Una historia de amor para cada dia

UNA HISTORIA DE AMOR PARA CADA DIA

Sentados en una cafetería Francisco y Alberto tomaban una taza de café, me atrevería a decir miles de veces pero estaría exagerando y Fran me regañaría pues serian quizás 500. Debo confesarles me siento feliz de haber cumplido mi sueño, ayer me case con él en una pequeña ceremonia al sur de la ciudad y todavía estamos planeando la luna de miel para hacerla el mes siguiente. Nuestras familias nos dieron la espalda por completo, tuvimos problemas por iniciar una relación de pareja a los ojos de ellos y agradezco haber contado con su apoyo en estos meses juntos. Alberto es lo mejor que pudo suceder en toda la vida sin exagerar, muchos de mis novios del pasado resultaron ser infieles, mentirosos y posesivos en la relación de noviazgo. Aunque sufrí mucho con ellos pude aprender de mis errores estando a punto de renunciar totalmente al amor sucedió una casualidad y podríamos considerarlo una maravilla como pocas las hay en el mundo.

Alberto: mi vida ya pensaste en las opciones de viaje

Francisco: siempre he querido esquiar en la nieve

Alberto: sabes yo quería un clima tropical

Francisco: te refieres a la playa porque siendo así está cerca

Alberto: hagámoslo lejos de la zona a otro país o destino más bello

Francisco: cierto la familia nos vería juntos

Alberto: si nos ven juntos no dirían nada

Francisco: hace tiempo comenzamos a vivir en la misma casa

Alberto: solo me gustaría disfrutar de un tiempo libre de preocupaciones

Francisco: podríamos elegir una isla exótica con aguas cristalinas

Alberto: vayamos de nuevo a la agencia de viajes en la tarde

Miami, Florida tenía muchos lugares para sus paisanos, Francisco conocía todos los atractivos pero no pensó encontrar el amor ahí y Alberto se encontraba haciendo una investigación de su tesis universitaria. Tomando café en Pinocchio italian deli en una bonita mañana de marzo, cuando coincidió por primera vez con Francisco en la zona y solo tenía mente para su trabajo, así continuo durante un mes asistiendo sin falta. El último día mientras se disponía ordenar una taza de café le asusto, Alberto se confundía con la mirada perdida de Francisco pero luego lo entendió y tras olerlo detecto una aroma a wiski mezclado con tequila. Cansado de sus decepciones amorosos cayo en la depresión, intentando quitarse la vida pero las cosas no salían de acuerdo a su plan y terminaba en el hospital, rodeado doctores sermoneándole por sus acciones precipitadas de solucionar sus problemas muriendo. En ese estado pocos los hubieran ayudado a recuperarse, ni siquiera amigos, camino a casa estuvo escuchando la vida de su extraño compañero y se preguntaba como haber llegado a ese punto tratándose de un joven casi de su edad.

Alberto le disgustaban los inconvenientes por eso frecuentaba los bares, ligaba con otros chicos para tener sexo de una noche y sin complicaciones nunca los volvería a ver si tenía suerte. Estando allí se dedicaba a hacer preguntas del tema centrándose en él, hace tiempo estaba alejado de la diversión con sus amigos de la carrera y veía una clara oportunidad de hacer una buena acción a chico guapo.

Francisco: me ayudaste sin conocerme… porque?

Alberto: solo quiero darte una mano en tu situación

Francisco: estoy solo sería mejor morirme de una vez por todas

Alberto: estarías cometiendo el error más grande de tu vida

Francisco: mis padres ni les importo he estado en hospitales y ellos nunca han dado la cara para visitarme, los chicos que me gustaban y juraban amarme me traicionaron burlándose de mis sentimientos.

Alberto: he aprendido a no depender de nadie nunca y tú podrías intentarlo

Francisco: lo dices como si fuera tan fácil

Alberto: me quedare contigo para que te recuperes y le darás un giro a tu vida

Francisco: no estoy convencido de ello pero tendrás que cumplir lo dicho

Hallar la dirección del apartamento de Francisco fue una odisea, aunque la escribió en un papel para dársela a un taxi le costó y habían recorrido dando vueltas en círculos buscando un hotel. La habitación no tenía muchos lujos pero si fotografías de los padres, su infancia había sido una época maravillosa de su vida a su lado y todo cambio tras enterarse de sus gustos por los jóvenes en una plática. Intentaron presentarlos con las hijas de sus conocidos, creyendo se trataba de una etapa pasajera de su adolescencia e hicieron salidas organizadas con el fin de hacerlo cambiar de opinión. Esto estaba más allá de un berrinche o capricho de Fran para enojarlos, nosotros no podemos elegir en cuestiones de atracción a las personas y simplemente nos dejamos llevar por el sentimiento más allá del físico, sexo, etc. Alberto acepto de buena manera su gusto por los chicos hace unos años, igual prefirió guardar en secreto su orientación sexual para el mismo y no significaba que viviera permanente en el closet.

Disfrutaba del buen sexo con diferentes compañeros sexuales, siempre usando condón porque no quería acabar la diversión por un ETS, incluso algunos de sus amigos más cercanos lo comprobaron y tuvo sus romances pero separando la amistad del sexo. Podíamos considerarlo un acercamiento más íntimo para reforzar sus lazos, ahora en la universidad estaba separado de muchos cumpliendo su sueño de ser biólogo y las distracciones pasaban a otro plano, aunque con Francisco sintió raro viéndolo a los ojos. No tenía muchos muebles decorando el departamento, obviamente costearlos le saldría caro tomando en cuenta que no trabajaba mucho y los padres le daban una pensión mensualmente asumiendo sus gastos. Aunque empezaban a cansarse de mantenerlo durante toda su vida, él tenía una carrera hecha en la universidad pero le faltaba el título y varios sobres en la mesa del centro con ofertas de trabajo. Televisión plana, estufa eléctrica, horno, baño, cocina equipada, refrigerador, sillas, cama, mesa de noche, etc. Todavía perdido en sus pensamientos ni se dio cuenta en cuanto llegaron, acostándolo en la cama hacia lo posible por mantenerlo en pie y daba gracias por hacer ido al gimnasio todas esas horas en los últimos meses.

No se salvó de tropezar varias veces en cosas tiradas en el suelo, botellas de cerveza en distintos lados casi los hacen caer en él y bueno una lámpara en su mesa de noche estuvo a punto de romperse por un golpe o más bien lo antecogió con su codo.