Una historia de Jaime 5
Historia de Jaime y Mar
ORGIA EN TRES ACTOS.
ACTO TERCERO: UNA INFIDELIDAD DE ALCOBA.
Durante el descanso, que resulto un poco más prolongado de lo esperado, Jaime tuvo oportunidad de recapacitar sobre lo que había visto hasta entonces. La experiencia estaba resultando placentera. La sintonía entre los machos era buena y Miguel parecía estar disfrutando, sin que se crearan malos rollos ni tensiones.
Respecto a Mar, estaba claro que se lo estaba pasando bien, mostrando un cambio importante tanto en seguridad como en experiencia. Solo había algo que Jaime pudiera echar de menos. Un guiño de intimidad de Mar que todavía le permitiera pensar que seguía sintiendo algo especial por él. Algún gesto que le viniera a decir
- Tu eres especial y rodeada de tantos hombres aún me gustas más que nadie.
Quizá porque ella aún seguía gustándole y se negaba a aceptarlo. Pero en eso también resulto complacido Jaime. Pare él fue una jornada redonda ya que se fue de allí habiendo follado de nuevo con Mar y con la convicción de que seguiría habiendo algo especial entre los dos. El detalle se produjo en el último y tercer acto de la orgia.
Durante casi una hora y media, aprovecharon para reponer fuerzas, charlar, relajarse y tomar algún tentempié el que quiso. Poco a poco el morbo y la excitación volvieron a todos. Cuando alguien propuso una nueva sesión de sexo y preguntaron a Mar, esta contesto que estaba de nuevo dispuesta, pero que prefería un lugar más cómodo y mullido. Ya había tenido bastante con el jacuzzi y la alfombra.
Goyo comentó que en su habitación había una cama de 1,50 mts de ancho, donde todos podrían disfrutar. Allí subieron todos, pero entonces sucedió algo inesperado.
Miguel dijo
- Vosotros ya la habéis disfrutado mucho. Ahora me toca a mí primero. Esperad fuera.
Y entro en la habitación llevando a una sonriente Mar de la mano.
Todos se quedaron un poco sorprendidos, pero como es lógico, respetaron la voluntad de Miguel.
Hablando de ello luego, yo le comente a Jaime que mi experiencia en tríos, me decía que los hombres que ofrecen a sus mujeres, disfrutan en dos momentos al menos especialmente.
En el previo, cuando su mujer se prepara para la cita y antes de ser follada por otro, cuando la excitación de lo que está por venir es máxima, y también después, cuando esta llega y le cuenta todo lo que ha hecho (o lo recuerdan juntos si él ha estado presente).
Yo no creo que Miguel quisiera ser borde ni marcar su territorio, no dio muestras de ello en toda la jornada según Jaime, así que supongo que lo que hizo fue introducir un paréntesis de placer para él, aprovechando esos dos momentos juntos. El recuerdo súper reciente de cómo se habían follado a su mujer, y la excitación de saber que tras la puerta había tres hombres que de nuevo le iban a dar sexo.
Apenas tuvieron que esperar 20 minutos cuando Miguel salió y dijo
- Ya os toca, la he dejado muy caliente para vosotros.
Al entrar vimos como Mar estaba en el cuarto de baño sentada en el bidé lavándose. Estaba claro que su marido se había corrido en su coño. Pero apenas en un par de minutos ya estaba en la cama con ellos. Daba muestras efectivamente de estar caliente, no parecía haberse corrido aun.
Pronto se enredaron sobre la amplia cama. La siguiente imagen que vino a la mente de mi amigo, era la de la chica tumbada usándolo a él y a Mario de cojines, agarrada a sus dos vergas y apretándolas con fuerza mientras abierta de piernas, Goyo le practicaba una nueva sesión de sexo oral. Conforme le iba repartiendo lengüetazos por toda la raja, ella levantaba el culo para presentarle aún más su sexo en la boca. Pronto la saliva le caía hasta la raja de su trasero, empapándola.
Esta visión de la que solo disfrutaban Miguel y Goyo, pronto encendió a este último. El culo brillante de jugos de Mar lo puso a cien y volteándola y poniéndola a cuatro piernas, la penetro desde atrás. Ella continuaba agarrada casi con desesperación a las dos pollas, mientras con la cabeza sobre las sabanas y el culo totalmente en pompa aguantaba las arremetidas de Goyo, que no tardo en correrse.
Exhausto, se separó de Mar, dejando el puesto a Mario, que sorprendió pidiéndole a la chica que le dejara follarse su culo. La visión de Mar a cuatro patas con el culo y sexo chorreantes le había puesto a cien. Deseaba ese culazo y Mar se lo concedió.
Tras lubricar adecuadamente comenzó una nueva follada. Lentamente y recreándose, la punta de su polla empujó, dilatando su agujerito. Aun un poco más, introduciéndola hasta la mitad y volviendo a sacarla, para no dañar a Mar, que no parecía sentir dolor. Cuando consideró que estaba ya suficientemente dilatada, su verga hizo el recorrido completo hasta enterrarse completamente en su culo. Muy perezosamente, se movía adelante y atrás por su ano, disfrutando Mario del roce y la excitación y retardando su corrida.
Mar estaba poniendo ojos de vicio y sus dientes volvían a morder sus labios, mientras Jaime sentía como le apretaba el falo cuando la polla de Mario llegaba al fondo del ano.
Un Mario que crispado comenzó a convulsionar mientras aferrado a las caderas de la chica se vaciaba completamente en su culo. El gesto de Mar cambio cuando sintió que el chico se corría, y trato de aumentar el ritmo de follada, pero Mario la mantenía cogida y pegada a él. Ella no podía sentir el semen a causa del condón, pero supo perfectamente cuando él termino de eyacular.
Cuando la saco, se tumbó junto a ella aun jadeando. Mar se dejó caer en la cama, resoplando y aparentemente cansada, aunque Jaime pensó por su gesto que en realidad lo que estaba era cachonda. Miguel y Goyo no lo entendieron asi, y pensaron que era necesario un descanso, ya que la chica no hizo intención de dirigirse a Jaime.
Goyo dijo:
- Voy a lavarme y a preparar algo de picar para cenar, yo ya me he quedado bien.
- ¿Alguien quiere una cerveza? ¿Mar?
- No gracias, luego. Ahora voy a reposar un poco.
- ¿Y tú Miguel?
- Si, te acompaño.
Tras unos pocos minutos, Mar intercambio una mirada con Jaime que él supo interpretar perfectamente. Ella no estaba cansada sino cachonda. Su mano en ningún momento había dejado de acariciarse el coño. Estaba maniobrando para tratar de quedarse a solas con él.
Pero Mario seguía allí.
- Oye Mario ¿podrías subirme un poco de agua?
Mario abrió los ojos y salió de su sopor.
- ¿EH? Si claro.
Apenas el salió por la puerta, Mar se incorporó y se subió encima de mi amigo.
En un momento y sin ningún preámbulo cogió su polla y puso el glande en la entrada a su vagina. Maniobrando con la mano, metió la punta, y luego dejándose caer, se introdujo el resto del falo.
El contacto de su polla desnuda en la vagina de Mar, electrizó a ambos, provocándoles una bocanada de placer inmediato e intenso. Jaime ya sabía que esta postura gustaba mucho a la chica, y que hacia posible que se corriera incluso sin tocarse. No fue este el caso, ya que el haber tenido ya varios orgasmos y la repentina llegada de Mario cuando aún estaban en faena, hizo que Mar tuviera que recurrir a frotar su clítoris con sus dedos.
Mario coloco el agua en la mesita de noche y se echó a su lado. Mar ya no daba sentones, solo mantenía la verga muy dentro de ella mientras se masturbaba. Le basto mirar la cara de Jaime para saber que él estaba también a punto y solo entonces, comenzó a moverse para que su polla recorriera la vagina, procurándole el roce necesario para que alcanzara el clímax y se vaciara completamente dentro de ella.
Supo compaginar perfectamente los primeros chorreones de semen con la llegada de su orgasmo, escapándose un grito ahogado de sus labios.
Mario en la postura que estaba no podía saber que lo estaban haciendo a pelo. Trato de participar acariciando el culo de Mar, pero cuando recorrió la raja y acercó la mano al coño ya empapado y chorreante de leche, ella se la retiró.
- Ahora no Mario por favor ¡¡¡¡
Dijo todavía entre jadeos.
El chico obediente, no intento nada más. No pareció molestarse. Mar se tumbó sobre Jaime cerrando sus piernas y aprisionando su verga aún más, provocando una punzada de placer extra a mi amigo. El la abrazó y así se mantuvieron un rato, tratando de acompasar de nuevo los desbocados latidos de sus corazones.
Jaime no quería pensar, solo disfrutar ese regalo que le había hecho Mar. Aun así, estaba inquieto porque en cualquier momento podría entrar Miguel o Mario darse cuenta de que estaban follando sin condón. Creía que el chaval seria discreto pero nunca se sabe.
Afortunadamente el chico debió interpretar por el gesto anterior que ya era suficiente sexo para Mar, y que su presencia allí era incomoda, por lo que se levantó y muy educadamente dijo que se bajaba a beber una cerveza y ayudar a preparar la cena.
Ella se levantó inmediatamente y de dirigió a la ducha. Jaime uso el bidé y cuando se acercó a Mar, esta le dio un beso y le dijo algo así como
- Baja ya, no quiero que vean que estamos mucho rato aquí solos.
- Ok.
Al bajar, aparentemente nadie reparo en él. Miguel estaba distraído y pareció pendiente de su llegada. Pronto estaban todos juntos bebiendo cerveza y disfrutando de una cena fría.
No hubo lugar para más sexo esa noche. Mar estaba ya más que satisfecha. Manifestó que iba a tener que poner el coño en hielo al llegar a su casa para evitar la hinchazón y todos rieron la ocurrencia. No hubo promesas ni compromisos para otra sesión, aunque Miguel dijo que dado lo bien que había ido todo, quizás se plantearan repetir o algunos nuevos jueguecitos.
Para Jaime fue más que suficiente con esa esperanza