Una historia de hipnotismo pero a mi estilo

Siestas aburridas, mujer desganada, mucha imaginacion... lo he puesto en control mental, pero tbn podría estar en infidelidad. no consentido,

Esta narración toca un palo que siempre me ha atraido como recurso novelistico, aunque sospecho que poco realistico: la hipnosis y la Cueva de Ali Baba que abre.

sin más aperturas paso al relato.

Antonio se removió inquieto en su silla.

Cada vez estaba más frustrado con el libro que tenía entre sus manos. Una mierda de la que no sacaba nada en claro.

Cuando empezó a leerlo hace varias semanas, todo le había parecido más sencillo. Pero no, no iba a ser tan fácil.

Antonio era un hombre de unos 40 años, casado y con una vida muy monótona.

Lola su mujer, no parecía entenderle en sus ansias de explorar nuevas posibilidades. Ni siquiera pudo comunicarle la más mínima de sus inquietudes. Para ella el sexo era monótono, más bien otra tarea doméstica a realizar. Sin embargo para Antonio constituía la mayor parte de sus inquietudes y anhelos.

El hecho de que Lola fuera aún muy atractiva no hacía sino consumirle por dentro. Todos los intentos de hacerla participe de sus inquietudes caían en saco roto.

Hasta tal punto que prácticamente se masturbaba todos los días. Y aunque el principio ella fue la fuente de sus fantasías. Al cabo de los meses, todo hay que decirlo, fue sustituida por la hija de los vecinos de arriba.

En parte por la rabia de ver cómo, con su mujer, las ocasiones perdidas ya iban por un número de 3 cifras. Y en parte, y todo hay que decirlo, porque la vecinita estaba para mojar pan, y el tiempo pasaba y el perdía forma física, y yo que se que excusas más.

Durante meses todo había sido muy rutinario. Consciente de sus nulas posibilidades con la vecina y ya dada por perdida su mujer. Regodeándose en la paja, que solía ser a la hora de la siesta. En esas horas mágicas, sensuales que antaño disfrutaba con Lola. Y que ahora ella utilizaba para ver esos malditos programas de cotilleo.

A través de la pequeña ventana del baño alguna vez, si había suerte, podría entrever a la vecinita, con su novio, dándose el lote en el descansillo de las escaleras. Visiones parciales a través del ventanuco de estas, que solo aceleraban el motor temporalmente.

El picor, la obsesión que ahora le atormentaba empezó en una de esas siestas.

Estaba sentado en el sofá, resignado, viendo sin ver la tele, cuando algo le llamo la atención. El programa iba de no sé qué de hipnotismo.

El caso es que hipnotizaban a presentadores y les hacían hacer cosas raras.. No parecía algo falso

El siempre había sido un autodidacta y enseguida se puso a estudiar el tema. Había montones de relatos en la web, de gente que había conseguido con muy poco esfuerzo verdaderas esclavas sexuales. No podía ser tan difícil, pensó.

Tras localizar un par de textos, se pasó varias semanas intentando comprenderlos y seguir sus consejos.

Tras ese tiempo solo había conseguido un par de bofetadas por parte de Lola. (Que por lo que se ve debía ser refractaria a todo esto). Ese último extremo quedó en todo caso descartado cuando la panadera también le empezó a mirar con cara de enfado mientras él, intentaba susurrar los parece que ineficaces mantras del libro.

Definitivamente no estaba avanzando. se sentía ridiculo.

Mierda de relatos trucados.

Lo siguiente que se le ocurrió fue acudir a una especie de curandero, cuyas tarjetas comerciales habían metido en todos los buzones del barrio. En la publicidad se aseguraba que podía conseguir que la gente dejara el tabaco mediante hipnosis. Bueno e incluso perder peso… No se perdía nada por probar.

Un poco tímidamente, llamó a la puerta del establecimiento. Una choni le abrió la puerta, y entre dos pases del chicle por sus labios, le indicó donde sentarse. No sin haberle clavado 50 euros de peaje.

No se veía muy llena la consulta. Y aunque eso le aliviaba, ya que era de naturaleza tímida, por otro lado no dejaba de mosquearle.

Se abrió la puerta y la señorita le hizo pasar al interior. Como correspondía, estaba oscuro y una insinuante luz roja iluminaba tenuemente la sala. Aromas de incienso flotaban por el ambiente.

—Siéntese, por favor — se oyó entre las sombras.

Antonio distinguió una especie de sofá y se dirigió a la voz:

—Gracias, con su permiso. — y se sentó tímidamente en él.

—Me llamo ZEGAS , ¿ Y bien? ¿Qué es lo que desea?, No parece usted un fumador compulsivo, y es evidente que no tiene sobrepeso.

Tímido y tembloroso al principio, y más confiado cuando vio que le escuchaban atentamente, Antonio le soltó una milonga acerca de querer aprender algo de hipnotismo para amenizar una reunión de antiguos alumnos, además de ser un anhelo que tenía desde joven, etc..

El Mago simplemente afirmaba con una voz suave y tranquila, Antonio cada vez estaba más confiado y se arrepentía de no haber acudido antes a un asesoramiento profesional.

Se sentía eufórico y completamente vital. Estaba seguro que con los consejos que le suministrara, aprendería lo suficiente para convencer a doña Lola para que por lo menos se la chupase un poco.

Esa noche tuvo que cortar un poco la sonrisa que sin querer, le salía espontanea, porque Lola ya empezaba a mirarle raro. No le importó que le volvieran a dar calabazas.

Tras tres semanas acudiendo a la consulta del mago, el progreso era moderado, sobre todo porque el conejillo de Indias era la maldita choni, con menos cerebro que un tertuliano de tv. Por lo que este le sugirió que trajera a un candidato más apropiado para practicar. Le pareció perfecto, y se sintió mas tranquilo sin saber exactamente porqué.

Antonio pensó en su mujer, sería fácil convencerla con la excusa de que necesitaba adelgazar, No estaba en absoluto rellena, pero siempre empezaba con esas monsergas cuando empezaba el calor, y ya estaba harto de las dietas que tenían que hacer los dos.. Bien pensado así el mago le tutelaría en las fases previas .

Tras un par de sesiones en las que aprendió los rudimentos del hipnotismo, viendo alborozado como Lola entraba en trance y respondía a preguntas del mago, se vio con fuerzas para intentar algo con Lola esa misma tarde. Se sentía eufórico. Todo iba perfectamente.

A la hora del postre comenzó a hablarla con el tono pausado y firme que tanto conocía ya. Las palabras fluían casi sin pensar, tras seguir y seguir despacio y sin prisas, haciendo los mismos gestos que el mago. En un rato se había conseguido el milagro. Doña Lola se mecía con los ojos abiertos pero mirando al infinito. Y esta vez sin la mirada del mago… Tenía carta blanca.

Tras tocarla una teta y no observar ninguna reacción, empezó con las técnicas de profundización que le habían enseñado. Hoy no haría nada más. Bueno, quizás un pequeño mordisco en un pezón, que le supo a gloria. Bien pensado. Podría metérsela un poco…. La bajó las bragas y la levantó las piernas. Estaba seca y necesitó algo de lubricante. Follársela no sería suficiente para saciar su problema, pensó entonces mientras empujaba dentro y fuera.., si solo la ordenaba hacerlo sería muy fácil y mecánico… él quería algo distinto. Necesitaba algo más perverso para vengarse de años de desidia. Y darle algo de picante a esto.

Estuvo pensando en ello toda la noche.

Al día siguiente, tras la comida, no perdió el tiempo y enseguida puso en trance profundo a su mujer.

—LOLA, ESTAS EN LA TERRAZA, HACIA UN DIA TAN BONITO QUE HAS PENSADO IR A TOMAR EL SOL ALLI, HACE CALOR Y ESTAS MUY RELAJADA

La hizo quitarse la ropa, quedándose en ropa interior y tras solazarse con esa visión la ordenó

—HACE MUCHO CALOR Y TE MOLESTA EL BIQUINI, NO HAY NADIE AQUI Y VAS A PODER TOMAR EL SOL SIN PROBLEMAS, DESNUDA. RECUESTATE EN EL BORDE

La dirigió hasta e l murete que limitaba la terraza y la hizo ponerse apoyada en el boca abajo, sus piernas bien firmes en el suelo el sujetador suelto y sus tetas se balancearon libres hasta apoyarse en el muro su culito en pompa y su cara mirando al patio. Ella se fue quitando casi sin ordenárselo también la braguita

Tranquilamente le dijo:

—ESTAS MUY A GUSTO, SOLA, RELAJADA. LOS RAYOS DE SOL TE ESTAN DANDO EN TU CHOCHITO Y TE SIENTES MUY BIEN, MUY TRANQUILA.

Realmente las palabras parecían surtir efecto, pues podía ver como los muslos se rozaban casi sin querer y se entreveía el conejito entre su pelo, húmedo.

—AHORA LOLA VAS A DARTE CUENTA QUE HAY ALGUIEN MIRANDOTE DE LEJOS, PERO NO VA A SER VIOLENTO, SINO SENSUAL, NO HAY NINGUNA AMENAZA EN ELLO, SOLO ALGUIEN APRECIANDO A LA SENSUAL MUJER QUE ERES.

Notó como Lola se paraba de pronto, y que tras sus palabras tranquilizadoras, volvía el vaivén de sus muslos. El punto crítico ya había pasado.

—LOLA, TE SIENTES MUY TRAVIESA Y VAS A ABRIRTE UN POCO DE PIERNAS PARA QUE TU ADMIRADOR PUEDA VER UN POCO. TE SIENTES UNA DIOSA DEL SEXO Y VAS A SER MAGNANIMA CON TU SUBDITO.

Enseguida vio como lascivamente abría las piernas y el sexo se mostraba ya entreabierto, muy húmedo y tierno.

—LOLA, TE ENCUENTRAS MUY EXCITADA PERO TODO VA MUY BIEN. SI TE FIJAS INCLUSO PUEDES VER QUE YO ESTOY EN EL PATIO ARREGLANDO UNAS PLANTAS Y QUE TE SALUDO. POR MI CARA PUEDES VER QUE NO PASA NADA Y ESTAS RELAJADA. TE EMPIEZAS A ACARICIAR TU CONEJITO SUAVEMENTE.

Ella suspirando comenzó a rozarse levemente con su mano derecha, despacio. Mientras gemía levemente.

—Ahora llega el momento de la diversión— pensó Antonio, y de repente empezó a decir.

—LOLA, TE ESTAS DANDO CUENTA QUE EL MIRÓN SE HA ACERCADO, PERO NO PUEDES MOVERTE PORQUE TU MARIDO TE VERÍA, TE TIENES QUE QUEDAR QUIETA, NO HAGAS NINGÚN MOVIMIENTO.

La quietud repentina de Lola confirmaba mis palabras. Mientras Antonio seguía con el plan.

—NO PUEDES EVITAR QUE EL INTRUSO ESTÉ MUY CERCA DE TI, NO PUEDES MOVERTE NI SABER QUIEN ES, Y ESO DE ALGUNA MANERA ES EXCITANTE, PUEDE VER QUE SIGUES ABIERTA, OFRECIDA. TU MARIDO TE ESTA HABLANDO Y NO PUEDES DEJAR QUE VEA NADA. TE SIENTES CULPABLE PERO ESO MISMO TE EXCITA.

Lola seguía entreabierta, Antonio mientras le tocaba por la parte de dentro de los muslos proseguía:

—EL INTRUSO ESTÁ EMPEZANDO A TOCARTE Y TU TIENES QUE DISIMULAR, SEGUIR ATENDIENDO A TU MARIDO Y QUE NO SOSPECHE NADA, QUIZAS SI SIGUES ASI SE IRA.

Pero traicioneramente seguía tocándola por la parte más delicada de su muslo, y enseguida ascendió hasta su sexo, que estaba más mojado que nunca. —Que cabrona— pensó, —conmigo hace años que no se moja igual.

—LOLA, NO PUEDES MOVERTE, PERO PUEDES SENTIR COMO LAS PRIMERAS MANOS QUE NO SON LAS DE TU MARIDO TOCAN TUS LUGARES SECRETOS. ESTA MAL, MUY MAL, PERO TE SIENTES MUY BIEN. TIENES QUE SEGUIR DISIMULANDO, A PESAR DE QUE EL PLACER SEA MUY INTENSO.

Lola gemía y abría las piernas, mientras yo metía ya un dedo en su anhelado chochito y tocaba su hasta ahora nunca tan erguido clítoris, mientras le decía:

—LOLA, TIENES QUE SER FUERTE, EL DESCONOCIDO SE HA SACADO LA POLLA, ES UNA POLLA GRANDE, VENOSA Y OSCURA Y TE VA A FOLLAR. RECUERDA QUE NO PUEDES MIRARLE Y DEBES SEGUIR QUIETA PARA QUE TU MARIDO EN EL PATIO NO SOSPECHE.

En ese momento se quitó el pantalón y la polla salió como un resorte. La dirigió hacia su entrada y fue metiéndola levemente mientas seguía hablando:

—ESTA MAL, LOLA, MUY MAL, PERO DA TANTO GUSTO. ESA POLLA MOSNTRUOSA VA A METERSE EN TI. VA A SER EL PRIMER POLLON QUE TE FOLLE. MIENTRAS VAYA ENTRANDO VAS A SENTIR QUE ESTAS MUY EXCITADA, TIENES QUE ALLANARLE EL CAMINO, FACILITAR QUE TE

TRE DEL TODO.

En ese momento se la fue clavando lentamente, notando lo receptiva que estaba, como se adaptaba a sus envites y gemía como una perra. Era curioso, la polla que hasta ese momento la follaba rutinariamente por su parte, por fuerza de la hipnosis se convertía en una serpiente pitón que la hacía estremecerse.

La cabalgada era gloriosa, los gemidos de ella irrefrenables y la presión que ejercía sobre la polla brutal, confirmando los deseos mas oscuros de su dueño.

Durante varios minutos estuvieron moviéndose acompasados, Antoni ya casi olvidado de su papel hipnótico, hasta que volvió a recuperar el sentido y prosiguió con las sugestiones:

—LOLA, CADA VEZ ESTA MAS CERCA EL ORGASMO, Y VA A SER UN CLIMAX BRUTAL.

-LOLA, TENGO ALGO IMPORTANTE QUE DECIRTE…CUANDO ESTÉS CASI EN EL PUNTO DE NO RETORNO, Y SOLO ENTONCES, RECORDARAS QUE EL EXTRAÑO NO TIENE CONDÓN Y ESTAS EN LOS DIAS MAS FÉRTILES. PODRÁS OPTAR POR PARARLO TODO Y QUEDARTE SIN EL ORGASMO, O DISFRUTAR EL ORGASMO MÁS FUERTE QUE HAYAS TENIDO EN TU VIDA. SOLO TU DECIDIRÁS. PERO RECUERDA… SOLO TE DARÁS CUENTA CUANDO ESTÉS A PUNTO DE CORRERTE.

—AHH Y RECUERDA, EN AMBOS CASOS ME MIRARAS A LOS OJOS

En ese momento comenzó a empujar más deprisa mientras con el índice de la mano derecha daba golpecitos a su clítoris.

Los gemidos de ella eran todo un poema, casi alaridos, hasta que de pronto, le miró a la cara y Antonio pudo ver como su decisión tomaba forma.

La tensión del orgasmo cercano, inminente, poderos, la certeza de saberse montada por un extraño, la fascinación de saber que el placer extremo se imbricaba con la posibilidad de un embarazo, pero el conocimiento de que la ola del orgasmo era tan intensa que no importaba nada y solo era gasolina a un fuego enfurecido.

En el se produjo también una sensación de humillación. Joder, ¿le estaban poniendo los cuernos?, ella se los estaba poniendo, lo pensaba intimamente y obtenía placer en ello, pero el orgasmo hacía que no le importara, si cabe incluso hacía el mismo efecto que en ella, el de potenciar su placer.

Todo ello lo obtuvo de su mirada en unos segundos, e inmediatamente notó como sus contracciones , poderosas, potentes, se acompasaban a sus gritos de placer, sus ojos ya vacios en la petit mort del orgasmo. sintiendo los chorros que la podían inseminar. Su polla escupiendo sin parar en su interior contribuyendo a la sensación. Vibrando, saciada el hambre de sus sexos.

Tras un rato, cuando su polla deshinchada salió con un ruido de tapón volvio a hablarla:

—LOLA, RECORDARÁS TODO, RECORDARÁS COMO SEDUJISTE A UN DESCONOCIDO Y LE FOLLASTE MIENTRAS ME MIRABAS EN EL PATIO, NO SENTIRÁS REMORDIMIENTOS SINO QUE INTENTARÁS COMPENSARME POR LO SUCEDIDO, RECORDARÁS EL TACTO DE SU POLLA Y EL ORGASMO. PARA RECORDARLO SENTIRÁS QUE TODO ESE PELO QUE TIENES EN EL COÑO ES UN ESTORBO Y QUE ÉL DESEARIA VERTE AL NATURAL.

-AHORA TE QUEDARÁS DULCEMENTE DORMIDA Y CUANDO DESPIERTES, BAJARÁS Y ME PREPARARÁS LA CENA.

Esa madrugada tardó en dormirse, seguramente por todo el tiempo que ella estuvo trasteando en el baño o quizás haciendo la digestión de la cena; que consistió en salchichas, y huevos fritos (no sé porque oscura relación en su mente).

También, porque no decirlo, tardo en dormirse porque no podía dejar de acariciar su coño recién pelado y suave, prueba de que de alguna manera le había ¿engañado?, Todo ello mientras ella roncaba agotada. No sé qué excusa de calor le puso.

También recordaba vagamente que no se podía obligar a hacer algo en contra de su voluntad a nadie hipnotizado, y no sabía porque estaba pensando en eso ahora. En todo caso enseguida lo olvidó.

Antes de dormir realizo la llamada rutinaria de la que nunca se acordaba pero que le daba esa paz y sosiego que tenía desde la primera visita: Si, ZEGAS, todo está bien, así se hará. tu nuevahembra esta ya casi dispuesta.

Ya podía dormir tranquilo.

Fin 1ª parte