Una herramienta quebrada

-¿Qué quiere? Le dije de golpe, ya que no le interesa mi vida me saco con interés propio de ella. -recuerdas… recuerdas cuando recién ingresaste. -eras un niño complaciente y agradecido

Mis caballeros es mi nueva apuesta espero les guste una historia envolvente con mucha trama de fondo y espero sea de su agrado respecto a mi otra miniserie tendrán el nuevo cap. El 17 de este mes; este capitulo va dedicado a mi alma (por si vuelves a entrar por acá Jesús) y a Marco.

UNA HERRAMIENTA QUEBRADA

Capitulo I.

Santiago.

Suspire antes de ingresar al gran centro recreo deportivo de natación distrital; tenia puesto mi camisón blanco, con la cabeza sumergida en la sombra de la capota; no podrían detallar nada de mi cuerpo y seguramente daba miedo, mi pantalón es ancho y ya esta algo gastado, lo que sigue es lo normal las medias y los tenis blanco.

En mi mano cargaba una maleta con ropa mejor, para cuando saliera, una gorra y gogles de silicón y como con el entrenador no se sabe, traje una pantaloneta y si le da por joderme empaque el traje de poliéster son mejores… la licra se arruga o se transparenta y en un equipo de natación que se transparente tu traje no es lo mas cómodo.

Tras las puertas de cristal, observe los diferentes equipos, muchos ya se habían cambiado lucían su corta pantaloneta con su torso desnudo salpicado por unas cuantas gotas y es que podías encontrar lo que quisieras estaba el de pectorales fuertes de tetillas anchas y piel bronceada, el de pectorales duros pero no abultados que le acompañan una fina tableta en su parte inferior se parte en V invitándote a mirar mas halla de la pantaloneta; esta el chico moreno de tetillas pequeñas pero totalmente entrenado que pareciera podría desarmarte con solo mirarle.

Había de donde; camine a paso acelerado suelo llegar tarde por que no me gusta salir de casa sin haberme asegurado que mi mamá esta bien, y no es que ame la natación pero me libera de muchas tenciones a demás el gobierno nos subsidia con un dinero que me cae muy bien; pues es el único sustento en mi hogar, intento ser cada día mejor  ya me encuentro en la piscina diecisiete lo que indica que tengo potencia, resistencia, y agilidad.

Mire mi lugar soy el numero tres en la línea, pero estaba todo tan vacio, solo estaba la piscina removiendo el color azul del agua, reflejando de forma torpe la luz blanca del techo, aun con zapatos ya sentía las baldosas frías y es que el ambiente es helado y los colores no ayudan, aquí todo es blanco u azul. Mire a un costado y (suspiro) ahí estaba la silla del entrenador, en el reposabrazos estaba la libreta y el bolígrafo; en la parte del espaldar el pito.

Mi entrenador… bien, el fue el que me invito a practicar en este lugar, me enseño en mayor instancia lo que se, es el quien decide quien debe ser subsidiado y quien no; dependo de su buen humor un mes sin ese dinero y no sabría que hacer. Por un lado esta la casa, mi madre, mi hermano pequeño Camilo de siete años.

El reloj en mi muñeca pito tres veces debía alistarme, sumergí un poco mas mi rostro en la  capota, tome mi maleta y me dirigí a los camerinos, aumentaba el paso, veía la estancia tan lejana, al ingresar encuentras a los tíos desnudos sin reparo alguno; en mis primeros días temía a las erecciones, luego lo vi como algo normal puedes ver una polla realmente flácida escondida por el frio de la regadera o por el contrario ves una morcillona que amenaza por alzarse al techo con orgullo masculino.

Todo entra a la confidencialidad lo que ves aquí no se comenta de ninguna manera, si te tocan el culo no es que sea gay es compañerismo la cosa es a quien se lo tocas; muchos compañeros me palpaban el hombro y seguían a sus casilleros sonreía de todas maneras, al llegar a mi casillero me comencé a quitar la ropa tome el camisón blanco entre los dedos en la parte de la cintura y lo subí sentía como todos mis músculos se tensionaban. La atenace a mi mano y me contemple tenia unos pectorales fuertes de tetillas anchas, una cintura delgada a comparación de mis hombros, detallaba cada cuadro de la tableta y la delgada línea de vellos que iniciaba desde el estomago.

Tengo algunas pecas en el pecho, lo considero atractivo, las de mis rostros me dan un toque de inocencia que se fortalece cuando logro ruborizarme, mire a uno de mis compañeros que se retiraba el pantalón luego de desapuntarlo se bajo el cierre, su paquete entre el bóxer se mostro con orgullo en estado morcillón palpitando entre la tela; pase algo de saliva al observar su culito y aquellas piernas.

Me cabeceo amigable.

-se te hará tarde es mejor que te apures.

-¡la clase! Es verdad

Sick cycle carousel. Lifehouse Tome mi pantalón ancho y le baje de golpe, con bóxer y todo incluido a fin de cuentas me toca ponerme el traje; observe mi polla alzarse un poco descapullada con algo de venas en el tronco y los huevos llenos de leche, mire a mi alrededor con disimulo; nadie me miraba, la tome entre mis dedos y masajee un rato el glande, el calor que se siente al apretar el pulgar con cierta fuerza es gratificante.

Pero dejando un poco el juego tome mi traje color azul que contrastaba perfectamente con el color gris en mis ojos, me lo coloque, me mire en el espejo de la puerta acomode mejor mi cabello castaño y dejando todo a dentro cerré; tenia cerca de quince minutos de retraso y por lo que vi el entrenador ya había llegado; ♪Si la vergüenza tiene un rostro, yo pienso que luciría cómo el mío; Si tiene un hogar, serían mis ojos. Me creerías si te dijera que ya estoy cansado de esto…♪exhale con fuerza apretando las manos termine pateando los casilleros de abajo. Y Salí del lugar corriendo.

-permiso. Odio a la gente que ve que tienes prisa y se mueve lento.

En un momento mientras parpadeaba para observar bien donde miraba, me detuve en seco y sentí una fuerte reacción en el pecho que posteriormente acabo en sonido, lo fuese dejado ser, pero mis compañeros a mis lados se acercaron curiosos mirando el suelo. Mire a lo lejos a mi entrenador vestido con camisa roja y una pantaloneta azul contando el tiempo de mis compañeros.

Removí mi pie indeciso pero patee su zapato, si… seguía en el suelo, esperaba a caso que lo levantara, mire al suelo y ese chico, logro dibujarme una sonrisa en el rostro, tenía sus codos apoyados al suelo y me miraba desafiante.

Su cabello era castaño, su piel se encontraba dorada quizás se bronceaba, pero era un tono perfecto, le quedaba tan bien para su boca tentativamente roja que resguardaba sus perfectos dientes blancos; pero sus ojos a pesar de mirarme con rabia el brillo de sus ojos era intenso color verde, eran color verde. Hermosos…

Llevaba puesta solo su pantaloneta marcando cada cuadro de su abdomen en su delgado cuerpo, ¿que deporte practicara? La cosa es que le sentaba muy bien ni de lejos mis pectorales pero los de él venían marcados, de tetillas morenas y algo anchas.

Le tome de la mano y lo levante a mi, cuando le tuve cerca me detuve a mirarle, realmente guapo el hijo de puta, me empujo fuertemente y diciendo cosas al aire salió perdiéndose en el fondo del lugar seguro iría las duchas.

♪Traté de seguir tus pisadas, Traté de perseguirte hasta abajo, Traté de ver que tan bajo podía caer… Traté de ganar mi camino, Traté de cambiar esta mentalidad; Será mejor que creas que yo he tratado de vencer esto♪

Zarandee mi cabeza y corrí a mi sector, al mirar la piscina el entrenador me miro algo airado con un toque malicioso, me tire inmediatamente y sin permiso al agua; y comencé a nadar hundiéndome en el agua apoyando mis fuerzas a las piernas, nada con alta velocidad sentía que mis músculos se tensaban pero era soportable; al llegar a la orilla di un bote y me empuje con las piernas.

Cuando llegue, le mire.

-¿y bien?

-minuto y medio. Me dijo desafiante a través de sus ojos cafés, su cuerpo era un mar de músculos, pero muy bajito lo que le quitaba la perfección; a demás mayor treinta y siete.

Me volví a sumergir y así dure un buen tiempo hasta que nos hizo salir; todos en hilera, mirándole a los ojos y comenzó…

-ustedes, dijo apuntando con el dedo. –partida de haraganes, quien no quiera estar aquí bien pueda y se va; a mi clase se llega…

-¡¿como se llega Ignacio!?

-con el traje en perfectas condiciones.

-pedazo de idiota; dijo golpeándole en la cabeza.

-¡¿como se llega Sergio!?

-puntual y con precalentamiento por nuestra parte.

El entrenador sonrió, me miro a mi como ultimo en la fila, -¿cual han cumplido?

-ninguna señor, respondimos en coro.

El entrenador que por cierto se llama Javier, removió su boca de lado a lado con cierta repugnancia, el aire se volvía espeso en su cercanía, el aroma de su cuerpo era realmente hostigarte.

-no tendrán subsidio este mes, espeto molesto.

-señor, si señor, respondieron ellos.

Claro como ellos tiene con que sostenerse yo no, necesito ese subsidio, no solo eso necesito un poco mas lo que el llama “compensación”  se acerco a mi con cierta duda, me miro desafiándome a decir que aceptaba lo que decía.

Inhalo algo de aire –pueden irse.

  • ¡pueden irse!- -¡¿pueden irse?!

Resople aire con fuerza, y me encamine con mis compañeros, lo sentí tomarme del brazo con fuerza, el sabia por lo que yo pasaba, si, por el estoy aquí, pero el sabe por que sigo aquí; me solté con un nivel de respeto y me fui a los camerinos.

♪ ¿Cuándo va a terminar esto?

Vuelve a pasarme una y otra vez; Sigue dando vueltas alrededor, yo se que no quiere parar Hasta que yo me salga de esto por bien♪Cuando me vi vestido y casi no quedaba nadie en el lugar, me senté en la banca con las manos en la cabellera, respirando como una manera de tranquilizarme y no salir pateando todo; apreté la capota a mi cabeza y removí mis dedos entre ellos con ansiedad.

Mire el reloj, un lado a otro, y me levante resignado; Salí de mi zona y entre a la de maestros.

Abrí la puerta con una patada, y ahí estaba tomando café fumándose un abano mientras acariciaba un agila de oro y bronce; levanto los ojos entre sus gafas y continuo en su labor.

-sabe que necesito el dinero…

-debiste pensarlo ahora lárgate.

Cerré la puerta a mi espalda; -no me iré sin que me prometa no me robara la mensualidad.

-siéntate, dame razones; dijo ubicando la mirada de esa maldita águila a mi.

-necesito la mensualidad usted sabe que mi madre no trabaja.

-si es una puta alcohólica. Retorció su abano entre los labios

Me levante airado, y empuñe mi mano a su rostro pero por mi mente paso la imagen de mi hermano y de mi madre; tome algo de aire y me moví de lado a lado en la sala intentando tranquilizar el nivel de sangre que ya hervía.

-¿Qué quiere? Le dije de golpe, ya que no le interesa mi vida me saco con interés propio de ella.

-recuerdas… recuerdas cuando recién ingresaste.

Cerré los ojos y lo mire agotado; su mano me indico que me sentara apreté mis manos al reposa manos –lo recuerdo…

-eras un niño complaciente y agradecido…

Carraspee un poco mi barbilla y sentí como se colocaba de pie, el aire de su abano y café se le sentía en cada paso, se coloco en frente de mi. Dejo su taza en el escritorio y me acaricio el cabello.

-sabes que debes hacer…

♪Yo nunca pensé que terminaría aquí, Nunca pensé que estaría parado donde estoy… Supongo que pensé que sería más fácil de lo que es… Supongo que he estado equivocado ¿Ahora? una vez más…♪

Jalo mi cabellera hacia atrás cuando observe sus ojos él respiro profundo mi aroma para sonreírme ampliamente; acerco sus labios a los míos y los beso con fuerza, jalo un poco mas fuerte me obligaba a recibir su lengua, sentía como pasaba por cada rincón de mi boca, sus labios apretando los míos impregnándolos de aroma a abano.

Se magreo la polla fuertemente con la mano que tenia libre, apretando con fuerza, su pene ya se mostraba alzado entre la tela del la pantaloneta; me miro sin apartar los labios de mi boca así que levante la mano y comencé a sobarle el paquete; adquiriendo mayor tamaño a cada paso, la tela ya se mostraba húmeda del preseminal que absorbía.

Llevo sus manos al elástico dejando caer su pantaloneta a sus piernas; cuando se despojo de esta coloco su rodilla a un costado de mis piernas apoyada en el cojín, alzo la pierna que tenia en el suelo y la coloco en el reposa brazo; tenia su polla totalmente tiesa surcada de fuertes venas goteando baba en frente a centímetros de mi cara. Apoye mis manos en sus piernas y me deje deslizar entre la tela de la silla; cuando esta golpeo mi boca se alzo mojando mis labios; sin tocarla me la introduje centímetro a centímetro.

Mi entrenador comenzó a mover la cadera despacio dejándola deslizar en mi lengua; se escuchaba su risa mientras llevaba la cabeza hacia atrás; su mano tomo mi cabellera y previendo lo que pasaría me la introduje de golpe a la boca chupándole el tronco; mientras mis manos se aferraban cada vez mas a sus piernas.

-la extrañabas ¿no Santi? Dijo mientras gemía

El movimiento aumento; debí tomarla de la base se la pajee un poco en lo que yo tomaba aire; le escupí por primera vez mientras implantaba mas velocidad en la mano.

-no te quedara tan fácil.

Cuando su voz resonó en el lugar; me detuve le solté la polla mientras el retomaba su mano en mi cabello me llevo la cabeza hacia atrás se acomodo un poco y dejo que su polla se deslizara por mi paladar; una y otra vez despacio; su rostro se encontraba totalmente rojo en su frente aguardaban gotas de sudor.

-cómela.

Mi nariz toco los vellos de su vientre; espero un tiempo para sacarla y nuevamente el movimiento de caderas se intensificaba para luego pausarse con su polla tocándome el fondo de la garganta. La saco de mi boca y pasando su glande por mis labios me miro tomar aire.

-buen chico. Y dos palmadas en mi mejilla me pidieron que me levantara.

Cuando tuve la oportunidad me sumergí en la capota; deslizando mis manos sobre su escritorio botando algunos de sus papeles; me tomo por la espalda y me ubico mejor acomodo su agila para que me mirase desde una esquina del mueble y me bajo el pantalón ancho hasta los tobillos; acaricio mis caderas apretando con fuerza; cuando deje de sentirle mire de reojo se sacaba un condón  se pajeo mientras se lo colocaba y nuevamente mire en frente; sentí el lubricante del mismo rozarse entre mis nalgas.

Busco con uno de sus dedos mi ano, busco nuevamente entre sus bolcillos y saco un estuche parecido a una muestra me unto un poco de ello en el ano una y otra vez simulando introducir su dedo.

-no me digas Santi que debo volvértelo a explicar.

Respire profundamente, cerré los ojos y busque relajarme cediendo parte de mi fuerza; le escuche reír soltado –así esta mejor- para introducir su dedo hasta donde su mano lo dejo, jugo un tanto en mi interior sentía las vibraciones de su mano pajeando; fue cuando sentí el segundo dedo.

-listo ya estas bien.

Apreté mis dientes con fuerza al sentir que se ubicaba mejor a mi espalda; me la inserto despacio cuando tuvo medio pene me la metió de golpe; gemí apretando las manos en la mesa. Su movimiento comenzó lento para en minutos adquirir velocidad, me invadía el esfínter sentía que esa mierda que me había echado intensificaba el calor y me estaba quemando; atrajo la silla que se encontraba a su espalda y la coloco a su costado para ubicar su pierna. En esa posición me lograda taladrar con mayor roce.

Gemía como una bestia hambrienta; mientras yo hacia lo posible para no gritar, empuje mi mano para botar sus cosas del escritorio; me jalo de la capota y tomándome del cabello golpeo mi cara contra la mesa dejándome de lado. Mirando su agila de oro y plata.  Moví mi mano y en ese momento me cacheteo sin dejar de envestirme.

La presión en mi abdomen aumentaba no me la había tocado pero sentía que mi verga babeaba de lo que mi cuerpo consideraba como placer; las manos del entrenados se introducían por mi espalda resbalándose en el sudor de la misma fue cuando se tiro sobre mi y me beso el cuello; la silla callo y sus manos en mis hombros me levantaron; me la inserto con fuerza.

Me quito el chaleco cuando tubo mi cuerpo desnudo sus manos acariciaron mi piel mientras me mordía el hombro; nuevamente sentía su aroma en mis labios me giro para abrazarme algo que se me hacia estúpido; luego mi cuerpo se vio golpeado contra el escritorio algo que me causo molestia en la espalda al empujarme con tanta fuerza mientras retomaba en control tomo mis piernas y las levanto junto con sus manos; me sonrió con descaro y me la volvió a meter despacio lleve mi cabeza hacia atrás, sucumbía ante todo esto me iba a tomar el pene pero soltó mis piernas y me tomo de ambas manos.

-Santiago…

No aguante la presión en mi abdomen y me corrí sobre mi abdomen sin generar grandes trallazos pero el calor no se iba de la base de mi polla; el entrenador se saco el condón y comenzó a pajearse sobre mis huevos pero su lefa no salía y era como si se esforzara cuando un trallazo largo callo sobre mis pectorales y dos mas cortos sobre mi miembro cuando se sintió liviano tomo mi pene junto al suyo y los pajeo.

Dio la espalda y se coloco sus pantalones, mis piernas estaban rendidas mientras mis ojos miraban el techo la luz blanca del techo; parpadee un poco y me levante para colocarme mi ropa, mi pantalón y luego protegido bajo mi capota.

-Aquí tienes la compensación. Dijo golpeando la mesa con los billetes.

Tomo su cigarrillo y lo encendió mientras se reincorporaba a la silla detrás de su escritorio.

-necesito que hagas algo por mi…

♪ ¿Cuándo va a terminar esto?

Vuelve a pasarme una y otra vez; Sigue dando vueltas alrededor, yo se que no quiere parar hasta… Hasta que yo me salga de este ciclo enfermo del carrusel♪

Cesar.

-quédate quieto que lo haces mas difícil. Me decía ella divertida con media sonrisa en su rostro.

-no es para tanto, exageras amor. Le dije deteniendo sus muñecas entre mis manos, al mirarme relajo su mirada dejando caer el algodón con algo de sangre entre sus hilos.

-estoy bien. Le repetí soltándola, pasando mí mano por su largo cabello castaño, cuando sus mejillas se ruborizaron la bese, en un beso que cada vez tomaba más intensidad hasta que con mi mano en su espalda la deje descender.

La volví a tomar con una risa picarona de las manos y las lleve centímetros mas arriba de su cabeza; teniendo mis piernas a lado a lado de su fina cintura; le bese el cuello mientras se removía cosquillosa; su aroma era único. Y es hermosa.

-espera detente.

La mire lascivo tomando un poco de aire; -¿Qué sucede Diana?

-Mi madre esta en casa, dijo buscando algo de compresión y la entendía.

Que quite de su cuerpo y me deje caer en la cama; el colchón reboto un momento cuando ella se monto sobre mi apoyando su cola en mi abdomen. Diana tiene ojos pardos, su piel es tan blanca como la porcelana, pero sus labios son intensamente rojos,  los pómulos de su rostro son perfectos y de su cuerpo es mejor no hablar sus brazos son delicados, sus senos son proporcionados, su vientre es plano finalmente su cola se encuentra bien cuidada.

Me mordí insistente el labio, pero no, no cedería me conformaría con sus besos esta noche, estaba bien podía soportarlo, amo su compañía, cuando sonríe, cuando se dibujan hoyuelos en sus mejillas, cuando calla tímida. Me senté de golpe, apreté mis labios en sus hombros y sutilmente la deje sobre la cama, cuando me levante estire mi cuerpo frente a ella buscando una ultima arma pero me conocía tan bien que inmediatamente me mordió la cintura matando toda posible seducción.

-¿quieres ir a cine?

-no, dijo agarrándome de la mano –quédate a mi lado y veamos alguno de los DVD.

Afirme convencido de que era lo mejor; me ardía un poco el codo ese hijo de puta que se me atravesó esta mañana, sacudí mi cabeza al recordar la profundidad en su mirada es como si algo pasara por mi espalda cada que la recuerdo.

-traeré los bocados. Dije saliendo de su recamara.

Mensaje a mi madre que llegaría algo tarde para que no me esperara despierta, cuando ingrese a la cocina no vi algo apetecible por ningún lado, tomaba y separaba lo que veía nada, causa perdida si seguía intentando.

-Amor comprare los bocados no demoro, le grite cerrando la puerta a mi espalda.

Hacia bastante frio, me reconfortaba en mi chaqueta, el solo respirar formaba vaho en el aire, mire de lado a lado pero solo se apreciaba la naturaleza de la noche interrumpida por las luces de las farolas como Diana tiene familia adinerada por este barrio no se ve ni de cerca una tienda. Pero de todos modos debería buscarla, emprendí mi camino sin percatarme mucho de los que sucedía a mí alrededor.

Luego de caminar largas cuadras y atravesar el boscoso parque encontré un chuzo que por lo menos tenía lo que podía considerarse comestible: unos jugos, papas, dulces, más papas; le cancele al tendero y Salí del lugar con la bolsa en mi mano.

-¡aaah!

Con aquel grito me detuve paralizado.

Santiago.

Cerré la puerta tras mis espalda suspirando ampliamente, di unos cuantos pasos y parpadee una cuantas veces mientras notaba todo totalmente desordenado; mientras caminaba llenaba mis manos de basura y mas basura; entre los dedos botellas vacías de licor que ni el concho ya tenían.

Mire a mi madre decaída en el sofá con su mano en un cojín y la otra n el suelo, con los labios húmedos y los ojos agotados mientras intentaban comprender que veían.

-hola madre, le dije besando su frente, sentándome a su lado introduciendo toda la basura en un solo lugar anude y comencé a acariciarle el cabello.

Me faltaba el calor de alguien y busque con la mirada a mi Cami pero no lo veía supuse dormía en su cama; cuando le fui a buscar resultaba que todo estaba en su lugar; me preocupe, mi corazón bombeaba sangre cada vez con mayor presión.

-Madre, Madre… le dije insistente.

-¿Dónde esta Cami?

-Mi hijo, a mi hijo me lo robaron cuando el era un bebe… y hay estaba de nuevo la historia de mi hermano que le robaron de sus brazos eso es lo que la tiene ahora así.

-mamá, mami. Dije tomando su rostro entre mis manos –tus hijos somos Cami y yo ¿Dónde esta Cami?

-aaah Camilo. Dijo agotada casi cerrando sus ojos.

-si, cami ¡Mamá!

-estaba haciendo mucho ruido y lo deje salir, no te preocupes…

Me levante llevando mis manos a la cabellera; como es posible que diga  –que no me preocupe-  -mi hermano-

Los animo a valorar que les pareció y sobre todo conocer su opinión sobre el capitulo. Un abrazo,

Camilo Andres.