Una gran noche en la Costa del Sol

Dos guapas veinteañeras disfrutan de las noches en la Costa del Sol y conocen a dos tipos mayores con las ideas bastante claras.

Notas al final*

Un buen fin de semana

Eran las cinco de la tarde de un sábado cualquiera de Julio. Hacía un calor insoportable te pusieras donde te pusieras. Apenas estuve veinte minutos nadando en la piscina cuando me di cuenta de que aquello no iba a sentarme muy bien siendo la hora que era y lo que estaba cayendo…así que lo dejé para más tarde. Aquel día ya había tomado el sol lo suficiente toda la mañana en la playa con mi prima Laura y como siguiera así me iba a acabar dando una insolación. Así que salí de la piscina algo cansada, cogí mi botellín de agua fresquita que había dejado en el porche del jardín y me dirigí a mi habitación a descansar un poco mientras veía la tele o escuchaba música tirada en la cama.

Aún me encontraba algo agotada de la noche anterior. Tuve que llevar a mis padres a casa de unos amigos a las dos de la mañana, ya que querían salir pronto para Madrid para estar allí por la mañana. En realidad podrían haberse ido en un taxi para Benalmádena, como acostumbran a hacer cuando van al aeropuerto o a la estación, pero yo misma fui la que se ofreció a llevarlos. De todas formas no iba a salir de marcha anoche, y bueno, debido al gran equipaje que llevaban… sabía que tendríamos que ir en el X5 de mi padre, así que no podía dejar escapar la ocasión de conducirlo, aunque fuese solamente un pequeño viajecito. (un poco convenía que soy, vale, lo acepto ^^)

Llegué a mi habitación, coloqué el botellín sobre la mesita de noche situada a la izquierda de mi cama de matrimonio, junto al móvil, puse la toalla sobre la colcha y me tiré encima. Tenía el bikini blanco húmedo y no quería mojar nada.

La verdad es que tenía que haberme levantado más tarde ese día para estar más espabilada, pero a mi prima se le metió en la cabeza que las diez de la mañana era buena hora para ir a la playa… así que no dormí ni siete horas…aunque por la parte positiva…había cogido muy buen color, no tanto de morenita, que ya lo estaba a esas alturas de verano, pero si que esas horas de sol le habían dado un bonito brillo a mi piel.

En realidad llevaba yendo a la playa desde Marzo prácticamente, y estaba ya bastante morenita, es decir, totalmente morenita… quiero decir que solamente la labor protectora de mis tanguitas había evitado que me quemara alguna parte sensible de mi cuerpo.

Me tumbé boca arriba, con las manos cruzadas sobre mi barriguita, mirando al techo, y me puse a pensar en mis cosas… sobre si saldría esta noche, a qué hora llamaría a Lorena, que tenía en casa para prepararme de cena, o si por el contrario cenaría fuera…hasta que al poco rato de estar ahí tirada, mi cabeza comenzó a girarse poco a poco hacia mi izquierda, como si me pesara más de lo que ya me pesa…y comencé a sentir un leve cosquilleo por todo mi cuerpo…. con tanto calorcito y tan cansada que estaba…caí poco a poco…y sin darme cuenta

  • ¡¡ Y esoooo essss lo que quieeeeeero besossss , todas las mañanas me despieeeerten besosssssssss ¡¡¡¡¡¡ - el tono mp3 de mi móvil comenzó a sonar a mi lado y me llevé un susto de muerte. Pensaba que lo había dejado en modo vibrador, pero en vez de eso, estaba a todo volumen desde esa mañana, para poder escucharlo en la playa.

Y con respecto a la melodía del Canto Del Loco que tenía como sonido de llamada…. que mejor manera de levantarse… ¿que con besos?

Cogí el teléfono casi por instinto , sin mirar ni el número que me estaba llamando ni nada, estaba un poco aturdida y aun con el bikini húmedo, no sé si por el sudor debido al calor que hacía o porque venía de la piscina…..

  • ¿Quién eres? – dije con voz algo ronquilla y fatigada.

  • ¿Alobá perdía…..que haces con esa voz ?....... llevo un rato llamándote a casa y no me has cogido el teléfono……no me digas que te has quedado dormida otra vez…. – Era Lorena, mi mejor amiga, y prácticamente como mi hermana, en puro estado de reproche.

Yo seguía un poco desorientada. ¿Me habría quedado dormida? ¡Pero si no me he dado ni cuenta! A saber cuánto tiempo había pasado ahí adormilada.

¿Qué hora es nena? - Le pregunté mientras seguía tumbada boca arriba, sujetando el móvil con mi mano izquierda y con mi antebrazo derecho tapándome los ojos de la claridad que entraba en mi habitación

Carla son casi las nueve de la noche… - me respondió en un tono que parecía echarme algo en cara.

Sí…..me había quedado dormida…. ^^ Y creo que bastante más tiempo del que me pensaba. Pero mirándolo por el lado positivo, me iba a venir bien para estar más descansada para salir por la noche. Aunque no tenía excusas.

Joder tía, me eché en la cama sobre las cinco de la tarde y estaba tan cansada que me habré quedado frita sin darme cuenta, y eso que tengo el balcón y la ventana abierta y hay mucha claridad….

Anda que ya te vale, serás vaga ¡! – algo que me recrimina a menudo – Bueno…. ¿Se han ido ya tus padres fea? - apelativo cariñoso que usa mucho.

Si, anoche los llevé a Benálmadena a casa de Fede, aunque cuando llegamos aun no estaban listos, así que me vine para Málaga a dormir que estaba muerta. Ya me ha llamado mi madre esta mañana, están en el hotel y han tenido un viaje muy tranquilito. – Le dije aun bastante dormida

Así que ya tienes toda la casa para ti eh putilla…así que ya puedes llevarte a quien tú ya sabes,…… lo pruebas y me cuentas que tal.. y si no es el, candidatos no te van a faltar estos días para que les "enseñes la casa" – dijo irónicamente.

La hija…de su madre…llevaba dos semanas con el mismo cachondeo. No paraba de picarme con el tema cada vez que podía. Se refería al portero de una discoteca a la que solemos ir mucho. No llevará ni un par de meses allí trabajando, pero le echa el ojo (y todo lo que puede) a todas las que vamos asiduamente, y en especial a mí. Aunque a mí más que el ojo, ya me ha echado más de una mano, aunque siempre lo he sabido tratar y no he dejado que se pase de la raya…..y no es que esté mal el chaval eh?, tiene un buen cuerpo, es alto, descarado, pícaro…pero aparte de eso…. es……. feillo, y tiene una actitud y un carácter… que parece sacado del pueblo más perdido de España. Ella sabía perfectamente que no me gustaba nada, y por eso me picaba.

Lorena…. Para empezar que si hubiera querido tener algo con él no hace falta que me dejen la casa para mí…. Está mi apartamento vacío…. Y además te recuerdo que vive solo… – le dije con un tono que denotaba mi cansancio al hablar del tema….

Bueno hija … ya saltó la leona... no te diré nada más… al menos hasta la noche que os vea de nuevo bailar tan pegaditos… jejejeje – me dijo cachondeándose de mi sin contemplaciones.

Una cosa es bailar y otra lo que ...

Ya ya…lo que tú digas, siempre se empieza bailando fea, y ya ves como acaba la cosa a veces

Las dos comenzamos a reírnos. La verdad que tiene mucha gracia a la hora de decir las cosas, y es difícil que alguien se pueda sentir ofendido con sus comentarios. Además en ese precisamente, las dos sabíamos perfectamente lo que quería decir.

Cállate anda, que estas mas mona… - le dije en tono de bromilla - …. ¿Has quedado con alguien para esta noche o algo? - le pregunté, ya para cambiar el tema de conversación.

No, no he quedado con nadie, te llamaba para ver si lo habías hecho tú. Tu prima queda esta noche con el chaval ese, Saray lleva desaparecida desde el Jueves, supongo que en Granada en casa de Patri, y Sonia y las demás van con los niños a Drinmer`s…. y tú ya sabes qué plan es cada vez que vamos para allá tía…… yo paso literalmente. – me comentaba

Si sí , pero olímpicamente vamos, Javi está últimamente de un enganche total y los demás como tienen tanta personalidad….pues le siguen el juego – Le dije, haciendo referencia a que ahora en veranito, la moda de los sábados era desfasar en Drinmer`s, discoteca de Marbella, pasar unas cuantas veces la nariz por el espejito retrovisor de algún coche, beber todo lo que se pueda y después de todo lo que tenga que pasar en la noche… volver a Málaga por la mañana echando carreritas en los coches que les compran sus desinformados papis. – Si fuésemos incluso nos podríamos quedar en el dúplex de mis padres a dormir tía, que tengo las llaves aquí, pero es que ni por esas voy yo a salir en ese plan tan lejos… - le comenté algo indignada y ya mas espabilada, mientras daba vueltas por mi cama.

Pues nada tía… hace ya un par de semanitas que no nos pegamos una buena juerga solas, te vienes para mi casa ahora, cenamos algo, nos arreglamos y tiramos para el puerto – Cuando digo puerto, me refiero a Puerto Marina, la zona de marcha de Benalmádena Costa- ¿qué te parece? – dijo.

Hoy va a estar todo petado tía, podríamos irnos a Los Álamos, que esta noche trabaja Eva en el "Sol de Playa" y estará la gente de Pedregalejo – Le comenté. Eva es una amiga que trabaja de azafata de promociones y congresos, y esta noche iba al Sol de Playa, a la fiesta JB, y podría estar bien la juerga en la playita

Anda, anda Carla, paso de ver a la pava esa, nos vamos al puerto, si de todas formas hoy en todos lados va a haber mucha gente, nos tomamos algo en el bar de Marcos, nos roneamos un poco y tiramos para el Malú o el Parabas – Me dijo entusiasmada la mu cabrona

En aquellos momentos yo también tenía bastantes ganas de pegarme una buena juerga. Habíamos salido los findes anteriores, pero siempre al centro (otra zona de marcha de Málaga), en plan botellón y luego a la Disco Vía, y ya estábamos muy repetidas. Así que ya iba siendo hora de tirar para la Costa y desfasar a nuestra manera, que suele ser beber muchos chupitos, bailar a saco y dar el canteo todo lo que podíamos jejejeje (y no ir de buscona ni nada por el estilo, aunque nuestras pintas dijeran lo contrario), aunque en realidad, no eran muchas las noches en las que pasábamos de ahí…aunque ahora en veranito…..estábamos más sueltecitas.

Tienes tú muchas ganas de tirar para el puerto ¿no?... – le dije con retintín.

Sí, será que me quiero ligar a tu portero,¡¡ no te digo ¡¡ jeje – me dijo de nuevo cachondeándose.

Nos empezamos a reír las dos juntas. Sabía que si nos íbamos las dos solas al puerto nos lo pasaríamos de muerte, además que conocemos a muchísima gente allí desde hace un tiempo y teníamos la posibilidad de quedarnos a dormir en el apartamento que tengo en pleno puerto deportivo de Puerto Marina desde hace unos añitos. No tengo la culpa de tener un padre que además de quererme tanto, sea tan generoso.

Bueno… me voy a cambiar anda…, cojo algo de ropa y ya en tu casa vemos que nos ponemos

Venga, te espero guarrilla. – y dicho esto me colgó.

Me levanté de la camita y me dirigí hacia el vestidor. La verdad que me había animado bastante hablar con la tonta esta. Tonta cariñosamente claro está ¡!! Siempre que salimos las dos solas nos lo pasamos mucho mejor que cuando vamos mucha gente. De hecho es lo que suele pasarle a todo el mundo ¿Y además, por qué no decirlo? Ligamos bastante más ya que estamos a nuestra bola sin depender de la gente, recoger a quien sea, decidir dónde ir, quedar a distintas horas y demás complejidades... Las dos juntas hemos vivido un montón de aventurillas y tenemos bastante complicidad para todo.

A pesar de ser las 9 y pico de la noche aun pegaba bien el Sol. Y algún que otro rayito de este astro tan calentito entraba por el balcón de mi habitación, que da a la piscina, cuyo reflejo se estampaba en el techo. Imagen que siempre me ha relajado.

Me encontraba con el cuerpo un poco "cortaillo" después de haber estado tanto tiempo dormida, pero eso lo iba a arreglar una buena ducha. Pero antes iba a meter la ropa que me iba a llevar a casa de ésta en una bolsa, así que abrí un armario que hay dentro de mi vestidor, donde tengo bastante organizada la ropita de temporada, cogí un par de minifaldas que aun no había estrenado, una vaquera y otra negra, un top rosa que me llega casi a la altura del ombliguito, en cuya parte delantera pone " Blonde With Brain" ( por cierto, de una firma bastante exclusiva ), dejando ver un sugerente escote que me obligaba a usar sujetador si no quería ser la más "cantosa" de la noche. Abrí un cajón, donde tengo los tanguitas, y cogí un tanguita muy especial, negro, de hilito, semi-transparente, con el conejito de Play Boy en blanco justo en el triangulito. No lo había estrenado aún porque era un regalo que me hizo un amigo hace tiempo y me daba cosilla, y bueno, tal vez por su pequeño tamaño ( y decir que un tanga es pequeño, es ya decir mucho de él ). Y para ir conjuntada, cogí un sujetador de encaje, que me encanta. Apenas puede abarcar mis pechos y me crea un canalillo que trae a más de uno loquito. Gustar… siempre gusta.

Dejando la bolsa con la ropa en la puerta del cuarto de baño que da a mi habitación, cogí para ir a casa de Lorena unos piratas vaqueros D&G, una camisetilla blanca, mis chanclas surferillas y unas braguitas-tanga blancas que tenia sobre una silla…. y me metí a ducharme.

Estuve un ratito para despejarme dejando que el agua calentita recorriera mi cuerpo. Sea el día más frío del año, o el más caluroso… necesito ducharme con agua muy caliente… ya sentía por mi barriguita el cosquilleo típico antes de salir a pegarse una buena juerga….y el no saber nunca como se acaba.

Para quién no me conozca personalmente me describiré por encimilla…tengo 23 años, mido 1,64 (algo más si llevo "ayuda"), y peso 53 kilos (menos en navidad, que quizás suba un poquito ^^). Aunque quien me conoce dice que estoy delgada, tampoco niegan que tengo carne donde "debo". Uso una talla 95 (aunque parece más porque tengo una cintura estrecha), y le pese a quien le pese… son naturales, y criadas por mi (gracias genética, gracias mamá). Y lo que es más importante, están donde deben. No es que sean mi mayor atractivo, pero si es verdad que para los tíos resultan una gran arma de atracción (y lo que es más importante para mí… resultan motivo de envidias para alguna que otra)… Mi culito no es el más respingón del mundo (solamente algo)… pero lo tengo bien puesto, redondito, prieto y en esta época… bastante morenito. Y aunque me apunté al gimnasio para ponerlo y ponerme en general, mas durita… sigo notándome igual de blandita ¡¡¡. En cuanto cambie de dueño, me vuelvo a apuntar ¡¡¡ aunque eso es otra historia. Bueno, otro relato. Ahora la media hora de running por La Malagueta no me la quita nadie al menos tres veces a la semana.

De pequeña era mucho más rubia que ahora, pero con los años el pelo se oscurece, algo que tiene fácil arreglo…. No es que me cambie mucho de color, pero sí que a veces me lo aclaro más, me pongo mechas, más claras o más oscuras, me lo rizo, me lo ondulo, o tal y como lo llevo ahora, me hago las planchas, lo dejo liso, con la rayita en medio, dejándome pinta de niña de buena con un largo flequillo sobre mi frente que a veces me tapan la cara y tengo que ponerlos en su sitio con un leve gesto de cuello o con mis manos, y algo degradado por detrás, en lo que considero una bonita cabellera rubia. Mis ojos son azules, aunque dependiendo de la época del año se me ponen más claros, como en verano, o más oscuros en invierno. Tengo los pómulos marcados desde siempre ¡En algo se tenían que transformar esos mofletes que tenía de pequeña!, Mi piel es clarita, suave y tersa, aunque no me cuesta broncearme en veranito (o en primavera…) ni soy la típica rubia que tiene la piel blanquísima. Además, uso todo tipo de cremas hidratantes y me gusta estar siempre radiante. Coqueta que es una.

En definitiva, me gusta cuidarme, y que se note. Algo que también exijo

No sé cuánto tiempo pasé en la ducha, pero creo que se me fue el santo al cielo, así que rápidamente me sequé, me puse la ropa que había dejado preparada, me arreglé el pelo tan rápidamente como pude y me lo estuve secando y peinando hasta dejarlo aceptable, cogí las cosas y salí pitando para casa de Lorena.

"La gitanilla", como la llaman cariñosamente la mayoría de gente de mi urbanización y parte de otras, para distinguirla de otra Lorena que también es amiga nuestra, vive relativamente cerca de donde vivo yo. Así que en cinco minutos me planté en su casa. Aparqué mi A3 justo debajo de su bloque y subí directamente, ya que su portal siempre está abierto.

Ella vive con su madre, "la Mari", separada, y enfermera de profesión… A pesar de vivir las dos solas, se llevan fenomenal, tienen mucha confianza y se lo cuentan todo. O casi todo, claro

J

.

Pegué en la puerta y me abrió su madre, que por las pintas que me llevaba estaba a punto de irse a trabajar al hospital.

Hola guapisima ¡!!! – tan efusiva como siempre – que bellezón estás hecha Carla – me dijo mientras me daba dos besos…. Y con respecto a lo de guapísima…. viniendo de ella no es mucho piropo, teniendo en cuenta que para ella todas somos "guapísimas" - Lore está terminando de ducharse, os he dejado hechos unos filetes de pollo y una tortilla de patatas – me decía mientras señalaba la puerta de la cocina. Menos mal que se iba, sino nos lo tendríamos que comer y todo jejejej. – Y porque entro a las once, sino me iba de juerga con vosotras… – dijo con mucho arte.

¡¡Tu sí que estás guapa Mari!! a ver si un día te vienes de marcha, ya verás cómo te buscamos novio en un cuarto de hora- le dije – …y muchas gracias, a ver si nos da tiempo a comer, sino ya comeremos algo fuera.

Ayyyyyy ¡¡¡¡¡ - ella tan expresiva como siempre jejeje– ¿pero qué prisa tenéis? Si los niños no se os van a ir chiquilla¡¡¡ - ella siempre hacía comentarios de ese tipo, nos tenía como dos ligoncillas o algo así, menos mal que de la misa, no sabía ni la mitad…….- que fuera en los "shoualmas" esos que coméis ahora "na" más que hay porquería. – me encantaba la capacidad de la madre de Lorena para inventarse palabras en el mismo momento de la conversación.

Jajajajajajajaja – no puedo evitar reírme, tanto su forma de hablar como de expresarse eran geniales – Si vamos … será por nenes ¡¡¡¡ - le dije sonriendo y mirándola – Lo que pasa que ahora mientras que nos arreglamos y pasamos por chapa y pintura nos dan las doce y pico, y no es plan de llegar tarde, que luego se forman muchas caravanas.

Anda, anda, no tengáis prisa, comeros la tortilla que os la he hecho con mucho cariño y estáis "mu delgas" – me comentaba mientras me miraba de arriba abajo, con sus manos sujetando su bolso.

A ver qué hacemos… – le dije mirándola pícaramente, porque no estaba yo muy segura de querer comerme ahora unos filetes empanados, mientras esperábamos a que Lorena saliera para despedirse de ella.

A lo que se abrió la puerta del baño, que estaba al fondo del pasillo y salió Lorena con un conjunto de ropa interior en blanco hacia su habitación.

Niña, podías haber tardado un poco más – me dijo en tono irónico mientras cruzó el pasillo y se metió en su habitación a buscar alguna cosa. Ella para que va a decir… "¡Hola!"

  • Pero si acabas de terminar de ducharte guarrona – le dije mientras caminamos hacía su habitación, tal vez tratando de justificar mi leve retraso.

Oyeeee, no le digas eso a mi niñaaaa – dijo en tono cariñoso, mientras me daba un cachete en el culito y seguíamos caminando por el pasillo.

Nos asomamos desde el pasillo a su habitación. Lorena estaba buscando un cepillo entre lo que se suponía que era su cama…una mezcla de pantalones, camisetas, toallas de playa y sábanas en las que me daba ganas de saltar como una loca.

Lore dame un besito cariño que me voy – le dijo cariñosamente mientras se acercaba a ella y le ponía la cara. – y a ver si mañana te pones a arreglar todo esto… que vaya, vaya… - le recriminó mientras miraba alucinada toda la habitación, que la verdad, era un desastre total.

Mañana lo arreglo…. Muakkkkkkk – le dio un fuerte abrazo un largo beso que dejaban ver lo mucho que la quería - …. Y guapísima, ¿a qué hora llegarás mañana? – le preguntó ella.

Espero que lleguéis antes que yo… que os conozco… - nos dijo sonriendo pícaramente, porque, aunque en realidad se fiaba mucho de nosotras, y le parecíamos bastante responsables, sabía que cuando salíamos las dos solas… le dábamos el máximo significado a la palabra juerga y diversión.

Carlita un besito guapísima, muak, que me voy cariño, tened cuidadito, que por mucho que se os diga es poco… en la noche hay muchas cosas malas… - Ella para variar.

Adiós mamá, ten cuidadito – le dijo Lorena en un tono como diciendo… a estas alturas como que eso sobra, pesada.

Hasta mañana Mari – le dije yo mientras veía como salía de la habitación y caminaba el pasillo. El ruido de la puerta y de la campana que tenían encima de ésta nos confirmó que se había marchado.

Ay la pobre que pesaita se pone cuando quiere, mira que le he dicho diez veces que no nos hiciera nada de cenar, que ya comeríamos algo fuera….."pos na"… anda vente a ayúdame con el pelo y enséñame que te has traído para ponerte – me dijo mientras salíamos de la habitación y nos dirigíamos a su cuarto de baño.

"La gitanilla" es un año mayor que yo, tiene 24. Nos conocemos desde pequeñas prácticamente, porque nos reuníamos en la misma zona de donde yo vivo e íbamos al mismo colegio y luego instituto, y además, de pequeñas, mi madre y su madre se hicieron muy amigas en el parquecillo y nos veíamos a menudo. También, en nuestro grupito, éramos una pandilla más o menos grande, y comenzamos a salir todo el mundo junto, primero a centros comerciales de la capital, a cines, a tomar alguna cosa, y poco a poco alguna noche al centro, y más tarde y en ocasiones especiales o cuando nos "fugábamos" o nos dejaban, íbamos a Benálmadena, y bueno… con el tiempo fuimos congeniando y espabilándonos de fiesta en fiesta y conociendo a gente de muchos sitios.

Nos metimos en su cuarto de baño; yo me senté en una silla mientras terminaba de secarse y arreglarse el pelo.

Ella es prácticamente todo lo contrario a mí. Mide 1.73 (y con tacones se pone a la altura de la mayoría de tíos que pululan por ahí), y pesará unos 55 o 56 kilos aproximadamente, aunque no pondría mi mano en el fuego por afirmar eso, ya que nunca la he visto pesarse y no me fío de lo que me diga jijijiji. Es muy morena de piel, y tiene una larga cabellera ondulada y morena que se cuida mucho, y unos ojos marrones preciosos, de los que más de uno se ha quedado prendado. Yo siempre digo que es mucho más guapa que yo, aunque para gustos colores, obviamente. Tiene unas piernas bronceadas larguísimas, que luce mucho más con la ropa que lleva, y que terminan en un culito respingón que ha hipnotizado a todo el que va detrás. De pecho… bueno…. Digamos que yo gano ¡¡¡ jejejeje ella usa una 90, pero también es porque es más ancha de espalda. Por resumir un poco…. es el estereotipo de andaluza que tiene la gente que viene fuera sobre las nenas de aquí. Y menos mal que esto no lo leerá nunca… si no se pensaría que me he cambiado de acera y que toi enamorá de ella ¡¡¡¡

La verdad que siempre vamos juntas, incluso a veces, amigos comunes ven raro el día que una sale y la otra no. Y bueno… en cuestión de tíos… ninguna liga más que la otra, está ahí ahí la cosa jejejeje aunque la verdad que tenemos gustos muy parecidos, a ella le gustan un poco los más mayores. Pero bueno…. a ese respecto… no nos vamos a quejar, peor sería que no ligáramos… así que en este caso… más vale pasarse que no llegar.

¿Qué te has traído? – me dijo mientras se colocaba de pie frente al espejo, y comenzaba a cepillarse el pelo.

Pues mira, me he traído unas minis que aun no he estrenado, el top este… – mientras iba sacando las cosas de la bolsa y las colocaba en una silla que hay junto a la bañera.

Que chulo tía, yo a ver que me pongo ahora… enséñame las faldas – me dijo mientras seguía con su tarea y me veía a través del espejo.

Mira, no se cual ponerme de estas dos… – Tenia una negra que iba a quedarme ajustada, tal vez demasiado ceñida, cortita que incluía un cinturón muy chulo blanco, y otra vaquera, más al vuelo, un poquito más larga, pero no mucho, con pequeños brillos, y algo peligrosa.

– ¿Cuál te parece mejor para llevarlo con el top?

A ver…esa del cinturón, ¿es nueva? – me comentaba mientras la miraba.

Si, las dos, tenía varias sin estrenar en el armario, y es la primera que he pillado, algo short, pero bueno, a ver qué tal me queda. – dije mientras me desabrochaba los piratas y ella seguía con su pelo.

Me desabroché los piratas y me los quité tranquilamente. Cogí la primera falda y me la puse. Era algo corta y ajustada, como cualquier minifalda, y no me quedaba tan mal.

Oye pues te queda muy chula puesta eh – me dijo mientras seguía con su tarea – a ver date la vuelta que te vea.

¿Así? Algo cortita me parece – le pregunté mientras me daba la vuelta para mirarme en el gran espejo de su baño, si me quedaba pequeña es que algún kilo he tenido que pillar desde que me la compré ¡¡¡

¿Algo? Algo justa nena, deberías acostumbrarte a probarte las cosas antes de comprarlas… el cinturón parece más ancho que la falda en sí… y se te marca mucho el culo y lo que lleves debajo – nos reíamos las dos mientras me miraba en el espejo de espaldas, girando mi cabeza. – pero vamos que entre tanta oscuridad no se ve va a notar… a menos que tengas a alguien demasiado cerca – ese demasiado ya sabía yo por donde iba.

Bueno, me voy a probar la vaquera – dije mientras me quitaba el botón situado a la derecha de la falda y bajaba una pequeña cremallera.

Mientras, ella se fue para su habitación a coger la ropa que se iba a poner. Apareció en el cuarto de baño con una minifalda vaquera al estilo de la mía en la mano y una camisetilla blanca sin mangas que ya se lo había visto otras veces y le quedaba muy bien. Mientras yo ya me había puesto la otra minifalda y me encontraba mirándome al espejo.

Mira, esta te queda mucho mejor, pero no es mucho más larga que la otra eh…. - me dijo mientras dejaba su ropa sobre el lavabo. – y además parece más peligrosa. – mientras me examinaba.

Pues a mí me gusta mucho más esta, me da más sensación de libertad y movimiento, paso de ir enlatá. – le dije mientras me miraba en el espejo desde atrás. Mi culito "algo" respingón la levantaba algo más de atrás en comparación de cómo me quedaba por delante, lógico.

Te queda genial tía, pero procura no mover mucho las caderas ni la cintura, o cachete a la vista – me dijo en tono bromeando, aunque con toda la razón, era muy cortita, de tiro bajo, lo que deja más distancia entre su borde y mi top, y si me movía más de la cuenta ya se podría levantar lo mínimo que seguramente estaría mostrando lo que no se debe mostrar a determinadas horas y lugares

¿Sabes qué? , me pondré esta tía, paso – dije mientras me miraba en el espejo más que contenta con el resultado - a ver qué tal me queda con el top

Me levanté mi camiseta, dejando libres mis pechos, mientras ella se ponía la mini vaquera. Cogí mi sujetador negro – que tanto me gusta, y gusta en general - y me lo puse antes de colocarme el top rosita que me había traído… y me miré al espejo, a ver qué tal el resultado.

Oye… yo me veo genial eh – mientras no paraba de ajustarme la mini, intentando bajarla algo de atrás, y el sujetador que estuviera bien puesto, mientras veía como ella se terminaba de poner la camisetilla.

Estas guapísima tía – me dijo – pero te voy a decir una cosa….entre las tetas que te hace el sujetador, el escote que se te forma, que llevas casi toda la espalda al aire, el piercing ese del ombligo y la minifalda…. vaya pinta de putón berbenero que me llevas, para variar…. – me dijo para picarme

Anda atontá cállate tu y mírate jajaja, que parece que compras las faldas por la mitad para que te cuesten menos – Y nos empezamos a reír otra vez. La verdad es que nos encantaba vestir algo provocativas y sexy, como a todas, a la vez que cómodas y fresquitas y más en esta época del año. Siempre nos ha gustado que nos miren y nos lancen piropos, aunque algunos sean más subidos que otros. Además que más sufre la persona que ve, que la que enseña. Y entre eso, y que donde salíamos había muchas envidias, más puntos a favor de mostrar mientras se pueda.

No, en serio, ¿cómo me ves? – me preguntó. Estaba descalza junto a mí, mirándose al espejo. Llevaba su mini vaquera, bastante mini, pero que le quedaba genial. Le hacía unas piernas larguísimas, que ya quisiera para mí. Su top blanco sin mangas era ceñido, lo que realzaba su figura y busto y dejaba ver su cinturita, y ese fabuloso piercing que yo le regalé para su cumpleaños y que llevaba en el ombligo… una mariposa chulísima color rosa.

"Na" tía, estás guapísima. Aunque te digo lo mismo, ni se te ocurra agacharte para nada jejejeje. – Le dije. La verdad que estábamos súper animadas y con muchas ganas de irnos de juerga. Esta rutina nos motivaba mucho más.

Por cierto guarrilla, esas braguitas tanga blancas que me traes…como que se te ven por encima de la mini tan baja que llevas… – me dijo mientras me miraba con cara extrañada.

Lo sé lo sé… mira lo que me he traído – cogí la bolsa y saque los tanguitas mostrándoselos.

Anda que chulos tía!!! - me decía mientras los cogía y miraba.

Mira este qué guapo, me lo regaló Jorge hace ya unos meses – le enseñe el de play boy. Jorge fue un chaval con el que tuve un rollito hace unos meses y para esas cosas era bastante detallista

¿Carla que vas de patrocinadora del Play Boy o qué? El piercing del ombligo, y ahora esto ¿? …. Además…. está sin estrenar, no es un poco…Pequeño?... de esos para las ocasiones especiales - me comentaba mientras lo sujetaba en la mano y me sonreía.

A ver, trae anda – Se lo quité de la mano, lo puse sobre el lavabo y me dispuse a quitarme mis braguitas, las cuales deje caer hasta el suelo mientras tenia la faldita levantada, dejando mi conejito al aire. Hablando con propiedad.

¿Oye cuando te lo depilaste…? – Me preguntó mientras me miraba. Esas cosas entre nosotras eran normales, teníamos confianza para eso y más, habíamos pasado mucho juntas, que no revueltas.

Ayer tarde tenía cita con Chiqui – la estilista que hace la cera en la zona donde vivo – le dije mientras me agachaba para introducir mi pierna derecha por el tanga, y después la izquierda, y subirlo a través de ambas.

Carla eso te tapa lo justo eh…- me lo dijo mirando cómo me quedaba - como por lo que sea se te levante la falda o te pongas en alguna posición comprometida no se qué vas a dejar a la imaginación… – me dijo mientras yo me miraba al espejo. La verdad es que era pequeño, bueno, más pequeño de lo normal, las cosas como son, un tanguita de hilo negro, que se perdía entre mis cachetes, y un triangulito delante, muy mini y semi transparente, con el conejito de play boy en blanco y que cubría poco más que lo justo. Seguramente si no llego a estar depilada se saldrían pelitos por todos lados.

Pero claro… el tamaño del tanguita tiene que ir al compás del tamaño de la mini… – Yo la verdad es que me lo veía genial, parecía que no llevaba nada, iba súper cómoda y me sentía muy sexy, con una sensación entre una cosa y otra, que parecía que iba desnuda, así que.. es lo que se iba a quedar puesto.

Una vez arregladas, me puse mis pendientes y nos dispusimos a la segunda fase…..chapita y la pintura, pero sin pasarnos. Elegimos colores claritos y suaves, ya que el bronceado de nuestra piel nos permitía ir mas despejadas. Perfilador de ojos y eye-line para empezar…me gustan los colores oscuros, en este caso el negro, que realza mis ojos azules, dejándome una pequeña línea que me daba un toque felina… pocos polvos en pómulos, ya que tenía el color que ya quería… sombra de ojos la justa, y para mis labios siempre llevo mi barra labial y el perfilador de Versace en rosa clarito shimmer, que me los hidrata genial, y me hace unos labios muy sensuales, ya que hace de efecto brillante, pero no 3D como la que se estaba poniendo Lorena de Bourjois, y que te hace unos labios algo más voluminosos. Y para terminar nos pusimos brillantina por el escote, por si acaso no saben bien dónde mirar….

-¿Te queda algo del perfume de Escada? – le pregunté

-Sí, cógelo de esa estantería- Señalando justo detrás mía.

Una vez terminamos de arreglarnos allí estábamos las dos, mirándonos en el espejo y riéndonos, la verdad que nos veíamos bastante bien.

Menuda pinta de putones tía... – jajajajjajaa, la verdad que nos partíamos de risa, estábamos con muchísimas ganas de comernos la noche, y Lorena no paraba de decir tonterías… y eso que aun no había empezado a beber nada ¡¡¡

Ya solo quedaba el toque final…. Los zapatos. Cometí el gran error de no llevarme algún par mío, pero Lorena tenía prácticamente una zapatería en su casa y en la mayoría de zapatos teníamos el mismo número. Así que como ella iba a ir con los tacones blancos, yo me puse un par que tenía por allí negros. A pesar de que mis tacones eran algo más altos que los de ella, la diferencia de estatura era notoria, algo que en realidad… para nada me molestaba ni me sentía acomplejada.

Somos las zipi y zape, como nos conocen cariñosamente en los pubs y discotecas donde solemos salir.

¿Carla se nos olvida algo? ¿llevas las llaves de tu apartamento? – me dijo mientras cogía su bolso blanco y echaba nuestras llaves y otras cosas que me llevé a su casa. Esa noche pasaba de llevar trastos ¡¡¡¡¡ quería estar a mi aire.

Sí, están en mi llavero. – le contesté.

Perfecto – me dijo mientras se miraba por última vez en el espejo que hay en la entradita de su casa, y se echaba el pelo hacia atrás con el bolso colgado.

Dicho esto nos fuimos directamente para el coche, dejando esa tortilla y los filetes para cuando llegáramos por la mañana… si es que lo hacíamos.

Le di al mando a distancia para abrir el A3, nos metimos dentro, me descalcé y arranqué rumbo a Puerto Marina ¡!!

De camino para allá nos entró un poco de hambre. Somos así, tenemos lo que necesitamos delante, y no lo cogemos, y luego cuando menos te lo esperas se echa en falta. Lo que daríamos ahora por un buen trozo de esa tortilla que acabábamos de dejarnos intacta!!. Se me ocurrió que como tenía que echar gasoil de todas formas, podríamos parar en la gasolinera de la Azucarera, dirección Torremolinos y comprarnos un par de sándwich de pollo y algo de beber para tomar donde sea.

Llegué a la estación de servicio y paré en el servidor dos, el más alejado de la ventanilla para pagar.

¿Tú qué quieres? – Le pregunté mientras esperaba que sacara dinero del bolso.

Tráeme un… - momento dubitativa, tan típico en ella – no sé tía, tráeme uno de pollo y…. – a ver que se le ocurría ahora –… de beber agua, paso de gases. – como si los cubatas que se iba a meter fuesen con coca-cola sin gas. – toma, ya arreglaremos cuentas luego – me dijo al darme un billete de 20 euros.

Me bajé del coche y me dirigí hasta la ventanilla de fuera, ya que a partir de las once, cierran las puertas y no puedes acceder a la estación de servicio en sí. Pasé junto a un par de nenes de unos ventiseis años que iban a repostar también, y aunque solo fue una ligera impresión, parecía que estaban fumando algo que no era tabaco.

-Madre mía…. – susurró el que estaba repostando mientras seguía con su mirada mis pasos hacía la ventanilla

Seguí caminando y pude ver a través del reflejo de la cristalera de la gasolinera como ambos me miraban de arriba a abajo sin quitarme la vista de encima. Eso me había puesto un poco nerviosa. Bueno, más bien me había alterado un poco, en el buen sentido de la palabra. Siempre es bueno que te miren así… quiere decir que tanto rato de arreglo previo había merecido la pena y que bueno… el resultado era como mínimo, llamativo. Así que aproveché para darle a ese par de nenes un buen movimiento de caderas al caminar, marcando bien mi culito y haciendo sonar bien mis tacones en el suelo.

Cuando llegué a la ventanilla tuve que esperar a que un señor mayor pagara la gasolina que había echado, algo que se demoró un poco ya que lo estaba haciendo con tarjeta, con los trámites que eso llevaba. Entre tanto llegaron estos dos chicos y se situaron detrás de mí en la cola.

Dios mío como está esto hoy eh… - le dijo uno a su amigo. Anda que eran poco descarados vaya.

Yo, mientras hacían comentarios de ese tipo, seguía a lo mío, hasta que el señor de delante se marchó dejando libre la caja. Así que me subí en un pequeño escalón que había para quedar a la altura de la ventanilla.

Hola buenas noches – le dije educadamente al "gasolinero" – échame treinta euros de gasoil en el servidor del fondo, el Audi negro – le dije señalándolo.

  • Treinta le echaba yo ahora mismo y no te cobraba nada – creí escuchar que comentaban estos chicos tan graciosos en voz baja….

– y dame también… dos sándwich de pollo y….

pollo es lo que le daba yo… – escuché perfectamente hablar por lo "bajini" a uno de los dos personajes de atrás.

Y… dame una botella de agua grande. – terminé de decirle.

con esas pintas le tiene que gustar todo lo grande…. – Le comentó el otro, pensando que no estaba pendiente a lo que decían.

Que más quisieras tú comprobar lo que a mí me gusta – pensé para mí.

Mientras el expendedor marcaba en el ordenador la cantidad de gasoil a echar, le hice un gesto a la Lore para que empezara a echar el combustible, mientras esperaba que trajera lo que le había pedido.

Toma rubia, aquí tienes. – me dijo cuando llegó con todo.

Y dame también unos chicles de esos de menta. – le dije señalando un expositor que tenía él a su izquierda.

¿De cuales quieres? – La verdad que había muchos de cada sabor.

A ver… de aquellos sin azúcar – para señalarlos me tuve que poner de puntillas, juntando mis piernas, ya que la altura de la cristalera no me dejaba indicárselo con claridad, lo que provocó que mi falda se le subiera levemente, algo que hice conscientemente y con mis motivos.

Jooooooooder…. – exclamó uno de los dos en voz no muy baja, con claras intenciones de que yo lo escuchara. La verdad que si me llego a echar un poco más para delante hubiesen visto perfectamente el fin de mis piernas y el comienzo de lo que tanto deseaban contemplar.

Le pagué al buen hombre y me dirigí hacia el coche con la bolsa en la mano, no sin antes regalarles a esos dos la maravillosa imagen de mi trasero respondiendo a mi provocativo movimiento de piernas.

Esos te iban a hacer una vestido a medida tía, creo que se han aprendido todas tus tallas jajajaja – me dijo Lorena que había visto toda la escenita de esos dos, y sacándome una sonrisa nerviosa "pa" variar.

Cállate, cállate ¡¡ y la próxima vas tú ¡¡ por cierto que llevaban maría tía, como olía… con las ganas que tengo yo. A ver si pillamos o algo esta semanita – ganas tenía desde hace días - . Toma la bolsa, y nos piramos ya que son las doce y media pasadas. – le dije mientras me ponía el cinturón.

Benalmádena Costa es el centro neurálgico de la marcha en la Costa del Sol. Las zonas de marcha de esta localidad se encuentran divididas en dos, bastante cercanas entre sí. Una es el puerto deportivo, llamado Puerto Marina, una zona bastante animada todo el año, donde se mezclan pubs, discotecas, terrazas, salas de despedidas de solteros y solteras, muchos guiris, yates de lujo, acompañado todo por el mar y la playa. La otra zona, conocida como "la parte de arriba", es la plaza Solymar. Situada a menos de un kilómetro del puerto deportivo, alberga también gran cantidad de pubs y discotecas.

Ir en coche un Sábado hasta allí en épocas más frías es pasable, pero llegar en verano, a hora punta de juerga, es una prueba contra la paciencia de cualquier persona. Así que con mucha calma, cogimos la carretera N-340 dirección fiesta.

El camino se hizo más o menos ameno entre tanta charla y tantas risas. Es mucho más llevadero aguantar una cola de media hora de coches con Lorena diciendo tonterías y riéndose de la gente, que si fuese sola en esa misma situación.

Una vez que llegamos, dejé el coche aparcado en el parking privado del bloque de apartamentos donde tengo el mío, y nos subimos arriba a comer tranquilitas. Total, hasta dentro de un rato la cosa no iba a empezar a animarse, ya que la gente antes hace botellón en la playa.

El apartamento es un "regalo" que mi padre me hizo al cumplir los dieciocho años. Ya lo tenía de antes en régimen de alquiler, o para cuando viniesen mis tíos o sus amigos de fuera, pero al llegar a la mayoría de edad, lo puso a mi nombre como una "inversión" que no tardé en rentabilizar a mí manera. La verdad es que es bastante normalito en tamaño, pero tiene excelentes calidades y unas vistas al puerto deportivo que enamoran. Nada más entrar, a la izquierda, tiene una cocina muy chula con su lavadero. En frente, también conforme entras, y con una ventanita que da la cocina, está el salón, de unos treinta y pico metros cuadrados, con una gran ventana corredera que da a una gran terraza que abarca el ancho del apartamento. Justo a la derecha, si miras conforme entras, hay un mueble bar, una silla que no sé muy bien que pinta ahí junto a un espejo enorme. A su lado, un pequeño pasillo, y seguido, un sofá rinconera grande, que empieza justo a la entrada de dicho pasillo, y termina a la entrada del balcón. En el pasillo hay tres puertas, una a la izquierda, una a la derecha y otra al fondo. Las dos laterales dan a los dormitorios. Ambos con sus respectivas camas de matrimonio, y la puerta del fondo es un baño completo, totalmente de mármol y con una gran ducha hidromasaje en la que me habían hecho pasar algún que otro momento más que agradable. (En las camas también, claro está, al igual que en el resto de la casa). Aunque en realidad no acostumbro a llevar rolletes ni ligues de una noche. Prefiero antes estar por ahí aunque sea con menos comodidad que en mi propia casa con un tío con el que no tenga confi y apenas conozca, aunque resulte algo paradójica la situación.

Tía que arreglado esta todo – me dijo Lorena mientras caminaba hasta el servicio.

Sip, hace ya un par de semanas que vino mi madre a limpiarlo y arreglarlo. Mis tíos llegarán la primera semana de Agosto con toda seguridad. – Aunque yo lo usaba a menudo, digamos que estaba un poco dejado de la mano de Dios. Solo lo quería para dormir y comer, y a veces……….. ver la tele ^^

Salió del cuarto de baño y nos sentamos en la terraza a comernos los sándwiches. Hacía una noche genial, algo calurosa pero bastante pasable gracias a la brisa que llegaba. Las vistas nos ofrecían un panorama de revista de lo que es el puerto deportivo en sí, gente en sus yates, paseando por las tiendas de los bajos del centro comercial, sentadas en las terrazas de las heladerías y bares, entrando y saliendo, y otras, la mayoría, pasando por los bajos del apartamento para dirigirse a la zona de copas, a escasos cien metros del portal de mi bloque, pero que no podíamos ver porque quedaba justo atrás.

Que hambre tenía – me dijo limpiándose la boca con una servilleta.

¿No te has quedado con ganas de más? – le dije mientras la miraba con complicidad y le guiñaba mi ojito derecho.

Pues si tía, fíjate tu por donde, así que termínate eso y nos vamos ya que tengo ganas de moverme.

El Puerto estaba saturado de gente, a reventar, y más que estaba llegando, y eso que no sería ni las una y media. Nos dirigimos al pub que tiene un amigo, Marcos, donde siempre vamos antes de meternos en alguna discoteca, saludamos a la gente de allí, nos tomamos alguna copilla, pasan rondas de chupitos y nos animamos bastante entre tanta risa y jaleo. Eso sí, antes hay que sortear a unos cuantos relaciones públicas , que con tanta insistencia te piden que entres a los locales donde trabajan, invitándote a copas, y más copas, algo que en realidad… ya teníamos gratis donde fuéramos. Conocemos bastante gente en la zona. También hay que "esquivar" a toda una serie de fauna nocturna, depredadores en su mayoría, caracterizada por buitres, moscardones y algún que otro lobo al acecho. Pero nada que no sepamos "torear".

De camino hacía el pub, las dos agarraditas y juntitas, ya habíamos recibido los primeros piropos ( si es que a veces se pueden llamar así ) de la noche, nada que no hubiéramos escuchado antes, que si lo nuestro era un cuerpo, y no el de la guardia civil, que si nos iban a meter de todo menos miedo, y originalidades de ese estilo, que en realidad, me daba morbillo escuchar, y no tal vez por lo que digan, si no por el tono en el que te lo sueltan, o por quien sea dicho. También decir que no somos especiales, y que viendo como están las cosas hoy día, esas cosas se las dicen a cualquiera. También algunos que otros nos habían dedicado unos toques de claxon al pasar, y alguna que otra cosa que no llegamos a oír bien, y que contestábamos con alguna que otra sonrisita. La verdad que con esas pintas no desentonábamos con el entorno, si no que íbamos normalitas, pero la percha dice mucho jejejeje. Y aunque para muchos, ir así de frescas era sinónimo de ser algo "ligeritas", nada más lejos de la realidad, nos gustaba ir así, y no salíamos en busca de nada, ni a cazar, ni poníamos el radar cada vez que entrábamos a un sitio como hacen otras. Íbamos a lo nuestro, a pasarlo bien, bailar, beber y reírnos, y lo que tenga que surgir, que surja, pero tampoco somos asiduas a liarnos con uno cada finde ni nada por el estilo. Eso era ya de épocas pasadas, donde primaba más la juerga y los guaperas, que el morbo de disfrutar cada momento Aunque ahora que lo pienso, lo de los guaperas no había cambiado mucho :P . De hecho, la proporción de veces que estamos de juerga y la de veces que nos liamos con alguien es muy, muy baja. Y no por falta de ofertas. Somos bastante selectivas y no nos dejamos llevar por cualquiera, por muchas horas que se machaque en el gimnasio o muy bien que vista o hable. Aunque claro está, no somos de piedra ni quiero dar esa impresión y a veces pecamos de tontas o de inocentes ( o nos metemos en ese papel ), o tal vez que saben usar bien la labia para llevarnos a su terreno. Aunque en general, todo se resume en una frase que decimos mucho: "Si nos ven como presas, seremos nosotras las que escojamos al cazador"

Cuando llegamos a la puerta del pub casi no se podía entrar y había una pequeña cola. No era una discoteca en sí, pero tenía buen ambiente y buena música. Aunque demasiado iluminado todo para mi gusto.

Al acercarnos, uno de los porteros, que conocíamos de hace tiempo nos abrió la puerta y nos pasó por un lado.

Hola guapetonas – nos dio los dos besos de rigor – menuda noche, esto se va a petar en "na", Marcos está por ahí dentro. – nos decía señalando al fondo mientras íbamos pasando y viendo (más bien viviendo) el agobio que había dentro. Así que tiramos para el fondo del pub.

  • ¿ves a este? – me pregunto Lorena nada más entrar, elevando la voz debido del volumen de la música.

No lo veo tía, vamos hacia la barra que estará allí – eso era fácil de decir, pero la barra estaba al fondo del pub, y llegar hasta allí era tarea casi imposible.

Ya me había coscado yo de que más de uno nos había echado el ojillo, como se daban algún que otro codazo, o se guiñaban el ojo mientras pasábamos por su lado para avisar a su/s amigo/os e incluso alguno nos hizo algún comentarios que no llegamos a entender con nitidez, por lo que seguimos entre roce y roce hasta llegar a la barra.

Hombre ¡¡¡¡ mira quienes están aquí ¡¡¡ - dijo efusivamente nuestro amiguillo, tan risueño ( y bebido ) como siempre – como se os echaba de menos jejejeje, venid por aquí – señalando la parte izquierda – que nos vamos a pegar unas rondas y me contáis que se os ha perdido esta noche .

La verdad que Marcos era buena gente, lo conocí hará dos años, de tanto ir por allí, y poco a poco fuimos intimando algo más, y la verdad que me ha cogido un gran cariño, pero nunca ha pasado la cosa de ahí, colegueo puro y duro ¡¡¡¡ que es un hombre casado ¡!!!! Ejjejeje.

Nos acercamos a la parte que se encontraba algo mas despejada y saludamos a los camareros que conocemos mientras Marcos terminaba de poner una ronditas de chupitos a unos clientes.

Se nos acercó y estuvimos hablando un rato de cosas sin importancia, mientras iban pasando más chupitos y más risas, y apenas sin habernos movido del sitio. No sé si fueron cinco o seis rondas de chupitos, pero ya estábamos más que animaditas, y todo en menos de media hora ¡¡¡ La música y el ambiente colaboraban, y nos encontrábamos bastante cómodas y sin agobios hasta ese momento. Esto de hacer "botellón" gratuito dentro de un pub tiene sus ventajas

Venga ahora una rondita de tequila pa´ estas dos señoritas ¡¡¡ - le dijo al camarero. A mí el tequila la verdad es que me mata, es algo que me supera, aunque no sé si me sienta mal el tequila en sí, o tener que chupar sal y morder una rodaja de limón tras el "chute", pero con tal de no hacerle el feo después de tantas rondas….

Joder ahora tequila, con lo que se me está subiendo todo… – me comentó Lorena al oído lamentándose, pero sin protestar demasiado tampoco… Ya se le notaban los ojos brillantes, y parecía con el radar puesto mirando a unos y otros mientras charlábamos.

Venga, vamos allá – dijo Marcos mientras servía en la barra los tres chupitos y lo que los acompaña. – a la de una, a la de dos… a la de tres ¡ vámonos ¡

Y para dentro el maldito caldo. La verdad que vaya cosa más mala de Tequila. Al menos para nosotras, además de dejarnos un mal sabor de boca y subirse demasiado rápido, no es un sabor que nos agrade, pero ya estaba hecho.

Ahhhhhh, que fuerte está esto ¡¡¡ jajajaja – no pude evitar poner cara de eso mismo, estar chupando un limón, simpre pendiente de que no me viera nadie hacer eso ^^ –

Anda ya, unas fiesteras como vosotras tenéis que estar acostumbradas a todo esto joder – nos exclamó con su típica voz hueca. – os tienen muy mal enseñadas.

Anda calla y ponme un Absolut con limón que me quite el sabor de boca del tequila, y ya de paso… gracias por la ronda de chupitos ¡¡¡¡ - le dije riéndome, como diciéndole que parara ya, que estábamos ya bien y aún no serían ni las dos de la mañana. – ¿y tú, quieres algo? - le pregunté a Lorena.

Al camarero ese – me dijo en estado "semi-ausente" señalando a un tipo que trabaja en el pub, pero que no es camarero en realidad, se dedica a recoger vasos con la bandeja, limpiar, encargarse del almacén y demás tareas, y con el que hablábamos de vez en cuando, aunque sin excesiva confianza.

Esta bueno, pero niña deja de mirar que se te cae la baba, ahora hablamos con Marcos para que te lo presente, dime ya con las tonterías, quieres algo de beber antes de irnos? - le dije.

Si vaya, en todo caso sería al revés… - apuntilló mientras giraba la cabeza hacía mí como dándoselas de dura - Si, ponme un cacique cola a mí – le dijo a Marcos directamente – pero estas dos copas te las pagamos xiquillo.

¿Qué dices?¡ - dijo como haciéndose el enfadado – como voy a cobraros? ¿Qué va a pensar la clientela si me ven recibiendo dinero de unas bellezas como vosotras? si sois la atracción del local cada vez que entráis ¡¡¡ - dijo en plan broma, pero sabiendo que algo de razón tenía en lo que decía. Y no por nosotras. Sino porque cuantas más tías haya en un pub, más tíos entrarán y consumirán, así funciona la noche jiji.

Anda que no veas, te vas a arruinar con nosotras – le dije.

Es un placer arruinarse así – dijo riéndose mientras nos ponía las dos copas algo cargaditas. Gratis, por supuesto.

Llevábamos ya un rato charlando entre chupito y chupito, así que nos despedimos momentáneamente de nuestro amigo para irnos a beber las copas que habíamos pedido moviéndonos un poco al ritmo de la música junto a una mesa alta que quedaba libre en una esquina . Sitio donde nos acoplamos tranquilamente a bailar un poco e ir calentando. Aunque ya íbamos bien etílicamente hablando, nunca está de más soltarse un poco, ¿verdad?

¿Qué hora es? – le pregunté a Lorena al oído.

Las dos y cuarto – me dijo mientras bailábamos tranquilitas a nuestra bola y degustábamos nuestras bebidas "más" favoritas.

Es buena hora, en cuanto nos tomemos esta copa nos vamos para el Malú y a ver qué tal está la cosa. – Es una discoteca grandecita, de las que suele cerrar por la mañana y que estaba tres locales más debajo de donde estábamos.

Muy bien nena, pero antes tenemos que hacer algo. – Me dijo en un tono raro.

¿Hacer qué? – le pregunté.

Pues nada, rezar para que los dos tipos que se quedaron con tus medidas en la gasolinera se acerquen a otras, o no nos vean, directamente. – algo bastante difícil en un local no muy grande y donde muchas de las miradas masculinas se dirigían a nuestra esquina.

¿A qué te refieres? – le pregunté rayada, pensando que ya se le habían subido los chupitos y el ron que se estaba bebiendo.

Pues nada, que acaban de entrar. – Yo estaba desde mi posición dándole la espalda a la entrada principal así que no los veía y ellos me podrían ver de espaldas.

No puede ser – dije mientras me giraba levemente para verlos de perfil. – Pues sí, si puede ser

¿Qué hacemos? – me preguntó Lorena.

Me da igual, nada, yo no me voy a mover de aquí, si no son estos, serán otros los que nos dirán cualquier "simpatía". – dije mu chulita

Me parece bien, si vienen para acá les seguimos el rollo hasta que nos vayamos o directamente pasamos.

Que nos entraran nenes (y no tan nenes) es algo de lo más normal, sobre todo en discotecas, donde la carne es lo que vende, sobre todo la que mejor pinta tenga. Nos han llegado a entrar hasta… (no me atrevo a poner número…) muchos tíos en una sola noche, jejeje. A nosotras y a cualquiera creo yo, tan solo hay que salir un Sábado para comprobarlo, no somos ninguna excepción. Pero nuestro nivel de juergas y salidas nocturnas nos permitía ya distinguir y agrupar a la gente de la noche según varias categorías que no voy a explicar, aunque a veces se generalizara de mala manera, se solía acertar. El caso es que estaba claro que esos dos tipos, fumados que vendrían, como mínimo, iban a lo que iban, algo que en realidad no es nuestro problema, sino de ellos, pero que no podías evitar que te afectara de alguna manera. Además, si ni siquiera los conocíamos, no teníamos porque preocuparnos, sabiendo lo que nos podría esperar en cualquier otro sitio donde no nos encontráramos tan arropadas.

¿Los ves tía? – le pregunté

Si, están en la barra pidiéndose algo, menudo careto de drogaos que llevan madre mía jajaja.

Me lo imagino, en el coche iban dándole a un canutillo cuando los vi en la gasolinera, y el olor estaba claro de lo que era

No me extraña nada, pero te digo una cosa, están bastante bien, o desde aquí lo parece… - eran los típicos chulitos de discoteca, que se creen más que el resto o que todas babeamos por ellos. Esa clase de tíos le tiraban a veces a Lorena, y alguna que otra vez he caído yo, pero no era ya esa clase de tipos que nos levanta el ánimo, siempre buscamos algo más que un físico que nos atraiga. Porque guapos los hay en todos sitios, pero tios morbosos a los que les guste jugar y el arte de camelar, muy pocos. La mayoría van a lo que van. Y así les va. Yo particularmente, me califico como morbosa selectiva.

Como si no los hubiera mejores juer – le dije.

Si si, sin duda nena, pero estos te tienen fichadita… – me dijo guiñándome un ojo y cogiendo su copa para ponerse a bailar entre la gente, a lo que inmediatamente me dispuse yo.

La cosa estaba algo agobiante de personal, pero al menos el nivel de tíos-tías estaba bastante igualado y podíamos estar tranquilas, sin pasar de algún que otro roce, alguna inofensiva mirada, y algún que otro tímido que se acercó para pedirnos fuego y a los que no les dimos coba. El alcohol nos había dejado en un punto en el que estábamos a nuestra pompa, a nuestro aire, tranquilamente al ritmo de la música funky que sonaba de fondo, sin estar pasadas, y sin haber llegado. Teníamos el puntillo y estábamos en la gloria. Tanto, que cuando me quise dar cuenta Lorena se había puesto a charlar en un momentito con el muchacho de la bandeja, dejándome en la mesa al cuidado del bolso. Algo normal y corriente, hasta que pasó lo que me temía. Los dos personajillos se percataron de mi presencia desde su posición y ni mis miradas perdidas a otro lado pudieron evitar que se acercaran.

Poco a poco se fueron aproximando por entre la gente a la esquina donde yo estaba, así que no me quedó otra que seguir bailando tranquilita… esperando que llegara Lorena a salvarme. Obviamente, ella estaba demasiado ensimismada como para percatarse de lo que pasaba a su alrededor, así que cuando me quise dar cuenta, tenía al lado a los dos señoritos, y no eran para nada cortados.

Hola, ¿de qué me suenas, rubia? – me dijo uno de los dos cuando se acercó a mí, en tono irónico y sonriéndome. Ya no había remedio… Aunque ahora que los tenía al lado, bueno, más concretamente, detrás, podía afirmar que al menos el que se había dirigido a mí estaba bastante bien. Vestía un pantalón vaquero pegadito que le quedaba bastante pegadito, y un polito negro de la marca del anfibio, también pegadito. Se notaba que se cuidaba

No se no se jejeje – le dije sin más remedio y algo cortada. La verdad que estar allí sola me incomodaba un poco. - tengo muy mala memoria para las caras

Jajajaja,¿no será que ya has bebido mucho? – me decía el mismo mientras el otro se limitaba a escuchar y mirarme el escote.

No no, en serio, voy muy bien, tan solo bromeaba. – contesté sonriendo.

Lo imaginaba… aunque yo tan bien no te veo, deberías estar más animada. Ahora te traigo algo si quieres. Por cierto, ¿Te ha dejado solita tu amiga la morenita por lo que hemos estado observando, no?

No, mi amiga "la morenita"– dije con retintín- está hablando con un amigo y ahora mismo viene, y las copas no las pago aquí, pero gracias.

Bueno, tranquila, es que como no sabemos vuestros nombres… de alguna manera os teníamos que llamar.

Hum ¡¡¡ Me llamo Carla, y mi amiga morenita Lorena. – le dije ya en un tono más normal y "amigable", sin dejar de mirar a ver si llegaba ya esta.

Precioso nombre Carla, yo soy Migue, y este es mi colega Francis, un poco cortado ante semejante belleza, no se lo tengas en cuenta. – Comentario que provocó una tímida risa en su amigo. Les di los dos besos de rigor, sin tener otro remedio, y sintiéndome algo incómoda sin compañía.

Ya podría aparecer esta – me dije para mí misma, mientras hablaban (y me miraban) conmigo de cosas típicas, de donde era, que edad tenía, si estudiaba o trabajaba. Es lo que tiene beber, que te pones a hablar de cosas que no te interesan y te parecen un mundo.

Al par de minutos apareció Lorena, bastante animada, se notaba que había estado de lingotazos en la barra con su nuevo amiguito y venía eufórica.

Vaya, vaya, te dejo sola y ya estás haciendo de las tuyas eh? – exclamó riéndose ante la situación.

Si, ya ves. Anda que avisas guarra. Te voy a presentar a dos amigos – le comenté, guiñándole un ojo ante lo que tenía delante.

Estos son Migue y Francis. Migue y Francis, esta es mi amiga "la morenita". – a lo que ambos rieron, no sin antes hacerle un escáner completo de pies a cabeza –

Encantados eh? – dijeron y se dieron los besos de rigor.

Son pesaditos, y van puestos, te lo digo – le advertí a Lorena mientras cuchicheaban entre ellos.

Pues nada, ahora en un plis nos vamos de aquí y fuera. Y Ahora te cuento sobre este

Ya me he fijado. ¿Como ves el tema? Está bien el nene por lo que parece

No sé, es pronto, habrá que tantearlo e informarnos un poco.

Pues ya veremos, pero ahora lo que deberíamos hacer es largarnos de aquí, ¿no te parece?

Mejor idea imposible tia, que ganitas de bailar ¡¡¡

A todo esto, nos escucharon los dos acopladillos

Oye ¿donde vais a ir ahora? – Nos preguntaron mientras nos miraban fijamente

Vamos para la Disco Malú – soltó Lorena sin pensárselo. Poco me faltó para darle un pisotón, pero de poco hubiera servido ya.

¿Sí? Ahí teníamos pensado ir ahora, si os parece bien nos vamos para allá los cuatro juntos ¿no? Terminamos esto y … ¿salimos?– no había escapatoria.

Bueno… - dijimos no muy convencidas, pero en realidad no podíamos decir que no y luego encontrarnos allí de todas formas con ellos, así que para la discoteca partimos.

De camino hacia la discoteca nos pararon un momento. Habían estado hablando entre ellos mientras nosotras íbamos agarraditas delante, sufriendo poco a poco los efectos del alcohol ingerido en ese rato, y seguramente dándoles una buena visión de lo que son movimientos armónicos

J

Oye guapas, ¿nos acompañáis al coche antes de entrar ? Tenemos una cosita que nos gustaría compartir con vosotras… - para pensar mal estábamos ahora mismo vaya.

¿A qué te refieres? – le pregunte

A esto, mira – y del bolsillo saco una pequeña bolsita con polvitos blancos

Ufff, nosotras que va, nos estamos quitando – dije en plan irónico con mi cara de pre-borracha.

Es bastante buena eh? Hemos fumado y bebido poco y queremos estar a vuestra altura – nos dijo con un guiño de esos raros….

Ya ya, no lo dudamos, pero que va, nos están esperando dentro y es tarde y eso… - le dije

Anda, será solamente un momentito – nos insistían – no todas las noches conocemos a dos señoritas como vosotras

Ya.,.– no sabíamos que decirles para que entendieran – pero es que no nos gusta eso, nos puede ver la policía y eso y no es plan, además que es tarde

Si preferís nos vamos a la playita antes de nada y nos ponemos un ratito allí que no nos ve nadie … - eso ya era una declaración de intenciones, que hubiéramos tenido en cuenta tal vez si no fuesen tan puestos como parecían, ni tuvieran tanta gana de droga dura ¡¡¡¡

Bueno, nosotras os esperamos dentro y ya está, así mientras vosotros vais a eso, nosotras vamos tomando algo – dijo Lorena para terminar de dejarles las cosas claras.

Venga, pues ahora nos vemos dentro guapas – y se marcharon para los callejones donde se aparcan los coches y la gente usa para muchas cositas más.

Al llegar la cola era impresionante. Pero para eso teníamos nuestras dotes de relaciones públicas y encanto innato, y no tardamos en ponernos a un ladito y esperar que se nos acercara "mi portero". Alguna utilidad le tenía que dar. En cuanto nos vio entre la gente nos hizo un gesto, y muy disimuladamente nos hizo un hueco por donde se supone que es la salida y nos coló dentro. No sin antes recordarme que en cuanto tuviera un momento pasaba para dentro a saludarnos.

Estaba llenísimo de gente. Aforo completo. Y la cola que había fuera hacía presagiar que en un rato estaría peor. Pero a nosotras nos encanta tanto follón. La música house, las luces, la gente bailando, era todo magnifico, y si encima añadimos que íbamos bastante bien a esas alturas… la noche se planteaba perfecta. Ese era nuestro ambiente y lo que nos gusta ¡¡

No tardamos mucho en ponernos a bailar en un ladito, junto a una barra pequeña, momento que aprovechamos para pedir un par de rondas, como no, de vodka con limón, que no tardaron en servirnos.

En nuestro mundo estábamos, bailando entre la gente, sintiéndonos observadas, sin ser el centro de atención pero sabiendo que muchos de esos tíos que teníamos a nuestro alrededor se morían por entrarnos y decirnos algo para romper el hielo, mientras charlábamos, nos reíamos y bebíamos, que se nos fue la cabeza

Anda tía, ahora tenemos que aguantar a estos dos pesados cuando lleguen – me dijo Lorena algo ronquilla ya.

Puf, ya se me habían olvidado. Ojalá no los dejen entrar jejeje.

Que perversa, los pones malos y ahora pasas ehhhh – me comento cada vez gritando más por el ruido y el efecto del alcohol.

Anda ya ¡¡¡¡ si ahora la culpa será mía por ser yo misma. – dije sonriendo

Tú te pusiste a hablar con ellos, ¿no? ¿Pues el problema quien lo ha buscado?

No creo que sea ningún problema, si los vemos nos acoplamos en algún grupito y ya está

A saber que va a ser peor

Anda, anda, yo paso de dos drogaos

Bueno, ya veremos, vamos a bailar ahí arriba – me dijo cambiando de tema y señalando la tarima inferior.

Sin mucho corte nos subimos junto a otra gente que bailaba en una tarima de

aproximadamente dos metros de altura, que queda justo debajo de otras más altas sobre la que salen a bailar los y las gogos. Ahí estuvimos moviéndonos un rato, con nuestro puntillo cogido, sin percatarnos de nada a nuestro alrededor, tan solo nosotras, la gente que nos rodeaba y la música. No miraba mucho hacía abajo por quien pudiera estar mirando. Eso sí, algún que otro espabilado debía estar teniendo una gran visión, y eso que no es que hubiera mucha luz. Me coloqué al principio, justo donde terminan las escaleras que dan acceso a ellas, y allí estuve bailando al ritmo que imponía el Dj.

Entre las distintas miradas que eché al personal que había dentro del local desde mi posición, me llamaron la atención dos tíos que estaban en la barra, no muy lejos de las escaleras por las que había subido hace un ratito. Tendrían unos 35 años y parecían pegados con cola a la barra. Bebían tranquilamente algo que no sabía que era mientras nos miraban sin decirse nada entre ellos. Casi fijamente. Tampoco alcanzaba a verlos tanto como para hacer una descripción, pero tenían buena presencia. O eso me parecía. De momento no le di mucha importancia, pero cuando podía, volvía a mirarles y allí seguían, apoyados en la barra y mirándonos con descaro. Tampoco era una sensación ajena a nosotras. Miradas en una noche se cruzan muchas. Pero eso tampoco iba a calificarlo como cruce. Ni tampoco me sentía incómoda por ello. Al revés, estaba en uno de esos momentos de trance en los que todo me parece bien, todo es maravilloso, y si esos tíos nos miraban, las razones siempre iban a ser buenas. Me gustaba, me daba morbillo ser el punto de mira de cierto tipo de "nenes". Así que para estar a la altura de las circunstancias, enfaticé mis movimientos, sin llegar a ser exagerada, dejando llevar mis caderas por la sensualidad de la música de aquel momento. Total, no creo que nos conociesen ni nada, y ser mala a veces le sube el ego a una.

Oye, mira quienes acaban de entrar – me dijo Lorena señalando los escalones de la entrada, que veíamos bien desde nuestra posición, ya que está iluminada la puerta principal.

No puede ser… madre mía, otra vez. La próxima vez me hago la muda.

Tampoco es para tanto – me dijo en un tono en el que se notaba que ya iba contenta – Lo mismo bailando te pueden gustar más – me dijo guiñándome el ojo.

Que graciosa estás ¡¡¡ Yo paso, me voy para abajo a ver si veo a alguien – a alguien conocido, me refería.

Yo me quedo aquí un ratito

Anda venga, vamos abajo y pedimos algo

No no

¿Qué pasa? ¿Te gusta alguno de esos dos o qué?

Para nada, pero paso de irme porque estén esos ahí

A ver Lorena, el problema no es que estén ahí, el problema llegará cuando estén aquí – le dije

¿Pero qué más da? Esto es una discoteca, no un parque de atracciones, si no te van a ver aquí arriba, te verán debajo. Media discoteca ya te ha echado el ojo Carla

Dicho eso me lo pensé, sin querer mirar para ningún lado. Pero es que de todas formas pasaba de estar ahí a la vista de esos. Normalmente si me entran paso, y voy a lo mío, pero en este caso el hecho de haberles hablado y haber estado un ratito con ellos me ponía en una especie de compromiso. Y si además ya empezaba a notar síntomas de "alegría", más motivos me entraban para estar a mi aire y pasar de unos tipos que no me gustaban.

Bueno, haz lo que quieras, me voy para abajo a pedirme algo

Demasiado tarde… creo que nos han visto… - me dijo mirando para otro lado.

Jode. Yo paso de que se nos acoplen, ven conmigo – le dije mientras la agarré de la mano

Esta vez no se lo pensó y bajo conmigo a la pista. Mientras bajábamos pude ver como los tipos que nos miraban antes, seguían en su mismo sitio, pero esta vez hablando entre ellos. No sé si iba a ser una buena idea, pero no sería la primera vez que para espantar a un par de moscardones, nos acercábamos a otros que servirían para despedir a los primeros. A falta de gente conocida con la que mezclarnos, podría servir. Realmente parecíamos dos niñas chicas que se escondían, pero la que sale a menudo sabe lo pesada que resultan algunas situaciones.

Nos colocamos cerca de estos dos tipos, que en un principio no notaron nuestra presencia. Mientras nos pegábamos a la barra ojeaba por si aparecían los dos pesados, y poco a poco y disimuladamente iba llevando a Lorena hacía donde estaban los observadores.

¿Qué haces tía? – me preguntó Lorena

Voy a pedirme algo, ¿tú qué quieres?

Hummm, un southern confort con naranja. – me dijo mientras seguía a mi lado bailando y algo ensimismada.

En esos momentos ya estábamos casi al lado de los que serían nuestros nuevos amiguitos momentáneos. Tan solo un tipo un tanto raro estaba entre ellos y nosotras dos en la barra, pero a pesar de eso, uno ya se había percatado de nuestra presencia y "disimuladamente" se lo comentó al otro, que nos daba la espalda. Como bien había dicho, rondaban los 35 años. Ambos eran altitos, metro ochenta y cinco, metro noventa calculé, tenían una buena complexión física, ambos morenos, uno lucía un bigote recortadito y con una pequeña perilla, peinado hacia atrás, ojos oscuros y pequeños, y el otro tenía los pelos de punta, bastante engominados, con un aire juvenil, pero sin poder esconder que hacía algunos años que se salió de lo que yo catalogo como tío "joven". Vestían con pantalones chinos claritos y camisas de manga larga a rayas de Burbery remangadas, y para más señas, bebían whisky. Parecían analizar lo que se "ofrecía" allí dentro, buscando algo que les gustara,tranquilos, y esperando su momento. Y todo eso lo supe echando una mirada de unos cinco segundos ¡¡. Menuda práctica tengo para echar el ojillo a la fauna nocturna.

Yo no sé cuanto tardan ellos en analizar tantas cosas como analizo yo, pero o me estaban explorando al máximo o eran lentos:

Oye, esos dos quieren montárselo contigo ahora mismo, no veas cómo te miran de reojillo. – me dijo Lorena echándome su alcohólico aliento sobre la cara.

¿Quiénes? ¿Esos dos? – le dije haciéndome la loca y mirándolos descaradamente. A mí también me afecta el alcohol. – no creo.

Fue en ese preciso instante cuando el engominado cruzó una mirada conmigo. Una mirada penetrante, pensé en aquel momento. Tenía a mi lado a la persona que me había estado mirando con descaro mientras bailaba, aun sabiendo que yo sabía que estaba allí, y en el fondo no me parecía mal ni grosero ni molesto. Al contrario, noté una sensación extraña, como cuando notas que existe feeling con un tipo al que acabas de conocer y se palpa algo en el ambiente. La diferencia es que aquí no había habido ningún tipo de contacto previo. Me sentía, literalmente hablando, contenta por saber que atraía físicamente a ese desconocido de ojos claros.

Simplemente sonreí levemente a su fija mirada, y me giré para echarle la naranja a la copa de Southern Confort que me acababan de servir, para pasar a darle la espalda y empezar a moverme junto a Lorena. En aquellos momentos no me di cuenta, pero estar mezclando bebidas no es lo mejor precisamente para mantenerte sobria, y para la resaca del día después.

Poco a poco la zona donde estábamos se empezó a llenar de gente, por lo que perdimos un poco la visual con los dos desconocidos observadores, mientras caí al tanto de que los dos pesados deberían estar buscándonos entre la muchedumbre. Preocupación que iba desapareciendo a medida que iba ingiriendo alcohol y bailando mientras alguno que otra se nos iba acercando. Fue precisamente en ese momento, cuando una mano me agarró ligeramente del brazo desde atrás, hecho que me puso algo furiosa y a la defensiva, por lo que me giré bruscamente sin llegar a poner cara de enfado pero algo exaltada.

Rubita, perdona, ¿tienes fuego? – mi momento de mala leche pasó a un momento de nerviosismo. El muchacho de la perilla, amablemente, sostenía en sus manos un cigarro mientras hacía el gesto de encenderlo. Unas cosquillitas por mi barriga me avisaron de algo, aunque aún no sabía que era.

Ehmmm, no no, no fumo – dije sorprendida -, pero mi amiga si tiene en el bolso, espera – le contesté rápida y casi involuntariamente, dirigiéndome hacía Lorena y pidiéndole el mechero que me dio mientras me miraba para lo que lo quería.

Toma, aquí tienes- le dije a la vez que se lo ofrecía. Algún pensamiento de triunfo me invadió, como diciéndome a mí misma que había conseguido el propósito que buscaba. Lo que no sabía era el qué precisamente.

Muchas gracias pequeña – me dijo antes de encender el cigarrillo. Hecho esto miró y se dirigió a Lorena.

Toma – le dijo mientras le ofrecía coger uno en señal de agradecimiento. Y aunque normalmente no fuma, suele hacerlo de vez en cuando le duran los efectos de la bebida. Algo que yo también hago a veces, pero que no me apetecía aquella noche.

En esos momentos ella se acercó al muchacho cogiendo uno y al oído le dio las gracias. Acto seguido lo encendió y se lo llevó a la boca sin quitarle la mirada. Mientras esto ocurría, el otro chico permanecía observándonos desde la barra bebiendo tranquilamente.

Oye, ¿esto qué bebéis que es? – nos preguntó mirándonos a las dos y de manera curiosa, una vez que le encendió cortésmente el cigarro a Lorena con su propio mechero.

Es Southern Confort – le dije alegremente – es más o menos… licor de whisky, pero sin el sabor del whisky. Mucho más dulce y rico.

Interesante, si mi cuerpo aguanta alguna copa más, cataré eso que bebéis. Tiene buena pinta. – nos dijo muy entusiasmado

Toma, si quieres un poco bebe – le dijo Lorena amistosamente

Oh, me encantaría, pero por ahora sigo con esto, si mezclo que sea más tarde guapa.

Muy bien, sin problema jejeje – le dijimos sonriendo.

Por cierto, ya que hemos hablado de tabaco, alcohol… ¿pasamos al sexo? – nos dijo en un tono claramente bromista e irónico. – Bah, es broma, por cierto, me llamo Javier, y soy de Granada – nos comentó alegremente.

Yo me llamo Carla, y ella Lorena – dije mientras la señalaba

Encantadísimo, de verdad – nos dijo mientras nos daba un par de besitos. – ¿Os importa que os presente a un compañero de trabajo o estáis cazadas?

No, sin problemas… - dije encantadísima

En ese momento le hizo un gesto a su amigo, algo más alto y corpulento que el. Ambos tenían pinta de cuidarse. No llegaban a ser los típicos treintañeros que se pasan horas en el gimnasio, pero se veían atléticos. En un primer momento pensé que podrían ser de algún cuerpo de seguridad, vigilancia, militares, o que en sus ratos libres practicaran algún deporte que los mantuviera más o menos aceptables

Jesús, te presento a Carla y Lorena, verás que majas son – ese comentario no supe como tomármelo en aquel preciso momento, cuando no nos conocía de nada y yo tampoco sabía el plan que llevaban

Encantado de conoceros, de verdad… - dijo mirándonos fijamente. Esta vez de cerca. Su voz era algo ronca, tenía los ojos más grises que azules, se había echado Hugo Boss y tenía unas manos grandes. Detalles en los que se fija una casi siempre. Y en este caso más.

Hola – dijimos antes de darle un par de besos de presentación – igualmente.

El es de Almería, pero vive en Granada conmigo. – comentó Javi, el muchacho del bigote y la perilla, mientras le señalaba con la mano- Bueno, vivimos juntos, pero nada más, que conste. Estamos de profesores de educación física en un instituto en Granada capital y las circunstancias de la vida… pues nos han unido hasta acabar así.- comentaba entre otra serie de cosas.

Ah vaya vaya, ante nosotras podéis aceptarlo eh? No es nada raro ahora mismo que haya mucha gente que salga del armario y se esconda cuando sale y cosas así jejeje – dijo Lorena sin preocupaciones

Noooo, de verdad. Acabamos de terminar el curso hace unos días, y él se va para su casa en Almería y yo me quedo en la mía en Granada… y bueno… hemos decidido celebrarlo viniéndonos de marchita a la Costa esta noche.- comentaba mientras la miraba fijamente.

¿Celebrar que se va de tu casa? Que malo eres ¡¡ - le dijo Lorena a Javi

Jajajaja, que mala eres tú ¡¡ celebrar que estamos de vacaciones y que hasta Septiembre… nada de nada, que nos lo merecemos. Las celebraciones siempre las hacemos juntos! – le replicó

¿Os lo merecéis? Será por lo que trabajáis… – seguía pinchando ella

No te pases morena ¡¡ que no te imaginas como están los institutos ahora… sería mejor trabajar de funcionario de prisiones – bromeó Javi

No será para tanto – dijo ella. Cada vez más centrada en su charla que en otra cosa en aquel momento. Me extrañaba su actitud tan receptiva con el nuevo amiguito.

Oye por curiosidad, ¿qué edad tenéis? – preguntó el mismo, mientras el manos grandes nos contemplaba

Yo tengo 23 y ella 24 – comenté.- ¿Y vosotros? – no sé si debí preguntarlo tan a la ligera.

Uff – se miraron – es que si os lo decimos llamáis a seguridad o a la policía y acabamos esta noche en el cuartelillo ¡¡ - bromeó entre risas.

Anda chiquillo, que exagerado sois, nosotras os echamos unos… 30 o unos 35 como mucho – dijo Lorena sin escrúpulos. No eran de la edad media de los tíos que nos solían entrar, pero no eran ni de lejos los más mayores que habíamos conocido en una discoteca. O en algún otro sitio.

Bueno, caliente caliente, eso quiere decir que las edades no os asustan por ahora, así que para que dar rodeos. Yo tengo 34 y el… hum… ¿lo digo?- le preguntó sonriendo pícaramente.

Claro, claro jeje – dijo Jesús algo cortao pero sin perder la sonrisa – no hay problema, orgulloso estoy de estar tan bien conservado a mi edad!

Bueno, pues este añito nuestro amigo Jesús se despide de los treinta y pasa a rellenar el número 4 – Jamás hubiera acertado que él tuviera casi cuarenta años. Sin duda estaba bien conservado en lo que se veía, además de estar de buen ver.

Guau¡¡ - exclamó Lorena – pues sinceramente firmaría llegar tan bien conservada como vosotros a vuestra edad, voy a tener que cambiar de carrera y matricularme en magisterio ¡¡ - como si ella no se cuidara casi obsesivamente

Yo sinceramente hubiera firmado estar tan bien a vuestra edad cuando yo la tenía – dijo por fin Jesús mientras nos miraba de arriba a abajo – porque vaya alegría, estas cosas por Granada son difíciles de ver – bueno, hablaba poco, pero lo que decía me gustaba, tal vez como lo decía, aunque exagerara.

Anda, eso se lo dirás a cualquiera que pulule por aquí y a la que le pidáis fuego – dijo Lorena pícaramente esperando alguna contestación

Que va, ni mucho menos, hemos estado bebiéndonos una botella de Dyc que tenía en el coche antes de venir aquí y desde que hemos entrado nos hemos quedado aquí planchados bebiendo y viendo al personal. – No me cabía duda de eso.

¿No os gusta bailar o qué? – pregunté mirándolos a los ojos antes de darle un sorbito a mi copa.

Bueno… sí, es algo que nos gusta – respondía Javi gesticulando un poco con los brazos y las manos – pero tenemos que entrar en calor, ver el ambiente, mimetizarnos con el… además, en la noche no todo es bailar. Por ejemplo, esta noche creo que visto lo visto, disfrutaría mucho más viendo bailar, que siendo yo el que baila. – creo que yo sabía porque decía eso. Mientras Jesús tan sólo sonreía y nos miraba. Estaba claro que Javi era el más lanzadillo de los dos, y que al otro lo que de verdad le gustaba, era analizar el tema.

Que rollo, pensaba que un tío que se acercaba a pedirnos fuego, al menos sabía bailar…- añadió Lorena, que había entrado bien en el juego. Si va normal no dice esas cosas a la primera de cambio, así que deduje que su poco aguante con el alcohol la animaban a ser así de ligerita.

Bueno bueno, no me piques que quito el freno ehh – dijo animadamente Javi, mientras iba a la barra que tenía justo a su espalda a dejar la copa. – Ahora verás – y se dirigió a Lorena que sonreía mientras se acercó y la cogió de la mano para demostrar que al menos, sabía moverse al ritmo de la música House en medio de la pista. Sin complejos.

Realmente resultaban bastante simpáticos y extrovertidos. Tanto que hasta había olvidado el porqué nos habíamos acercado a ellos. En mi estado de felicidad no sabía si lo hice para protegernos de algo que no queríamos, o usé esa excusa para buscar algo que me llamaba la atención. Pero el caso era que estábamos con dos cuasi-maduritos que estaban de buen ver y nos lo estábamos pasando genial casi sin querer, sin más preguntas que las necesarias. Me gustaban esas circunstancias. De hecho, siempre me han gustado. Para que luego digan que la experiencia no es un grado.

Permíteme. – me dijo Jesús mientras me cogía prestada la copa y la llevaba a la barra. Me empujó levemente por la espalda y me condujo un poco más al centro de la pista de baile, donde Lorena llevaba unos instantes pegada a Javi, dando vueltas, y bajando y subiendo a un buen ritmo. Y no sé si solamente por la música. En mi caso, tan solo me dejé llevar por la situación.

Sin decirnos nada empezamos a bailar. Más bien a dejarme bailar, sin perder la vista de la otra parejita. No era una sensación rara para mí el estar bailando con un desconocido, pero tal vez el hecho de su edad, y el físico que conservaba, que casi no lo conociera aunque acabara de estar un rato hablando con ellos, y que el calor del alcohol me afectara y agudizara los sentidos, me daba algo de morbillo en aquel momento, aunque también me cortara algo más, a pesar de que no suelo ser vergonzosa. No es lo mismo bailar con uno de tu edad, que hacerlo con uno de esa edad, que saben bien lo que quieren. Pero por ahora ese no era mi problema y yo estaba dispuesta a pasármelo bien.

En ningún momento en la pista se excedió conmigo, aunque sus ojos más de una vez se pararon en mi escote, y eso me avergonzaba un poco, aunque no era impedimento para seguir frente a él moviéndome. Tal vez lo contrario. En un momento dado se me acercó y casi se pegó a mí, colocando su pierna derecha poco a poco mientras bailaba entre mis piernas, por lo que se tuvo que ir agachando más. Me agarró por la cintura y comenzó a moverme lentamente hacia abajo en un movimiento muy lento y sensual. La oscuridad del sitio, tan solo iluminado en ese momento por rayos laser blancos y verdes acompañados por un leve flash intermitente, y la gran cantidad de gente, era en lo que me escudaba cuando pensaba que tal vez el fuese muy mayor o que yo estaba haciendo algo mal, pero hubo un momento en el que me olvidé del ambiente y tan solo me dejaba llevar por sus manos, y sus movimientos. Lentamente fue bajando sus dedos por mi espalda, hasta llegar al final de mi top, y siguió bajando hasta pararse en el principio de mi mini falda. Fue en ese momento cuando comenzó a bajarme a su ritmo. No tuve más remedio que pegarme a su pierna, si no quería que la mini fuese dejando al aire mi culito. Me agarro un poco más fuerte y empezó a moverse al ritmo que ahora marcaba la música. Era inevitable que mi tanguita rozara con su muslo derecho, aun sin verse, pero fácil de intuir. Me miró fijamente a los ojos, sin cesar en sus movimientos y me sonrió levemente con algo de malicia a la que en aquel momento no le di importancia. Que yo vengo de vuelta ¡¡ O eso pensé.

Ahí arriba ya me parecías lo más sensual de toda la discoteca, pero ahora que te tengo aquí, creo que eres lo más sensual que he bailado. – me dijo al oído sin dejar de moverse, esta vez subiendo lentamente mientras se iba separando de mí.

Sus palabras habían acabado por ponerme más que nerviosa. Podría decirse que comenzaba a estar excitada de estar en esa situación, y no sabía cómo iba a continuar a partir de ese momento, viendo alguna de las cartas que me había puesto sobre la mesa. De hecho no sabía ni que decir. Si ya me encontraba en mi punto justo, liberada, a mi aire, disfrutando de la noche, de la música, ahora la compañía era más que idónea para pasármelo bien. Ese tipo casi sin hablarme había conseguido llevarme a su terreno sin ni siquiera darme cuenta, y me encantaba. Fue cuando pensé si en el fondo había sido tan buena idea eso de camuflarnos con ellos.

No dije ni hice ningún gesto a sus palabras, tan solo comencé a subir siguiendo la música y a distanciarme levemente de él, sin dejar de bailar entre la gente. El me miraba y yo lo sabía, pero no supe cómo actuar por vergüenza o por falta de iniciatica. Además, tampoco sabía el efecto que había tenido sobre él el roce que acabábamos de tener. Tal vez hubiera salido de dudas si le hubiera mirado cierta parte de su anatomía, pero no lo hice por no parecer descarada en aquel momento.

De nuevo se me acercó bailando lentamente. Me sonrió y le sonreí tímidamente. Me sentía totalmente presa de la situación que yo misma provoqué, así que disimuladamente miré para los lados. A escasos metros de mí y entre algunas personas que se movían entre luces ahora de colores, vi a Lorena y Javi. Cuando tenía delante de mí a Jesús, le hice un gesto girándome hacía el lado, tal vez con el fin de enfriar un poco el momento, señalando hacía donde estaban estos dos.

Lorena bailaba de espaldas a él, y este la agarraba por la cintura, bajando hasta las caderas, y pegándola hacía su paquete. Ella con los ojos cerrados y siguiendo el ritmo de la música le puso el culito a la altura de su… cremallera y comenzaba a moverse sensualmente para luego separarse de él mientras se bajaba un poco la minifalda. Javi descaradamente le miraba el culo desde su posición, y volvía a atraerla hacia él. Conociéndola, esas cosas no las hacia con cualquiera, y se le veía demasiado metida en su papel como para estar haciéndolo por gusto. Sinceramente la imagen me dio morbo, más aún cuando un par de muchachos de mi edad no perdía detalle del suculento baile que se estaba pegando mi amiga con el treintañero. Volví a pensar que había bebido demasiado o que se había pasado con su natural simpatía. O eso o ya tenía en mente algún que otro propósito

Al momento sentí unas manos grandes en mi cintura, suavemente, que me invitaban a moverme. Comprendí lo que quería y comencé a moverme lentamente para ir aumentando el ritmo paulatinamente, pero sin hacer lo que había hecho Lorena.

Te mueves muy bien Carla – me susurró al oído, a lo que contesté con un giró de cabeza para que viese mi sonrisa.

Bueno, este estilo de música tampoco es que sea mi favorito para bailar... – le dije elevando el tono de voz por el ruido de la música.

¿Qué música te gusta más para bailar? – me dijo desde muy cerca y sin perder detalle.

Pues la salsita, por ejemplo. Mover bien la cintura – le dije pícaramente.

Pues cuando tú quieras bailamos, que a mí también me encanta eso. – dijo sin quitarme las manos de la cintura. - Además, me encantaría aún más verte bailar.

Gracias – le dije sonriendo y dejándome llevar sin saber de verdad si "gracias" era lo más correcto a responder tras su afirmación- Aquí al lado hay un sitio donde ponen toda la noche salsa, podemos salir y echar un vistazo. – le comenté, tal vez también con la intención de enfriarle un poco, o enfriarme yo.

Por mi perfecto.

Se lo voy a decir a estos dos. – le dije al oído mientras los buscaba.

Me acerqué a Lorena y Javi para comunicárselo. Ambos parecían en otro mundo. Bailaban tranquilamente su bola detrás de un gigantesco altavoz y donde había poca gente y menos luz aún, algo que me decía que Lorena ya estaba "en celo". Él le acariciaba las caderas casi llegando más abajo, mientras ella tenía sus brazos echados sobre su cuello, pero sin abrazarlo, sujetando en una mano una copa que no sé de donde había salido y en la otra un cigarro, mientras se reía por algo que le estaba contando al oído. Pegado a Lorena el no parecía tan alto como cuando me hablaba a mí, y más aún cuando ella se ponía de puntillas. De nuevo me dio morbo verlos así, y hasta pensé no decirles nada para no romper su momento, pero quería saber qué es lo que iba a pasar.

Oye ¡¡ que pasa aquí?¡ - dije interrumpiendo sus risas

Vaya, la rubita está aquí – dijo sonriendo Javi sin soltar a Lorena

Hola – dije sonriendo – Jesús y yo vamos a un sitio que hay aquí al lado donde ponen salsa, ¿os venís? – les tuve que decir casi gritando.

Carla, son las tres y pico, y eso lo cierran a las cuatro. Y luego otra vez hay que venirse aquí. Nos quedamos y luego si eso vamos a otro lado, ¿no? – sus palabras parecían normales, pero su mirada y sus ojos casi cerrados me confirmaban que estaba pasada.

Es que me cansa un poco esta música, me apetece otra cosa, y tal vez un mojito. Por un rato no pasa nada. – comenté tratando de convencerla

Bueno, iros vosotros y si eso te llamo al móvil en un rato si nos decidimos – me dijo Lorena, sin separarse mucho de su amiguito.

Vale…pero mi móvil está en tu bolso, así que pásate directamente o espérate aquí por si nos venimos antes… y… tened cuidadito ¿eh? – les dije mientras me iba y le guiñaba un ojo a la gitanilla y ella me respondía sacándome la lengua.

Jesús me dio la mano impacientemente y me sacó de allí abriéndose paso por entre la gente. A la salida, estaban allí los dos amiguitos pesados, charlando con unas muchachas con pinta de no ser muy españolas. Cuando pasé por su lado se me quedaron mirando fijamente, dedicándoles una sonrisita maliciosa. Iba a lo mío. La sensación de sus enormes manos sobre las mías me volvió a abrir la puerta de la excitación, agradándome cada vez más su roce. Al salir había de nuevo una cola muy grande para entrar, y no vi a "mi portero", por lo que si no apareciese luego, íbamos a tener difícil entrar cuando volviésemos.

Fuera me solté de la mano, y me inundó de nuevo la sensación de estar a solas con un extraño, o conocido de una noche, con el que no sabía qué era lo que iba a pasar, pero que sabía lo que quería y lo que iba a buscar. Y normalmente el que busca, encuentra en estas situaciones.

Al salir, y con más luminosidad que la que había dentro, lo vi mejor y me fijé más en los detalles (algo habitual para quien salga mucho). Era bastante atractivo, no tenía aún muchas arrugas de la edad e iba perfectamente afeitado. Sus dientes eran perfectos, tenía una sonrisa más que bonita. También me fije en que llevaba los brazos y el pecho depilados, lo que me hacía presagiar que tal vez estuviera entero sin pelitos. Pensamientos impuros que surgen a veces sin querer jejeje. La camisa le quedaba genial, pegadita, y con los botones desabrochados de arriba, luciendo cuerpo cuidado y un extraño colgante de plata de los que van pegados al cuello. El pantalón, igual, bien pegadito, como debe ser y como me gustan. Me resultaba realmente llamativo y morboso, algo fundamental para que me fije en alguien. Pero más llamativo me resultaba estar analizando a un tipo con el que apenas había hablado y que usaba técnicas muy viejas de ligue.

Y bien, ¿donde está eso? Que te voy a enseñar a bailar salsa rubia – me dijo en tono chulesco y aún sin confianza. Parecía como si el estar a solas conmigo le hubiera cortado algo más y tuviera la necesidad de sacar pecho y mostrarse lanzado.

Sígueme.

Esta vez yo lo agarré de la mano, y lo guié por un callejón donde hay algunos pequeños pubs y algunos banquitos. Era un pequeño pub, regentado por un ruso hortera, transformado al mundo latino. Había gente, como buen sábado que era, por lo que bailar tampoco iba a ser tarea cómoda. Nos pusimos en un rincón cercano a un biombo que separa la puerta de los servicios del resto y empezamos a bailar algunas canciones de Jerry Ribera. Sinceramente no bailaba mal. Mucho mejor que yo que tan solo me dedicaba a girar y dejarme llevar, pero lo hacía tan bien que él tampoco notaba la diferencia. Esta vez sus movimientos no eran tan cercanos como antes, había más luz y más gente pendiente, por lo que mis ideas de que tal vez se comportara de un modo más cariñoso se desvanecieron. En un momento dado pusieron "devórame otra vez", una canción que me encanta y proseguimos con nuestro baile en la esquinita. Sus manos acariciaban mi cintura, mi espalda, y todo lo que se le preciaba sin pasarse. Una situación que me gustaba, ya que en cierto modo iba teniendo yo el poder, por decirlo así, que en la discoteca había perdido. Fui dejándome querer, simplemente, sabiendo que eso a él le ponía nervioso. Me giré para había él y le pregunte:

¿No tienes sed? – Tenía sed de verdad, que conste.

Por supuesto – comentario que dijo en un tono como… "si necesitas alcohol, yo te lo voy a traer ahora mismo"

Se fue un momento a la barra y apareció con dos mojitos.

Te mueves genial. –me dijo al oído al verme allí bailando a mí aire. – toma, este para ti.

Ojalá pudiera decir yo lo mismo – le dije y le saqué la lengua antes de chupar de la pajita para picarlo.

Jejeje, bueno, no negarás que me defiendo. Además, tengo en ti demasiadas distracciones como para concentrarme…- me dijo mientras se sentaba un banco de esos altos de barra y me sonreía.

Excusas… - le dije para evitar contestar al respecto. Aunque esos comentarios me estaban encantando.

De verdad, es sobre todo tu cintura la que me hipnotiza – me dijo mientras posaba sus manos de nuevo sobre ella, aprovechando que estaba cerca.

¿Qué le pasa a mi cintura? – a lo que me miré extrañada.

Pues, pues – no supo que decir durante unos segundos – que están demasiado cerca de tus muslos, Carla.

Hum – obviamente sabía por dónde tirar para catar el terreno sin propasarse.- nunca me había dado cuenta de eso, fíjate tú. – y me mire la mini falda. Acto seguido me di la vuelta y me puse dándole la espalda.

Mira, ¿ves? No es para tanto – le dije mientras me pegaba la mini al contorno de mi culo. No respondió, tan solo se limitó a mirar con cara de embobado.

Cierto, estaba equivocado, está a la distancia perfecta- corrigió, y siguió con su bebida mientras no dejaba de mirarme, tal vez algo cortado por no esperar esa respuesta mía.

Había entrado en su juego de nuevo y me empezaba a gustar. Y cuando me terminé el mojito tal vez un poquito más aún.

Pero bueno, no es lo único que me hipnotiza de ti, Carla. Es difícil no mirarte, te tiene que resultar difícil no llamar la atención por dónde vas.

Me valoras demasiado eh¡, deberías salir más - le dije para quitarle importancia a su comentario.

Carla salgo bastante, en serio, estabas en la tarima y había muchos chicos mirándote. Y al menos había veinte personas allí arriba bailando. Si no fuese tan cortado para algunas cosas me habría acercado para verte mejor. – dijo en un tono que no me creí demasiado.

¿Qué pasa? ¿Que ahora no estoy lo suficientemente cerca?- de nuevo mirada pícara.

Hum, si. Pero me refería en aquel momento

Ah vale… entendido… - su sinceridad en aquellos momentos se me escapaba.

Estuvimos hablando de cosas varias, no mucho rato, apenas una media hora o algo así, aunque el tema que parecía gustarle siempre volvía a salir.

Pero bueno, no te digo nada que no te digan ya en todas partes.

Pero en todas partes no me tienen a la misma distancia que tú. – le respondí incluyendo mirada dulce Made In Carla.

Cierto… y eso es una gran ventaja ¡ - me dijo cambiando el tono, y levantándose de su banquillo. – ¿Bailamos un rato o nos vamos a buscar a estos dos y ver qué hacemos?

Venga, vámonos – estaba claro que allí no iba a pasar nada relevante.

Salimos de aquel sitio y nos dirigimos de nuevo a la discoteca. La cola era bastante grande a esa hora. Las discotecas pequeñas y pubs cierran a las cuatro de la mañana, y otras pocas cierran a las siete, que es donde se van concentrando toda la gente que sale de las demás. Así que o aparecía mi amigo o tocaba esperar cola.

Oye chica sexy, hay mucha gente aquí esperando entrar, y yo tengo una necesidad que se vuelve urgente – me dijo haciendo un gesto a su paquete.

Ya, y yo también, pero en todos los sitios hay cola.

Bueno, tú eres la que se conoce esto, llévame a algún sitio menos concurrido, que si me voy solo me pierdo y me lo hago encima. – me dijo tranquilamente. En un primer momento pensé en subir al apartamento, pero la idea de estar a solas con él me daba algo de sustillo, aunque no sabía de qué tipo

Bueno, por donde habéis aparcado hay varias calles sin salida de las entrada de garaje de la gente, vamos allí si no hay nadie.

Nos pusimos a caminar unos 100 metros, donde está el Burger Queen, y subimos unas escalerillas que conducían a la primera calle sin salida, y que da acceso directo a la playa donde se sitúa dicha hamburguesería. Fallo mío el subir las escaleras tan empinadas la primera.

Vaya, vaya, negro, precioso – algo había visto

Calla, que tú no has visto nada – le dije algo seca y cortada al percatarme de a lo que se refería. Tal vez eso me puso nerviosa porque no lo tenía previsto ni entraba en mi juego.

Difícil de olvidar, y malas horas y momentos para ver ese tipo de cosas

Bueno, este callejón de la derecha es, yo entro primera y ahora entras tú¡¡ – le indiqué cambiando de tema. Era un callejón estrecho y donde los coches aparcaban encima de la acera derecha.

Me puse detrás del primer coche que estaba a la entrada de dicho callejón. A esa hora no pasaba nadie por esas calles cercanas, y quien pasaba, iba a tope de todo o iba lo mismo y tampoco iba a darle importancia. Me agaché, y deslicé el tanguita hasta mis rodillas. Si que había bebido, pensé en aquel momento. No había pasado ni treinta segundos, cuando Jesús giró la esquina y se colocó al otro lado del coche detrás del cual yo me encontraba agachada.

Oye, no salgas ahora, que estoy en la labor!! - me gritó sin percatarse de mi situación.

Se bajó la cremallera, se metió su mano derecha en la bragueta, y se la sacó ante mi asombro. No lo pude evitar y se la vi a través de los cristales del coche con disimulo. No quise evitarlo, más bien. Ni el hecho de mirarla, ni el morderme el labio inferior involuntariamente. Se me pasaron por la cabeza varias cosas, sobre todo tras verme ahí agachada en mi "postura", y un cuasi cuarentón con su herramienta fuera haciendo eso a pocos metros de mí en un callejón oscuro. Ni me moví, aparte la vista sin poder olvidar lo que había visto, que por cierto, no estaba nada, nada mal para el estado que tenía y espere que descargara.

Terminó y se la guardó, algo que supe porque escuché la cremallera. Se notó que el también había bebido demasiado.

Carla ¡ ya puedes salir ¡ - dijo como si no lo escuchara. Acto seguido me levanté ya "arreglada" y me fui para él.

Vaya, estabas ahí ¡ - sinceramente no sé si él lo sabía de ante mano, pero si quería excitarme un poco más, puede que lo hubiera conseguido.

Si, no dije nada porque ya estabas a mi lado y… - dije cortada

Bueno, tampoco pasa nada, a mi no me iba a importar ni mucho menos… - no me cabía duda

Inmediatamente bajamos por donde habíamos subido y nos dirigimos a la puerta de la discoteca. Seguía la misma cola que antes, pero esta vez sí vi a mi amiguito allí con su walkie en el oído y creyéndose el rey del mambo. Me acerqué a él y le mandé un saludillo.

Hola guapa, no veas cómo está esto hoy. ¿Vas a entrar de nuevo?

Si, si, que he salido un momento con un amigo para enseñarle una cosa – más bien me la enseñó el a mi.

Perfecto, poneros aquí – nos indicó. Y al momento pasamos a disfrutar de esa "magnífica" temperatura que se respiraba dentro.

Con mucha más gente que antes, el aire era casi irrespirable y el aire acondicionado no daba a basto. La música House invitaba a toda esa gente a moverse y saltar, a seguir bebiendo y a desfasar, algo que estaría haciendo yo si no hubieran surgido estos planes. Nos colamos entre la gente. El iba delante y yo me agarraba levemente a su cintura para que no se me perdiera.

¿Los ves? – le dije. Me sacaba dos cabezas, así que algo más que yo sería capaz de ver.

No, no están donde antes estábamos.

Vaya, pues vamos a los asientos, tal vez estén allí – una parte más oscura donde la gente se puede sentar, delante de mesitas, en sofás grandes, a descansar o disfrutar de lo conseguido.

Nos dirigimos hacía allí, el abriéndome paso entre tantos cuerpos sudorosos saltando, hasta llegar a la zona deseada. Pero allí no estaban. Algunas parejas metiéndose un poco de mano, algún que otro colocado o pasado de la droga tirado y babeando y poca cosa más. Ojeando entre la gente que se amontonaban entre las barras que veíamos tampoco aparecían. Me dio por mirar alrededor, y junto a una barra pequeña situada junto a estas mesitas, hay un pequeño pasillo oscuro, cerrado hasta la mitad, donde se guardan y sacan las bebidas para cargar las barras. Entre la oscuridad y la gente que nos separaba, dos figuras se apreciaban en el interior. Demasiado juntos como para estar charlando y demasiado escondidos como para estar bailando.

Son ellos – me dijo – y parece que han congeniado muy bien… - comentaba mientras no perdía detalle de lo que allí pasaba.

¿Son ellos?, ¿que ves? – le dije mientras me acercaba por entre las mesitas y la gente para tener una mejor vista

Javi estaba de pié, apoyado en la pared, junto a algunas cajas de refrescos vacías. Lorena estaba abrazándole por el cuello, mientras él le magreaba el culo a placer por encima de la mini, casi levantándosela. Sus bocas estaban tan pegadas que parecía que solo había una cabeza allí dentro. La apretaba contra él, mientras ella se dejaba hacer, moviendo la cabeza de izquierda a derecha siguiendo el ritmo que le marcaba la otra boca. Tanto Jesús como yo los mirábamos, era una escena que sinceramente no esperaba encontrarme, al menos tan pronto. O quizás sí, pero no tan de sopetón. En algún momento alguna lengua salió, pero para volver rápidamente a la fiesta que se estaban pegando. Un par de niñatillos no perdía detalle de la trasera de mi amiga, mientras se daban codazos viendo el lote que se estaban dando.

Bueno, ¿qué hacemos? Interrumpir estaría mal ahora…- le comenté a Jesús.

Si, por ahora nada. Desde luego a mi no me gustaría que me interrumpieran en esa situación… - me dijo, pero sin apartar la vista de la parejita.

Ni a mí! - la verdad sea dicha.

Bueno, pero tampoco vamos a estar aquí de espectadores, vamos a hacer algo nosotros – me sugirió

Mientras Javi seguía a lo suyo con Lorena, esta vez metiéndole la mano por la espalda, por dentro de la camisetilla y acariciándole la espalda de arriba abajo, pero ya sin limitaciones, y agarrándole los cachetes cuando las bajaba. Yo sabía que eso a Lorena le encantaba. Siempre decíamos que nuestros puntos débiles eran cuello, orejitas, y buen magreo del culito.

Me agarró de nuevo y me llevó a bailar. Parece que la visión que acabábamos de tener nos hubiera puesto las pilas, pero por otra parte pensaba, que si este me gustara tanto como para liarme con él, tal vez me habría dejado caer antes, o dar pié a alguna situación que él pudiera aprovechar, o que si yo le gustaba bastante, ya me habría metido caña para ver que podía conseguir. Las horas que eran, el calor y los hechos vistos, parece que surtieron su efecto. Ahora bailábamos más desinhibidos. Más a nuestro aire. Se acercaba más a mí y me baila. Adelante atrás y arriba y abajo. Sin llegar a haber magreos, estuvimos un buen rato encendiéndonos ante la mirada de algún que otro envidiosillo y diversos moscones esperando su oportunidad. Y en esos momentos

Hola amigos!! - Lorena apareció por arte de magia y como si no pasara nada. – Os acabo de ver desde allí – señalando donde estaba disfrutando de las "delicias" de Javi.

Ya te hemos visto ahora mismo muy ocupada… – le dije riéndome ante la atenta mirada de Jesús

¿Dónde está Javi? – le preguntamos

Acaba de sentarse ahora mismo. Te estaba esperando para ir al servicio – a saber si eso era verdad, porque en ningún momento ella supo que yo volvería.

Bueno, nosotros acabamos de entrar, ya he ido al servicio hace un ratito – sin dar explicaciones por el momento

Ahm, bueno, de todas formas acompáñame al servicio. Javi está sentado junto a la barra chica, vete con el si quieres – le dijo a Jesús mientras se enganchaba a mí brazo y nos poníamos a hacer cola.

Así lo hizo, y nos perdimos cada cual por su lado.

¿Tía que tal? - le dije curiosa- ¿cómo ha pasado eso?! Desde que me despedí y os vi tan acaramelados supe que algo estaba pasando

Puf, super bien tía, no veas como estoy, creo que hasta he mojado ya – se le notaba la excitación al hablarme- menuda caña me está dando. Ha pasado sin querer, hablando, bailando y al final sin darnos cuenta estábamos comiéndonos la boca, ya te contaré con detalle

Ya lo he visto, y también como está el – añadí

Dímelo a mí que la estoy sintiendo en mis piernas todo el rato jejeje- bromeó

Jajajaja, anda que vaya, te estás poniendo morada... – le comentaba mientras seguíamos en la cola para entrar a los servicios.

Solamente estamos calentando me parece a mí. Ganitas de más no me faltan – sonó a que la noche iba a ser larga

Pues atenta… yo acabo de vérsela a este…- le dije para quedar a su altura.

¿Qué dices? ¿Os habéis liado? Cuenta guarrilla.

Que va tía, que hemos ido al callejón donde me lie con el Mark y se la he visto sin querer cuando ha ido a hacer sus cosillas.

Si claro, sin querer, JA JA – dijo para picarme.

Pues no te lo creas pero es así, si quisiera vérsela de otra forma lo conseguiría fácilmente – comentario que provocó sus risas

Bueno, mira, te voy a decir una cosa pero no digas nada, muy fuerte tía – parecía realmente entusiasmada

Dime, ¿qué pasa?

Estaba con él en pleno momento hot y le ha llegado un mensaje al móvil… ¿adivinas de quien?

¿Yo como lo voy a saber? – le dije extrañada - … un momento… - pensé – no será de… ¿quien yo creo no?, bueno – pensé – sí es de quién yo creo porque no conocemos a más personas en común

Si, el mismo, muy fuerte. Ha sido hace poco, un ratillo, le ha vibrado el bolsillo y como te puedes imaginar lo he notado perfectamente

¿Has visto lo que le ponía?

Digo!! he hecho como si me ponía a mirar a la gente bailando y he mirado de reojillo, pero no sé si te va a gustar

Dímelo joder ¡! - le dije con ansias y bastante interesada.

Bueno, ponía algo así como que…" la rubita me está poniendo malo, menudas o menudo algo, me tengo que fo… a esta niñatilla como sea y qué tal le iba él conmigo", más o menos, pero en esencia era eso.

¿Qué dices? ¿En serio? – le pregunté extrañada, ya que no sabía en qué momento se lo podía haber mandado

Te lo juro, para que te voy a engañar – en ese momento me invadió una sensación extraña, porque de cualquier persona eso me hubiera molestado, pero simplemente me lo tomé como un piropo demasiado subido que iba directamente dirigido a mí. De nuevo la sensación de gustarle mucho a un tío bastante más mayor que yo… me ponía y me daba que pensar.

Joder tía, como me dejas.

¿Ha pasado algo entre vosotros?

Que va tía, nada, roces y bailecitos. Pero independientemente de eso se le nota que esta frito

Como si tu no estuvieras frita también guarrilla…Y por curiosidad, ¿qué tal eso que has visto? De este no sé como andará, pero lo que es efectividad y dureza te aseguro que sí.

Pues bastante bien, promete en todas las dimensiones… pero no hagas preguntas de esas ahora, que acabo de ver el arma con el que me quieren acatar esta noche.

Joder tía, líate con él, está bastante bien, parece potente, ponlo malo y que te entre, no tienes que hacer nada… podemos pasar una peazo noche. – sin duda que iba alcoholizada, pero no sabía porque ella tanto y yo aunque contenta, no pasaba de estar en un estado de felicidad

Ya veremos Lorena – le dije en tono seco pero sin ser seria-, sin agobios y sin prisas que queda noche.- le comenté restándole importancia, pero sin dejar de pensar en él y en lo que había visto momentos antes.

Mira lo que podemos hacer es irnos de aquí al apartamento a tomarnos algo, ¿qué te parece? – parecía muy interesa en que nos fuésemos a algún sitio íntimo.

Joder, pero si no los conocemos de nada. Te comes la boca con uno y ya a por todas. – le recriminé en tono irónico.

Como si tú no lo hicieras a menudo. Si tu apartamento hablara tía. – en parte tenía razón, pero exageraba las cosas.

Ejem, bueno, ahora vemos que pasa, que te noto muy lanzadilla esta noche.

No es eso, me ha insinuado un par de veces de irnos fuera… Y fuera no es irnos a otra discoteca. Para acabar en la playita o en su coche o vete a saber

¿Eso te ha dicho?

Lo ha insinuado

Jajaja. Anda que vaya. Pero tú quieres… ¿salir fuera?

Una noche es una noche Carla – me dijo en un claro tono que quería decir que estaba dispuesta a llegar donde él quisiese.

Pues ve comprando preservativos – le dije irónicamente

Tranquila, ya llevo en el bolso – Me contestó en tono serio, pero sin dejar de tener su cara de borracha.

Entramos al servicio, me retoque un poco los labios frente al espejo de uno de los lavabos y salimos una vez ella había terminado. Nos dirigimos hacia las mesitas donde estaban esperándonos. El morbo se había apoderado de mí desde que me había enterado, de manera directa, de las intenciones de mi "cuarentón". No es que no las supiera cada vez que conozco a un tipo y me entra, todos van a lo mismo, pero enterarse de esta forma es distinto, mas cuando esa persona te atrae algo y no ha ido aun a saco. El tema era como iba a disimular que lo sabía. O si era necesario hacerlo.

Menudo ritmo que lleváis nenas, nosotros estamos ya con dolor de pies y de espalda. – Nos dijeron algo fatigados pero con razón, mientras permanecían sentados en un sofá muy bajo típico de ambientes chill.

Poco aguante eh - dijo Lorena mientras ambos la miraban

No es eso, necesitamos más gasolina para el cuerpo ¡¡¡ - le dijo Javi a Jesús con un gesto que me pareció de complicidad.

Bueno, eso no es problema, estamos en una discoteca, de eso hay mucho – les dije, estando de pié frente a ellos mientras me observaban de arriba abajo.

Lorena se sentó al lado de Javi y lo abrazo, mientras él la agarró del culo con su mano derecha. Casi podía cogerle el culo directamente debido a la postura. Yo permanecí estática de pié y comencé a moverme al ritmo de la música, mientras charlaban entre ellos. Parecía que la situación se hubiera enfriado un poco y aguardaran que algo sucediera para decidir qué hacer.

Bueno, ¿qué hacemos? – dije algo impaciente

Venga, bailamos un rato antes de irnos – dijo Lorena mientras se levantaba dejando a los otros dos casi tumbados en el sofá blanco.

Bueno, nosotros por ahora preferimos descansar, eso sí, observando a este par de bellezas que hemos conocido hoy – dijo Javi sonriendo.

Mientras bailábamos frente a ellos, más por la inercia de la música que por complacerlos, ellos charlaban amenamente de cosas que no podíamos escuchar. Estábamos en una zona donde no había mucha gente y la que estaba, no parecían muy pendientes de lo que pasaba a su alrededor. En un momento dado, Javi hizo un gesto a Lorena, que se acercó a ellos. Se agachó levemente y Javi le dijo algo al oído, a lo que ella contestó con una sonrisa. Acto seguido se puso a bailar justo enfrente de ellos y se giró lentamente para darles la espaldabailando. Sin pensárselo dos veces se fue agachando lentamente y sacando su trasero hacía fuera, moviéndolo sensualmente. No podía creerlo. Javi y Jesús la miraban fijamente sin decir nada. Luego volvió a subir y continuó bailando dándoles la espalda. Evidentemente su estado la había convertido en un juguete para nuestros dos amigos, que de nuevo empezaron a cuchichear cosas mientras me miraban.

Javi me hizo un gesto con el dedo índice para acercarme a él. Me acerqué y agache poniendo la cabeza en medio de los dos.

Carla, ¿Por qué no nos haces un bailecito como los que hacías antes allí arriba?

Si sí, enseguida – dije dándole largas, pero sin saber muy bien si en realidad no quería hacerlo

Vamos, solo un poquito, para apreciar lo bien que te mueves, además no te cuesta nada y ya nos conoces un poco… - en el fondo me había puesto ver a Lorena haciéndoselo y que la miraran con tanto deseo.

Pero es que luego os vais a emocionar y no me gustaría – les dije para picarles

Anda Carla, no seas mala – no tenían ni idea de lo que era ser mala.- que no todos los días se conoce a una muchachita como tú… - no sabía exactamente lo que había querido decir, pero bueno, de todas formas solo quería escucharlos suplicar un poco

Lorena ha accedido a bailarnos un poco, quería que Jesús viese el culazo que tiene tu amiga – me dijo tan pancho. A saber que le había dicho a Lorena para que les bailara a la primera.

Ahora veremos – les dije sacándoles la lengua

Sin decir mucho más me incorporé y comencé a moverme delante de ellos, mientras los tres me miraban y sonreían. Tan sólo era un bailecito antes de irnos y así les alegraría la vista. Además en aquellos momentos tampoco me pareció una mala idea ni nada. Si Lorena lo había hecho, yo también podía.

Siguiendo el ritmo de la música les di la espalda y continué bajando lentamente y moviendo el culito de forma sensual ante su mirada, tal y como había hecho Lorena momentos antes. Giré la cabeza y pude ver como no quitaban la vista de mis movimientos, pero dejándome llevar por la situación y el ambiente decidí ir más allá. En un momento dado, hice un movimiento de cintura, de adelante atrás, provocando que la mini se me levantara levemente al poner el culito en pompa, dejando ver perfectamente mi culo y el tanguita que tan poco me tapaba, tras lo cual me fui elevando poco a poco para ir dándome la vuelta

¿Ya? ¿Contentos? – les dije mientras veía sus caras de asombro, mientras Lorena se partía de risa.

Si… contentísimos – dijo Javi

Bueno… yo también lo haría, pero tengo más pelo que vosotras y no quedaría bonito bajarme el pantalón aquí en medio – dijo Jesús en tono de broma para romper el silencio del momento. Creo que les había gustado.

Buenooo, eso no es problema… que Carla tiene un apartamento aquí al lado y nadie te iba a ver hacer eso excepto nosotras si te animas – dijo Lorena haciéndose la nueva.

¿Qué apartamento? – dijo Javi con cara de asombro y pensativo.

Carla tiene un apartamento aquí al lado, en el puerto deportivo. – en ese momento me acordé bien de su madre

Bueno mío no es eh, es de mis padres…- dije para excusarme, aunque fuese mío en propiedad realmente.

Joder que bien suena eso ¡¡ ¿y hay alcohol? – dijo Javi ya entusiasmado con la idea

Si sí, si que hay. De hecho hay de todo… - dijo Lorena

¿Y hay llaves? – preguntó de nuevo

Aquí están – dijo Lorena mientras la sacaba de su bolso y me miraba sonriendo.

Esta vez no tardaron en levantarse. Javi se acercó a Lorena por detrás, agarrándola por la cintura y posando su cabeza sobre su hombre derecho mientras le daba algún que otro cariñoso beso en el cuello y comenzaban a andar. Jesús se sitúo detrás de mí y los seguimos hasta la salida. Javi no perdía el tiempo y en cada ocasión que podía posaba sus manos sobre el culo de Lorena que se limitaba a abrirse paso por entre la gente. Jesús que iba detrás de mí, se limitó a poner su mano derecha sobre mi cintura y a seguirme. La presencia otra vez de esa manaza sobre mi cuerpo me ponía nerviosa, y se me vino a la mente el mensaje que le había mandado a su amigo. En un momento dado y a pocos metros de la salida, la cosa se saturó de gente y nos paramos un momento. Sin remedio, la cola en la que íbamos, típicas en las discotecas cuando pasas entre la gente, se taponó, con el consiguiente apretujamiento humano, por lo que Javi quedó delante de mí y Jesús se pegó atrás. En esa posición colocó su mano izquierda y a tenerme "sujetada" con ambas manos de la cintura, que involuntariamente y mientras la gente se apartaba, iba bajando a mi cadera. Involuntariamente pensé yo, porque al mismo tiempo, me pegaba contra él mientras yo me dejaba hacer. La situación no me podía resultar más morbosa. Y para más inri, veía como Javi mientras mordía el cuello de Lorena, había introducido una mano debajo de la mini falda de Lorena y le decía cosas al oído. De repente se giró y nos sacó la lengua. El sudor resbalaba por su frente. Le hizo un gesto a Jesús para que le diera una palmadita a Lorena, que no se enteraba de nada de lo que pasaba detrás de ella. Éste, sin pensárselo, soltó mi cadera y le dio una suave palmadita a Lorena en su cachete, a lo que ésta no le dio la menor importancia. Estaba demasiado pendiente de avanzar algo que de lo que se le posaba atrás. Yo le hice un gesto a Jesús de que eso no se hacía, pegándole una suave palmada en su mano.

Esas cosas no se hacen – le dije girando mi cabeza y dejándole ver mi escote desde su perspectiva.

Bueno, solo ha sido una bromita entre amigos, ni se ha enterado.

No se trata de eso, tienes mi culito pegado a tu pantalón y te fijas más en otro… - dije con tono de malicia. Y quedó algo cortado.

Pues tienes razón, no me había dado cuenta de ese detalle – me dijo tratando de parecer sensual mientras ahora sus manos bajaban de mi cintura, a mis caderas, y seguían su recorrido algo más abajo.

Venga vámonos ¡¡ - grito Lorena a la gente que tenía delante mientras esta ya por fin avanzaba.

No tenía duda de que aquello le había hecho ver las posibilidades que iba teniendo, si es que no las sabía de antes, y de paso, ponerle mis cartas sobre la mesa. La situación cada vez la veía más clara, y sobre todo lo que quería. Como dijo Lorena, una noche es una noche, y esta no estaba ya para desperdiciarla.

Nos dirigimos hacia el apartamento andando tranquilamente. Al salir Lorena y yo nos habíamos adelantada a ellos, que nos seguían detrás hablando de lo suyo.

Tía no sé cómo se te ha podido pasar por la cabeza esto – le dije

¿Que quieres que hiciera? ¿No son mala gente no? Subimos y nos tomamos algo con ellos, que al menos el aire acondicionado es más eficaz con menos gente… - excusa mala.

Si yo no lo veo mal, pero son mucho más mayores que nosotras, un apartamento solo, ni tu ni yo vamos bien, ellos menos, si lo que tienes es ganas de… - le hice el gesto con el dedo índice que se introduce por un boquetito - dímelo y no me pongas excusas, que luego los vecinos hablan

A ver, para eso no me hacen falta excusas, ni tampoco un lugar determinado, solo que vas a ver que nos lo vamos a pasar genial, ¿o es que tú no tienes ganas?

Yo no he dicho que no tenga ganas… pero me rallo un poco con estas cosas.

Y no te rallas enseñándole el culo a estos dos, no? Jejeje.

Jejejeje, tampoco ha sido para tanto

Que no? Tu no has visto como te miraban, se han quedado cuajados

Mejor ¡¡¡ jejeje

Has sido mala, si ahora tu amiguito va lanzado que sepas que es culpa tuya- me recriminó

Bueno, el va lanzado desde hace rato pero se contiene

Ya lo veo, pero tu dale pié y verás como acabas

Acabaré como deba, pero vamos, que si hablamos de acabar, ¿en que cuarto te vas a meter? Jejejeje

Nadie ha dicho que necesite una habitación ¡¡ - dijo riéndose

Bueno, encárgate de no manchar nada y no habrá problemas

A ver si la que al final va a manchar algo vas a ser tú

A mí no me llevan magreando el culo toda la noche – le guiñe

¿Y quien te ha dicho que solamente ha sido el culo?

No me digas que

Sí, pero poco. Si mueve igual de bien su polla que sus manos y dedos… no me hago cargo de destrozos. Este si va lanzado.

Menuda guarra estás hecha - bromeé

Bueno, si hablamos de guarradas, te podría recordar la que liamos arriba con los de Zaragoza

Jejejeje, ¿qué pasa? ¿Es que piensas en algo parecido esta noche?

No que va, no he dicho eso, pero la situación si se parece

Bueno, es distinto porque yo con este no me he liado. Aun.

Tu lo has dicho, a ver como se lo monta ¡

Llegamos al portal y Lorena sacó las llaves para abrir la puerta.

Menudo lujazo ¿no? – comentó Javi observando el lujo portal del bloque de apartamentos. Menos mal que el portero no trabajaba jamás por la noche, si no pobre hombre.

No te quejaras

No, estoy muy contenta la verdad, se está muy bien aquí

Sin duda, sobre todo en cuando estemos arriba – bromeo Javi

Jejejeje que conste que no sé que hay arriba para beber - comenté

Da igual, a estas horas nos conformamos con cualquier cosa

Con cualquiera ¿de verdad? - dijo Lorena

Bueno, de beber si, de otras cosas no, ya sabéis los selectos y exigentes que somos.

Llegamos arriba y abrimos la puerta. Lorena soltó el bolso sobre la silla de la entradita y se dirigió de nuevo al baño. Mientras Javi y Jesús examinaban el salón.

Estáis en vuestra casa, coged lo que queráis. – comentario que no se tomaron por otro sentido. No sé si porque estaban pasadillos o porque no lo pillaron como yo.

Gracias - dijeron mientras ojeaban la cocina y caminaban hacía la terraza.

Salieron y les acompañé para enseñarles lo que se veía y tal. Estaban encantados con las vistas de los yates, las luces de la noche, el mar. Y una cosa más, desde el balcón podías ver otros balcones, pero desde ningún otro se veía el mío al quedar más alto y en la esquina.

Menuda choza tienes jodía. – dijo Javi

¿Lo tienes para ti solita? – añadió Jesús, que se había enamorado del TFT del salón.

Casi siempre, a veces vienen amigos de mis padres o mis tíos pero esta siempre disponible cuando lo necesito.

Menudas juergas te has tenido que montar aquí … - dijo Javi mientras me miraba sonriendo

Alguna que otra – le dije en un tono en el que dejé ver lo mucho que había disfrutado hasta la fecha de él.

Sentaros si queréis. – les dije invitándolos a una mesa de mimbre que tenemos en la terraza, con un sofá de dos plazas también del mismo material, sobre el cual hay un gran cojín blanco. Javi se sentó en él esperando a Lorena y Jesús en otra silla igual que el sofá, pero de una plaza. Yo cogería algo del salón, ya que la otra que hacía juego con la de una plaza, se rompió misteriosamente en una visita que tuve unos meses antes

¿Qué queréis de beber? - propuse

¿Qué hay? - preguntaron

Voy a mirar. – yendo para el salón me crucé con Lorena que venía del baño. Se acopló al lado de Javi, el cual la dirigía a su lado poniéndole la mano en el trasero mientras esta bajaba para colocarse a su lado.

En el mueble bar había varias marcas de whisky, una botella de negrita y una botella de Absolut nueva. Pero ahora que caía, no había refrescos en el frigorífico. Así que volví a la terraza para consultar que querían. Cuando llegué Jesús estaba echándole fotos a Lorena y Javi desde su móvil. Sinceramente hacía tiempo que no la veía tan risueña y contenta cuando ha tenido los últimos rolletes. Demasiada caña tal vez.

Hay whisky, ron Negrita y vodka, pero no hay refrescos para combinar. – dije interrumpiendo

Pues tráete la de negrita y nos la tomamos a chupitos que es más suave – la idea no me gusto mucho, porque aunque se tomara a pelo estaba demasiado cargada para mi gusto. Pero entre lo que había, era lo mejor. Así que dejé las botellas que no quería y volví a la terraza botella en mano

Aquí está, voy por los vasos de chupito y una silla

Espera Carla, vamos a hacernos una foto – me dijo Jesús inesperadamente.

Vente aquí, señalando su pierna derecha mientras permanecía sentado – algo que me dio mucho corte, pero que no veía mal o fuera de lugar viendo como se lo estaban pasando

Así que tranquilamente me senté mientras él abría las piernas, disponiendo una para que me sentara sobre el, juntando las mías sobre mientras me acomodaba y mirando hacía donde estaban los otros dos para que me hicieran la foto. Jesús me echó la mano por la cintura y me pegó un poco más hacía el.

Venga, sonriendo – dijo Javi, al que le regalé mi mejor sonrisa.

Oh, que parejita más guapa – dijo Lorena. Ambos estaban muy pegaditos y nos miraban fijamente tal vez esperando algo más.

Calla ya anda – dije vergonzosa

Pero que sosos salís – picó Javi, mientras yo permanecía sobre Jesús.

¿Porque dices eso? – pregunté

Bueno, no sé, estás sentada sobre él, un gesto de cariñito o algo – dijo señalándonos y con claras intenciones

Anda que estás chalao – dije cuando me iba a levantar

Bueno bueno, una más, échale la mano por el cuello y os hago otra – a lo que accedí y volví a colocarme bien

¿Así? – me pegué un poco más, echándole el brazo izquierdo por su cuello, mientras me sujetaba con fuerza con su brazo derecho posando su mano en mi cintura

Sí, así mejor, a ver – y se puso a buscar el mejor enfoque. La situación volvía a agradarme, pero no tenía o excusas para permanecer ahí y me incomodaba un poco. O eso o estaba verdaderamente nerviosa y cortada en esos momentos.

A ver, haznos tú una Carla – a lo que me dio el móvil. – Deja el botón lateral pulsado dos segundos hasta que salga el flash.

Javi giró su cara hacía Lorena y cerrando los ojos, le sacó la lengua, a lo que Lorena correspondió haciendo el mismo gesto, pero en vez de unir su lengua a la suya, abrió levemente la boca y literalmente hablando se la chupó un par de veces. Me quedé un poco descolocada

¿Os hago ahora la foto? –pregunté tímidamente mientras seguía siendo sostenida por el maromo.

Claro claro – dijo Javi repitiendo la misma operación, a la que Lorena seguía una vez más.

Eso es una foto – dijo Javi una vez que se saltó el flash. Seguramente iba con segundas bastante directas que me cortaban más si cabe.

Bueno, yo la veo normalita – dije mirando el móvil y contemplando la escena que habían dejado plasmada

¿Ah sí? ¿ Tan normal la ves? ¿Te harías tu una así? – me dijo Javi poniéndome colorada, mientras Jesús sostenía el móvil y veía la foto

Hombre, quiero decir normal para dos personas así… como vosotros

Anda Carla… que sosa. Para una vez que conocemos dos tipos majos…- dijo Lorena influenciándome jejeje.

La mano de mi sustentador no se despegaba de mi piel. Y por momentos sentía como si sujetara con más fuerza.

Mira, te propongo una cosita rubia, dale un piquito a Jesús y os hago la foto. Si no pues… dale un chupetón a esta botella hasta dejarla por aquí. – dijo mientras cogía la botella y señalaba una buena cantidad

¿Que dices? Estás loco!! - la situación no era grave ni crítica, pero no quería entrar en el juego de beber para lo que no tienes valor de hacer como había hecho alguna vez en el pasado. Además no me apetecía y el ambiente era propicio para jugar sin más. Además, que Jesús no dijera nada dejaba claro las intenciones que se planteaban los tres.

Venga, una fotito nada más Carla, para el recuerdo

Venga… que gente¡ - dije mientras colorada miraba a Jesús que sonreía ante la situación

Dale rubia, un piquito chiquitito – dijo Javi

Dicho eso, y bastante cortada pero animada por la situación, giré mi cabeza hacía él, a lo que correspondió poniéndose enfrente de mí a escasos centímetros

Venga que va, una dos yyyyyy tres – dijo Javi

Acerqué mi boca lentamente a la suya y nuestros labios entraron en un ligero contacto. Me moría del morbo de estar haciendo eso, más cuando su mano lentamente comenzó a bajar por donde mi espalda pierde su nombre y se posaba sobre la parte de mi culo que sobresalía de sus piernas.

No os mováis que va otra – dijo Javi.

Nuestros labios comenzaron a pegarse más y más, hasta ir dando paso a lo que es un beso en toda regla. Yo le seguí ante el asombro de estos dos. Lo que era un pico, se convirtió en un beso, y ese beso en otro. No quería parar ya. Comenzamos a besarnos suavemente. Su aliento, una mezcla de whisky, mojito, sudor, y olor a noche, me excitaba sobremanera. Nuestros labios se humedecieron y dieron paso a un leve coqueteo de la punta de nuestras lenguas. Había caído en sus redes… ¿o me había tirado? Sea como fuere me encantaba, deseaba que pasara y lo disfruté. Introdujo su lengua en mi boca, al mismo tiempo que me apretaba más con su mano derecha en mi trasero, y comenzó a dar vueltas dentro de mi boca, jugando con mi lengua.

Waaa, menudo pico jajaja – exclamó Lorena mientras nos miraba riéndose- cógele bien el culo, que eso la pone cachonda! – gritó para hacerse la graciosa.

Bastante bueno – dijo Javi al hacernos la última foto y volver a sentarse junto a ella.

Jesús saco la lengua de mi boca y paró nuestros juegos linguisticos. Nos mirábamos fijamente a los ojos mientras nos íbamos separando. Simplemente, me había encantado y había conseguido romper el hielo.

Bueno, ¿está bien así? – dije mirándolos y sonriendo. Como si hubiera tenido yo mucho mérito en lo que acababa de pasar.

Genial rubia, habéis salido genial – bromeó Javi, feliz tal vez por haber conseguido su propósito. Aunque más bien el propósito era de Jesús. O tal vez mío.

Escuchad, ¿traigo unos vasos de chupito o ya pasáis de beber? – dije viendo el panorama

Yo voy a ir al baño, si Lorena me lleva hasta el – dijo Javi mirándola pícaramente- que yo me pierdo mu fácilmente entre tanta puerta.

No te vayas a perder ehh – dije irónicamente. El baño sabia donde estaba perfectamente y si no lo sabía tan solo podrían ser tres puertas.

Bueno ahora venimos – dijo agarrando a Lorena de la mano y perdiéndose en el salón de camino a lo que supongo que era el baño. Ella por supuesto, haciendo lo que él quería y siguiéndole el juego en todo momento

Jesús y yo nos quedamos a solas en la terraza, cuya estructura impedía ver lo que pasaba en ella. En la misma posición desde que me había sentado hace un momento, sentía cosquillitas por el estómago típicas en estos casos que nos sabes que va a pasar aunque te lo imaginas.

¿Nos ponemos cómodos en el sofá? – me sugirió esta vez tímidamente.

Claro – dije complacientemente mientras le miraba.

Nos echamos en el sofá que acababan de dejar la parejita que a saber donde había ido. Más bien echados, de lado, uno frente al otro, yo sentada a su izquierda. Me acarició la cara con su mano derecha, mientras me acercaba a él para continuar con lo que habíamos empezado instantes antes. Por instinto cerramos los ojos y abrimos nuestras bocas, invitando a nuestras lenguas a darse un festín. Entre los leves gemidos que emitía sin querer provocados por las caricias que me hacía en la nuca, se escuchaban perfectamente nuestras ansias por seguir besando y jugando, los movimientos de nuestra saliva indicaban las ganas que nos teníamos. Sus manos recorriendo mi brazo izquierdo, bajando lentamente hasta mi cintura.

Carla estás buenísima – para ser profesor de instituto el piropo me pareció demasiado vulgar, si es que era un piropo claro. Mientras bajaba por mi cuello y me lo mojaba enteramente entre besos y chupetones. Se iba excitando por momentos, arrastrándome a mí a perder el sentido. Su mano derecha se dirigió hacía mi cachete y me llevó contra él.

Un leve pero largo gemido le hacía ver que me gustaba lo que me hacía y lo que me decía, sobre todo referente a mi físico y a que nunca había disfrutado un cuerpo igual. Son en definitiva piropos que no me gusta que me digan en la calle, excepto en momentos así, donde si me motivan realmente.

En ese momento un portazo se escuchó en la habitación que daba a la terraza, cuya ventana estaba a nuestro lado.

¿Que ha sido eso? – le pregunté

Da igual ahora eso Carla, habrán sido estos dos

Si, mira – en ese momento se encendió la luz de esa habitación, que aunque tenía echadas casi totalmente las persianas, dejaba ver si te agachabas lo que dentro ocurría.

Vaya, si que se lo van a montar bien – susurró el.

Sin duda, ahí tienen aire acondicionado ¡

No se si será suficiente eso para enfriarlos

¿Tan caliente va tu amigo?

O tú amiga- me contestó sonriendo.

¿Miramos un poco?

¿Está abierta la ventana?

Si, mira. – dicho esto me levante y me dirigí sigilosamente a la ventana, agachándome.

Ven ven – le dije con gestos.

Se acerco y se puso a mi lado. Nos pusimos a mirar por entre las cortinas hasta encontrar una zona visible a la derecha.

No sé donde habían estado antes de entrar a la habitación, pero sin duda se habían calentado de lo lindo. La imagen era para verla. Desde nuestra perspectiva los teníamos al lado, ya que el cabecero de esa cama pega a la pared que tenemos enfrente. Lorena estaba boca arriba, con la mini falda por la cintura y el tanga por los tobillos, mientras Javi la besaba apasionadamente y con su mano derecha, magreaba su chocho, del que Jesús creo que no quitó ojo.

No era la primera vez que yo veía a mi amiga intimar con un rollete de una noche, pero desde luego no de esa edad y de esa manera.

Dios ¡ - exclamó en silencio mi compañero de terraza.

Yo no quise darle más importancia al asunto y sabía que eso iba a sobre excitarle, y que iba a ser yo la que iba a "pagar" las consecuencias.

Bueno, vamos para dentro o se van a coscar que los estamos mirando

Venga – Me cogió de la mano y me llevó al salón. Me echó sobre el sofá y se tiró encima de mí.

Yo abrí mis piernas para dar paso a ese enorme cuerpo, y que se instalara cómodamente sobre mí, pero sin aplastarme. Comenzó a besarme apasionadamente, a besarme el cuello con más ganas que antes, y sin pedir permiso comenzó a bajar por mi escote y a detenerse donde el top impedía mas paso.

Vaya tetas hija – dijo mirándolas y muy exaltado

Me limité a seguir mirándolo. Mi situación actual era comprometida, pero más lo fue cuando se echó encima mía totalmente, obligándome a abrirme totalmente, quedando su cintura a la altura de mi entre pierna.

Como pesas – dije sin ánimo de ofender

¿Quieres venirte encima? – me preguntó casi afirmando.

Súbeme tú – le dije dulcemente.

Acto seguido se incorporó, dejándome en la misma posición en la que estaba antes de moverme.

Madre mía, que vistas. – mientras se desabotonaba la camisa con rapidez y se la quitaba – ¿De verdad quieres ponerte encima?- dijo mirándome el conejito ( el de Playboy aun )con una cara de viciosillo que hasta ese momento desconocía

Claro, pero yo también quiero estar fresquita – dicho esto me levanté mientras él se sentaba en el sofá y contemplaba como levantaba mis brazos para sacarme el top y tirarlo al suelo.

Lo dicho, que pedazo de tetas joder – ese comentario aumento un par de grados mi temperatura, que ya en esos momentos estaba siendo máxima. Pero me parecía insuficiente para lo que podría esperar de él. La situación le podía y eso me gustaba.

Me senté sobre él, abriendo mis piernas y poniendo cada una a su lado. Esto provocó que mi mini volviera a levantarse. Mis pechos, de los que no perdía detalle, quedaron casi a la altura de su boca.

Acércate – me dijo mientras me agarraba ya directamente del culito y me pegaba a él. Su cuerpo desprendía un olor muy sexual, una mezcla entre su desodorante, su colonia, el sudor, y la esencia a ganas de sexo que se huele en un hombre en esos momentos. Las feromonas, vaya. Empecé a acariciarle el cuello, los hombros, antes de bajar y ofrecerle mi lengua para jugar.

Creo que un momento como este era el que imaginaba mientras te veía bailar. – me decía mientras me besaba

Yo prefiero llevarme sorpresas, normalmente la realidad puede superar nuestros sueños

Y que lo digas – dijo dirigiendo sus manos hacía la parte de atrás de mi sujetador. No tardó en soltarlo y cuando iba a quitarlo rápidamente tapé lo que podía de mis pechos con mis manos. Lo tiró al suelo y se quedó observándome mientras se echaba hacia atrás y me agarraba de la cintura, ya desnuda hacía arriba.

No te imaginas como estoy rubita – no, ya lo notaba perfectamente.

Bueno, imaginármelo sí que me lo puedo imaginar – dije sonriendo mientras ocultaba mis pechos tras mis manos y bajaba la mirada hacía su paquete, muy cercano a mi conejito ( el del tanguita )

Trae – me dijo mientras me volvía a llevar contra él y comenzaba a devorarme el cuello, y comenzaba a bajar buscando lo que tanto rato hacía que deseaba. Agarro suavemente mis manos por las muñecas y las apartó lentamente de mis pechos, que esta vez sí, quedaron al aire para ser catados por el macho que estaba montando. Momento especialmente erótico que me encanta disfrutar observando.

Uff – lanzó al aire, mientras las observaba y comenzaba a acariciarlas desde abajo para ir agarrándolas completamente con sus manos que casi no podían abarcarlas. Casi.

¿Te gustan? – pregunta que suelo hacer normalmente.

Increíbles – dijo mientras acercaba su cara y comenzaba a lamer mis pezones de una manera increíblemente sensual. Parecía haber dejado de lado ese animal que hace poco llevaba dentro y se dedicaba a disfrutar de cada centímetro de mi piel. Comenzó con suaves lengüetazos y besos, de una a otra y viceversa. Las agarraba y por momentos se sobre excitaba y me daba algun que otro chupetón sin llegar a hacerme daño, pero poniéndome a mil.

Me alegro – dije ya con un tono que denotaba mi excitación, sin dejar de mirar como trabajaba mis pezones.

Joder como me ponías las veinteañeras guarrillas de discoteca. – soltó mientras unía mis pechos y comenzaba a lamer los pezones rápidamente. El comentario, al contrario de molestarme, me volvió a subir la temperatura. Evidentemente no era yo la primera de mi edad que caía en sus manazas. Y con respecto a lo de guarrilla, no me lo tomé de ninguna mala forma y lo único que hizo fue motivarme más.

Espera – le dije parándolo un momento. Me levanté y de pié mientras me miraba deje caer la mini falda hacía el suelo. – Así voy a estar más cómoda.

Hum – gimió mientras me miraba el tanguita y me lucía un poco dándome la vuelta y enseñando como me quedaba – yo también quiero estar más cómodo,¿me ayudas a estarlo carlita?

Comprendí perfectamente lo que quería, por lo que no lo iba a hacer esperar. Me arrodillé frente a él, dejando caer mis pechos a la altura de sus muslos. Desde aquí las vistas me parecían fabulosas. Me miraba de una forma que sentía como me deseaba, con su cuerpo sudoroso y su torso marcando los musculitos que tanto me gustan. Me acerqué a la correa de su pantalón y comencé a desabrochársela mientras le miraba fijamente a los ojos. Acto seguido el botón fue el que salió de su orificio. Lentamente le iba bajando la cremallera del pantalón, eso sí, con la forma que marcaba su polla debajo, con un tamaño ya considerable y deseando salir de su prisión.

A ver, levántate un poco – le pedí mientras seguía a lo mío.

Con suavidad eh… - Fui bajándole el pantalón, tirando de él hacia abajo. Le quité los zapatos de verano que llevaba, sin calcetines, y deje a la vista unos calzoncillos tipo bóxer de color blanco de la marca Doos. Desde luego que lo que escondía no era poca cosa. Ni punto de comparación con lo que unas horas antes había tenido la oportunidad de ver. Se le marcaba perfectamente la erección en los boxer, marcando el camino que seguía sobre su pierna derecha finalizando con el glande. Además parecía de buen grosor. En esos momentos, y en la postura que me encontraba, lo primero que se me pasó por la cabeza sin duda era bajárselos y disfrutar de la herramienta del "cuarentón", pero no quise dar más pasos allá de los que él iba marcando y me contuve, subiéndome lentamente sobre el de nuevo, pero esta vez con mi tanguita sobre sus calzoncillos abultados.

¿Has visto como estoy? – dijo mientras cogía con sus manos mi cintura y comenzaba a moverme en círculos, haciendo rozar su bóxer con mi tanguita, que en breve iba a dejar trasparentar la humedad que empezaba a despedir de manera notable.

Lo veo y lo siento – le dije sacándole la lengua mientras ponía mis manos sobre su pecho echándome levemente hacía delante bajando mis entrepierna a sus muslos.

Menudas dos – dijo de nuevo agarrándolas y pellizcando levemente mis pezones.- Yo le sonreí, y comencé a pellizcárselos a él también suavemente. Me agarró de la mano derecha y mojó mis dedos con su saliva, conduciéndome de nuevo a sus pezones.

¿Te gusta?- le pregunte mientras le masajeaba prácticamente.

Me encanta, sigue así – mientras yo le acariciaba los pezones con mis dedos ensalivados, el dirigió su mano derecha hacía mi tanguita, para comenzar a jugar con él. Primero con sus dedos sobre el conejito, por los laditos y luego siguiendo el camino que marcaba mi rajita. Movimiento ese que ya me dejó lista totalmente. Cerré los ojos y respiré profundamente.

Estas muy mojadita Carla

Ya me estoy dando cuenta... – el tanguita estaba ya mojado por la zona que él me estaba acariciando, y cada vez necesitaba más. Y yo cada vez me encontraba más fuera de mí.

En esas que en un momento dado se empezó a escuchar ruidos de la habitación de al lado, justo donde daba nuestro sofá. El cabecero de la cama chocaba contra la pared en algunos momentos y se oían gemidos de vez en cuando. No me cabía duda de que Lorena no había hecho uso de los condones que tenía en el bolso, y que estaba en la silla de la entrada. El morbo de saber que estaban en la habitación de al lado follando a placer fue la gota que colmó el vaso de mi excitación.

Esta gente se nos está adelantando bastante

Ya se oye – dije inocentemente

Creo que hace demasiado calor, échate aquí. – me tumbó sobre el sofá, mientras el permanecía sentado a mi lado. Mi tanguita quedó a disposición de sus manos, que no dudaron en tirar de él a través de mis muslos, siguiendo por mis piernas hasta sacarlo por mis pies suavemente. Para lo cual se puso de pié a mi lado dejándome semi-abierta tumbada en el sofá ofreciéndole unas vistas más que generosas.

Joder, lo llevas depiladito, estás tremenda – dicho eso procedió sin más preámbulos a quitarse los bóxer. Su polla, bastante dura desde hace rato, cosa que me sorprendía, salto hacia arriba tras el tirón que se pegó de los calzoncillos, para luego acabar con una erección de algo más de unos noventa grados. Era larguita, de unos dieciocho centímetros más o menos, no lo sé a ciencia cierta porque ni las mido, ni lo pregunto. Pero mi experiencia me permite distinguir tamaños por comparación. Y esa era grande, pero no la más grande que había visto. El grosor estaba bastante bien y el glande lo tenía bastante rojizo e hinchado. La tenía doblada hacía la izquierda. Sin ser monstruosa, el conjunto que formaba la herramienta con el escroto y sus dos bolones colgando la hacía irresistible.

Me miró unos segundos mientras se tocaba el pene, suavemente de adelante atrás, de donde no pude apartar la vista esos instantes ya que me encanta, hasta que se inclinó hacia mí. Se dirigió a mi boca, separando mis piernas para acoplarse entre ellas. Pude sentir el calor que emitía su polla al chocar contra la cara interior de mis muslos. Acto seguido me metió la lengua hasta la campanilla casi, y la sacó para seguir recorriendo mi cuerpo hasta donde él quería llegar. Esta vez no se paro en mis pechos. Seguía con sus brazos apoyados a mis lados, sobre el sofá, mientras bajaba por mi barriga, esquivando el piercing de mi ombligo, y ensalivando mi cuerpo, hasta que llegó a donde quería. Se detuvo antes de empezar con mi rajita, y estuvo besándome el interior de los muslos, las ingles, hasta que comenzó a lamerme los labios superiores con demasiada malicia.

Exquisito - susurró

Si si, tú prueba - dije mirando al techo y cerrando los ojos, un segundo antes de que empezara a pasear su lengua por mi zona más erógena

Comenzó a deslizar la lengua desde la entradita hasta el clítoris, repetidamente, suavemente y si parar. No podía parar de gemir, por lo que cogí un cojín y me lo puse en la cara. Metió sus manos para levantarme el culito, y ponerse en la posición más cómoda posible para sus menesteres. Abrí mis piernas tanto como me permitía la postura, y comencé lentamente a mover mi cadera de arriba hacia abajo. El placer que me estaba dando no estaba siendo normal. Sin necesidad de apretarme o penetrarme me estaba volviendo loca. Sentía su lengua pararse en mi clítoris, como lo rodeaba, lo besaba y le volvía a pasar la lengua antes de succionar la zona. Conforme más me comía más excitado se ponía, sin llegar a ser violento, pero acelerando el ritmo de su lengua.

Que coñito, me encanta. Me encanta. – decía excitado.

Mas me encanta a mí – dije en un momento que salí de debajo del cojín para coger aire nuevo.

Seguía recorriendo con su lengua todo mi chochito sin pararse. Le agarré de la cabeza, y le dirigí para que lo hiciera con más fuerza y se moviera más rápidamente. Si seguía así iba a hacerme explotar de placer, suficiente me estaba costando no emitir ruidos fuertes. Hacía poco que había empezado a sudar, pero si eso me pasaba a mí, a él le caían los chorros por la frente. Y hablando de chorros, seguramente ya la funda del sofá estaría empapada por mis flujos y su saliva.

¿Cómo estás? – me pregunto mientras me miraba a los ojos. Se mojó el dedo corazón y lo dirigió hacía la entradita de mi vagina y comenzó a introducirlo y a sacarlo lentamente. En un primer momento y debido a lo húmeda que estaba y a la necesidad de algo "más", apenas lo sentí. Algo que arregló cuando empezó a introducir más de un dedo y a aumentar el ritmo mientras miraba mi cara de placer, y como sus dedos se perdían dentro de mí.

Mal, estoy mal… Quiero decir bien.

Jejejeje, ¿de que tienes ganitas ahora rubita? – si en algún momento dudé de que él tuviera el control, esto me demostraba que estaba confundida.

De más.

¿De más? ¿Qué es más?

Que quiero algo más gordito dentro de mi – dije demasiado exaltada

¿Algo más gordito? No sé, no sé que puede haber que te guste… - si quería ser malo lo estaba consiguiendo, mientras no cesaba con sus dedos

Tengo ganitas de que me folles. – solté bastante acalorada

Eso está mejor, porque yo tengo ganitas de eso desde que te he echado el ojo esta noche

Pues a que esperas…- dicho esto paró de introducirme los dedos y a darme un poco de calma al calor y la excitación que tenía. Podría haber llegado a irme sin problemas si hubiera seguido con la boca, pero no quería perder mi nivel de excitación y morbo del momento.

A ver… - Se incorporó un poco, dejando su rodilla derecha en el suelo, y la subiendo la pierna izquierda sobre el sofá, dejándome abierta perfectamente a la altura de su polla. Me sujetó el tobillo derecho en alto, mientras que mi pierna derecha la apoyé sobre el sofá, abriéndome para buscar la mejor postura

Hum – gemido al sentir el contacto de su glande con mi rajita

Tienes esto empapado – me dijo cuando situó el glande sobre mi clítoris. – si antes estaba malísimo ahora ni te imaginas. – comenzó a darme de arriba abajo, pero no solamente con el glande, si no con toda la extensión de su tronco, mojándosela entera.

Miraba la escena apoyando mi cabeza sobre el cojín con el que antes me había tapado la boca y creía que moría. Desde esta postura me parecía enorme. Veía como la resfregaba por toda mi rajita, y como me daba golpecitos para excitarse. Su cara le delataba, tenía tantas ganas como yo.

Carla no aguanto más. – dicho esto colocó su "cabeza" sobre mi entradita y poco a poco la introdujo sin complicaciones. Notaba cada centímetro de su carne entrando en mí y no pude evitar volver a gemir.

Esto está muy calentito – dijo mientras comenzaba a meter y sacar lentamente, sacando mis flujos y mojando su arma.

Sentirme penetrada por una polla de un tamaño más o menos gruesa me hace sentirla perfectamente, sentir como se acopla a mi vagina y se frota contra mí. Sentirme follada de esa manera satisfacía todos mis sentidos. Y la que diga que el tamaño no importa es que ha probado pocas cosas.

El movimiento cada vez era más fuerte, por lo que tuve que taparme de nuevo la cara con el cojín para que no me escuchara nadie, porque cuando grito, grito. A la vez su excitación se hacía cada vez mayor, y me agarró de la cintura para darme con más fuerza atrayéndome contra él

Ni el cojín podía ya tapar mis gemidos, pero ya poco iba a importar, ya que era él el que aumentó su respiración a un ritmo de vértigo conforme iba aumentando la velocidad de su penetración, soltando algún que otro comentario perceptible desde la otra habitación. Desde luego que si que estaba en forma… Por momentos le miraba la cara sin que se diese cuenta, tapándome con el cojín, y me moría de morbo al ver los gestos que hacía y como me miraba, sobre todo el vaivén de mis pechos ante sus embestidas, y como se le marcaban los abdominales con sus movimientos. Si en algún momento pensé en que ser disfrutada por un treintañero a placer era un goce, esta era la comprobación.

Mientras estábamos a lo nuestro, escuchamos la puerta de la habitación de esta gente. No quise ni mirar, además que me era imposible porque tenía el cojín tapándome y la entrada al pasillo quedaba a mi espalda. Lo que si vi era como Jesús le guiñaba el ojo a alguien que estaba detrás de mí, pero no sabía cuál de los dos acaba de pillarnos en plena escena porno, sin que eso le importara mucho a la persona que estaba dentro de mí, y ciertamente a mí tampoco. Al momento, se volvió a escuchar cerrarse otra.

Su penetración se hacía más lenta en esos momentos. Sentía a la perfección como ese trozo de carne se adentraba en mí y salía de nuevo para volver a entrar. Me incliné para verle. Estaba totalmente empapado de sudor y mirándosela, es decir, mirando cómo me follaba.

¿Ya te has cansado?

No no, espera. Es que estoy demasiado excitado – dijo secándose el sudor de la frente – pero no quiero correrme

Ni de coña eh – le regañé

Ven, ponte así. – Me cogió de las piernas y me dio la vuelta, colocándome a cuatro patas sobre el sofá. El se puso de pié justo detrás de mí.

Esto te va a gustar. – Colocó de nuevo la puntita y empezó a penetrarme a buen ritmo. Esta postura me encanta desde hace no mucho. Antes la veía más bien como una humillación, pero con el tiempo me di cuenta que era como más sentía entrar el pene en mi vagina.

Que ganas de contemplar tu culazo desde esta posición – al decir eso, eché mi cuerpo para abajo, dejando mi culito lo máximo en pompa que podía. El me agarraba de la cadera para profundizar más y poco a poco agilizaba el ritmo entre algún que otro cachete que me pegaba para hacerme sentir más zorrita si cabía. Sus manos amasaban mis caderas, y cuando podía escupía sobre su pene facilitando la entrada de su "tronquito". Aunque dudo que hiciera falta realmente, así que pensaba que lo hacía por puro morbo.

Yo en esa situación estaba más que extasiada. No quería que parara en ningún momento a pesar de que hacía tiempo que no pasaba tanto calor. En cierto momento note como bajaba mucho el ritmo

No te pares ahora – le recriminé

Calla, voy a mirar una cosita

Sin preguntar, me escupió sobre el culito, en pleno culito, y comenzó a introducirme levemente un dedo dentro. Luego volvió a repetir con otro dedo. Yo sabía por dónde iba y la idea no me hacía gracia.

Por ahí no, que nunca he entrado nada grande.

¿Qué dices? ¿lo tienes virgen aún? Joder, con lo buena que estás no sé cémo no te han dado ya varias veces por detrás, tu relájate.

Eh, lo han intentado, pero nunca han podido ni ha habido el material adecuado – le dije pero sin moverme de mi postura, y dejando que siguiera jugando con sus dedos en mi culito

Relájate Carla… - cerré los ojos y me dediqué a esperar el momento, aunque estaba segura que con lo que él tenía no iba a entrar – tan solo te lo estoy dilatando un poco

Tú verás… - dije desconfiada

Al momento de estar con sus dedos mojando y jugando con mi culito, se dispuso a penetrarme. Puso su glande que aun estaba duro sobre mi entradita y empezó a empujar. Podía sentir lo muy excitado que estaba, más cuando hacía comentarios sobre mi virgen boquetito.

Parecía que el glande se había hecho hueco dentro de mí, pero comenzó a hacerme daño, por lo que me eché hacía delante de golpe.

No! Ya estaba entrado joder – dijo demasiado excitado

Que dices! Me estaba haciendo daño… no es la primera vez que lo intentan por ahí

Lo tienes muy estrechito, pero eso se dilata y se moja y entra – si claro, con lubricantes, pensé- deberías tener más paciencia.

Parecía que la situación se iba a enfriar, por lo que tuve que actuar de la mejor de las maneras en aquel momento. Me acerqué a él, que permanecía de pié junto al sofá y me puse de rodillas sin dejar de mirarlo para que no dijera nada al respecto de lo que acababa de pasar.

Está perdiendo fuerza, la voy a animar – dije mientras se la agarraba y comenzaba a masturbarle

Ufff – exclamó cerrando los ojos y mirando al techo

¿Ves? Así ya se pone de nuevo a tono – le dije mientras seguía dándole con la manualmente. Me pasé la lengua por la palma, humedeciéndola y seguí con más fuerza en su pene, que ya iba teniendo en tamaño de hacía un ratito.

Chúpala – dijo directamente.- chúpala Carla.

Lentamente acerqué mi boca a su glande y comencé a besarlo y a pasarle la lenguita suavemente. Quería darle el máximo placer. Continué unos instantes hasta que introduje el capullo en mi boca y lo ensalivé entero, aprovechando mi propio liquido para con la mano esparcirlo a lo largo de su polla, que a decir verdad, era bien grande vista desde mi privilegiada vista. Su excitación ya era superior a la de antes y se le apreciaban algunas venas en su tronquito. Sin duda necesitaba tener eso bien provisto de energía.

Mi intención no era otra que la de hacer que se corriese, por lo que me introduje lo máximo que podía en mi boca, algo más de la mitad, mientras que el resto era pajeado por mi mano derecha.

Le pasaba la lengua por los lados, la mojaba para seguir con la masturbación, sin parar en ningún momento de darle con la boca o introducírmela para succionarla un rato.

Qué bien la chupas – dijo con las mandíbulas apretadas y agarrándome suavemente de la cabeza para guiarme en la mamada.

Yo no decía ni una sola palabra. En el salón tan solo se escuchaba el ruido que provocaba mi boca, mi saliva y su polla.

Abra la boca – me dijo mientras me echaba hacía atrás del cuello – ahora saca la lengua, a lo que obedecí sin problema

Comenzó a darme pollazos en la lengua y a pajearse bastante más bruscamente de lo que yo se lo hacía. Me dio varios golpecitos y me soltó de nuevo para que yo continuara. Así que se la agarre de nuevo, y seguí masturbándolo de la forma en la que él se lo hacía, pero dándole al glande con la lengua cada vez que hacía el movimiento de adelante atrás. Seguido de una mamada en la que derramé saliva al suelo del salón.

Empezaba ya a sentir molestias en el cuello de tanto ajetreo cuando me dijo

Me corro joder – cesé en mis movimientos y me volvió a coger de la cabeza para ponerme en posición "receptiva", algo que no me hacía especial gracia pero que no iba a negar a estas alturas

Abre la boca, corre – inmediatamente después de cerrar los ojos con fuerza y abrir la boca, comencé a sentir un calor que me invadía el rostro, más concretamente las mejillas, la nariz y la barbilla, que era donde habían caído los "bichitos" que no habían entrado en mi boca calentándola por completo

Un gran "ugh" se escuchó en todo el salón. Lo pongo así porque tampoco voy a llenar de onomatopeyas algo que todo el mundo sabe cómo suena a la perfección. Si Javi al correrse hiciera el mismo ruido que Jesús, estoy segura que en aquel momento no se había corrido aún.

Yo seguía agachada, pero ya fui abriendo los ojos y viendo como el aún se la sacudía delante de mí pero sin soltar nada ya. Sin duda que lo había pasado bien, aunque a mí me quedó una sensación de que habían faltado cosas y podríamos haber aprovechado mejor sus energías en aquel momento esparcidas por mi cara.

Hasta pringada sigues siendo lo más bonito que me he follado – tuvo el detalle de decirme.

Voy al cuarto de baño – le contesté

Allí me limpie y me di una ducha rápida de cuello para abajo, pensando que había sido mejor eso que el que se hubiera corrido dentro y hubiera estado toda la noche soltando sus calditos. Que no me suponían un problema ya que llevaba dos años y medio con las anticonceptivas, con las ventajas que conllevaban en el terreno sexual.

Por lo demás, pudo ser mejor pero no pasó de un polvo normal, aunque muy morboso.

Al salir él estaba tirado en el sofá, sudado y con el pene ya fláccido. Se le notaba muy cansado, pero normal, después del relax que acababa de tener. Salimos un ratito a la terraza a tomar el fresco y estuvimos hablando hasta que amaneció, cuando nos fuimos a dormir a la otra habitación, en la que tengo que decir que caí rendida.

Sobre las dos de la tarde me desveló el ruido de la ducha. No había dormido mucho y la verdad que seguía cansada. Me levanté sin hacer mucho ruido de la cama para no despertar a Jesús que dormía como una roca, y salí a ver si había agua fría, o algo que se le pareciese, aunque fuese del grifo. Cogí una pequeña toalla que apenas me tapaban el chichi y el culito y puse dirección a la cocina. Al pasar por la habitación de los otros dos, vi a Lorena dormida boca abajo en el lado derecho de la cama sí te tumbas boca arriba. Había papel higiénico a su lado, en el suelo, que supuse que usaron para limpiar alguna posible "fuga". Seguramente lo pasaron también bastante bien, pensé.

En la ducha estaba Javi, con la puerta cerrada del baño y haciendo un poco de ruido. Yo me dirigí a la cocina y me llevé una botella de agua que estaba por la mitad del frigorífico para la habitación. Al pasar por la habitación de Lorena ésta me siseó.

¿Estabas despierta?- le pregunté mientras me acercaba

Sí, me ha despertado el ruido de la ducha – cuyas paredes dan a las dos habitaciones.

¿Cómo estás? – le pregunté mientras me tumbaba a su lado, dejando ligeramente abierta mis piernas

De resaca total tía. Pero más relajada que todas las cosas

¿De muerte?

Genial tía, menuda noche. Nos hemos acostado por la mañana – dijo Lorena

Casi como nosotros, a las ocho y algo.

Ya os escuchamos en el salón. Anda que teniendo una habitación aquí al lado

Bueno nos surgió ahí

¿Y qué tal?

Bueno, digamos que no me importaría despertarlo de una manera de las mías para que me dejase mejor que anoche

¿Sí? Joder con el tío… pero por lo menos tú no tienes resaca

La verdad que estoy bien, pero con ganas de más ¡

Jejeje – se le notaba su cara de cansancio, tal y como debía tenerla yo

¿Cómo ha funcionado tu nene? – le pregunté

Sin fallos, bastante armado y potente… tuvimos de todo – cuando Lorena se refería a todo era a todo, incluso las cosas que yo no había hecho la noche anterior.

Pues esta noche repetimos… si no se van de Málaga.

Pues nos quedamos hoy aquí o nos vamos a la playa o algo… – dijo ella

En ese momento entró Javi por la puerta, encontrándose de golpe y porrazo con las vistas panorámicas que le ofrecía mi trasero y lo demás que la postura permitía ver. Hice un gesto rápido para cerrar las piernas y me puse de lado. No había escuchado la puerta del baño, ni cerrarse ni abrirse. Miré al nuevo invitado y cuál fue mi sorpresa que no llevaba nada.

¿Jesús duerme? – Respondí con un gesto arriba y abajo de cabeza… tratando de no mirarle lo que le colgada.

¿Y qué haces aquí rubia?

Pues ya ves, de visita, enterándome de cómo fue la cosa anoche

Espero que te hayan hablado bien de mí

Por supuesto, le respondí con una sonrisita.

¿Carla hay champú y crema suavizante en el baño? – me preguntó Lorena levantándose de la cama

Si, ¿porqué?

Voy a ducharme, ahora vengo que estoy muerta de calor.

Per… - no me dio tiempo a decir nada cuando ya se había metido en el cuarto de baño dejándome sola con Javi en la habitación.

Vaya – dijo Javi viendo como había salido Lorena hasta el servicio. – nos ha dejado solos – dijo mientras cerraba la puerta de la habitación, algo que me puso nerviosa.

¿Qué haces? – le dije viendo como se tumbaba en el lugar donde antes estaba Lorena.

Tumbarme en la camita ¿no lo ves? – me dijo en un tono algo chulesco.

Ya veo… - dije sin moverme y siguiendo tapada como buenamente podía por la pequeña toalla y mis piernas cruzadas sin mostrar nada.

Anoche estabas preciosa.

Gracias.

Bueno, me refiero a un momento puntual de la noche

¿Cómo?- no sabía en ese momento a lo que se refería.

A ver cómo te lo digo, tuve que ir al baño… y te vi, en el sofá, también vi a Jesús como disfrutaba contigo… me excite, y eso que ya me había corrido con tu amiguita

Sus malditas palabras acaban de encenderme, y para colmo estaba casi desnuda en la misma cama que el ¡! No quise ni mirarle el tema no vaya ser que descontrolara

Bueno, también os vimos nosotros a través de la ventana, y no tiene nada de malo en momentos así.

Por supuesto que no… - dijo en un tono muy raro

En ese momento se escuchó la puerta de mi habitación. Jesús se había despertado, y yo estaba en la cama con su amigo sin ropa, mientras Lorena se duchaba. La manivela de la puerta empezó a bajar y la puerta se abrió lentamente.

Hola, buenos días – dijo con cara de dormido

Hola – le respondí de manera simpática

¿Ni un besito ni nada? – me preguntó

Claro!- dije alegremente. Me levanté de la cama, esta vez sin pudor por la otra presencia masculina y le di un piquito.

Eso está bien!- exclamó- Oye, voy a ducharme que estoy sudando, ahora vengo.

Pero está Lor…- sin terminar de decir la frase se metió en el cuarto de baño y cerró el pestillo. Me quedé asombrada y parada en la puerta de la habitación. Pero lo más grande es que no escuche ningún comentario en contra por parte de Lorena.

Inmediatamente sentí los brazos de Javi que me agarraban desde atrás la cintura mientras otra cosa bastante dura pude sentir sobre mi culito… Así que no tuve más remedio que… deshacerme de mi toalla tirándola al suelo… y darme la vuelta hacia él.

FIN

Notas de la autora*:

Este es mi primer relato, hecho como demostración personal. No he escrito más que esto en temas de relatos. Tal vez si gusta, me anime a contar otras vivencias que considero como interesantes de mi vida íntima.

Me animé a escribir este relato como regalo para una persona que me había escrito en forma de historia una relación de una noche que mantuvimos hace unos años, y que acabó encantándome. Esa persona ya no está y lo publico por si a alguien le resulta interesante.

No soy escritora, ni pretendo serlo de ninguna forma. Por lo que la manera en la que está escrito es la manera más natural que me ha salido, y me da igual que no tenga unas formas más o menos elegantes o falte más literatura en lo que cuento.

Soy consciente de que es extenso, pero como era para mí, preferí contarlo todo que ceñirme a una situación determinada y que pueda vivir cualquier fin de semana del año estando por ahí con mis amigas.

Que sea el primer relato que haya escrito (me ha llevado un año completarlo por falta de motivación y otros asuntos), no quiere decir que no haya leído algunos otros relatos interesantes. Estoy dada de alta en esta página web desde hace tiempo y cuando he visto alguno que haya podido darme morbo, me he parado a leerlo. Eso sí, más bien pocos, ya que me interesa más el morbo que me transmita un relato que la manera en la que esté escrito.

Este relato es una historia real vivida por mi misma hace un tiempo. Las coincidencias con los hechos vividos y narrados son de un 80% aproximadamente. Obviamente no está todo contado, ni los comentarios son fieles a la realidad, ya que nadie tiene tanta memoria. Por eso dejé un 20% a mi imaginación.

La historia narra un día, una noche, y una madrugada de un verano de cualquier persona de cualquier edad y residencia, por lo que en muchas partes supongo que habrá lectores a las que no les guste porque carezca de interés erótico-festivo y no se presenten onomatopeyas exageradas.

Los nombres de los lugares están cambiados para no decir los verdaderos. Igualmente uso pseudónimos para las personas que vivimos aquella historia.

Para consejos (que siempre son bienvenidos), críticas constructivas y comentarios Carlaortega84@hotmail.com

Un saludo