Una granja muy caliente (Parte 8)

Llegó el día de la despedida de Carlitos, pero siguen los hombres muy calientes en la granja

Nelson despertó a la mañana siguiente más cansado de lo habitual en su cama. Se encontraba desnudo, con la polla morcillona y muy sudado. Había tenido una noche de sexo muy intenso, pero de momento no lo recordaba. Fue penetrado varias veces por Dionisio y Patricio y también se había pasado la noche chupando sus pollas. Además en los ratos en los que se recuperaban, Nelson no se tomaba un descanso y aprovechaba para follarse sus culos. Así Dionisio y Patricio acabaron totalmente agotados durmiendo en la habitación de Carlitos mientras que a Nelson un comando hipnótico implantado por Dionisio le mandó a su cama para poder recuperarse del esfuerzo antes de levantarse. Nelson volvió a ponerse el mono y fue directamente a la granja a trabajar. La reprogramación hipnótica que recibía todos los días sin descanso Nelson hizo que al vestirse con el mono de trabajo comenzara a frotarse la verga por encima de la ropa sin darse cuenta. De su mirada comenzaba a aparecer una expresión de lujuria, de desear tener sexo esa mañana. Volver a tener sexo. Con Donato. Con Carlitos. Con el primer hombre que apareciera delante de sus ojos. Desayunó rápidamente en la cocina un café y unos bollos para ir a la granja a trabajar. Allí se encontraba Donato aunque aquel día llevaba unos pantalones vaqueros y un jersey. A Nelson le extrañó muchísimo.

  • ¿Hoy quiere mancharse esta ropa Donato? - Preguntó Nelson a quien esperaba a Donato con el mono de trabajo puesto.

  • Iré dentro de un rato, voy a ayudar a Carlitos a recoger las cosas. Luego viene su padre a buscarlo. Hoy se vuelve a casa a la ciudad.

A Nelson le cambió la cara. Sabía que Carlitos tendría que irse pronto pero le hubiera gustado que se hubiera quedado.

  • No te preocupes, yo seguiré aquí. Tendremos que cuidarnos mutuamente. - Dijo Donato antes de besar al dominicano. - Y darnos mucho amor.

  • Ay querido, quiero follar con usted día y noche. Me tiene muy cachondo con ese barbita y esa calvita. Es mi osito y cada vez me tiene más pervertido y mi verga va a probar su culo igual que mi culo será su morada.

Las palabras de Nelson, el tono de su voz, la forma de agarrarlo. Donato estaba moldeando a Nelson para convertirlo en otro macho con el que tener interminables sesiones de sexo cada noche. En la cabeza de Nelson solo estaba la idea de follar cada noche con Donato y eso a Donato le daba cada vez más morbo. Además en unos días había pasado de ser un gay recatado que no quería ofender con proposiciones al dueño de la granja y a Carlitos a querer ponerlo cachondo para follar desde por la mañana. Tanto era así que Nelson estaba chupando el cuello de Donato mientras que con sus manos trataba de levantarle el jersey y desabotonarle el pantalón.

  • No puedo Nelss..sshoop. Tengo que iiiiir a casa. Dame unas horas y te prometo que volveré para follar.

  • Ay Donato, no me deje con este calentón. - Nelson agarró la mano de Donato y se la hizo llevar al paquete que no paraba de crecer tomando ya unas dimensiones grandes.

  • Shhh Nelson, esta noche vas a poder calmar esa hinchazón pero antes tienes que ayudarme. Además ya están en la granja Patricio y Dionisio. Han venido a ayudarme. Tienen que inseminar a las vacas. Anda, por favor, ve y ayúdales a todo lo que te pidan.

Nelson se quedó extrañado. No sabía que hoy tendrían visita ¿Quiénes eran esos Patricio y Dionisio? ¿Qué hacían en la granja? Abrió la puerta que accedía a la sala donde estaban las vacas y allí se encontró a dos hombres con una mesa plegable y varios aparatos

  • Buenos días Nelson. - Saludó Dionisio sonriente con su voz grave. - Parece que hoy te ha costado levantarte.

Mientras bromeaba Dionisio, Nelson le tendió la mano.

  • Encantado de conocerlo caballero...

  • Dionisio, me llamo Dionisio y él es Patricio, el veterinario.

  • Encantado Nelson, me alegra conocer a gente nueva por estos pueblos. -Dijo sonriendo Patricio.

A pesar de ser un hombre muy caliente Patricio tenía aspecto bonachón. Y desde que conoció a Dionisio cada vez estaba más entregado por dar placer, en esto la hipnosis había ayudado mucho. Nelson trataba de acomodarse el pene de forma poco disimulada. Además el tamaño del miembro del dominicano pasaba poco desapercibido. Nelson imaginaba ahora a Dionisio con el bigote engullendo su verga mientras que jugueteaba con Patricio.

  • Parece ser que tienes algo vivo en la entrepierna - Insinuó Dionisio que también comenzaba a calentarse sobando a Patricio.

  • Señores, ya tendremos tiempo de follar. Ahora hemos venido a hacer el reconocimiento del ganado y a inseminar a las vacas que estén preparadas.

Nelson mientras tanto se quedaba pensando: Yo sí que les iba a inseminar el culo. Se lo iba a llenar de semen calentito. Aquí tengo lechita para varios. Nelson se había levantado caliente y como no lo remediaran aquel mono de trabajo acabaría rebosando.

  • Nelson, parece que Patricio nos quiere aguar la fiesta. No te preocupes, ahora en un rato lo convencemos y estamos follando.

  • Si todavía no hemos empezado a trabajar y ya estáis preparados para montar un trío aquí. - Dijo riéndose Patricio. - Ya verás como venga Donato y no hayamos terminado.

  • Seguro que saca la polla para seguir follando con nosotros... jajaja

Donato se encontraba en la casa con Carlitos.

  • ¿Qué tal has descansado hoy?

  • Bien - Respondió aun algo adormilado Carlitos. - Ayer me quedé sin fuerzas con Dionisio y Patricio. Esos dos hombres saben dejarme sin energías. Estaban más calientes de lo habitual.

  • ¿Nunca te habías encontrado con dos hombres así de calientes? - Preguntó Donato.

  • ¿Más que ellos? Sólo un semental que me gustaría que cada noche sacara mi lado más salvaje - Contestó Carlitos para lanzarse a besar a Donato.

Donato lo agarró de la cintura para atraparlo. Aun con el pantalón vaquero y el jersey, Donato era tremendamente atractivo para Carlitos. La calva y la barba lo hacían ser un osito bien caliente para él, además los gruñidos que lanzaba reforzaban aun más esa imagen en la cabeza de Carlitos.

  • ¿Y quién es ese semental? Si se puede saber. - Quiso saber Donato mientras tomaba aire Carlitos.

  • No hay nadie que haya dado tan bien de comer a mi culo. - Sentenció Carlitos.

  • Te voy a echar de menos hijo. Me voy a dar una ducha mientras terminas de preparar la mochila antes de que llegue tu padre.

Carlitos se levantó perezoso de la cama. Lo cierto es que no tenía mucha ropa que guardar en la mochila, la mayoría de lo que uso era ropa que ya tenía en la granja Donato, pero al terminar de recoger la ropa se le ocurrió una idea. Dejaría uno de los suspensorios en la almohada a Donato y otro a Nelson, ya compraría Carlitos más en la ciudad. Al salir de la ducha Donato subió las escaleras y le pilló escondiendo la ropa en su cama.

  • ¿Qué andas haciendo? ¿Quieres entrar en mi cama por última vez? - Levantó la voz Donato vestido con unos vaqueros y una camisa de cuadros.

  • Quería dejaros esto como recuerdo. -Dijo Carlitos mostrando los suspensorios.

  • Pero Carlitos... - Suspiró Donato.

  • Uno para tí y otro para Nelson.

Donato entonces tuvo una idea. Abrió el armario y sacó el mono de trabajo que llevó Donato los primeros días. Aún conservaba intacto el aroma de Donato.

  • Carlitos este es mi regalo. En cuanto huelas el mono inmediatamente te transportará de nuevo a la granja como si estuvieras volando. Así estaremos comunicados aunque sea a más de 300 kilómetros de distancia.

Carlitos se abrazó de nuevo con Donato y guardó con cariño el regalo que había hecho el dueño de la granja.

  • Vamos Carlitos, ve a ducharte que tu padre está a punto de llegar.

Luis tenía ganas de volver a ver a su hijo. Hacía casi dos meses que no lo veía y cuando lo vio por última vez estaba enfadado con él por haberle chafado su plan para el verano. Sin embargo seguía pensando que le vendría muy bien algo de trabajo duro y disciplina para la vida que le esperaría más adelante. Después de un viaje que se le hizo eterno, por fin llegó al pueblo en el que estaba la granja de Donato. Allí le esperaba en la puerta de la casa Carlitos y a su espalda se encontraba Donato. Antes de bajarse del coche ya notó en Carlitos un cambio, la cara estaba menos hinchada, pero los brazos parecía que se había pasado en el gimnasio todo el verano, lo que le sorprendió bastante porque Carlitos siempre había sido bastante perezoso para hacer ejercicio y no siempre aprobaba gimnasia. Además Luis pudo ver que Carlitos parecía contento, lo que le calmó antes del encuentro.

  • Hola hijo cuánto tiempo. ¡Ay que ver! Te noto cambiado, como si hubieras hecho la mili. - Bromeó Luis.

  • La mili no, pero su hijo se ha portado como un hombre estos meses. - Respondió Donato mientras estrechaba la mano a Luis. - Va a tener que prestármelo todos los veranos... e igual también le hacemos un hueco en invierno. - Insinuó Luis guiñándole un ojo a Carlitos que respondía con una sonrisa.

  • Entonces hijo, ya sabes, cuando te portes mal te mandamos de vuelta a la granja. - Siguió bromeando Luis

  • Entonces voy a tener que ser malo muy a menudo papá. - Dijo riéndose Carlitos.

Luis sorprendido le dio un ataque de risa que no pudo controlar. La idea de que a Carlitos le gustara la granja le sorprendió mucho. Nunca había prestado atención a los animales, al menos que su padre supiera y ahora parecía más entusiasmado que nunca.

  • Bueno hijo, vamos a cargar las cosas en el maletero que tenemos que volver a la ciudad. En dos días empiezas de nuevo el curso y tienes que preparar los libros. - Dijo mirando al reloj Luis, que parecía tener algo de prisa.

  • ¿No quiere quedarse a tomar algo? - Se ofreció amablemente Donato.

  • No muchas gracias Donato, pero debemos regresar a casa pronto. Además yo por el trabajo mañana me toca madrugar.

  • Entonces no les entretengo más. ¡Que te vaya muy bien Carlitos! Espero que nos volvamos a ver. ¡Quizá el próximo verano! - Insinuó Donato. Luis pensaba inocentemente que Donato solo estaba deseando la vuelta de Carlitos por sus aptitudes en la granja y no por otro tipo de trabajos que tanto deseaba realizar.

  • Ojalá podamos vernos antes - Se despidió Carlitos guiñándole un ojo al granjero.

Una vez en el coche, padre e hijo emprendieron la marcha de vuelta a casa.

  • Bueno Carlitos parece que la experiencia ha sido muy buena. Me alegro de que te haya gustado tanto.

  • Sí papá. No esperaba que fuera a disfrutar tanto. He aprendido muchas cosas con Donato y lo hemos pasado muy bien.

Luis quedó orgulloso de cómo su hijo parecía tomar la senda del trabajo duro y constante, mientras que a Carlitos recorría por su cabeza todo lo que había vivido con Donato esas semanas y alguna fantasía que le rondaba la cabeza.

  • Bueno, con esta última ya están todas inseminadas. - Aseguró con orgullo Patricio. - Ahora ya sí que hemos terminado el trabajo.

  • No hablaría yo tan rápido. Creo que nos dejamos una tarea pendiente. - Respondió Dionisio.

Patricio miró a su compañero que se acercaba cada vez más. Dionisio lo inmovilizó sus brazos y le susurró al oído:

  • Hypnose-Sitzung.

Patricio se dio la vuelta cuando pudo liberarse del bloqueo y quedó mirando a Dionisio que del bolsillo del mono sacó un péndulo.

  • ¿Qué-Qu-Qu-Qué está pasando? - Preguntó Nelson con algo de temor

  • Ahora quiero que practiques tus técnicas hipnóticas con Nelson. Vas a sentirte seguro y con cada palabra que digas el poder hipnótico se hará más y más fuerte. El péndulo sabrá ayudarte a guiarlo a un trance profundo.

Nelson se encontraba paralizado entre la excitación de ver a Dionisio hipnotizar a Patricio y nervioso por lo que podría ocurrir. Patricio se levantó y comenzó a oscilar el péndulo delante de los ojos de Nelson.

  • Nelson, es hora de que comiences a fijarte en el movimiento de este péndulo. Tranquilo, no va a pasar nada. Sé que estás muy cansado. Es normal que después de un largo día quieras relajarte. Escuchando mi voz. Cada vez más profunda.

Nelson estaba ahora confundido. La mitad de su cerebro le pedía huir de aquella trampa que le habían preparado. Intentar salir corriendo como fuera. La otra mitad le pedía seguir. La voz de Patricio era dulce y cálida y lo invitaba a relajarse más profundamente. El movimiento del péndulo también le resultaba atractivo, estar concentrado siguiendo con la mirada aquel centelleante péndulo no ayudaba en absoluto en su batalla por no perder el control. La verga como siempre no ayudaba. Más pendiente de querer follar desde por la mañana, el trance de Patricio no hacía sino que ponerlo más cachondo aun.

  • Siente como tu cuerpo se va hundiendo cada vez más en este estado tan agradable en el que mis palabras te guían. Por el camino de la paz, de la tranquilidad de un estado muy placentero. Notas como cada vez más tus piernas, tus brazos sienten un hormigueo más intenso. Notas como caminas irremediablemente... hacia un trance más profundo.

A la parte del cerebro de Nelson que aun se resistía, aquellas últimas palabras le resultaron de alerta roja.

  • Por favor. No... ssssig.

Dionisio apareció por la espalda amordazando con su mano cubierta con el guante a Nelson para evitar que pudiera desconcentrar a Patricio.

  • Shhh tranquilo Nelson. Déjate llevar por la voz de Patricio. Por el péndulo de Patricio. Patricio es muy buen sujeto y ahora va a demostrar sus dotes para hipnotizar. Shhhhh, déjate llevar por este sueño profundo. Como parece que cambia de color... y cuando llegue a azul te relajarás el doble.

Dionisio recondujo a Nelson quien comenzó a ceder por completo a la letanía hipnótica que continuaba pronunciando Patricio. Cada vez con la voz más pesada, más pausada. Los ojos de Nelson  solo seguían al péndulo mientras que Dionisio jugueteaba con la verga de Nelson. Primero por encima del mono, después con el suspensorio con una excitación que pedía salir por completo a explorar nuevos territorios. Dionisio también estaba cada vez más cachondo.

  • Nota como el sueño se hace cada vez más intenso. A medida que el péndulo oscila sigue drenando tus pensamientos, tus ideas. Tu notas como tu cuerpo empieza a relajarse por completo. Desde tu cabeza hasta tus pies. Tus rodillas, tus hombros. Tu vientre y tu espalda. tus brazos y tus piernas. Quieres ir a un profundo trance hipnotico.

Nelson estaba totalmente entregado. La paja que le estaba efectuando Dionisio había derribado todas las barreras que le quedaban a Nelson para resistir a caer a un trance hipnótico, más aun con la voz de Nelson.

  • Quiero que sigas mirando fijamente al péndulo mientras que cuento hasta 3 . Por cada número que cuente te sentirás mucho más relajado y abierto.

  • Siiii. - Balbuceaba Nelson ya en un trance ligero. Deseoso de que se hiciera mucho más profundo.

  • Uno, más pesado tu cuerpo. Más pesados tus párpados.

  • Dos. No tienes que hacer ningún esfuerzo. Tan solo déjate llevar. Déjate llevar por mi voz. Déjate llevar al trance.

  • Tres. Trance profundo. Trance muy profundo.

Las fuerzas abandonaron el cuerpo de Nelson que solo lo sujetaba Dionisio para evitar que cayera al suelo que se encontraba sucio. Entonces con una sonrisa Patricio miró a Dionisio y comenzó a repetir una letanía hipnótica.

  • Duerme profundo. Sueño pesado. Trance hipnótico. Duerme profundo. Sueño pesado...

Dionisio de manera inconsciente comenzó a repetirlo mientras caía él también en un trance hipnótico. Ahora era el veterano del ejército al que por el efecto de la programación a la que fue sometido después de tanto tiempo se dejaba llevar a un pesado trance hipnótico. Tan pesados se sentaban que acabaron por sentarse en el suelo mientras la letanía hipnótica que Patricio recitaba subía de tono.

  • Duerme profundo. Sueño erótico. Trance sexual. Paja hipnótica. Follar en trance...

Mientras Dionisio, cayendo cada vez más profundamente hipnotizado por las palabras de Patricio, estaba ya masturbando a Nelson, por la mente del Dominicano solo pasaba la idea de tener sexo.

  • Ay! Quiero follar... bien rico. Follar bien rico mientras me dan verga.

La hipnótica recitación también activaba sexualmente a Patricio que después de todo el día trabajando concentrado necesitaba dar rienda suelta a sus instintos más primarios. El trigger que activó Dionisio, además de convertirlo en un irresistible hipnotizador, le aumentaba las ganas de tener sexo y sentía la necesidad de sacar el erecto pene del mono de trabajo. Al sacarlo, de manera instintiva, Nelson se acercó a su polla totalmente atraído.

  • Comienza a mamar Nelson. Disfruta con esta polla hipnótica.

Nelson abrió la boca y comenzó a saborear el miembro de Patricio. Según empezó a chupar, Nelson dejó de escuchar lo que ocurría a su alrededor. En su mente solo estaba dar placer a Patricio. Sin embargo Patricio seguía actuando como un hipnotizador y ademas ayudaba a que Nelson disfrutara del momento. Mientras tanto Patricio parecía entregar el péndulo a Dionisio. Dionisio estiró la mano para recoger el péndulo y tratar de recuperar el control, sin embargo cuando Dionisio recogió el péndulo Patricio tenía un nuevo comando hipnótico preparado.

  • Quiero que sientas el poder del péndulo ahora de manera más intensa. Por eso cuando lleves el péndulo a tu corazón te sentirás en una mayor comunión con el grupo.

Patricio comenzó a bajar la cremallera del mono de trabajo de Dionisio dejando desnudo su pecho. Dionisio a pesar de la edad seguía trabajando su cuerpo. A pesar de no tener gimnasio, el trabajo con los animales, como ayudante de Patricio en otras granjas o con el campo le bastaba para mantenerse en forma. Patricio llevo la mano de Dionisio al corazón y el comando se grabó muy profundo en Dionisio. Patricio terminó de bajar el mono a Dionisio mostrando un suspensorio blanco y rojo.  Dionisio estaba también muy caliente con la polla queriendo salir del suspensorio. Sin embargo Patricio tenía otros planes para Dionisio

  • Totalmente enfocado a dar placer y recibir placer. Por eso tu ano se relaja más y más A cada palabra que pronuncio más dilatado. Para recibir. Para dar placer. Nelson quiere follar ¿Por qué no le das ese placer?

Inmediatamente Dionisio se incorporó y comenzó a acomodarse para ser follado por Nelson. Mientras Nelson seguía chupando la polla de Patricio él estaba muy excitado. Dionisio lo había estado manoseando durante muchos minutos y la erección no se había bajado ni un poco. Al contrario. Patricio agarró de la cabeza a Nelson para que lo mirara a los ojos.

  • Nelson, quiero que me mires fijamente. Es hora de follar. Tienes muchas ganas de follar. Te sientes como en una playa caribeña y Dionisio es el hombre más caliente de la playa. Su culo te llama para follarlo. Lo vas a hacer salvajemente. Muy caliente. Como si fueras un semental que tiene que preñar a su hembra. Tendrás múltiples orgasmos pero no eyacularás hasta que te lo pida. A cada orgasmo estarás mucho más caliente, pero no eyacularás hasta que no te lo pida.

En ese momento a Nelson miró a Dionisio con el suspensorio casi en su cara y le dijo:

  • Venga usted, que vamos a follar bien rico.

La polla de Nelson creció a medida que chupaba y jugueteaba con las nalgas de Dionisio.

  • Que culo tan caliente tiene usted. Es perfecto para mi verga negra.

Nelson metió un dedo y vio que Dionisio ya tenía el culo dilatado. Nelson comenzó a sonreir.

  • Ay, veo que ya has avanzado el trabajo por mi. Jejeje.

  • Quiero que me folles Nelson. Estoy muy cachondo.

Patricio le pasó a Nelson un bote de lubricante. El dominicano se puso bien de lubricante en la polla y empezó a penetrar al veterano del ejército. Dionisio comenzó a gemir. Gemir de placer y también por las fuertes embestidas con las que Nelson follaba a Dionisio que desde el principio comenzó a escuchar como los huevos golpeaban en su culo.

  • No grite caballero. Estaba buscando una folladita tan rica ¿Verdad?

En la mente de Nelson recordó la primera vez que tuvo sexo en su país. Fue con un turista extranjero cuando acababa de cumplir 18 años y el otro señor tenía casi 70 años. Aquel hombre lo penetró hasta llenarlo de leche y al acabar lo dejo durmiendo semidesnudo en su cama. Ahora era él quien se estaba follando a aquel culo en la playa. A pesar de estar en una granja con las vacas y algún toro a cientos de kilómetros de la costa, Nelson podía sentir el olor de la playa. El trance hipnótico era muy profundo y Patricio aprovechó lo caliente que estaba para que siguiera mamándole la polla. Con su lengua chupando la verga Patricio tuvo su primera explosión orgásmica, que sin embargo no derramó ni una gota de leche. En cambio su ritmo fue subiendo aún más. Tanto que los gemidos de placer de Dionisio eran cada vez más altos. La polla de Nelson frotándose una y otra vez en el culo de Dionisio hizo que este último comenzara a derramar semen por su polla mojando el suspensorio.

  • Sigue corriéndote Dionisio. Cuanto más placer sientas más eyacularás. Sin ninguna capacidad de detenerlo. - Ordenó Patricio.

Patricio observó cómo los ojos de Nelson se volvían en blanco. El trance se volvía más profundo mientras trataba de hablar a pesar de que la polla de Patricio era un poderosa mordaza.

  • Tu sigue follando Nelson. Más caliente y más cachondo. Bien duro. Bien duro. Buen chico.

Nelson follaba más fuerte cada vez. Tanto que parecía que iba a tirar al suelo a Dionisio de los empujones. Dionisio por su parte disfrutaba cada vez más y su suspensorio desbordaba semen por todas partes manchando el mono de trabajo. Después de 20 minutos Patricio no aguantó más y comenzó a correrse en la boca de Nelson. A cada orgasmo seco que Nelson disfrutaba también se esforzó más por hacer eyacular a Patricio hasta que por fin consiguió su objetivo. Nelson incansable seguía follándose el culo de Dionisio chorreando sudor. Cuando pudo recuperarse Patricio le ordenó que eyaculara.

  • Es el momento de correrse Nelson. Esta vez el orgasmo será mucho más fuerte que los anteriores y no podrás contener la eyaculación.

Nelson aceleró más si cabe las embestidas sobre Dionisio que se encontraba en otro planeta.

  • A la cuenta de tres tendrás el orgasmo más potente que jamás hayas tenido. Uno

Nelson comenzó a jadear más fuerte.

  • Dos

Las primeras gotas de semen comenzaron a adelantarse de su polla.

  • Tres!

Nelson sintió como una explosión de semen saliendo de su polla.

  • Tómalo. Toma toda la leche de mi verga....

Nelson siguió soltando leche mientras que del culo de Dionisio seguía derramándose más y más semen de la eyaculación de Nelson. También Dionisio se corrió. Los golpes contra la próstata hicieron que de su polla también se derramara tan preciado líquido. Patricio llevaba un buen rato fuera del trance hipnótico. Esta escena lo había dejado de nuevo muy cachondo y lejos de rebajar su excitación sentía que quería seguir follando de nuevo.

  • ¡Bravo Patricio! Buen trabajo

Patricio se sorprendió al escuchar aquella voz que le resultaba muy familiar.

  • Ahora es el momento de que tú también regreses al trance hipnótico.

Patricio se giró y vio que detrás estaba Donato presenciando toda la escena. Ya había despedido a Carlitos y a Luis y se había vestido con el mono de trabajo por si necesitaban su ayuda. Llevaba un rato viéndolos disfrutar y él también estaba cachondo. Ahora era su turno para disfrutar.

  • Hypnose Meister!

  • Sí señor.

El rostro de Patricio se volvió inexpresivo su mente se desconectó y de nuevo estaba en un trance profundo. Obediente dispuesto a recibir los nuevos comandos. Donato se acercó a Nelson y a Dionisio y comenzó a hacerles pases hipnóticos.

  • Quiero que sigáis follando. Esta vez más suave pero igual de excitados.

Se dirigió a Nelson ahora Donato para darle un comando más específico.

  • Quiero que cuando te folles a Dionisio tu culo también va a comenzar a abrirse. Y cuando de nuevo te corras, será el turno de Dionisio de follarte. Te sentirás cada vez más cachondo, más caliente.

Nelson sonriendo obedeció a Donato que comenzó a besar las nalgas de Dionisio antes de penetrarlo de nuevo. Con tanta leche estaba muy lubricado de nuevo el culo de Dionisio.

  • Tu y yo vamos a follar hasta caer dormidos en la granja Patricio.

Patricio comenzó a sonreir frotando su culo contra el pene de Donato.

  • Esta tarde vamos a follar como conejos - Pensó Donato. Comenzó a besar a Patricio mientras recordaba a Carlitos. Ojalá siguiera con ellos. Seguro que lo pasaría muy bien.