Una experiencia más en el Cine X

Estaba muy gruesa… tanto que cuando cerré mi mano alrededor de su tronco, no pude notar las yemas de mis dedos en la palma, eso sí… la note dura y caliente.

Una experiencia más en el Cine X

Como sigo diciendo una y otra vez… estas confesiones narradas aquí son en honor a aquel Cine X de la Calle Trajano que tan buenos recuerdos tengo de él, lógicamente siento nostalgia cuando paso por esa calle y mi vista se fija donde estuvo. Claro esta no me estrene en él pero siendo casi un chaval goce como nunca, fue un lugar nuevo que proporcionaba eso que buscamos todos… morbo.

Esta nueva confesión es la continuación a mi anterior relato “Mis andanzas por aquel Cine X de la Calle Trajano”, Continuare con mis andanzas en mis numerosas visitas al Cine X… vale, mirad tras la exitosa visita por mi mente no dejaban de pasar las escenas de mi experiencia, no había día que no me pajeara con aquello.

Tenía suerte de poder estar estudiando de tarde pues la verdad difícil dar rienda a todas esas locuras que hacía, hoy día mis locuras las debo hacer realidad cuando puedo, cosa que es difícil y bastante arriesgado. Como bien sabéis mis padres o mejor dicho mi madre, no ponía objeciones a mis numerosas salidas ya que con solo excusarme con un… “voy a la facultad a estudiar” o “voy a casa de fulanito”, era excusa más que justificadas.

No recuerdo el año y menos aun la edad que tenía… pues aunque solía pasarme ya de martes a jueves, ese día en cuestión era Lunes… día de la semana que no estaba en mi cabeza, pero las circunstancias entre otras la meteorológica me hizo entrar, lógicamente no es la adecuada. Siempre que voy a entrar me aseguro que nadie pase por la calle, con cautela me adentro hasta llegar a la taquilla la cual se encuentra a la derecha a medio camino de ese pasillo.

Nuevamente y como otras tantas veces… nervioso como si fuera mi primera vez pedí mi entrada, quizás esa persona que se encuentra tras la taquilla me recuerde de las tantas veces que he entrado y no de semanas, meses o incluso años. Pero aun recuerdo de las tres personas que me vendía mi ticket… había una en especial que no puedo olvidar, pues su rostro era la de un viejo pervertido con ojos de deseos y humedeciéndose los labios con su lengua, repugnante y al mismo tiempo morboso pues no dejaba de pensar que era una invitación a adentrarme en la taquilla, bueno mejor será que continúe.

Tras darme mi entrada camine hacia las puertas abatibles, abrí una hoja y tras echar a un lado la cortina negra de lona… entre. En esa ocasión no espere a que mis retinas se pudieran acostumbrar a la oscuridad, sino ayudado de la luz proveniente de la pantalla decidid adentrarme en la fila, teniendo la torpeza de tropezar con los pies de esa persona que estaba hay sentada que gracias a mi ímpetu por pasar y no esperar a acostumbrarme a la penumbra, me hizo delatarme.

Aun recuerdo que tras tropezar rápidamente me disculpe al tiempo que esta persona con sus manos evitaba que pudiera caer, manos que con habilidad se posaron una en mis nalgas y la otra en uno de mis muslos. Antes de proseguir mi caminata hasta mi sitio pude sentir sus dedos intentar perforar mi orificio y como su mano ascendía hasta mi miembro, minutos que le di en agradecimiento a evitar que cayera y que tras continuar tuve que darle una buena impresión, pues tras sentarme a media fila… este saco su miembro del interior del pantalón.

Gracias a la luz proveniente de algunas escenas pude ver su miembro, como otros tantos… su miembro estaba erecto y como más tarde comprobé… grueso, tanto que cuando cerraba mi mano alrededor de su tronco no notaba la yema de mis dedos en la palma, eso si la notaba caliente y palpitante.

No recuerdo bien que tiempo pasó desde que me senté hasta que este hombre se me acerco, pero el crujir de esas viejas butacas delataba nuestros movimientos… en esa ocasión el suyo. Tras levantarse y caminar hasta donde yo estaba… sentándose a mi lado, tanto que solo nos separaba el apoyabrazos al menos momentáneamente.

No perdió el tiempo… pues tras sentarse volvió a sacarse su miembro del interior del pantalón y comenzó a masturbarse, no perdiendo detalle de tal descaro… yo en cambio, comencé a hacerlo por encima de mi pantalón pues la verdad es que tanta claridad me cortó. Observaba como su mano derecha ascendía y descendía por ese tronco, como deslizaba la yema de su dedo grueso por su glande y como ese olor penetrante a macho, comenzaba a emanar la zona. A veces me miraba… fijándose que yo me masturbaba sobre la tela de mi pantalón mi bulto, llegándome a preguntar…

  • “Te avergüenzas sacártela y masturbarte”, me soltó.
  • “O quizás disfrutas más masturbando, si quieres mastúrbame a mí… no te cortes”, volvió a decirme.

Como es costumbre en mí… calle, no soy de los que entabla una conversación pues allí no deseo hacer amigos y sí disfrutar, antes sus deseos de conversar… creo recordar que finalmente me gire, más por contestarle o quizás fuera por cortar con la conversación. Pudiéndole ver mejor y apreciar que como todos era un hombre mayor, como sus cabellos canosos me hicieron entender y la rugosidad de su rostro, echándole casi unos sesenta años, complexión normal.

Avergonzado alargue mi mano izquierda hasta su miembro… cogiéndosela, note como dije previamente su grosor y sin pensármelo mucho comencé a masturbarle. Le escuchaba suspirar e incluso gemir por lo que entendí que lo estaba haciendo bien, siendo el mismo quien me la saco del interior de mi pantalón una vez desabotono el botón, desabrocho la hebilla de mi cinturón y separo la tela.

Quizás alertado por mis quejas por las molestias que me estaba causando al sacar mi polla del interior de mis bóxer, pues era tal mi erección que le era imposible sacarlo, no contento con abrirme el pantalón que comenzó a tirar de ellos hacia abajo… teniéndole que ayudar yo, prosiguiendo con mis calzoncillos y saltando como un resorte, mi miembro en busca de libertad y disfrute.

Comenzamos a masturbarnos mutuamente durante unos minutos más, tiempo que el entendería que era suficiente y que ahora debía de hacerle otras cosas, cosas que entendí al retirar su mano derecha de mi miembro y colocarla sobre mis hombros.

Comenzando a presionar a modo de atraerme hacia él y hacia su entrepierna, no me resistí pues lo deseaba… siendo yo mismo quien sin dejar de agarrar su miembro entreabrí la boca y separe mis labios. Note el sabor preseminal de su glande y comencé a darle suaves mordiscos al tiempo que ahora magreaba sus genitales, continuando por frotar mis labios sobre su glande y poco a poco intentar introducírmela dentro de la boca, cosa que fui consiguiendo y cada vez más adentro.

Llegando un momento en que este presiono mi nuca a modo de mantener su polla unos minutos en el interior de mi boca, teniendo la consecuencia que ante la falta de aire o por no poder tragar saliva… comencé a sentir la sensación de que me ahogaba, dándome desde arcadas hasta la sensación de vomitar. Ese gesto lo considere como una prueba de lo poco que le faltaba para correrse y no me equivoque, pues nada soltarme continúe chupando con ansias al tiempo que lo masturbaba, este entre gemidos me hacía saber que se vendría y fue así, comenzó a lanzar chorros al fondo de mi garganta.

Nos quedamos en nuestro sitios durante unos minutos… ambos reponiéndonos, mientras este continuaba masturbándome… hasta hacerme estallar, manche el respaldar del asiento delantero… proponiéndome hacerlo aun mejor la próxima vez. Mientras comenzaba a vestirme este me aconsejo que saliéramos separados, me mentó la posibilidad de vernos otro rato… cosa que acepte. Recuerdo que me quede un rato más allí dentro del cine sentado con unas ganas tremendas de orinar, pero con una sensación extraña o quizás fuera de previsión ante lo que allí se “cocía”, pues no hubo momentos que no había escuchado lo que allí se hacía. Me quede allí sentado excitándome nuevamente con la película e incluso por la presencia de otros alrededor mía, pues estos mediante insinuaciones me invitaban a continuar… por lo que acabe por salir del cine.

Recuerdo que me estaba orinando y no se me ocurrió mejor idea en esos momentos que orinar en los aseos subterráneos que hay en la Plaza del Duque. Tras bajar y observar a esa mujer que cuidaba los aseos, me metí en el urinario que estaba vacío de esos cuatro. Me sentía extraño pues tuve la sensación que estaba siendo observado. Franqueado por dos hombres mayores que fijaban su vista en mi erecta polla, mire yo las suyas y estaban pidiendo guerra.

Recuerdo como uno de ellos alargaba su mano hasta tomar mi miembro y comenzaba a masturbarme, sorprendido y al mismo tiempo excitado estaba. El otro hombre no quiso perder detalle… por lo que comenzó a magrear mis nalgas, deteniéndose cuando escuchaba algún sonido y todos simulábamos. Momento que aproveche para salir de allí… pues estaba aterrado, corrí hacia la Plaza Nueva con la intención de coger mi autobús hasta casa. Nada más cogerlo ya comencé a arrepentirme de la ocasión malgastada, no deje de pensar en esos dos hombres y lo que me hubieran hecho… mmm.

Pero bueno esa experiencia os la dejare para otra ocasión, pues es tarde y debo de acostarme, espero que os haya gustado tanto como me gusto a mí… obviamente habréis notado que soy bisexual, siendo mis preferencia hombre maduros. Bueno os dejo y espero que no seáis muy crueles conmigo, aunque sea pasivo y me deje hacer como una buena putita que dicen que soy. Bueno hasta pronto.