Una Griega En La Corte Troyana

Traducción oficial de mi relato de Literotica (A Greek Woman In The Trojan Palace). Un príncipe troyano comprobará que no todas las griegas son pasivas.

1.368 A.C. Un grupo de aqueos estaban de pie en el puerto de Atenas, muchos de ellos a la expectativa de abordar un barco para regresar a Micenas. Una hermosa y curvilínea ateniense de alrededor de 28 años llamada Alcione estaba en medio de la multitud; a la espera de cualquier nave para largarse de la ciudad y encontrar un lugar donde empezar de nuevo. Su esposo se había divorciado de ella a raíz de algunos ‘’detalles escandalosos’’ que descubrió acerca de ella y la mujer no pudo soportar los rumores que se difundieron por la ciudad, por esa razón estaba muy decidida a escapar y no regresar con su familia de origen, la principal razón por la cual se encontraba en medio de la multitud en ese momento, sin nada más que un fardo de tela sobre sus hombros con ropa y unos pocos objetos. Después de unos largos minutos apretujada en medio de la multitud, el hombre a cargo de las salidas de los barcos alzó su voz por encima de todas las demás.

‘’Muy bien, hay una nave por allá que cruzara el mar en dirección a Troya. Los que estén interesados hablen conmigo o permanezcan aquí!’’ grito el hombre a la multitud.

Alcione miro a su alrededor. Ese bote hacia Micenas estaba tardando más de la cuenta, y no había señales de su tripulación, así que considero la posibilidad de cambiar de destino. Como en Micenas, en Troya no habría posibilidades de ser reconocida por algún ciudadano ateniense, e incluso, Troya estaba lo suficientemente lejos por mar para preocuparse por alguno el resto de su vida. Así que sostuvo fuertemente su búho, el símbolo de Atenea, ‘’Por favor Atenea, guíame…’’ susurro, y con dificultad se movió y salió de entre la multitud. Después de hacerlo, camino y llego hasta donde se encontraba el pregonero y respiro profundamente antes de hablar.

‘’Hum… hola. Sabe usted quienes son los marineros que se dirigen a Troya?’’ Alcione pregunto con voz tímida.

El hombre la miro con interés, de la cabeza a los pies. Una hermosa rubia de grandes senos, con una larga túnica grisácea estaba frente a él, aparentemente sola. El pregonero mostro algo de musculo (su redondo vientre de hecho) antes de responder a Alcione

‘’Oh si querida, son esos que están por allá,’’ el hombre dijo indicando con su mano derecha, ‘’Pero porque estás sola en este sucio lugar?’’ pregunto.

‘’Gracias por la información,’’ Alcione respondió y trato de seguir su camino.

‘’No has respondido mi pregunta, preciosa,’’ dijo con tono galán el pregonero del puerto.

‘’Aléjate de mí, pervertido,’’ Alcione dijo con rabia y lo dejo solo.

Sonriendo perversamente, el hombre la vio alejarse y admiro su retaguardia, ese enorme y redondo trasero se veían muy bien. De pie en su puesto anunció un viaje comercial hacia Fenicia. Alcione pudo oír su voz rugiendo a la multitud mientras se acercaba al grupo de hombres del mar que el pregonero había señalado, que eran unos siete, seis de ellos reían a carcajadas por una broma de su capitán. Cuando vieron a Alcione acercándose, dejaron de reír y miraron a la hermosa ateniense de pie ante ellos con ojos lujuriosos, ella también lo noto pero se dijo a si misma que lo mejor era ignorarlos.

‘’Saludos… son ustedes los que se dirigen a Troya?’’ Alcione les preguntó.

‘’Saludos, hermosa dama, si, nos dirigimos a Troya. Quiere venirse con nosotros?’’ el capitán pregunto con voz traviesa y admirando su cuerpo, al igual que sus hombres.

‘’Qué?’’ pregunto la mujer claramente ofendida.

‘’Le he preguntado si desea venir con nosotros?’’ el capitán repitió creyendo que ella no había entendido el verdadero significado de sus palabras.

‘’Si, si no hay problemas. Precio?’’ la mujer dijo con algo de rabia por el doble sentido de su comentario.

‘’Ah bien entonces, por el precio no se preocupe. Considero que una… mujer independiente como usted puede pagar nuestro servicio,’’ el capitán respondió algo nervioso al notar el enojo en el bello rostro de Alcione.

‘’Me dirá el precio o no?’’ Alcione pregunto impaciente.

‘’Claro, claro, mujer. Por este viaje de media distancia ofrecemos nuestro servicio por solo diez búhos,’’ indico el capitán con una sonrisa desafiante. Sus hombres seguían con sus ojos fijos en su cuerpo, en especial mirando sus pechos y piernas.

‘’Estas loco!?’’ Alcione exclamo algo mareada por el exorbitante precio, ‘’Con esos 10 tetradracmas podría comprar comida por meses, incluso esclavos!’’ añadió furiosa.

‘’Bien, entonces será mejor que los obtenga en lugar de viajar, no lo cree?’’ el capitán dijo con picardía y sus hombres sonrieron.

Alcione estaba en shock. Y preocupada. Solo tenía 4 tetradracmas y nada más, además de pensar que los precios para ir hacia Micenas podían ser similares. Bajando la guardia volvió a hablarle al capitán.

‘’No hay una manera de reducir el precio? No tengo todo ese dinero,’’ dijo con un atisbo de súplica en su voz. El capitán lo intuyo y ahora estaba en control de la situación.

‘’Me temo que no,’’ suspiro con falsa empatía y Alcione inclino su cabeza sin esperanzas, ‘’Pero, pienso que podemos llegar a un acuerdo, no lo crees?’’ el capitán complemento y la linda mujer volvió a mirarlo a la cara.

‘’De verdad? Por favor… yo…’’ Alcione dijo pero fue interrumpida por el capitán.

‘’Sabes, cuando estas en el mar y lejos de casa, estas alejado de los placeres de la civilización,’’ dijo, ‘’Pero por Apolo, siempre puedes volver a encontrar la forma de oír un gemido otra vez.’’

‘’Que quieres decir?’’ Alcione pregunto confundida.

‘’Como puedo decir esto…?’’ murmuro y paso su mano por su cabello, ‘’Tengo un trabajo para ti, muy oral,’’ dijo el capitán con voz desvergonzada y lamiendo sus labios.

‘’No estarás hablando en serio!?’’ Alcione exclamo indignada mirando al hombre con rudeza, ‘’Yo no soy una ramera!’’ protesto.

‘’Sin resentimientos, mujer. Hay muchas naves en este puerto, pero créeme, no dejaran subir a una mujer a bordo; la ira de Poseidón ha venido muchas veces sobre ellos después de embarcar mujeres,’’ el hombre dijo confiadamente.

Sin ninguna otra opción aparente, Alcione pensó por unos segundos el dilema y lamentando las palabras que diría, respondió.

‘’Ok sucio bastardo. Lo hare. Pero solo te la chupare, nada más,’’ dijo con repugnancia.

‘’Lo ves? Te dije que llegaríamos a un acuerdo,’’ respondió el capitán y acaricio el paquete bajo su ropa.

El capitán condujo a Alcione a bordo y uno de sus hombres tomo su fardo, escoltándola hacia abajo a la bodega de carga y donde los marineros y pasajeros dormían, le pidió a la mujer que se sentase en uno de los bancos de estribor. Apoyando su espalda contra una viga de madera, el capitán se deshizo de sus harapos y entre las piernas, una modesta polla de unos 13 centímetros, Alcione la contemplo algo decepcionada y así se lo hizo saber.

‘’Toda esa palabrería tuya y ni la tienes grande. Qué vergüenza,’’ Alcione dijo.

‘’Ya es hora de chupármela, ramera,’’ el capitán gruño enojado y con ambas manos sujeto las de Alcione y las puso encima de la cabeza de la mujer. Su polla se sacudió y balanceo de arriba abajo antes de rozar los labios de Alcione, con reticencia, la mujer abrió la boca y el sucio capitán se la metió. Al sentir la calidez y humedad de su boca el hombre casi pierde el juicio y comenzó a mover como loco sus caderas, no podía recordar la última vez que había metido su polla en un agujero. La ateniense se estaba ahogando con esa pequeña verga debido al impetuoso y brusco ritmo que imprimía en su boca, no paraba de dar arcadas y su saliva cubría toda la extensión del miembro y caía también sobre su túnica.

‘’Joder, tu boca es increíble,” el capitán dijo con una sonrisa lujuriosa, ‘’Saca esa lengua, perra,’’ ordenó. Alcione, como pudo, saco su lengua y el capitán la hizo retorcerse un poco pero manteniendo sujetas sus manos, fornico su boca con mayor fuerza.

Después de 10 minutos de violento sexo oral, el capitán aumento el ritmo y con un gemido áspero; hundió su verga todo lo que pudo en la boca de la mujer y con evidentes espasmos descargo su gran y sucia carga de esperma directamente en lo más recóndito de la garganta de Alcione. Manteniendo su polla adentro el hombre se aseguró que la muy perra se lo tragase todo, casi logrando que se ahogue al no poder respirar con normalidad por la falta de aire. Unos segundos más tarde saco su verga semi flácida con orgullo, la mujer tosió repetidamente tratando de respirar con tranquilidad, cubierta de sus propias babas y aun saboreando la rancidez del semen en su garganta.

‘’He-he… para un palo pequeño… no creo que tengas mucho aguante, puta,’’ el capitán resoplo alegremente, ‘’Límpiate mujer, eres bienvenida a bordo ahora.’’

Agarrando sus ropas y saliendo a cubierta, Alcione trataba de recuperarse del duro encuentro y con el dorso de su mano derecha limpio los restos de saliva alrededor de su boca y rostro. Un coro de risas y manos apuntándole le recibió, el capitán describía con movimientos muy gráficos su reciente encuentro a su tripulación. Caminando hasta la popa y reclinada sobre el borde de la embarcación, suspiro algo resignada, pero después de todo, se estaba largando de Atenas. Aferro su amuleto de Atenea y lo beso, ‘’Por favor diosa, guíame…’’ murmuro con fe.

La travesía duro unos 6 días, el último día después de la salida del sol, estaban mirando la costa de Troya. El viaje fue bien para Alcione, a pesar de algunos insultos y frases degradantes por ser mujer como era de esperar, y en términos sexuales nadie la incomodó. Finalmente tocaron tierra en una bahía cercana al Templo de Apolo que estaba frente al mar, los pasajeros abandonaron el barco y caminaron en dirección a Troya, la ciudad invencible. Los grandes muros impresionaron a Alcione, y escucho fascinada como un hombre de Micenas que venía con ellos les contaba la historia de la ciudad. Las puertas se abrieron cuando estuvieron lo suficientemente cerca y el grupo entro a la ciudad.

La primera impresión para Alcione no fue buena. Troya, a pesar de su gloria militar como ciudad inexpugnable, era muy polvorienta y desordenada. También era muy populosa y de transito difícil, camino en dirección al Templo de Artemisa el cual estaba cerca del centro de la ciudad; numerosas sacerdotisas esperaban a la gente que vendría a ofrecer sacrificios.

La griega siguió caminando y se metió por una calle estrecha, la calle de los herreros y metalarios, con todos los troyanos mirándola detenidamente y relamiéndose con su belleza. Alcione siguió a un grupo de troyanas que se dirigían al mercado, allí compro algunas frutas para comer. Después de desayunar, sopeso sus opciones: trabajar como sirvienta, la mejor opción para una extranjera griega como ella o la manera fácil, la prostitución. Y si era así, los clientes no escasearían, dado que todos la miraban con gran ‘’interés’’.

Aunque si bien la prostitución era la mejor solución, lo mejor era desplazarse a una mejor zona de la ciudad. Alcione se movió de nuevo y alcanzo el perímetro del palacio de la ciudad, admiro el edificio y observaba a potenciales clientes con los cuales empezar. El viejo rey Mirno estaba en la terraza con la compañía de sus consejeros cuando diviso a la hermosa rubia tetona caminando cerca del palacio, deslumbrado por la belleza de la mujer extranjera hablo a sus consejeros.

‘’Y a esto es a lo que me refiero siempre, buenas cortesanas, mis reales sirvientes. Miren a esa mujer,’’ dijo el rey Mirno apuntando a donde se encontraba Alcione y sus consejeros pudiesen verla.

‘’Su Alteza, está en lo cierto. Esa mujer es muy hermosa,’’ Doermes dijo con felicidad a su rey.

‘’No creo que sea troyana, señoría,’’ Eon indico, el gran sacerdote de Apolo.

‘’Troyana o no, la quiero en mi palacio. Damas como ella no son muy comunes en nuestra tierra,’’ el rey Mirno dijo y moviendo su mano, dos guardias se arrodillaron frente a él.

‘’De pie… pueden ustedes ver a esa rubia caminando frente al palacio?’’ el rey preguntó. Ambos guardias asintieron y el rey continuó, ‘’Quiero que vayan y la traigan ante mí,’’ el viejo monarca ordenó.

‘’Su deseo será cumplido,’’ dijeron ambos soldados y dejando la terraza, se movieron con rapidez y salieron del palacio.

Entre tanto, Alcione había encontrado a un cliente prometedor, un joven domador de caballos. Sin embargo, antes que ella pudiese hacer algo más; los dos guardias se acercaron. Ambos vestían cascos de hierro, pectorales y sostenían sendos escudos en sus brazos izquierdos. El guardia con barba hizo una pequeña reverencia antes de hablarle.

‘’Buen día mujer. Podría decirnos su nombre?’’ preguntó amablemente.

‘’Qué es esto? Hice algo malo?’’ Alcione preguntó con suspicacia.

‘’No, señora. Solo seguimos las ordenes de nuestro líder,’’ el guardia explicó.

‘’Alcione es mi nombre,’’ respondió a los guardias reales.

‘’Podría venir con nosotros?’’ quiso saber el guardia, ‘’No hay nada malo, lo juro por la corona de Apolo,’’ añadió al notar que Alcione había arqueado una ceja.

Con dudas, Alcione siguió a los guardias reales; y para su sorpresa en unos minutos estaban dentro del palacio. La mujer agradeció la bendición de Atenea en silencio mientras los soldados la llevaban a la terraza, el rey Mirno y sus hombres suspiraron cuando vieron a la sensual mujer caminando hacia ellos. Los guardias hicieron reverencia a su rey y se hicieron a un lado, el rey Mirno se levantó de su trono, admirando a la magnífica mujer frente a él.

‘’Bienvenida, no tienes nada que temer,’’ el rey Mirno dijo e hizo reverencia a Alcione.

‘'Mis disculpas, Su Majestad. Por estar impresentable ante usted,’’ Alcione respondió con voz tímida y haciendo una reverencia.

‘’Soy yo el que debe disculparse. Tu belleza es mayor que la de Afrodita… no miento,’’ el viejo rey comentó.

Alcione se estaba sonrojando un poco, pero estaba muy complacida por los halagos del rey. Con una señal, uno de los hombres del rey trajo un collar de oro para ella, lo que la dejo pasmada. Un fino collar de oro ahora estaba alrededor de su suave cuello, un poco pesado pero muy bonito, la representación de Afrodita descansaba sobre su generoso pecho. Alcione sonrió muy feliz, era mucho más de lo que esperaba, el rey Mirno notó su felicidad y habló de nuevo.

‘’Un pequeño regalo para tan hermosa mujer como tú,’’ el rey dijo muy complacido.

‘’Gracias, Majestad,’’ Alcione respondió. Estaba abrumada por todas las emociones en su interior que apenas podía hablar.

‘’Puedo saber tu nombre?’’ el rey Mirno preguntó.

‘’Mi nombre es Alcione de Atenas, Majestad,’’ la mujer respondió haciendo otra reverencia.

‘’Así que eres de la región de Ática, he oído que las mujeres de esa región son muy hermosas. Tu eres la prueba viviente, lady Alcione,’’ el viejo monarca dijo.

‘’Gracias, Alteza,’’ dijo ella. Aún seguía muy cohibida pero complacida al mismo tiempo. Un monarca extranjero admirando su belleza no estaba en sus planes, pero la voluntad de Atenea era siempre desconocida y sabia.

‘’Quiero contemplar tu magnificencia cada día. Sería un honor para mí si te quedas en mi palacio, tu encanto traerá vida a mi reino,’’ dijo el rey Mirno.

La mujer estaba sin palabras. El rey de Troya le estaba ofreciendo ser parte de la familia real, no podía creer lo que oía pero todo era verdad. El rey aguardo su respuesta por un rato, pero como siguió callada volvió a preguntar.

‘’Y, que dices?’’

‘’Si! Digo que sí!’’ dijo muy emocionada y feliz.

El rey sonrió y llamo a varias sirvientas, para que llevasen a Alcione a una habitación y la atendiesen como merecía. De repente la griega estaba recibiendo toda clase de cortesías, un buen baño fue lo primero que hizo para luego sentarse y dejar que las sirvientas del rey cepillasen su cabello a conciencia, ver hermosos y elegantes vestidos y una deliciosa comida. Después que la mujeres la dejaron instalada en su cuarto, se levantó y contemplo la ciudad desde la ventana, la Brisa era fresca y el sol estaba ya bien alto; más relajada se dio vuelta y tomo una buena siesta.

Unas horas más tarde, otra esclava vino y la condujo al salón del trono, todos los consejeros y hombres del rey estaban allí. El rey Mirno la honro con hermosas palabras y más regalos, también varios consejeros hicieron lo mismo, el monarca oficialmente la nombro dama de la corte y tendría un lugar en el palacio, en el círculo real. Unos minutos después, el príncipe Gesion entro y miro a la espléndida mujer que su padre había encontrado y quedo paralizado.

Sintiendo un cosquilleo en su vientre, se dijo que esa mujer era increíble. Alta, de cabello rubio liso, nariz pequeña y recta, piel perfecta y suave, de buenas curvas y un par de buenas tetas bajo su túnica que poseía un escote discreto; caderas anchas y piernas largas. El príncipe de 24 años se enamoró al instante, ella era la mujer más hermosa que había visto, y su padre se la presento casi al momento.

‘’Mi querido Gesion, ella es la nueva dama real, Alcione de Atenas.’’

‘’Un placer conocerlo, príncipe Gesion,’’ Alcione dijo con voz elegante y profunda.

‘’El… el honor es mío…’’ dijo el príncipe Gesion nervioso y sudoroso.

La mujer ojeo al príncipe cuidadosamente. No se veía nada mal, cuerpo promedio, cabello rizado corto de color castaño, sin nada de barba y un poco más alto que ella, pecho y abdomen plano y piernas largas. También notó un pequeño bulto creciendo bajo su ropa y soltó una risita, el príncipe se sintió avergonzado pero no por mucho tiempo; se sentaron y la asamblea real dio comienzo. Discutieron muchas cosas, y no tomo demasiado tiempo para que Alcione se aburriese, al menos pudo hablar un poco con algunas de las princesas y damas reales mientras los hombres hacían sus planes. Cuando la asamblea termino, las mujeres dejaron el salón y se reunieron en la Cámara de la Reina para darle la bienvenida a Alcione y conocerla mejor.

Era una confortable y gran habitación, muy bien decorada con mosaicos y pinturas en los muros además de cuatro pequeñas columnas en las cuatro esquinas, en el centro habían numerosos cojines mullidos para sentarse. Las cinco mujeres fueron directo a ellos y se sentaron. La reina Edolia, una mujerr de 52 años con cabello entre gris y castaño, de mirada confiada, llamo a sus sirvientas quienes trajeron refrigerios para todas. Después de comer y unas pocas palabras, la reina rompió el silencio.

‘’Alcione, dinos más acerca de ti. Porque abandonaste tu ciudad?’’

‘’Bueno, para decirlo rápido; mi esposo me repudió. Fue tras otra mujer para hacerla su esposa, y no era mi plan el retornar con mi padre. Así que decidí dejar Atenas y termine aquí,’’ Alcione dijo. Por supuesto, mintió acerca de su divorcio, pero nada ‘’serio’’ que ocultar.

‘’Pero hay algo malo con tu familia? No suenas muy complacida al hablar de tu padre,’’ Lemnidia dijo, la hermana menor de la reina.

‘’Mi padre, él es muy estricto y bueno, en mi cultura; los hombres gobiernan a las mujeres, creo que más de lo que lo hacen aquí,’’ Alcione explicó y suspiró, antes de volver a probar el vino.

‘’Por Apolo, y yo pensaba que estaba mal aquí,’’ Necreis dijo, hija de la reina Edolia y hermana del príncipe Gesion.

‘’Tú estás bien aquí, Necreis, solo necesitas ser más discreta, hija mía,’’ su madre dijo antes de hablarle a Alcione, ‘’El rey está muy complacido con tu presencia, lo sabes?’’

‘’Sé que lo está, Su Majestad. Estoy muy agradecida con él y con Atenea, su voluntad me han traído a este lugar en el momento indicado,’’ Alcione respondió.

‘’Brindo por eso,’’ Necreis dijo alzando su copa. Las otras mujeres hicieron lo mismo mientras reían.

Hablaron por muchas horas, pero en otra parte del palacio, el rey Mirno y el príncipe Gesion escuchaban a Eon, el Gran Sacerdote de Apolo. El sacerdote anunciaba las predicciones para el futuro, concernientes a la paz de Troya, mientras que el príncipe no prestaba atención del todo. En su mente seguía grabada la imagen de la sensual griega que había conocido, Alcione. Sus ojos azules eran como dos gemas preciosas, su perfumado cabello era sedoso y perfecto y que decir de su cuerpo… sus curvas, una increíble mujer que pedía a gritos una follada dura e intensa.

Estaba sentado al lado de su padre y el sacerdote Eon de pie ante ellos, explicando los augurios y señales recibidas de los dioses, cuando el rey se dio cuenta de la mirada perdida de su hijo.

‘’Príncipe, estás escuchando?’’

‘’Si padre. Lo siento, recordaba nuestra última asamblea…’’ Gesion mintió.

‘’Ok, por favor continúe, sacerdote Eon,’’ el rey Mirno dijo y Eon tosió un poco antes de continuar con su discurso.

‘’Como decía, señoría, el presagio en el cielo es evidente. Un oráculo acerca de la estrella brillante del reino,’’ Eon dijo. El rostro de Gesion mostro una clara señal de ignorancia, pues no había entendido lo dicho por el sacerdote y preguntó.

‘’Que quieres decir, Eon?’’

‘’Príncipe Gesion, tú eres esa estrella brillante. Sin embargo, no puedo decir con exactitud el significado de la otra señal que apareció, puede significar cualquier cosa; pero solo buenas cosas así que nada de qué preocuparse,’’ Eon explicó y el príncipe se calmó. Esperaba que esas buenas señales involucrasen de alguna manera a Alcione y sonrió mientras pensaba en ello.

‘’Príncipe, no cree en mi predicción, o si?’’ Eon dijo.

‘’No… quiero decir, si, le creo. Solo acabo de recordar aquel loco filisteo que dijo poder ser capaz de caminar sobre las llamas,’’ Gesion mintió de nuevo y Eon y su padre rieron.

‘’Pobre bastardo, pero pienso que estaba loco,’’ el rey Mirno dijo antes de preguntar a Eon, ‘’Alguna guerra en el horizonte?’’

‘’No señoría. Los dioses están recompensando vuestros benevolentes regalos dándote un reinado pacifico. Apolo está bendiciendo nuestra ciudad con prosperidad y paz,’’ Eon respondió al rey.

El rey Mirno suspiro aliviado, se levantó y siguió al sacerdote Eon hasta el altar de Apolo al otro lado de la habitación, para ofrecer un sacrificio. Gesion fue tras ellos, y también ofreció su sacrificio poniendo una flecha hecha de oro a los pies de la estatua, rezó sus plegarias a Apolo Máximo y solo pidió una cosa: tener una chance con la sensual mujer griega, Alcione.

Los días transcurrieron, y Gesion no dejo de pensar sobre Alcione. Quizás la mujer no percibía el interés del príncipe, solo intercambiaron unas pocas palabras en el Salón del Trono, pero nada más allá de eso. Su deseo por Alcione incrementó como la furia de las olas del mar, Gesion apenas podía permanecer en su presencia por más de un minute sin tener una violenta erección, algunas veces sentía que ella le miraba pero cuando la miraba, se daba cuenta que miraba en otra dirección.

Una tarde, cuando Gesion termino su práctica de tiro con arco, regreso al palacio. Alcione estaba tomando aire fresco en la terraza cuando observo al príncipe llegar al palacio, sin planearlo, este fue a la terraza para contemplar el atardecer y luego visitar a su madre por consejo cuando se percató de la presencia de Alcione.

Automáticamente, Gesion tuvo una salvaje erección. Rápidamente se acercó al borde de la terraza, unos pasos algo alejado de Alcione, ella miro a su alrededor y observó al príncipe sosteniendo su arco en su mano izquierda. La mujer también se dio cuenta por la manera en la que cruzaba sus piernas, trataba de ocultar una erección, rió calladamente y con uno de sus dedos comenzó a juguetear con su cabello mientras admiraba el atardecer.

‘’Eh… hola… lady Alcione…’’ dijo el príncipe Gesion después de varios minutos admirando su belleza con mirada enternecida.

‘’Príncipe Gesion, saludos,’’ Alcione respondió con su profunda y elegante voz.

‘’Solo llámame Gesion por favor,’’ pidió el príncipe.

‘’Está bien. Si eso deseas…’’ la griega dijo con una radiante sonrisa. Gesion sintió que su corazón latía más rápido y sus manos estaban algo sudadas.

‘’Puedo llamarte Alcione?’’ Gesion preguntó y la mujer asintió. El príncipe sonrió y contesto, ‘’Sabes, la luz del sol te favorece. Te hace resplandecer.’’

‘’Oh gracias, lo he oído un par de veces. Eres muy amable,’’ respondió.

‘’No hay palabras en el mundo para describirte, tal vez una se acerque. Perfección,’’ Gesion dijo y se acercó un poco a ella.

Con mirada complacida, Alcione miró a Gesion y sonrió nuevamente antes de hablar.

‘’Estas tratando de cortejarme, príncipe Gesion?’’ dijo ella con tono formal.

‘’Yo… no… estaba tratando, ya sabes, de ser amable,’’ respondió rápidamente y se sonrojo, ‘’Pero que haces? Ve a por ella, idiota,’’ pensó Gesion.

‘’Mmm… porque puedo jurar por la sabiduría de Atenea que eso estás haciendo…’’ dijo con mirada enigmática, ‘’Este hombre lo está tratando, Alcione, contrólate, él es el príncipe,’’ pensó la mujer.

‘’Bueno… debo irme. Tengo que ir a ver a mi madre, fue un placer hablarte, Alcione,’’ dijo, ‘’Eres un cobarde, ‘’príncipe’’. No pudiste ir a por ella,’’ pensó el príncipe mientras se marchaba.

‘’Fue un placer, Gesion,’’ Alcione dijo sonriendo y volviendo su rostro en dirección a la puesta de sol.

Esa noche el pobre Gesion no pudo dormir bien, culpándose por su fracaso. No obstante, Alcione durmió como una diosa, sin ninguna preocupación. De nuevo transcurrieron los días y las cosas se calmaron entre ambos hasta el siguiente encuentro.

Alcione fue una noche hasta la habitación de Necreis para tener una amena conversación entre mujeres, ambas eran muy buenas amigas. Después de hablar sobre vestidos y viajes a otros reinos distantes, el tema del sexo opuesto salió a relucir en la conversación.

‘’Princesa, porque aun sigues soltera? Eres muy hermosa y apuesto a que hay muchos hombres pretendiendo tu mano,’’ dijo Alcione.

‘’Si, tienes razón en eso. Pero, para ser honesta, no siento que pueda convertirme en una buena esposa, sabes lo que digo,’’ respondió la princesa con melancolía.

‘’Claro que lo se querida, pero tú eres joven. No desperdicies tu vida!’’ Alcione respondió a Necreis. La chica se cruzó de brazos.

‘’Que hay de ti? También sigues soltera, cuando todos los hombres en este palacio están locos por ti?’’ Necreis preguntó.

‘’Hehe, bueno, yo no diría que están locos, más bien son como animales lujuriosos,’’ Alcione aclaró. Ambas rieron al unísono.

‘’Y, no olvides a mi hermano. Supongo que sabes que también suspira por ti, o no?’’

‘’Lo sé, Necreis. Pero por supuesto, eso es imposible,’’ Alcione dijo.

‘’Porque no?’’

‘’Es tu hermano, y pienso que no es correcto pagar de esa manera la amabilidad y hospitalidad del rey para conmigo, dejando que él y yo…’’ Alcione explicó.

‘’Oh vamos. Por mí no hay ningún problema si tú y mi hermano… ya sabes, se vuelven más cercanos,’’ Necreis dijo y ambas volvieron a reír, ‘’Te diré la verdadera razón por la que sigo soltera,’’ dijo la princesa con más seriedad.

‘’Ok, juro por Atenea que no diré nada de esto,’’ prometió Alcione.

‘’Creo que Artemisa esta llamándome para que sirva en su templo,’’ Necreis confesó. Mirando a los ojos de Alcione buscando algún gesto desaprobatorio, no lo encontró.

‘’Oh Necreis, eso es para estar orgullosa. Si Artemisa te está llamando, sigue a tu corazón, no rechaces la voluntad de los dioses,’’ Alcione dijo y Necreis sonrió muy feliz.

‘’Sabia que me entenderías,’’ dijo y abrazó a su amiga.

‘’Lo sabe el rey?’’ Alcione pregunto después de separarse.

‘’No… y no sé cómo vaya a reaccionar acerca de esto, su única hija sirviendo en un templo,’’ Necreis respondió algo preocupada pero Alcione le mostró su apoyo.

‘’Él sabrá que es la voluntad de una diosa, y un honor para la familia real, deberías decirle.’’

‘’Solo si me acompañas.’’

‘’De acuerdo, iré contigo para decir…’’ Alcione dijo cuándo la puerta de la habitación se abrió.

Gesion estaba afuera, porque buscaba a Necreis para pedir consejo sobre Alcione.

‘’Lamento interrumpir, hermana. Parece que se estaban divirtiendo,’’ Gesion dijo.

‘’Oh, no interrumpes nada. De hecho, Alcione ya se está marchando, necesito descansar,’’ Necreis mintió para hacer que su hermano y Alcione caminasen juntos a solas.

‘’Uh… eh… yo estaba…’’ Alcione murmuró pero su amiga, con una inocente y confiada, no le saco del apuro. Odiándola por eso, Alcione se despidió y salió de la habitación de Necreis, no sin antes notar un brillo de picardía en sus ojos. Alcione y Gesion caminaron juntos hasta que el príncipe rompió el silencio.

‘’Una hermosa noche, encantadora. Como tú.’’

‘’Gracias príncipe, pero esto no está bien…’’ dijo ella y se detuvo.

‘’Que? Que hay de malo? No estoy mintiendo cuando digo que eres hermosa,’’ comentó Gesion y se acercó a ella.

‘’Por favor, solo olvídalo. Hay muchas mujeres en este mundo, sé que Afrodita tiene la indicada para ti,’’ respondió y dio dos pasos lejos de Gesion.

‘’No podré. Desde la primera vez que te vi, lo he tenido claro. Tu eres la mujer que quiero,’’ Gesion finalmente confesó y Alcione palideció.

‘’No tienes idea de lo que estás diciendo… no soy la mujer perfecta…’’ dijo desesperada, tratando de romper el corazón de Gesion en vano.

‘’No somos perfectos. Incluso los dioses no son perfectos, pero aún siguen siendo dioses… solo dame una oportunidad…’’ Gesion suplicó extendiendo sus manos hacia ella. Alcione lo miró con miedo en sus ojos, y dándose vuelta salió corriendo.

Gesion miro la dirección por donde se fue Alcione y se sintió muy confundido. Había dicho algo malo? O hecho algo malo? Estaba ella tratando de reprimir sus sentimientos o simplemente estaba enamorada de alguien más? El príncipe se quedó un rato en el pasillo para luego regresar a su aposento real, muy triste y sintiendo que lo había estropeado todo.

Mientras tanto, Alcione estaba en su habitación, muy nerviosa y apenas consciente de lo que sucedía. Sintió que su cabeza iba a explotar y estaba algo mareada, una tormenta de sentimientos la estaba abrumando. Acostada en su cama, pensaba seriamente… por ninguna razón debía revelar su secreto, o podría correr gran peligro; dependiendo como era la percepción de las mujeres como ella en Troya. Ahora las cosas con el príncipe Gesion se estaban poniendo más personales, pero Alcione trataba con todas sus fuerzas de decepcionarlo para que pudiese mirar a otras mujeres, aunque no le estaba resultando. Lo último que necesitaba era una relación con el heredero del trono, el hijo del hombre que la saco de la calle sin conocerla.

‘’Pero no puedes negarlo, se la quieres meter hasta el fondo,’’ Alcione oyó una voz en su cabeza. Suspirando, estresada y tratando de enterrar ese pensamiento en el olvido, descubrió que no podía, el deseo estaba allí; latente y esperando la oportunidad para salir. Se desnudó y comenzó a acariciar su cuerpo, sus tetas, luego su mano izquierda se deslizo por su vientre hasta llegar a su polla y empezó a masajearla, jugaba también con su pezón derecho y gemía quedamente.

Su miembro creció hasta los 23 cms, jugosa, venosa y gorda. Era la verdadera razón de su repudio, como recordaba vívidamente, el pánico en el rostro de Andros cuando miro su monstruosa verga. Trato de explicarlo pero él solo grito y maldijo como loco, clamando a Zeus por liberación. Ese era el gran miedo por el cual no quería ser la esposa de alguien, porque a muchos hombres no le interesaba si una prostituta había sido bendecida por los dioses con un buen trozo de carne entre las piernas, pero no era lo mismo siendo la esposa.

Continuó masajeando su pene, lubricándolo con su líquido preseminal, haciendo que su polla brillase a la luz de las velas, mientras gemía con voz sensual. Imagino que en lugar de su mano, su polla estaba metida en el culo de Gesion y la mujer comenzó a mover su mano más rápido mientras repetía sin cesar, ‘’Te la voy a meter por el culo, príncipe!’’. Después de unos minutos masturbándose sin pausa, gimió y de su polla broto una gran cantidad de semen que termino en su vientre. Recuperando el aliento, se limpió y cerro su habitación, para dormirse pensando en el culo de Gesion.

Sin embargo, el príncipe también estaba teniendo su propio momento privado masturbándose, como cada noche desde que Alcione llego al palacio. Murmuraba y gemía erráticamente, su cuerpo cubierto de sudor y su verga de unos 16 cms lubricada por su líquido preseminal. Fantaseando con fornicar cada agujero de su cuerpo, el príncipe se pajeaba a toda velocidad. La única duda que tenía era si su culo era apretado o como la gran mayoría de las griegas, estaba abierto y listo para un poco de sexo anal, la reputación de las mujeres griegas en el sexo anal era de sobra conocida.

Alzando la voz, soltó unos chorros de su propia leche sobre las sabanas, reemplazándolas, se quedó dormido soñando sobre su hermosa dama. A la mañana, Alcione y Necreis fueron a hablarle al rey y Necreis declaro su intención de servir en el Templo de Artemisa. Contra todo pronóstico, el monarca reacciono con júbilo y orgullo, porque su hija estaba llamada a server a una diosa, así que le obsequio presentes y anuncio que un banquete seria hecho en su honor para celebrar.

El palacio fue decorado con gran magnificencia y pompa durante la semana para complacer a Artemisa y llevar a cabo una gran fiesta, con vino incluido claro está. Con todos los planes y organización de la fiesta, Gesion y Alcione no se vieron por días pero el príncipe consideraba seriamente invitarla al banquete como su pareja y recibir de su padre su aprobación para desposarla.

Finalmente el día del banquete llego, y el palacio estaba inundado de una atmosfera festiva y de regocijo. Música, danzantes de ambos sexos, comida y licor fuerte, el estilo oriental sorprendió y cautivo a Alcione, que decidió usar una túnica roja con bordados de flores, la cual mostraba un poco sus atributos delanteros de tal manera que muchos hombres cometían toda clase de torpezas si la miraban por mucho tiempo. Además de la elegante túnica, llevaba una pequeña diadema en su cabeza y su collar de oro de Afrodita. Sentándose al lado de Necreis, ambas charlaban animadamente mientras los hombres invitados a la celebración no apartaban sus ojos de ellas.

El príncipe Gesion llego unos 20 minutos después de Alcione, y cuando la miro, el troyano tuvo que asir una copa y alejarse de ella inmediatamente antes de tener otra erección. Aunque eso no duraría mucho tiempo, porque tuvo que acercarse a felicitar a su hermana menor y en sí fue un momento algo incómodo, ambos hermanos abrazados pero al mismo tiempo Gesion miraba a Alcione a espaldas de Necreis con mucha lujuria. A pesar de eso, para su propia sorpresa, Alcione no desvió la mirada y lo miro fijamente, sus ojos llenos de expectación se encontraron con los suyos.

El banquete propiamente dicho fue espléndido, y la comida digna de un rey. Después de comer, los hombres comenzaron a beber sin reparos, algunas mujeres también, o solo conversaban entre ellas. El entretenimiento estaba garantizado, tanto por los danzantes o los borrachos; Gesion bebía junto a su padre y algunos de los hombres fuertes del ejército, el joven príncipe comento el contacto visual que sostuvo con Alcione y todos le felicitaron mientras brindaban cada vez más por cosas absurdas. Pasadas las once, el rey se desmayó de la borrachera mientras estaba sentado en su trono, en tanto Gesion continuo bebiendo con otros miembros del ejército y la realeza, sus reflejos eran torpes en ese punto pero no le importó. Como era usual, todas las fiestas terminaban de igual forma, hasta el amanecer o inconscientes, como el rey Mirno.

Alcione se quedó hablando con Necreis y la reina Edolia, las mujeres reían gracias a las tontas frases y movimientos de los otros cortesanos. Algunas prostitutas fueron traídas por orden del rey antes de perder el conocimiento para que satisficiesen los deseos de todos los hombre y mujeres en el salón, así que en algunos rincones, ‘’curiosos’’ ruidos podían oírse. La reina, con ayuda de algunas sirvientas personales, transportó al rey a sus aposentos y se despidió de su hija y Alcione.

Después de un malentendido, una pequeña pelea se produjo entre dos consejeros por una prostituta morena, el problema fue solucionado pacíficamente gracias a Doermes, quien sugirió que ambos fornicasen a la ramera simultáneamente y el buen ambiente regresó. Obviamente, como dijo Necreis a Alcione, aquello era la señal para retirarse cuanto antes, levantándose de sus asientos se despidieron y abandonaron el salón, pero Alcione no pudo evitar mirar a Gesion antes de irse, el príncipe estaba borracho y haciendo burlas de otros consejeros.

Gesion noto en poco tiempo la ausencia de Alcione, y abandono el salón tras ella, con una copa de vino en su mano derecha y una flor en la izquierda.

Caminando cuidadosamente, primero, para evitar hacer mucho ruido y segundo, con todo lo que había bebido su balance no era el mejor al caminar. Dejando su bebida en una esquina, divisó su objetivo anhelado unos metros más allá de donde estaba, Alcione estaba abriendo la puerta de su habitación. El príncipe se movió con la rapidez que pudo y en menos de tres segundos, sujetó a Alcione por detrás, su polla tiesa quedo presionada contra su espalda baja y su mano derecha apretujo uno de los senos de la mujer.

‘’Finalmente… solos… hora de hacer… los bebes…’’ Gesion murmuró al oído de Alcione.

‘’Oh maldición, Gesion. Que estás haciendo, por Zeus?’’ Alcione pregunto algo enojada por su manoseo agresivo.

‘’Erm… solo callad. Quiero fornicarte duro…’’ respondió Gesion, y presiono su cuerpo contra el de ella con mayor pasión, mientras su mano derecha bajaba por el vientre de Alcione.

‘’Parad. Alguien podría vernos!’’ ella le advirtió tratando de resistir su toqueteo, pero ya no se resistía tanto como al principio.

Gesion dejó caer la flor que sostenía en su mano izquierda, y con ambas manos dejo al descubierto los hermosos y grandes senos de Alcione. Luego siguió el camino que llevaba recorrido con su mano derecha y llego hasta la pelvis de la mujer, con la intención de masajear su vagina. La mujer gemía cada vez más excitada cuando el príncipe se topó con un bulto entre sus piernas… Gesion quedo paralizado, ese bulto crecía a cada segundo y cada vez se sentía más duro. Alcione se dio vuelta y dejando caer el resto de su túnica, le enseño sus 23 cms de verga dura a un conmocionado Gesion.

‘’PERO QUE… TU QUE…’’

‘’Shhh… alguien podría oírte…’’ Alcione susurró calmada y tomándolo de la mano, entraron a su habitación y cerró la puerta.

Alejándose lo más que pudo, Gesion perdió el equilibrio y cayó sobre la cama de Alcione, entre tanto ella paseo su cuerpo desnudo frente a él, mostrándole cada curva de su perfecta y candente figura: firmes senos, largas y fuertes piernas, un trasero bien carnoso y redondo, además de lo obvio, aquello que la hacía especial, sus 23 cms de polla, gruesa, venosa y lista para dar placer. El hombre trago saliva nervioso al contemplar esa verga más grande que la suya.

‘’Que? No querías fornicar?’’ Alcione cuestionó de forma retórica con una lujuriosa sonrisa.

‘’Pero… como… es esto posible?’’ Gesion dijo impresionado sin dejar de mirar su verga. Ya no se sentía borracho por tal revelación, pero si estaba asustado.

‘’Oh, esto quieres decir? En pocas palabras, la voluntad de los dioses a veces es algo caprichosa… ahora, es hora de quitarte la ropa…’’ Alcione dijo. Esa mirada atrevida y picara la hacían ver mucho más hermosa, pero Gesion no estaba seguro de nada. Una mujer con polla? Pensó.

‘’Creo que… creo que bebí mucho…’’ dijo.

‘’Oh no querido, no lo hiciste, y te lo demostrare…’’ dijo ella y saltó sobre él. Alcione sujetó su pene por la base y golpeó sus mejillas un poco, luego descanso su cuerpo sobre su vientre, ‘’Ahora eso fue algo más serio, pero hagamos un trato, te la chupare si prometes que chuparas la mía, que piensas?’’

El príncipe miro ese pedazo de carne descomunal a poca distancia de su rostro. Estaba completamente seguro que se ahogaría con la mitad de esa verga dentro de su boca, pero la otra opción, estaba dispuesto a morir por al menos fornicar uno de sus agujeros de forma loca. Incluso con polla, Alcione era la mujer más hermosa que había visto jamás, y le tomo poco más de un minuto responder a su propuesta.

‘’Ok… trato. Pe-pero se gentil por favor… tu verga es muy grande.’’

‘’No te preocupes Gesion. Te trataré bien…’’ Alcione dijo con una sonrisa de mujer buena y se levantó.

Ella se acostó a su lado, y el príncipe se arrodillo al borde de la cama, colocándose entre sus piernas separadas. Gesion admiró cada centímetro de esa verga, era casi irreal, la agarro con ambas manos y aun la cabeza sobresalía… aquello sin duda lo puso más nervioso pero respirando hondo, abrió su boca todo lo que pudo.

‘’Siii… eso es…’’ Alcione susurro y con una mano sobre su cabeza lo guió.

Tuvo arcadas después de engullir el glande de Alcione, pero con la suave y fuerte mano de la mujer sobre su cabeza, no pudo hacer nada. A medida que ese trozo de carne llenaba las comisuras de su boca y un poco más, su saliva lo lubricaba y haciendo un esfuerzo para mirarla a la cara, pudo ver el éxtasis en el rostro de Alcione. Finalmente logro tragarse toda la verga de Alcione, sentía que le faltaba el aire pero ella lo mantuvo así por unos segundos para llegar hasta lo más recóndito de su garganta.

Cuando estaba cerca de desmayarse Alcione saco su verga de la boca del príncipe, ‘’No cierres, Gesion,’’ dijo ella y de nuevo le metió gran parte de su polla en la boca. El príncipe chupaba guiado por la mano de Alcione, que lo ayudaba a subir y bajar de forma constante por toda su verga, cubriéndola de saliva, poniendo su mano libre en su mejilla, lo mantuvo bien sujeto para a continuación, aumentar el vaiven de sus caderas y fornicar la boca de Gesion, haciendo que tuviese más arcadas.

Alcione folló su boca por muchos minutos, la saliva del príncipe ya se deslizaba de su verga hasta sus testículos. Francamente lo estaba dejando sin aliento pero al final no se corrió. En lugar de eso se puso de pie y empujo a Gesion a la cama, mientras le quitaba la túnica.

‘’Un trato es un trato. Tu turno…’’ dijo ella muy sonriente.

Tras deshacerse de su ropa con rapidez, los 16 cms de verga de Gesion emergieron tiesos como roca. Alcione lo pajeó con algo de brusquedad antes de meterse toda su polla en la boca. Gesion se sintió como un dios al sentir la calidez y humedad de la boca de Alcione alrededor de su miembro viril, la mujer comenzó a subir y bajar dándole una mamada espectacular y dando arcadas al tragársela hasta la base. La traviesa mujer también pasó su lengua por las pelotas del príncipe y por su cerrado agujero anal, Gesion experimentó una indescriptible sensación placentera al sentir la lengua de Alcione lamiendo allí, la griega también estaba complacida al escuchar los jadeos y gemidos del príncipe.

Durante varios minutos se entretuvo chupando sus pelotas y pajeando su verga con rapidez, el joven sentía que el éxtasis estaba cada vez más cerca y comenzó a retorcerse sobre la cama, Alcione se volvió a tragar su polla y con un gemido áspero el príncipe dejo salir varios chorros de caliente esperma que llenaron la boca y garganta de Alcione, que se tragó con deleite el néctar con una sonrisa.

‘’Oh dioses… eso fue increíble…’’ Gesion dijo despues de recobrar el aliento.

‘’Bueno, estoy feliz de que lo disfrutaras. Ahora que ya has tenido tu orgasmo… es hora del mío…’’ Alcione dijo y separó sus piernas.

‘’Que… que estás haciendo?’’ Gesion preguntó asustado.

‘’Ya te lo dije, es hora de mi orgasmo. Y, quiero tenerlo fornicándote el culo,’’ dijo ella.

De improviso Gesion palideció. Trato de cerrar las piernas pero ella las mantuvo bien separadas.

‘’No hablas en serio… me vas a matar. Por favor Apolo, ayúdame!’’ Gesion rogó.

‘’Hablo muy en serio… una vez que empiece, me pedirás que te folle toda la noche. Y hablando de Apolo, creo recordar que te espié mientras le rezabas, para tener una oportunidad conmigo, sin importar nada. Tal vez esta noche tu plegaria será respondida, no lo crees?’’ dijo ella con una sonrisa algo desquiciada.

Gesion sabía que ella estaba en lo correcto. Pero, ‘’sin importar nada’’ no significaba que la dejase fornicar su culo con esa verga inmensa.

‘’Ten piedad. Yo soy virgen…’’

‘’No te preocupes. Déjame todo a mí, sé que me amaras mucho más después de esta noche…’’ Alcione dijo y escupió en su mano para lubricar su polla.

Posicionando su glande contra su esfínter, punteo el agujero virgen del príncipe. Gesion pudo sentirlo y se alarmó, Alcione hizo mayor presión y con algo de dificultad la cabeza de su verga se deslizo dentro, el príncipe cerró los ojos y gimió. La mujer siguió empujando y gran parte de su polla ya invadía el culo de Gesion. Entre sus empellones y pausas, Alcione termino de hundir todos sus 23 cms, hasta que su pelvis quedo acoplada a sus nalgas. Gesion gimió angustiado con ese pedazo de carne dentro de su culo.

‘’Por todos los dioses… sácala por favor!’’ suplicó con desesperación.

‘’Relájate y ambos lo disfrutaremos…’’ Alcione dijo mientras se inclinaba sobre él, y sus narices se juntaron. Después de varios minutos amoldando su tamaño a su culo, empezó a moverse despacio y sin sacar mucho su polla de su ojete. Ambos gimieron y suspiraron, Alcione de placer y Gesion de dolor e incomodidad de su primera vez, ella siguió moviéndose de esa manera por un buen rato y luego incremento la velocidad de la penetración.

El príncipe comenzó a sentir una sensación desconocida, la polla de Alcione lo penetraba en un punto en el cual la sentía que endurecía sus testículos y le estimulaba al mismo tiempo, consiguiendo para su propio asombro que su polla comenzaba a recuperar la erección que había tenido y liquido brillante y transparente resplandecía en la punta de su cabeza. Incluso sus jadeos habían cambiado de angustiados a… menos angustiado, y para su propio horror comenzó a sentir que aquello le estaba gustando, después de todo.

Alcione se dio cuenta de esto y aceleró el ritmo de sus caderas, su verga entraba y salía con mayor libertad y se hundía cada vez más en ese culo. Al mismo tiempo pajeaba la polla de Gesion, por lo que ambos estaban cada vez hundiéndose en la lujuria irrefrenable y gritaban de placer como locos, tanto que si alguien hubiese pasado afuera de la habitación podrían haber sido sorprendidos en el acto sexual.

La griega cambio el ritmo una vez más, ahora sacaba su polla hasta la mitad y luego se la metía entera, haciendo que sus testículos golpeasen las nalgas del joven príncipe. Luego cambiaba a una embestida complete, sacando su verga casi al completo y luego metiéndola hasta el fondo, el choque entre sus pelotas y las nalgas de Gesion era más ruidoso y el príncipe chillaba totalmente excitado, sintiendo que perdía la razón y sus sentidos. Con una mano, Alcione siguió masturbando la erecta verga de Gesion, que ponía los ojos en blancos por tanto placer que sentía. El sudor de la mujer cubría ligeramente sus curvas, y dejaba que las manos del príncipe las manoseasen por completo.

Deteniéndose, saco su verga con un ligero ‘plop’ y se acostó al lado de Gesion, que colocándose sobre ella dejo que lo volviese a empalar con esa gorda polla. Alcione abrazo el cuerpo del príncipe comenzó a follarlo bien duro, sus huevos golpeaban sus nalgas sin parar y con gran fuerza mientras Gesion no paraba de gemir. Descansando su pecho sobre las turgentes tetas de Alcione, sentía sus brazos alrededor de su cintura mientras lo fornicaba salvajemente. La polla del príncipe estaba atrapada entre los abdómenes de ambos.

‘’AARGGHH…’’ gruñó el príncipe.

‘’Tu… fantasía… finalmente se cumple… te puedo decir… la mía también…’’ Alcione le susurró al oído mientras lo penetraba.

Dándole un par de nalgadas, aumento la velocidad de sus embestidas. Era tan incorrecto, pero se sentía demasiado bien al mismo tiempo, pensó Gesion. Con la presión sobre su polla, atrapada entre sus cuerpos sudorosos, le hizo tener otro gran orgasmo. Sin embargo, la virilidad de Alcione era como la de una diosa, dándole tanta polla como quisiese, sin llegar al orgasmo.

Con fuertes embates hundió su polla en lo más profundo de Gesion. El príncipe sintió sus entrañas arder, mientras Alcione la mantuvo allí por un rato sin moverse, apretando la verga de la griega con su esfínter, ella cerro los ojos y suspiro satisfecha.

‘’Por Afrodita… tu si sabes cómo dar placer a una mujer…’’ dijo ella y mordió su cuello un poco mientras lo abrazaba con pasión. Sus labios se encontraron y se besaron sin control, sus lenguas juguetearon y Alcione siguió empotrándolo despacio mientras saboreaba los labios de Gesion. Cuando se separaron, a los dos amantes les faltaba el aliento y el príncipe pudo ver un brillo de lujuria en los ojos de ella.

‘’Se ve que lo disfrutas tanto como yo lo disfruto,’’ dijo ella muy feliz y lo beso nuevamente.

Alcione reemprendió los embates y fornico su culo con mayor vehemencia, ‘’NNNRGH,’’ aulló el príncipe con cada embestida de Alcione. Con un ritmo de infarto, expandió al máximo las entrañas de Gesion, que sintió que todo su interior quemaba gracias a esa magnífica verga.

Con un gemido de lujuria, clavo su polla bien adentro de Gesion y quedándose inmóvil, chorros calientes de esperma inundaron el culo de Gesion. Depositando la abundante corrida, más de cinco trallazos de cálido néctar, Gesion sintió que le preñaba el estómago, si eso fuese posible. Contrayendo sus músculos, ya sentía el cansancio y apoyo su rostro contra el pecho de la mujer. Alcione acaricio el cabello rizado de Gesion con una sonrisa triunfante.

‘’Este… ha sido el mejor sexo anal que he tenido. La noche es joven y me recuperare rápido, asi que prepárate para algo más,’’ dijo ella guiñando su ojo izquierdo.

Como lo prometió, su verga estaba como piedra después de varios minutos y volvió a follarle el culo. Gesion gimió como novia en su noche de bodas y Alcione fornico su culo de muchas maneras, al príncipe le gusto cuando ella estaba sobre él, puesto que podía tocar libremente sus generosas curvas y chuparle las tetas. Antes del amanecer y después de varias horas, Alcione eyaculo en su culo por cuarta vez, besándose románticamente se quedaron dormidos abrazados.

La fiesta termino al igual que las demás, con todos absolutamente jodidos. Incluso el Gran Sacerdote Eon recibió una buena paja de Lemnidia, la hermana menor de la reina, y mucha gente durmió en el suelo del salón. El rey Mirno despertó horas más tarde, y obtuvo todos los detalles de parte de sus siervos y consejeros de lo ocurrido después de su desmayo, luego se reunió con Eon y otros nobles guerreros. Cuando todos estaban en la terraza, el rey notó la ausencia de Gesion.

‘’Donde está el príncipe?’’ preguntó.

‘’Señoría, no estoy seguro. No asistió a la comida de la mañana,’’ respondió Eon, ‘’Envío a un guardia para traerlo aquí?’’

‘’No, yo lo buscaré,’’ el rey dijo y abandonó la reunión.

El rey Mirno fue hasta los aposentos de Gesion, pero no lo encontró, su cama estaba en orden; como si no hubiese pasado la noche en ella, ‘’A dónde fuiste?’’ pensó el rey. Preguntando a varios sirvientes y esclavos, no obtuvo respuesta del paradero de su hijo mayor y cuando ya había decidido regresar a la terraza, observo a dos guardias en su puesto, hablando entre sí.

‘’… y creo que el príncipe tuvo suerte anoche. Con la griega…’’ comentó uno de los guardias.

‘’De verdad? Apolo Máximo le ayudo entonces…’’ respondió el otro guardia.

El rey se dirigió a la habitación de Alcione y abrió la puerta con cuidado. Gesion estaba durmiendo como un bebe en la cama de Alcione, con la mujer abrazándolo desde atrás, una de sus piernas estaba sobre la del príncipe. El soberano sonrió orgullosamente y salió de la habitación en silencio.

‘’Como su padre… eligiendo a la mejor mujer…’’ el rey murmuró y regresó a la terraza satisfecho.