Una experiencia inolvidable
Cómo encontré el amor a través de una experiencia distinta gracias a internet.
UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE
CÓMO ENCONTRÉ EL AMOR A TRAVÉS DE UNA EXPERIENCIA DISTINTA GRACIAS A INTERNET
Era un día viernes por la noche. estaba solo en mi departamento. No tenía ningún programa a la vista ni deseos de salir. Pense entretenerme una rato en el computador. Lo conecté e ingresé a la red. "Un poquito de pornografía no me vendrá mal, pensé" Así comencé a buscar algunas páginas con mujeres. Finalmente dí con una que me llamó la atención era una especie de directorio y ofrecía una gran cantidad de fotos, debidamente clasificadas. Mujeres con tetaa grandes y con tetas chicas. Viejas o jóvenes. Pajeándose o culeando. Rubias o morenas. En fin, había para todos los gustos. Así comencé a bajar algunas fotos que estaban bastante buenas por lo demás. Después de una media hora segúí viendo las página y en una categoría decía "Shemales". La palabra llamó mi atención, no tenía idea qué pudiera significar. Abrí la galería N°1 esperé un poco y apareció la foto de una hembra rubia despampanante con una mini ajustada que quitaba la respiración. Unos ojos inmensos, muy expresivos. Un par de tetas de otro mundo y un culo como para enterrarse de cabeza. A medida que avanzaban las fotos iba apareciendo con menos ropa. Finalmente quedó una minitanga roja que le quedaba espectacular. Luego una de espalda con la tanga hasta las rodillas, lo cual permitía ver la majestuosidad de su culo. En la última casi me caigo de espaldas: estaba totalmente desnuda pero con una pija de miedo en posición firme. No podía creer. Un cuerpo que cualquier mujer envidiaría, pero ese miembro que muchos hombres desearían tener desentonaba, pero mirando de nuevo, comencé a encontrarlo sugerente, seguía observando y era como para perder la cabeza.
Hice una carpeta y comencé a bajar las fotos y guardarlas celosamente. La verdad que nunca pensé que pudieran ser tan hermosas. Esa afición la comencé a fomentar casi diariamente, buscando nuevas páginas y nuevas travestis. Mientras las bajaba imaginaba cómo sería estar con una de ellas y generalmente terminaba masturbándome. Ya las fotos de mujeres no me interesaban para nada, al punto que las borré todas de mi disco duro y sólo coleccionaba fotos de shemales. Comenzaron a obsesionarme hasta el punto que mis fantasías rondaban por mi mente la mayor parte del día. Deseaba poder estar con una. El problema es que no sabía dónde diablos poder contactarme con una. En las noches recorría diversas calles, pero sólo encontraba prostitutas. Una noche que iba camino a la casa, veo a una mujer que se amparaba un poco por las sombras, pero era claro lo que andaba haciendo. Ya era algo tarde para detenerme, así que tuve que seguir y dar vuelta la manzana. Al llegar de nuevo, estaba ella conversando con un automovilista, apoyada en la ventanilla, su falda costa dejaba ver su trasero y el elástico de la tanga metido dentro de su rajita. Sus piernan eran fabulosas, meniuda pero bien formada, tenía rasgos de adolescente. Me lamenté de mi mala suerte, pero como no me conformaba di vuelta la manzana nuevamente. La situación era exactamente la misma. Ya se me había metido en la cabeza. a pesar de verse muy femenina algunos rasgos evidenciaba de ser lo que tanto estaba buscando.
Tozudamente di otra vuelta más, cuando lluegé al lugar mi corazón dio un respingo. estaba sola. Detuve el auto cerca de ella y abrí la ventanilla derecha. Ella se acercó rápidamente con un caminar muy insinuante, se apoyó en la ventanilla y con una voz melosa me dijo: -"Hola, amor. ¿Quieres pasarlo rico? Solamente con eso y ya mi pija estaba durísima, como en los mejores tiempos. "Depende de lo que entiendas por pasarlo rico" le contesté. Ella sonrió y dijo: "Pasarlo rico, es hacer todo lo que te gusta, mi amor"- "Mmmm... imagino que eso será un poco caro" -"Mira, por ser la primera vez te cobro barato y así te haces mi cliente. ¿Qué dices? "La oferta es tentadora" contesté. "¿Y de cuánto estamos hablando? "Bueno, eso depende del tipo de atención que desees. Una francesita te sale diez mil pesos y un polvito, así completo, sin contar el hotel 35.000. Pero te aseguro que lo pasarás rico, tranquilito sin que nadie te apure. Mi calentura iba en aumento. "Bueno" le dije, "Podríamos hoy comenzar con una francesita para conocernos mejor" "OK" me dijo y se subió al auto. Su nombre era Aracely y tenía 22 años. Una figura espléndida. Al sentarse su falda se subió más de la cuenta pero no le importaba mucho. Podía verle una diminuta tanga roja. Para abaratar costos nos fuimos a una parte solitaria donde según ella no tendríamos problemas. Mientras nos dirigíamos al lugar aprovechaba para acariciarle las piernas. Su suavidad era increíble. No podía creer que mis fantasías estaban a punto de cumplirse. LLegamos al lugar, era bastante sombrío y solitario. Me estacioné y apagué las luces del carro. "Ya papito" me dijo. "Primero me pagas" Saqué un billete de diez y se lo pasé. Ella lo puso a contraluz para observarlo bien y lo guardó en una carterita. "Parece que eres algo desconfiada" le dije. "En este trabajo no queda más remedio" contestó. "No te imaginas a las cosas que nos exponemos noche tras noche".
Se puso de medio lado, mirándome y dijo: -"Ya mi amor, ponte cómodo. Reclina el asiento" Le obedecí, quedé ligeramente inclinado, ya que deseaba poder verla cuando hiciera el mamón. Con mucha facilidad desabrochó mi cinturón, el pantalón y la cremallera. Me pidió que levantara las caderas un poquito y me bajó el pantalón. Luego bajó el slips y tomó mi miembro que ya estaba algo jugoso. Lo observó y me dijo: -"Parece que estás bien calentón" ¿Eres rápido para acabar? me preguntó. "Eso depende de ti" le dije. De entre su sostén sacó un pañuelito de papel y secó totalmente el miembro. Una vez que hubo terminado se lo llevó a la boca. Innumerables veces me habían mamado la verga, pero siempre con mujeres.Algunas lo hacían mejor que otra. Pero noté la diferencia inmediatamente cuando Aracely se lo introdujo en la boca. Lo hizo con una delicadeza, con un oficio espectacular. Apenas rozaba el miembro con sus labios, eso me producía una suerte de cosquilleo y placer muy intenso, al mismo tiempo que me provocaba una ansiedad desesperante por querer más y más. Yo la miraba extasiado como mi pija entraba y salía de su boca. A ratos se arreglaba el cabello que se le iba hacia delante. Repentinamente cambiaba la técnica: se lo dejaba entero adentro y lo acariciaba con la lengua o solamente dejaba el glande y lo rozaba ya fuera con los labios o lengua. También se lo introducía de a poco, presionando con los labio a medida que iba avanzando. Realamente puso lo mejor de sí. Tal vez para subyugarme y ganar un nuevo cliente. Eso no lo podía criticar. Cuando notó que ya estaba prácticamente listo, comenzó con su arremetida final, acompañándolo de quejidos y suspitos que me ponían la piel de gallina. El torrente fue inevitable. Inundé su boca. Ella se quedó quieta esperando que saliera toda la leche y comenzó a retirarse con los labios apretado con la finalidad que no se deslizara el semen hacia abajo. Fue un detalle exquisito de su parte.
Terminada la acción abrió la puerta de auto para escupir el semen que tenía almacenado en la boca. "Tienes una buena pija" dijo mirándome. Luego agregó: -"Parece que estabas en veda, por la cantidad de semen que derramaste. Ahora te dejé livianito" Yo la miré, le acaricié el rostro y le contesté: -"Tú no estuviste nada de mal. Para ser sinceros es la mejor mamada que me han hecho" Ella sonrió complacida. "Entonces espero que me vuelvas a buscar" "Eso dalo por hecho" contesté. Me arreglé la ropa, ella antes me limpió el miembro con un pañuelo de papel. Me pidió un cigarrillo y me preguntó si estaba apurado. Le pregunté por qué. "Por nada especial" me dijo. -"Sólo para fumar el cigarrillo tranquila y aprovechar de descansar un poco. Cansa estar tanto de pie y caminar todos los días". y se quedó en silencio abstraída en sus pensamientos. Al rato agregó: -"Ojalá me traigas suerte y tenga una buena noche". "Viéndote lo hermosa y joven que eres no dudo que será así"- le contesté. Ella sonrió y dijo: -"No estés tan seguro. Hay mucha competencia y algunas se venden prácticamente por nada" No supe qué decirle. Pero no pude evitar sentir cierta simpatía por ella y unos deseos de poder ayudarla, de hacerla sentir que no estaba sola.
¿Por qué te dedicas a esto, Aracely? le pregunté. Me miró entre triste y molesta. "Te aseguro que no lo hago por gusto. Todo el mundo cree que somos unas degeneradas, unas viciosas desprovistas de corazón y sentimientos. Nos miran y tratan como a la peste misma. Pero en la noche nos buscan para saciar sus instintos más asquerosos. Es verdad que entre nosotras hay de todo, como suele suceder en todas partes, hay ladronas y viciosas, pero no todas somos iguales"
Hablaba con mucho sentimiento y honestidad, me conmovió y mi simpatía hacia ella fue creciendo a medida que la escuchaba. "Trabajo en esto porque en este país hay muchos prejuicios y cuesta hacerse una situación de manera honesta. Todo el mundo te descalifica, te aparta o quiere sacar provecho de ti. Yo, en la medida que puedo ahorro un poco d lo que gano para poder independizarme, estudiarl algo y no depender de nadie, también para salir de este medio antes que envejezca demasiado. Tal vez encontrar una pareja estable y tratar de ser feliz".
Jamás me habría imaginado el drama que se escondía tras esta jovencita hermosa cuyo único pecado era estar en un cuerpo equivocado. Menos aún que tenía sueños, esperanzas y creía en el amor. Noté que tiritaba un poco. Al parecer tenía frío. No andaba muy abrigada que digamos y aunque la noche no estaba muy helada tampoco era para descuidarse. "Espera un poco" le dije. Me bajé, abrí la maleta y saqué una chaleca que tenía allí. La tomé y la coloqué por sobre sus hombros. Me miró tiernamente y dijo "Gracias. Eres muy gentil" y se la acomodó.
La veía tan hermosa a la vez que desvalida, terriblemente sola. Deseaba poder hacer algo por ella. Es cierto, apenas la estaba conociendo, pero me inspiraba confianza, la encontraba muy honesta en su discurso. La observé mejor, si bien es cierto estaba vestida de manera provocativa, sus ropas eran muy humildes, se notaban arregladas y zurcidas una y mil veces, reacondicionadas para dejarlas más sugerentes, pero los esfuerzos eran vanos. De lejos podía pasar, pero de cerca imposible. me parecía que estaba llegando a límites peligrosos, que estaba a punto de traspasar ciertas barreras y que no debía hacerlo. Pero a sabiendas de todo ello le dije: "¿Me aceptarías una invitació a tomar un café?" Me miró sorprendida. "¿Me hablas a mí? dijo. ¿Me estás convidadandoa tomar un café? ¿Estás seguro de querer hacerlo? Si me cabía alguna inseguridad su pregunta me hizo despejarla inmediatamente. "Por supuesto le dije. Si no tuviera la seguridad no estaría diciéndolo. Además me sentiría orgulloso de estar acompañado por una damita hermosa como tú". "Bueno, si es así, acepto" dijo.
Arranqué el carro, pensaba dónde llevarla. Mi temor era que algún conocido pudiera verme. Su manetra de vestir no era la más apropiada ni tampoco en las mejores condiciones. Finalmente la llevé a un local de esos que tienen atención al auto. Pedimos dos cafés y dos emparedados. Aracely comía con mucha fruición. Se notaba que tenía hambre atrasada. Le pregunté si quería otro, me miró con carita de duda, pero finalmente accedió. "Gracias" me dijo. "Desde ayer que no comía nada". Fue como si me hubiese dado un martillazo en la cabeza. ¿Cómo podían suceder estas cosas? ¿Tan mal estás? le pregunté. "Tan mal estoy" contestó. "Hace tres días que no me levanta nadie y además la policía que molesta mucho y para que nos dejen tranquilas debemos hacerle cierto favores" Estaba comenzando a conocer un submundo que desconocía.
Ella vivía sola, compartía su habitación con una compañera de trabajo Flaviana. Ambas eran como hermana y se aydaban entre sí. La historia de ambas muy similar, sus familias las habían repudiado, sólo se tenían ellas. Flaviana era menor, ya que tenía apenas 20 años. Me pidió que la dejara donde la había encontrado, al llegar me dijo que esperaba verme de nuevo. Me dio un beso en la mejilla y se bajó, no sin antes agradecerme por mis atenciones y la chaleca que dejó cuidadosamente doblada en el asiento. Le pregunté si tenía teléfono. Me dijo que no. Entonces le di el de mi celular y que me llamara para lo que fuera.. Tomó el papel y lo guardó dentro de su sostén.
De este acontecimiento pasaron tres semanas en las cuales tenía una lucha interna entre ver o no a Aracely. Estaba dudando ya de mi orientación sexual. ¿Por qué me atraía tanto este tipo de personas? Especialmente ella. No recordaba que con alguna mujer me hubiese pasado algo similar. Algo misterioso tenía que me atraía de manera irreversible. Trataba de buscar mil distracciones, pero siempre volvía a lo mismo. Algunas noches pasé por aquella esquina, pero jamás la divisé. Pnsé que así sería mejor. Si no la veía y no tenía como ubicarla no me quedaba más remedio que resignarme. Una noche, como a eso de las diez, me disponía a acostarme cuando sonó mi celular. Miré en el visor no ubicaba el número. Contesté y era Aracely. Su voz estaba quebrada, se notaba muy asustada. Le pregunté que le sucedía, pero no me quiso decir por teléfono. Me preguntó si podía verme en la miasma esquina donde nos habíamos conocido. Le dije que bueno, que en media hora más estaría por allá. Dijo que me estaría esperando.
Al llegar la divisé de inmediato. Llevaba un top que dejaba su ombligo al descubierto y unos jeans muy ceñidos que resaltaban completamente su armonioso cuerpo. Su cola estaba preciosamente formada. Me detuve y se subió. Me saludó con un beso en la mejilla. "Gracias, Juan Carlos por venir" dijo. "No te preocupes" contesté. "Me dejaste muy preocupado. ¿Qué te sucede? pregunté. Sus ojos estaban brillantes por las lágrimas. Abrí la guantera saqué unos pañuelos de papel y se los di.
-"Es Flaviana" me dijo. "Mi amiga, mi hermana. La policía la detuvo. Todo porque no quiso complacer a uno de ellos. Se la llevaron a la Comisaría. Si no se paga la multa la tendrán detenida más de una semana y quizás cómo la irán a tratar" y lloraba amargamente. Yo no tenía idea qué podía hacer en un caso así. Y le pregunté: -"¿Y que se puede hacer en estos casos? -"Solo ir a la comisaría y pagar la multa. Así la sueltan inmediatamente. Ese es el favor que deseaba pedirte, Juan Carlos, perdona lo sinvergüenza que te pueda parecer. Pero no tenía a nadie más a quien acudir. El dinero no te lo puedo devolver, pero a cambio podria... No la dejé terminar. Sabía lo que me propondría. No lo deseaba. "Está bien. Vamos a rescatar a tu amiga. Dame la dirección" le dije enérgicamente. Me indicó el camino. No quedaba lejos. ¿Quien diría que algunas vez iba a estar en una comisaria con una travesti para rescatar a otra?
Entramos, me sentía algo molesto por la situación, pero bueno si ya estaba en el baile no quedaba más que seguir bailando. Había policías por todas partes. Lleno de vagabundos, gente de mal aspecto, prostitutas, en fin el universo era bastante variado. Nos acercamos al oficial de guardia. Aracely le explicó la situación. Me preguntó cuál era el nombre de la detenida. Miré a Aracely con cara de interrogación. " Luis Fernández Andrade" dijo. ¿Y su alias? preguntó el sargento secamente. "Flaviana" contestó. El policía miró unos papeles y dijo: -"Está detenida por vagancia y ejercer la prostitución de forma ilegal . La multa tiene un valor de cincuenta mil pesos. ¿La van a cancelar? Asentí con la cabeza. Saqué mi billetera, el efectivo no me alcanzaba, pregunté si podía pagar con un cheque. Me dijo que sí. Lo extendí y se lo pasé. "¡Cabo Pérez! gritó. "Tráigase al maricón que se hace llamar Flaviana. Sus amigos vinieron a buscarla" -¡A la orden mi sargento" dijo y se fue. al poco rato volvió acompañada de una morena despampanante, con un rostro hermoso, unos labios carnosos muy sensuales. Una falda elasticada que le quedaba como una segunda piel. Su cabello ondulado de un tono levemente cobrizo caía graciosamente sobre sus hombros. No era muy alta, su fpisico muy armonioso. Su rostro era delicadamente femenino, más que el de Aracely. Sus muslos prietos, muy firmes con unas medias de esas brillantes que realzan más sus formas. Su andar era el de una verdadera gacela, muy elegante, muy felina, muy hembra.
-"¡Firme aquí!" dijo agriamente el sargento. Luego le entregó un papel y le dijo: -"Esta citada al Juzgado el próximo miércoles para declarar. Se puede ir". Nos retiramos rápidamente. La tensión había disminuido bastante. Aracely se veía mucho más tranquila. Rápidamente puso al tanto a Flaviana de quién era yo y que ella había salido gracias a mí. Flaviana me agradeció y repentinamente me dio un beso en la mejilla que me supo a gloria. ¡Era muchísimo más hermosa que Aracely!
-"Bueno" les dije. "Ahora que ya pasó el susto las invito a mi casa para que brindemos por la libertad de Flaviana" Ambas se alegraron y aceptaron gustosas. Entramos al departamento, les dije que se sintieran cómodas y como en su casa. Se sentaron. Las piernas de Flaviana me tenían inquieto. No quiero ser exagerado ni reiterativo, pero no las había visto mejores. Y sus tetas una delicia. Aracely sin ser fea desmerecía bastante a su lado. Flaviana era de esas mujeres con glamour que no pasaban inadvertidas aunque se escondieran. Saqué del refrigerador una botella de champagne y brindamos por la libertad de nuestra amiga Flaviana. En un momento en que estaba en la cocina picando un poco de hielo apareció Aracely. "Juan Carlos" me dijo- "Quiero que sepas que estoy muy agradecida por tu gesto de hoy, y como traté de decirte antes..." -La quedé mirando y puse un dedo sobre su pequeña boquita y le dije: -"Sssshhh no tienes nada que agradecerme. Fue un placer ayudarlas, especialmente porque tú me lo pediste" Ella se quedó mirándome fijamente, no era necesario ser adivino para saber lo que estaba esperando. No pude evitar la tentación. Sucumbí Me acerqué a ella y le di un profundo y apasionado beso. Quedamos un tanto agitados. Disimulamos y nos fuimos junto a Flaviana, que alegre estaba bailando sola al compás de la música. Sus caderas se movían con una gracia que en cualquier discoteca habría acaparado las miradas de todo el mundo.
Se produjo un memento en que quedamos solos. Aracely fue al baño. Allí aprovechó Flaviana para decirme: -"Juan Carlos, sé que lo que hiciste fue motivado por el pedido de Aracely. Pero eso en nada disminuye el agradecimiento que tengo por tu gesto. Me gustaría verte alguna vez en privado para expresarte todo lo que siento." En un papelito le dí mi teléfono y le dije "Llámame mañana" Ella lo tomó y lo guardó en un gesto de complicidad. Como a eso de las tres de la mañana decidieron que era más que prudente irse. Me ofrecí para ir a dejarlas. Aceptaron pero sólo hsta la parada del bus. De ahí se irían solas. Nos despedimos de beso en la mejilla y nos separamos.
Pasaron dos día, y en la tarde, me llaman al celular. Atendí. era una voz conocida. Flaviana. "Hola, cómo estás" me preguntó. "Bien " le contesté. -¿Estás ocupado? . me preguntó. "No, no la verdad que no" Ya sabía para dónde iban las preguntas. Pero no estaba seguro de querer quemarme. Así que rápidamente agregué: -"Sólo estoy esperando a unos clientes para finiquitar un negocio"- -"Ahh" dijo. Bueno otro día te llamo. Era para saludarte. Cuidate. Adiós. No sabía si había hecho bien o no. Por un lado estaba la ternura de Aracely y por el otro la sensualidad de Flaviana. Las dos eran estupendas en su estilo. Y las dos amores prohibidos.
Al día siguiente, por la noche recorrí la calle aquella. Allé estaba Aracely y para suerte mía muy solita. "Hola Cielito" le dije. Ella se alegró al verme. "¡Juan Carlos! ¿Qué haces por aquí? "Quería ver si estabas" le dije. Anda. Sube al auto. Andaba con un peto azul, unos jeans a la cadera y rodeando a ésta un cinturón ancho, plateado muy brillante, que le daba un aspecto juvenil y fresco. Se subió. "¿Quieres atenderte? me dijo. "No, no quiero atenderme" le dije. Sólo quiero estar un rato contigo y conocerte un poco más. "Por el dinero no te preocupes, te lo cancelaré" Mi respuesta le sonó un poco dura. Bajó la vista y dijo: -"No seas ofensivo conmigo, Juan Carlos. No soy como todas. Ya te lo dije" Disculpa Aracely, no fue mi intención molestarte ni ofenderte. Me expresé mal eso es todo. Yo quiero verte Aracely, pero no com un cliente tuyo, sino como un amigo. No quiero quitarte tu tiempo de trabajo. Quiero verte en tu tiempo libre, cuando realmente eres Aracely". Le dije. "Por ejemplo me gustaría salir contigo un fin de semana, ir al cine, a comer, bailar, no sé algo por el estilo." Aracely mirándome dijo: -"No sabes cuánto me llegan tus palabras, Juan Carlos. Haces que me sienta verdaderamente una persona y no un mero objeto de placer." Le acaricié el rostro y agregué: -"Quiero establecer la diferencia. Que sepas que en el mundo existen también otras cosas. Que puedes ser valorada como persona y como mujer. "Está bien Juan Carlos, que así sea. Pero sólo quiero pedirte un favor más"- La miré y le dije: -"El que tú quieras. Solo pídelo" -"Tengo miedo de sufrir y de ilusionarme más de la cuenta. Si estás jugando conmigo será muy doloroso para mí" "En eso te equivocas, Aracely. No me gusta jugar con las personas. Siento el deseo extraño de estar contigo. No precisamente para sexo y eso es quizás lo que debiera preocuparme, ya que así se establecen los lazos más fuertes y profundos. Por ahora compartamos, salgamos, divirtámonos, y dejemos que el tiempo decida lo mejor para nosotros."
Hablé con una amiga muy de mi confianza, es lesbiana, para que viera la posibilidad de darle un trabajo en su salón de belleza. Como me debía algunos favores me dijo que ningún problema pero que sería conveniente que estudiara algo relacionado con el tema. Me recomendó un Instituto muy bueno, y que atendía a mucha gente del ambiente gay donde al cabo de un año podría trabajar excelentemente bien. Sólo faltaba que Aracely estuviera de acuerdo. La proxima vez que nos viéramos se lo propondría. Una tarde que estaba justamente en esas cavilaciones suena el citófono del departamento. Pregunto quién es y una voz inconfundible me dice: -"Holaaaaaa. Soy Flaviana, te vengo a ver." Esa sorpresa si que no me la esperaba. Abrí la reja y a los pocos segundos estaba conmigo. Se notaba que no había dejado ningún detalle a la suerte. Su cabello muy bien arreglado. Una falda de látex ajustadísima y muy breve. Arriba un peto que no podía disimular lo exhuberante de sus pechos. Sus pezones se notaban perfectamente a través del peto. Le ofrecí un vaso de jugo. Me pidió que pusiera un poco de música. Me senté y comenzó a bailar frente a mí. Después extendió la mano para levanarme, me puse de pie y me abrazó por el cuello. Estaba exquisitamente tentadora. Acercó sus labios, no dí más la apretujé contra mi cuerpo y nos unimos en un beso que más intenso no podía ser. Mi sexo se apoyaba en el suyo. Lo sentía durísimo. "¿Te gusta bailar así? . Me decía, y se me pegaba al cuerpo como si fuera una segunda piel. Sentí que su mano se deslizaba hacia mi sexo y lo acariciaba, ya estaba a punto de perder la cabeza, cuando se me vino a la mente el rostro ingenuo de Aracely.
La aparte con firmeza. Y le dije: -"Basta . No cometamos un error" Flavia mie miró sorprendida. "Pe... pero... qué te sucede? "Disculpa, Flavia, no es nada personal, me agradas y me atraes una enormidad, pero no más que eso. Existe otra persona que sin que lo sepa tiene ya gran parte de mi corazón" Me miró muy seriamente y dijo: -"Entiendo... es Aracely, verdad? Asentí con la cabeza. "Disculpa, entonces, no estaba enterada de nada. No volverá a suceder" dijo mientras cogía sus cosas. "Flavia, le dije tú eres como una hermana para Aracely, así que perfectamente odemos ser muy buenos amigos. Además te rogaría que no le dijeras a ella de mis sentimientos. Quiero ganármela de a poco, conquistarla como debe ser con toda mujer" "Espero que Aracely sepa la suerte que tiene" dijo. "Amala y cuidala mucho, es una buena chica, como existen pocas" me dijo. Me dio un beso en la mejilla y desapareció para siempre de mi vida. Una semana después, Aracely me contaría que Flavia había decidido irse a Brasil, con un amante.
Me sentía honesto, creo que actué bien. Flavia siendo lo voluptuosa que era no correspondía a mi estilo. No hubiésemos durado más de un año. Prefería la ternura y la belleza tranquila y reposada de Aracely. El sábado como habíamos acordado llegó Aracely. Pensábamos tener una velada tranquila en casa, comer algo rico, tomar unos tragos, ver alguna película y por supuesto conversar. Ella sacrificaría lo que era su mejor día para trabajar, sólo para estar conmigo. Esa preferencia me halagaba mucho. Estaba preciosa, se notaba que había utilizado su mejor guardarropas. Traía una mini rosada, plisada, una blusita blanca, y una casaca cortita haciendo juego con la falda. Unos zoquetes o medias cortitas del mismo tono de la falda con vuelitos blancos y unos zapatos muy deportivos y cómodos que hacían juego con el resto. El cabello se lo había cortado y lo tenía así estilo Príncipe Valiente. Le venía muy bien ya que resaltaba las finas facciones de su rostro. Su maquillaje era muy sobrio, casi no se notaba, además que tampoco lo necesitaba. Su aspecto era angelical, vestida de esa forma m{as parecia una colegiala que se había escapado del colegio. Eso aumentaba aú más mi morbo. La miré, la tomé de ambas manos y le dije : -Estás bellísima. ¿De qué colegio te escapaste? Ella se rió dulcemente . y me dijo: -"Eres un lisonjero sin remedio"
Le dije que estaba en su casa y que por lo tanto no esperara que yo tuviera que hacer todo. Asi que las labores serían compartidas. Yo hacía todo esto para que ella fuera acostumbrándose o tuviera una mejor visión de lo que podía ser la vida de pareja. Le gustó la idea y dijo que estaba de acuerdo. Le ayudé a quitarse la casaquita. Su blusita tenía algunos botenes abiertos y permitían ver un poco el borde de sus pechos que sin ser muy generosos se notaban bien formados y por supuesto turgente. Conversamos como si nos conociéramos de toda la vida. Me gustaba su forma de expresarse y se notaba ansiosa por ser cada vez mejor. Era una verdadera esponjita para asimilar conocimientos. Me gustaba mucho su encantadora humildad. Escuchamos música, yo soy amante de los blues, ella no los conocía, le agradó mucho. Los escuchábamos a media luz, en intimidad. Así como esta que les relato tuvimos muchas y muy parecidas. Nada de sexo. Sólo conversar y conocernos. Aracely ya se daba cuenta que la vida le estaba cambiando poco a poco, que existían otras cosas que podían tornar la existencia mucho más agradable, y eso le iba produciendo a la vez un fastidio y aborrecimiento difícil de aguantar por su tipo de trabajo.
Yo no le decía nada. De a poco la iba acostumbrando a un nuevo tipo de vida que evidentemente ella no podría tener por sí sola. Pero quería que el tema saliera de ella y no de mí. Primero debía tomar conciencia, asumir que su tipo de vida no era el mejor. Así de a poco le fui quitando más y más tiempo de su trabajo. Hasta que un día no pudo más y me dijo: -"Juan Carlos, hace tiempo que quiero decirte algo. Estoy dedicándote demasiado tiempo y cada día trabajo menos. Eso es malo para mí. No te lo he dicho, pero durante todo este tiempo he tenido que echar manos a mis ahorros para poder subsistir. Desde que se marchó Flaviana, debo pagar el alquiler completo. Así que ya no podré verte con tanta frecuencia, debo trabajar. Odio con toda mi alma tener que hecerlo, pero comprende que no me queda más remedio". Me lo dijo todo de corrido, así como vaciando su alma. ¡Eso era lo que estaba esperando que hiciera! Había llegado el momento en que podría comenzar a hacer algo por su vida.
-"Aracely" le dije "Creo que ha llegado el momento de decirte algunas cosas que estaban reservadas para ti desde el primer instante, pero antes debías refelxionar y pensar un poco. Con lo que me acabas de decir siento que ha llegado el instante preciso para que nazcas a una nueva vida."
Seguí hablando, Aracely me escuchaba con atención: ¿Qué dirías si te dijera que hay un trabajo que desde hace algún tiempo está esperando por ti? ¿Qué dirías si te dijera que antes de trabajar tendrás todo un año que estudiar en un Instituto de Belleza? ¿Qué dirías si te dijera que ya no debes preocuparte del alquiler de tu cuarto porque te vendrás a vivir conmigo? ¿Qué dirías si te dijera que tras esa puerta que está frente a mi cuarto, está el tuyo con todo lo que necesitas para sentirte confortable? ¿Qué dirías si te dijera que mientras estudies praparándote para el trabajo te daré una mensualidad que te permitirá cubrir tus gastos más esenciales? ¿Qué dirías si te dijera que todo cuanto te he dicho es la más absoluta verdad? ¿Qué dirías si te dijera que te pido por favor que aceptes lo que ahora te estoy ofreciendo? ¿Qué dirías si además te dijera que no te pido nada a cambio, sólo tu amistas y lo que tú quieras compartir conmigo?" Y guardé silencio.
Parecía que Aracely hubiese sido fulminada por un rayo. Quedó callada por un largo momento y después, apenas balbuceando dijo: -"Por favor, Juan Carlos, dime una cosa: esto es realidad o estoy soñando?" "Es realidad, Aracely, es realidad. No es un sueño. Si lo aceptas será una hermosa realidad"- contesté. "Pero.. pero.. por qué yo... por qué yo..? Preguntaba. "Justamante por eso" le dije-"Porque eres tú". Se levantó y se dirigió a mí, me abrazó y sólo lloró. La dejé que se desahogara. Le acariciaba su cabello sin decirle nada. Una vez que se hubo calmado, le di una vaso con agua para que bebiera y le entregué un sobrecito . "Toma. Es tuyo. Abrelo" le dije. Lo tomó y abrió, etra un llaverito con su nombre en letras doradas y un par de llaves. Me miró intrigada. "Son las llaves de tu nueva casa, ésta" le dije. Como buena mujer el llanto afloró nuevamente en sus ojitos. Esperé un poco y le dije: -"Anda a ver tu cuarto" como niña pequeña se dirigió a su habitación. Abrió la puerta y no pudo evitar una exclamación de asombro. "¡ES PRECIOSO! " exclamó. Una amiga decoradora de interiores me había ayudado. Le pedí que lo dejara lo más femenino posible a la vez que muy juvenil. Además tenía su propiocuarto de baño, pequeñito pero le daba privacidad. Si quería un baño de tina podía ocupar el principal. Se arrojó en la que seróa su cama y extendiendo sus brazos la acariciaba. Era un espéctaculo hermoso verla. me sentía muy satisfecho y feliz.
"Entonces sólo falta un detalle" le dije. "Vamos a tu ex hogar por tus cosas. Te quedas a partir de hoy" Me miró con esa cara tan hermosa que casi me derreti. "Vamos" me dijo. El lugar donde vivía quedaba bastante lejos, nos demoramos más de una hora. Era un suburbio por las afueras de la ciudad. Todo el barrio era de muy mala catadura. No me explicaba cómo aracely en ese medio no había caído en las drogas. En todo caso eso hablaba muy bien de ella. Respecto a sus sentimientos y manera de ver la vida no tenía absolutamente nada que criticarle. Finalmente llegamos, era una casa pequeña y muy humilde. Su habitación estaba construida en el fondo del patio, independiente a la casa. De material muy precario y con unas enormes piedras en el recho para evitar que se volara el zinc con el viento. Aracly entró, yo la esperé en el auto, como a los diez minutos salió con un par de maletines. "Mis pertenencias no son muchas" dijo. "Espera un poco que iré donde la dueña para avisarle y despedirme. No habrá problemas porque le tengo el alquiler cancelado y recién estamos a principios de mes" Volvió a entrar y como a los cinco minutos salió. "Podemos irnos" dijo, subiéndose al carro. Su carita trasuntaba felicidad por la nueva vida que se le venía por delante.
Cuando regresamos le ayudé con los maletines y rápidamente se puso a ordenar sus cosas, alguna ropa estaba en muy malas condiciones y le dije: -"Aracely, debieras deshacerte de alguna ropa que ya está en mal estado. Mañana vendrá una muy buena amiga y te llevará de compras para renovar tu guardarropas. Quiero que seas la envidia de todas las mujeres". Aracely me abrazó fuertemente como una colegiala, el contacto de su cuerpo me hacía vibrar por completo, también la abracé fuertemente. "Nunca podré oagarte todo lo que estás gaciendo por mí" me dijo al oído. Yo sonreí y le contesté "Mejor no hables bobaditas". Salí por un momento, fui a mi cuarto tomé un paquete que tenía guardado en mi closet lo saqué y se lo llevé a Aracely. "Toma" le dje. "Es para ti. Tu regalo de bienvenida. Ojalá te guste y te quede bien" Aracely lo tomó y lo iba a abrir, pero se lo impedí. "Espera un poco. Hazlo antes de acostarte". Nos fuimos a la sala, conversamos un poco, nos tomamos un café y nos despedimos. Ya era algo tarde. Cada uno se fue para su cuarto. Me quité la ropa pensando en todo lo sucedido. Quedé solamente en slips y me tumbé sobre la cama. Tomé el control remoto y encendí la tele para ver si encontraba algo interesante.
Esta distraído en eso cuando siente que llaman a la puerta del dormitorio. Unos golpecitos muy tímidos. "¿Sí? dije. Y me contestan: -"¿Puedo entrar? "Por supuesto" dije "Pasa" No me preocupe de cubrirme. Entra Aracely con su regalo puesto. Casi se me cae la baba al verla. Era una tenida de cama muy sexy que le había regalado. Una batita muy pequeñita hastya la cintura, toda transparente que iba atada arriba por unas cintotas quedando abierto el resto. Una tanguita que no cubría practicamente nada. Todo muy coqueto y femenino, con adornitos y vuelitos.
-"¿Cómo me veo" dijo coquetamente. En realidad era todo un sueño. Era una mujer bellísima, encantadora. Sus tetitas asomaban por sobre la transparencia. Su tanga se ajustaba perfectamente a su cuerpo con sus tirantitos rodeando su cintura muy bien delineada. En la parte posterior de su hombro izquierdo tenía un pequeño tatuaje, un corazoncito atravesado por una flecha. No había nombre alguno. Eso le daba una sensualidad mayor. "¿Qué te puedo decir? Estoy impresionado por tu belleza" Ella me miró y dijo: "Y tú te ves guapísimo en ropa interior"
Me incorporé y me acerqué a ella. Mi sexo ya estaba dispuesto. La tomé de los cabellos por detrás de la nuca y lentamente acerqué su rostro al mío. Ella se dejó llevar y sentía su estremecimiento. Tiritaba como si tuviera frío. A medida que la atraía hacia mí ella cerró sus ojos y provocativamente entreabrió sus labios invitándome a besarla. Cuando nuestros labios se rozaron noté como se erizó su piel. Estaba totalmente entregada. Moví la cabeza de lado a lado para que nuestros labios se conocieran enteros. Tan frágil se veía entre mis brazos, tan pequeñita. Me provocaba una serie de emociones contradictorias, una ternura inmensa, de protegerla y otra de cogerla violentamente y hacerle mía sin ningún miramiento. Después de besarnos colocó su rostro al lado del mío y al oído me dijo: -"Juan Carlos, nunca pensé que alguna vez diría esto a un hombre: te amo y quiero ser tuya sin ningún límite" Su declaración causó una conmoción en todo mi ser. Yo también la amaba. Le caricié el cabello y le dije: -"creo que no alcanzarás a usar tu cuarto, porque este será el nuestro. Yo también te amo".
Nos fuimos a la cama y nos recostamos de lado, frente a frente, apegamos nuestros cuerpo abrazados coma para impedir que alguien nos fuera a separar. "Tenía temor que me fueras a rechazar" . me dijo casi tímidamente. Sonreí: -"Tendría que estar loco para hacer algo así. Desde el primer día que te vi te metiste en mi corazoncito. Algo me decía que pasaría algo así". "Yo me había puesto celosa de Flaviana" me dijo. "Ella es tan hermosa que pensé la preferirías dijo. Y continuó "Cuando me contó lo sucedido contigo al venir a visitarte, supe que realmente me amabas. Por eso cuando me pedías estar conmigo no me importaba no trabajar ni nada. Pero llegó el momento que no podía seguir así"
-"Lo importante es que estamos juntos, mi amor" le dije y mis manos coemnzaron a recorrer su cuerpo entero. Su piel era tan suave que me ambriagaba. Cerraba los ojos mientras la acariciaba pare sentir mejor esa esxquisita sensació. Sus tetas turgentes eran una delicia, mis dedos jugaban con sus pezones que se volvían duros. Aracely se dejaba llevar gimiendo suavemente de placer. Luego mi boca se posesionó de sus tetas. pasaba mi lengua sobre ellas y presionaba suavemente sus pezones con mis labios. Quería que todo fuera lo más maravilloso posible para Aracely, se podía decir que era la primera vez que lo hacía por amor, por tanto mayor mi responsabilidad. Desanudé el tirante de su batita que se deslizó hacia los lados dejando al dscubierto el frente de Aracely, mis manos acariciaban su vientre plano y firme. Tenía su vello púbico al natural, sin rasurar, muy frondosos. eso me excitó más aún. Mis dedos jugaron con sus vellos mientra mi lengua se paseaba por su suave cuello. Ella movía su cabeza de lado a lado estirando y recogiendo sus piernas. "Cómo te amo Juan Carlos, como te amo" me decía. "Mmmm, sigue asó amor, por favor. Te amo tanto, tanto tanto.." gemía. Mi mano se introdujo por debajo de su pequeña tanga que cedió fácilmente. Introduje mi mano y saqué su miembro que comenzó a endurecerse rápidamente. No era muy grande, tendría unos 15x 5 pero muy bien formado, brillante lustroso de buen aspecto. Cuando lo tomé aracelý se sobresaltó de gusto. Estaba ya en el paroxismo. Comencé a frotarlo suave y metódicamente. Nunca había tenido un miembro en mis manos y me resultaba agradable. Tenía algo que atraía que invitaba a llevarlo al máximo. Aracely se retorcía de placer. Me volví más audaz. Descendí y me lo llevé a la boca. Su aroma me gustó. Sentir esa dureza palpitando me daba un placer inaudito. Quería sentir también el aroma de su semen mientras mis manos la recorrían entera. Mis dedos se deslizaron por detrás de ella buscando su ano y comence a masajearlo, para luego introducirlo lentamente. Aracely no daba más. Luego que introducía el dedo lo quitaba y me lo llevaba a la boca para sentir su aroma. Me sentía un verdero canibal, quería comérmela entera. Mientras lo mamaba acariciaba tambien sus bolita, ella se arqueba y levantaba las caderas para facilitarme la tarea. La tenía al borde del orgasmo, la controlaba y la dejaba suspendida haciendola sufrir placenteramente. La tenía en mis manos. Ella rogaba, gritaba, pero me mantenía imperturbable, hasta que le dí rienda suelta y comencé a trabajarla a full. Por un momento dejó de respirar, dion un suspiro casi infinito y mi boca se inundó con su semen joven y vigoroso.
Aracely hizo que ma recostara boca arriba, me quitó el slips, y comenzó a jugar con mi pija, luego la mamó durante un rato, y después se colocó sobre mí a horcajadas, dándome la espalda y comenzó a introducir se el miembro. Yo sólo veía su espalda, su precioso trasero y como su mano tomaba mi miembro para ubicarlo correctamente. Una vez fijado el objetivo comenzó a descender presionando con su propio peso. Se quejaba a la vez que exteriorizaba su plcer, lentamente se fue tragando mi sexo hasta que ya era imposible más. Se movía como una verdadera reina, muy suave pero efectivo, apretando su esfinter. Otras veces se lo sacaba casi entero para luego comenzar a deslizrse nuevamente. Su ano era muy suave y tibio. No era lo mismo que una vagina. Había mayor roce, más presión que lo convertía en una experiencia muy excitante. Verla desde atrás moviendo sus caderas, quejándose como una verdadera hembra en celo era algo maravilloso. Se colocaba las manos en las caderas y se agitaba como toda una yegua, o se las llevaba a la nuca, tomándose el pelo, pero sin dejas jamás de moverse como toda una puta experimenteda. No pude soportar más y el orgasmo llegó en toda su plenitud. El chorro no se hizo esperar, mientras Aracely, quieta sólo me presionaba con su esfínter. Así se quedó un buen rato y yo podía apreciar como por la parte de mi tronco que no estaba dentro de mi hembra, comenzaba a delizarse unos hilillos blancons de mi propio semen. De más está decir que esa noche no dormimos. Nos hicimos el amor de todas las formas como e nos podía ocurrir, teníamos mucho deseo y pasión contenida.
Han pasado cuatro años de esto. No he vuelto a estar jamás con una mujer, Aracely cubre perfectamente todas mis necesidades. Ella no estudió ni trabajó. Se convirtió en la perfecta esposa. Nos fuimos a vivir a España donde podíamos llevar nuestra relación con tranquilidad sin preopuparnos de qué dirá. Hoy somos una pareja feliz y que no tiene necesidad de nada y de nadie más. esta es la historia que quería relatarles. Si les agradó o no, me hustaría me la hagan saber a mi correo. prometo contestar absolutamente todo.
ANDROGENA.