Una fiesta de fin de curso
Mi nombre es Alejandro, yo me consideraba desde siempre bisexual. Estuvimos organizando la mejor fiesta que pudimos, una fiesta de lo más legal con los mejores compañeros.
Una fiesta de fin de curso
Hola a todos. Mi nombre es Alejandro, ¿cómo estáis? Os voy a contar lo que me ocurrió en la fiesta de fin de curso, yo me consideraba desde siempre bisexual, pero nunca había tenido relaciones con alguien de mi mismo sexo, hasta ese día, bueno, no os entretengo más y doy paso a lo importante. Hace dos días celebramos la fiesta de fin de curso en mi escuela, ya que nos lo merecíamos por un largo y eterno 4º de ESO (por fin). Estuvimos organizando la mejor fiesta que pudimos, la escuela cerró sobre las 10:30-11 de la noche en un principio, pero duró más. Con toda clase de música, cubatas camuflados en las botellas de Coca-cola, naranjadas, y demás bebidas. También corrían por allí un par de cosas fumables, del agrado de mucha juventud, en fin, una fiesta de lo más legal con los mejores compañeros. La fiesta empezó a las 6 de la tarde, todo iba de narices, hasta teníamos tres salas con músicas distintas, en el gimnasio estaba la música makina, en la sala de actos era más pop, y en el Teatro heavy metal (mi preferida). También vinieron los de Batxillerato, porque sin ellos la fiesta no hubiera sido posible, ya somos unos 100 alumnos de 4º (5 clases) y no llenábamos los salones ni de coña, así que tengo que agradecérselo a los de Batxillerato. Bueno, la fiesta seguía de narices, claro, un par de piques por allí, etc... Ya eran casi las 10:30 cuando vinieron dos profesores y cuando me esperaba que nos dijeran que ya recogiéramos, van y nos sueltan que ya saben que estamos tomando alcohol, pero antes de que lo tomáramos por ahí, preferían que estuviéramos vigilados por ellos, y que nos podríamos quedar hasta las 12 o 12:30, eso ya fue lo más, así que la fiesta siguió como una seda, yo ya estaba contentillo, no borracho, pero iba tocado un poquito, aunque era muy consciente de lo que hacía en todo momento, al igual que con los que estaba, Edgar y David. Edgar es el chico más guapillo de la clase, piel bronceada, pelo castaño ojos muy verdes, debe medir 1'76, y es muy extrovertido, aunque no voy mucho con él. Y David, es rubio con los ojos marrones, 1'72 muy atlético, y marca muchos abdominales, en fin también está buenorro. En la fiesta no nos comimos ni un rosco, y eso en principio nos jodió muchísimo. Estábamos los tres apalancaos cuando nos viene Laura, una buena amiga del mismo curso que nosotros y nos dice si podemos ir al almacén de la cocina a buscar más bebidas de las que habían allí guardadas para la fiesta porque ella ya se iba, no teníamos nada mejor que hacer, por lo que no pusimos pega alguna. Llegamos al almacén donde tiene esas puertas que sólo se abren desde fuera, y cuando entramos, Edgar que iba el último, no se le ocurre nada mejor que hacer que cerrar la puerta pensándose que era una puerta normal (mira cómo se aburría el chico...). Y claro, como bien habréis pensado allí estábamos los tres como idiotas encerrados sin poder salir, y la única que sabía que íbamos allí era Laura, que ya se había ido del cole. Pues nos pusimos a hablar de lo mal que nos había ido la noche en referencia al sexo contrario, y David que estaba muy cachondo propuso que nos besáramos entre nosotros para que nos bajáramos la calentura, a mí la idea no me importaba, porque ya lo había hecho en juegos, pero me callé porque quería ver la reacción del Edgar, que para mi sorpresa aceptó sin vacilación alguna, entonces David me miró, como preguntándome- ¿qué vas a hacer?. Entonces yo acepté, pero nos quedamos callaos, porque nadie se atrevía a empezar, hasta que para volverme a sorprender Edgar se abalanzó sobre mí, y allí empezó un excitante movimiento de lengua que me puso a 1000, después David agarró a Edgar y también empezaron a morrearse allí mismo. Después repetí con Edgar y David empezó a besarme a mí. Al rato nos paramos un par de minutos sin decir nada, y como siempre para romper el hielo, y para sorprenderme, Edgar propuso llegar a algo más, y David entre risas y coñas suelta... - Empieza, ya sabes dónde está... Volvió a reír, pensando que Edgar bromeaba. Edgar fue hacia David, se puso de rodillas, y le empezó a masajear el paquete, David se quedó perplejo y no pudo evitar una erección. Entonces Edgar le bajó los pantalones de chándal fácilmente y dejó a la vista un tremendo paquete pidiendo a gritos liberarse. Yo siempre me pensaba cómo debía ser de grande el rabo de David en erección, en los vestuarios sin erección le debía medir cuando me fijaba no menos de 15 cm. Edgar también le bajó los calzoncillos dejando aquel pollón que era el más grande que había visto en mi vida, debía medir 20cm, yo flipé. Edgar le empezó a hacer una paja, que por la cara que ponía David estaba disfrutando en serio. Yo estaba empanado cuando Edgar me dijo: - Ven, que yo sólo no me la acabo. Esto lo dijo con una sonrisa maliciosa. Yo fui hacia allí, me puse junto a Edgar de rodillas, y él empezó a lamerle el rabo, y David me dijo: - Chúpamelo tú también. Yo un poco cortado empecé a lamer esa enorme tranca, qué delicioso era lamer una polla tan gorda a la vez que mi lengua se rozaba con la de Edgar. Entonces Edgar apartó la lengua y siguió con la paja, y me dijo "métetela en la boca", y yo que ya estaba más cachondo que nunca, lo hice, sentí casi todo aquel pollón en mi boca, y cuando llevaba ya un buen rato Edgar me dijo: - Parece que tienes hambre ¿verdad chaval? Si quieres yo también tengo una. Edgar se puso de pie al lado de David, y desabrochándose los tejanos, sacó una polla que no estaba nada mal, de unos 16cm, pero más gruesa que la de David, y no tardé mucho en empezar a recorrer con mi lengua ese pedazo de carne caliente, cuando de repente Edgar me agarró violentamente por la cabeza, y empezó un mete saca en mi boca que flipé en colores, sentía sus huevos cómo me tocaban la barbilla. Así estuvo un buen rato, cuando se detuvo y me dijo al oído que le gustaría darme por culo, yo no supe qué contestar, así que Edgar y David se lo tomaron como un sí, me quité los pantalones y los calzoncillos, y apoyé mi torso encima de una mesa del almacén, con la espalda hacia arriba. David dijo entonces: - Yo lo iré preparando, de momento haz que disfrute. Edgar por debajo de la mesa empezó a mamarme la polla, que ya estaba super excitada, cuando empecé a notar cómo se abrían mis nalgas, y cómo entraba un dedo, que me hizo gemir un poco, David se rió y dijo que eso no era nada, estuvo un rato con el mete saca de su dedo cuando metió otro que me hizo disfrutar el doble. Edgar paró de cuparme la polla, porque decía que tenía otra gran idea, se fue hacia donde estaba David y metió dos dedos suyos a la vez que los de David, y los empezó mover de forma salvaje, pensaba que me corría y no podía parar de gemir, qué placer. Entonces los sacaron y Edgar dijo, "Empiezo yo", y le dijo a David que se subiera a la mesa para que se la chupara. Así lo hizo, cuando David estaba delante mío, sentado en la mesa, con su tranca delante de mi cara, me dijo: - ¿Estás disfrutando? - Como nunca - Contesté yo - Por cierto, ¿cuánto te mide? - 22 cm ¿por? - Te la voy a meter eh...- dijo Edgar. Y con mis nalgas bien abiertas, noté cómo algo hacía mucha presión para entrar, qué dolor sentí, no pude evitar que me saltaran algunas lágrimas del dolor, mientras tanto, aquella polla seguía haciendo una enorme presión para entrar, hasta que noté cómo venció mi ano virgen y entraba esa tremenda tranca gruesa, casi me desmayo, y el dolor seguía cuando Edgar la sacaba para meterla de nuevo, pero era un dolor que me gustaba, era placentero. Cuando me acostumbré más o menos a la tranca de Edgar, comencé a comerme la polla de David. Era la Ostia que me follasen mientras me comía un rabo de tales dimensiones. Edgar empezó un mete saca algo violento que me dolió bastante. Hasta que dijo David: - Venga, aprisa, que quiero darle yo también. Ya podía temblar con la polla de David. Se cambiaron la posición y se la empecé a comer a Edgar, mientras notaba cómo David se preparaba para encularme. Noté cómo entraba su capullo, pero como tenía el ano dilatado por la ancha verga de Edgar, no me dolió. David me dijo: - Prepárate, te la meto toda de golpe, para que no te duela poco a poco. Con un gran impulso noté cómo esos 22cm entraban de golpe, no pude contener un grito de dolor, y mis lágrimas saltaban solas. Pero eso no duró mucho, porque Edgar tuvo otra idea salvaje de las suyas. Hizo que David se tumbara en la mesa y yo me sentara en la polla de David y me estirase, de manera que mi espalda estuviera en contacto con el pecho de David, y mi culo quedase al aire, eso si con la polla de David toda dentro. Y por si no me doliera bastante, Edgar se acerca y empieza a hacer fuerza, para metérmla él también. Me taparon la boca para que no gritase, y al cabo de un rato mi culo ya estaba más dilatado, para recibir una segunda polla, y con mucha presión Edgar consiguió meterla, al principio no me gustó, porque dolía demasiado, pero cuando empezó ese doble bombeo de pollas en mi culo, empecé a disfrutar como nunca creí que lograría disfrutar, hasta el punto que empecé a eyacular a chorros, que fueron a parar al pecho y a la cara de Edgar, el cual de dijo que esperase unos minutos y que ya vería. Edgar sacó la polla de mi culo y la metió en mi boca. De repente, David se puso todo tenso, noté cómo se endurecía su rabo y explotaba en mi interior una enorme avalancha de semen, que se derramaba entre mis piernas recién salido de mi ano. Después, Edgar separó su polla de mi boca apuntando hacia mi cara, y dijo: - Quiero que hagas que me corra en tu cara. Le cogí la polla y le empecé a hacer una paja que no duró mucho, porque soltó un gemido de placer intenso y se corrió a litros por toda mi cara, si no conté mal, fuero más de 9 trallazos intensos, y un par de débiles, me quedó la cara y la boca llena del semen de Edgar que saboreamos los dos, ya que después nos besamos. Después de todo esto nos vestimos, y al cabo de 20 minutos nos sacaron de allí, la fiesta ya se había acabado, aunque no nos perdimos nada, creo yo. Todavía no los he vuelto a ver, pero este Verano ya quedaremos, ya...