Una Grata Experiencia 2ªparte

Continúan las aventuras de María junto a Luis. Esta vez el juego entre los dos se hace mucho mas morboso. Recomiendo leer la primera parte: https://www.todorelatos.com/relato/158666/

Maria llego a su silla y se quitó la chaqueta tal y como la pidió Luis.

  • ¿ya estas sentada en tu sitio?

  • sí, y me he quitado la chaqueta. Se nota muchísimo que no llevo sujetador, creo que voy a ir al aseo a ponérmelo de nuevo

  • aguanta un poco Maria, solo unos 15 minutos más y luego vuelve al aseo y te lo pones de nuevo

  • casi estoy por ir ahora mismo, me da mucha vergüenza estar así

  • como quieras pero si aguantas 15 minutos más te daré una sorpresa

  • ¿ah sí? Que sorpresa?

  • en 15 minutos puedo pasar a recogerte a la biblioteca

  • pero si no sabes en que biblioteca estoy

  • eso es cierto pero no tardaría en llegar más de un cuarto de hora, esta ciudad no es tan grande

  • bueno, aguantare pero cuando llegues no saldré tal y como estoy hasta tu coche, me pondré la chaqueta

  • tranquila Maria, haz lo que debas, si te atreves sal así hasta mi coche, si no pues no pasa nada, es solo parte del juego. ¿En que biblioteca estas?

  • vale, estoy en la biblioteca de la universidad, saldré hasta la puerta de la universidad y te esperare allí

  • perfecto, espérame en 10 o 15 minutos, te avisare cuando llegue.

  • hasta dentro de un momento Maria

  • hasta ahora

Maria está ahora pensando en si continuar con el juego o no. Desnudarse en un lugar donde nadie puede verla tiene un pase pero estar sin sujetador con una camisa blanca casi transparente en la biblioteca de la universidad....

  • he decidido ponerme la chaqueta para salir

  • no pasa nada Maria pero sí que te pediré que cuando te subas al coche te la vuelvas a quitar, ¿te parece bien?

  • bueno, en tu coche no me importa. ¿Cuánto te queda para llegar?

  • estoy aparcando

  • genial, tardo 2 minutos en salir

  • ok, te espero en la puerta

Luis esta ya esperando a que llegue Maria. Chicos y chicas cargados con mochilas y una juventud envidiable caminan cerca de Luis. Él está atento a la llegada de Maria, su nueva amiga y aprendiz nudista y en parte exhibicionista.

  • hola Luis

  • hola Maria, ¿qué tal llevas el día?

  • vaya pregunta, como si no lo supieras

  • jajajaja, tienes razón

  • anda, dame un beso tonto

Esa fue la primera vez que los labios de Luis rozaron los de Maria

  • ¿por qué me has besado mis labios Maria?

  • ¿no te ha gustado?

  • no seas tonta, claro que me ha gustado

  • entonces no preguntes y vamos al coche. Por cierto, los he besado porque me apetecía

Madre mía, no sé lo que me está pasando pero me apetece estar con Luis, quiero pasar más tiempo con él, quiero experimentar más cosas con él, dios, ¿qué me está pasando?....me estoy enamorando de Luis. -pensó Maria-

  • me gusta que así sea Maria

  • bueno, ¿dónde me llevas hoy?

  • es casi la hora de comer ¿te apetece comer algo?

  • si claro

  • no se hable más, te llevare a mi casa si tú quieres, podemos cocinar algo allí aunque esta tarde tendré que volver al trabajo

  • por mi vale

  • bien, allí está el coche, puedes ir quitándote la chaqueta si quieres

Maria miro a Luis y con una sonrisa pícara comenzó a quitarse la chaqueta

  • me encanta lo que veo Maria. Creo que te gustan más que a mi mis propias experiencias

  • me excitan muchísimo aunque he de decir que me aterra que alguien pueda verme así

  • sube al coche, dentro de él nadie se fijara en ti

Los dos subieron al coche. Luis vestido con su traje y Maria solo con sus vaqueros, su camisa y la chaqueta que llevaba sujeta sobre sus piernas

  • ¿te sientes bien así Maria?

  • estando contigo si pero si estoy yo sola me da vergüenza que alguien pueda ver lo que llevo o no llevo puesto

  • te entiendo Maria. Hagamos una cosa, procuremos estar más tiempo juntos para así poder experimentar más cosas juntos, ¿te parece bien?

  • claro que me parece bien pero creo que los dos sabemos donde puede llevarnos esto

  • los dos lo sabemos si, pero dime Maria, ¿qué hay de malo?

  • nada nada, no hay nada de malo

  • pues ya está todo dicho, yo dejare que me conozcas mejor y tú a mi también me dejaras conocerte mejor y por supuesto experimentaremos muchas más cosas juntos

  • trato hecho pero con una condición

-¿qué condición?

  • que no vuelvas a preguntarme porque he besado tus labios

  • jajajaja, trato hecho

Luis condujo por una carretera por la que Maria no había pasado nunca. Llegaron a una pequeña urbanización. Pasaron por una garita en la que había una barrera que se abrió al paso del coche de Luis.

  • vaya sitio más chulo -dijo Maria-

  • bueno, no sé si es chulo pero lo que si te aseguro es que es un sitio tranquilo. Mi casa es la que está más alejada de la puerta por la que acabamos de pasar

  • pero esto debe ser un poco aburrido, ¿no?

  • no necesariamente Maria. En casa tengo todo lo necesario para no aburrirme y además, la ciudad esta unos pocos minutos en coche y a unos pocos minutos más si decides ir en transporte público, hay una parada de bus cerca de la puerta de entrada de la urbanización. Mira Maria, es aquella que se ve en la parte más elevada de la urbanización

  • pues verla lo que se dice verla no la veo Luis

  • jajajaja, tienes razón, solo ves las arizonicas que plante para evitar miradas indiscretas. Ahora la veras.

Llegaron a la casa y Luis aparco el coche en la puerta de entrada

  • ya estamos, es aquí

  • bien, pues vamos a ver esa casa que aún no he podido ver

  • ahora mismo la veras pero antes tienes que hacer una cosa

  • ¿qué tengo que hacer?

  • ve quitándote la ropa, me gustaría que la primera vez que entres en mi casa lo hagas desnuda, ¿te parece bien?

  • pero ¿y si viene algún vecino y me ve desnuda?

  • será solo un momento y no creo que venga nadie por aquí ahora. Deja la ropa en el coche, dentro de mi casa no la necesitaras.

  • me vas a volver loca con tus experiencias pero está bien, volveré a confiar en ti

Maria se desnudó fuera del coche mientras Luis abría la puerta del chalet.

  • ¿así te gusto más?

  • Maria, tú me gustas desnuda o vestida de lagarterana, jajaja. Creo que eso sentimiento es mutuo, ¿verdad?

  • Luis, tienes algo que me dice que no debo dejarte escapar....

  • gracias Maria. Ahora por favor, entremos no vaya a venir algún vecino y te pille desnuda

  • dijiste que no vendría nadie

  • lo sé, pero nunca se sabe jajaja

Ambos entraron en el chalet. Ante sus ojos podían ver el jardín, algunos árboles frutales y la fachada principal.

  • vaya casa tienes Luis

-¿te gusta?

  • sí, es muy chula

  • bueno, tiene 3 dormitorios, 2 baños, cocina y salón, todo en una planta, odio subir escaleras. Luego éste jardín que ves que rodea toda la casa, la piscina y por supuesto el contorno del chalet cubierto con arizonicas para más intimidad, así puedo estar desnudo en total libertad.

  • no está nada mal pero has dicho que sueles estar desnudo porque nadie te ve pero aquí la única que esta desnuda soy yo

  • cierto Maria, en cuanto entremos en la casa me desnudare yo también y podremos estar así hasta que tenga que volver al trabajo

  • eso me parece muy bien, estar contigo desnuda no me da nada de vergüenza, de hecho podría acostumbrarme a vivir así

  • me gusta oír eso Maria pero dime, ¿también te acostumbrarías a hacer esas cosas que te pido? Me refiero a la parte exhibicionista

  • bueno, eso me costaría un poco más pero es lo que más me excita

  • venga entremos, necesito quitarme esta ropa

  • ok

Luis abrió la puerta principal de la casa y entraron.

  • bienvenida a mi casa. Venga, sígueme, te la enseñare

  • por lo poco que veo creo que en tu trabajo no te va nada mal

  • la empresa funciona bien pero también te digo que gran parte del mobiliario que vas a ver ya estaba en la casa cuando yo la compre

  • pues no esperemos más, enséñame la casa

  • venga vamos, si te parece bien empezaremos por las habitaciones, necesito quitarme esta ropa ya

  • por mi perfecto, así no seré la única desnuda en esta casa

  • Maria, te guardo una sorpresa para cuando salgamos al jardín

  • ya he visto por una ventana que tienes piscina y además me lo dijiste al entrar

  • esa no es la sorpresa

  • pues enséñame rápido la casa que estoy deseando ver esa sorpresa

  • jajaja, que impaciente eres

Luis le enseño dos de las tres habitaciones. Al llegar a su dormitorio se despojó de toda su ropa y quedo tan desnudo como ella. Vieron un par de baños, el salón, la cocina y una pequeña despensa.

  • bueno, ahora toca ver el jardín

  • y mi sorpresa, ¿no? -dijo Maria-

  • sí, mira ven, esta aquí mismo

La llevo dos metros más allá de la puerta y Maria pudo ver un jacuzzi

  • aquí la tienes

  • guau, un jacuzzi

  • puedes meterte si quieres, el agua no tarda nada en calentarse

  • ¿en serio? Me encantan los jacuzzis

  • claro, espera, te lo activo y mientras hago yo la comida tu puedes estar aquí. Te avisare cuando este la mesa puesta aunque estoy pensando que podíamos comer en el jardín, ¿qué te parece?

  • pues me parece una idea fantástica

Luis dejo a Maria en el jardín mientras él fue a preparar algo para comer

Al cabo de 20 minutos Luis volvió a salir para poner un mantel y unos cubiertos en la mesa del jardín. Maria seguía dentro del jacuzzi

  • ¿te ha gustado la sorpresa, no?

  • me ha encantado, si por mi fuese me quedaba aquí toda la tarde

  • pues me temo que eso no va poder ser, tenemos que comer y volver a la ciudad

  • cierto, venga, ya salgo. ¿Qué has preparado para comer?

  • una ensalada y salmón a la plancha, ¿te parece bien?

  • genial, me gustan ambos alimentos

Los dos se sentaron a la mesa cuando Luis hubo terminado de poner en ella todos los platos y Maria se hubo secado

  • bueno, cuéntame mas cosas sobre ti, apenas se nada de tu vida -dijo Luis-

  • pues es verdad, apenas nos conocemos y ya nos hemos besado jajaja, ¿qué quieres saber de mí?

  • pues por ejemplo ¿cómo es que estas en paro?

  • pues mira, cuando termine administrativo en formación profesional me llamaron de un trabajo muy cerca de casa. El trabajo estaba bien aunque no me dejaba mucho tiempo libre. Estuve en esa empresa 8 años hasta que un día mi jefe decidió que su hija podría ocuparse de lo que yo hacia allí. Me vi en la calle de un día para otro y decidí hacer algunos cursillos para actualizar mis conocimientos. Un día estaba aburrida en casa y decidí entrar a un chat de internet y me encontré con cierta persona.... Creo que desde ese día me siento más liberada, no sé, estoy feliz.

  • vaya, me alegra haber tenido algo que ver en eso

  • ¿y tú qué? ¿Qué me cuentas de tu vida?

  • bueno, pues yo ya ves lo que soy, empresa, casa, nudismo y poco mas

  • ¿has tenido pareja?

  • si

  • ¿y?

  • y ya está. Cambio de tema. Hay que irse ya. ¿Qué te parece si nos vamos a tomar café a lugar donde quedamos? Luego tengo que volver a la empresa

  • vale, genial idea

  • recojamos esto

Recogieron la mesa entre los dos, metieron los platos y cubiertos en el friegaplatos y Luis fue a vestirse a su dormitorio

  • bueno, pues ya nos podemos ir

  • cuando tú quieres pero sal de la casa tu primero y dime si hay algún vecino, te recuerdo que yo aún voy desnuda

  • ¿te fías de mí? Jajaja

  • qué remedio

  • venga vamos

Luis abrió la puerta y miro a derecha e izquierda

  • puedes salir, no hay nadie. Sube en el asiento trasero y quédate desnuda, ya te vestirás cuando lleguemos

  • tú y tus experiencias

  • esas que tanto te gustan

Luis condujo por la ciudad unos 20 minutos hasta llegar a la cafetería donde se conocieron

  • bueno, ya estamos. Te voy a pedir una cosa más, vístete solo con los pantalones y la chaqueta. La camisa ya te la pondrás después

  • desde luego, no sé qué pasa por tu cabeza cuando me pides estas cosas

  • me divierto

  • ¿tú no?

  • que malo eres, sabes que no solo me divierto sino que me excita mucho

  • me temo que sí que lo se jajaja. Venga vístete y entremos a la cafetería

Los dos entraron en la cafetería atendida por la misma camarera que les atendió la vez anterior. Maria solo vestía los vaqueros y la chaqueta que se había abrochado casi hasta el cuello. El local estaba vacío, ellos dos eran la única clientela.

  • hola, ¿nos puedes poner dos cafés con hielo? -dijo Luis a la camarera-

  • si, como no -dijo ella-

  • Perdona, ¿cómo te llamas?

  • mi nombre es Ainara

  • un nombre precioso Ainara. Ella es Maria y yo soy Luis

  • encantada de conoceros

  • Ainara, perdona que te moleste pero es que Maria y yo estamos jugando a un juego y tenemos una pequeña apuesta

  • ¿qué juego es ese?

  • pues mira Ainara, yo he dicho a Maria que no era capaz de entrar en el baño y salir totalmente desnuda hasta este lugar de la barra, ¿tú crees que será capaz de hacerlo?

  • pues sinceramente y viendo lo que vi la última vez que vinisteis creo que sí que será capaz de hacerlo, es más, a mí me gustaría que lo hiciera pero, si no es indiscreción, ¿qué os habéis apostado?

  • pues mira, si Maria es capaz de hacerlo te dará un beso al acercarse desnuda a la barra y si no lo hace te lo daré yo, ¿qué te parece Ainara?

  • creo que lo mejor es que vayas al baño -dijo la camarera dirigiéndose a Maria-

  • bueno, pues el juego está en marcha, Maria ahora eres tú la que tiene la pelota en el tejado

Maria no podía creer lo que había oído. Se quedó muda cuando llego a sus oídos lo que Luis quería que hiciera. Lo meditó por espacio de dos minutos sin que ninguno de sus acompañantes abriera la boca. Sin creérselo ella misma se giró hacia la puerta del baño y se dirigió hasta el aseo. Pasados unos segundos la puerta del baño volvió a abrirse de nuevo. Tanto Luis como Ainara giraron la cabeza y vieron como Maria salía del baño totalmente desnuda. Con paso firme y decidido fue hasta donde estaban esperándola y dio un beso a Ainara

  • ¿contentos?

  • mucho Maria, me estás haciendo el hombre más feliz del mundo

Ainara no se podía creer lo que estaba viviendo. Ahora no tenía duda alguna de que apuntar el número de teléfono en el ticket había dado sus frutos. Sin duda eso les hizo volver a esa cafetería en busca de más aventuras. Tendría que reconocer ante cualquiera que esta situación la había excitado.

-Ainara, ¿qué te ha parecido el juego?

  • uffff, me ha encantado

  • ¿quieres ir tú al baño y hacer lo mismo que Maria? Algo me dice que te gustaría hacerlo

Ainara era ahora un manojo de nervios, la apetecía hacerlo pero para ella eran dos desconocidos y salir desnuda ante ellos era algo que no podía imaginar

  • tranquila Ainara, se tu misma y no hagas lo que no quieras hacer -dijo Luis-

Ainara se volvió hacia Luis y le dijo algo que él tardaría en olvidar mientras emprendía paso al aseo

  • ¿sabes una cosa Luis? Voy a hacerlo porque quiero, porque me gusta y porque necesito otro beso de Maria.....

Ainara entro en el baño y pasados unos instantes salió en dirección a la barra totalmente desnuda como Maria, la acaricio suavemente sus mejillas y la beso apasionadamente para después fundirse en un abrazo intenso. Sus pechos se rozaban entre sí, sus brazos acariciaban sus suaves espaldas. La excitación era máxima. Ainara beso nuevamente a Maria, cogió su mano y tiro de ella para ir de nuevo hacia el aseo.

Al cabo de unos minutos salieron las dos totalmente vestidas y agarradas nuevamente de sus manos

  • Luis, ¿te ha gustado? -dijo Ainara-

  • me ha encantado aunque yo me he quedado sin beso

Maria miro a Ainara y la indico con su dedo índice que fuese donde ella estaba, abrazaron a Luis y las dos a la vez le dieron un beso en los labios.

  • dios, he creado un monstruo -dijo Luis-

  • no, creo que ese monstruo estaba dentro de mí y tú le has invitado a salir -dijo Maria-

  • chicas, es hora de irse, tengo mucho trabajo en la empresa. ¿Os apetece cenar en mi casa?

  • yo termino mi turno a las 7 de la tarde -dijo Ainara-

  • yo para ti siempre estoy disponible y además me encantaría volver a tu casa -dijo Maria-

  • pues si os parece bien puedo pasar a recogeros a las 8 h media, ¿os parece bien aquí?

  • a mi si -dijo Maria-

  • a mi también y además me da tiempo a ir a mi casa a ducharme y cambiarme de ropa

  • genial entonces pero antes una cosa más. Aparcare en un lugar cercano aquí que ya os diré y os esperare dentro del coche. Cuando lleguéis a él os quitareis la ropa que llevéis y entrareis al coche por las puertas traseras. ¿Os parece bien?

Las dos chicas se miraron

  • creo que hablo en nombre de las dos y digo que nos parece bien, además, yo ya sé que en tu casa siempre estaré desnuda -dijo Maria-