Una familia diferente

Continuación del relato "El Sauna III". Como descubro una nueva y diferente vida familiar con Claudia y su hermano.

Al llegar a la casa de Claudia, aun me encontraba desconcertado con la situación, trataba de no pensar mucho, ya que, cuanto más lo hacía menos entendía. El departamento era de un solo dormitorio, una pequeña cocina americana y un living bien decorado. Era realidad no necesitábamos más, apenas cruzamos la puerta, Claudia, se lanza sobre mí, nos besamos con locura, apenas alcanzamos a llegar al sofá, para ese entonces ya estábamos desnudos los dos y yo furiosamente empalmado. Claudia me empuja al sofá, se arrodilla y empieza a chuparme desde las bolas hasta la punta del pico, lo hace con delicadeza al principio, luego va aumentando el ritmo, golosa, me pajea con una mano con la otra se mete los dedos en su perfecto culito.

Siento acabar, no quiero hacerlo aún, por lo que la tomo por la cabeza, compartimos un jugoso beso con sabor a mi pico, me pierdo en sus preciosos pechos, ella me pide que le meta la lengua en el culo, quiere estar bien mojada para cuando se la meta, no es necesario que me lo pida dos veces, la tomo por las caderas y empiezo a jugar con ese hermoso culito, mi lengua entra y sale, cada vez más adentro, la meto todo lo posible, luego le meto un dedo, dos, alcanzo a meter tres cuando la escucho gemir de placer:

- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¡Métemela por favooooooooooooooor!

No pierdo el tiempo, de un solo golpe se la meto, mis bolas chocan con las suyas, cada vez con más violencia, con más deseo, ella solo grita, parece poseída de deseo. Luego de unos instantes la doy vuelta, queda su pico a la altura de mi boca, entre salto y salto alcanzo a regalarle algunas lamidas, ella cada vez más ganosa grita y grita de deseo, al punto de acabar sobre mi pecho y parte de mi boca y cara. Me limpia entero mientras sigue cabalgado. Le aviso que esto por acabar, ella me pide que le llene el culo, así hago. Hace tiempo que no tenía una descarga tan fuerte, llena de placer, llena de deseo, siento como mi semen sale de su culo, llenando mis piernas de semen, corriendo por todos lados.

Nos quedamos abrazados unos instantes, ella, sonriente dice que se va a dar una ducha, me pide que la espere en la habitación, como ya estaba, realmente, cansado le hago caso. Me recuesto unos instantes, siento la ducha, la puerta entreabierta llena mi cabeza de fantasías. Me acerco sigilosamente, corro un poco la cortina, veo como ella, sin darse cuenta, estaba acariciándose entera, con cara tierna y llena felicidad, asomo mi pico por la cortina, ella, sin decir nada, lo toma sonriente:

- ¿Qué es lo que encontré por acá? – dice mientras empieza a chuparlo – Parece que tendré que lamerlo para poder ducharme tranquila.

Corre un poco más la cortina de baño, se pone de rodillas, empieza a chupar:

- Tengo una fantasía – me dice con cara picara – Me han chupado un par de veces, pero nunca pude metérsela a un hombre, ¿me dejarías?

Con cara cómplice y muchas ganas le digo que no tengo problema en ello, es más, me encantaría ser su “primera vez”. Entro a la ducha con ella, nuevamente nos besamos, está vez soy yo, quien, de rodillas, se la chupo con locura, ella empieza a gemir nuevamente, me toma la cabeza, guía mis movimientos, dice que se va a correr, no la dejo. Vuelvo a besarla, me da vuelta, tiernamente, me pone contra la pared, me agacho un poco, quedo algo arqueado, ella acomoda su pico hermoso en la entrada de mi culito, al principio con torpeza, luego con más confianza, siento como entra cada uno de sus 19cm, ella empieza a aumentar el ritmo, con cada estocada suelto un gemido de puro placer, cada vez más intensas las estocadas, cada vez más intensos mis gemidos, que, a estas alturas, ya son gritos de placer. La ducha tibia corre por mi espalda, ayuda a calmar el ardor de mi culo, ella como loca sigue metiendo, acaba llenándome el culo de semen tibio. Antes que pudiera acabar ella me pide que se la meta nuevamente; lo hago, esta vez con ternura, también apoyada contra la pared, Claudia levanta un poco su culito hermoso, se la meto una y otra vez, no tardo más que unos minutos para volver a llenarle el culo con mi semen.

Salimos juntos de la ducha, nos secamos y tocamos cada vez que podíamos. Yo me pongo un short de piyama, bastante suelto, ella se pone un tocado de dormir, color negro transparente. Juntos nos vamos a la cocina, preparamos algo juntos, cada vez que yo estaba preparando algo, ella me regalaba una deliciosa mamada; mientras yo le metía la lengua, cuando ella lo hacía, a veces, incluso le metía la punta del pico y luego se lo sacaba.

- ¡No me hagas sufrir! – decía ella - ¡Déjala adentro que me encanta!

Al rato de comer, nos vamos juntos a la cama, estábamos los dos agotadísimos luego de este extraordinario día.

Al despertar en la mañana, veo una nota junto al velador:

“Salí hacer unas compras y vuelvo por la tarde, mi hermano va a pasar por la casa a buscar unas cosas para mi hermana. Ya le conté de ti y quiere conocerte. Besos.”

Miré la nota con algo de desconfianza, algo no me cuadraba, pero no le di importancia en el momento. Luego del desayuno me fui a la ducha; acababa de salir cuando siento la puerta, era Adrián, el hermano de Claudia. Me mira de pies a cabeza, sonríe, me da la mano mientras me saluda. Adrián es un tipo flaco, de un 1.70mts., con un cuerpo algo afeminado, cara de niño, no tendría más de 20 años (nunca me dijo que edad tenía en realidad). Luego de una breve charla, él se va al cuarto a sacar las cosas para su hermana. Le ofrezco algo de tomar, me pide una cerveza, luego de tener todas las cosas que fue a buscar, nos sentamos un rato a tomar las cervezas.

Luego de un par de horas conversando, y varias cervezas, veo como Adrián empiezas a relajarse y soltarse, me cuenta que, a pesar de tener novia, su gran deseo es follar con un hombre. Hace tiempo que tiene ganas de hacerlo, pero no se atreve a pedírselo a nadie con miedo a la reacción que puedan tener. Yo solo me río y le digo que él tiene que hacer lo que su corazón le diga, es mejor probar a quedarse con la duda, en el peor de los casos no le gusta, pero se saca la curiosidad. El reacciona sorprendido por mis palabras, se levanta de su asiento y se sienta a mi lado en el sofá. Me mira la entrepierna con cara de deseo, tímidamente empieza tocarme el pico por encima del short, luego con un poco más de confianza, y al ver que yo no digo nada, me lo desabrocha, y me toma el pico con una mano, lo deja libre de la prisión del calzoncillo, lo mira por unos instantes, se lo acerca a la boca, primero le da unos pequeños besos en la punta, luego unas lamidas tímidas, mientras me pajea suavemente.

Levanta su mirada, me mira con lujuria, le tomo la cabeza y lo guio a mi pico, el vuelve a chuparlo, esta vez con más confianza, se lo mete entero a la boca, siento como juega con su lengua, de un lado al otro. Aumenta su deseo, sin sacarse mi pico de su boca se desviste, nervioso me pide que se la meta:

- Por favor ten cuidado, es mi primera vez – dice con cara de deseo y nervioso.

Voy al cuarto a buscar un lubricante, le lleno el culo, le meto dos dedos primero, para dilatarlo un poco, Adrián empieza a gemir, primero muy despacio, como contenido:

- ¡mmmmmmm! Así, así, no pares ¡oooooooooooh!

Lo pongo en cuatro en el piso del living, acomodo la punta de mi pico, de a poco se la voy metiendo; se la meto un poco y espero que se acostumbre, luego otro poco y otra vez espero. Cuando siento como mis bolas chocas con las suyas, Adrián ya es toda una putita. Gime como una perra en celo, me pide que se la meta más fuerte, más duro, más al fondo, a gritos me pide que lo parta en dos. Le hago caso, aumento el ritmo, cambiamos de posiciones. A veces queda encima de mí, en otras con la cabeza en el piso y el culo parado, mientras cambiábamos aprovechado de darme algunas lamidas en el pico y acariciarme el culo.

- ¡Estoy a puuuuuuuuuuuuuunto de acabaaaaaaaar! – le grito

- ¡Lléname entera, deja toda tu leche en mmmmi cuuulooooooooooooo! – grita como perrita ganosa

No alcanzo a terminar de gritar cuando suelto una fuerte descarga en su culo, recién estrenado, la segunda descarga la suelto en su boca, ganoso chupaba mi pico con sabor a su culo, mientras tragaba semen caliente.

Quedamos exhaustos, me recuesto en el piso apoyado a al sofá, Adrián pone su cabeza en mi pico y me acaricia la pierna.

- ¿Ahora quieres que te la meta por la oreja? – le digo en todo de broma y con una sonrisa

Nos reímos juntos, nos abrazamos, nos damos un pequeño beso; Adrián se viste, me da un besito en la mejilla, me regala una nueva mamada, esta vez no me deja acabar.

- Esta lechecita que viene es para mi hermana, que feliz la debes hacer…

Toma sus cosas y se va. No alcanza a pasar una hora cuando llega Claudia, con cara de preocupada me abraza, me pide que me siente.

- ¿Pasa algo? – le pregunto

- Estuve con mi cuñada – me responde – ella está muy preocupada con Adrián, al parecer él tiene una amante…

Con mi mejor cara de no saber nada, la miro y trato de desviar la atención del tema.

- No será que ella está confundida con el tema, puede que tu hermano este saliendo con amigos, todos los hombres hacemos lo mismo.

- No es eso – dice – el otro día llego a la casa con un olor extraño, le dijo a Elisa (el nombre de la novia de Adrián) que le había caído cerveza y entre eso y el olor al cigarro quedo con ese olor.

- Es entendible – le replico.

- El problema es que mi hermano no fuma y toma muy poco, son contadas las veces que lo he visto con un trago en la mano.

- Bueno, te propongo algo – la interrumpo – si quieres puedo hablar con tu hermano, a ver qué le pasa. Hace poco estuvo acá y nos llevamos muy bien.

- Mejor que no – me responde – yo voy hablar con él, pero te voy a pedir que trates de conversar un poco con Elisa, como Uds. no se conocen es más fácil dar una opinión.

- ¿Puedes hacerlo? ¿Por mí? – me dice con carita de ángel

- ¡Claro! – le respondo - si tú quieres yo lo hago

Se le ilumina el rostro, me mira con ternura, se acerca, me toma la cabeza, suavemente me guía a esos pechos enormes de placer y dueños de mis pensamientos más oscuros. Voy lamiendo entre sus pechos mientras le saco la camisa, esta cae al piso junto el sostén, dejando el fruto de mis fantasías frente a mí. Me pierdo en sus pechos, con la punta de la lengua acaricio sus pezones, mientras con una mano masajeo el pecho libre y con la otra la masturbo suavemente. Ella termina de desvestirse, hace lo mismo conmigo, la tomo entre mis brazos, la llevo a la cama, la apoyo suavemente contra el colchón, la beso, con mi lengua me demoro en su boca, tengo mis manos en sus caderas, juego a acariciarle el culo y las bolas.

Ella me toma por la cabeza, con ambas manos, suave y tierna, me recuesta al lado de ella, me devuelve el favor, sin dejar de besarnos se pone sobre mí, siento como sus pezones tratan de perforar mi pecho, como dos lanzas, durísimos, presionan contra mi cuerpo, luego empieza a besar mi cuello, mi pecho, sigue con la lengua, lamiendo y besando todo mi cuerpo, a medida que baja, sus tetas acarician mi cuerpo, sus pezones van rozando con mi pico, este queda entre sus dos tetas, me hace una paja rusa, casi de casualidad, sigue bajando, sus labios se encuentran con mi pico, lo toma con una mano, lo pasa por toda su cara de manera tierna, como si quisiera dejar todo su rostro impregnado de olor a sexo. Acomoda sus labios en la punta, va abriendo la boca de a poco, siento como mi pico va entrando de a poco en su boca, cuando me toca la punta del pico con la lengua suelto un suspiro ahogado, empieza a lamer, despacio, con cariño, sus movimientos aumentan, mi pico entra y sale de su boca primero lentamente, luego más rápido. Siento como mi pico aumenta de tamaño y se pone cada vez más duro con cada lamida.

La tomo por la cabeza, me da una dulce mirada, sonríe maliciosamente con mi pico en su mano, mientras acaricia uno de sus pechos. Se recuesta a mi lado, nos besamos intensamente, mientras nos masturbamos el uno al otro, se recuesta en la cama, la tomo por la cintura, acomodo mi pico en la entrada de su culo, despacio, muy despacio empiezo a metérselo, con ternura, con pasión, con deseo, ella empieza a gemir; mientras se la meto juego con sus pechos, mis movimientos son suaves, tiernos, al compás del movimiento de sus caderas, con mi boca me pierdo en sus pechos, en su boca, en su cuerpo.

Ella me mira, me toma por el cuello, se acomoda, aumenta sus movimientos. Se la saco de golpe, la acuesto de lado, nuevamente se la meto, esta vez con más ganas, más deseoso. La tomo por la cintura con una mano, con la otra acaricio uno de sus pechos, nuestros movimientos son cada vez más intensos.

- ¡aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah! – grita ella - ¡Que deliiiiiiiiiiiicia!

- Estoy cercaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa – le grito yo

Ella gira su cabeza, no besamos al mismo tiempo que acabamos juntos, yo le lleno el culo y ella acaba sobre mi mano. La acaricio, le lleno el cuerpo de su semen caliente, fruto de nuestra pasión y deseo. Luego, con mi lengua se lo limpio de su cuerpo. Ella se estremece con cada lamida que le doy, la dejo limpia, deseosa.

- Nunca me habían hecho el amor de esta manera, pensé que solo las mujeres podían sentirse amadas así…

- … me hiciste mujer, tu mujer, ¡oh! Estoy completamente satisfecha

Dice mientras me acaricia el pecho, recostada sobre mí, mirándome con cara de satisfacción. No pasa mucho para que nos quedemos dormidos juntos, abrazados el uno al otro.

Al anochecer, nos despertamos con el sonido del celular, era Elisa. Claudia, pone cara de preocupada, le dice que no se preocupe y que se venga al dpto., luego de colgar me pide que nos duchemos.

- Elisa viene en camino, algo pasó entre ella y mi hermano. No tenemos mucho tiempo, ella vive cerca.

Nos vamos juntos a la ducha, mientras estábamos adentro, Claudia empieza a chuparme el pico de nuevo.

- ¿No que no había tiempo? – le digo con una sonrisa picara

- Siempre hay tiempo para chupar este pico delicioso – dice con cara de golosa

Estaba a punto de acabar cuando sentimos el timbre, era Elisa. Yo salgo en toalla, le abro la puerta y la hago pasar.

- Disculpa por la pinta, pero me pillaste saliendo de la ducha.

- Pasa, toma asiento, Claudia ya viene.

- Gracias. – dice Elisa con cara de pena.

Me voy al cuarto, Claudia se viste lo más rápido posible, se pone un pantalón y una blusa. Sale a conversar con Elisa mientras yo sigo vistiéndome.

Al terminar de vestirme, escucho a Claudia pidiéndome que vaya al living.

- No los había presentado como se debe, ella es Elisa, la novia de mi hermano.

Nos miramos, le doy un beso en su mejilla.

- Un gusto. – dice con cara de pena

Elisa es una mujer hermosa, bajita, no más de 1,65mts., ojos azules, de piel morena, algo entrada en carnes, pero con una marcada cintura, labios gruesos, pelo rojizo, enormes pechos y un culito algo pequeño pero redondo.

- Elisa me contó que Adrián volvió diferente, que está más distante de lo normal desde que fue a la casa de mi hermana a dejar las cosas.

- Esto no puede seguir así – dice Claudia – voy a la casa de mi hermano, tengo que hablar con él.

- Le dije a Elisa que se podía quedar contigo, no la dejes sola, ella necesita conversar con alguien y quien mejor que tú.

- Como no se conocen será más fácil dar una opinión “desde afuera”.

Solo muevo la cabeza en señal de aceptación, Elisa sigue con cara de pena.

- No quiero molestar – dice Elisa – No quiero hacerte perder el tiempo conmigo…

No dejo que termine la frase y la interrumpo.

- No me molestas en lo absoluto, soy bueno escuchando. Te puedo dar mi opinión, una vez que me digas, lo que me quieras decir, sin ninguna presión.

Elisa sonríe tímidamente.

Claudia toma sus cosas, me da un beso y se va a la casa de su hermano.

- No sé cuánto me demore, pero te llamo cuando venga en camino – dice dándome un beso de despedida.

Pasan cerca de 15 minutos, desde que se fue Claudia, y Elisa empieza a sollozar, le digo que se siente a mi lado, que conversemos, ella, en un gesto casi involuntario y natural, se apoya en mi cuerpo, casi al instante empiezan a caer algunas lágrimas. La abrazo con ternura, le digo, con la voz suave.

- Cuéntame lo que pasa, tal vez, juntos podamos encontrar una solución al problema.

Ella empieza contarme que desde hace unos meses Adrián está diferente, casi no la toca, en ocasiones, incluso, ha evitado tener sexo con ella, todo empezó cuando hace unos 6 meses, decidieron ver una porno para tener “nuevas ideas” para mejorar la relación. En esta porno había un tipo disfrazado de mujer, sin ser travestí, y que se lo follaban entre varios tipos. Luego de ver la película, tuvieron una tarde de sexo como hace muchos años no la tenían, pero al pasar los días, cada vez fueron menos las veces que tenían sexo, hasta que ya casi no se miraban siquiera.

No sabía que decir, ella contándome este tema tan íntimo, y por otro lado mi cabeza no paraba de dar vueltas, como alguien podía rechazar una mujer como ella, es extremadamente sensual, una delicia a los ojos, cariñosa y tierna.

- No sé qué decirte – le digo - no logro entender como alguien puede no querer estar contigo, tocarte, hacerte el amor todos los días, a cada segundo.

- Eres una mujer increíble, tu novio tiene que tener serios problemas.

- Yo no sería capaz de pasar ni un segundo sin tocarte, acariciarte y hacerte el amor…

No alcanzo a terminar la frase, ella me mira, aun con lágrimas en su rostro.

- ¿En verdad lo dices…?

Sin ningún aviso me roba un beso, la abrazo y se lo correspondo, luego como que se asusta, se echa hacia atrás, se tapa la boca con ambas manos.

- Perdón, no sé lo que me paso – dice.

Solo sonrío, le digo que todo está bien. La abrazo, ella me corresponde, la vuelvo a besar, esta vez más apasionadamente. Sus brazos van directo a mi cuello, me acaricia la cabeza, yo empiezo a acariciar su culo, es como una roca, durísimo, ella se deja hacer. Se sienta sobre mí, me quita la polera, yo hago lo mismo con la suya. Suelto su sostén y saltan esas tetas enormes, de grandes pezones, me demoro chupando cada uno de ellos.

- ¡Nnnnooooooo pareeeeeessss!

- ¡mmmmmmmmmmmmm! ¡sigueeeeeee!

Grita ella, llena de deseo. La recuesto en el sofá, le saco ese ajustadísimo pantalón, al mismo tiempo que le saco su tanguita. Queda frente a mí una, perfectamente depilada, vagina; no pierdo el tiempo y empiezo a lamérsela, primero despacio, solo la punta de la lengua, siento como empieza a mojarse, a soltar sus jugos, con mis manos acaricio sus pechos, mi lengua entra cada vez más y más.

- ¡aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah! ¡sigueeeeeeeeeeeeeee! ¡me tienes como loocaaaa!

Le meto un dedo mientras sigo lamiendo, luego dos cada vez más adentro, turno mis dedos con mi lengua. Ella empieza a contorsionarse, grita como poseída.

- ¡Estoooooooooy acabaaaaaaaaaaaaaando!

- ¡aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!

Cierra sus piernas, aprisionando mi cara contra su vagina, sus jugos van directo a mi lengua, mi cara, quedo empapado. Siento como se relaja, de a poco sus piernas se van abriendo, me toma por la cabeza, compartimos un jugoso beso. Me sienta sobre el sofá.

- Me toca devolverte el favor – dice maliciosamente

Empieza a regalarme una mamada increíble, al principio un poco torpe, luego más y más deliciosa. No pasa mucho cuando siento acabar, su lengua en fantástica, la tomo entre mis brazos. No quiero acabar sin metérsela primero, la llevo a la cama, recostada de espaldas, le acomodo mi pico entre sus labios vaginales, como que juego a acariciárselos primero.

- ¡Métela, mételaaaaaaaaaaaa! ¡no me hagas sufrirrrrrrrrr!

De un solo golpe y hasta el fondo, ella suelta un enorme grito de placer, arquea su espalda a la vez que clava sus uñas en mi pecho, con movimientos fuertes e intensos cabalgo esa yegua ganosa, a veces más rápido, otras veces más lento. Ella se mueve al compás de mis estocadas, se la saco de golpe, le pido que se siente sobre mí, ella lo hace, casi que de golpe cae sobre mi pico, empieza a moverse como poseída, yo juego con sus tetas, me vuelve loco ver como se saltan al ritmo de su cintura, como saltan jugosas de deseo, se las aprieto, pellizco, acaricio, ella solo grita y gime de placer. El ver esas tetas balanceándose me tienen, nuevamente, a punto de acabar. Elisa me pide que la llene entera, pero aun no es momento de hacerlo.

La tomo nuevamente, esta vez la pongo en cuatro, le paso la lengua por el agujero de su culo, ella queda loca, con sus manos se abre el culo para que mi lengua pueda llegar más al fondo, entre gritos me dice que es virgen de culo, eso me pone a mil, más ganas tengo de partir ese culito duro en dos. Con una de mis manos le meto un dedo a su culito, espero unos instantes y empiezo con movimientos más firmes. Luego le meto el dedo gordo, para dilatarlo un poco más, un dedo en culo, dos en su vagina, ella ya está a mil, gime cada vez más fuerte, grita como perra en celo.

- ¡Méteme ese pico enorme en culo, párteme, rómpeme enteraaaaaaaaaa! – grita ganosa

No espero más, estaba desesperado de placer, ese culo iba a ser mío. Acomodo la punta del pico, empiezo hacer presión, ella grita cuando entra la punta, espero unos instantes para que se acostumbre.

- ¡Rómpemeeeeeeee, no paressssssssssss!

Hago caso, de golpe se la meto hasta el fondo, su cuerpo se contorsiona, levanta más el culo, su cabeza va hacia atrás. La tomo de las caderas, empiezo a embestirla con fuerza, sin piedad, cada vez más fuerte, ella como loca grita cada vez más fuerte, ya no aguanto más estoy por acabar.

- ¡Lléname el culo con tu lecheeeeeeeeeeeeeeeee!

Suelto una feroz descarga en su culo, me aguanto un poco, se la saco de golpe y rápidamente la giro, la segunda descarga cae sobre sus enormes tetas. Ella se encarga de repartir mi semen por sus tetas, cuerpo y cara. Con sus dedos lleva algo de semen a su boca, se relame entera. Quedamos agotados. Caigo sobre su cuerpo, nos abrazamos por unos instantes mientras compartimos un jugoso beso, una mezcla de mi semen y sus jugos vaginales. Me recuesto hacia un costado, Elisa se abalanza sobre mi pico, aun soltando algo de semen, lo lame entero, no quiere perder ni una sola gota.

Nos quedamos abrazados por largos instantes. Nos damos cuenta de la hora, Claudia podría volver en cualquier minuto, antes de vestirnos, Elisa me regala una deliciosa mamada, esta vez no tardo en acabar y dejo su boca y pecho lleno de semen, con sus manos se encarga de limpiarse y llevarlo todo a su boca.

Volvemos al living, le ofrezco un trago, estábamos sentados conversando cuando llega Claudia.

- Parece que lo pasaron muy bien Uds. dos, cuando me fui estabas a punto de llorar, ahora eres pura sonrisa – le dice a Elisa.

Elisa se pone algo colorada y sonríe coqueta.

- Hablé con mi hermano, hicimos un trato, el prometió cambiar.

- Desde hoy en adelante va a ser más atento contigo.

Elisa agradecida del gesto de Claudia, le da un beso y se despide. Me regala una mirada coqueta, me da un beso en la mejilla, desde la puerta, como si fuese casualidad, se acaricia el culo y se despide con una sonrisa.

Apenas se va Elisa, Claudia me queda mirando con cara cómplice.

- Te cuento – dice – camino donde mi hermano me llamo Fernanda, dice que te echan de menos, pero no les importa compartirte. Ya saben de nosotros y quedaron alegres de saber que te “llevas tan bien” con el resto de la familia.

- También me dijeron que eres medio peligroso cuando quedas solo con una mujer – sonríe pícaramente – al parecer tenían razón, Elisa se fue muy satisfecha. Me da gusto que ella pudiera sentir el mismo placer que me das a mí.

- Mi hermano me contó de sus deseos homosexuales y de cómo le partiste el culo, quedó completamente enamorado de tu pico, como yo y Elisa también lo estamos.

Yo no sabía si reír o llorar, la situación era cada vez más rara. En el sur, donde vivo tengo dos hermosas mujeres embarazadas, una hermosa y deliciosa travesti que me espera, y ahora en Santiago, me descubro con 3 amantes: Adrián y Claudia, que son primos de Fernanda y Sofía, y ahora la novia de Adrián.

- Pero no te preocupes, con mi hermano hicimos el siguiente trato: al menos una vez a la semana tú te lo vas a follar, como tú quieras y donde tú quieras, puede ser en su casa, un hotel, acá en el dpto., en un camping, donde quieras. A su vez, él no va a descuidar a Elisa, quien también tendrá su turno contigo.

- A mí me tienes que dar placer todas las noches, cada vez que vengas a Santiago te quedas conmigo, y empezamos a turnarte.

- Si quieres, para hacer la cosa menos “monótona” podemos invitar a Elisa o a Adrián, incluso a los dos.

- ¿Te parece?

Quedé como perplejo, me había transformando en el amante y juguete sexual de la familia (aunque no me molestaba en absoluto).

- Me encanta la idea – respondo – pero esta noche solo quiero dormir, desde mañana empezamos nuestra nueva vida.

Claudia sonríe, me regala un beso, no vamos juntos a la cama.

Aún tengo que estar por 2 semanas más en Santiago, antes de volver al sur. Todavía me esperan muchas aventuras “familiares” en esta atípica familia.

Saludos.