Una historia antigua ya

Como me montó uno de los operarios de la construcción de mi casa

Historia bastante antigua ya         por    Ma. Cecilia

En esta etapa de mi vida he querido mandarles otra de mis aventuras, la que ocurrió exactamente como la escribo ahora…No le agrego ni le quito nada.. Sé que a todas nos gusta mucho cuando una de nosotras cuenta su primera experiencia. A todas nos encanta cuando nos cuentan cómo se pusieron los primeros tacos o el primer par de medias…mucho más al saber cómo  fue, la primera vez que sintieron lo que nos  hizo mujeres. Cuando las tomó un hombre. Yo ya lo conté hace años, pero quiero contarles una de mis experiencias que la guardo muy especialmente en mis recuerdos por lo impactante y fabulosa que fue. Ojalé no las aburra.

Ya saben todas las que han leído mis historias, que me considero una mujer desde hace muchos años. Por supuesto que con algunas dificultades por el tipo de vida que me tocó vivir, pero en el sentir, en lo sexual y en el pensamiento una mujer hecha y derecha,  y aunque no he contado toda mi historia, en la época que ocurrió este episodio,  vivía casi diariamente como mujer. No tanto como vivo el día de hoy que es mucho más completo,  y con el consentimiento y apoyo de mi esposa. Pero en aquellos días donde se dio esta historia no era tan así.

Habíamos completado casi toda la construcción de nuestra casa, y correspondió un día sábado los famosos “Tijerales”.

(Fiesta que se hace en Chile, cuando la construcción de una casa completa su obra gruesa. La tradición indica que el dueño de casa invita a los operarios que están construyendo, a un almuerzo con la intención de que la casa tenga buena suerte)

Nos reunimos varias personas de mi familia y le del vecino que nos había vendido el terreno para construir. Se compraron todas las cosas que se acostumbran en estas ocasiones y comenzamos a almorzar todos alegres. Tomamos aperitivos y un buen vino que yo había traído en mi auto desde la otra casa.

Durante el almuerzo me di cuenta rápidamente que uno de los maestros no me quitaba la vista. Yo no lo identificaba especialmente. Eran aproximadamente 8  hombres los que estaban trabajando y éste aparentemente parecía el más joven. Cuando  ya estuve seguro que me miraba insistentemente, yo también lo empecé a mirar para identificarlo mejor. Era un moreno buen mozo, cabello con  rulos, labios relativamente gruesos y bonitos dientes. Delgado.. Me pareció que tendría unos 23 o 24 años. Las miradas que me daba eran con anteojos de sol, de manera que no le veía exactamente los ojos, pero no había duda de que su mirada estaba a cada rato clavada en mi.  Por supuesto que me agradó la situación y al verlo  reírse y moverse me gustó como hombre. No es fácil que un hombre me guste la primera vez que lo veo. Siempre me empieza a gustar a medida que lo voy  tratando, pero con el desarrollo del almuerzo y la situación alegre que se estaba viviendo, me gustó. Por eso yo también, dentro de lo que se podía, empecé a mantener mi mirada en su cara, sin desviarla. Luego de este cambio mío, que duró un buen rato, él se quitó los lentes de sol y las miradas pasaron a ser directas. Por supuesto que ninguno estaba  bebido ni mucho menos diría yo, bajo los efectos del alcohol, pero por supuesto que más osados y con ganas de hacer locuras.

Como a mí me quedó muy claro que me había gustado y él no me despegaba la vista, comencé con una técnica que uso a veces, pero cuando ya estoy emparejada con un hombre,y quiero coquetearle.. Esto consiste en mirarle la boca con exageración, de manera que él lo note claramente. Siempre lo había hecho cerca del hombre o abrazados, pero lo empecé a hacer a pesar de que estábamos un poco más alejados, pero no tanto. Solamente uno frente al otro separados por la mesa que se había improvisado con caballetes. Sin llegar a descuidarme y que alguien de los presentes se diera cuenta de estas miradas extrañas, continué mirándolo a los ojos y bajando mi vista  hasta su boca y así durante mucho rato.  Casi al final del almuerzo se acabó el vino que yo había traído, pero yo mismo dije que no se preocuparan, que tenía más en la maleta del auto. Me paré para dirigirme a la parte de adelante de la casa y él se paró inmediatamente diciendo: “ lo acompaño ”.

Caminé hacia el frente de la casa un tanto extrañado de su valentía y llegamos al auto. Cuando abrí la maleta y me agaché un poco a tomar un par de botellas, se arrimó un poco a mi cuerpo y me dijo: “ Te quiero culiar

Sí? , le contesté mirándole la boca y los ojos, mientras tomaba las botellas… Sí, culiemos al tiro, te lo quiero meter ahora ..

No , le contesté,.. aquí imposibleotro día …. ¿Cuándo ?  Me preguntó ansioso..   Yo pensé rápidamente que lo que quería en ese instante era acostarme inmediatamente con él , pero le di un par de vueltas en mi cabeza mientras cerraba la maleta y le contesté : el martes¿hasta qué hora se quedan trabajando Uds.?

Hasta las 17.00 horas, me contestó.

¿A las 18.00 ya no hay nadie? Le dije para asegurarme...a medida que íbamos volviendo a la reunión.

A las 6 de la tarde seguro no hay nadie, yo te voy a esperar , me agregó, justo en el momento que llegábamos con el vino..

Durante el resto de almuerzo, y hasta que se fueron, nos seguimos mirando con descaro; pero descaro entre los dos, sin que nadie se percatara. Me sentía ahora más segura con él, ya que estaba concertada para algo…

Los tres días que siguieron pensé mil cosas.

Que me había equivocado. Que no era seguramente para tanto. Que era muy, pero  muy joven, pero lo que tenía claro, era que estaba excitada con él, y que si se daba, por supuesto que iba a culiar con él.

Mi vida sexual en esa época, en cuanto a hombres se refiere era escasa. Aparte del sexo que tenía con mi esposa, siempre, absolutamente siempre con medias, vestido y tacos, era pobre en machos. Felizmente, mi esposa en esa época  aceptaba que prácticamente todo lo relativo a sexo, era entre dos mujeres, y la verdad, no reclamaba mucho. Lo que le molestaba no era vivir con con otra mujer, sino lo que me demoraba en estar lista a veces cuando  no me había depilado. Yo nunca me he puesto medias  sin  tener las piernas perfectamente depiladas, pero bueno, eso no tiene que ver con la historia..

De cualquier forma que sea, esa tarde y 5 minutos para las 6 de la tarde, llegué a la construcción. Abrí calmadamente el portón e ingresé a la casa propiamente tal. No había ningún ruido y no se apreciaba ningún vestigio de la presencia de personas.

Caminé lentamente por los diferentes espacios y llegué al lugar que es hoy día mi escritorio. En ese momento pensé que nadie estaba esperándome, que me había equivocado o quien sabe qué cosa podría haber pasado.  No tenía posibilidades de haber traído un vestido por supuesto, pero venía depilada perfectamente, con calzones bien rebajados y medias con liga.

Me quedé mirando por lo que hoy día es la ventana del escritorio y de pronto sentí que me abrazaban por detrás…Tomé esas manos y mantuve mi cuerpo apegado al de él…El me besó en el cuello y sin variar nuestras posiciones, bajó sus manos para desabrochar mi cinturón.. mis pantalones cayeron y levanté una y otra pierna para deshacerme de ellos y moverlos a un lado…Seguíamos juntos, el atrás mío y sentí claramente en ese momento su miembro duro sobre mis calzones… Bajé mi mano, llevándola hacia atrás con la intención de palpar su miembro (en Chile se le dice PICO, nombre maravilloso para nosotras en nuestro país) y mi sorpresa fue mayúscula ya que lo tenía parado y afuera de la bragueta..Yo no me di cuenta en el momento se que la abrió y se lo sacó..  Me di vuelta y me vi frente a ese muchacho maravilloso…era joven y muy lindo…Yo estaba pegada a él sin pantalones, solamente con calzones y medias con liga..en ese momento me saqué los zapatos, uno ayudado con el otro quedando sólo con las medias, ya que me había preparado para la ocasión y no llevaba   calcetines, sólo unos zapatos tipo mocasín.  Ahora yo solté su cinturón y le bajé los pantalones con slips incluidos,   retirándole una y luego la otra pierna…  Me quedé agachada y miré lo que tenía al frente. Un pedazo de miembro masculino duro como un palo y apuntando al techo..Comencé a chuparlo metiéndolo todo hasta el fondo en mi boca. La verdad es que lo que se dice chupar un pico, lo había hecho hacía ya 6 años o tal vez más. Por lo tanto comprenderán lo excitada que estaba teniendo esa maravilla en la boca. No pude chuparlo mucho porque Miguel; ese es su nombre, me dio vuelta y me bajó los cuadros..Casi me vuelvo loca cuando sentí su boca besarme mi orificio.  Sentí un escalofrío de calentura impresionante. Si no le dije, culéame al tiro mi vida ,  fue solamente porque no tenía ninguna confianza previa con él, a pesar de que estaba terriblemente caliente.

Separé ligeramente las piernas, para que mis nalgas permitieran que me apoyara la cabeza de su verga. Tenía claro que no iba a tener problema muy difícil para que me entrara, ya que antes de salir de mi casa, me había metido un par de veces uno de mis consoladores con crema, solamente para que mi esfínter quedara más complaciente..Me incliné un poquito en el borde de la ventana y le ofrecí mi culo sintiendo inmediatamente su callampa dura y mojada. Con un mínimo empujón fue entrando entero lentamente hasta el fondo y sin problemas… Hay  mi vida, le dije en el  momento que iba entrando…  que maravilloso lo tienes… Comenzó entonces a culiarma parada y un poco echadita  para adelante..Lo sentía fabuloso…una sensación de placer en mi culo impresionante…entraba y salía con una fuerza que me hacía sentir poseída a fondo…me sentía enganchada a él…atravesada.  Logré darme vuelta un poco para buscar su boca…me besó metiendo entera su lengua…sentí que me desmayaba..Volví a sentir la sensación que tuve alguna vez hace años cuando era chica y me lo metió un hombre maduro…era algo impresionante. Al ratito me estaba montando violentamente, con esa energía del macho joven,..violento..su pico duro entraba y salía llevándome a los cielos… y en ese momento acabó llenándome entera de su semen. No sé sí fue mucho o poco, pero sentí cuando un chorro me entró calientito.  Nos separamos y comenzamos a besarnos de una forma alocada. Lo besé en los ojos, el cuello la cara  y la boca, quería comérmelo. Estaba tan excitada que lo dí vuelta y le metí mi lengua en su culo, volviéndolo como un loco..Logré así lo que había pensado todo el fin de semana…. Chuparle el pico y tragarme entero su semen. Le encontré un sabor divino, realmente divino..se deslizaba por mi paladar y mi lengua, viscoso, livianito y con un gusto maravilloso.

Esa fue la primera montada de tres que me hizo esa tarde. Culiamos tres veces, y me hizo acabar en la tercera, sin tocarme mi pene.

Regresé a mi casa alucinada. No quise sacarme ni las medias ni los calzones para dormir. Mi esposa no preguntó nada especial, pero dudo que no haya sentido el olor del semen.

En una conversación muy posterior comentamos que me había acostado con él varias veces. No dijo nada importante. Me pareció o simplemente pareció, que se había dado cuenta  en el momento y celebrado que me lo hubieran metido.

No sé si me anime a volver a enviar otra historia. Tal vez..-

Ma. Cecilia