiro profundamente.- Que rico hueles cuando estas recién despierto

-Deja la vaina. Yo no soy ningún de esos infelices con los que tiras– le dije yo también al oído. De verdad que me estaba irritando un poco

-Es la verdad, no hueles a recién bañado, pero tampoco a sudor–me respondió divertido. “Ríete, luego cuando te castigue, no te quejes” –pensé para mi

-Angel… levántate por favor –le pedí de forma amable mirando al techo y poniendo los ojos en blanco. A él debía tenerle un poquito más de paciencia, pero solo un poco

-Me cuesta un poco. En verdad hueles delicioso

-Angel… levántate –di un movimiento rápido, rodamos en la cama y yo quede encima de él mirándolo a la cara. Tome sus manos con las mías y él muy idiota solo entrelazo sus piernas en mi cintura. “Oh… Angel, definitivamente tú quieres que yo te castigue ¿verdad? Maldito masoquista…”

-Si fueras otra persona, ya estarías embistiéndome sin ninguna clemencia –me dijo. Tenía esa mirada que solo nos mostraba a Víctor y a mí. Esa mirada de cuando planea algo…

-Angel… deja de joderme. Que te tenga confianza, sea tolerante y me caigas bien, no quiere decir que te permito este tipo de situaciones –nuestros rostros estaban a menos de diez centímetros el uno del otro.

-Oh… vamos, diviértete Andrés. ¡Hoy es tu cumpleaños! Te tengo un regalo perfecto para este fin de semana –me dijo sonriendo. “No me interesa lo que tú planees” pensé un poco fastidiado.

-Estas muy caliente –era bastante desagradable tocarlo o tocar algo que él haya tenido en las manos. Siempre debía poner el aire al máximo si él estaba cerca.- Tu temperatura corporal me irrita

-Y tú sigues tan frío como siempre. Nos complementamos Andrés. Y si no te molesta quisiera que me dejaras libre. Yo sé que me quieres mucho, pero entre nosotros no puede pasar nada Andresito –y me miró con cara pervertida el muy hijo de puta.

-Angel… tu sabes muy bien que yo no te quiero pero ni un poco –me acerque más a su oreja y le dije muy bajito y fríamente:- porque… para querer a alguien, primero se deber querer a uno mismo. Yo no me quiero, así que no puedo querer a nadie más. Ya te lo he dicho… Angelito…

-Cuando me hablas en el oído, me da un escalofrió que viaja desde mi cabeza hasta mi culo, luego se divide y llega hasta los dedos de mis pies

-Imbécil –afloje mis puños alrededor de sus muñecas y me puse de rodillas en la cama, pero él no quito sus piernas de mi cuerpo. “Angel… Angel… Angel…”- Sepárate de mi o me veré en la necesidad de fracturarte las manos, a ver cómo te haces la paja después de eso.

-Que amargado eres –me dijo con cara de llorón. Separó sus piernas de mi, rodo hasta una esquina y se bajo de la cama.- Siempre tan amargado.

Cuando salió del cuarto, tome mi toalla y me fui al baño. Cuando llegue a la puerta, Víctor salía de su cuarto listo para irse. Lo observe por dos segundos antes de entrar rápido al baño, antes que me dijera “feliz cumpleaños”. Víctor me caía bien, pero esos modales tan correctos y esas ganas de ayudar a las personas me parecían un tanto patéticos.

Entre a la ducha y sentí el agua fría tocar mi cuerpo… cerré los ojos y mi mente se fue a otro lado. 23 años… 23 malditos años… cada día mi cuerpo envejecía más y más. ¡Qué débiles son los humanos! Su destino inevitable era podrirse miserablemente. Lo peor de la situación era que desde que se nacía había que alimentarlo y cuidarlo ¿para qué ah? ¿Para que se pudriera al final? Comer y respirar era perder el tiempo. Como me gustaría poder dejar de comer… me parece algo tan fastidioso. No entiendo como Angel adora comer tanto. Ese tipo está loco… loco de atar. Pero me cae bien. Tiene las bolas para hacer lo que le da la gana y no dejarse joder por nadie, eso lo admiro de él… entre otras cosas.

Que pocas ganas tenia de ir a estudiar… nada me motiva… nada me alegra… el solo hecho de despertarme y caminar suponía un enorme esfuerzo para mi… hablar era un martirio. ¿Por qué no destruían a la población mundial? Seria excelente ser el único ser en la tierra. No tendría que hablar con nadie. Esa sería la existencia perfecta.

Mire en el reloj del baño que ya tenía veinte minutos bañándome… oh mierda… Angel empezará con su perorata mañanera sobre como por mi culpa llegara tarde… un día de estos hará que me dispare un tiro solo para no escucharlo o lo mato para no escucharlo… sí, creo que matarlo será mejor

Cuando llegue a la cocina, completamente vestido y listo para irme escuche una parte de una conversación.

-Que feo eso ¿verdad? –Comentó Víctor.- No imagino algo semejante.

-Yo –tampoco

-¿Qué pasa? –pregunte sentándome y tomando mi cereal.

-Lo de siempre: gente matando gente, gente secuestrando gente y gente violando gente –respondió Angel. –Estamos viendo una entrevista a una mujer que afirma que su hijo Mauricio desapareció hace aproximadamente un año y que aun no lo encuentran. La pobre tiene la esperanza de encontrarlo con vida, algo muy difícil si tenemos en cuenta que fue hace mucho tiempo que desapareció –se lamentó Angel negando con la cabeza

-Comentaba que no me imagino vivir algo así – me comentó Víctor.- Si algún hijo de puta secuestrara a alguien importante para mí, me encargare personalmente de buscarlo y matarlo.

-Yo también –dijo Angel.- Puesto que la policía en este país es una mierda y sumamente corrupta, es mejor encargarse uno mismo. Además, tenemos los medios –sonrió pícaramente

-Qué bueno que no tengo a nadie importante en mi vida. Así me ahorro todo eso –respondí masticando. Angel y Víctor solo me miraron con reproche.- Es la verdad. Ya les he dicho que yo no quiero a nadie.

-Si si si… -dijo Angel zarandeando su mano derecha como si quisiera que mis palabras no llegaran a sus oídos.

-No me interesan los problemas de un montón de cucarachas

-¿Es normal que te pongas así cuando cumples años? –me preguntó Víctor

-Ahora que lo pienso, tú no me has felicitado. ¿No vas a cumplir con ese compromiso social?

-Puede que no te conozca como Raba, pero tengo la sospecha de que no te gustan ese tipo de cosas ¿verdad?

-Tú sí que me entiendes –esa respuesta me sorprendió bastante.- No como este imbécil que se me monto en la cama, me abrazo y me hablo al oído –Angel solo reía burlonamente mientras comía esos emparedados de nutella que tanto le gustaban. Este desarrollará una diabetes de seguro...- Casi me besa el muy idiota

-Raba, si me haces eso algún día, te dejo de hablar tres años. En serio.

-¿Tres años nada más? Eso es poco tiempo

-Estoy hablando en serio. Bueno, yo ya me voy. Se supone que me voy a ver con mi novia en media hora. Nos vemos luego –se despidió Víctor saliendo de la cocina

-Chao –respondimos Angel y yo al mismo tiempo. Él con ese entusiasmo idiota que siempre tenía y yo con muy pocas ganas.

-Mejora esa cara coño. Es tu cumple

-Da igual. Para mi es solo un día más. ¿Nos vamos? –pregunté levantándome. Hoy me tocaba ser chofer… como me fastidiaba ser chofer. Cuando aprendí a manejar no me imagine que terminaría siendo chofer de alguien.

Cuando aprendí a manejar… recuerdo perfectamente mis inicios detrás del volante. Que divertido fue hacer que mi primo llorara del miedo aquel día que acelere el carro de mi mamá al máximo. Lloró como un bebe por media hora. Y claro, mi “familia” se quejó con la puta de mi mamá diciendo una serie de estupideces

-“ese niño está loco”

-“¿Cómo puede hacer algo así?”

-“dale una lección para que aprenda a respetar”

Montón de viejas chismosas de mierda. Si odiar no conllevara a usar y gastar energías, de verdad que las odiara con toda mi… ¿alma? ¿Yo tendré alma? ¿De verdad existirá eso? Tal vez todo será parte de una conspiración a quien le conviene hacer pensar que el alma existe para dar miedo a las cucarachas… Pero entonces, si no tengo alma, las odiaría con todo mí… ¿corazón? Bueno, si estaba seguro de tener un corazón. En mi pecho, latiendo cada día más y haciendo que mí cuerpo se oxidara y pudriera, pero no entiendo porque dicen que el corazón controla los sentimientos. Según he leído por ahí y me ha explicado Angel, los sentimientos, se encuentran en el cerebro. Aunque en mi caso, yo no tengo la capacidad de sentir emociones. ¿Será acaso por lo que me paso cuando tenía dos años? ¿Eso que me dejo casi invalido de por vida? Estúpido accidente de mierda… seguramente el universo sabía lo peligroso que sería yo y trato de deshacerse de mi… pero no le funciono. Aun estoy vivo, bueno, si a esto se le puede llamar vivir…

Angel seguía parloteando sobre sus cosas, en el auto, y yo solo me enteraba de muy poco realmente. Seguía quejándose de Alejandro y eso ya era un tema que me aburría mucho. ¿Qué impedía que se lo tirara y ya? ¿Por qué quería involucrarme a mí en esa mierda? Yo no le pedí eso… yo no le he pedido nada y sin embargo el me ayuda. ¿Será que piensa que yo debo regresarle algún favor? Si es así, pierde su tiempo. Yo no le debo nada, porque no le he pedido nada, así de sencillo.

Lo deje en su facultad luego de prometerle buscarlo en la tarde y pedirle que dejara de darle aventones a sus estúpidos compañeros. Ojala me haya escuchado o tal vez no lo hizo y piensa hacerlo o a lo mejor lo hizo y piensa hacerlo de todos modos. Me desafía constantemente. Le gusta probar mi paciencia.

Llegue a mi facultad y cuando estacione el carro, me di cuenta que aun me quedaba media hora. Prefiero esperar encerrado, solo, en el auto a que llegue la hora. Tener que hablar con personas idiotas e inmaduras era algo que tenía que soportar todos los días… gente quejándose de sus vidas, personas vacías de mente que se pensaban mejores que otros… gente que no pensaba por sí misma, que necesitaban que otros les dijeran que hacer y pensar, esos son los más patéticos de todos. No tienen voluntad propia y se dejan llevar por los demás… ignorando lo inferiores que son.

Mi día fue… como siempre. Ir de clase en clase para escuchar a los profesores diciendo estupideces. Creyéndose mejores que nosotros solo porque nos enseñan cosas que no nos servirán para nada. Almorcé en una mesa apartada completamente solo. Mi “amigo”, si a eso se le podía llamar así, no llego en todo el día. Seguramente debía estar en su casa o tirando con alguna puta por ahí. En la tarde, la tortura no mejoró nada. Tenía que estar sentado escuchando a gente que francamente no me importaba una mierda…

Aunque este día si fue un poco diferente: me llegaron algunos mensajes de felicitaciones. Los borraba sin abrir… incluso el que me envió mi mamá solo lo vi un poco para luego borrarlo para siempre de mi vida…

Como deseaba que pasara el tiempo rápido, tener mi título universitario y largarme de esta mierda. Me quiero desaparecer a algún lugar remoto y que nadie me encuentre… “me envías una postal” me decía Angel siempre que le recordaba mi plan. Aun no sé si cumpliré ese pedido, tal vez si o tal vez no.

A media tarde, me fui a buscar a Angel. Le envié un mensaje desde mi supercelular diciéndole que estaba a punto de llegar. Mi lindo celular… un Xperia que me costó bastante caro, pero cuyas funciones eran bastante buenas. Además, nosotros teníamos bastante dinero para darnos esos gustos…

Angel se quejó cuando lo compre, pero como le gustaba jugar en él a la menor oportunidad… que hipócrita era eso. Algo raro en el, pues, al menos conmigo, no es hipócrita. Siempre me anda contando sus cosas y eso me entretiene algunas veces.

Llegue a la entrada de su facultad y lo vi rodeado de sus mascotitas. Pero esta vez vi que se despedían de él y llegó solo al carro. Parece que me escuchó esta mañana.

-Les dije que teníamos que estar en un sitio dentro de diez minutos y no tomaríamos la ruta habitual –me dijo después de chocar puños.

-Que bien. Así que me escuchaste esta mañana-dije tomando la vía normal para que sus amiguitos me vieran y sospecharan que tal vez Angel les mintió

-Si por supuesto, siempre lo hago. Pero como hoy es tú cumple, te quise complacer. Que malo eres… pudiste irte por otra vía

-¿Podrías manejar por mi hoy? –pregunte ignorando ese ultimo comentario.

-Sí. Está bien.

Me estacione unos minutos para pasarme al asiento trasero mientras Angel se colocaba de conductor. Me acosté un momento y me quede dormido casi al instante. Solo recuerdo que Angel me despertaba cuando llegamos a casa.

-Me dejaste hablando solo –me reclamó

-Si no hablaras tanto, eso no habría pasado –respondí.- ¿Recuerdas cuando nuestra amistad se basaba en vernos solo dos o tres veces al año?

-Sí. Era fastidioso. Pocas veces me respondías los mensajes y solo nos veíamos muy de vez en cuando. Era horrible eso.

-Para mí era perfecto. Hablar de vez en cuando sin tener que vernos todos los días… –le dije sin pensar. Me di cuenta que su semblante se oscureció un poco. “oh mierda, creo que eso no debí decirlo. Tengo dos opciones: o lo dejo como esta y se pone triste o lo arreglo y lo pongo feliz… ¿Qué hago?”

-¿En serio piensas eso? –me preguntó bajito mirando el suelo con un dejo de tristeza

-No tonto. Solo bromeo –mentí a medias. La verdad me irritaba a veces, pero era divertido y entretenido vivir con Angel. Yo no podría vivir con alguien mejor. Ni siquiera con mi mamá, mi hermano y ni con el idiota de su esposo soportaba vivir.-Tu sí que caes rápido en una broma tan fácil como esa–añadí.

-Lo que pasa es que contigo no sé si bromeas o dices la verdad. Siempre trato de ver a través de ti, pero me cuesta un poco leerte.

-Eso es bueno para mí. Ni siquiera tú debes conocerme del todo

-Te conozco lo suficiente y eso me basta. Pero ahora, solo pienso en la torta que mi tía nos hizo por tu cumple.

-¿No debería ser una especie de sorpresa? –pregunte mirándolo

-Como si tú no supieras o no sospecharas que lo iba hacer –solo me encogí de hombros con su respuesta.

Llegamos a la cocina y vi en la mesa un enorme torta de chocolate adornada con dos velas, que formaban el numero 23. Mire a Angel entrecerrando los ojos y este solo empezó a reír.

-¿Fuiste tú verdad? –pregunte con mala cara

-Por supuesto –respondió riendo

-¿Y por qué de chocolate? –pregunte, aunque sabía muy bien la respuesta

-No se pregunta lo que se sabe, eso es perder el tiempo Andrés

-En serio. No lo sé –puse cara de tonto. Angel odia repetir las cosas, así que fue como una pequeña venganza por lo de la mañana

-Es mi torta favorita. Lo sabes, pero te encanta fastidiar ¿verdad?

-Pero es mi cumple –le recrimine. Realmente no me importaba la torta, pero era divertido fastidiarlo

-Ambos sabemos que solo comerás una pequeña porción, Víctor comerá incluso menos, así que ¿Por qué no decirle a mi tía que haga mi torta favorita?

-¿En dónde está por cierto? Víctor, me refiero

-Llegara en breve. Me comento que se retraso por culpa de un profesor y se encontró con tráfico subiendo –Angel explicaba con una sonrisa en los labios. Sentía que algo pasaba, estaba muy eufórico y no creo que la torta fuera la responsable.

-¿Ocurre algo que quieras contarme?

-Bueno… ya que preguntas, si. Hoy ocurrió algo con Alejandro

-¿Te toco la mejilla de nuevo y por eso estas tan excitado?

-No. Me comento que estaba pasando una crisis con la zorra. Me repitió la pregunta de si yo estaba seguro que ella me dijera aquello que me dijo en esta cocina hace unos meses. Obviamente yo le mentí descaradamente y le dije que si.

-¿Podríamos cambiar de tema? –pregunte. Hablar del llorón era bastante aburrido ya

-El caso es, que a la hora del almuerzo estábamos solos en el piso cinco de la escuela nueva esperando a los otros para almorzar y se puso a llorar en mi hombro…

-Que novedad

-… y en un momento dado se me quedo mirando a los ojos como pensando en hacer algo o no. Tengo la ligera impresión que ese no es tan hetero como dice ser.

-Aprovéchate de él y punto. Cógete al hijo de la gran puta –escuche la voz de Víctor a mis espaldas.-No sería el primer hetero que te tiras Raba. Buenas noches caballeros – y estrecho nuestras manos y se sentó en la mesa.- Por cierto… ¿de quién hablan?

-Del llorón –respondí

-¿Cuál de los dos? ¿El mecánico o el que tiene a una zorra de novia?

-Mateo no es ningún llorón –le reprocho Angel- y estamos hablando de Alejandro.

-¿Te toco la mejilla como hace unos meses y te emocionaste Raba? –pregunto Víctor medio burlón tomando un vaso con agua

-A veces me pregunto si ustedes dos no tendrá telepatía compartida. Fue lo mismo que dijo Andrés. No Vito, no me toco la mejilla. Solo me comento que tenía problemas con su novia de nuevo y lloro un rato sobre mis hombros, luego me miro a los ojos por un segundo como dudando en hacer algo.

-¿Sigue creyéndose aquella mentira que le dijiste? –pregunto Víctor

-Sí. ¡Pero bueno! Que no estamos aquí para hablar de ese idiota. Creo que estamos aquí para celebrar un cumpleaños ¿no? –pregunto Angel.

-Yo no pedí nada –respondí de malas maneras

-¿Y? me importa una mierda. Quería una escusa para que me hicieran una torta de chocolate y me aproveche. Supongo que no querrás que te cantemos…

-Ni lo sueñes

-Bien. Entonces te daremos los regalos –Angel se sentó, le quito la tapa a la bandeja y corto tres porciones. Una inmensa para él, una mediana para mí y otra un poco más pequeña para Víctor.

-No tanto, Raba. Eso es mucho –y corto la mitad. La porción, ya pequeña, se hiso menos de lo que era. Angel tomo con el tenedor la pequeña porción que Víctor descarto y se la llevo a la boca. –¿Tu quieres que te de una diabetes tipo II verdad? –Angel solo se encogió de hombros

-La comida es un placer. Hay que aprovecharlo hasta el último día de vida

-La comida es un estorbo –contradije.- Si por mí fuera, no comiera nada de nada

-Y si sigues comiendo así, el último día de tu vida se acercara más rápido –le dijo Víctor

-Amargados –Angel se levanto y, sacando un vaso de la alacena, lo lleno de leche hasta el tope

-Creo que quedo un pequeño espacio Raba, no lo desperdicies –se burlo Víctor.- Bien Andrés –metió el brazo dentro de su bolso y saco una caja de cuero,- esto es para ti. Espero te guste. Se lo quite a Raba para regalártelo yo.

-Mentiroso: yo te lo di

-Suena mejor cuando dice que te lo quito: demuestra que se ahorro tiempo y esfuerzo buscado algo y te utilizo para encontrarlo. Te felicito Víctor –vi dentro de la caja. Una baraja para jugar póker con fichas reales de casino. –Gracias

-Todo un placer. Pero estoy seguro que el regalo de Raba te gustara más

-¿Qué me…? –pregunte con curiosidad

-Vamos –dijo levantándose, tomo el plato en donde tenía la torta y el vaso con leche y los tres salimos de la cocina.- Cuando le di mi regalo a Vito, no tenía ni tiempo ni ganas de buscarte algo, así que me toco improvisar. Espero que lo encuentres acorde y lo disfrutes como se debe –llegamos a la puerta de mi cuarto y la abrió. Cuando encendió la luz, y vi lo que estaba al pie de mi cama, una sonrisa se dibujo en mi rostro. Me fije que Angel y Víctor también sonreían –Cortesía de Natasha, tienes tres días… -fue lo único que me dijo antes de empujarme dentro de mi cuarto

-Eso es mucho –respondí,- con un día me basta.

-Bueno, cuando te aburras me avisas y las regreso.

-¿Algún limite? –pregunte

-Ninguno. Puedes hacer lo que quieras

-Que bien me conoces… ya está decidido, no te pegare un tiro la próxima vez que me fastidies

-¿Ah? – me pregunto sin entender. Pero cerré la puerta sin responderle y mire lo que tenía en mi cuarto.

¡Qué bueno que era fin de semana!

Durante los siguientes cinco minutos observe mi regalo de cumpleaños: dos lindas japonesas que aparentaban 15 años cada una. Delicioso… Aun resonaban las palabras de Angel en mi cabeza “Tienes tres días…” “sin límites…”

Un poco exagerado la verdad… Angel sabe muy bien lo rápido que me aburro de las cosas… a lo mucho las usare un día o poco mas…

Coloqué mi bolso en el escritorio y me quite a ropa mientras las observaba bien. Ambas tenían rasgos dulces y delicados, sus pechos estaban a la medida, en forma y tamaño con respecto a sus cuerpos pequeños. Nunca me han gustado los pechos grandes, es por eso que no entiendo cómo es posible que los japonenses en sus historias siempre dibujen penes grandes y pechos enormes… supongo que será el deseo de poseer esos atributos. No deberían ser tan acomplejados, su historia y sus logros compensan con creces la falta de atributos sexuales… seguí observando, eran muy parecidas, excepto por su cabello. Una lo tenía rosa chillón y la otra tan negro como un carbón…

-Increíble cómo me conoce Angel... –pensé mientras me terminaba de desnudar y poner mi ropa en el cesto

Fui al cajón de la ropa interior y en la última gaveta encontré lo que buscaba… un par de guantes negros, hechos a la medida. Que pretenda tener sexo con estas dos no quiere decir que vaya a tocarlas con las manos desnudas. Solo me permito tocar a dos personas… al pervertido y loco Angel y a ella, Mico

Me acerque lentamente contemplándolas… ellas me miraban con algo de miedo… ¿Por qué todos me miran así? ¿Acaso tengo tan mala cara? Ya le preguntare a Angel luego, por ahora disfrutare de mi regalo.

Tomé a la del cabello rosa y le olfatee el cuello… tenía un olor un tanto particular, como a fruta… ¿durazno? Si… parecía durazno. Luego me acerque al del cabello negro y la olfatee. También tenía un delicioso olor a frutas, pero era diferente… ¿cereza? Si definitivamente era a chicle de cereza… hasta las fragancias que me gustan lo sabe… entonces se me ocurrió que tal vez…

-¿Hablan español?-pregunte mirando a una y a la otra. Ellas me miraron sin entender

-Señor, perdone pero no le entendemos –respondió la del cabello rosa

-Nosotras solo hablamos nuestro idioma natal –me dijo la del cabello negro

-¡Lo sabia! –Dije en español.- ¿solo su idioma natal eh? –pregunte en su idioma para que me entendieran

-Si señor –dijo la del cabello rosa.- Yo soy…

-No me interesa saber sus nombres. Ustedes solo estarán aquí un día o dos a lo mucho y en serio que me irrita aprender nombres de personas a las que no veré más. Desnudas, ambas, ahora, y luego acuéstense y coloquen sus pies en el suelo.

Se desnudaron temblando un poco. Me di cuenta que tenían un buen cuerpo, delicado y la piel se notaba suave y tersa. Eran en extremo blancas, eso me gustaba mucho.

Cuando las dos estaban desnudas y acostadas con los pies en el suelo, me acerque a la del cabello rosa y observe su vagina. No tenía ni un solo pelo en toda la vagina y periné, sus labios se veían suaves y firmes…

-Bueno… empecemos –pensé

Pase mi lengua en toda su extensión y curiosamente tenía ese olor a durazno… ella emitió un jadeo de gusto o de sorpresa, no se… lo hice de nuevo hasta llegar al clítoris… puse la punta le mi lengua y presione un poco, ella repitió ese gemido ahogado de nuevo… pero yo no me detuve… con la punta de mi lengua presionaba su clítoris y este rápidamente se erecto, ella estaba gozando, oh claro que gozaba la muy zorra… estuve jugando un rato mas y ella solo emitía gemidos…

Pase a la siguiente y vi que tampoco tenía pelos… muy blanca esa vagina, eso me gustaba, definitivamente, Angel sabe lo que me gusta, le daría un beso si no fuera hombre… pero mejor empiezo con esto que tengo en frente… puse la punta de mi lengua en la entrada de la vagina y metí unos centímetros solamente y eso basto para que ella gimiera. Separe los labios mayores y expuse los labios menores… pequeños y suaves… trate de meter más mi lengua, pero algo no me dejo entrar más… ohhh vamos… no puedo creer que tenga lo que yo creo…

Me puse de pie y lleve mis manos a sus vaginas. Introduje un dedo lentamente en cada vagina y me di cuenta que algo impedía que avanzaran muy profundo y cuando empuje con fuerza, ambas se quejaron. Si… definitivamente tenían un himen… lo repito: que bien me conoce Angel. Mire hacia un rincón del cuarto, hacia una de las cámaras ocultas del circuito cerrado, negando con la cabeza y sonriendo al mismo tiempo.

Retire los dedos y me puse en posición con la del pelo rosa… puse el glande en la entrada y empuje lentamente. El efecto fue inmediato: se quejó de dolor, pero… realmente, eso no me importó. Seguí empujando lentamente hasta que la resistencia  que tenia fue suficiente y mi pene entro completo dentro de la vagina, ella se quejaba de dolor… que sonido tan delicioso el quejido que hacía, definitivamente le estaba doliendo, pero eso… eso solo me impulso a sacarlo lentamente hasta el glande. Estaba muy bañado en sangre, me hizo recordar aquella catana llena de sangre con la que una vez corte el brazo de Angel… solo pude reírme al recordar aquello, pues en definitiva ver mi pene lleno de sangre era algo muy placentero para mi… la sangre, huele muy bien.

Entre lentamente sintiendo la pequeña herida que tenia dentro de ella, y cada vez que mi glande la frotaba, ella se quejaba de dolor, ¿será que cree que con eso yo me apiadaré? Si supiera esta pequeña zorra que su dolor es mi placer… me fije en que la otra nos veía un tanto asustada…

-Tranquila, para ti también tengo algo preparado –le dije en un susurro. Ella solo trago saliva

Seguí penetrándola lentamente, siempre lentamente. Ella solo se quejaba de dolor, pero yo se que en el fondo le gusta. Esta lubricando a pesar de sus quejidos y eso no se lo voy a permitir. Aquí el que debe gozar soy yo. Después de todo es mi cumpleaños ¿no? Y ellas solo son mi regalo, un simple objeto para mi gozo. Puse mi glande en la herida directamente y presione con fuerza. Sentí perfectamente como sangraba de un poco y ella gritaba ahora si de dolor. Me salí de ella dejándola con ese dolor y me fui a la del cabello negro. Levante sus piernas hasta su hombro.

-Sostenlas y no te atrevas a soltarlas por nada del mundo ¿hablé claro zorra? –le pregunté con un susurro frio

-Si… si… señor…

-Sera doloroso, al menos para ti –le advertí colocando el glande en su entrada y presionando con fuerza. Ella grito por la sorpresa, pero en realidad eso solo hizo que yo empujara con más fuerza y la penetrara de golpe

La verdad es que esta se sentía más estrecha y al estar poco mojada la fricción era mayor. Se lo saque con la misma velocidad con la que entre y antes de salir completamente lo metí de nuevo hasta el fondo. Ella solo habría los ojos desmesuradamente gritando y gimiendo, pero no se atrevió a soltar sus piernas. A ver cuando aguantaba sosteniendo sus piernas…

Empecé a elevar el ritmo de las entradas y salidas a una velocidad bastante rápida y ella solo gemía y gritaba, a veces ahogaba los gritos, pero yo solo elevaba la velocidad… me gustaba el sonido de sus gritos y si solo tenía que elevar la velocidad, gustoso lo hacía. Su cuerpo se movía con el ritmo de mis embestidas. Me encantaba ver como aparecía y desaparecía dentro de ella de manera brusca. Su dolor… su dolor era más placentero que la misma follada que le estaba dando.

Tendría unos diez minutos embistiendo cuando noté que sus manos empezaban a perder fuerza

-Si te atreves si quiera a soltarte, esta follada te parecerá un beso en comparación a lo que te hare. ¿Hablé claro? –le pregunte sin detenerme ni un momento

-Sssi… si señor – me dijo ella sosteniendo sus piernas con fuerzas

Era como siempre: embestía y embestía, pero no podía sentir nada… el simple hecho de embestir era solo para causarle dolor y ese dolor era lo que me hacía sentir un poco, pero solo un poco. ¿Soy tan vacio? Nah… no creo, dentro de mi tengo órganos, así que vacio, lo que se dice vacio no soy

Me estoy aburriendo… me salgo de ella y solo veo a su compañera que ha estado inmóvil viendo lo que estaba haciendo… se me ha ocurrido una idea que tal vez haga que yo sienta algo…

Coloco ambas manos de nuevo en sus vaginas y las penetro con dos dedos de golpe y hasta el fondo. Ellas gimen de dolor, sí, eso me gusto… su dolor. Entro y salgo sin piedad con mis dedos, la habitación se llena con gemidos entre el dolor y el placer que sienten, pero no me preocupa, aun si quisieran pedir ayuda, nadie las escuchara. Pero pronto eso también me aburre…

Creo que ya es hora de que usen su otro agujero. Tomo por las piernas a la del cabello rosa y la coloco con el pecho abajo y le hago una seña a la del cabello negro para que haga lo mismo. Miro detenidamente su ano. Se notaba que está muy cerrado, eso cambiaria pronto. Escupo directamente en su agujero y pongo la punta del glande en la entrada y riego la saliva lo mejor posible. Esto sí que le dolerá, oh claro que si…

Entro de golpe e inesperadamente y ella grita, grita fuerte. Oh pequeña, si supieras que tus gritos son lo que deseo seguro que no gritas tanto. Embisto con fuerza, entro de punta a punta en su ano sin ninguna compasión, ella solo gimotea por el dolor. Me doy cuenta que tiene un par de lágrimas en su lindo rostro… lagrimas… que divertido: lagrimas. Embisto aun con más fuerza tomándola de la cadera con fuerza, ahora sí que le hago daño. Aprieto con fuerza mientras embisto. Su ano esta rojo y sangra un poco. La del cabello negro está asustada, tiembla… tiembla porque sabe que ella será la próxima. El tiempo pasa, tendré unos diez minutos embistiendo cuando noto que ella solo gime. Ya no me duele. La suelo y me salgo de ella bruscamente y se queja por el dolor. Voy a donde su amiga y hago el mismo proceso. Escupo sobre su año y la penetro con fuerza. Ella grita, grita mucho. Me encanta el sonido de sus gritos… es delicioso escucharlas. Embisto con mucha fuerza y la tomo también por las caderas para apretarla con fuerza. Llevo mi mirada a la del pelo rosa y me fijo que sigue en la misma posición y veo que tiene mis dedos grabados en su piel blanca. Esta enrojecida esa zona…

Pero ella también empezó a gemir de gusto… que mierda. ¿Por qué el dolor no se prolongaba? ¿Por qué al final, el dolor siempre es soportable? Porque todas las cucarachas que viven en este mundo son todas masoquistas. Todos… todos lo son. Terminan aceptando el dolor y sintiéndose parte de él. Idiotas…

Se lo saque de golpe y ella solo se quejo un poco… qué bueno que siempre se me ocurren cosas para causar dolor. Fui al escritorio y le escribí a Angel

-Préstame tu colección por favor

Cinco minutos después la puerta se habría y Angel pasaba por ella con un enorme maletín negro en las manos.

-Bonito espectáculo –comentó colocando la maleta en la cama.- ¿Podrías lavarlos después de usarlos?

-No creo –respondí lacónico. Angel me miro ceñudo y se fue

Me quede observando al rincón del techo en donde sabia, estaba una de las cámaras de mi cuarto y me pregunte que tanto se molestaría Angel si yo apagara el circuito cerrado. Mucho seguramente, pero sería divertido verlo sumamente molesto. No… mejor no. Se ha ganado ver lo que viene.

Me acerque a la maleta y la abrí. Dentro estaba la colección mas grande de dildos y vibradores que nunca vi en mi vida. Largos, cortos, grueso, delgados, curvos, rectos, cabezones, en forma de misil, lisos, rugosos… ufff de todo. A ver cual puedo usar en estas zorras y causarles algo de dolor…

Tome dos delgado pero largos. Medirían unos 17 o 18 cm, suficientes para joderlas un rato.

-Tu –le dije a la del cabello negro,- colócate encima de ella. Quiero que sus culos queden a la misma altura y abran sus piernas.

Me acerque a las dos con los consoladores en mano… no tenia ningunas ganas de usar lubricante. Así les dolería más. Me acerque y las penetré a ambas al mismo tiempo y jadearon con fuerza… entraba y salían rápido. Estaba seguro que les dolía, no tenían nada de lubricante y ellas no estaban tan húmedas. Se los deje adentro y me use en posición. Penetraría primero a la del cabello negro. Puse el glande en su año y presione. Solo entró la cabeza y eso basto para que ella chillara y tratara de escapar, pero yo sabiamente la tome de las caderas con fuerza y embestí con fuerza… entro hasta la mitad, y siento lo apretado que estaba. Cosa del dildo supongo… la presión era algo placentera y aun no entraba del todo, entonces presione con más fuerza y mi pene se alojo completamente... ufff sus gritos eran sumamente placenteros, una doble penetración no es nada fácil si eres tan primerizo, pero eso no me importa… con el dildo adentro empecé a embestirla con fuerza y ella solo se agitaba tratando de huir. Sudaba mucho, sus manos se apretaban a la sabana, temblaba de pies a cabeza, pero eso solo me motivaba a seguir dando con fuerza… ¿Acaso no entienden estas dos que sus quejas y signos de dolor eran mis combustible?

Me salí de ella de golpe y puse mi cabeza en el ano de la otra y esta vez sí que penetre de golpe y hasta el fondo… ufff que bien se sentía, pero sobre todo, que bien se escuchaban sus gritos… definitivamente, estas dos tenían potencial para satisfacerme… embestí y embestí con fuerza, ella solo se quejaba, pero no podía moverse por tener a su amiga encima medio muerta por ser penetrada con fuerza. Por eso monte primero a la de arriba, así cuando terminara estaría cansado y su peso me ayudaría a controlar mejor la del cabello rosa…

Luego de unos minutos ya estaba aburrido de embestir… así que ya era hora de terminar esto… saque mi pene de su interior y luego los dildos. Me masturbe rápidamente, era la única manera de acabar rápido o si no podíamos estar aquí horas y horas, pero ya me estaba aburriendo… cuando estaba a punto de acabar, penetre a la de arriba y descargue un poco dentro de ella y luego lo saque para meterlo en la otra y termine de descargar dentro….

Increíble… en videos he visto como hombres eyaculan y siempre hacen gestos raros y gimen como tontos, pero yo eyaculo tan tranquilamente… incluso se diría que eyaculó estando aburrido… no siento nada al hacerlo. ¿Qué tan raro será eso?

Luego de eyacular, tome los dildos y los puse en la maleta y luego la cerré, la arroje al suelo y me acosté junto a ellas. Seguían gimiendo y quejándose muy bajo…

-Ustedes… levántense venga… laman mis pies mientras me duermo…

Ellas se movieron lentamente. No entendía como es que podían estar tan cansadas, tampoco fui tan brusco o malo. He hecho cosas mucho peores y la gente ha sobrevivido… creo. Y con ese último pensamiento y sintiendo cosquillas en mis pies me envolví en un sueño no muy profundo, pues unos segundos después, sentí que alguien me tomaba de los pies.

Trate de moverme, pero mis manos estaba esposadas a la cama y mi pierna derecha también. Vi la hora en el reloj de la mesita de noche: 8:35 AM

-Ahora señor, usted disfrutará con nosotras –me dijo la del pelo rosa.

Algo estaba cambiando en ellas. Sus miradas ya no eran tan dulces ni tiernas como en la noche… desgraciado Angel… siempre con alguna sorpresa bajo la manga…

Hasta aquí este capítulo. ¿Qué les parece la percepción del mundo con estos nuevos ojos? Los invito, como siempre, a comentar y dar sus opiniones.

Un saludo,

Adriangel22