UNA HISTORIA DOS VERSIONES Elisa 1ª parte
En este relato Elisa cuenta el segundo dia con Maria. deseo que sea de vuestro agrado, espero vuestros comentarios y vuestras valoraciones, si quereis comentarme algo en privado teneis mi corre, de nuevo un saludo
ELISA SU VERSION 1ª PARTE
Hola soy Elisa y soy una esclava, soy servidora de mi amo desde hace poco y he disfrutado de cada minuto de los castigos de mi señor, este me ordeno que me trajera a mi casa a María, otra esclava del amo, esta con una característica especial, además de esclava es la madre del amo, el amo nos dio orden de disfrutar la una de la otra y que le relatáramos nuestras vivencias, este es mi relato para mi amo.
Os voy a relatar lo que paso la segunda noche.
Después del primer día en casa, nos despertamos una abrazada a la otra, me levante la primera, la deje en la cama y me metí en la ducha, me estaba enjabonando cuando entro María en la ducha y me empezó a besar la espalda, bajando sus manos a mi coño.
Buenos días mi amor, nada más verte me he puesto cachonda, vamos a comernos un poco.
No cariño, tenemos que salir, vamos a estar solas, tenemos que comprar comida y ropa para las dos, además e tenido una idea, que seguro que te va a gustar, dúchate conmigo, pero relajémonos. Ella puso cara de niña a la que no se le cumple un capricho, pero se resigno y nos duchamos las dos juntas, nos secamos la una a la otra, nos vestimos, a María le tuve que dejar prácticamente todo, desde la ropa interior, hasta la ropa, ella eligió un vestido amplio que se adaptaba bien a su cuerpo, salimos de casa y lo primero que hicimos fue parar a desayunar, después nos encaminamos a la tienda donde me compro la ropa, nos recibió la dueña, una mujer joven de unos 25 años, muy guapa, siempre vestía ropa diseñada y hecha por ella, generalmente piezas cortas y excitantes, miro a los lados y al no estar nadie a la vista, me cogió de la cintura y me comenzó a comer la boca, yo le respondí, María se quedo de piedra, casi comienza a llorar, cuando la vi así, me separe y la abrace con dulzura, veras María soy una mujer muy fogosa, y antes de que el amo nos uniera, mi vida era muy sexual era muy activa y te puedo asegurar que el amo lo sabe pues para el no tengo secretos, y mientras este contigo me permite seguir con ese tipo de vida, el quiere que tu también adquieras experiencia conmigo, no te lo conté antes, pues creía que aun no estabas preparada, de hecho pensaba contártelo más tarde pero la reacción de Josefa, no me deja otra opción que decírtelo, deja de llorar cariño, es deseo del amo y tenemos que obedecer.
Si es deseo del amo, me siento más cómoda, me estoy enamorando de ti Elisa.
Veras María, no es que estés enamorándote de mí, lo que te ocurre es que nunca has disfrutando de sexo como yo, tu educación fue muy dura, siempre rodeada de monjas, tu vida ha sido una continua represión, es por eso que crees que lo que sientes por mi es amor, pero lo que realmente te está pasando es que estas descubriendo es tu sexualidad, tus pasiones están aflorando, María deja que te enseñe, además es un deseo del amo, por lo que como sumisas tenemos que obedecer.
Tienes razón, toda mi vida he estado reprimida y hasta que el amo me sometió, mi vida sexual ha sido nula, deseo aprender y tú serás mi maestra, después del aprendizaje, veremos cuáles son realmente mis sentimientos por ti.
Estábamos abrazadas las dos cuando escuchamos a Josefa
Bien chicas que tipo de ropa queréis ver, si me permitís asesoraros. Para ti Elisa, un poco más sensual de lo que me pides normalmente y para María, se quién eres, en esta ciudad eres un personaje público, como el resto de tu familia, pero os pido que vengáis por la tarde, pues así abriré sola para vosotras dos, estáis de acuerdo.
Si me parece bien, pero también que se quede máximo, si no te importa.
De acuerdo Elisa, se lo diré a Máximo, venir sobre las 6 y estaremos los dos.
Nos dimos un beso las tres salimos de la tienda, subimos al coche y arrancamos y tome una salida de la ciudad sabía perfectamente cual sería nuestro próximo paso en nuestra aventura, llegamos a un local especial, estaba un poco escondido, pero era necesario, bajamos las dos y María pregunto.
¿Qué sitio es este?, donde estamos, creí que conocía todas las tiendas de la ciudad, pero este no me suena, Elisa donde me vas a meter a hora, que sorpresa me tienes preparada.
Veras María, el amo nos dio libertad, pero creo que tenemos que aprender más, para ser unas buenas esclavas para nuestro señor, en este local encontraremos todo lo necesario para aprender más de la sumisión y comprar cosas para aprender.
La cogí de la mano y entramos en el local, dentro se exhibían todo tipo de elementos para la dominación, desde fustas, látigos hasta trípodes y salas completas de tortura, María con la boca abierta recorría con sus ojos todos los aparatos de las estanterías, estaba abobada, me miro a los ojos,
Elisa, porque me traes aquí.
Veras niña, aquí nos proveeremos de todo lo necesario para que las dos nos castiguemos como si lo hiciera el amo, esa es otra orden que me dio, para que siempre supiéramos a quien pertenecemos, que nuestra vida le pertenece, ahora sígueme coge una cesta y compremos todo lo necesario para cumplir los deseos del amo, ella cogió la cesta y se puso detrás mía, no salía de su asombro, cada vez que metía algo en la cesta, ella me preguntaba para que serbia, yo le explicaba para que era y ella se quedaba asombrada, estuvimos en la tienda como media hora, pues teníamos mucho que aprender y necesitábamos muchas cosas, cuando casi teníamos la cesta llena, de detrás de un cortina aparición un señor de unos 50 años, guapo, bien vestido y con una sonrisa en la boca.
Vio la cesta y nos saludo, nos pregunto si podía ayudarnos o asesorarnos, entonces se me ocurrió una idea, cogí a María de la cintura, la puse delante mía comenzando a acariciarle los pechos por encima del vestido, el hombre se quedo mirando con toda la normalidad del mundo, como si la situación fuera de lo más normal del mundo, baje las manos y agarre la falda y comencé a subirla hasta que se miraba su tanga, ella se ruborizo, pero no opuso resistencia, se dejaba hacer, estaba como paralizada, metí mi mano por dentro del tanga y cuando toque su coño, mi mano se empapo de sus flujos, la muy cerda estaba súper mojada, eso me excito a mi también, le pedí al hombre que cerrara la tienda, cuando me escucho se encamino a la puerta le dio la vuelta al cartel y bajo las cortinas, los tres estábamos en penumbras, pero se distinguía claramente nuestros cuerpos, cuando volvió traía una silla con él, la poso en el suelo y se sentó, le di la vuelta a María busque sus labios y la empecé a besar con verdadera lujuria, ella me correspondió, me separe de ella y le dije que se desnudara, ella empezó a desudarse mientras yo hacía lo mismo, cuando estábamos totalmente desnudas, acerque a María al maduro, este estiro la mano toco el coño de María y comenzó a acariciarla con una delicadeza que no vi en mi vida, ella empezaba a moverse como si fuera una puta y el hombre empezó a aumentar el ritmo de su mano yo baje mi mano a mi coño empezando a acariciarlo, intente que fuera lento y suave, pero viendo la cara de María no se pudo reprimir y comenzó a castigar su coño, con la otra mano acariciaba el culo de María, en un momento le di un fuerte azote, ella pego un gemido, pero también soltó un fuerte suspiro, el se levanto, se desnudo, se acerco a mí y de un solo golpe me metió su polla en el coño, se acerco a mi oído y me ordeno que me pusiera a cuatro patas, saco su polla de mi coño y me puse en la posición de perrito, luego se acerco a María y sujetándola por los hombros la fue agachando y le puso la polla en sus labios, ella comenzó a mamársela, me ordeno que me acercara, a cuatro patas me acerque, como si fuera una perrita me empecé a restregar contra sus piernas, acerco su cara a su testículos y empecé a besarlos, después de un rato, se separo de nosotras y fue a un estante cogió algo y regreso, en la mano tenía dos consoladores, con una cola, nos lo metió en el culo, y nos ordeno que hiciéramos un 69 con las colas en el culo, mientras nos poníamos en la posición del 69, comenzó a manejar dos mandos a distancia que aumentaba la intensidad de las vibraciones de los consoladores, nos puso tan cachonda, que empezamos a comernos los coños como posesas, acumulábamos orgasmos, nuestras bocas se llenaban de flujos que tragábamos con deleite, el camino de nuevo a un estante y regreso con una fusta, se puso delante nuestra y comenzó a fustigarnos los culos, yo comencé a gritar de placer mientras chupaba el coño de María con locura, los azotes también la excitaron, dejamos de comernos los coños y nos centramos en el placer que nos proporcionaban los azotes, cuando dejo de azotarnos, nos dolían las nalgas, nos ordeno que nos pusiéramos a cuatro patas una al lado de la otra y fue de nuevo a las estanterías, regreso con un consolador enorme con unas púas de plástico que lo rodeaban, se puso primero detrás mía y me volvió a meter la polla de un solo golpe, mientras le metía el consolador a María, ambas gritábamos de placer, aunque su polla no era muy gruesa, si era larga, con cada embestida notaba que se hundía mas en mi coño, cuando la tenía toda en mi interior, tuve otro orgasmo más fuerte que los anteriores, saco la polla de mi coño y la metió en el de María, metiéndome a mí el consolador, cuando lo sentí dentro sentí otro orgasmo, su tentáculos recorrían las paredes de mi vagina y no paraba de gritar, María tubo un nuevo orgasmo yo por mi parte me mee por mí con el consolador dentro, puso la boca de María en mi boca, y cuando me quito el consolador de mi coño salió un chorro de orina que llego a la cara de María, esta abrió la boca y se puso a beber toda la que caía en su boca, retuvo un poco en la boca y me beso pasándome mis propios orines, la sensación que tuve fue de locura, me gustaba la acidez, nos volvimos a correr y el hombre acerco su polla a nuestras caras y se corrió, movía su polla de una boca a otra mientras descargaba su semen dentro de nosotras, nos volvimos a besar y la mezcla de orina y semen, nos parecía una bebida afrodisiaca, nos la bebimos como si fuera lo último que bebiéramos en nuestra vida, cuando terminamos, el hombre nos llevo a un baño donde nos duchamos juntos, nosotras nos pusimos de rodillas y nos turnábamos para chupar aquella polla, después de un rato se volvió a poner dura y juntamos nuestras bocas mientras se la lamiamos, el después de un rato se volvió a correr y nos bebimos de nuevo su semen, terminamos de ducharnos nos vestimos y el hombre, nos acompaño a la puerta, antes le pregunte cuanto debíamos por la compra , nos dijo que ya se daba por pagado y se despido de nosotras dándonos un beso en la boca a cada una, indicándonos que siempre que quisiéramos podíamos a buscar más juguetes a su tienda, entramos en el coche, nos miramos y nos empezamos a reír como locas, al cabo de un rato arranque el coche y regresamos a la ciudad.
Hasta aquí mi primer relato, queda aún pendiente la visita a Josefa en la tienda, pero eso lo dejamos para otro momento.