Una fiesta en el lavabo
Dos desconocidas me llevan a una experiencia inolvidable.
"Me miro al espejo y reconozco que no está nada mal lo que veo. Pechos firmes y erguidos, piernas largas y vientre plano. Esta fiesta especial me sugiere una ropa especial, atrevida y sexy, algo en el ambiente me dice que será una noche mágica y quiero estar preparada para ello.
Ya estamos aquí, en el local de moda , lleno de gente guapa y muchas mujeres. Mujeres espectaculares ... pero qué hago yo fijándome en ellas?. Voy a bailar un rato, está sonando el último éxito de Ricky Martín y no puedo evitar que mis pies se vayan hacia la pista. El ritmo es desenfrenado y las canciones se suceden sin descanso. La bebida empieza a hacerme efecto y mi cabeza gira, tendré que ir un momento al lavabo a refrescarme.
Al entrar en la antesala de los servicios una escena llama mi atención. Dos chicas se hacen confidencias al verme entrar y no dejan de mirarme. Sus ojos parecen desnudarme sin contemplaciones, sin pudor alguno. Yo sigo con mi necesidad, pero en ese momento una de ellas me coge por el brazo y me sugiere que me una a ellas en un juego especial. Debe ser que la bebida me ha afectado más de lo que yo creía porque pensando decir no, de mi boca ha salido un sí.
Sin darme apenas cuenta me han puesto una venda en los ojos y he empezado a girar. Oigo voces lejanas y risas, que no consigo discernir si son de hombre o de mujer. Ahora noto caricias sobre mi cuerpo y susurros en mis oídos, la música de fondo hace que mis pies sigan bailando, esperando encontrar a alguien que me saque de esta locura. De pronto unas manos fuertes me han cogido y con cuidado me han llevado hasta una especie de sofá donde me he dejado caer sin reparo. La venda sigue en mis ojos pero ya no oigo mas que la música, aunque sé que no estoy sola.
La bebida sigue haciendo estragos en mi cuerpo, pero cuando intento incorporarme alguien me sujeta firmemente por los hombros y me dejo caer de nuevo. Noto una respiración junto a mi cuello y una suave lengua empieza a recorrer el camino hasta mi oreja. Es una sensación extraña y un escalofrío me recorre la espalda. Sin tener tiempo de reaccionar esa dulce lengua se introduce por mi boca en un apasionado beso, lento, intenso y profundo. Sigue el camino bajando por mi cuello hasta llegar a la altura del pecho donde se detiene a la espera de que unos habilidosos dedos desabrochen mi blusa dejando al descubierto las dos tetas que saltan del sujetador como un resorte. Cuando mis manos intentan cubrirlas son detenidas con fuerza y no puedo reaccionar porque mi cuerpo está siendo recorrido de nuevo por esa lengua mágica que ha empezado a succionar mis pezones.
Otras manos que han entrado en el juego se han encargado de mis pantalones, y al llegar a la altura de las rodillas vuelven a subir con avidez para instalarse en el centro del placer, en el que se recrean sin miramiento. Intento cerrar las piernas con todas mis fuerzas, pero el esfuerzo es inútil y tras un último intento sucumbo a la pasión que se genera en mi interior. Cuando por fin me liberan de los pantalones abro las piernas de par en par y espero.
La lengua majestuosa sigue jugando, alternando mi boca con mis pezones, intentando apagar los gemidos que salen de mi interior. Una sola palabra mía hace que ahora sean los dientes los que entren en acción, mordisqueando las rosadas aureolas que aún doloridas piden más. Nunca hubiera imaginado que el placer y el dolor fueran una combinación tan excitante.
He intentado de nuevo cerrar las piernas pero no he podido. Alguien se ha colado entra ellas y ahora las recorre frenéticamente pellizcando aquí y allí, sin previo aviso. Lo han conseguido, estoy a cien y deseo que alguien me haga llegar al maravilloso orgasmo que se aventura dentro de mí. Por fin noto unos dedos que tocan todo mi coño, lo abren y cierran , lo golpean suavemente y hacen que mi espalda se curve esperando ávidamente el clímax.
La suave lengua ha seguido bajando por mi vientre, entreteniéndose en el ombligo y haciendo que la espera sea un infierno, pero finalmente llega al clítoris dejando su caliente aliento por todos mis rincones. La succión desesperada se ha hecho más y más fuerte, como queriendo arrancar mi apéndice del resto del cuerpo y unos largos dedos se han introducido por mi cueva húmeda y expectante.
El movimiento de vaivén ha hecho que mi vejiga no pueda aguantar mucho más y es una tortura. Deseo acabar con urgencia, lo necesito, pero mi ama parece conocer perfectamente mis necesidades y ha vuelto a besarme desesperadamente en la boca, dejándome un sensación de ansiedad y deseo desconcertantes.
Ahora noto cientos de manos sobre mi cuerpo, bocas besando los más insospechados rincones y dedos jugando con puntos desconocidos hasta ahora para mí. He perdido todo control, no puedo más y el orgasmo es incontrolable, así como mi esfínter. Notar como la orina resbala al tiempo que mis músculos internos palpitan, es la sensación más extraordinaria que he tenido jamás.
Me recupero lentamente, tumbada en el sofá y vuelvo a oír la música lejana, las risas y voces, pero temo quitarme la venda de los ojos. Cuando por fin reúno el valor de enfrentarme al otro lado, me sorprende ver a las dos chicas que me propusieron el juego completamente desnudas y acariciándose. Con una mirada me invitan a participar, pero esta vez mi cabeza responde que no y salgo del lavabo que me ha proporcionado la aventura más excitante de mi vida."