Una herencia incestuosa Capitulo III
La familia sigue intimando y terminan confesando sus mas íntimos secretos
Capitulo III
Hacía ya rato que había amanecido, pero la habitación permanecía en penumbra, casi a oscuras porque estaban las persianas de la ventana casi bajadas del todo. Mel se despertó algo desorientado, pero rápidamente se dio cuenta de donde estaba pues tenía detrás a Esther haciendo la cucharita y con sus pechos pegados a su espalda y delante en la misma posición a Ana a quien estaba tocando una teta, y de repente le vino a la mente lo que había pasado la noche anterior por lo que de nuevo su amigo despertó sobresaltado dando un golpecito suave en el culo de Ana. Esta se despertó automáticamente y dándose la vuelta se encaró a su hermano cogiéndole la polla y le dijo muy bajito:
- Ayer me quede con todas las ganas de que me follases y ahora no te lo voy a perdonar porque sigo teniendo el chocho correando.
Se subió sobre él y se introdujo sin más dilación su miembro en la vagina que estaba completamente lubricada y empezó a moverse con una cadencia frenética, lo que hizo que Esther se despertase y acordándose de la noche anterior sin dudarlo ni un minuto se colocó a horcajadas sobre la cara de Mel ofreciéndole su hermosísimo conejo para desayunar. Como es lógico el joven no desaprovecho la oportunidad y empezó a comérselo con verdadero apetito.
Y volvió a ocurrir algo parecido a la noche anterior, pues sin que ninguno de los tres se percatase, la puerta de la habitación de abrió y sigilosamente entro Yoli que dándose inmediatamente cuenta de lo que estaba ocurriendo, cerró la puerta silenciosamente y aprovechando la penumbra del dormitorio se acercó a la cama quedándose agachada a los pies de la cama, justo detrás de Ana que seguía cabalgando a Mel con verdadera energía. Yoli se desnudó de cintura para abajo y acerco su cara hasta casi rozar los huevos de Mel, masturbándose rítmicamente a la vez que olía los fluidos que estaba soltando su hermana. Al rato Ana empezó a gemir, y fue subiendo el nivel acústico de sus gemidos contagiando a Esther que al igual que ella estaba a punto de correrse. De pronto ambas no pudieron aguantarse más y empezaron a dar grititos de placer a la vez que tenían un intenso orgasmo que hizo que Yoli se viniese también y en voz alta dijese:
- Si, sí, yo también me estoy corriendo. Menuda paja me acabo de hacer viendo a mis hermanitas follando como locas.
Los otros tres no la hicieron ningún caso, Mel seguía con su “amiguito” en forma y dando lamidas y chupones al chichi de Esther, y siguieron a lo suyo, ellas buscando un segundo orgasmo y Mel el primero del día. Como no se molestaron con su presencia Yoli se animó y se subió a la cama, se colocó boca arriba al lado de Mel, y mientras con una mano se volvía a masturbar con la otra empezó a acariciar la barriga de Esther. Pasados unos segundos y viendo que no protestaba fue bajando su mano hasta tenerla sobre su sexo y con su dedo pulgar empezó a tocar hábilmente el clítoris de la más joven. Yoli quedo gratamente sorprendida al darse cuenta de que sus caricias las recibía más que de buen grado y entonces se incorporó un poco y con la otra mano empezó a hacerle lo mismo que en el clítoris en los pezones, alternando su mano de uno a otro. Lógicamente Ana que estaba enfrente lo estaba viendo todo y tampoco dijo nada cosa que animo a Yoli a involucrarse totalmente en aquella orgia sexual que se había convertido la mañana y empezó a acariciar de igual forma a su hermana, caricias que Ana al igual que Esther acepto de buen grado incluso suspirando placenteramente.
Lo que no se esperaba Yoli es sentir de pronto una mano sobre su sexo y dos dedos fuertes y largos introducirse en su coño que no opuso resistencia alguna al estar completamente lubricado pues masturbarse al lado de sus hermanas la había excitado como nunca en su vida. Se había dado cuenta perfectamente de que su hermano la estaba follando con los dedos y en lugar de sentir rechazo sintió un placer inmenso, un placer que ninguna de sus amantes la habían dado jamás, quizás por el morbo de saber que era su hermano, quizás por estar metiendo mano a sus hermanas a las que tenía ganas desde hacía años, quizás porque estaba muy caliente, quizás…. Dejo de pensar y se abandonó al placer al igual que los otros tres, hasta que pasado un rato explotaron los cuatro a la vez en orgasmos simultáneos acompañados por gemidos, suspiros, grititos de placer y un alarido de Yoli que no pudo contenerse.
Ya relajados los cuatro se miraron entre asustados y satisfechos, pero esperando en cualquier momento la entrada en el dormitorio de Mary y Julia, cosa que podría haber sido una catástrofe. Pero tras varios minutos que estuvieron como hipnotizados esperando o peor y no pasar nada, fue Ana la que dijo:
- Joder Yoli, eres todo un espectáculo corriéndote, pero un poco escandalosa. Supongo que mama y Julia estarán en el gimnasio o habrán ido de compras al supermercado, porque tía, con el alarido que has pegado creía que nos iban a pillar a los cuatro en un incesto múltiple, y no tengo ni idea como se lo podían haber tomado.
- Ahora que estamos todos juntos, me gustaría saber una cosa. – la pregunta que les iba a hacer Mel las dejo a ellas expectantes – ¿Las fotos de los cabeceros de vuestras camas quien las hizo?
- Julia, - contesto Yoli – supongo que papa le cogería los negativos y haría que los ampliasen a tamaño natural.
- Bueno y qué más da. – dijo Esther – Lo cierto es que hay que reconocer que están muy logradas.
- Es que con modelos como nosotras cualquiera es un artista. – Dijo Ana riendo – Bueno, vamos a ducharnos, nos vestimos y vemos donde se han metido las viejas.
Así lo hicieron, cada uno se fue a su dormitorio se ducho y poco después estaban todos en la cocina encontrándose una nota que decía: “Hemos ido personalmente a la Agencia de Servicios para ver si logramos encontrar un par de empleadas internas antes de que empiece el estado de alarma y no podamos movernos de aquí.”
Los cuatro se prepararon café y tostadas y desayunando volvió Mel a preguntar:
- Lo que ha dicho antes Ana de que con modelos como vosotras cualquiera puede ser un artista, ¿es cierto? ¿Vais a querer ser mis musas?
- Yo de mil amores. – dijo Yoli – A mí no me importa que inmortalices mi coño en primer plano. Cuenta con él para practicar todo lo que te haga falta.
- Pero ¿tú no eras lesbiana? – dijo jocosamente Ana – Y ahora resulta que le ofreces tu coño de forma totalmente desinteresada a tu hermano para que practique todo lo que quiera.
- Pues si mueve los pinceles como sus dedos, tiene que ser un pintor extraordinario. – suspiro Yoli – Ha conseguido que hoy haya tenido el orgasmo más maravilloso de mi vida.
En ese momento en el móvil de Mel entro un mensaje de WhatsApp y Esther estiro la cabeza para mirar la pantalla cuando Mel la abrió y a continuación dijo:
- Me vais a perdonar un momento, tengo que hablar por teléfono.
- ¿Sabéis quién es? – dijo Esther una vez que Mel se alejó – Es Inés la amiga lesbiana que le hacía de modelo.
- Ostias, - salto Yoli – Alguna de las modelos de los bocetos de Mel ¿es lesbiana? Si son todas guapísimas.
- Las cuatro, tía, las cuatro. – dijo Ana – Y al parecer la única que no lo es y que dibujo Mel le soltó una ostia y le quito el boceto.
- ¿Y porque poso para el si no quería que la pintase desnuda? – pregunto Yoli – Joder, que no se hubiese brindado a posar.
- No es eso. – explico riendo Esther – Es que poso con bañador y él la dibujo en pelotas, se cabreo, le soltó una ostia y se llevó el cuadro.
- Pues vaya imaginación que tiene el niño. – murmuro Yoli – Pero yo sinceramente prefiero que sea un artista, un saltador por muy bueno que sea si no gana campeonatos, al final no es nadie y no gana ni para comer. Un artista al final puede acabar incluso de profesor.
- ¿Y qué querrá su compañera? – murmuro Ana – A no ser que lo que ha dicho no sea del todo cierto y tenga algo más con ella, porque tengo que reconocer que Mel folla como los ángeles. ¿no lo crees tú también Esther?
- Pues yo al contrario que tú, no puedo comparar. - Contesto la aludida – Es con el único que lo he hecho, pero a mi más que un ángel me ha parecido un arcángel, por no decir que folla como los dioses del Olimpo.
- Joder, vais a conseguir que me entren ganas de probarlo. – dijo riendo Yoli – Lo cierto es que con las manos es muy habilidoso.
Rompieron a reír las tres y fueron interrumpidas por la llamada al móvil de Yoli, que estuvo hablando unos minutos y luego explico:
- Nada, dice mama que no hay forma de conseguir un par de personas internas, que ellas van a ir a comprar alimentos no perecederos para tener la despensa llena. Supongo que tal como deben de estar todos los supermercados tardaran bastante. Tendremos que recoger la cocina y adecentar los dormitorios antes de que vengan.
- Pues yo tengo que poner la lavadora, - comento Esther – están mis sabanas hechas una mierda. Si alguna tiene que lavar algo aprovechamos.
En ese momento volvía Mel taciturno y fue Ana la que le pregunto:
- ¿Quién te ha llamado?
- He llamado yo. – contesto Mel – El mensaje era de Inés que tiene problemas serios y me ha preguntado si alguna de las empresas de mi padre podría darles trabajo, a ella, a su novia, a su madre y a su hermana. Se han quedado sin trabajo ni ingresos, y posiblemente sin casa. Le he dicho que hablare con mama.
- ¿Y cómo es eso? – pregunto Yoli - ¿Qué ha pasado?
- Pues veréis, Inés y su hermana Carlota no trabajaban, la primera estaba conmigo en el C.A.R. con una beca, es subcampeona regional de triple salto y con un gran futuro, y su hermana, Carlota, que solo tiene 18 años, está pendiente de aprobar selectividad. La novia de Inés, Andrea, es profesora de educación física y trabaja en un gimnasio y a su vez es la entrenadora de Inés, pero el gimnasio va a cerrar por la pandemia y como ella es una de las dos dueñas se quedará sin ingresos. En cuanto a su madre acababa de dejar su trabajo de cocinera en un hotel porque le habían garantizado que la iban a contratar en otro mejor, pero tanto uno como otro hotel parece que de momento van a cerrar, por lo que también se ha quedado sin trabajo y por lo tanto sin ingresos, ni tan siquiera para pagar el alquiler del piso.
- Joder que marrón – dijo Ana - ¿Y qué trabajo pretendía que tú las buscases?
- Me ha dicho que lo que sea. – explicó Mel – Lógicamente para su madre a ser posible de cocinera, ella y Andrea están dispuestas a trabajar para una empresa de limpieza, para limpiar empresas o comunidades de vecinos, algo así. Incluso Andrea, que parece que es una mujer con muchas habilidades, dice que puede hacer de electricista, fontanera o jardinera. Me ha dejado planchado y no sé qué puedo hacer yo.
- ¿Y la hermana? ¿La que te soltó la ostia? – pregunto Esther - ¿Esa no piensa hacer nada?
- En principio quieren que apruebe la selectividad y más adelante dice que está dispuesta a hacer lo que haga falta.
- Pues solucionado todo, para ellas y para nosotros. – exclamo con una radiante sonrisa Esther – Si la madre es cocinera, ella y su hermana hacen de doncellas y la novia puede cuidarse de las instalaciones, las contratamos como internas y ¡MILAGRO! Todo solucionado.
- Pues es posible que la jodida de Esther este en lo cierto. – dijo Ana también con una sonrisa radiante – Les solucionamos su problema y nosotras podemos dedicarnos a hacer de modelos para Mel.
- Hay un punto que no me convence. – dijo Miguel – Si las ofrecemos lo que dice Esther, pueden pensar que hacer que Carlota sea mi doncella es una especie de venganza, y yo en ningún momento tengo nada en contra de esa muchacha, que por cierto me cae muy bien a pesar de lo que paso.
- Tiene razón Mel, - tercio Yoli – Voy a hablar con mama y si accede haremos lo siguiente:
- Contrataremos a Inés como doncella, a su madre como cocinera y a la novia como empleada de mantenimiento de la finca, con un contrato de internas, con habitación y comida, y un sueldo a pactar. De ese sueldo descontamos los gastos por alimentos de la hermana que podrá vivir aquí, condicionado a que apruebe la selectividad.
Como ninguno alego nada en contra, Yoli llamo a su madre y le conto lo que ocurría con la compañera de Mel y al parecer, tanto ella como Julia aprobaron lo propuesto por su hija mayor. Cuando acabo de hablar le dio luz verde a Mel para que llamase a Inés y le ofreciese lo que ella había planteado diciendo:
- Llámala y no lo des como algo cerrado, solo plantéale la posibilidad y caso de que estén interesadas les citas para esta tarde, sobre las cinco más o menos. Creo que tanto mama como Julia deben de dar su visto bueno y ser ellas las que cierren los contratos.
- Entendido, - dijo Mel – no me comprometo a nada y si a ellas les interesa lo dejo todo a expensas de la decisión de las dueñas de la casa mediante una entrevista a las cinco.
- Exacto, lo has pillado al vuelo. – dijo Yoli riendo y cuando Mel salió de nuevo para hablar con su compañera les dijo a Ana y Esther – Ahora nosotras vamos a limpiar el destrozo en la habitación de la sobrina que, además de tener restos en las sábanas, huele a sexo que echa para atrás.
- Hemos actuado por instinto, no se si bien o mal, - dijo Esther cuando subían por las escaleras – y sé que no está bien lo que hemos hecho, pero no me arrepiento en absoluto. Mel siempre me ha dado mucho cariño y yo creo que siempre he estado enamorada de él.
- A mí también me pasa lo mismo. – dijo Ana – Mel ha sido desde que empecé a masturbarme mi musa erótica, no veáis la de pajas que me he hecho pensando en él. Incluso las veces que he follado, que tampoco han sido tantas, pensaba que era Mel el que me la estaba metiendo.
- Realmente tengo que reconocer que el niño es un adonis, no lo discuto. ¿Pero sabéis quienes han sido siempre las musas de mis pajas? - pregunto Yoli y al ver que ambas se encogían de hombros continuo: - Vosotras dos y Julia, e incluso alguna que otra vez también mi madre.
- Por cierto, tengo que contarle a Julia lo que ha pasado. – dijo pensativa Esther – No quiero que para seguir con la relación de hoy tengamos que andar escondiéndonos de ella y de Mary.
- Joder, ahora que lo dices es verdad, con el confinamiento no van a salir de la casa. – comento Ana – Lo que pasa es que no sé cómo se lo pueden tomar.
- Pues se lo contáis y punto. – dijo Yoli – Cierto es que esta misma mañana estabais las dos follando como locas con Mel, y sois hermana y sobrina, pero acabáis de decir que estáis enamoradas de él desde hace años, desde la adolescencia.
- Somos una familia complicada. – razono Esther – Y ahora si de verdad nos confinan en la casa, o nos desbocamos del todo, o hemos de evitar que lo de anoche y esta mañana vuelva a ocurrir.
- Tener en cuenta que, si Mary y Julia aprueban la contratación de las amigas de Mel, cosa que creo será así, seremos nueve mujeres y solo un hombre. – razono Ana – Si no me equivoco mi madre, Julia, Yoli, Inés y su novia Andrea no van a acosar a Mel, y solo quedaremos Esther, yo, Carlota y su madre, que no sé cómo será, para disputarnos al único gallo del corral.
- Si no estáis dispuestas a perder a Mel, a quien tenéis que vigilar es a esa tal Carlota, la madre será ya mayor. – dijo Yoli preguntando a continuación - ¿Qué años tiene esa muchacha?
- No tengo ni idea. – dijo Ana – Pero Mel dijo que no le habría importado tener algo con ella, debe de ser bastante bonita.
- Entonces si hay que desbocarse del todo, qué más da, - razono Esther – donde follan dos follan tres, y solo falta saber si la tal Carlota está dispuesta. Tengo curiosidad por ver como es.
Siguieron lucubrando mientras recogían los dormitorios, limpiaban la cocina y ponían en marcha la lavadora, y cuando acabaron se dieron cuenta de que Mel no había aparecido desde que fue a llamar a Inés. Lo buscaron en su nuevo estudio, en el gimnasio, en el piso superior, pero no lo encontraron. Por fin salieron al exterior y lo encontraron junto a la lápida donde había excavado un hueco lo suficientemente espacioso para albergar la urna con las cenizas, y Esther le pregunto:
- ¿Te pasa algo Mel?
- No, nada. He venido para ver la lápida y recapacitar por lo que hemos hecho anoche y esta mañana. – le contesto taciturno – Por mucho que mi razón me diga que no está bien, que es una atrocidad, no me siento culpable en absoluto, al contrario, creo que ha sido lo más maravilloso que podía pasarme, y si algo temo es que vosotras no queráis volver a hacerlo.
- No te preocupes peque, - le dijo cariñosamente Yoli – las dos están completamente coladas por ti y te quieren de una forma arrebatadora, ya me gustaría que sintieran lo mismo por mí.
- Lo que pasa es que debemos de ser más precavidos. – dijo Ana – Hoy si no llegan a irse Julia y mi madre, nos habrían pillado a los cuatro, y eso ya no es incesto, es una orgia.
- Pero ahora, si nos tenemos que quedar aquí encerrados, no saldrán nunca. – dijo preocupada Esther – Y además estarán pululando por la casa cuatro mujeres más. Por cierto ¿Cómo has quedado con Inés?
- No tienen coche, tendré que ir a buscarlas. – dijo Mel – Le diré a Julia que me deje su coche que es el más grande para traerlas.
En ese momento sonó el móvil de Yoli, era su madre que le dijo que ya estaban en la cochera y que fueran a ayudarlas a entrar en la casa todo lo que habían comprado y luego a colocarlo en los armarios. Cuando todo estuvo ya colocado se dispusieron a comer unos pollos al horno que habían traído junto a un par de raciones de patatas fritas. Ya en la mesa y comiendo, Esther impulsiva le pregunto a Julia la duda que tenía, sin tapujos, de forma directa:
- Julia, hemos estado recordando cuando ayer vimos la fotografía de vuestro dormitorio, y cuando Ana le pregunto a Mary que quien la había hecho. Ella le contesto que Miguel padre, y también dijo que le gustaba ver como os amabais y que en alguna ocasión el también participaba. Tu estabas delante y no la contradijiste. Ahora perdóname la pregunta delante de todos, pero es de vital importancia que seas sincera. ¿Follabas con tu padre?
- Pero como se te ocurre preguntarle eso a tu madre. – salto como un tigre Mary – Voy a tener que cambiar mi opinión sobre ti.
- Perdona Mary, - dijo Esther con gran serenidad – la pregunta no era para ti, era para Julia y creo que me debe sinceridad, pues hasta la fecha me ha estado engañando haciéndome creer que tu marido era mi padre.
- Vale, vale. – dijo Julia totalmente sonrojada – No debemos de tener ni una sola disputa, tampoco debemos de mentirnos. Si somos capaces de ser sinceros y aceptar las cosas como son, mejor nos ira a todos, pues creo que vamos a estar confinados bastante tiempo. Y en contestación a tu pregunta, la respuesta es sí. La carne es débil y en los momentos de arrebato sexual entre Mary y yo aceptábamos a tu abuelo con agrado. A pesar de su edad follaba bastante bien y a mí me deseaba desesperadamente, pues decía que yo le recordaba a mi madre Stella, su musa erótica, la mujer más hermosa del mundo según él y la que le inicio en el sexo. ¿Te has quedado a gusto?
- Gracias mama. – dijo Esther no llamándola por su nombre esta vez, se levantó y la dio un beso en la mejilla muy sonoro. Luego con una alegría inesperada dijo: - Como has dicho, si somos sinceros y aceptamos las cosas como son nos ira a todos mejor. Por eso quiero deciros que anoche Mel me desvirgo y yo a él, luego Ana se metió con nosotros en la cama y follamos como conejos. Y eso no ha sido todo, pues esta mañana al despertarnos, ya que hemos dormido los tres juntos y en pelota, hemos vuelto a hacerlo y también se nos ha unido Yoli. Ya está, lo siento, pero no puedo vivir con secretos, mejor lo sabéis y así no tendremos que escondernos en el futuro.
Se hizo un silencio sepulcral, Mary y Julia sorprendidas por la revelación y Mel, Yoli y Ana asombrados y asustados porque no se esperaban que su madre se enterase de lo que habían hecho en aquel momento ni de aquella forma, pero sobre todo lo que más impacto a todos es con la naturalidad que Esther lo había dicho, como si fuese algo totalmente normal, tan normal que daba por hecho que se volvería a repetir de forma regular.
La escena era hasta cierto punto incluso cómica, pues Mary miraba a Esther con los ojos abiertos, con el tenedor cerca de su boca medio abierta y completamente quieta, como si se habría congelado. En cuanto a los demás estaban también inmóviles esperando la reacción de Mary y solo Esther siguió comiendo como si no ocurriese nada. Pasado más de un minuto que se hizo eterno, Mary suspiro y siguió comiendo, momento en que los demás reaccionaron y también siguieron comiendo, pero en el silencio más absoluto. Transcurrido un tiempo, realmente largo durante el cual solo se oían los cubiertos y el tintineo de las copas, Mary dijo:
- De Ana no me sorprende pues sé que está obsesionada con Mel desde niña, de Yoli no me extraña nada de lo que haga porque es una salida, pero de ti Esther no me lo esperaba, y mucho menos de Miguel.
- A Mel no le metas en esto, fue todo por mi culpa. – explico Esther mientras pelaba pausadamente una manzana – Quizás si hay que buscar culpables seáis tú, mi madre y mi abuelo, porque mi pregunta de hace un momento no era para saber, sino para confirmar y ver hasta qué punto es sincera Julia. Tenéis que saber que siendo yo aún muy niña, cuando creíais que dormía, os espiaba cuando veníais tu y el abuelo, incluso cuando venias tu sola, a nuestro piso, y he visto muchas cosas, cosas que desde que empecé a sentirme mujer me han servido para masturbarme constantemente. Hace ahora más o menos cinco años, en unas vacaciones le comenté a Ana lo que pasaba, y junto a ella os espiamos todos los días, y después juntas nos masturbábamos teniendo fantasías que por fin se han cumplido. En cuanto a Mel, siempre me ha gustado, se parece mucho a su padre, Ana se parece a Mary yo a Julia. Desde niña he fantaseado constantemente que junto a Ana y Mel haríamos lo mismo que os veía hacer a vosotras. Pero claro, al ser hermanos ni se me ocurría que pudiese hacerse realidad, solamente me servía para masturbarme y de alguna forma también para compadecerme a mí misma.
- Lo que no sabía ni se me podía ocurrir es que mi padre no fuese mi padre, sino mi abuelo y por lo tanto Julia su propia hija. – siguió hablando tras una breve pausa - Anoche todas lo visteis Mel me consoló, me tranquilizo, me demostró lo que es el verdadero amor, un cariño y una ternura sin ningún egoísmo, me acostó, me arropo, me beso tiernamente en la frente y hasta se ofreció a contarme un cuento. Lo que yo sentí en ese momento por Mel es lo más hermoso que he sentido jamás, y pensé “si mi madre era una esclava sexual de su padre y de la esposa de este, porque no puedo serlo yo de mis tíos, Mel y Ana”. Yo le convencí para follar, aun así y notando yo que estaba loquito por hacerlo, me pregunto si estaba segura, si no me arrepentiría después. Es todo un caballero.
- Ostia puta. – exclamó Yoli – Es realmente una historia preciosa. Pero una duda tengo yo ¿Cómo acabo Ana con vosotros?
- Yo te lo explico, - dijo la aludida que se había tranquilizado y ya no temía nada – Cuando fuimos a buscar los bocetos de Mel me entro un mensaje de Esther. Una vez que te deje en tu habitación viéndolos, leí el mensaje en el que me decía que en media hora fuese a su dormitorio y entrase procurando no hacer ningún ruido. Cuando entre en su habitación sigilosamente mi sorpresa fue mayúscula al verla subida encima de Mel haciendo un sesenta y nueve y me di cuenta que por fin podríamos cumplir nuestras fantasías, y que por eso me había mandado el mensaje. Luego, como las camas son tan enormes, hemos dormido los tres achuchados. Puede que sea la noche más feliz de mi vida. Y tú ¿Cómo es que has aparecido esta mañana tan sigilosa?
- Pues he ido a su habitación para ver cómo se encontraba, y para decirle que cuente conmigo para lo que hiciese falta, y coño, parece que no os hacía falta nada a ninguno de los tres. El resto ya lo sabes y no ha estado nada mal…
- Lo tengo bien merecido. – dijo Mary – Esther me has demostrado que lo que yo pensaba de ti es verdad, eres muy inteligente y muy madura y te pido perdón por lo que aun siendo una niña te mostramos por nuestra propia lujuria y también por lo que eso puede haber influido en tu personalidad.
- Los que no han dicho nada son Mel y Julia. – comento Ana - ¿No tenéis nada que decir?
- Si yo tengo algo que decir, es que sentía lo mismo que Esther y que Ana, y al igual que ellas desde mi adolescencia he fantaseado con amarlas y a ser posible a las dos a la vez. – dijo Mel – Y yo no puedo echar la culpa a nadie pues si no se lo dije a ellas fue por miedo a que me rechazasen, pero en mi favor tengo que decir que a las dos las quiero muchísimo como personas y como hermanas. A Yoli también la quiero igual que a ellas, exactamente igual, siento ternura, cariño, respeto, amor incondicional, pero no siento por ella esa imperiosa necesidad de acariciarla, besarla, abrazarla y poseerla como siento por Esther y Ana.
- No me siento marginada, para nada. – dijo riendo Yoli y dirigiéndose a Mary y Julia las pregunto: - ¿Y sabéis por qué? Porque esta mañana Mel me ha hecho la paja más alucinante que podáis imaginar mientras se follaba a Ana y le comía el coño a Esther. Solo teníais que haber oído el alarido de placer que he soltado.
- Aullaba como una loba. – rompió a reír Ana – No sé si está bien o mal lo que hemos hecho, supongo que de cara a la sociedad no estará bien visto, pero no creo que ninguno de nosotros nos podamos sentir culpables pues, además de disfrutar como nunca, lo hemos hecho con cariño, ternura, respeto y profundo amor.
- Yo no voy a juzgar a ninguno de vosotros, pues tengo que deciros que os entiendo. – se decidió a dar su opinión Julia – A mí me habría gustado que todo el mundo supiese lo feliz que era, aunque las personas de mi entorno lo considerasen fuera de las normas, pero al igual que a Mary, nos frenaba la hipocresía de mi padre. Él era cautivo de las falsas normas de esta podrida sociedad. Vosotros tenéis la suerte de no ser personas publicas ni notorias y también tenéis dinero para hacer lo que os plazca sin llamar la atención. Lo único que os pido es prudencia para no tener descendencia. ¿Tuvisteis eso en cuenta?
- Tomaremos las medidas necesarias para que no ocurra nada irreparable, no te preocupes por eso. – dijo Ana y riendo alegremente las pregunto – Y ahora con todo aclarado ¿Vais a hacer de modelos para Mel?
- Si él aún quiere, por supuesto. – dijo Mary – Antes de esta conversación ya lo teníamos decidido Julia y yo. Pero tener en cuenta que esta tarde vamos a entrevistar a la amiga de Mel y sus familiares, y si aceptan trabajar aquí, mañana o pasado estaremos conviviendo con personas ajenas y deberemos de cuidar nuestras formas. No me gustaría que en un futuro habría alguien que pudiese contar algo que enturbie la memoria de mi difunto marido.
- Por cierto – dijo Ana – ahora es el momento que debemos de aprovechar para enterrar sus cenizas.
Así lo hicieron y poco después, tras enterrar la urna de las cenizas, Mel y Yoli colocaron la lápida y Mary dijo unas palabras:
- “Aquí yace un hombre que a pesar de lo cabrón que fue conmigo, me hizo feliz, me dio tres hijos y después me hizo el regalo más maravilloso que podía hacerme, me regalo a su primera hija. A mis hijos y sus nietos también los ha regalado algo muy especial, pues además de su fortuna, parece que les ha dejado de herencia una lujuriosa obscenidad que los hará disfrutar muchísimo. A Julia y a mi nos había confesado que lo que deseaba realmente, es que su nieta y sus dos hijas se uniesen en una orgia desatada junto a nosotras dos, pero también nos confesó que era totalmente utópico. No obstante, nos confesó que quizás algún día su hijo si podría cumplir en algún momento esa fantasía por él. Lo cierto es que esa fantasía, y otras muchas que tenía e incluso historias que había vivido realmente, cuando nos las contaba a nosotras nos ponía mucho y tanto Julia como yo nos entregábamos a él de forma incondicional excitadas por sus cuentos de un erotismo extremo. Descansa en paz mi amor, mi picha brava.”
- Gracias por todo papa. – dijo Julia – Espero que allí donde estes te encuentres con Stella, tu musa sexual, tu amor eterno, seáis inmensamente felices y allí donde estéis, si se puede, folléis hasta la extenuación y eternamente.
Volvieron a la casa y Mary le dijo a Mel que ya era hora de que fuese a recoger a Inés y su familia para la entrevista y que ellas mientras tanto recogerían todo pues no quería que cuando llegasen estuviera la casa sucia o en desorden, quería dar la impresión de que todo debía de estar ordenado y limpio y desde un principio marcar las pautas a seguir.
Así lo hicieron, Mel fue a por Inés y compañía, en el coche de Julia y ellas se dedicaron a dejar la casa completamente limpia y ordenada para que la encontrasen tal y como Mary quería que estuviese siempre.