Una historia inesperada

¿Nunca habeis vivido una situación inesperada al ir a un sitio al que no os apetecia ir?

Una historia inesperada

En mi fuero interno no iba a ir. No sé porque, pero en el ultimo momento cambie de opinión. Era la cena de empresa y no estaba de humor. Pero como digo cambie de opinión en el ultimo momento. Y menuda suerte.

Habían organizado una cena de despedida a un compañero que se trasladaba, y por lo que vi al entrar estaba todo muy pensado: tarjetitas en las mesas con tu nombre, local reservado por completo, catering de lujo, e incluso un grupito que tocaba todo el rato buena música jazz.

Busque mi nombre entre las mesas esperando coincidir con alguien conocido, y mira tu, los conocía a todos y a todas... Estaba en una mesa de ocho en la que se habían juntado cuatro de las mujeres mas bellas y sensuales de todo el plantel. Por el otro lado estaban, a parte de un servidor, tres conocidos solteros de oro.

Estaba Marta, una separada que rondaba la cuarentena, pero que no aparentaba ni la treintena. Demasiado esbelta y menuda, pero con un fuerte carácter. Sabia lo que quería: como, cuando y donde.

También estaba Sonia, una espectacular morena, con un cuerpo de exuberantes formas. Amiga del alma de Marta, las malas lenguas (sobretodo de la multitud de rechazados) insinuaban que algo mas también.

La tercera, era Monique, una espectacular belleza de ébano. 21 años, nacida en Kenia y criada aquí en Barcelona. Fibrada y esbelta con unos pechos de impresión pero sobre todo unas larguísimas piernas casi interminables. Cuando aparecía con minifalda (lo que era un día si y el otro también) los cuellos crujían...

Y ya para finalizar el poker Tania, quizás la pieza final del puzzle: 23 años, rubia, ojos verdes, cuerpo increíble... Un sueño.

Mis colegas babeaban ya soñando con infinitas posibilidades, mientras que yo que no me hacia ilusiones, intentaba mantenerme lo mas al margen posible del ataque al que fueron sometidas nada mas sentarnos a la mesa. Intente ser un locuaz conversador y un mas que meritorio oyente; mientras que a mi lado se oían ya las primeras proposiciones subidas de tono.

La cena seguía su curso. Me lo estaba pasando mucho mejor de lo que pensaba sentado entre Marta y Monique, conversando sobre política y cultura, riéndonos por curiosas coincidencias. Los chicos estaban intentando lograr que todos siguiéramos la fiesta en casa de uno de ellos. A mí la verdad me parecía genial el seguir con ellas, pero me pareció ver varias veces que en las caras de ellas, las proposiciones no estaban haciendo la gracia que ellos pensaban.

Así viendo como se estaba poniendo el panorama, decidí comentar que yo me marchaba, poniendo alguna disculpa tonta del tipo -"mañana he de levantarme pronto". Ante mi sorpresa, Marta me pregunta si las podía llevar a todas a su casa (vivíamos fuera de la ciudad y muy cerca el uno del otro) ya que todas iban a pasar el fin de semana juntas y no les apetecía quedarse. Yo, sorprendido por el giro de la situación, simplemente dije: - "Pues claro, ¿Cómo no?"

Las caras de los otros tres iban desde la sorpresa a la envidia pasando, claro esta por la decepción.

Así pues, nos metimos en mi coche y nos dirigimos riendo y cantando hacia la casa de Marta. Esta se había sentado a mi lado, mostrándome buena parte de su anatomía, ya que estaba sentada de forma que pudiera hablar con sus amigas en la parte trasera del coche.

Veinte minutos después llegamos a las puertas de la casa de Marta, un alucinante chalet, -"recuerdo de mi ex", como comento ella entre risas. Se empeñaron en que tomara una copa mas –"para pagarte el viaje, venga..." decía Sonia. Yo que estaba en una nube, en un sueño del que no quería despertar, no me hice de rogar. Entre abrazado a Marta y Sonia en un inmenso salón, dejándonos caer entre risas a un mullido sofá. Monique y Tania, venían cogidas de la mano justo detrás.

Empezamos a chupitos de tequila, ya si entre sal, limón y tequila, la cosa empezó a calentarse. Monique, empezó a bailar sobre el sofá justo encima de mí, así que no pude evitar subir mi mirada por sus piernas hasta un minúsculo tanga negro... En ese momento cierta parte de mi cuerpo que ya llevaba tiempo intranquila, ya no pudo mas y despertó en un bulto mas que evidente.

Sonia a mi lado, se dio cuenta y vi como le guiñaba un ojo a Marta, mientras comentaba: -"aquí el caballero, parece con ganas de jugar..." Dicho y hecho, Marta bajo su cabeza hasta mí y me beso, un salado beso en el que nuestras lenguas se entrelazaron con ganas. A la vez, Sonia comenzó a sacarme los pantalones lentamente. Sentí otras manos bajándome el bóxer, liberando así mi pene de su prisión. Un par de lenguas se lanzaron golosas a lamerlo, mientras mis manos comenzaron también a tantear carne. Marta dejo de besarme para comenzar a besar a Monique, mientras Tania y Sonia seguían trabajando sobre mi pene.

Agarre a Sonia y la acerque a mí dejando a Tania en lo que estaba. La bese mientras desabotonaba su blusa. Ansiaba ver sus pechos, tocarlos, lamerlos...

Mientras Marta y Monique, no perdían el tiempo, ya que prácticamente estaban desnudas lamiéndose todo el cuerpo. Yo estaba inmerso en los indescriptibles pechos de Sonia, mientras que Tania le iba bajando su faldita dejando al descubierto un soberbio culo. Sonia se introdujo mi polla ayudada por Tania, que estaba ya desnuda.

El descontrol empezó ya a convertirse en desenfreno. Sonia me cabalgaba, Monique me daba a lamer su lindo coñito, mientras que mis dedos jugaban con los coñitos de Marta y Tania. A partir de ahí, la gloria...

Fueron intercambiándose una a una en la cabalgada hasta que ya no pude aguantar mas, momento en el cual Marta me pidió que se la metiera en su culito respingon y me corriera allí.

-"Como no,..." dije. Y así lo hice tras unos cuantos embistes más. Quede entre Monique y Tania abrazado a ellas mientras Sonia repartía sus lamidas entre el ano de Marta y mi polla.

Entre jadeos, Marta me contó que se habían fijado en mi, y habían trucado las tarjetas para coincidir todos en la mesa. –"Los otros tres no pasaron la prueba", dijo Sonia. –"Si, no queremos machitos, sino alguien con quien disfrutar de todo...", comento Monique.

Dicho esto, se bajo a por mi polla, introduciéndosela en la boca. Sentí su lengua jugando con mi glande, sus dientes mordisqueando mis huevos... Tania se puso a lamerme el cuello lentamente, muy lentamente. Y enfrente de mi, Marta y Sonia comenzaron a besarse hasta acabar formando un 69.

Y vuelta a empezar... Una y otra vez durante todo el fin de semana. Y pensar que estuve a punto de no ir a la dichosa cena...

Espero que os haya gusta do mi relato. Pronto os contare mas historias. Hasta ese momento y por si alguien quiere comentarme algo mi dirección es xcaparte@hotmail.com . Será divertido.

besos