Una experiencia personal. La puerta a otro mundo
Donde la fantasia se convierte en realidad, y la realidad parece una fantasía.
La Doma y el Sometimiento, forja de Esclavas
Fantasía o realidad
La Doma y el Sometimiento de una esclava siempre fue mi sueño mas profundo, mas arraigado y mas fantástico; pero siempre pensando que no lo podría llevar nunca a cabo. Pero al final, por aquello que dicen que antes o después todos los sueños se cumplen y hacen realidad, dependiendo del deseo y la decisión del soñador, ya que la suerte se pone de su parte; yo lo he hecho, hace unos años, concretamente para celebrar la entrada del nuevo milenio.
Yo, todavía sigo pensando que fue una salvajada, aunque disfrute de sus beneficios, un disparate porque todavía suena irreal ahora que lo controlo, una atrocidad por que he vuelto viciosas a unas cuantas mujeres decentes y tímidas en materia de sexo, y perverso por la perversión que genero en estas mujeres, que una vez doblegadas por mi no han dudado en someter a sus seres mas queridos a mi placer, y perversión, su propia perversión.
El plan llevaba ideándolo desde hacia un par de años, que hacia que alquilábamos una casa en el pirineo para pasar las vacaciones, en agosto, una casa a un par de kilómetros del pueblo, en el Val DAran, de esas antiguas de piedra y que tenia una bodega que yo descubrí de forma accidental. De hecho, ese descubrimiento accidental, fue lo que puso alas a mi imaginación, espoleo mi deseo, y abrió la puerta de la realidad a mi calenturienta imaginación.
Me imaginaba la doma de mi mujer, el reto que suponía llevarla a cabo; y la sumisión de ella el placer que me generaría y las oportunidades que me brindaría; y la disfrutaba hasta el punto de experimentar un placer inigualable que cuando estaba con ella en la cama, la volvía loca y la convertía en un animal insaciable.
Ese año se le ocurrió a ella, mi mujer, ir en navidades, los dos solos, con el perro, sin hijos y sin familia a despedir el año. Aunque en realidad lo que deseaba era gozar de ese nuevo estadio en el que yo me encontraba, y que a ella tanto le hacia gozar, incluso hasta perder la razón. Lo que nunca se pudo imaginar es hasta donde iba a llegar; aunque favoreció con ese deseo y los planes para llevarlo a cabo, que todo se realizase, incluso mas allá de mis mejores previsiones.
Yo con la idea rebosándome, me opuse, hasta que ella se enfado, y le dije, pues a pasar todas las vacaciones de navidad, desde el 22 de diciembre hasta el 7 de enero, haciendo ver que era para que no aceptara; enseguida me respondió que si, pero solos. La lotería, para mi plan.
Llegamos allí el 22 a la noche, y estuve jugando con ella gran parte de la noche, excitándola, buscando un gran polvo, que no se dio, amaneció sin un orgasmo, cuando me sonó el móvil, estaba todo preparado, me llamaban de la fabrica con urgencia, era cosa de un par de horas; desayunamos jugueteando, pero me marche sin darle el orgasmo que tanto deseaba, llegaría para la noche. (Teníamos 35 años recién cumplidos ella y yo 40 años).
La llame a la tarde para decirle que recogiera todo ya que yo no tendría libre hasta el 24 y seguramente tendría que volver el 26, ya que la complicación era grande. Me respondió que era igual, que pasaríamos la Nochebuena y la Navidad allí y luego la Nochevieja y el Año Nuevo; y además prolongaríamos la estancia en enero, con los días que me tendrían que dar en compensación; que ya se encargaría de arreglar el alquiler para todo el mes de enero y que yo no me pudiese echar atrás, estaba ciega con su plan que favorecía en grado extremo el mío. Tanto es así que me dijo que salía en ese momento a cerrar el alquiler para enero
Yo estaba en el pueblo vecino y le respondí que vale. Ponía el plan en marcha y con su inestimable ayuda. Me acerque y comprobé que había salido, se había llevado el perro, lo que me daba un par de horas mínimo, para poner en marcha la primera parte del plan. Abrí el frigorífico, y en toda la comida que tenia preparada, espolvoree gran parte de lo que me habían dicho que era un fortísimo afrodisíaco; también lo metí en el zumo, la leche y la coca cola que tenia abiertos; no escatime la cantidad, a pesar de que me habían dicho que con la coca cola se multiplicaban los efectos por cuatro; y que con la leche se mantenían, sin ser en su punto máximo, varios días y que era muy difícil de aplacarlos. También mezcle un afrodisíaco líquido de uso externo, en su leche corporal, en su crema revitalizadora, e incluso en el lubricante vaginal y en el gel.
Esa noche, la del 23 me dedique a observarla y ver lo que hacia y si me reconocía el perro. Comprobé que el perro Zor, un Terranova, ni se inmutaba con mi presencia después de reconocerme. También comprobé, que mi mujer, Beatriz, se masturbaba en la cama, se levantaba al baño, y continuaba la masturbación en la bañera, hasta tener varios orgasmos seguidos; lo que me mostraba el buen efecto del afrodisíaco.
También aproveche para preparar la bodega, para recibir a mi mujer y aplicarle los primeros tratamientos y castigos, es decir la doma puramente animal. Prepare los puntos de enganche, donde atarla; la mesa para el tratamiento, así como deje todos los artilugios que iba a utilizar con ella y que tanto me habían costado y más aun su búsqueda.
La mañana del 24, más bien la madrugada del 23 al 24, pues eran solo las 5 de la mañana, y aprovechando que ella todavía estaba despierta, la llame para decirle que no llegaría hasta el 25 de madrugada o por la mañana. Se enfado mucho, mucho mas su estado de insatisfacción, ya que a pesar de estar agotada por el placer que se había dado, no podía dormir, por que necesitaba mucho mas, ya que los afrodisíacos que se había tomado y se seguía tomando (el "ejercicio" le daba sed y hambre, y la comida y la bebida, le hacían desear mas "ejercicio") la mantenían en vela a pesar de estar exhausta. Me dijo que me esperaba, que después de todo lo que había montado, y las chanzas de su madre y hermana, no iba ahora a quedar en ridículo, por lo tanto no les diría nada y no me perdonaría a mi que yo se lo dijese; yo fingiendo estar incomodo por la situación, le dije que tendría que hacer algo para no preocupar a la familia; ella dijo que era lo que se me había ocurrido; yo de mala gana le dije que si no quería preocupar a nuestros hijos y a sus padres, que dijera que ya había llegado y pusiera cualquier disculpa por que no hablaba yo por teléfono, que cuando llegase ya la despertaría, y que procuraría pasar desapercibido y no dejarme ver; refunfuño, de pura satisfacción, aunque no lo aceptaría; y acepto la propuesta; diciendo que le iba a llamar ahora mismo, y que como ya le habían tomado el pelo por el aislamiento lo que le dijeran no le iba a importar, diciéndoles que yo había salido a pasear a Zor y que traería las provisiones y que estaríamos aislados hasta el día 28 como mínimo; sus planes estaba forjando, aunque solo se cumplirían los míos, que eran los que valían; y lo realmente importante era que ella los justificaba.
Pude escuchar, como después de masturbarse de nuevo y apurar la coca cola, ya no le quedaba ni zumo, ni leche, ni café, llamo a la familia y les dijo que yo ya había llegado y que iba al pueblo por las provisiones para unos cuantos días, paseando a Zor; y que en cuanto regresara, no iba a tener tiempo de llamarlo, que ella no me lo iba a dejar, así que ya les llamaríamos el día de los Santos Inocentes o el siguiente, ya que yo cuando llegara tendría que descargar el coche, y enseguida cumplir y que llegaríamos tarde a la cena, pues tenia que dar lo que no había dado en todo el día, ya que no solo de pan viven el hombre y la mujer; estaba como una niña con zapatos nuevos, o una colegiala en vísperas de su primera cita. Se despidió y preparo la mesa para la cena y se fue a la cama, con intención de cenar o almorzar cuando yo llegara.
Se quedo rendida, nada mas meterse en la cama, la necesidad de descanso pudo al deseo; y se durmió, mientras se aplicaba leche corporal en los pechos y en el vientre, acariciándose el coñito de vez en cuando.
Yo mientras abrí la bodega, ultime los preparativos, y prepare unas cuantas cosa, para colgarla y azotarla allí, por si acaso los ruidos. Aproveche unos ganchos que habían sido de colgar la carne, para poner unas esposas. En la mesa de la matanza, puse otras esposas, para atarle los pies y las manos. También puse una argolla para atarla en una esquina. Y en una polea que había en el centro, seguramente para trasladar las reses o los cerdos desde la mesa a los ganchos, coloque una cuerda con unas muñequeras para izarla y por ultimo unos ganchos en el suelo junto a la pared y otros en el cetro, para atarle las piernas y que no pudiera cerrarlas en caso de estar colgada.
A continuación, a las 11 del día 24 la llame por el móvil, y le dije que no iría hasta el día 28 que la recogería y la traería ya que me era imposible estar allí. Lo hice con dos intenciones, una comprobar lo profundo de su sueño, y dos tratar de ponerla caliente, bueno mejor dicho, comprobar su calentura y ponerla ardiendo; y en esto ultimo salí muy bien, pues incluso, era la primera vez, acepto hacer el amor por teléfono, estaba muy caliente, ardiendo, y pude comprobar como hacia todo lo que le decía, tuvo un orgasmo, y la deje a punto de un segundo, cambiando el tema. Se quedo muy enfadada, trato de masturbarse, pero no consiguió un orgasmo ya que se dormía, y como la necesidad era tan grande fue a intentarlo al baño, pero en la bañera tampoco lo consiguió, se volvió a la cama y se quedo de nuevo dormida nada mas tumbarse, a las 12 de la mañana, la desperté, metiéndole la cabeza en un bolso de cuero que ella tenia, como un cubo, y haciéndome pasar por un ladrón; se resistió, tuve que pegarle un par de puñetazos en el vientre y creí que la ahogaba, hasta el punto de que se quedo medio inconsciente.
Aproveche para atarle los pies y las manos con sendas esposas y masturbarla hasta casi llevarla a un orgasmo.
Cuando se recupero, le dije que había ido a robar, pero como estaba sola y muy caliente, se me había pasado por la cabeza follarla, era un botín añadido que valía la pena; pero como seguro que, en plena función, venia alguien enseguida a estropearlo, y entonces no iba a tener mas remedio que matarla; se asusto mucho, me pidió y suplico que no le hiciera daño que me daría dinero, mas del que teníamos y podíamos conseguir, cuando vio que podía convencerme, dijo que se dejaría hacer, lo que la puso al borde del orgasmo, ya que el placer se le desbordaba no solo por la boca, sino también por los ojos y las orejas; que me daría lo de valor, que disfrutase un buen o buenos momentos con ella y que me marchase, que su marido no vendría en al menos 4 días.
Entonces, yo aproveche y, le dije que me lo pensaría, pero que al menos durante 3 días seria mi juguete. Le pregunte si era virgen por el culo, y me respondió que si, que su marido se lo había respetado siempre, me carcajee; y volví a preguntar si sabia mamarla, y su respuesta fue la misma, y lo peor es que eran ciertas las 2. Entonces llorando, ante mis carcajadas, me dijo que me ofrecía su coño, que nunca había follado con nadie que no fuera su marido, que era el que la había desvirgado a los 15 años; pero el placer ya le estaba haciendo perder la razón; y admitió que podía intentar mamarmela; e incluso a pesar del miedo que le provocaba, también dijo, que si la respetaba, podríamos intentar coger por el culo.
Con la ultima respuesta, la tumbe y se la metí desde atrás; no se resistió, se dejo hacer; mientras que mi excitación, me hizo correrme casi de golpe, dentro de su coño. Se puso a llorar y suplicar, para que la cogiese otra vez; estando dispuesta incluso a hacerme una mamada, con la única condición de que la limpiase o la dejase limpiarse, ya que estaba en el periodo mas fértil, y llevaba un mes sin tomar la píldora y que la ultima vez que lo había hecho con su marido, este no se le había corrido dentro que ella no le había dejado. Pero entre la elección de un nuevo polvo, o una limpieza, opto por limpiarse mas tarde; y que la cogiese enseguida.
Me reí, la volví a coger, y mientras la estaba cogiendo, manteniéndola en el umbral del orgasmo; le dije que llamase a su marido, me dijo el numero que le marque, y cuando salio el contestador, le dije esta follando con alguna, dile que en cuanto pueda te llame. Me corrí de nuevo en su coño, sin permitirle alcanzar el deseado orgasmo; y cuando intento, no se si limpiarse o masturbarse, le di una paliza con el cinto y me marche; diciéndole, que como se moviese, la tendría hasta que llegase su marido, jodiendo y sin permitirle alcanzar el orgasmo; que mientras yo estuviera allí, no podía limpiarse o asearse, salvo que yo la autorizase o mandase. Le dije que no intentase escaparse, mientras yo comía algo y bebía para reponerme y atenderla en condiciones; que si intentaba escaparse la mataría.
Salí y la llame al móvil, varias veces, y al final al no contestarme, le deje recado en el contestador del móvil, diciéndole que iba a estar muy atareado y que llamase a su madre y hermana para decirles que estábamos bien y que yo estaba agotado o borracho, para justificar que no me pusiera.
Cuando llegue fingí encontrar las llamadas perdidas, le saque el bolso y le puse una capucha especial que le tapaba los ojos y tenia una mordaza para la boca o se apretaba en torno al cuello, se lo puse casi ahogándola, le pedí el numero de su madre y le dije habla con toda naturalidad con ella, si se da cuenta te mato.
La puse a cuatro patas contra la cama y marque, salio su madre, nada mas empezar a hablar la volví a penetrar, la estuve follando, diciéndole, que como lo podía hacer delante de su madre, al final, le dije incluso que la iba a preñar delante de ella, ya que no la iba dejar limpiar de ningún polvo e incluso la iba a tener con las piernas en alto para que le entrara mejor, en ese momento note que se animaba, y no se controlaba, se había puesto tan caliente, que no era mas que un animal que se corría y se corría, tres orgasmos alcanzo, a pesar de estar hablando con su madre, le apreté los pezones hasta casi reventárselos, arrancándole un grito con la misma carga de placer que de dolor, entonces le dije como sospeche algo raro tu madre te mato; le dijo a su madre que era Zor el perro que la había hecho daño en el pie al pasar, su madre siguió hablando, haciéndose la tonta, pero diciéndole claramente que estaba al corriente de lo que estaba haciendo; y al final, ella se corrió junto conmigo antes de terminar la conversación, dando a entender a su madre que ese seria su secreto. Yo me corrí como si lo estaría haciendo en el coño de su madre, por el que desde hacia muchísimo tiempo suspiraba.
La tumbe en la cama y le ate a los cabezales que eran de hierro de esos antiguos que ahora están de moda y la deje un buen rato, comí y volví; la toque y la puse a punto del orgasmo varias veces mientras me recobraba. Después y como preparación a una nueva sesión, la azote con el cinturón, hasta casi dejarle los pechos y el vientre llenos de cardenales. Cogi la crema reafirmante y le unte todo el pecho, vientre, incluso la entrepierna con ella; y le di a beber un preparado afrodisíaco de coca cola, que bebió con ansiedad. Era la preparación para el nuevo paso.
Le pedí el teléfono de su hermana, lo marque, y mientras lo marcaba le dije que íbamos a repetir la escenita de su mama, le puse el teléfono al lado de la oreja y empezó a hablar, la muy zorra estaba mucho mas excitada, se la metí, le evite, por no estar permitidos tan rápido, tres o cuatro orgasmos; y cuando su hermana pregunto, le dije que le dijera que su marido estaba todavía borracho y que estaba jugando, la hice correr una docena de veces, sin perder la conversación; hasta tal punto que su hermana se puso muy caliente y quería cortar la conversación; al final me corrí, diciéndole que era como correrme en el coño de su hermana, y la hice correr como una puta, diciéndole en voz alta, que lo vea tu hermana y encima con uno que no es tu marido; tuvo varios orgasmos consecutivos.
Después de coger a Beatriz, mi mujer, mientras hablaba con su hermana, y haberla sometido y situado muy bajo; y haber puesto a su hermana Esther muy cachonda, llegamos a la conclusión de que incluso se había estado masturbando al final de la conversación, y que se había corrido mas de una vez; disfrutando mucho con lo que habíamos hecho. Baje a Beatriz al sótano y la colgué del gancho de la pared, elevándola hasta que sus pies no tocaban el suelo, y le abrí las piernas sujetando sus tobillos a los ganchos del suelo. La azote de nuevo, volviendo a untar su cuerpo con la crema reafirmante, pero esta vez, los pechos, el vientre, el coño, diciéndole, para que se tense como el de una virgencita, e incluso el culo. La deje así diciéndole, no se te ocurra hacer nada hasta que vuelva; se extraño y pareció reconocerme, ya que me llamo, Miguel, por mi nombre, no me dejes. Le golpee en el estomago de nuevo, diciéndole, nada hasta que vuelva, incluye hablar, voy a limpiar la casa y con una gran carcajada me fui. Cuando regrese probare tu boca y tu culo. Se estremeció, no pude saber si era de miedo o de placer, ya que estaba para coger como le dijese.
Aproveché para cenar, la cena de Nochebuena y dormir un poco antes de darle el regalo de Navidad a Beatriz y empezar a convertirla en mi esclava; aunque después de las escenas con su madre y hermana; no deseaba ya solamente una esclava, sino algo mas; tal vez ¿tres esclavas?
Da mañana bien temprano, después de desayunar, baje a la bodega, Beatriz estaba despierta, y no por la incomodidad de la postura, sino por que el calentón lo tenia muy subido y no podía hacer nada por aplacarlo. La azote diciéndole que era para que no intentase nada y me obedeciese en todo; pero procure que el cinturón se introdujese entre sus piernas, castigando fuertemente su coño, hasta el punto de inflamarlo: Pero también puse esmero en sus pechos y en particular en sus pezones, que los puse casi en carne viva, a punto de sangrar. También castigue sus nalgas aunque no tanto como los otros puntos, solo lo suficiente, para causarle dolor mientras la penetrase yo desde arriba. La solté y la lleve al retrete, para que mease e hiciese de cuerpo; cosa que le costo un poco debido a mi presencia, de pie delante suyo, mientras estaba sentada en la taza, yo le podía acariciar el pelo. Cuando empezó a orinar, se lo sujete y le hice levantar la cabeza y mirarme; se corto un poco, pero siguió meando, y yo empecé a regarle con mi manguera, la cara, los pechos, que le escocían, y de nuevo la cara sin permitirle que la retirase; descargue toda mi vejiga en su cuerpo; a la vez que le decía, ahora si quieres joder, tendrás que repetir, lo de ayer, mama y hermana, o hermana y mama, te dejare elegir a ti. Bueno primero limpiaras el baño de rodillas mientras palpare tu coño y tu culo, después te ducharas y asearas. Para mas tarde coger y después de coger beberás y comerás algo.
Limpio el baño, despacio, con asco, aunque muy satisfecha con el sobe que le daba en el coño y en el culo; estaba ardiendo, cosa que aproveche para meterle la polla en la boca y que me la chupase, tenia unas gotas de pis, pero ni se fijo, la chupo, torpe pero obediente. La metí en la ducha, dejándole que se quitase la capucha que llevaba puesta; le dije que después de ducharse, si quería reafirmarse, que se diese crema, tal y como yo se la había dado. Me respondió que si y que cuando acabaría me llamaría, me quede extrañado con esto ultimo; y le dije, que cuando considerase que se le había acabado el tiempo entraría y que ella tendría que tener puesta la capucha.
La observe, desde la ventana, vi como se duchaba, como se masturbaba, como alcanzaba un orgasmo; como se secaba y se aplicaba la leche corporal como yo le había indicado, y cuando estaba a punto de alcanzar el segundo orgasmo la llame y le dije que se pusiese la capucha y se quedase quieta; que si se corría, no la dejaría volver a hacerlo nunca mas ya que le amputaría el clítoris, como le hacen a algunas mujeres árabes. Sollozando se puso la capucha. La cogí y la llevé al comedor, la tumbe en el sofá a cuatro patas y le puse un cuenco con el desayuno delante, café con leche, mucho afrodisíaco, y cereales; delante obligándola a comer con la boca como un perro, diciéndole a la oreja mientras la penetraba desde atrás; eres una autentica perra, y cuando acabes te daré el teléfono para que llames a tu mama y a tu hermanita, entonces podrás correrte, mientras tanto recuerda que si lo haces te cortare el clítoris.
Desayuno rápidamente, y al terminar le di el teléfono, marco a ciegas; había llamado a su hermana; y nada mas coger esta, empecé a moverme dentro de ella, pensando en que lo hacia en el coño de Esther, a la que tanto había deseado; Beatriz, ya no ocultaba el placer, y le dijo a su hermana, esto como regalo de Navidad, era el día 25 Navidad, ya que ayer te gusto, seguro que te has hecho mas de una paja en la tarde y en la noche de ayer a cuenta de ello; para que te mueras de envidia. Beatriz ya se había corrido, unas cuantas veces, estaba en un orgasmo permanente, que le daba osadía y la volvía perra; pero era contagioso, y Esther, no oculto que se estaba masturbando, mientras Beatriz le decía cosas obscenas, y le dejaba ver su placer. Los tres nos corrimos a la vez. Esther le dijo a su hermana, a ver si estaba drogada o que le pasaba; pero yo ya estaba operando en ella y Beatriz, le respondió que estaba muy caliente y que estaba disfrutando del aislamiento; la tuve que castigar apretando sus pezones, hasta que casi manaron sangre, para evitar que le contase a su hermana su situación; pero la puta de Esther, se había calentado tanto, que ya no escuchaba y estaba corriéndose de nuevo; volvimos a tener un orgasmo juntos y colgamos.
Beatriz se puso a llorar, ya que había vuelto a recibir dos corridas seguidas en lo mas profundo de su coño y en el momento de mas excitación; me suplico que la dejase limpiar, que la dejase acudir a una clínica para que le dieran la píldora del día después; que volvería sumisa y solicita, sin decir nada a nadie, para complacerme después. Le respondí, que cuando yo me marchase, antes de llegar su marido, podría ir a buscarla y seria efectiva para todo el periodo que estuviera conmigo; y además no tendría que repetir. Esto último pareció convencerla. Esto o el calor que le estaba metiendo dentro de su cuerpo, al masturbarla con una mano y con la otra castigar suavemente sus maltrechos pezones, fingiendo darle leche corporal.
El calor de Beatriz estaba en su momento cumbre, de nuevo, rozando el orgasmo. Tanteando en el sofá busco y encontró el teléfono y se puso a marcar; asustada y evitando correrse, me dijo, estoy llamando a mama, necesito correrme de nuevo, estoy igual que una perra en celo. Nada más preguntar su madre quien era, Beatriz le contesto con un orgasmo, que yo le había permitido alcanzar. Su madre esta vez, le dijo claramente que era una guarra, que como se atrevía a hacer aquello; pero Beatriz seguía jadeando, de un orgasmo a otro; su madre le colgó.
Entonces, yo le impedí tener un nuevo orgasmo y le llene el cuerpo de crema reafirmante, llenándole el coño de afrodisíaco y regándole los pezones con el; fue fulminante su efecto, se corrió a gritos, suplicando que la penetrase, evite un segundo orgasmo, pero ella estaba en esa fase, en la que si la tocas debes de hacerle mucho daño para convencerla de que no se corra. Le di a beber de nuevo una coca cola, llena de afrodisíaco; ya que la iba a bajar al sótano y dejar encerrada allí varias horas, tal vez un día para completar mi plan.
Justo cuando empezábamos a bajar las escaleras para la bodega, sonó el teléfono, le obligue a darse la vuelta y cogerlo. Era su madre, preguntándole si estaba bien, y sobretodo si estaba sola; le dije que contestase afirmativamente a ambas cosas; con lo cual Beatriz le dijo a su madre que estaba mejor que nunca y que aunque desearía estar acompañada, en aquel momento estaba sola, ya que yo estaba recuperándome. Su madre que estaba presa de gran excitación, le dijo que no sabia que pasaba, pero que estábamos muy raras, que Esther, su hermana, que acababa de llegar estaba muy excitada también; y que le había contado, que había estado hablando conmigo y lo que había hecho yo; Beatriz, le pregunto a su madre, si no le había contado como se había corrido ella; a lo que su madre le dijo que si, y además, que se había corrido contándoselo; y que ella misma, que la recibió después de nuestra anterior charla, había estado a punto de correrse. Yo que había empezado a coger a Beatriz de nuevo, le permití un nuevo orgasmo, mientras le decía a su madre, mama, me has vuelto a poner cachonda y me he corrido de nuevo, estoy hambrienta; yo seguía cociéndola y el efecto era muy excitante para todos; oímos como Juani, que así se llama la mama, le decía a Esther, guarra, no te toques. Entonces le dije a Beatriz, cuéntales lo que estas haciendo y lo que sientes, aunque no se te ocurra decir con quien, y te dejare alcanzar algún que otro orgasmo, en función de lo convincente y excitante que resultes en tu cuento: Beatriz se volvió loca de placer, y le contó a su madre y hermana, como estaba jodiendo, el placer que tenia, y que si estaría con ellas, como las acariciaría, como las tocaría y como las conduciría al orgasmo y las haría desbordar de placer; y si se lo pedían, incluso las dejaría coger un rato conmigo; que a Esther, hasta quedarse preñada, y a Juani, como no podía quedarse preñada, poco la dejaría coger. Remato diciendo como yo le inundaba de leche el coño por tercera vez en la mañana. Su hermana, le dijo como ella también se había corrido, pensando en lo que le decía y que le gustaría hacerlo algún día; y además, acababa de masturbar a su mama, y que se había corrido ella también como una guarra, y que se estaba corriendo de nuevo, que la escucháramos; oímos perfectamente el orgasmo de Juani, que dijo, contestándole a Beatriz, que aunque vieja, podía disfrutar y hacer disfrutar tanto como ellas. Que tal vez, lo que había dicho su hermana lo llevásemos a la practica un día de estos, si yo era tan intrépido, realmente, como parecía y ella se atrevía a hacer lo que decía. Colgué el teléfono, mientras escuchábamos el orgasmo conjunto de madre e hija.
Después de la cogida a Beatriz, mientras hablaba con su hermana y su madre, y haberlas sometido y situado muy bajo a las tres; y habiendo puesto a su hermana Esther muy cachonda, hasta el extremo de que había ido a contárselo a su madre, e incluso se había masturbado con ella, llegamos a la conclusión de que incluso se habían estado masturbando, la una a la otra, al final de la conversación, y que se había corrido juntas mas de una vez; disfrutando mucho con lo que habíamos hecho, y que incluso era posible que siguiesen disfrutando hasta saciarse. Baje a Beatriz al sótano y la colgué, de nuevo, del gancho de la pared, elevándola hasta que sus pies no tocaban el suelo, y le abrí las piernas sujetando sus tobillos a los ganchos del suelo. La azote de nuevo, de forma muy selectiva, nalgas, pechos, pezones en particular y vagina; volviendo a untar su cuerpo con la crema reafirmante, pero esta vez, los pechos y el coño, con el afrodisíaco directamente, que le provocaba un fuerte escozor, por tenerlos tan irritados y castigados del ejercicio, diciéndole, para que cuando vuelva estés preparada como una virgencita, e incluso me ofrezcas el culo y la boca. La deje así diciéndole, y no se te ocurra hacer ni decir nada hasta que vuelva; se extraño y pareció que de nuevo me reconocía, ya que me volvió a llamar por mi nombre pidiéndome que no la dejase. Le golpee en el estomago de nuevo, recordándole que no debía de decir ni hacer nada hasta que volviese, incluyendo hablar o correrse; también le dije a ver si aquel Miguel la cogía igual que yo, o por lo menos la hacia disfrutar tanto como yo, para que se lo recordase. Me dijo que Miguel era su marido; le conteste que con el tendríamos que hablar igual que con su madre y hermana, llorando me suplico que no lo hiciese; le dije, seguro que también se corre, pensando en como te estoy cogiendo. Le dije me voy a descansar, y cuando me canse de descansar bajare y te enseñare a coger como es debido y a obedecer; me suplicaras que coja tu culo y me apodere de tu boca; y entonces te enseñare a beber y a comer, y con una gran carcajada me fui, repitiendo de nuevo, cuando regrese probare tu boca y tu culo. Se estremeció, profundamente y sollozaba de miedo o de placer, ya que, en ese mismo momento, ya estaba para coger como le dijese.
Aproveché para pensar mientras comía un poco antes de salir para casa y ultimar el sometimiento de Beatriz y hacerla mi esclava; aunque después de las escenas con su madre y hermana; no deseaba ya solamente una esclava, sino tres esclavas, y tenia la seguridad y la convicción de conseguirlas.
Lo había planeado mientras hablaba con su hermana, cogí y me fui a casa dejándole de comer y de beber a Zor, y cerrando el sótano y disimulándolo como estaba antes de encontrarlo. Eran por lo menos 20 horas de ausencia, ya que hasta nuestra casa hay mínimo 8 horas de coche. Al llegar a casa, me hice el encontradizo con su hermana Beatriz, y al verme se extraño, cosa lógica, y me pregunto por su hermana, le dije que estaba en la Val D'Aran, pero que yo me había tenido que volver el día siguiente, y que no sabia si podría ir antes del día 7 de enero, pero que Esther, había decidido quedarse, a pesar de saber incluso antes de ir que yo no estaría todos los días, ya que tenia trabajo ineludible, y que había sido así otros años. Beatriz se sonrió, no dijo nada, le pregunte si no había hablado con ella, me dijo que no. Yo argumente la mala cobertura y lo ocupada que estaría haciendo ejercicio en el monte, y que se sentiría sola pero que tampoco era malo si estaba a gusto.
Beatriz me dijo si necesitaba algo, le dije que no, y me pidió que la llamase cuando me fuese a junto su hermana que tenia un paquete para ella, le dije que si, que si no había mucha prisa que pasaría a recogerlo. Me despedí de ella con un beso y robándole el culo, diciéndole, que aunque estaba ocupado, por la noche podía acercarse hasta casa y charlábamos un rato, con eso me garantice que no fuese.
Legue a la Val D'Aran después de 25 horas que había dejado a Esther atada, tenia miedo que le hubiese pasado algo, pero estaba bien; cuando me oyó me suplico que le soltase, que hiciera lo que quisiera con ella, que la matase, pero que la soltase. Se había meado y cagado encima, el olor era apestoso. Contento, le dije que le había prohibido hacer nada sin mi permiso, y que se había cagado y meado. Me pidió que le diese de beber, me lo suplico; la deje como estaba diciéndole, si en un par de horas o tres se ponía así que le iba a dar una lección.
Baje enmascarado y vestido con un vestido largo que había comprado para la ocasión (para que no me pudiera reconocer), y un gran enema de litro y medio, lleno de agua hirviendo y un cubo de agua fría, le quite la mascara y le deje ver, yo me había puesto un pasamontañas; le baldee el culo, el coño y las piernas con el agua helada, chillo igual que un perrito, introduciéndole la cánula en el culo, le dije si tenia frió, me dijo que si, me volvió a suplicar que le diese de beber, abrí la cánula y deje que el agua caliente mezclada con aceite entrase en ella, volvió a chillar como una loca; le pregunte si tenia frió y me dijo que se estaba abrasando, le dije que a ver si se aclaraba si tenia frió o calor. Le dije que como se volviese a cagar le haría comer mi mierda.
Cogí el vaso y mee en el un dedo aproximadamente, de forma que ella lo viese bien, se lo acerque a la boca, hizo un gesto de asco; pero yo empecé a acariciar su clítoris, mientras le decía que si no bebía eso, no bebería nada, y además no la soltaría; haciendo un gran esfuerzo se lo trago. Le pregunte si tenia mas sed y me respondió que si. Entonces le dije que yo tenia la vejiga llena, y que si quería seguir bebiendo lo tendría que hacer directamente de mi polla, que a partir de ahora seria su biberón, y que mientras el biberón tuviese algo de liquido (pis o leche) no bebería otra cosa. Yo seguía acariciando su clítoris.
Tardo un rato en pedir de beber; la baje, no se podía aguantar de pie y no era capaz de mover los brazos; pero echa un ovillo a mis pies, se trago mi meada, con avidez, aunque al final le dieron arcadas y vomito todo. La abofetee, con rabia ya que consideraba que mi plan no funcionaba, y la volví a colgar; suplicaba que no lo volvería a hacer, pero que la dejara, que no la volviese a poner allí,; sin escucharla abrí la espita del enema y se lo metí completo, había enfriado bastante, pero protesto mucho; me fui y la volví a dejar sola mientras me di una ducha y prepare una manguera para limpiarla, del vomito y de lo que esperaba que iba a producirse cuando le retirase el enema, y también de mis planes, que ya había decidido llevarlos hasta el final.
Volví a bajar, le unte el coño de lubricante vaginal y le metí un vibrador de buen tamaño, algo superior a mi polla, se lo puse a tope y espere al primer orgasmo, en ese momento le retire el enema, y a la vez que se corría, se puso a defecar; antes de terminar de cagarse, se había corrido por segunda vez; lloraba, reía, no sabia que hacer; se corrió por tercera vez: Entonces yo le dije que todo lo que había hecho sin mi permiso, tenia un castigo; que como ya le había anunciado, comería mi mierda, volvería a beber mi pis y le pondría un vibrador en el culo y no se los apagaría hasta que fuese una perra obediente.
Me respondió que haría lo que le mandase, que me obedecería en todo, pero que la soltase, y que apagase el vibrador. La limpie con la manguera y sin apagar el vibrador, se volvió a correr por cuarta vez; le unte el culo con el lubricante vaginal y le introduje un vibrador del grosor de un bolígrafo y de 25 cm. de largo, que se hinchaba, hasta coger y formar 7 bolas de unos 5 cm. de diámetro y alcanzar una longitud de casi medio metro; lo puse en marcha y se puso a chillar como una posesa y el quinto orgasmo. Las bolas no dilataban el anillo del culo ya que el espacio entre ellas seguía siendo del grosor de un bolígrafo.
Sin sacarle los vibradores, la solté y la tumbe encima de la mesa, de forma que su cabeza quedase colgando del borde y la ate, no con los brazos y las piernas extendidos, sino juntos pegados al cuerpo, con tres cintas elásticas, una a la altura del vientre, otra a la altura de los muslos, y una tercera a la altura de los hombros; mientras yo operaba con ella, ella tuvo el sexto y séptimo orgasmo; mientras estaba a punto de tener el octavo, le introduje mi polla en la boca, diciéndole chupa el pis que va a salir y que no se pierda ni una gota, empezó a succionar a la vez que yo a mear; se lo bebió todo, aunque era poca cantidad, ya que no hacia mucho acababa de mearme en su boca. Tuvo el noveno antes de acabar y estuvo a punto de morderme.
Apague los consoladores y le di un poco de descanso, y ella me lo agradeció con una dulce sonrisa, yo no creía que pudiera sonreír y menos de forma tan dulce. Le dije que ahora le tocaba comer, si quería mas placer para ayudarse, ella sin darme tiempo a seguir, me dijo que le diera de comer lo que fuera y que la dejase descansar por favor. Yo le respondí que ya que estaba tan animada, que lo pidiese ella. Entonces me sorprendió diciendo dame de comer. Yo la reprendí y le dije que eso no era lo que tenía que pedir. Y me volvió a sorprender diciendo dame de comer mierda. Yo le dije que iba mejorando pero que no era suficiente, se paro a pensar un poco y volvió a decir, dame de comer tu mierda. Le volví a decir que estaba mal, y repitió diciéndome lléname la boca de mierda; así varias mas como, lléname la boca con tu mierda o tengo hambre dame tu mierda.
La interrumpí poniendo de nuevo los vibradores en marcha diciéndole, eres mi esclava y mi perra y lo que tienes que decir, es: "mi amo, estoy preparada para comer, pon tu culo en mi boca y sacia mi hambre"; y una vez mas me sorprendió diciéndome: "mi amo, tu perrita esta hambrienta y desea que le des tu culo para que pueda llenar su boca con tu mierda y saciar su apetito". Accedí al instante, apagando los vibradores y poniendo mi culo en su boca y soltando mi vientre; ella lo apuro todo. La deje un rato sola por si acaso volvía a vomitar, pero no soltó ni un poco de saliva.
La solté y la subí a la habitación, la ate en la cama y la deje recuperarse un rato, mientras le explicaba que íbamos a repetir las llamadas a su hermana, a su madre, y a su marido. Volvió a sonreír.
Llamamos a su hermana, que se dio cuenta de todo de nuevo y le pregunto, sigue tu marido borracho, Beatriz le respondió con una carcajada y un nuevo orgasmo diciéndole; y tu que haces masturbándote, ¿Dónde estas?, ¿Cómo estas vestida o desnuda? Beatriz le respondió, primero diciéndole, aunque se le notaba la excitación, ten cuidado de no quedarte preñada, creo que van a ser muchos polvos, hasta que te valla a buscar tu marido. Beatriz se quedo sorprendida, aunque enseguida respondió, no tengo ningún cuidado, y voy a quedarme preñada, si no lo estoy ya. Notamos como se corría. Y le dijo a Beatriz me acabo de correr y estoy en la cama desnuda, masturbándome y pensando en el carbón de tu marido trabajando, para pagarte los polvos, no se si ir esta noche a tu casa y contárselo. ¿Esta tarde pregunto Esther? Y Beatriz le respondió, si esta noche, ya que cuando he estado ayer con el me ha invitado a ir a la noche a vuestra casa, ya que es cuando tiene un rato libre en el trabajo y esta caliente. Yo volví a inundar el coño de Esther con mi leche y ella alcanzo un nuevo orgasmo, que compartió a su vez con su hermana.
Esther se despidió de su hermana diciendo que iba a llamar a su madre y a su marido. Beatriz, le pregunto ¿Vas a hablar con mama y con tu marido del mismo modo que conmigo? Esther le respondió, con mama ya hable así y con mi marido hablare igual.
Al colgar Esther me dijo, en algún momento pensé que eras mi marido, pero ya veo que estaba equivocada, ¿Qué vas a hacer conmigo?. Le respondí someterte y convertirte en mi perra esclava, preñarte y anillarte. Tengo pensado, poner un anillo, en tu clítoris, otro en cada uno de tus pezones y un par de ellos en cada uno de tus labios vaginales; para cerrar el acceso a ella sin mi permiso, un moderno cinturón de castidad sin cinturón. Y claro para que seas perra, tendrás que follar con tu perro que es hermosísimo. Y después de eso follaras cuando yo te yo te lo diga y con quien yo te diga. Y además y para empezar me facilitaras a tu hermana y a tu madre para que las someta igual que te voy a someter a ti. Le puse, con cierto miedo, mi polla en la boca diciéndole, chupa, límpiala, bebe y ponla en forma para que te folle el culo mientras hablas con tu madre. Lloraba mientras me la chupaba y sorbía mi pis. Cuando tiesa se la retire de la boca, me dijo que no le obligase a hacerlo con el perro, ni que le rompiese el culo delante de su madre.
Me ofreció, llamar a su hermana de nuevo, ponerla cachonda, hacerla masturbar y describirle, como yo la follaba y lo que hacia con ella hasta que yo dijese basta, y como que era voluntario. Acepte. Tenia que aprovechar su calentura de este momento, así como su miedo y su sometimiento.
Empezamos, Esther, con total naturalidad, se explayó hablando con su hermana, poniéndola cachonda, haciéndola masturbar, yo oía todo por el sin manos del móvil, y cuando estaba a punto de llegar Beatriz por segunda vez, Esther le dijo, el esta aquí conmigo, y me ha hecho, le describió como la había follado, como le había dado de beber y comer, y como la iba a penetrar, le perfore el culo; y entre lagrimas y suspiros, acompañados de varios orgasmos, se lo relato a su hermana, en vivo y en directo que se dice. Y excitada como estaba, le dijo también que lo iba a hacer con Zor, y que lo iba a hacer mientras hablaba con su marido y con su madre; aquello era mi gran triunfo; y el escuchar a Beatriz decir, ¿cuando lo hagas con Zor me llamaras?. Intervine yo diciendo y la oirás chillar cuando el perro se enrabe, por que no se va a separar de el cuando la llene de leche. Pero para eso tendrás que escuchar como la follo, en compañía de su marido o de tu madre varias veces. Esther, corrigió, delante de mi marido no, delante de mama; llámame cuando estés con ella y ella esté caliente, tú ya sabes como ponerla a tono; y termino diciendo con una carcajada nerviosa, ya que Zor acababa de entrar en la habitación; e igual entre las dos hacéis una tortilla. Yo había acercado la cabeza de Zor a su coño y empezaba a lamer sus jugos y los restos de mi leche. Entonces le dije, como te llames, el perro empieza a lamer.
Al cabo de una hora, llamo la madre de Esther toda excitada, diciéndole a su hija, no me lo puedo creer, eres una puta, y una perra, como le puedes hacer esto a tu marido, y le soltó un sermón con mis cualidades y sus defectos, que Esther escuchó sin decir nada, pero demostrando los efectos de su placer. Le respondió a su madre, soy una puta por que lo he hecho con quien no es mi marido y de todas las formas posibles y me ha gustado, y además va a quedar constancia de que soy una puta, por que me voy a quedar preñada y voy a tener un hijo de puta; y soy una perra por que ahora lo estoy haciendo con el perro. ¿Y tu que haces?, acaso no estas cachonda y me llamas para disfrutar de un buen orgasmo. Beatriz, le relato a su madre como estaba disfrutando, como la cogía yo, como se iba someter a mi, y como iba a decorar su cuerpo con pircing; e incluso como la iba a preñar, si es que no la había preñado ya; y como ahora mismo iba a hacerlo con Zor, que ya la tenia loca de tanto lamerle el coño; todo esto se lo decía con el calor y excitación que tenia, poniendo a su madre al borde del orgasmo. En ese momento, le dijo, Zor me va a penetrar y no quiero que te escandalices, así que te llamo dentro de un rato, espera la llamada y no te corras, si noto que te has corrido, ya no seguiré la conversación. Su madre tuvo tiempo de decirle, Beatriz eres una puta y estas perra; Beatriz a modo de despedida, le dijo, como mi madre y estoy igual que mi madre, así que espera mi llamada perrita.
Beatriz, que estaba fuera de si, llamo a su hermana, diciéndole, Beatriz, ve a casa de mama, entra sin llamar y mira lo que hace, la voy a llamar otra vez dentro de 5 minutos, y si os portáis bien os diré como me coge Zor. A mama seguro que la encuentras masturbándose. Beatriz le dijo, no se que daría por estar en tu sitio y sentir ese placer que tienes; ya que el que trasmites quema.
Beatriz volvió a llamar a su madre, que cogió enseguida el teléfono y estaba llena de excitación y a modo de saludo, nada mas contestar, le pregunto, Beatriz en verdad Zor te ha penetrado; Beatriz, le respondió, estoy a cuatro patas, y tengo la polla de Zor en el coño y sus patas en la espalda, estoy en el cielo, jamás he sentido semejante placer mama; ¿y tu que haces? La excitación de su madre entro por el teléfono, así como la voz de Beatriz, que respondió de fondo, masturbarse, al igual que yo, eres una puerca, pero que placer nos das.
Sin enterarme, el perro se corrió dentro de Esther, que empezó a chillar, a medida que la polla del perro crecía, con mas fuerza, y con su chillidos el perro se asusto, haciéndole mucho mas daño. Al otro lado del teléfono pude oír los gemidos de placer de la madre y de la hija; y como Beatriz le decía a su madre, cómemelo, mas, chupa mas; y dos gritos a continuación; bebelo todo, bebelo todo zorra, y; puta te estas meando, déjame; y de nuevo, todo, que no se escape nada y una tos a continuación.
Esther mas serena, pero con mucho dolor, pero con mucha excitación, les dijo, ¿Qué habéis hecho?; dentro de unos días lo haré por el culo con el, mejor no, mañana a primera hora, y vosotras si queréis lo escuchareis, pero lo haréis al revés; y la madre respondió, si, me meare en la boca de esta puerca, le tengo metidos tres dedos en el coño y se retuerce como una culebra. Entonces, Esther, le dijo a su madre, pues tu necesitas algo entre las piernas, Beatriz, metele tu los dedos dentro, suavemente, primero uno, luego dos, a continuación tres y así según ella te valla pidiendo, hasta meterle la mano entera si te pide mas; oímos como gemía su madre. Entonces Esther, les animo y se corrieron las dos como cerdas en celo. A continuación añadió, que durmiesen con un pepino o calabacín dentro del coño y que se preparasen para el día siguiente.
Juani, respondió que ellas dormían con sus maridos y que eso no podían hacer; Beatriz le respondió a su madre, que se meterían, en el coño y en el culo, lo que mejor les encajase y a continuación se pusiesen una braga faja; o mejor una faja de cuerpo entero; que fingiesen encontrarse mal y que durmiesen así, y las llamaría a la noche para comprobarlo. Y así al día siguiente todos gozaríamos con el placer acumulado y las experiencias acumuladas.
Yo no me lo podía creer, todavía no puedo creérmelo. Beatriz, no solo se había sometido, sino que además estaba preparando a su madre y hermana, para una sumisión total, aunque a mi todavía me quedaba mucho trabajo con Beatriz, que empezaría a continuación, ya había descansado bastante.
Cogí a Beatriz y la volví a bajar al sótano, la ate en X en la mesa, y prepare su coño, depilándolo, lo tenia terriblemente castigado y roto, debido al enrabado del perro; pero después del afeitado, le dije que le iba a dar un buen masaje, y cogiendo la correa, la descargue sobre el coño, que por la posición en la que estaba atada, no podía hacer nada, y se lo azote hasta que se quedo sangrando y todo inflamado; le dije, ahora cuando te la meta de nuevo, será como si fueras virgen y lo hicieras por primera vez, no esperes disfrutar, recuerda la primera vez.
Me puse a darle placer, su excitación era grandísima, cuando la penetre; llorando suplicaba que parase, cosa que hice enseguida sin para de tocar sus pechos y en concreto los pezones, así como el clítoris, que le masajeaba con el gel afrodisíaco, echándole unas gotas en el mismísimo clítoris y otras en los pezones. La temperatura le subía y superaba el dolor; enseguida empezó a suplicar que la follara, que quería ser penetrada. Calce su culo y espalda, sometiéndola a una posición muy incomoda y dolorosa, pero que me permitiría acceder a su culo y rompérselo también, amen de suavizárselo con un duro castigo si procedía. Su monte de Venus era la máxima elevación y el clítoris aparecía como una gran protuberancia.
Lloraba y suplicaba, procurando desatar y provocar mi mayor placer, diciendo toda clase de burradas; métemela en el coño, destrozalo y hazme gritar de dolor; préñame dándome tu leche en mi coño; quiero ser tu puta, la puta que te dé un hijo de puta; la perra que obedezca todas tus ordenes; ponme a joder con el perro de nuevo, sacame al pueblo y que me jodan, cobra por que lo hagan.
Le respondí, clavándosela con gran violencia, que le hizo chillar de dolor, aunque no paro de pedir más, sin dejarla alcanzar el orgasmo liberador, me corrí en lo mas profundo de sus entrañas, lo que la hizo exclamar, dame mas leche, préñame y haz de mi tu puta.
Le puse la polla en la boca para que se callase y la limpiase, cosas que hizo muy aplicada; y a medida que crecía, iba meandome en ella, y ella sorbiéndolo todo; cuando mi polla adquirió, de nuevo, su tamaño de combate, volvió a suplicar que se la metiese de nuevo; se la aboque en el culo, lo que hizo que se tensase, pero solo un momento; y pidió, suplico, clámamela y rompeme el culo, pero déjame correr. No me hice de rogar, se la clave de una salvaje estocada; lo que le hizo aullar igual que un perro, y llorar a mares; pero los afrodisíacos hacían su trabajo, y ella pedía mas, suplicaba un orgasmo que yo no le concedía. En el momento de eyacular, la hice saltar del culo al coño, y le arranque un nuevo aullido de dolor, descargándole la leche dentro, pero no permitiendo acabar de alcanzar el ansiado orgasmo.
Se la retire del coño, mientras lloraba, gritaba y suplicaba; se la volví a colocar en la boca, la comió, esta vez sin meada, ya que no me quedaba, pero hasta ponerla apunto otra vez. Le dije que tenia el vientre lleno, y ella muy sumisa, me dijo, quieres cagarte de nuevo en mi boca; yo le respondí que si; y entonces ella me sorprendió diciendo, tu perra quiere comer y que mejor pienso que tu mierda señor. Apreté mi culo en su boca y empecé a defecar en ella, yo cagaba y ella comía, así en esa posición, y masajeado su clítoris, se lo atravesé con la punta de uno de los anillos que había decidido ponerle. Se atraganto, aulló, devolvió; se agito que parecía que iba a romperse cual una muñeca. Se agito sin controlar su cuerpo durante más de diez minutos; y cuando se controlo un poco, me dijo penetrame y dame tu leche en mi coño, déjame correr contigo y haré lo que me pidas. La penetre de nuevo, de un golpe seco, hasta el fondo, haciendo chocar mi vientre contra su clítoris y arrancándole gritos de dolor y de placer, nos corrimos juntos, pero me seguí moviendo, preso de una excitación única, que hacia que mi polla no acabase de relajarse, provocando un segundo y un tercer orgasmo. Entonces le dije, te pondré otros anillos, en los pezones y en los labios vaginales, para cerrarte con candado y que no cojas mas que cuando yo diga y con quien diga. Tendrás que pedirme permiso para mear incluso. Seguía corriéndose, por cuarta, por quinta, por sexta, y por séptima vez, mientras le decía esto. Me respondió con el séptimo orgasmo, solo seré tuya y de quien tu digas, dejare a mi marido y a mis hijos; te ofreceré a mi madre y a mi hermana en carne y hueso, pero déjame descansar un poco. Sin dejarla descansar ni un segundo y provocándole el octavo y noveno orgasmo, le dije, serás mía como dices; y te marcare a fuego, como se marcan a las yeguas; y alcanzo el décimo orgasmo, diciendo, haré lo que tú quieras, y puedes hacer lo que quieras conmigo; perdió el conocimiento con el undécimo orgasmo.
La desperté con mi polla junto a su boca, la cogió dulcemente y me dijo, tu retrete será mi boca, meate, espero mi desayuno, y quiero algo sólido. Me mee y me cague en su boca; mi polla estaba a reventar, y ella consciente de ello, me dijo, clámamela por donde quieras, pero correte en mi coño, golpeame la matriz con tu leche, quiero un hijo de puta tuyo, que me someta mas de lo que ahora estoy. Se la clave en el culo, todavía lo tenia inflamado, chillo, mezcla de dolor y placer; se movió en el momento justo para recibir la polla dentro de su coño, con la corrida correspondiente. Evito correrse, y me pidió en el momento cumbre de su placer, que le colocaría los anillos en los pezones y la volvería a folllar. Le puse los aros en los pezones, lloraba, suplicaba y pedía, que la dejara correr, cosa que hice, un par de orgasmos para cada pezón, después de haberme limpiado convenientemente la polla, después de la corrida; le introduje de nuevo los consoladores, llenando previamente, su coño y su culo de gel lubricante y de gel afrodisíaco.
Me pidió que le diera el teléfono, para llamar a su madre. Le dije que para eso la tendría que soltar y poner de forma que Zor la pudiera coger por el culo. Me respondió, haz conmigo lo que desees, que te dé placer y yo lo recibiré gustosa, por que quiero ser tu esclava.
La solté y la lleve al salón, apenas podía andar, aunque se deshacía de placer, por los vibradores que seguían trabajando sin parar.
La ate de rodillas encima de un taburete doble, de forma que el pecho y el vientre quedaban atados al taburete y loa brazos y piernas a las patas del taburete, de forma que no se podía mover y su culo quedaba abierto para Zor; además, me encargue de que los pezones se apretaran contra el taburete, al igual que el clítoris; con la intención de que a medida que Zor la cogiese mas fuerte, ella se apretase contra el taburete, y sobre todo al enrabarla; con lo cual su dolor seria mucho mas intenso.
Le dije entonces, llamaremos a tu hermana y cuando esté cachonda, la mandaremos a casa de tu madre, para que se lo monte con ella. Beatriz negó, dijo, llamaremos a mi madre, seguro que mi hermana ya esta allí; no habrán podido resistir la tentación y habrán obedecido en lo que les he pedido, ya sabes el morbo.
Llame a su madre y le puse el teléfono a Beatriz, Zor ya estaba atacando su coño y culo con la lengua, limpiando los fluidos que salían de sus orificios llenos. Solo dio un timbre, respondió Juani, diciendo que tal estas, a lo que Beatriz respondió, con voz llena de placer, camino del orgasmo, ya que Zor esta aplicando con suma habilidad su lengua en mis orificios. Y tu mama como estas; Juani respondió, sin podérmelo creer, con un placer que me hace perder la razón, llevo desde ayer tratando de correrme y no soy capaz de conseguirlo, me van a reventar el coño y las tetas, estoy como una jovencita de 18 años. Retire los vibradores del coño y culo de Beatriz que no paraba de gemir; y sus gemidos se incrementaron con los profundos lametones de Zor. Juani, pregunta, ya te ha montado; a lo que Beatriz responde, ayer, Beatriz te hizo correr; y Juani dice, si varias veces, llego a introducirme toda la mano en el coño, luego me lo comió, hasta que me orine en su cara; y yo a ella le hice lo mismo. Después Beatriz, me introdujo una zanahoria pequeña en el culo y un calabacín también pequeño en el coño, y me puso una braga faja; y yo a ella le introduje un pepino considerable en el coño y un calabacín en el culo y le puse una braga; pero el placer era demasiado y las bragas no lo contenían; por lo que fuimos a la mercería y compramos unos boddys reforzados, una talla mas pequeña de la que usamos y nos los pusimos para dormir. Tu padre, apenas me molesto, cuando le dije que estaba mal, y al pasarme toda la noche moviéndome a causa del intenso placer, y fingiendo que era dolor, ha estado muy solicito, incluso me ha dado un masaje en el vientre, que me ha vuelto loca de placer, aunque no he conseguido llegar al orgasmo; el placer era tan intenso como si me estuviera follando otro al lado de tu padre. Pero Beatriz lo ha pasado mal, ya que su marido, trato de joderla, y la jodio bien jodida, al negarse ella a follar con el; tiene un cardenal en la boca, otro en un pecho y dos en la espalda; un autentico salvaje, aunque ella, que estaba muy caliente, se ha imaginado que estaba cogiendo con tu amigo y se ha corrido dos veces mientras tenia la trifulca con su marido.
Zor ya le había cogido el culo a Beatriz que se deshacía de placer, y así se lo iba diciendo a su madre; que respondió que se iba a coger a Beatriz, que la tenia con las manos atadas a la espalda, para que no se masturbase. Deje escuchar mi voz en el teléfono, diciéndole a su madre, ¿quieres escucharla chillar? Cuando el perro se enrabe en su culo, Beatriz, dijo de fondo, que chille, que chille. Oíamos suspirar a madre e hija. Puse mi polla delante de la boca de Beatriz, quien diciendo, me va a dar de beber, abrió la boca y se bebió la meada, su gorgoteo coincidió con el de su madre y hermana, las tres habían bebido la meada a la vez.
Beatriz les invito a venir, diciéndoles que me conocerían, que convencería a su marido, para que las trajera y se pasaran el fin de semana. Locas de placer hicieron planes. Diciéndoles Beatriz que me llamaran y quedaran conmigo para venir; que ella por su lado, me llamaría para convencerme de que iría y les traería, y todo ello mientras yo llenaba su coño de leche y la preñaba. Que si se portaban bien las dejaría follar conmigo. Colgaron
Solté a Beatriz, casi no podía andar, y la llevé de nuevo al sótano, la colgué de los brazos de nuevo y abri sus piernas, de forma que no pudiesen abrirse mas, con la sensación de que se iba a romper, por el coño en dos. Sin placer y si con el culo muy dolorido, le cogí los labios mayores y se los taladre con dos aros cada uno, luego hice lo mismo con los labios menores; chillaba igual que una cerda a la que están matando; cuando se calmo un poco, le dije que iba a depilarle el coño, con crema depiladota, para que lo tendría calvito y pulido para cuando la marcase a fuego, que iba a encargar el hierro dentro de un rato; que pusiera justo en cima de su coño, propiedad de, y mi nombre, y que en el momento del marcado sabría quien era yo y como me llamaba.
Beatriz llorando, suplicaba que no la haría sufrir mas, que no aguantaba el dolor del coño y de los pezones; sin hacerle caso, le unte de crema depiladota el vientre, el coño y el culo; los chillidos eran insoportables; su cuerpo sujeto de las muñecas y pies, suspendido en el aire, se tensaba, hasta el limite, en contracciones de dolor, como la cuerda de un violín. La deje así toda la noche.
Cuando llegue a la mañana, estaba sin conocimiento. Cogí un aparato de descargas del ganado, de esos que se emplean en las vallas electrificadas, para mantener retenido al ganado en un terreno y sin salir de el por miedo a las descargas, y puse un cable en un aro del pezón derecho y el otro cable en los aros de los labios vaginales de la izquierda; lo mismo hice con el pezón izquierdo y los labios vaginales derechos. Puse un conector de presión en cada mano de Beatriz y le encinte la mano de forma que no pudiera abrirla; y si cerraba el puño, se daba la descarga en el coño y los pezones.
Orine en un vaso y cague en un plato; los dos los coloque debajo de la nariz de Beatriz, y la desperté diciéndole, este es tu desayuno, que ya esta preparado; cuando acabes te azotare esas preciosas tetas para que las tengas sensibles, y te follare hasta que loca de placer, supliques que te marque a fuego como a una potranca; y le mostré el hierro que me habían preparado y que iba a ocupar todo su pubis. Me suplico que le lavara el coño, que le ardía, lo mismo que el culo de la crema de depilar. En ese momento se dio cuenta de los cables; y me chillo diciendo que era lo que iba a hacer ahora con ella; le respondí, explicándole, el proceso de castigo por descargas eléctricas, hasta que suplicase que la marcase a fuego. Di paso a la corriente, volvió a chillar de manera sobrehumana y por el dolor apretó los puños con lo cual recibió una nueva descarga, así estuvo casi un cuarto de hora, hasta que perdió el conocimiento de nuevo.
La desperté a base de placer, introduciéndole los vibradores de nuevo en el culo y en el coño. El placer la tenia loca en el momento de despertar, y yo le dije, cada vez que vallas a tener un orgasmo, aprieta los puños; yo te dejo sola y cuando vuelva te quiero ver como una perra en celo, suplicando que te marque. No me obedeció, se corría una y otra vez, hasta la docena de orgasmos, que ya se trasformaban en dolor; en ese momento empezó a apretar los puños cada vez que se iba a correr, deteniendo el orgasmo; así estuvo un par de horas.
Cuando baje después de comer, babeaba igual que un perro, entre el dolor y el placer, ya no era capaz de distinguir; me acerque y le acaricie la nuca con mi mano, así como la boca con los dedos introduciéndoselos dentro y jugando con su lengua, lo cual aumento su placer; y se tuvo que esforzar con las descargas, para no correrse. Riendo y llorando, me pedía que la marcase, que quería ser completamente mía. Le afloje los pies permitiendo que los apoyase en el suelo, y también afloje las muñecas de forma que una mano le quedo libre, colgando en la cintura y la otra ligeramente por encima de su cabeza.
Cogí una lámpara de fontanero y me puse a calentar el hierro, que iba cogiendo un suave color cereza, se lo enseñe, y le señale en su monte de Venus, donde lo tenia que colocar y como lo tenia que colocar, así como lo tenia que apretar. Lloraba gemía, diciendo, quiero ser tuya, marcame tu; yo le respondí, te tienes que poner mi marca, para mi, como me vas a ofrecer otras mujeres, sin dudarlo y sin vacilaciones, con total deseo y convicción. Lloraba y decía no, no puedo. Le respondí, separándome de ella, pero manteniendo caliente el hierro.
En ese momento sonó el móvil, era su hermana; me puse detrás de ella, poniendo el móvil de forma que ella pudiera escuchar. Beatriz decía, supongo que ya Beatriz te habrá dicho que pensamos ir a pasar el fin de semana con ella y disfrutar como ella esta disfrutando y que nos lleves en el coche cuando vallas; le dije, no, no se nada, no me ha dicho nada, ya que no he hablado con ella; no coincidimos y esta muy extraña, cuando llama, me deja unos mensajes incongruentes, que parece que esta follando y corriéndose, mientras habla por teléfono, así que no se si iré, ni cuando iré. Me quite la capucha que cubría mi cara y cuerpo, hasta la cintura, a sus ojos y pudo verme bien; también coloque el hierro de marcar delante de sus ojos para que viera la inscripción "soy una perra propiedad de Miguel"
Lo que paso el día siguiente y el resto, hasta que el día 10 volví a casa con la madre y las dos hijas, después de tenerlas a mi merced durante una semana en la casa del Val DAran, no me atrevo a contarlo.
Un saludo