Una historia de amor 2

El dia despues.

Una historia de amor II

EL DIA DESPUES.

Al despertar en la mañana Adrián pensó que todo era un sueño. Al abrir bien los ojos se dio cuenta que estaba en la recamara de su madre y entonces comprendió que todo era real. Entonces apareció su madre con un neglille transparente diciéndole.

-¡Arriba flojo que ya son las diez de la mañana!

Adrián se levantó de inmediato pues a esa hora ya tenía que estar en la universidad.

-Calmado mi vida, ya llame a la Uni diciendo que tienes 40 grados de temperatura y que no iras hasta el lunes y ya le hable a doña Nachita para que no venga el viernes a limpiar la casa, así que tenemos desde hoy jueves hasta el domingo para estar solos.

Adrián solo se rió, levantándose y metiéndose al baño donde disfrutó de la mejor ducha de su vida, bueno, eso pensaba el, quedando totalmente relajado. Se vistió un pantalón corto y bajo a la cocina donde su madre lo esperaba con el desayuno ya servido.

-¿Tu no vas a desayunar?

-No mi vida, desayune hace casi dos horas.

Adrián se sentía feliz. Estaba con su madre al lado vestida de un modo que le permitía ver la blancura de sus tetas, lo hermoso de su culo, su vientre plano y esa cara con esos ojazos que para el eran los mas hermosos del mundo. Se acordó del titulo de una película que nunca había visto -"la vida es bella"- y vaya que era bella. "En cuanto pueda la voy a ver" pensó para sus adentros sin imaginarse de lo que trataba. Susana traía un gesto y una sonrisa en la cara que se notaba su felicidad a leguas.

-Tengo miedo de salir a la calle, creo que todo el mundo me preguntará porque tengo esta cara de felicidad y temo no poder callarme.

-Mamá, yo también soy muy feliz, pero tenemos que tener cuidado.

Cuando Adrián termino de desayunar se levantaron y no sabían que hacer, hasta que decidieron subir al salón de TV a ver películas. Susana caminó por delante lo que permitió Adrián disfrutar del espectáculo de ver las hermosas nalgas de su madre que a través de la tela negra y transparente del neglille se veían en su esplendor. Adrián no pudo evitar una erección, pero la disimuló lo más que pudo hasta llegar a la sala y sentarse ante la televisión. Se pusieron a ver un programa intrascendente de variedades, pero los dos tenían la mente en otro lado. Se espiaban uno al otro y trataban de ocultar su excitación. Parecían dos adolescentes temerosos de decirse algo. De pronto susy tomo la palabra.

-¿Te cuento algo muy intimo?

-Dime mami.

-En estos meses me he hecho adicta a la pornografía, he visto muchas paginas de todo tipo, pero disfruto mucho las de incesto, por semanas me invente un hijo ficticio y con el hacia el amor en mi imaginación, hasta que trajiste a Paola. Ahí me di cuenta de cuanto te amo y te deseo, por eso decidí competir contra ella. Tenia mucho miedo de que me rechazaras y me odiaras por ello, pero soy muy feliz de cómo han salido las cosas.

-Pues yo jamás te vi como mujer. Para mi eras y eres una diosa que esta en un pedestal y que es intocable. El día que me dijiste que habías pensado en tener relaciones conmigo me provocaste un volcán en mi mente. Por más que quise hacerme a la idea de que no era posible, el deseo pudo más que yo. Si el día que vino el abogaducho ese no hubieras tomado la iniciativa, en dos o tres días la habría tomado yo.

Sin darse cuenta siguieron platicando de sus cosas hasta que un momento una de las tetas de susy se salio del neglille, quedando expuesta ante los ojos de Adrián, que al verla sintió unas ganas locas de chuparla.

-¿Me dejas mami?

-Claro que si, no solo te dejo, si no que lo deseo.

Susy se coloco en el sofá en una posición donde la cabeza de Adrián quedo bajo sus tetas, como si fueras un bebe que fuera a amamantarse, el llevo sus labios al pezón de su madre y comenzó a chuparlo con infinito placer. Susy sintió una deliciosa sensación y de pronto sintió una transformación. Se transporto a los años en que le daba pecho a su hijo y todo el amor maternal exploto mezclado con el deseo sexual actual. De pronto se escuchó susurrando palabras tiernas.

-………mi bebe………..mi niñito hermoso………mamita te hará feliz………te dará todo………mi chiquito………….mi vida.

La situación era deliciosa, ella daba lo mejor de su ternura y su hijo le mamaba las tetas con un amor infinito. Ella no pudo evitar estirara la mano y acariciar el pene de su hijo, que ya había abandonado el pantaloncillo y lucia en todo su esplendor. Con su mano lo recorrió a lo largo, deleitándose con la suavidad de la piel y la humedad de su cabeza, de pronto sintió como nacía dentro de ella la sensación del orgasmo que vino lento, arrobador, delicioso. Mojo sus piernas y su vulva escurriendo dentro de su cuerpo y su alma. Quedó laxa, relajada, feliz.

Adrián se incorporo y la beso en la boca y el cuello, poco a poco con sus labios fue recorriendo la espalda, el pecho y el torso de su madre, al llegar a la entrepierna aplico sus labios a la vagina de ella, despertándole mas placer del que ya sentía. El comenzó a mamarle la raja bebiendo sus jugos y disfrutando de ello. Ella poco apoco fue cambiando la posición dándole la espalada y entonces Adrián se encontró de frente con el culo de su madre.

El momento fue mágico. Ahí estaban esos hermosos globos blancos por los que Adrián deslizaba su lengua y sus labios. De pronto se atrevió a separarlos y lo que vio casi lo vuelve loco de pasión. El ano de su madre de un color rozado parecía invitarlo a seguir, como diciéndole ¡Atrévete! Y Adrián se atrevió. Beso el ano de su madre y lo acaricio con la lengua, primero con tocamientos y luego con besos directos. Parecían dos bocas que se unían en un momento de amor. Los dos experimentaban sensaciones que nunca habían sentido, lo que un día atrás les hubiera dado asco ahora lo deseaban y sentían un infinito placer. Susana ya no sabia de si y cuando su hijo logró introducir alrededor de cuatro o cinco centímetros de su lengua dentro de su recto, el placer casi la hacia llorar. No pudo evitar murmurar.

-¡tómalo bebé!............ ¡es tuyo mi vida!................ ¡Metemela mi nene!

Adrián aplico lo más que pudo saliva en el ano de su madre, se incorporo con la verga a punto de reventar y apunto al rozado asterisco * que parecía llamarlo al contraerse y relajarse constantemente. En ese momento los dos supieron que derribaban todas las barreras, que daban un paso adelante en sus vidas, que a partir de ahí, aparte del amor, la lujuria seria parte de sus vidas. Adrián empujo suavemente y Susana se arrepintió de no tener una crema a la mano, pero no estaba dispuesta a romper la magia del momento, el mas importante de su vida sexual, por un poco de dolor. Los dos sintieron como se habría el esfínter de ella y daba paso a la verga poderosa y dura. Susana sintió que un hierro ardiendo entraba en sus entrañas pero no estaba dispuesta a quejarse y decidió aguantar todo. Sin embargo Adrián fue lo suficientemente tierno y delicado para no causarle daño. En la posición en que estaban, casi de lado, Adrián veía el hermoso rostro de su madre y según sus gestos actuaba en consecuencia. Al estar toda la verga adentro de pronto sus miradas se cruzaron, miradas de amor, de lujuria, de pasión. Y se besaron tiernamente fundidos en un acto que anteriormente les parecería sucio y ahora era hermoso. Adrián inicio el mete y saca sintiendo como el culo de su madre apretaba su verga en toda su extensión, ella en un principio no soportaba la sensación de sentirse empalada, pero poco a poco se fue relajando y en un momento empezó a sentir que su vagina se mojaba, que algo entre el dolor de la enculada y el saber que era su hijo el que lo hacia le provocaba un placer nuevo, que la sensación crecía y ella contraía sus entrañas y el culo reflejándose este placer en la verga de su hijo que empezó a murmurar.

-¡mami!……….. ¡Esto es divino!……………. ¡te quiero tanto mamita!.......... ¡Dios, cuanto te amo!

Para ella escuchar a su hijo fue como oír la voz de Dios, entrar en el cielo, y entre el dolor y el placer nació la sensación del orgasmo que vino desde su ano, subió por su cuerpo y llegó a su cerebro, donde anidó por largo tiempo, provocando los mayores espasmos que su cuerpo había tenido en su vida, lo que se reflejo en la verga de su hijo que, también en consecuencia, abrió los grifos a un torrente de semen que inundó el ano de su madre. La venida fue moustrosa, delirante, no sabían si estaba vivos o muertos, durante varios minutos ninguno reaccionó, apenas y respiraban, sin moverse. Se amaban.

Poco a poco volvieron en si y se incorporaron, viéndose a los ojos y riéndose como si hubieran cometido una travesura. Se fueron al baños y Adrián volvió a tener la "mejor ducha de su vida" por segunda vez en ese día. Se besaron bajo el agua, se acariciaron, se limpiaron mutuamente, Adrián estuvo un buen rato bajo el agua besándole el culo a su madre y luego ella mamándosela a el. Después se secaron se vistieron y Susana se dispuso a hacer la comida, mientras el veía televisión. En la noche repitieron lo de la mañana, pero ahora el terminó en su boca, dándole gran placer a su madre.

A partir de entonces ordenaron sus vidas con respecto al mundo que los rodeaba. Cuando iba doña Nachita Adrián sabia que no podían hacer nada, pero Susana arreglo las cosas para que fuera a las diez de la mañana, cuando Adrián ya se había ido a la universidad y se fuera a las dos de la tarde, hora en que Adrián salía. Por lo general comían, dormían una siesta, se despertaban dando rienda suelta a su pasión, cenaban y en la noche tenían otra sesión. Los fines de semana eran apoteósicos y perdían la cuenta de las veces que lo hacían. Experimentaban todo según lo iban sintiendo. En una ocasión, mientras le mamaba la verga a su hijo, Susana acaricio sus nalgas y le gustó lo redondas que las tenia Adrián, se acomodó de un modo en que empezó a besárselas ante el asombro de su hijo que en sus "valores" no aceptaba que un hombre disfrutara el que una mujer le acariciara el culo, a pesar de todo no protesto y dejó hacer a su madre. Esta de pronto le abrió los globos de las nalgas y empezó a besarle el ano, derrumbando los "valores" de su hijo quien, al sentir la caricia, decidió disfrutarla, pues al fin que "nadie se enteraría". La erección que esto provoco fue tan grande que luego el culo de su madre pagó las consecuencias.

Susana compró ropa íntima de lencería y algo mas atrevida para salir a la calle. El amor la había trastornado, ahora le gustaba sentirse deseada, admirada y envidiada. Entre sus juegos sexuales era que se encontraban en algún café, parque o lugar público y en el inter Adrián la seguía, observando como todos la deseaban cuando la veían pasar con alguna minifalda o blusa escotada. Esto lo excitaba mucho y su madre pagaba las consecuencias en la noche. Así pasaron los días y las semanas y el amor entre ellos cada vez era mayor. Se necesitaban más. No podían estar separados.

Estaban por cumplir tres meses de amantes cuando, un día en la tarde, Susana llego a la casa y se dirigió a su hijo.

-Mi vida, quiero hablar contigo.

-¿Pasa algo mamita?

-Si………vengo de la ginecóloga y…………estoy embarazada.

Adrián no supo que pensar ni como reaccionar. El solo disfrutaba del amor de su madre sin pensar en las consecuencias y ahora estas estaban ante el.

-¿Es……..seguro?

-Si, es seguro.

-¿Y…….que piensas que hagamos?

-Yo………pienso tenerlo……….me siento inmensamente feliz y el saber que este ser que llevo dentro de mi eres tu mismo, que has vuelto a mi, quiero disfrutarlo todo el tiempo posible. Si ya se que las consecuencias pueden ser peligrosas, pero no me importa ¿no te das cuenta que este bebé somos tu y yo unidos para toda la vida? que los hijos que el tenga serán nuestros descendientes directos, sin la mezcla de nadie, ni tu padre ni nadie, solos tu y yo unidos por el amor y el deseo, el placer y la lujuria. Este hijo será el monumento a nuestro amor, la causa de vivir, la vida misma.

-Pues tengámoslo madre y que sea lo que Dios quiera.

-Tal vez cuando engorde ya no me desees tanto.

-Yo te voy a desear siempre. Gorda, flaca, embarazada, escuálida. Es mas ya me estoy excitando nada más de pensar como te voy a coger con tu pancita.

Se abrazaron tiernamente, se acostaron y tuvieron una deliciosa sesión de sexo, disfrutando de su nuevo estado. Dispuestos a enfrentar la vida como venia, pero juntos y enamorados, como madre e hijo, como amantes, como padres.

Pacosuarez.