Una historia de amistad e infidelidad

Un día de trabajo como otro cualquiera si no fuera por la visita de mi mejor amiga y mi compañera sexual. Un día de sexo corto pero intenso. Una de mis mejores experiencias.

Una historia de amistad e infidelidad, por Anónimo.

Esto que relato es una de esas historias que se repiten en muchas parejas, pero que si te pones a pensarlo tranquilamente llegas a la conclusión que son unas de las mejores experiencias que te pueden suceder y que como tales hay que recordarlas como son, sin ataduras morales.

Todo sucedió una tranquila mañana de Junio del 2006, yo me encontraba trabajando en mi oficina, que pertenecía a un departamento de asesoramiento administrativo en la ciudad de Barcelona. A continuación de mi oficina se encontraba la de mi jefe, a unos 6 metros. Tenia la manía de poner música mientras trabajaba. Eran las 10:30 de la mañana cuando me encontraba revisando unos datos, y apareció ella, la más hermosa de las mujeres que había conocido en mi vida. Éramos amigos desde hacia algún tiempo y hacia un mes que estamos manteniendo relaciones sexuales.

Ella tenia novio formal y yo también, pero nos unía una gran amistad y por supuesto el placer del sexo. Esa mañana vestía una falda blanca que le llegaba hasta los tobillos y una camisita de asillas color azul que ponía de manifiesto sus hermosos pechos, que eran perfecto. Nada más verla mi corazón se aceleró de tal manera que me acerqué tembloroso hacia ella, nos saludos dándonos dos besos en la mejilla y le pregunté cómo estaba. Sin mediar palabra nos abrasamos muy fuertemente y nos besamos apasionadamente, poniendo lo mejor de cada uno en ese beso. Mientras nos besamos podía sentir como su corazón aumentaba en los latidos.

Seguidamente, ella paso su mano derecha suavemente por encima de mi sexo , el cual respondió rápidamente a ese estímulo y en cuestión de segundos estaba totalmente erecto. Sin mediar palabra pase mi mano por toda su vulva, notando como estaba ardiendo, de igual manera pase mi otra mano por sus pechos que estaban duros como piedras de la excitación del momento. Ella rápidamente bajo la cremallera de mi pantalón y sacó mi pene que estaba esplendoroso y totalmente erecto como una piedra, y empezó a masturbarme mientras nos besábamos muy apasionadamente. Yo metí mi mano por su falda y acariciaba sus muslos. Me di cuenta de que llevaba un tanga color blanco muy cortito y bastante húmedo por la parte de su sexo. Lo rodé un poco y empecé a estimular su hinchado clítoris.

Ella intentaba chillar pero yo le tapaba la boca. Me decía, "por favor para que tu jefe se va a dar cuenta y te va a echar", Yo le respondí " no te preocupes el no escucha con la vendita música, vamos a disfrutar del momento" Su corazón latía cada vez más rápido y hacia presagiar que de un momento a otro que llegaría al orgasmo. Empecé a estimularla cada vez más rápido hasta que sus pupilas se dilataron de placer, su vulva estaba totalmente húmeda por los jugos vaginales . Se abrazó a mi porque se caía, mientras yo le tapaba la boca para que no chillase. Después de su primer orgasmo acercó su boca a mi oído y me susurró suavemente "métemela por favor". Yo sin dudarlo la apoye en mi mesa de trabajo quedando su impresionante culo ante mi, le subí la falda, rodé el tanga e inmediatamente la penetré con gran ímpetu su preciosa y mojada vulva. Ella se retorcía de placer mientras yo disfrutaba como nunca del sexo. A estas alturas ninguno de los dos nos acordábamos de que a escasos metros estaba mi jefe y que de un momento a otro podía venir a mi oficina.

Estábamos pasándolo como nunca, yo sentía que me iba a correr y se lo hice saber. Ella me respondió "espera que quiero correrme otra vez. Se empezó a estimular el clítoris miestras yo seguía penetrándola con el mismo ritmo, fuerte y constante. Ya no podía más me iba a correr y sentía el gran placer del momento, ella se volvía a retorcer del placer y decía en voz baja "me voy a correr sigue, sigue que me voy a correr" se vagina estaba totalmente húmeda, encharcada en sus jugos, cuando me agarró fuertemente y llegó por segunda vez al orgasmo. Inmediatamente saqué mi pene el cual estaba enorme como nunca lo había visto y eyaculé en mi mesa, encima de unos papeles importantes. Nos miramos a la cara y después de un gran beso, empezamos a reírnos por los papeles que tenía totalmente manchados de mi esperma.

Nos despedimos con fuerte abrazo y nos dimos las gracias por aquel momento. Ella se fue, y yo me quedé pensativo recordando aquel momento, ya que de todas las veces que habíamos tenido sexo, aquella vez fue la mejor y la más corta. Desde aquí agradecerle a ella todos los buenos momentos que pasamos juntos, es la mejor mujer que he conocido, una diosa del amor y del sexo, pero sobretodo la mejor amiga y compañera que he tenido. Por todo gracias!!!!!!!!!!