Una experiencia que cambió mi vida
Como me inicié en un cine porno
Hola, me presentaré, me llamo Julio, tengo treinta y cinco años, mido un metro ochenta y soy de complexión normal, vamos que si pasas por mi lado en la calle no te paras a mirarme, jejeje.
Estoy casado, tengo un hijo y mi relato comienza justamente a los dos años de nacer mi hijo, mi mujer cambió mucho desde el embarazo y posterior parto, se centró en nuestro hijo y prácticamente no teníamos sexo casi nunca.
Todo empezó un verano, mi mujer se fue a pasar un mes al pueblo con sus padres y yo subía y bajaba los fines de semana debido a que no pudimos coincidir en las vacaciones.
Recuerdo que era una tarde calurosa, y cuando cayó un poco el sol me decidí a llevar a cabo mi plan, había leido que en los cines X de Madrid era más interesante lo que pasaba en el patio de butacas que en la pantalla. Tengo que deciros que hasta ese día mi experiencia homosexual se basaba en una mamada que me hizo un amigo cuando ambos éramos jóvenes, creyendo que yo estaba borracho y dormido, nunca lo llegamos a comentar.
Llegué al cine en cuestión, pagué mi entrada y accedí al mismo, una vez traspasada la puerta, parece que hayas retrocedido más de veinte años en el tiempo, a la sala se accede por la parte de atrás y está dividida por dos pasillos, hay un grupo de unas diez butacas en la parte central y otros a los lados de los pasillos de cuatro.
Cuando accedí, la película ya estaba iniciada y tuve que esperar un poco a que mis ojos se habituaran a la oscuridad, no se veían muchas cabezas en las butacas y si algunos hombres de pie, en la pantalla dos mujeres compartían una tremenda polla para ver quien conseguía chuparla más.
Me adentré por uno de los pasillos y a mitad del mismo, busqué un asiento por el centro, para poder estar más tranquilo, no llevaba ni dos minutos cuando por la fila delante de la mía se acercó un chico joven y se sentó casi delante de mí, parece que no se percató que yo me encontraba allí, mientras, por el otro lado de la fila se acercó lo que yo creí a primera vista que era una mujer (Me sorprendió verla allí, pero en seguida me di cuenta que se trataba de un travesti, con un gran cuerpo, eso sí) y se sentó al lado del joven.
Empezaron a hablar muy bajito y ella le dio un espectacular morreo a la vez que él le sobaba las tetas por encima del top, se notaba que no llevaba sujetador, a la vista de esto, mi polla empezó a reaccionar y deje de ver la película para centrarme en la acción que tenía delante.
EL joven le saca las tetas del top y empieza a chupárselas como si le fuera la vida en ello, mientras que ella le desabrocha el pantalón y libera la polla del muchacho, por lo que pude apreciar el chico no iba mal servido y ella inicia un movimiento lento de sube baja con su mano por la polla. Yo a esa altura ya estoy más caliente que una mona y me saco también la polla del pantalón, ya tengo mis primeras gotitas de líquido preseminal.
Tan abstraído estaba en la pareja, que no me di cuenta que por mi lado se había acercado un hombre de unos 50 años hasta que se sentó a mi lado, yo quedo un poco cortado, no sabía que hacer, cuando el acerca su boca a mi oído y me dice, Que bien situado estás, ¡Cabroncete! aquí el espectáculo se ve de maravilla . Y sin esperar respuesta me dice ¡ Que pedazo de pollón se gasta el chaval, humm!!.
Se ve que no era la primera vez que lo veía, por qué siguió hablándome al oído y me dijo , verás cuando el travelo se la chupe, vas a alucinar . Y como si lo hubiera oído, la chica se agacha y empieza a comerle la polla, muy bien, a juzgar por el gemido que soltó el chaval y como dejó caer la cabeza para atrás.
Viendo esto, mi vecino de asiento, que por cierto olía a colonia cara y se le veía muy arreglado, me dice , ¡Joder que caliente me está poniendo!, ¿Tú no estás caliente? , mientras acercaba su mano y la ponía en mi polla , ¡Joder si la tienes a reventar!, vamos a ver que se puede hacer, e inicio un suave pajeo mientras me besaba, yo estaba totalmente paralizado y me dejaba hacer, me estaba gustando mucho lo que hacía y además era verdad que estaba ya muy caliente.
Sin saber cómo, me encontré con los pantalones y los boxer en los tobillos y comiéndole la boca a mi pareja, mi mano buscó su paquete, ya tenía la polla fuera, ésta era larga pero muy fina y ya estaba super dura y caliente. No es que yo tenga un pollón pero no estoy mal, desde luego más gruesa que mi acompañante.
Empecé a pajearle yo también, y el cambió su estrategia pasando a sobarme las pelotas, en ello estábamos cuando me susurra al oído ¿Quieres que te chupe la polla? Y sin esperar respuesta se agacha y empieza a lamerme el capullo, pasa su lengua por toda ella y se detiene en mis huevos ¡Uhmm! Creía morir de gusto, estaba a su merced, y él lo sabía, siguió chupando, esta vez se metía la parte de la polla y la sacaba dándome un repaso con la lengua, que bien lo hacía.
Mientras seguía con su maniobra, uno de sus dedos empezó a jugar con mi esfínter anal, al ratito noté como lo introducía y lo dejo parado, dejó de chuparme la polla y subió a besarme, su boca sabía a mis propios jugos, dejo la lengua tiesa y yo le empecé a hacer una chupada como si le estuviera comiendo la polla, ¡Uhmm! Yo ya estaba que me corría de gusto, y me preguntó ¿Te han penetrado alguna vez? A lo que yo negué con la cabeza, y él me dijo, confía en mí, te va a gustar, si no, paro cuando me digas, iniciando un liguero mete saca con su dedo en mi ano, me estaba follando con el dedo y me estaba gustando.
Me tenía fuera de mí de lo caliente que estaba, cuando me dice, gírate un poco y noto como me presiona el ano con la punta de su polla, para un momento y se pone un condón, yo estaba un poco nervioso, pero el me besa la oreja y me dice tranquilo, ya verás como te gusta, se que estás deseando que te la meta, y poco a poco se va abriendo camino dentro de mí, me hace un poco de daño, lo nota y se para con la polla a medio meter para que yo dilate un poco más.
A esas alturas yo ya estaba tan caliente que le pedí que siguiera, he inició un liguero mete saca que me llevó al cielo, acelerando el ritmo según veía que yo ya no me quejaba y gemía de gusto, diciéndome ¡Qué culo tienes cabrón!, ¡Te gusta, lo noto!, te vas a correr de gusto y yo te voy a llenar el culito de lechita calentita.
Mientras me follaba, seguía pajeándome, por lo que ya no pude aguantar más y me corrí soltando como varios chorros, seguramente mi corrida provocó espasmos anales, y me empezó a decir mientras soltaba un gemido que debió oírlo todo el cine, ¡Oh, me estás ordeñando la polla con tu culo, ¡Me corro!
En ese momento, me di cuenta qué teníamos tres espectadores pajeándose detrás de nosotros y que el travestí y el chico ya no estaban, me pasó un pañuelo para que me limpiara, me recompuse como pude la ropa y le di un beso, me dijo que se llamaba Juan y que era fácil encontrarlo los miércoles allí.
Le prometí que volvería (Pero eso es otra historia) y salí del cine con el culo dolorido, pero sintiéndome muy bien.
Espero que os haya gustado. Besos