Una familia unida 16 y 17

La lujuria y el desenfreno se desatan

Una familia unida

Nota previa: Empiezo a despedirme de mis lectores, . Lamento que esta historia no pueda publicarse íntegramente (tiene más de 25 capítulos), por lo que entrego dos capítulos seguidos a manera de compensación.

Como les adelantara, llegado al relato 200 dejaré de enviar mis colaboraciones.

A todos, muchas gracias por su apoyo

Capítulo 16

A la mañana siguiente, Luis se dirigió al dormitorio de su madre y, tal como sospechaba, encontró a esta con su hermana aún abrazadas y desnudas.

Buenos días, dormilonas

Sandra intentó taparse pero Angela siguió abrazada a ella, despreocupándose de sus desnudeces.

Hola, hijo. ¿Qué tal?

Por lo visto lo pasaron muy bien anoche

Si. Tu tía me hizo muy feliz

Sandra observaba asombrada la confianza de madre e hijo y pronto comprendió que entre ellos había algo que ella ignoraba pero que era evidente. Se repuso de inmediato y miró a una y otro. Ya nada le asombraba después de todas sus experiencias sexuales.

Angela, entre ustedes. . .?

Si, hermanita. Adivinaste

Luis se acercó a la cama y poniendo su mano en uno de los muslos de Sandra, le dijo

Tía, ¿quieres saber por qué tu hermana se metió con su hijo?

A Sandra no le cupo dudas que el ambiente en esta familia era de una degeneración como pocas veces viera antes. Y decidió que le gustaba como se presentaban las cosas.

¿Por qué?

Porque tengo un instrumento impresionante

Sandra se excitó ante la perspectiva de ver a madre e hijo follar y ella estar entre ellos.

¿Qué tan impresionante?

Bajándose el pijama, mostró a las mujeres su polla, en semi erección.

¿Qué te pareces, tia?

Si. Realmente impresiona

Y que conste que no está completamente parado

Me gustaría verlo completamente parado, sobrino

Entonces tómalo y acarícialo

Veamos esta maravilla

Y Sandra empezó a pasar su mano sobre la verga de Luis, que empezó a aumentar de tamaño hasta alcanzar medidas impresionantes para cualquier mujer.

Guauuuuuuu. ¡Qué verga!

¿Te interesa probarlo?

Sandra nada dijo, abriendo sus piernas miró a Luis y lo invitó a subir. Este terminó de desnudarse y subió a la cama, poniéndose entre las piernas de su tía. Colocó su instrumento en los labios vaginales de esta y empezó a empujar.

Luis, empuja con confianza. Ya verás

Y Luis empujó fuerte, sintiendo como su polla se hundía en la cueva de su tía, que se apegó al trozo de carne como si fuera un guante, sin oponer resistencia, hasta que el sintió que sus bolas pegaban contra los cachetes de Sandra. Había metido completamente su polla en la zorra de su tía.

Me asombras tía. Lo recibiste sin chistar

Te lo había dicho, sobrino. Ahora fóllame con fuerza

Mijita, ricaaaaaaaa

Asíiiiiiiii, mijitoooooooooo

Y los dos se trenzaron en una lucha mortal en busca del orgasmo, que a Sandra le llegó en medio de gritos de placer y movimientos convulsivos de su cuerpo. Luis siguió bombeando la zorra de su tia, hasta que esta acabó cinco veces sin que él mostrara signos de hacer lo mismo.

Angela hizo a un lado a su hermana y le pidió a su hijo que se la follara a ella y el, sacando la polla de la cueva de su tía, la metió en la zorra materna, que levantó sus piernas y las paso por la espalda de Luis. Después de que Angela acabara cuatro veces, ante el asombro de Sandra, Luis decidió acabar.

Eres increíble, sobrino.

Sí, tía. Acabo cuando yo decido. Y me encanta acabar dentro de mi mamá

No he conocido ningún hombre con tu capacidad de aguante.

Bueno, tu lo haces nada de mal, tia. Tu cosita se dilata impresionantemente

Si. Eso me ha permitido recibir pollas de todo tipo.

Luis miró a Angela. Angela comprendió.

Sandra, tenemos un grupo donde hay cuatro mujeres y Luis. Follamos entre todos.

Ah, lo que se conoce como partusa, ¿verdad?

Sí. Y nos reunimos a diario

¿Y?

¿Te gustaría participar?

¿Cómo son las mujeres?

Bueno, ya conociste a una de ellas.

¿La hermana de Sofía?

Las dos hermanas y la sobrina.

¡Qué familia!

¿Qué dices?

Encantada

Angela llamó a Mónica y le dijo que tenían otra integrante. Esta le respondió que serían seis las mujeres que se comería Luis.

Y es que Mónica había logrado convencer a su hermana durante el desayuno, cuando estaban tomando te y llegó Paula. Ellas reían como si compartieran un secreto, lo que era a todas luces cierto.

¿De qué se ríen ustedes dos?

De nada. Estamos felices. Eso es todo

No me digan más. Ustedes tuvieron sexo anoche

Sofía quedó de una pieza. La melindrosa Paula, la puritana, la que nunca aceptó ninguna insinuación de su padre ni de ella, ahora se mostraba como una libertina. Mónica no le había dicho nada al respecto y no sabía cómo responderle a la hermana mayor.

Sofía, seamos francas. Yo sé que te gusta el lesbianismo. Y yo lo estoy conociendo

No me digas. Me asombras

En los brazos amorosos de tu hermana he conocido este mundo nuevo

Me cuesta creerlo

¿Quieres que te lo demuestre?

Se acercó a Sofia y le tomó un seno mientras estampaba un beso apasionado en su boca.

¿Convencida?

Espera

Sofía llevó su mano bajo la bata de Paula y la subió hasta alcanzar su sexo, que empezó a humedecerse inmediatamente. Sofía metió un dedo en la concha ardiente de Paula y mientras le chupaba una teta metía y sacaba su dedo de la cueva de su hermana

Ricoooooo, hermanitaaaaaaaa

Gozalo, mijitaaaaaaa

Lo que me perdía, mi niñaaaaaaaaaa

Ponte al día, putitaaaa

Síiiiiiii. Tu putitaaaaaaaa

Aghhhhhhhhhhh, cositaaaaaaaaaaaa

Aghhhhhhhhhhhhhhh

Paula llenó la mano de Sofía con sus jugos y esta la llevó a su boca chupando sus dedos como si de un caramelo se tratara.

Increible. Esta sí es mi hermana. Ahora seremos tres lesbianas en la familia.

Corrección. Cuatro

¿Por qué?

No dejes fuera a Vanesa

¡No me digas! Esto es increíble. Cuatro lesbianas en la familia

Aclaremos, Sofía. Somos bisexuales, como tú

Pero si somos cuatro mujeres, ¿dónde está el hombre para practicar la bisexualidad?

Es nuestro vecino Luis

¿El sobrino de Sandra?

Angela y Luis. Tenemos un grupo que nos reunimos para tener sexo total

¿Y Sandra?

Se incorpora a partir de hoy día. Solo faltarías tu

Dalo por hecho

Hermana, prepárate que nos reunimos después de almuerzo, en casa de Angela.

Cuenten conmigo.

El destino había jugado sus cartas y había copado la banca. Sandra y Sofía vivirían su amor junto con el sexo grupal, en un ambiente que llenaría todas sus expectativas y mucho más, como verían después.

Sandra, por su parte, volvería a practicar sexo con un perro, como tanto le agradaba y Sofía volvería a probar la verga de un potro. A decir verdad, todas las mujeres culiarían con perros, pero aún no lo sabían

Pero no nos adelantemos tanto. Vayamos paso a paso.

Capítulo 17

Cada uno tenía diferentes expectativas, pero a todos las unía un objetivo: la lujuria.

Para Angela, sentir que se estaba culiando a su propio hijo le daba una sensación de morbo increíble. Y a eso le agregaba la cuota de venganza respecto a su marido, lo que le hacía sentirse completamente realizada. Lo engañaba y no con cualquier hombre. Con su propio hijo. Y lo disfrutaba de manera impresionante.

A Sandra le daba la oportunidad de probar nuevamente ese tremendo pedazo de pico de su sobrino, comparable solamente al del potro con el que había culiado. Y ansiaba poder entregarle su culo para sentirlo dentro. Sabía que ninguna mujer lo había recibido, por temor al tamaño de la polla, por lo que gozaba desde ya por la oportunidad que se le presentaba de demostrarles de lo que su culo era capaz.

Mónica disfrutaba de la posibilidad de volver a comerse esa tremenda polla, de un muchachito de solamente quince años. Para ella era como una violación de un púber, pero con una verga de proporciones increíbles. Se sentía como esas profesoras de relatos eróticos que seducen a los infantes.

Paula deseaba quedar preñada y Luis era la posibilidad que se le presentaba. Si lograba convencerlo, podría engendrar de ese muchacho algo exquisito, según esperaba.

Vanessa estaba feliz de tener para ella esa tremenda verga y tantos coños para chupar. Su apetito sexual estaba empezando y sentía que estaba en el paraíso.

Sofía estaba fascinada con la posibilidad de probar una verga como la de su padre. Y si había recibido en el culo el tremendo pico de Paul, creía que podría hacer lo mismo con la polla del sobrino de Sandra.

De Luis ¿qué se puede decir? Estaba fascinado teniendo a seis mujeres para el solo, y sentía que cada día sus deseos aumentaban y ansiaba cumplir nuevas fantasías. Y lo mejor de todo es que las mujeres parecían dispuestas a complacerle, como en lo de la lluvia dorada. ¿Beberían orina mezclada con semen? Tal vez fuera como mucho, pero de estas putas todo se podía esperar.

Con esos pensamientos en mente, se juntaron en casa de Mónica, que los recibió con unos pisco sour para distender el ambiente y prepararlo para la jornada de sexo que tenían por delante. Todos sentados en el living, intercambiaron sus primeras palabras.

Sandra, ¿qué te parece el grupo?

Creo que es increíble. Espero que podamos compenetrarnos bien

Y tu, Sofía, ¿qué dices?

Pienso como Sandra. Creo que Luis tendrá que esmerarse para dejar contentas a todas.

Tranquila, que hay material suficiente, como ya te habrán dicho

¿Alguna de ustedes tiene algo que decir antes de que subamos al dormitorio?

Paula creyó llegado su momento y se decidió a plantear su deseo

Yo tengo algo que pedir

¿Qué cosa?

Quiero quedar preñada de Luis

¿Hablas en serio?

Miren, a mi edad aún no soy madre, y ese es mi gran sueño. Sólo deseo que Luis ponga la semilla. Nada más. No le pido nada más.

Todos guardaron silencio. Luis se adelantó, con una extraña sonrisa en el rostro.

Cuando estemos arriba te respondo. ¿Vale?

El grupo subió de dos en dos y cuando estuvieron en el dormitorio matrimonial de Mónica, empezaron a desvestirse. Sandra y Sofía lucían espléndidas en sus cuerpos jóvenes y exuberantes. Se miraron entre ellas sin decirse nada. Estaban a la expectativa.

Quiero ser la primera en probar la verga de mi hijo.

Angela se puso de rodillas y empezó a chupar la tremenda tranca de Luis, que la tomó del pelo y empezó a culiarle la boca.

Mmmm, mamita rica. Putitaaaaaaaa

Mónica tomó a Paula y la llevó a la cama, donde empezó a chuparle el chocho, en tanto Vanesa se metía entre las piernas de su madre y hacía lo propio con su zorra.

Cómo chorrea tu zorrita, mami. Mmmmmmm

Mónica, chúpame cabrona. Asiiii. Siiiiiiiiiiiii

Sandra y Sofía se miraron sonriendo abiertamente y se precipitaron una en los brazos de la otra, apretándose con pasión y besándose como si no se vieran desde mucho tiempo.

Mmmmm, ricaaaaaaaaa

Siiiiiiiiiiiii. Mijitaaaaaaaaaaaa

Dame tu cosita rica, Sofiaaaaaaaaaaaaaa

Tómalo mi cielo, gózalooooooooooo

Luis tomó  a su madre y la puso en la cama, subiéndose encima de ella y follándola hasta que esta acabara un par de veces.

Mijitooooooo, asíiiiiiiiiiiiiiiii

¿Te gusta mi pico, putaaaaaaaaaa?

Síiiiiiiii. Lo máximooooooooooooooo. Aghhhhhhhhhh

Después llamó a Vanesa e hizo lo propio con ella, que tuvo cuatro orgasmos antes de soltarlo para que Mónica lo probara. Esta se puso en cuatro piernas y lo invitó a metérsela, lo que Luis hizo con muchas ganas, haciéndola acabar otras tantas veces.

Asíiiiiiiii, madre e hija. Putassssssssss lasssssss dosssssssssss

Yo más puta, mijito. Mèteme esa tranca. Asiiiiiiiiiii

Te gustan los picos jóvenes, cabrona

Sí, soy una perra caliente que le gustan los picos cachorritos

¿Y este te gusta?

Lo máximo, cabrón. Rompeme, mijitooooooooo

Después llegó el turno de Paula, que estaba feliz de probar nuevamente ese tremendo vergón. Era tanta su calentura que acabó cinco veces seguidas.

Eres tan caliente y estabas escondida, puta

Tu puta, mijitooooooooo

Ahora sabes lo rico que es culiar, cabrona

Síiiiiiiiii. Ricooooooooooooo

Con su polla completamente parada, Luis dirigió su mirada a las dos muchachas que se integraban al grupo, tiradas en el sueldo en un 69 desenfrenado.

Y ustedes, par de putas calientes, ¿quieren probar?

Se levantó Sofía y se puso de espaldas en la cama, invitando a Luis a que la penetrara

Ahora aprenderás a culiar, cabrón

¿Tu crees? Primero debes tragarte este pedazo de pico

Mételo sin miedo, puto. Aquí tienes una zorra de verdad.

Luis empujó y su verga entró inmediatamente, como si las paredes de la vulva de Sofía se abrieran para que entrara la polla y después se cerrara para abrazar el tronco que iba metiéndose entre ellas.

Te lo dije, puto cabrón. Ahora, culea como hombre.

Eres increíble, perra. Tu chucha es como un guante

Y aún no has probado lo mejor, puto de mierda

Ricaaaa, mijitaaaaaaa

Papitooooooooo. Asiiiiiiiiiiiiiiiii. Aghhhhhhhhhhhhh

Sofía acabó tres veces seguidas, en medio de gritos y groserías, que lanzaba de puro gusto de haber tenido tan rica follada después de tanto tiempo.

Sofía, déjame algo para mí, por favor

Sandra se puso al lado de Sofía y pidió a Luis que se lo metiera. Este sacó su verga humeante de la chucha de Sofía y la dirigió a la de Sandra, que lo esperaba ansiosa.

Aunque con cierta dificultad, el pedazo de carne de Luis se introdujo en la vulva de Sandra, que lo recibió gustosa.

Mijitoooooooo. Ricooooooooooo

Mi cabrona tiaaaaaaaa. Ricaaaaaaaaaaaaa

Másssssssss, massssssssssssssss. Aghhhhhhhhhhhh

Sandra acabó cinco veces con el pedazo de pico de su sobrino en la chucha. Gozaba como perra en celo, pero Luis decidió sacar su polla y se sentó a un lado, observando a las mujeres en diferentes parejas haciendo sexo de manera apasionada.

Cuando se hubieron calmado algo, Luis hizo caer la bomba.

Muchachas, ¿recuerdan la petición de Paula?

Siiii

Pues bien. Por mi parte no hay problemas. Pero tengo una condición

¿Cuál condición?

Que todas ustedes dejen de tomar pastillas

Pero…….. El barullo fue inmenso. Todas se miraban y se consultaban, sopesando las consecuencias de lo que Luis pedía. Fue Angela la que tomó la palabra.

Luis, eso significa que podemos quedar embarazadas. ¿Te imaginas?

Exactamente. Eso es lo que quiero, que todas queden preñadas de mí.

Mónica y Angela se opusieron abiertamente a la petición de Luis. Vanesa, Sandra y Sofía se mostraban reacias, pero no se decidían. Solamente Paula estaba de acuerdo.

Bueno, piénsenlo con calma y me responden mañana, ¿les parece?

Todas asintieron y Luis les ofreció la lluvia dorada, que todas aceptaron encantadas, poniéndose en el suelo, algunas de espaldas y otras de rodillas, para ser regadas por la verga del muchacho, que las mojó completamente.

Cuando se separaron, despidiéndose hasta el dia siguiente, Luis les ofreció que la orina se mezclara con semen.

Yo traigo una jarra, dijo Mónica

¿Quieres que lo bebamos?, consultó Sandra

¡Buena idea! saltó Vanesa

Y quedaron de acuerdo para al día siguiente ser bautizadas con la mezcla de los fluidos de Luis, el  macho de esas seis mujeres que no deseaban otra cosa que tenerlo solamente a el y su exquisita verga para ellas solitas.

Al despedirse, Sofía le dijo a Sandra:

Cariñito, mañana voy a estrenar mi culito con esa vergota. ¿Te parece?

Yo pensaba hacer lo mismo, golosa.

Media sorpresa que se llevará Luis, ¿no crees?

No sabe con las hembras que se encontró

Un beso selló el pacto de las dos, que se retiraron felices y con la promesa de encontrarse al día siguiente para seguir disfrutando de la enorme verga de Luis y de los calientes chochos de las otras mujeres.