Una fiesta muy liberal (2)

2ª PARTE Andanzas del joven Adrián Laffite en un fiesta muy especial

Las aventuras eróticas de Adrián Laffite

Una fiesta muy liberal

2ª parte

Como es natural todos firmaron el documento y el autocar no tuvo que regresar a la ciudad, el que mas el que menos ya sabía a donde había venido, el único novato era nuestro amigo Adrián y ya estaba un poco aleccionado por su madre y su compañera de viaje.

Los empleados ( el chofer que también era de color y las dos chicas que les habían acompañado) les ayudaron a bajar del autobús y les condujeron hasta la preciosa casa que apareció ante sus ojos, aquello era una maravilla arquitectónica.

Todo era cristal, hormigón y acero inoxidable, no había paredes, al menos en la planta baja, unas leves cortinas impedían ver lo que pasaba en el interior de la vivienda.

Ya dentro la mansión la iluminación era suave pero intensa. Adrián pudo ver por fin a las dos chicas de color que les habían acompañado, eran idénticas, iban totalmente desnudas, a excepción de una pajarita color malva en el cuello. Su piel era del color del café sin tostar, en los senos se aclaraba un poco y los pezones eran casi negros, grandes y voluptuosos, iban totalmente depiladas incluida la cabeza, ni un átomo de vello se vislumbraba en sus cuerpos de diosas de ébano. Si en algún momento al agacharse para recoger algo o levantaban la pierna para realizar alguna tarea se vislumbraban sus labios vaginales negros y rugosos en el exterior y rosados a medida que se internaban en su vagina.

El chofer del autocar y otro chico que había en el comedor dando los últimos retoques a las cuatro mesas redondas que adornaban aquella sala, eran del color del ébano, altos, musculosos y bellos como estatuas romanas, sus músculos resaltaban bajo la negra piel como si fueran a salirse de ella a cada movimiento, también iban desnudos pero la pajarita que adornaba sus cuellos era azul, y una funda de seda negra cubría el pene y lo testículos de los dos fornidos camareros

Había seis cubiertos en cada mesa y un rótulo frente a cada plato con un numero, total se dijo Adrián 24 personas. Los compases de una pieza de Mozart amenizaban la reunión

Una de las chicas le acompaño a su mesa y le indicó su sitio, los demás comensales también iban buscando su número correspondiente, a los pocos minutos cada uno de los invitados estaba frente a su silla, Adrián se entretuvo en pasar revista a las personas reunidas, en total había catorce mujeres y diez hombres.

Todos llevaban la misma indumentaria, la blusa de seda de color blanco inmaculado y el pantalón del mismo material, su tacto, sobre el cuerpo desnudo era suave y estimulante, la seda al rozar las partes sensibles del cuerpo hacía que te estremecieras involuntariamente.

Era totalmente imposible reconocer a nadie, todos llevaban la misma ropa, a excepción de la capa, los hombres la llevaban azul turquesa, las mujeres de color de lavanda, exacto al color de la carta de la invitación.

En la mesa mas cercana a uno de los ventanales había tres parejas una de color, que solo se notaba en sus manos y frente, eran personas mas bien maduras pero se las veía distinguidas y seguras de si.

El que parecía mayor se dirigió al resto de la sala y dijo:

.- Señoras y señores, bienvenidos a nuestra fiesta, siéntense por favor y disfruten de nuestra hospitalidad. Enseguida vamos a servir la cena.

Adrián paso revista al resto de la sala, en la mesa que había junto a la de los anfitriones, la mas lejana se sentaban cuatro mujeres y dos hombres esto lo dedujo por el color de las capas. Junto a la que estaba Adrián otras tres parejas esperaban la cena estas se las veía bastante jóvenes por sus gestos y sus risas.

Y en la que estaba Adrián se sentaban otras cuatro mujeres y un hombre además de él . El hombre hablaba con la mujer sentada a su lado al parecer también eran pareja, dos chicas una frente a él y la otra a su lado aparentaban ser bastante jóvenes charlaban entre sí de sus cosas y una mujer a su lado le estaba sonriendo.

.- ¿Ya mas tranquilo?. Adrián reconoció enseguida la voz melosa y suave de la mujer del autocar.

.- Vaya me has reconocido. Si, ya estoy totalmente tranquilo, gracias por tu colaboración, ¿cómo has sabido que era yo?

.- Por tu perfume, es embriagador.

.- Gracias, eres muy amable

.- ¿Qué te parece la fiesta?

.- Pues apunta bien, si la comida acompaña, esto puede ser fantástico

.- No te preocupes te gustará.

Adrián notó que la cremallera de la dama estaba abierta bastante mas de lo normal, dos enormes senos pugnaban por salir de su prisión de seda y Adrián no apartaba los ojos de los enormes globos.

.- ¿Te gustan mis pechos? Adrián enrojeció hasta la raíz de los cabellos pero no se inmutó.

.- Siempre me han gustado las mujeres maduras....¿cómo quieres que te llame?

.- Llámame, Cloe

.- Bien Cloe, yo seré .....Aquiles..... si, me gustan tus pechos. Cloe bajó un poco mas la cremallera.

.- Cloe, no seas atrevida. Musitó la mujer que hacía pareja con el otro hombre de la mesa.

.- Es que este chico me pone a mil Diana.

.- Ten un poco de paciencia mujer, ya te los comerá después, ahora deja que que disfrute de la cena, ja,ja,ja,ja.

Los camareros iban repartiendo la comida a los comensales....la cena fue exquisita, el vino en su punto y los postres deliciosos.... y las caricias entre los presentes ya se iban prodigando. Adrián vió como las dos jovencitas que tenía enfrente y junto a él no paraban de besarse, las cremalleras también habían bajado de posición y cada vez que los chicos negros se acercaban a la mesa ellas hacían graciosos gestos de lamer la seda que cubría el pene de los muchachos.

Cloe también se aprovechaba de Adrián, cada vez que una de las negritas se acercaba para recoger un plato, ella se pasaba la legua por los labios de forma sensual chupándose uno o dos dedos, llevando después la mano al bulto que ostensiblemente lucía ya nuestro héroe.

.- Cloe, por favor.....

.- Si, Aquiles...dime amor...

.- Ya sabes...respeta las reglas...

Todos reían en las distintas mesas, aplaudiendo las agudezas de uno u otro comensal.....Por fin el anfitrión se levantó y anunció:

.- Señoras, caballeros...¿han disfrutado de la cena?

Un unánime SI atronó la sala.

.- Pues ahora podemos pasar a la piscina ...y disfrutemos de nuestra sexualidad. Para los que son novatos, lo voy a repetir, no esta permitido fumar en la piscina, hay una sala habilitada para los fumadores junto a la sala de sado. Ahora, podéis desnudaros y dejar vuestras prendas sobre los asientos que ocupabais, exceptuando como ya estáis al corriente los veteranos la capa y la máscara. A la salida, nuestros empleados os entregaran un paquete con las prendas que habéis usado para la cena como recuerdo de este día.

Esta vez un enorme aplauso atronó el salón, anulando por unos minutos la música de Mozart

Los invitados empezaron a levantarse y sus prendas de seda quedaron sobre los asientos...todos se dirigieron a la piscina.

Por unos momentos Adrián dudó, pero al ver como Cloe y Diana, así como las chicas bajaban de inmediato sus cremalleras siguió el ejemplo de todos ellos, Cloe se acercó a Adrián y sopesándose las tetas con ambas manos le espetó

.- ¿Qué tal, son de tu agrado? Adrián admiró aquellos enormes globos blancos y agachándose unos centímetros los beso en cada pezón,

.- Son maravillosas Cloe, si me dejas, dentro de unos momentos en la sala de la piscina te los comeré

.- Son tuyos mi amor, mis pechos y toda mi persona te pertenecemos date prisa y deja que admire tu sexo. Adrián ya había bajado su pantalón y los espléndidos 19 centímetros de su verga, resplandecían a la suave luz de las lámparas de la habitación.

Diana y las dos chicas también le estaban mirando, mejor dicho admirando el espléndido miembro del joven. Ya habían llegado al dintel del portal de la piscina.

.- Vaya Cloe, esta noche si que te van a llenar ....

.- Diana, ya sabes que no soy posesiva, creo que Aquiles podrá repartir su don entre nosotras. La pareja de Diana también admiraba la enorme polla de Adrián, la suya apenas tenía doce centímetros.

.- Vaya muchacho, estas bien dotado, me encantaría que esta noche

tuvieras unos minutos para poseer a mi dama, me encanta ver como es penetrada por otro hombre.

.- Si usted no tiene inconveniente será un placer gozar un rato con su dama, que dicho sea de paso es encantadora.

.- Pues dentro de un rato nos vemos . Y sin otro preámbulo, ambos se tumbaron en la primera colchoneta que encontraron y empezaron a besarse apasionadamente.

.- Las dos chicas se habían acercado al joven y sin pudor empezaron a tocar aquel primoroso miembro, Adrián las besó en la boca a las dos y les dijo:

.- No os preocupeís que también quedará algo para vosotras. Las dos muchachitas se alejaron entre risas y tampoco tardaron en tumbarse no lejos de donde estaban las personas de la mesa del anfitrión.

Adrián sujetaba a Cloe por la cintura, encontraron una gran colchoneta de espuma a pocos metros de Diana y su pareja, a los que se había unido una de las mujeres que estaban sentadas en la mesa mas lejana del salón donde habían comido.

Adrián se fijó en la dama que en aquellos momentos estaba de rodillas besando a Diana en los labios con un beso de torniquete, el marido de Diana le estaba metiendo una mano entre las nalgas, mientras que con la otra sobaba las tetas a su mujer y esta aprovechando la posición de su nueva acompañante, amasaba con fuerza los pequeños pechos de la morena que se arrodillaba frente a ella. Adrián le encontró algo familiar pero no supo en aquel momento asimilar ideas.

Mas que nada porque Cloe no le dejaba tranquilo. sin darse cuenta ..casi..su miembro había desaparecido entre los bellos labios de la maciza extranjera, pronto empezaron a escucharse gemidos y suspiros de placer desde uno y otro rincón de la sala. Esto hacía que los que aun no habían comenzado a acariciarse no tardaran en hacerlo. Adrián acariciaba el rubio cabello de su pareja que no dejaba de mirarlo a los ojos desde la complicidad de la máscara, se notaba que sus ojos, sonreían, mientras aplicaba a Adrián una excelente felación.

Nuestro héroe nunca había vivido una situación parecida, algun trio ...esto si y dos parejas en una playa una vez...pero aquello era genial

La visión de tantos cuerpos desnudos cubiertos en parte por las vaporosas capas y el rostro por las máscaras producían una tremenda excitación a quienes vivían la escena, y para acabar de completar la orgía los cuatro muchachos negros, ahora si, ellos totalmente desnudos, había desparecido la funda de seda negra que cubrían sus testículos y su pene y este lucía erecto y brillante en todo su esplendor, con unas medidas realmente envidiables, (Adrián calculó que al menos sobrepasan el suyo en unos tres o cuatro centímetros). paseaban entre los asistentes repartiendo, frutas exóticas...nata....miel, zumos de fruta y artísticos coktails coronados de frutas o hierbas.

Las mujeres (y algunos hombres ) agarraban aquellas tremendas herramientas de placer intentando acercarlos a su grupo pero ellos se zafaban con suavidad pero con firmeza y seguían con su labor de alimentarnos.

Adrián volvió a fijar su atención en los pechos de Cloe, que maravilla de apéndices mamarios poseía aquela hermosa mujer, la levantó un poco, la beso en los labios y después se acomodó entre sus muslos, cogió una de aquellas voluminosas ubres y empezó a chupar el enorme pezón como solo él sabía hacerlo, Cloe empezó a gemir, su cuerpo se relajó y agarrándose cada pecho alternativamente lo metía en boca de nuestro amigo, que lentamente había rodeado las nalgas de su nueva amiga y su dedo después de mojarse en los jugos que ya destilaba la vagina de Cloe, se adentró tímidamente en los recónditos repliegues de su ano.

Ella gimió mas fuerte, apretó con fuerza el pecho que tenía en la boca de Adrián y este notó el sabor dulzón de la leche de mujer en su paladar, aquello le excitó aun mas de lo que estaba y mas todavía al ver como Cloe levantaba su otro pecho con la mano libre y se lo llevaba a la boca mordiendo con fuerza el erecto pezón, también salió leche del otro pecho y se derramó sobre el estómago de nuestro amigo, aquello era demasiado, Adrián se agarró el miembro con fuerza, buscándolo entre los suaves pliegues de carne de Cloe y empezó a masturbarse con fuerza, mientras otro dedo se metían en el trasero de Cloe.

Cloe no iba a resistir mucho...Adrián notó como se tensaba su cuerpo.

.- Aquiles.. mi rey...voy a correrme

.- Si..pequeña ya lo noto...siéntate sobre mi y deja que tus fluidos mojen mi cuerpo. Ella no se lo hizo repetir, se sentó sobre el pecho de nuestro amigo y sin dejar de ordeñar la leche de sus pechos en la boca y cara de Adrián, se derramó abundantemente sobre él, Adrián notó como el tibio y viscoso liquido se deslizaba por su vientre mojando sus costillas.

La levantó unos centímetros y clavó toda su verga en el culo de Cloe, ella cogida por sorpresa lanzó un gritito que alarmó a los vecinos de las colchonetas adyacentes a la de nuestro amigo, pero al ver la cara de placer de Cloe siguió cada uno con con su tarea...es decir hacer gozar a la persona que tenía delante o debajo...o encima.

Diana sin dejar de cabalgar a su pareja le dijo.

.- Cloe, eres una gran zorra estas dejando perdido a este muchacho y debieras guardar esta leche para tu bebe.

.- Mi bebe ya no mama...casi Diana y prefiero que este hermoso muchacho se deleite con mi alimento, a el le gusta ¿verdad mi amor?

.- Me encanta Cloe y ahora prepárate que voy a inundar tu culo con otro tipo de leche.

.- Siiiiiii, dale fuerte, Aquiles querido. y nuestro recién bautizado Aquiles inundó los intestinos de Cloe con un tremendo chorro de esperma que una vez cumplida su misión, es decir hacer que Cloe sintiera otro orgasmo , siguiendo la fuerza de la gravedad se mezcló con los jugos de Cloe sobre los músculos abdominales de Adrián,

Cloe , se acostó agotada por el esfuerzo junto a nuestro protagonista y con suaves caricias esparció los liquidos acumulados en el vientre de Adrián por todo el cuerpo del joven.

.- Realmente has quedado pringado mi amor. Rió Cloe al ver a Adrián en aquel estado

.- Me gusta que las mujeres se derramen sobre mi cuerpo.

.- Eres un encanto, pero ...estarás mas presentable si vas bañarte en aquella fuente junto a la piscina. Y Cloe cerró dulcemente los ojos.

Adrián se levantó y se dirigió hacia donde le había indicado Cloe, unas paredes de cristal matizado daban un poco de intimidad a la ducha tipo fuente situada a unos 5 metros de la piscina. Adrián dejó la capa colgada en una percha y situándose debajo del chorro de agua tibia se limpió de los residuos suyos y de Cloe.

Prácticamente no había acabado de limpiarse cuando por la puerta de la ducha apareció una de las chicas negras que servían en la fiesta con una enorme toalla.

.- ¿ Monsieur desea secarse ?

.- Vaya, esta voz me resulta familiar

.- ¿ En serio?

.- Eres la acompañante al autocar.

.- Premio para Monsieur. Ella le cubrió con la enorme toalla blanca y empezó a secarle.

.- Gracias, pero puedo secarme solo.

.- ¿Está seguro? ¿Y esto también puede hacerlo solo, Monsieur?. La morenita había pasado la mano entre los pliegues de la toalla y había agarrado con fuerza la verga de nuestro hombre, iniciando un suave movimiento adelante y atrás. Adrián ya hacía rato que había recuperado la energía en el quinto miembro, y cuando ella lo acarició ya había alcanzado su tamaño máximo, aquella hembra de color lo ponía a cien.

.- A veces si lo hago solo cariño, pero si tu me ayudas seguro que llegaremos a unas cotas de placer bastante elevadas. Ella ya le había secado por completo, quitó la toalla y sus ojos se posaron en el atributo de nuestro amigo.

.- No esta nada mal. Musitó la chica cerrando con fuerza la mano alrededor de del enhiesto y tirando de el se dirigió hacia la habitación donde unas horas antes se indicó que se podia practicar el sado.

.- Bueno si lo comparamos con los de tus compatriotas.....se queda chico.

.- Son mis hermanos

.- ¿Hermanos?, pero si ellos son mucho mas.....

.- ¿Negros?, puedes decirlo, no me molesta en absoluto.

.- Perdona buscaba una palabra mas apropiada, además puedo asegurarte que no tengo ningún tipo de problema con la gente de color, de hecho mis mejores amigos son de raza negra.

.- Solo somos hermanos de madre y ellos dos y nosotras dos somos gemelos, se conoce que mi madre era preferentemente dada a engendrar gemelos, ellos, Saul y José son hijos del hombre negro que está casado con nuestra madre y nosotras mi hermana Bela y yo somos hijas del anfitrión de la casa.

.- ¿Queeeee?

.- Ja,ja,ja,ja,ja ¿ te extraña?

.- No puedo creerlo.

.- Verás el señor Van Dorsen, es biznieto de un caballero alemán que emigró a Angola allá por el año 1870 y algo.... creo recordar, y en lugar de traficar con esclavos se dedicó a la agricultura, compró miles de acres de tierras y fundó una gran hacienda, donde se cultivaban plátanos, café y cosas de este tipo, hizo una gran fortuna y se quedaron a vivir en nuestro país, su hijo incrementó la hacienda en muchos acres mas, como es natural estaban casados con mujeres blancas que venían de Europa o las iban a buscar ellos, pero ...siempre hay un pero siempre había alguna que otra aventurilla con gente de mi país y así empezó a incrementarse la población mestiza..

.- De la cual tu eres una bella representante.

.- Si pero yo ya nací aquí

.- No me digas..

.- Pues si el padre del actual Sr. Van Dorsen, descubrió en sus tierras una enorme mina de diamantes, la legalizó y empezó a explotarla, sin dejar la agricultura, que era lo que mas le gustaba, pero como sabes hace unos treinta años las cosas se empezaron a poner feas en el pais, el abuelo Van Dorsen murió y su hijo vendió todo, las tierras, la mina y se vino a vivir a las Canarias, sitio que ya conocía y que visitaba en sus vacaciones, con el se trajo una docena de empleados , entre los que se encontraba mi madre y su familia entre otros, hizo construir este palacete y desde entonces aquí vivimos.

.- Vaya, vaya, bonita historia...pero...¿y tu ? bueno, vosotras

.- Pues para terminar...el marido de mi madre murió casi de seguida de llegar a estas tierras y el Sr. Van Dorsen , se volcó en cariño para consolarla....y el consuelo fue tan profundo que .... aquí nos tienes.

.- Es increíble...pero si tu lo dices...será verdad. Y su mirada se dirigió con cierta admiración hacia al venerable caballero que en aquellos momentos estaba gozando con tres de las mujeres que en la cena estaban sentadas junto a su mesa. Su esposa en aquellos momentos no era visible.

.- Perdona...no me has dicho tu nombre, solo el de tu hermana...y ..perdona mi atrevimiento ¿vuestro padre consiente en ver como estaís ...así..desnudas... y supongo que haciendo muchas veces lo que creo que vas ha hacer ahora conmigo?.

.- Ja, ja, ja, ja, esto y muchas mas cosas que posiblemente verás este fin de semana, en esta casa no existen tabúes, y se importaron muchas costumbres del país de mi madre, por cierto me llamo Bea.

.- ¿Bea? Y tu hernana ¿Bela?. Otra graciosa carcajada de la hermosa negrita.

.- Si Bela es Isabela y yo soy Beatriz, y ahora pasa ahí dentro y veras como se divierten.