Una historia

Una historia de como las hormonas hacen su trabajo entre dos.

El Lado amable de las cosas

Esto sucedió hace tiempo, no quiero precisar con números cuantos días pasó.

Voy a escribir lo que sucedió con mi hermana menor. Soy el mayor de varios hermanos. He visto como mi hermana que tiene 16 años ha ido cambiando su cuerpo. De ser algo pequeño frágil en unos años ha pasado a ser objeto del deseo más oscuro y ardiente que he podido tener.

Todo comenzó al emigrar yo a la universidad, las visitas a la casa se volvieron semanas y por la carga de estudios algunas veces se alargaron. Todo comenzó alguna vez que mi hermana fue en ese tiempo al Internet y regreso con unas impresiones de un cuento que le habrían pedido de tarea. Seguramente ella solo había leído el inicio del cuento pues siguiendo la trama se trataba de un cuento erótico. Yo lo leí y me pareció bueno. Eso despertó en mí una nueva inquietud. Posteriormente empecé a leer cuentos eróticos y cada vez de temas más variados, hasta que llegué a los temas de tabú. Incesto amor filial etc. Con esas lecturas se fueron acompañando de la búsqueda de imágenes que complementaran las lecturas. Y de pronto se vino la imagen. Esa imagen de una hermana puberta en cambio fisiológico hormonal y de cuerpo. Empecé a observar como lentamente se cambiaba ese cuerpo delicado de niña en un cuerpo funcional, lleno de hormonas, con los cambios propios en el cuerpo y la parición de protuberancias que empezaron a hacer estragos en mí. Algunas veces ví como ese cuerpo causaba una respuesta muy sexual con el aceleramiento de mi ritmo Cardiaco, erecciones hasta sueños muy húmedos en donde el erotismo reprimido afloraba en cada sueño.

Al pasar los meses recuerdo que una vez ella dejo la puerta de su cuarto semiabierta por donde salía una línea de luz, la cual me llamó la atención y pude observar su cuerpo ya transformado su piel blanca llena de vida y al seguir ese cuerpo curvilínea ya, ví una línea de tela negra la cual correspondía a su brassier. Ví como su pecho ya llenaba la copa y su ya contorneada cadera con una pantaleta de corte muy teen negro. Esa imagen causó una respuesta inmediata en mí y claro tuve que descargar esa energía despertada de una forma muy salvaje e intensa. Esa imagen también despertó ese deseo el cual me llevaba a verla como un deseo, como una mujer muy sexy.

Creo que también ella tuvo ese despertar y en el ordenador y el uso de la Internet en casa empezaron a aparecer imágenes de hombres, lo cual supongo que ella los veía y hacía uso personal de las imágenes. Pero también en algún momento me percaté de que de forma muy discreta observaba cuando me cambiaba de ropa, cuando salía del baño. Recuerdo una vez que llegué de prisa a la casa y la salude como siempre, me metí a mi cuarto y me dispuse a cambiarme de ropa para asistir a un evento nada formal que ya tenía en cuestión de minutos. Ella entró atrás de mí y se dispuso a ocupar un lugar en la cama y con gran interés vi como me observaba al cambiarme de ropa. Con cierta calma me fui quitando el pantalón y me quedé en ropa interior. Ella no perdía detalle de mi anatomía, y claro tuvo su repuesta normal. De su blusa de licra ví como dos protuberancias se marcaban a través de su brassier. Eran sus pezones de adolescente que demostraban que estaba con un cierto grado de excitación. Disfruté esa imagen pues pude comprobar como sus pequeños senos tienen una forma y tamaño muy simétrica y claro aparte de esa belleza son muy apetecibles.

Pasó el tiempo quizá unos meses, hasta que alguna de las lecturas ví como con un poco de valor se podrían dar las cosas. Ese día llegó estando ella y yo solos en casa ella estaba en el ordenador y se me ocurrió preguntarle que talla de brassier usaba, ella me contesto con certeza y le dije que le iba a regalar un juego completo.

Por falta de organización tarde un pequeño tiempo en poder conseguir las prendas prometidas, eso si deberían ser color negro. Eso si para no ser tan obvio no las conseguí muy sugerentes. Se las mostré y le pedí que se las pusiera. Claro con un poco de pena me modeló su regalo y que imagen! Caray a pesar de no ser una modelo se veía muy atractiva, apetecible, deseable, eso pechos atrapados en la copa del brassier a pesar de no ser muy voluptuosos llamaban con en el oasis en el desierto al perdido. Y esa pantaleta que cubría con un coqueteo esa cadera con dos glúteos claro no muy grandes pero que llamaban a ser tocados por mi mano. Fue muy breve el momento y al instante se fue a poner más ropa.

Paso un lapso de tiempo hasta que estando ella y yo solos en casa estábamos conversando de diferentes temas nada importantes, fui llevando la conversación a temas más picantes. Y le pregunté su opinión sobre los free. Ella me contestó que no lo habría intentado con nadie y que no eran de su agrado. Ella me lanzó la misma pregunta a lo cual yo respondí que si no habría ningún compromiso yo estaría de acuerdo en de vez en cuando con alguna amiga tener un pequeño encuentro de besos y caricias.

Me dí valor y le dije te animarías?

Ella me respondió: Con quién?

Yo le dije: pues por ejemplo conmigo?

-No, somos hermanos, como crees que podría yo hacer algo así.

Me quedé uno segundos pensando la justificación a esa respuesta: -pues mejor que no vez que nos conocemos de toda la vida. Además yo no tengo compromisos ni tú tampoco. Ve por el lado amable las cosas, solo es un momento relativamente erótico, y la verdad yo tengo la duda sobre que se siente besarte los labios. No se tú pero siento un deseo muy erótico que nace en mi sangre y como no tengo con quién desahogar este deseo pensé que tu podrías cooperar.

Ella se quedó como asustada con la justificación. Se observaba una cara con una expresión muy extraña. Al momento respondió: No lo sé. No creo que este bien tu proposición. Por favor somos hermanos!

Me fui acercando hacia donde ella estaba sentada y la tomé de la mano dándole un beso sobre su palma. No opuso resistencia pero si me respondió: Nooo mira que somos hermanos!

Le tomé la otra mano y se la besé hasta la muñeca, con mi mano izquierda la tome suavemente del mentón y acerque mis labios a los suyos.

Que delicioso me supo ese beso, proseguí a un beso mas profundo y nos abrazamos, podía sentir su cuerpo, su calor, sus manos recorriendo torpemente mi cuerpo. Las mías se fueron dirigiendo a su pecho. Lentamente me fui deslizando hasta su brassier, levanté su blusa, retiré las copas, y me dispuse a jugar con sus pechos. Me apoderé con mi boca de sus pezones y comencé a succionar con intensidad creciente aquel manjar de la cual me compartía. Llevé su mano a mi creciente falo y le fui mostrando como acariciar hacia arriba y hacia abajo.

No se cuanto tiempo pasó pero de repente nos vimos a los ojos y nos separamos. Hubo un silencio finito, nos separamos, nos arreglamos la ropa. Y súbitamente apareció la frase: "esto solo ha pasado, entre tu y yo, no se si volverá a ocurrir".